Está en la sala, Vincent le está contando que sí, han tenido que irse todos corriendo no sabe por qué, Gales toma la foto apropiada y ahí va tras él.
—Parece que se han cansado de esperar —suspira porque no es la primera vez que selo hacen.
—Han tenido que... ha sido culpa de Mum. Así que si hay algo más que deba ver de tu vida de Niño rico aquí...
—¿Culpa de tu madre? ¿Qué ha pasado?
—Yo qué sé, mi madre es imposible. Ha dicho que necesitaban ir a Rome ya, seguro es que se enteró que Alba, que es su consentido, va a ir.
—Oh. No estoy muy seguro de saber cuál de ellos es vuestra madre.
—Te la presentaré hoy. Aunque no creo que mi madre vaya a... bueno.
—¿Aja?
—Bueno, my mother... es peculiar. ¿Vas a Rome de vez en cuando?
—Muy de vez en cuando. Si puedo, sobre todo con mis hermanos porque si no, no nos vemos. No os he visto nunca a vosotros ahí. De hecho, todo el mundo parece coincidir en que sois asociales.
—Nosotros no vamos nunca. Ni siquiera creo que estemos invitados. Y lo somos, terriblemente asociales —le señala su coche y saca las llaves, abriéndolo a lo lejos.
—Y adictivos, me han dicho —añade como si fuera cualquier cosa, yendo hacia el coche.
—¿Adictivos? ¿Quién te ha dicho eso? —Gales levanta las cejas,
—Las chicas. Ambas han estado de acuerdo —sí, han subido las chicas y hemos estado hablando de ti. Deal with it.
—O-Oh... ¿y que han dicho? A-Además de eso. Cielos... que las "chicas" hablen contigo da terror —le abre la cajuela para que guarde la computadora.
—Por quoi? —mira lo que hace y saca el labio de abajo—. ¿No me vas a dejar trabajar en el coche? —al igual consigues trabajar igualmente.
—¿Quieres trabajar en el coche? Vamos... si quieres, puedes intentarlo...
—Oui, si'l vous plait.
—Puedes si... dejas la computadora en el coche cuando bajemos.
—¿A que tantas restricciones?
—Pues al evento que vamos a ir hoy no necesitas la computadora.
—Vale, vale... —suspira, porque igual está acostumbrado a Mónaco y todo eso.
—Aunque supongo que... podríamos hacer una apuesta —Gales sonríe de lado—. ¿Qué tanto tienes que hacer?
—Mucho. Siempre tengo mucho que hacer —sonríe mirándole de reojo
—Bueno, pero ¿no hay como... una serie de cosas que quieras acabar hoy?
—Lo que llevo intentando acabar desde ayer noche, sí.
—¿Lo acabarás en el camino?
—No lo creo, pero sí avanzaré.
—No vas a irte en el asiento trasero y yo como tú chofer.
—¿Quieres que le pida a mi chofer que nos lleve?
—¿E ir todo el viaje viéndote trabajar? No, gracias... Niño rico
—Es más interesante de lo que todos planteáis... —se ríe.
—¿Verte trabajar? A menos que cuentes chistes malos mientras lo haces no lo creo —se va al lado del conductor.
—Pues no sé qué quieres... —le mira hacer con cara de "yo no pienso tocar un volante."
—¿No puedes sentarte del lado del copiloto y trabajar? —pregunta recargándose en la puerta y mirándole con media sonrisa
—No con el ordenador, pero vale, vale, lo haré con la tablet —la saca de la bolsa ¿Cuándo la ha guardado? ¿tú le has visto? Yo no le he visto. La debía llevar ahí perpetuamente.
—Que no se diga que no somos hombres de recursos —Gales se ríe —. ¿Podrás abrir tú la puerta del coche o necesitas que lo haga yo?
—La verdad, creo que estás empezando a sobrepasarte en exigencias —va a dejar la bolsa en el asiento trasero y a darle la vuelta al coche.
—Puedo abrirla para ti... —Gales se ríe
Abre él la del... lado del conductor, que según él es la del copiloto, a América le pasa cada vez.
—Vale... vale. Nos parece bien esta conformación... es una opción —Gales se va al lado del copiloto.
—Le estaba abriendo yo la puerta a usted, Monsieur —mete la cabeza y cuando nota el volante parpadea unos instantes. Británicos, claro. Los coches al revés. Ugh. Saca la cabeza.
