XLVII – Confidencias de color escarlata

–¡Me mentiste!

Amuro dejó de lavar las tazas de café ante esa confusa recriminación, con rostro sorprendido quería saber a qué se refería su compañera de trabajo con esa acusación mientras ésta le fulminaba con la miraba con los brazos cruzados, inflando las mejillas como si fuera una niña pequeña.

–¿A qué te refieres? –sonreía confuso, secándose ambas manos con una pequeña toalla, era un día más en su querida cafetería Poirot –. ¿Por qué estás tan enfadada conmigo?

–Pues a que cuando te comenté de compartir piso me dijiste que no te interesaba, que tu preferías vivir solo por tus manías, aunque te sobrará una habitación. ¿Y adivina qué? –golpeaba suavemente el pecho del chico con el dedo índice, provocando que Amuro se retirara un poco sin dejar de sonreír para sacarle un poco de hierro al asunto –. ¡El otro día, a primeras horas de la mañana, te vi salir de tú casa con una chica!

–¡Eso no significa que viva conmigo!

–No es lo que dice tú vecina –se indignaba todavía más al ver que seguía mintiendo –, a ver no me importa tú vida romántica pero si no querías alquilarme esa habitación podías haberme dicho simplemente la verdad, no inventarte una excusa mientras buscabas otra inquilina a mis espaldas.

–Azusa no es lo que parece es solo una amiga, su trabajo la transfirió a Beika hace poco y necesitaba un lugar donde poder dormir, solo eso –frunció el ceño, pensativo –, ¿Por qué ese día estabas tan cerca de mi casa?

–¡N-n-no s-soy una acosadora! –ante ese giro inesperado sus mejillas empezaban a sonrojarse por la vergüenza –. Simplemente saqué a pasear a Haro y instintivamente me llevó por tú zona, obviamente quiere estar contigo porque te recuerdo que es TÚ perro.

–Lo sé y te agradezco que te hayas encargado de él mientras yo preparaba la habitación de mi temporalmente –se preparaba para remarcar la última palabra para zanjar el tema –, anfitriona.

–¿E-entonces no sois nada?

–Pues claro que no, solo usa mi casa para dormir y la acerco al trabajo, nada más.

Azusa suspiró, girándose para impedir que el chico viese como una gran sonrisa de felicidad aparecía en su rostro mientras abrazaba su bandeja de servir, yéndose de allí más tranquila y recibiendo con gran alegría al cliente que acababa de entrar al local.

–¡Anda Conan! –no dejaba de sonreír, incluso para el pequeño detective era demasiada efusividad por parte de la chica –. ¿Hoy no vienes con tus amigos?

–No, el señor Mouri me ha pedido que os encargara la comida para subirla a su despacho.

–Claro, siéntate en la barra mientras te lo preparo todo.

Conan asintió ante la invitación, de un pequeño y ágil salto se sentaba sobre uno de los taburetes más cercanos al chico. Ambos observaban como la joven se alejaba de ellos dando pequeños saltos de felicidad hasta la cocina.

–¿El señor Mouri? –se burlaba –. ¿Enserio?

–¿Y tu qué le has dicho a Azusa para que esté tan feliz?

–Tenía que animarla, era eso o que me estampara la bandeja contra la cabeza.

–Vaya.

Ambos quedaron en silencio permitiendo que las noticias de la televisión, que se encontraba colgada en una de las paredes más lejanas a ellos, ambientaran el local sobre el tema de las elecciones en Japón.

–¿Cómo está ella?

–Desconfiada, pero bien.

–¿Desconfiada?

Amuro cerró nuevamente el grifo para secarse una vez más las manos, por suerte ya había terminado con toda la vajilla de la larga mañana.

–Lo de tu madre fue un gran movimiento pero aún así no se abre conmigo.

–No te lo tomes como algo personal, es así con todo el mundo.

–Lo sé su madre era igual de reservada –aunque con él era una mujer amable y cariñosa con las personas adultas siempre se mostraba muy tímida y callada –. Seguramente sacó de herencia ese rasgo de ella.

–¿Conociste a su madre?

–Cuando era pequeño, pero ese no es el caso –apoyaba uno de sus brazos sobre la barra para acercar su rostro al del pequeño –. ¿Cuándo me dirás que está planeando el FBI?

–Yo no estuve metido en este plan en ningún momento, todo se llevó en secreto.

–Me complicáis las cosas sin nada de información –recriminaba de forma calmada la extraña alianza que se había formado entre ellos tres en tan poco tiempo –. Sé que dejasteis que la atraparan para que entrara dentro de la Organización, fue un riesgo muy alto y sigo sin entender cómo los altos cargos perdonaron su traición –con la mano libre se apretaba el puente de la nariz para poner en orden sus pensamientos –. Lo único que recibí ese día por parte del FBI fue un mensaje de texto de un número privado en el cual solo ponía ''Recuerda nuestro enemigo en común, cuídala bien.'' –expiraba recordando cómo se sorprendió al leerlo y lo rápido que captó ese mensaje –. Dar gracias que, con el poco tiempo que me disteis, lograra la tutela y supervisión de Sherry.

–Espera… ¿no sabes por qué la perdonaron?

–No, hay un pacto de silencio entre los de más arriba.

Conan bajó la mirada, analizando la nueva situación gracias a Bourbon: no todos los miembros con nombres en clave sabían porque habían aceptado de nuevo a Sherry en la Organización y más aún sin ningún tipo de castigo por su huida u traición; esa valiosa información sería solo para el círculo más cercano al líder.

No pudo evitar sonreír ante tal hipocresía, toda la corrupción de esos hombres de negro se basaban en un mismo objetivo: financiación para la APTX4869 y sus alrededores, pero una vez visto lo que podía llegar a hacer esa droga... ¿no iban a compartir la fascinante noticia con todos los demás miembros?

Además, tenía que tener cuidado con el tema de Haibara con Bourbon, si no se lo habían dicho ninguno de los dos lados, entonces seguiría siendo un secreto para él si no quería acabar muerto como el resto de sus compañeros.

–Lo que no llego a entender –la voz del chico hizo que Conan volviera en si –, es como el FBI cree que Sherry logrará obtener algún tipo de información valiosa para ellos… –pensaba en el circulo más cercano a ella siendo jefa de los científicos –. Si me dijeras en la época en la que fue novia de Gin lo entendería, pero después de que éste matara a su hermana… no creo que vayan a tener mucho contacto.

Otro secreto más que debía de mantener.

Jodie era la que más se preocupaba del tema, si el tema del embarazo saliera a la luz en la misma Organización se descubriría de que Gin y Sherry tuvieron contacto directo antes de que ella fuese atrapada… cosa que no podría gustar a los directivos pero, sobre todo, a los dos altos cargos que estaban por encima de Gin.

Saber que él les había estado mintiendo durante meses, ocultando información y sobre todo trabajar a sus espaldas… ¿Qué ocurriría? ¿Desconfiarían de él y lo matarían? Si eso ocurriese Sherry tendría el mismo trágico destino que él. Había que sacarla a tiempo…

–¿De verdad que no sabes nada?

–Sé que están en contacto directo con América, hay algo que les preocupa demasiado y no creo que sea de momento la Organización... si no de algo que va a ocurrir en Japón.