Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de perdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida!¡Qué león tan morboso y masoquista!¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: Algunas frases orignales del libro Amanecer apareceran en la historia.


Parte IV

En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias. — Robert Green Ingersoll

Observe con curiosidad la puerta, las risas se acercaban tan rápido como el sonar de un latido, mi corazón bombeaba furioso y yo solo deseaba que toda la angustia terminara. Entonces Alice rompió todo el suspenso de la escena, devolvió sus pasos hacia su carro, dejándome completamente sola frente a la casa de los Swan, me tense esperando que de una vez por todas abrieran la dichosa puerta, entonces si hablaríamos de un buen disgusto.

La puerta chirrió al ser abierta, escuche unas ruedas dirigirse hacia la entrada casi con precipitación, en aquel momento me hice a un lado esperando que algo se arrojara por el camino, pero nada salió del interior de la casa de Bella, moví mi cuerpo unos cuantos centímetros, para cerciorarme que no había escuchado mal, no obstante, alguien me había visto ya.

— Charlie ¿Estas viendo lo mismo que yo? —pregunto Billy alzando la vista para encontrarse con la mirada de su amigo.

— Creo que si —contesto Charlie frunciendo el cejo—. O lo dos, estamos viendo alucinaciones a causa de la cerveza.

— Tal vez —coincidió Billy maniobrando su silla—. Vamos a tener que cuidarnos de tomar tanto alcohol.

— Estoy de acuerdo —asintió Charlie.

Fruncí las cejas hasta formar una línea o al menos eso sentía, casi puse los ojos en blanco ante tal conversación, yo había esperado que les hubiera dado un infarto en la puerta de la casa, no que me confundieran con una alucinación provocada por la cerveza, casi podía llorar por la emotiva bienvenida, sin embargo ambos seguían con los ojos puestos en mi.

— ¡Charlie! —exclamó alborozada Alice—. Hoy tenemos la última prueba.

— Espero que sea así —mascullo Charlie—. De todos me voy a ver ridículo.

— Seremos dos —dijo Billy saliendo de la casa para darle espacio a la vampira—. No creo que un traje y una silla de ruedas combinen.

— Ese es mi único consuelo —murmuro Charlie haciendo un gesto de aburrimiento.

Alice hizo un mohín, nadie que fuera vestido por ella podía verse ridículo.

— ¿No notas algo fuera de común, Charlie? —pregunto Alice empujándome un poco hacia delante.

— Hace rato lo note —dijo Charlie clavando sus ojos marrones en mi—. Solo pensamos que había sido una alucinación.

— Creo que lo mejor será irme —medio Billy lanzándome una mirada seria—. Esto va ser una larga conversación.

— Nos veremos —dijo Charlie metiendo las manos en sus pantalones de policía—. Solo no olvides lo que te dije.

— Esta bien —mascullo Billy de mala gana.

Charlie giro sobre sus talones e ingreso a la casa ignorando mi presencia, Alice lo siguió la interior con los vestidos empacados; lance un suspiro a la calle y unas cuentas gotas de agua aterrizaron en mi cabeza, después de todo no había sido una gran idea haber venido, lo mejor que podía hacer en esos instantes era irme caminando a casa de los Cullen, Charlie no le gustaba mi presencia y eso era evidente.

— Así que has vuelto —hablo Billy Black haciéndome sobresaltar.

Billy Black me miraba con seriedad desde su posición, pestañee asombrada al escuchar su voz, no entendía por que se dirigía a mi en esos términos, nuestro ultimo encuentro había sido algo tirante e incluso bastante chocante, seguro aun debía seguir odiándome por lo que le hice a Jacob, aunque nunca le había dado alas para que se enamorara como lo hizo.

— Así es —conteste poniendo mis dedos en los ojales delanteros del jean—. Lamento lo de Jacob.

— No fue tu culpa —musito Billy Black bastante quedado—. Ese chico es muy cabezota, parece ser que los amores imposibles lo persiguen.

—Quizás las cosas mejoren más adelante —dije bajando la mirada a las botas de gamuza.

— Eso espero —dijo Billy Black con un tono serio—. Lamento haberte tratado de forma dura aquel día, ahora entiendo las razones de tu rechazo hacia Jacob y también tu forma tan extraña de actuar.

— No se preocupe —dije encogiendo los hombros de forma despreocupada—. Yo también tuve un poco de culpa en todo lo que sucedió.

— ¿También que Jacob la hubiera besado? —pregunto Billy arqueando una ceja.

— Tal vez soy inocente en ese aspecto —musite no muy segura.

— Solo quería que supieras, que no te guardo rencor por lo que sucedió —dijo Billy Black empezando a rodar en su silla—. También, que eres bienvenida en La Push cuando quieras volver.

— Gracias —dije bastante asombrada por el cambio.

— Suerte con Charlie —dijo Billy mientras se alejaba en su silla.

Suspire resignada e ingrese a la casa de los Swan. Ni Charlie y Alice estaban a la vista, supuse que no le haría mal a nadie sentándome en uno de los puestos individuales, pasee la mirada entre la paredes tan llenas de recuerdos para mi, incluso observar el sofá donde tantas noches había pasado me hacia sentir nostálgica y muy vieja.

Enjugue las lágrimas que salieron de mis ojos, odiaba llorar, había llorado tanto en mi otra estadía que no duda si existía un rio en mi nombre; unos pasos retumbaron en la escalera y para cuando alce la vista, Charlie y Alice bajaban, el padre de Bella con mala cara y la vampira con un entusiasmo a punto de inundar la habitación.

— ¿No luce estupendo? —pregunto Alice pululando al lado de Charlie mientras bajaba.