—No, no... tú lo has pedido... —Gales se ríe un poco.
—¿Quieres que conduzca yo un coche que va al revés? ¿Qué palanca es la del em... embargue? ¿Embarrague? Aun pienso es que suficiente es que me hagas ir delante para que además esperes que yo tome el volante. Le pago a gente para esto.
—¿No sabes hacerlo? —Gales hace los ojos en blanco.
—Tengo... otras habilidades.
—¿Como cuáles? —pregunta Gales recargándose al lado suyo un poquito más cerca de lo que debería
—Como... conseguir gente que lo haga en mi lugar —sonrisita altanera—. Vamos, Vincent —le apremia ahora si yendo al lado del copiloto y haciendo un gesto con la mano, chasqueando los dedos.
—Ugh... eso fue cruel hasta para ti. Al menos podrías llamarme Vinny.
—Vinny... —se ríe de las protestas y luego se lo piensa—. Tal vez eso sería un poco de abuso de poder, hay que mantener el respeto empleador-empleado —se mete dentro del coche al fin, sonriendo.
—Y habitualmente hay que pagarle al empleado para que sea tu empleado.
—Ah, veo que ya llegamos al asunto escabroso. Vale, vale. Generalmente no permito que mis empleados vean mi casa hasta DESPUES de negociar eso por que juega en mi contra pero... está bien, pon un precio.
—Yo... no trabajo —Gales se humedece los labios.
—Oh lalá, alors?
—Bueno yo... voy al club o... juego golf. Leo. No recuerdo la última vez que tuve un empleo.
—¿No ayudas a Angleterre con los asuntos de estado?
—Cuando quiero... o cuando tienen que ver con la realeza. Habitualmente no le gusta que me meta, así que técnicamente sí que puedo ser tú empleado.
—Oh, ¿por qué no le gusta? ¿Tan mal lo haces?
—Igualmente no suelo QUERER trabajar para él. Es.. insoportable.
—Por quoi?
—Es que si te lo explico vas a darle la razón
—Pues con la pésima experiencia y referencias y ahora este asunto de hablar mal de tus jefes anteriores la verdad es que tu currículum deja un poco que desear —enciende la Tablet.
—Es que no me estás contratando para lo apropiado
—Ah, no, claro, explotar todo el talento y potencial de mis empleados es mi deber... ¿en calidad de qué debería contratarte? —pregunta buscando los documentos en los que estaba trabajando. Gales le mira de reojo y arranca el coche.
—No tiene un nombre concreto el puesto apropiado para mí, pero yo diría que... Relax and Leisure Manager puede ser un comienzo.
—¿Crees que necesito a un "Relax and Leisure manager"? —pregunta mirándole de reojo dejando de mirar la tablet y poniéndose el cinturón.
—Urgentemente.
—Me parece a mí que más distracciones es lo último que necesito —se vuelve a la tablet, sonriendo—. En general es Mónaco quien ostenta el puesto.
—¿Y lo hace bien? —Gales se humedece los labios.
—Ella... probablemente diría que no —levanta la vista de la tablet otra vez—. Soy un caso complicado.
—¿Qué tienes de complicado?
—Bueno, ya has visto como llevo las negociaciones por esto —le muestra la tablet—. O sea... sé que hago muchas bromas y todo eso, cosa que tampoco... probablemente no debería, pero…
—¿Por qué no deberías hacer bromas?
—Bien... ya sabes. La gente puede ofenderse o tomárselo mal. Las bromas son complicadas, no todo el mundo tiene el sentido del humor necesario.
—Ya, bueno... pero tú haces buenas bromas. Las cosas que dices son graciosas... no veo por qué no deberías decirlas. Ahora entiendo por qué pareces tan serio.
—Tú... en realidad nunca había conocido a nadie como tú.
—Por supuesto que nunca has conocido a alguien como yo — Gales se ríe —. ¿Pero a qué te refieres?
—O sea, no digo que... de hecho a penas si te conozco, espero no haberte ofendido con nada. Lo que digo es que... en general la gente no suele entender tan bien.
—Podría contarte que te conocí una vez en un viaje en el tiempo que hice al siglo dieciséis en donde apostamos... que tu hermana NO se iba a casar con France —Le mira de reojito mientras conduce y sonríe de lado. Luxemburgo le mira de reojo y piensa, por supuesto, que no habla en serio—. ¿No te acuerdas?
—Un viaje en el tiempo al siglo dieciséis...
