XLVIII – Primer contacto (Mezcal)

Vaya, era increíble.

Shiho enfocó un poco más la lente del microscopio para observar fascinada cada una de las células que portaba la pequeña lámina de vidrio. La muestra era una unión de la APTX4869 con el reconstituyente que Gin le inyectó cuando estaba al filo de morir desangrada. Gracias a la ayuda y la astucia de Bourbon pudo obtener una muestra con la excusa de que la necesitaría los días en que se sintiera débil.

Sin dejar de mirar tras el pequeño cristal no pudo evitar sonreír al pensar en él y en como un día, sin previo aviso, apareció en el apartamento con un precioso y diminuto cachorro blanco. Sólo al saber que esa pequeña presencia la esperaba siempre alegre en la puerta de casa hacía que sus regresos fueran algo más animadas. Sobre todo cuando a la hora de dormir Bourbon intentaba que el pequeño animal durmiera con él pero éste siempre escogía, divertido, la cama de ella.

Estiró su cuello hacía atrás para acomodarse de nuevo, era inútil seguir mirando, ambas drogas se complementaban entre sí… potenciando el rejuvenecimiento de cada una de esas células a una velocidad muy vertiginosa; ese analéptico podía sanar hasta la persona más enferma. Era increíble de ver, incluso lo envidiaba, ojalá su investigación hubiese tomado un rumbo tan casto y milagroso como ese.

En las manos correctas podría salvar tantas vidas,

No como ahí que ayudaba a las personas equivocadas.

Suspiró, volvía a estar en un callejón sin salida… necesitaba encontrar que fue lo que tomó durante esos días que contrarrestó los efectos de su droga. Tiró la placa en una de las papeleras más cercanas a las ventanas, necesitaba abrir una de ellas para airear sus ideas.

–Es inútil –el hombre de negro que custodiaba la puerta junto con la científica llamaba su atención –, todas están selladas para evitar tu fuga o suicidio.

–¿Enserio pensáis que voy a saltar?

–Todo puede pasar tratándose de ti.

–Vaya, no sé si tomármelo como un alago –se mofaba de la situación –, pero piensa que si alguna vez ocurre un incendio esto se convertirá en una trampa mortal para los dos.

El subordinado chasqueó la lengua fastidiado mientras Sherry se sentaba frente a su ordenador, apuntando en un archivo oculto la nueva información sobre la antítesis de la APTX. Solo había pasado unos pocos días pero siempre era la misma rutina… por las mañanas era avanzar la droga que tanto deseaba la Organización mientras por las tardes investigaba el antídoto.

Era tan extraño para ella tener de nuevo y tan de cerca toda la información sobre la APTX4869 por la cual tanto había luchado junto con Conan para lograrla y ahora se encontraba en la palma de su mano, a cambio de perder a su fiel compañero. Necesitaba conseguir la cura para sentir que el fin justificaba los medios, que todas sus acciones y mentiras hacia el pequeño detective no habían sido en vano…

El sonido de un email hizo que esa rutina se quebrara, desde su llegada no había recibido ningún tipo de mensaje ni visto ningún antiguo compañero de trabajo. Pulsó el icono del email extrañada ante esa nueva situación para descubrir que se trataba de un mensaje de Mezcal, abriéndolo mientras miraba por el rabillo del ojo a su captor.


De: Mezcal

A: Sherry

Asunto: Reencuentro.

Estimada Sherry,

Esta noche vuelvo a Beika para celebrar el ascenso de un compañero, si pudieras acompañarme y disfrutarlo juntos como la noche anterior te lo agradecería, recordar los viejos tiempos y conversar sobre nuestros avances fue muy agradable.

Espero que te encuentres bien ya que después de esa noche no volví a saber nada de ti, aunque me imagino que estás tan ocupada con la investigación de tus padres que no encontraste tiempo para vernos ni recoger los documentos que me pediste.

Si nos vemos esta noche te las entregaré en mano, siguen estando en mi poder y así puedes aprovechar el trayecto para ambas cosas. Responde por aquí o por mi teléfono móvil, estaré atento a tu respuesta, cuídate.

Mezcal.


Sherry se colocó instintivamente los dedos sobre sus labios mientras lo leía, una parte de ella estaba temerosa de que los emails privados también estuvieran vigilados, pero por el otro lado era una oportunidad única para conseguir esos papeles que tanto necesitaba.

Contestó que con mucho gusto se verían, aunque ella siempre evitaba ese tipo de fiestas. Recordaba cómo fue su fiesta de ascenso cuando tenía trece años, era una niña rodeada de altos cargo que saciaban su paladar con la mejor comida y vino que uno podía soñar. Aprendió sobre etiqueta y educación pero aun así todo era muy solitario, la única parte que guardaba con cariño fue cuando salió de ese frío lugar y Akemi la esperaba afuera para llevarla a un restaurante de ramen muy famoso de la zona para celebrarlo juntas.

Sonrió eliminado el mensaje para no dejar rastro de esa conversación en su ordenador, seguramente no tendría problemas para ir; como le comentó una vez Bourbon, fuera de los laboratorios la supervisión de ella pasaba a sus manos y no creía que le fuese a negar el poder quedar con un trabajador para conseguir material de su investigación.

Dejó que todo su peso reposara tras el respaldo de la silla, acomodándose con el aun oscuro pensamiento de que alguien más podría haber hackeado y leído ese email… con delicadeza cogió una de las tres fotografías donde, a su lado, reposaba una pequeña caja de metal que guardaba los antídotos que necesitaba darle a Gin. Esperaba de todo corazón que los antídotos no le estuvieran dando ningún problema o peor aún que fuesen perdiendo sus efectos o durabilidad.

Aunque pensándolo fríamente Gin no era para nada como Kudo, seguramente él sí vigilaría de no excederse con las dosis y aprovecharía sus días de descanso, encogido, para hacer esas fotografías tan de cerca… o esa era su hipótesis.

Dejó con cuidado la fotografía en su lugar para girar su rostro, comprobando con respiración tranquila que el día llegaba a su fin tras las falsas ventanas y como decía uno de los lemas de la Organización:

En la noche oscura,

Los cuervos vuelan.