Flufftober 18: Hug/Abrazo.


Era extraño que ella comenzara un abrazo. No porque le resultara desagradable, simplemente a veces no hacia falta ni siquiera un toque para entenderse o decirse cuan importante eran el uno para el otro.

Pero esta vez ella no pudo contenerse a sí misma, ni tampoco ocultar los indicios de lágrimas asomándose en las esquinas de sus ojos producto de una desbordante emoción. Porque había cruzado un camino difícil para desentrañar sus propios sentimientos, porque él le había demostrado con acciones lo mucho que la atesoraba y aquello ablandaba su corazón como nunca.

Escuchó una risita desde la garganta masculina, ronca y burlona, haciéndola reacia a separarse de él. Con las palmas abiertas sobre la espalda del muchacho, lo atrajo en su dirección, estrujando a placer. Oliendo la fragancia que solo él poseía, escuchando los latidos veloces de él contra su oreja. Porque al abrazarlo, el corazón del chico quedaban a la altura perfecta para sentir las palpitaciones a la altura de su cabeza, constantes y firmes, como un arrullo.

Haciéndola consciente de que su propio corazón también acelerado.

—Todavia no contestas —dijo él con tono malvado. El azabache respondió el abrazo mientras se agachaba a su altura para balancearse con suavidad— ¿Mh?

Yona tuvo que tomarse un par de segundos para ajustar el tono de su voz, sin separarse susurró contra su pecho—. Por supuesto, claro que quiero casarme contigo Hak ¿Sabes cuanto lo he estado esperando?

—Más tiempo que yo, no creo —argumentó arrancando un bufido de ella. Sin romper el abrazo, Hak buscó la mirada púrpura, sintiendo que el mundo se desvanecía a su alrededor cuando la encontró. Se miraron por un largo tiempo, intentando decirse todo y nada a la vez. Él se acercó a acariciar la mejilla femenina con la punta de la nariz, encontrando ese perfume de flores proveniente de ella.

Sintiendo que todo era un sueño.

Yona sintió las cosquillas en su rostro, decidiendo disfrutar del momento, cerró ambos ojos yendo hacia él por voluntad propia, frotándose como un gato a punto de ronronear. Sin ningún pensamiento complicado, la pelirroja habló desde el fondo de su corazón—. Te amo Hak ¿Lo sabes?

—Lo sé. —Tras su respuesta, capturó los labios de su futura esposa de forma tierna. Eclipsado incluso a la primavera con sus figuras envueltas por los primeros rayos del amanecer.

Fin.