—Exactamente. Luego volvimos y la línea espacio temporal estaba rota... de eso no tendrías por que acordarte porque en esta línea nunca ocurrió —le mira otra vez.
—Oui. ¿A quién no? Aunque opino que viajar al pasado a apostar con la gente sobre eventos futuros de los que tienes certeza es un poco injusto y abusivo. Así que voy a anular ahora mismo semejante apuesta si acaso sucedió.
Gales suelta una carcajada
—Oh, monsieur, no se ría usted. Esa es sin lugar a dudas la perfecta definición de hacer trampas.
—Yo sería absolutamente incapaz de un acto tan vil —las maripositas en el estómago otra vez cuando te llama monsieur, no son normales.
—La verdad... empiezo a dudarlo.
—Tu pareces el Niño rico perfectamente bueno incapaz de hacer cosas divertidas... como trampas. Y ya hemos visto que eso no es del todo verdad.
—Excusez-moi? ¿En qué he hecho trampas yo? —tan falsamente ofendido
—Te escondiste en el baño...
—Nunca nadie puso una norma que dijera que eso estaba prohibido —se vuelve a la tablet que se le ha apagado por el ahorro de energía al no hacerle caso. Parpadea un poco sin entender que le ha pasado y la vuelve a encender.
—¿Hay una norma que dice que viajar al pasado y apostar está prohibido? Quiero verla
Levanta un dedo para pedirle un segundo, tecleando en la Tablet.
—No se vale CREAR una norma ahora mismo.
—Sobre eso tampoco hay una norma —efectivamente se ríe mostrándole un documento en blanco que dice "No se puede viajar al pasado y apostar sobre eventos futuros." Gales se ríe
—Ni fecha, ni aprobación. Espera... —hace un movimiento y se detiene en el arcén, poniendo las intermitentes. Le quita la tablet —. Dame acá.
Le deja, sonriendo.
—Hacer reglas cuando las cosas ya pasaron es TRAMPA —lee en voz alta lo que escribe.
—¿Tiene sentido poner una fecha cuando hablamos de viajes en el tiempo?
—Todo el del mundo.
—Pon también que no vale inventarse normas a conveniencia sin consentimiento previo.
—¿Consentimiento de quién? —le mira de reojo.
—Pues... de los dos.
—Vale, ¿estamos oficialmente formando un comité revisor de las normas?
—Por lo visto. ¿Quién dice que tú no trabajas?
—England. ¿Qué va a opinar Mónaco de que adquieras otro trabajo?
—Vale, pon que está prohibido informar a Mónaco de las actividades de este comité.
—Voy a poner que a England tampoco, que se puede poner celoso —Gales se muere de risa, escribiendo.
—¿Celoso? —parpadea.
—De que trabaje contigo y no con él... no... celoso así. No. No
—Ah! Digo, no que vaya a juzgar a nadie por incesto a estas alturas de la vida, pero...
—What the bloody hell! No! —Gales se ríe, apretando los ojos. ¿Incesto? Es decir... esto estaba... ¿qué coño estaba pensando Luxemburgo?
—Vale, vale —levanta las manos, sonriendo tan inocente.
—No pensar en incesto con ninguno de mis hermanos es otra norma.
—En realidad, sé que los tres están... firmemente comprometidos, así que..
—Sí, de hecho... sí —Gales suspira con eso, sonriendo un poco menos.
—Quoi? —le mira de reojo notando el cambio de tono—. No dirás ahora que el celoso eres tú con estos gritos que acabas de darme...
—Ugh, no. No celoso así, no —le extiende la tablet y sonríe un poco —. Pero... tengo una relación complicada.
—Eso me han dicho. Que estás pasando por una ruptura —asiente tomando la tablet. Sí, también han hablado de eso. Las habilidades de chisme de esta gente son infinitas.
—Cielos con Sey y Belgium... ¡subieron como cinco minutos!
—De hecho, mi hermana me recomendó encarecidamente que te invitara a una cerveza algún día si necesitas apoyo o ánimos—confiesa riéndose.
—Bloody hell... el pobrecito Cymru. Sinceramente si vas a tomarte una cerveza conmigo preferiría que fuera por las razones correctas
—Aunque la verdad, yo empiezo a pensar que solo te quejas de vicio para conseguir cerveza gratis.
—He visto tu capacidad adquisitiva.
—No es que no pueda permitirme pagarte una cerveza, esto va de establecer un punto.
—¿Y qué punto es? ¿Qué me quejo de vició?
—Que uno no recibe cosas gratis por lloriquear. Mi hermana porque es demasiado buena, pero... a mí no me vas a engañar.
—Ohh, ¿nada de cerveza gratis?
—Lo lamento —se encoge de hombros, sonriendo—. De hecho, va a ser otra norma. "Nada de cerveza gratis por lloriquear" —abre la tablet y la apunta.
—¿Y qué méritos hay que hacer para conseguir cerveza gratis?
—Mmmm... —se lo piensa—. ¿Qué tal una historia?
—Oh, una historia vale varias cervezas, eh... ¿qué tipo de historia quieres?
—Ah, no soy muy exigente, sé que esto no se os da muy bien—responde porque recuerda perfectamente a Irlanda diciendo que él es el que cuenta mejores historias, que no se dejen engañar por lo que dicen sus hermanos.
—¿No se nos da bien? Uy...
—Eso me han dicho.
—Who?
—Irlande decía que él era el mejor en esto. Pero no quisiera convertirlo en una competición, no hay necesidad de humillar a nadie.
—No lo es. Solo necesitas acotar un poco —Gales se ríe.
—¿Acotar? ¿La historia?
—Las posibilidades.
—¿En qué sentido? —le mira porque no le está entendiendo.
—¿Una historia de qué? —le mira de reojo.
—Veamos una historia de... voy a decir... —se lo piensa y levanta tres dedos—. Una ruptura —baja un dedo—. Una... amistad que empieza inesperadamente —baja el segundo dedo y mira el último—. Y... —mira a Gales y sonríe de lado—. Una abeja. Por el elemento sorpresa —se encoge de hombros.
—Espero que no estes intentando decirme que tengo una abeja en el cuello o algo así —Gales se ríe con lo de la abeja
—Nah, la habría espantado, no soy un monstruo.
—No estoy tan seguro... —le mira de reojo preguntándose si lo que quiere es que le cuente de él y de Galia y lo que está pasando, o si lo que quiere es que le tome el pelo, en general.
—Oh, vamos, todo el mundo opina que soy amigable y encantador, no vas ahora a cortar mi racha —De hecho... ambas, quiere. Para ser sinceros.
—Tendrás que esforzarte un poco, vamos a decirlo.
—¿Qué he hecho para no merecerlo? ¡Si te estás saliendo con la tuya en todo!
—¿Tienes esa idea? Interesante... —le vuelve a mirar de reojo, y sonríe, pensando que esto no va tan mal.
—¿En qué no te has salido completamente con la tuya? ¡Llevo bailando a tu son desde ayer noche!
—Eso no lo digas así, yo estaría absolutamente ahogado de borracho si no fuera por TU culpa —Gales se ríe otra vez.
C —Tú no me oíste ayer explicarle a todo el servicio que no pasaba nada, que volvieran todos a dormir, que hacerle fotos a la mesa a las dos de la mañana era una actividad perfectamente justificada y no una horrible excentricidad de alguien que está al obvio borde de un ataque de nervios producido por el estrés.
Gales se ríe otra bloody vez con eso. Vamos a empezar a dejar de describir eso. Sí, yo ya no lo hago, pero desde luego se ríe también
—¿Qué hacia el staff despierto a esa hora viendo que hacías? ¡En serio tienes que dejar a la gente vivir! —le riñe un poco—. Pero aunque creas que no es así, explicarle a mis hermanos, a Belgium y a Sey que fueron ayer a "cuidarme", y que esperaban hoy lidiar con un bulto... que no, que siempre no... que mejor me desperté a las seis y media de la mañana, sobrio y fui por desayuno para todos. Créeme, eso no fue mucho mejor que tú asunto.
—Tengo instalado un complicado sistema antirrobos que no recordaba de su existencia.
—Suena más bien a un sistema anti fotos.
—¿Qué te dijeron ellos de eso?
—Creo que no acaban de creerse lo que ocurre... —Gales suspira.
—¿Por qué no?
—¿Conoces a mi esposa?
—No estoy seguro. ¿Quién es?
—La madre de France, estoy seguro de que la ubicas. Galia.
—Ah... AH! Sacre bleu! ¿Tú eres el muchacho?
—¿Qué muchacho? —Gales frunce un poco el ceño.
—El muchacho. Rome habla de ti a veces. Así te llaman. Garçón.
—Son unos hijos de... —suspira otra vez —, disculpa, esto no es divertido.
—Debo decir que te... compadezco y admiro a partes iguales en cuanto a eso.
—¿P-Por? No sé qué es lo que dicen de mi... probablemente deben reírse bastante —Gales le mira de reojo de nuevo, porque no esperaba precisamente que tuviera información suficiente para esto.
—Mmmm... no exactamente. Suelen decir que la haces pasarlo mal y que no eres lo bastante sensible y cosas parecidas. Que no entienden porque no sabes compartirla y cosas así. La verdad, es un pedazo de mujer, disculpa que te lo diga.
—Lo es. De verdad que lo es, y lo sé... tanto que me casé con ella y quemé todas las naves —Gales suspira otra vez, porque... lo es. Absolutamente lo es.
—¿Quemaste todas las naves?
—¿Sabes de donde viene esa expresión?
Niega con la cabeza
—Dicen que, cuando Hernán Cortés conquistó América... hubo un punto en que la situación se complicó un poco con los nativos y sus propias tropas decidieron desertar para volver a casa…
—Oh... ¿y quemaron las naves para impedirles?
Gales asiente, sonriendo un poco
—¿Y cómo se aplica en tu caso?
—Yo sabía que Galia... tenía una relación complicada con toda esa casa. Pero ella me dijo que sí quería dejarles a todos y venir conmigo, así que compré una casa, me casé con ella... y eso implicó de cierto modo quemar las naves. No había un plan B "por si no funcionaba".
—Pero deduzco que no ha funcionado, de algún modo.
—Compartir a tu esposa con... toda una casa es más difícil de lo que imaginas.
—Ya... No creo que yo accediera a ello, por muy bonita que sea ella.
—Es que yo no accedí a ello —explica humedeciéndose los labios —. Asumí que casarnos era el indicativo claro de que Galia estaba conmigo y no con ellos y que estaba ya fuera de los límites...
—Pero ellos... en realidad es que no sé cómo pueden...
—Es un estilo de vida que el... —Gales hace una pausa, suspira otra vez y toma aire —. Que Rome les metió en la cabeza. El amor, de cualquier tipo, se demuestra en la cama. Y no acostarse con alguien implica no quererle.
—Es decir... es que hacen unas cosas. Las... orgías y todo eso. No, no creo que sea tan así, ¿sabes que Helena se acostó con Espagne y Romano? No creo que sea para demostrarles amor.
—Eso... no lo sabía. Deberían tener cuidado.
—Por lo visto fue solo una vez, pero igual...
—Ellos no entienden el mundo como lo entendemos nosotros. O quizás yo no lo entiendo como ellos. Quizás no es por amor que la buscan a ella... quizás soy un desastre absoluto en la cama —bromea un poco —, pero Rome y Germania siguieron viniendo por ella.
—¿Cómo acabaste metido en semejante lío?
—Y tiene aún un par de factores que lo complican más —aprieta los ojos unos instantes—. Por idiota... así acabe metido en este lío. Por enamorarme de Galia y romantizar la situación.
—¿Cómo qué factores?
—Rome... Es mi padre.
—Q-Quoi? —Abre la boca y la cierra unas cuantas veces sin saber qué decir. Gales se encoge de hombros.
—Yo soy como el hijo bastardo, eso sí. Tú lo has dicho, soy "El Muchacho" para él.
—Pero porque no... o sea... France y Espagne... ¡y Romano!
—Ellos son los hijos de primera... los que si son sus hijos de verdad.
—¿Y por qué esa diferencia?
—Supongo que por ser hijo de mi madre... No me malinterpretes, nunca le necesité para nada como un padre de verdad, en lo que a mi concierne es como si mi padre fuera ese árbol de ahí... pero no deja de parecer terrible que tu propio padre sea quien te hace la vida miserable...
Luxemburgo se mira las manos, pensando un poco en eso y vuelve a notar que no ha tocado la tablet apenas. Aprieta los ojos porque ahora eso le parece un poco desconsiderado.
—No sé qué decirte, supongo que lo más parecido a un padre que tengo yo es Espagne —comenta él. Gales le mira y suspira, sonriendo de lado.
—No te pareces a él ni un poco.
—¿A quién? ¿A Espagne? La verdad me parece que él si se parece bastante a Rome... y la verdad, tú tampoco te le pareces.
—Menos mal, ¡solo eso me faltaría! —Gales se ríe.
—Supongo que yo también salí a mi madre, fuera quien ella fuera.
—Ehm... tengo unas cuantas teorías respecto a eso.
—Ah, oui? Oigámoslas.
—No creo que ninguno estemos preparados para oírlas en voz alta...
—Oh, ¡no te hagas el interesante ahora!
—Alguna de ellas podría ser tu madre... menos my mother —Gales se ríe un poco más.
—Menos tu madre... ¿cómo sabes que no lo es ella?
—Mi madre era una histérica loca, pero cada hijo que tuvo se quedó con ella. No importa cuantas veces intento ahogarnos en el río.
—A lo mejor yo soy el que consiguió escapar —se ríe.
—Además tú no tienes el desastre de dientes que tenemos todos.
—Yo tengo dinero, cher, ¿crees que todo esto es natural?
—¿¡No lo... es?! —Gales levanta las cejas.
—Nunca lo sabrás —se ríe—. Ni tú ni nadie.
—Pues sea como sea, ha funcionado perfectamente —Gales admite encogiéndose de hombros y sonrojándose un poco
—¿Funcionado para qué?
—Verte bien.
—Hombre, merci. Eso dicen, ¿no? Que no hay gente fea, solo gente pobre.
—Que triste... sinceramente los británicos no somos tan pobres como parecemos, de verdad.
—No hay nada vergonzoso en ser pobre... pero la verdad, tampoco es un gran honor.
—¡E insiste! Vale, vale... ya estableciste que somos feos y además te parecemos pobres.
—No te olvides de lo de asociales, también. Y estoy seguro que puedo encontrar algunos defectos más para antes del final del día—responde riéndo.
—¿Alguna virtud?
—Alguna debe haber cuando te conseguiste a esa mujer que tienes por esposa... y France y las chicas están como están.
—¿France y las chicas están cómo están? Ah... hablamos de mis hermanos en general. Ya... ya. Supongo que sí —se ríe, la verdad, bastante nervioso de repente, pensando en Mónaco —. Bueno, de hecho, la chica que tú tienes no es para nada mucho menos que Galia.
—Hombre, no compares... no tienen nada que ver.
—Ya... Mónaco es rica.
—Por ejemplo, y aun así, en aspecto físico...
—Galia es excesivamente hermosa...
—¡Excesivamente!
—Quizás demasiado hermosa, ¡sí! —Gales se ríe.
—¿Cómo puede ser alguien demasiado hermosa? Y aunque lo lograra, ¿Cómo podría eso fastidiar a alguien?
—Nah, no me fastidia en lo absoluto. Galia es hermosa, es dulce y es buena...
—¿Y vas a... dejarla pensando así? No te creo —le sonríe.
—Sé que no parece muy brillante de mi parte... —Gales suspira otra vez
—En realidad parece una buena idea que no vas a llevar a cabo, si quieres una opinión un poco... infundada. ¿Sabes? Una de esas... en teoría, suena bien. A la práctica, no funciona —hace un gesto con la mano.
—Ya le dije que ninguno de los dos es del todo feliz —Gales le mira de reojo.
—Ya, bueno... ¿Y qué dijo? —Inclina un poco la cabeza.
—Que nunca voy a encontrar algo mejor que esto... y seguramente tiene razón.
—Uy...
—También me dijo cosas lindas como que ella no iba a dejar de estar aquí si en algún momento quería volver lo que me parece...
—Insisto. Uy.
—No me dijo "Si vas a irte, les dejo a ellos, pero no te vayas."
—Ya, pero... óyete a ti mismo. Creo que esto no te gusta lo bastante para plantearte dejarla, pero también suenas como en cualquier punto puedes decir que quizás estás siendo demasiado exigente y tú tampoco eres perfecto... y dejarte llevar por la comodidad y la rutina. Especialmente si ella no acaba de estar de acuerdo en tu decisión.
—Quizás soy un poco idiota... pero tengo esta esperanza en la vida de que quizás si haya alguien con quien me entienda del todo bien y para quien sea yo importante y... que si quiera realmente estar conmigo por mí.
—¿Ella no quería estar contigo por ti? —sonríe un poco igual porque la idea es muy romántica.
—Es que sé que eso suena terrible...
—Bastante.
—Visto lo visto creo que me dijo que si se casaba conmigo porque yo quería y porque no supo decirme que no. Y ojo, que no digo que no me quiera.
—Pero... discúlpame que insista con esto, pero es que igual que tú querías seguro había otros hombres que querían también. No parece el tipo de mujer que no pueda elegir.
—Creo que también yo... bueno, soy hijo de mi madre, que es el... siguiente problema —se ríe un poco.
—¿Qué significa eso?
—Mi madre es la media... naranja de Galia.
Luxemburgo se humedece los labios y le mira. El británico le mira de reojo pensando que... es que, si esto suena terrible para él, a este hombre le debe sonar absolutamente fatal.
—Estoy empezando a pensar que más que compasión necesitas una bronca.
Gales se ríe un poco y suspira.
—No creas que no he pensado bien esto de dejarlo con Galia... todo es demasiado complejo.
—Es que... creo que, en realidad, no va a ser una propuesta en firme hasta que realmente no encuentres a esa otra persona.
Gales le mira de reojo
—Y aunque entiendo el asunto romántico de pensar que alguien así pueda existir... —se encoge de hombros—. No sé, yo dejé de creer en eso hace muchos años.
—Mónaco no... ¿no? ¿Y si encontraras a... alguien? —porque yo acabo de empezar a creerlo de nuevo y es... tu culpa, piensa Gales para sí.
—Oh, no te dejes hundir por mi cinismo —sonríe—. En realidad, creo que todos deberíamos hacer como tú, así que te deseo la mejor de las suertes.
—No, mi pregunta es en serio, qué pasa si encuentras a alguien que te guste y... cumpla con las expectativas. Vamos a decir, si alguien tuviera algún interés en tí... ¿tendría alguna posibilidad? —¿No te quieres hincar de una vez y pedirle ser tu novio?
—Pues... no lo sé, tendría que ser alguien muy... ni siquiera lo sé —se ríe un poco—. ¿Cuándo se ha vuelto esta conversación así de densa?
—Todas las historias tienen una parte densa. Introducción, nudo y desenlace... son los elementos más básicos de una historia —le mira y sonríe sinceramente.
—Es que no digo que con Mónaco... ella es genial. Es preciosa, inteligente, dulce... pero... probablemente soy un estúpido por no aprovecharla mejor.
—Tengo la teoría de que... no debería ser tan difícil —se humedece los labios.
—¿A qué te refieres?
—Obviamente todas las relaciones son... complejas. Y obviamente todas requieren esfuerzos distintos... y no pocos, solo... creo que para que una pareja realmente funcione bien, los esfuerzos no deben ser extraordinarios, deben salir... naturales. Galia no debería tener que hacer un esfuerzo enorme para dejar a Rome y a Germania sin conseguirlo... yo no debería tener que romperme el corazón para ser paciente, sin conseguirlo. Tú quizás no deberías tener que esforzarte todo el tiempo para tratar de dejar de trabajar, sin conseguirlo.
—Probablemente yo soy un caso clínico, quiero decir... —le muestra la tablet y vuelve a parpadear dándose cuenta que está apagada otra vez.
—Ya, yo también tengo una... —Gales sonríe, porque bien que nota que no se ha puesto a trabajar como ha dicho —. ¿Qué tiene de clínico tu caso? ¿Que no puedes dejar de trabajar?
—Es... sí, un poco así. A veces ni siquiera tengo realmente tanto trabajo, pero no tengo ganas de salir con ella tampoco y prefiero quedarme a adelantar... es un poco triste.
—Discúlpame, pero... ¿ves por qué necesitas un manager de Relax and Leisure?
—¡Venga ya! —protesta riendo y Gales se ríe también.
—Así que... si yo te invito a tomar una cerveza y me dices que no puedes porque tienes mucho trabajo, siempre me quedaré con la pregunta de si... lo que pasa es que no tienes tantas ganas de salir conmigo o si de verdad tienes trabajo.
—¿Y qué pretendes? ¿Que cada vez que alguien me proponga un compromiso social tú me digas si debo o no debo ir aunque no me apetezca? A Mónaco vas a encantarle.
—No, no... decididamente no. Esa actividad me parecería terrible y definitivamente no es algo que quisiera que alguien hiciera por mi —se ríe negando con la cabeza—. Más bien...
—Aja?
—Yo te distraigo... de manera tal que estes relajado y divertido.
—¿¡Cómo voy a estar relajado y divertido si lo que haces es no dejarme trabajar!? —protesta riéndose un poco.
—Pues sí que puedes trabajar en los horarios normales en los que la gente trabaja... ¡No en domingo a las seis de la mañana!
—¡Pero es el mejor horario!
—Pff, que va. ¿Sabes? Es que lo que me estás diciendo es que trabajas tanto porque no encuentras una cosa que hacer que sea más divertida.
—Quoi? Mais non, tengo un montón de cosas que puedo hacer, creo que tengo todos los métodos de relajación y entretenimiento existentes a mi abasto.
—Y ninguno te parece tan divertido como trabajar... lo cual sí es un poco raro, no voy a decir que no, pero estoy seguro de que si hay cosas que se pueden hacer.
—¿Cómo por ejemplo?
—Hablar conmigo, por lo visto —sonríe nerviosito, no vamos a decir que no.
—Solo estoy siendo educado —miente.
—Ohh... ¿me estás diciendo que esto no va a durar? Y luego te quejas de que la historia se pone densa...
—Por el bien de mi país, espero que no, no sé cuántas noches así puedo permitirme —se ríe.
—¡No sabes cuantas noches de sábado libres puedes permitirte!
—¡Exacto!
—Voy a insistir con ese asunto de la eficiencia... —sonríe de lado entrando ya a la calle de la casa de toma, sinceramente sin querer llegar.
—¡No es eso! —protesta de nuevo riéndose.
—¿Qué va a ser si no?
—Pues tú, ni siquiera sé cómo lo haces.
—Eso no te lo voy a decir... —sonríe buscando un lugar.
—Eres un peligro.
—Espero que no sea esa la idea final con la que te quedas...
—Uy, sí, ahora va a resultar que no quieres ser un peligro.
—Bueno no tanto como para que dejes de responderme al teléfono... —Gales se ríe con eso, mirándole de reojo.
—Vale, esa sí me la creo.
Al fin... apaga el coche, girándose a él y pasándose de nuevo una mano por el pelo.
—Oh... —Luxemburgo mira alrededor notando que ya han llegado.
—Bueno... te he traído bastante a tiempo. Y entero. Y distraído. Y... ojalá no te mantengas tan lejos porque no quisiera terminar borracho hoy, porque voy a golpear a Rome y a Germania, y no soy bueno en eso en lo absoluto.
—Si hay algo para la que no puedo ayudarte es como asistencia en una pelea...
—Eso ya puedo notarlo... —sonríe de lado sonrojándose un poquito pensando en... el... desnudo —. Vamos a ver cómo va.
I La cosa es que... no abre la puerta. Es decir, los seguros sí que se abren, pero... él no hace ningún movimiento de abrirla.
—Igualmente, ha sido divertido —asegura él sí abriéndola—. Y tal vez me arrepiento menos de lo que debería, pero shhh…
Gales se ríe un poco con eso, mirándole de reojito. Y es que... tiene un poco de terror de hoy. Aunque no parezca así, la verdad venir hablando con Lux ha hecho que de verdad si venga, porque parece ser que de natural... a medio camino se habría vuelto a casa. Le toma unos segunditos más de... pánico escénico... el abrir la puerta, vacilante.
—Ça va bien?
—¿Crees que lo noten demasiado si... digo que algo urgente me pasó y... no entro?
—Oui! Venga, mi hermana me ha dicho que era importante que estuviéramos.
Gales lloriquea un poco, porque la casa le impone.
—Ugh... Vale, si ves a una horda de personas que intentan matarme, please... ¿intentarías distraerles en lo que huyo? —pregunta sonriendo un poco.
—Oui, venga, intentaré sobornarles o algo —le da la vuelta al coche y le tiende la mano
Gales se sonroja un poco, pero quien es el para negarse a esto. Toma la mano, y sale del coche... obediente como un corderito.
—O puedo burlarme de ellos pasivo-agresivanente a susurros contigo una vez se hayan ido.
—Eso... estaría considerablemente mejor —es que hasta ojitos de corazón pone y Luxemburgo se ríe—. Buff...
—Quoi?
—Me alegra que... el principio de esta nueva amistad... —se gira a mirarle... y con todo el valor que tiene, levanta la mano y le quita un poco el pelito del ojo. El flamenco parpadea sin esperarse eso—. Tenías... una abeja en el pelo —murmura como explicación, sin saber cómo es que se ha atrevido a ello, carraspeando.
—Supongo que eso me deja en deuda contigo.
—Oh, desde luego.
—Dreckt. Al final si tendré que acabar pegando a alguien a este paso.
Gales se ríe con eso, cerrando el coche y yendo a la puerta de la casa.