— Luzco ridículo —insistió Charlie frunciendo los labios.

— Se ve muy bien —medie.

— Claro —mascullo Charlie.

Alice trabajo con paciencia maestra sobre el traje, no deseaba despegar mis labios en absoluto, tenia la sensación que Charlie me respondería mordazmente si lo hacia, descubrí al jefe Swan mirándome acusadoramente cada que Alice le daba vuelta, estaba deseando que esta tortura terminara pronto, me estaba sintiendo peor que mi conversación con Carlisle.

Moví mis pulgares en circulo y parecía que estuviera en una biblioteca, casi podía escuchar los chistidos que harían si preguntaba algo, conté mentalmente ovejas y no sirvió de nada, Charlie parecía no muy contento con volver a verme, parecía desear que no hubiese entrado por su puerta, yo estaba muy cerca de sentir lo mismo.

— ¿Papá? Llamo Bella abriendo la puerta de la calle—. Estoy en casa.
—Espera, Bella, quédate ahí —dijo Charlie casi con un gesto horrorizado.
— ¿Ah? — preguntó Bella, parando automáticamente.
— Dame un segundo, Ouch, lo hiciste, Alice —dijo Charlie inclinándose sobre Alice.

Lance una mirada curiosa para saber que había sucedido, y una manchita roja había aparecido cerca de los puños del saco, Alice tomo un gran trago de aire, no debía ser nada halagador tener sangre fresca bullendo cerca de su nariz, me tense esperando alguna reacción de la naturaleza y Alice apretó los dientes un poco.

— Lo siento, Charlie — La vibrante voz de Alice respondió.
— Estoy sangrando —dijo Charlie consolándose de haber estropeado el magnifico traje.
— Estás bien. No pase la piel —dijo Alice dedicándole una mirada de advertencia —confía en mí.
— ¿Qué esta pasando? —demando Bella con un tono vacilante.
— Treinta segundos, por favor, Bella —dijo Alice—. Tu paciencia será recompensada.
— Hhmm — añadió Charlie

Había que hacerle justicia a las habilidades de Alice, Charlie se veía muy elegante enfundado en ese traje, trate de observar si tenia el logotipo de algún diseñador, ¿quizás Armani?, pero antes que adivinara a donde la vampira había recurrido, los treinta segundos pasaron por arte de magia y Bella irrumpió en el escenario de prueba de vestuario.

— ¡Oh! —exclamó Bella—. Aw. Papá. ¿No te ves…?

— ¿Tonto? —interrumpió Charlie sintiéndose incomodo con el vestido.

— Estaba pensando en elegante —confeso Bella mirando de arriba a bajo a su padre.

Charlie se sonrojó. Alice tomó su codo y tiró de la manga, lo dio vuelta en círculo para exhibir el traje de color gris pálido. Bella se percato de mi presencia y me saludo con un tímido agite de manos, el jefe Swan nos observo con los ojos entornados, tal vez preguntándose si su hija era culpable de la "pequeña sorpresa".

—Ahora sácame esto, Alice. Me veo como un idiota —volvió a insistir Charlie.

— Nadie que ha sido vestido por mi se ve como un idiota —replico Alice fingiendo ofensa.

— Tiene razón, Papá. ¡Te ves fantástico! ¿Cuál es la ocasión? —pregunto Bella, quizás dentro de unos segundos no quería saberlo.

Alice giró sus ojos. —Es la prueba de talle final. Para ambos.

Bella despego la mirada del inusualmente elegante Charlie y por primera vez vio la temida bolsa blanca de ropa recostada cuidadosamente a través del sofá. Parecía que no le hacia muy feliz el hecho de vestirse de novia en su boda, si supiera el escandaloso vestido que me haría utilizar Alice, de segura estaría agradecida que su traje fuera más recatado.

—Aahh —dijo Bella comprendiendo y a la misma vez resignándose.

— Ve a tu lugar feliz, Bella. No nos tomará mucho —le recomendó Alice.

— ¿Ya te toco el turno? —me pregunto Bella con cara de borreguito a medio morir.

— Si —conteste dedicándole a la espalda de Alice una mirada nada feliz—. Cada vez me sube más centímetros al dobladillo.

Charlie soltó un bufido que sacudió el vestido.

— No saldrá desnuda, ¿cierto, Alice? —pregunto Charlie con un tono de censura.

— Hannah exagera —contesto Alice mostrándome la lengua—. Solo le subí un centímetro.

— Eso no me pareció ayer —recordé.

— Bien —dijo Alice dándole un último vistazo a Charlie—. Ahora nos ocuparemos de ti Bella, no hagas daños durante mi ausencia, Hannah.

Observe con los ojos entornados a la vampira y desapareció junto con Bella escaleras arriba. Charlie y yo nos quedamos solos en la sala, estaba segura que Alice había hecho que viniera a propósito, no dudaba que se demoraría una eternidad, con tal de que el jefe Swan y yo resolviéramos unos cuantos problemillas.

Charlie mascullo algo entre dientes no muy contento, antes que yo pudiera expresar mis disculpas por haber desaparecido de forma tan repentina, él subió las escaleras con rapidez para tratarse de un humano, suspire, al entendedor pocas palabras, Charlie y yo no haríamos ningún avance, lo más sensato que podía hacer esos instantes era esperar ha Alice en el porsche.

Después de varios minutos en completa soledad, comprendí que en realidad Bella era la única que me quería en su casa, pero no podía luchar contra Charlie e imponer mi presencia, así que en la vida no habían premios ni castigos, lo que nos quedaba era afrontar las consecuencias de los actos que llevábamos acabo, entonces lo único que Charlie podía ofrecerme era una indiferencia total, por mi falta de comunicación.

— ¿Te vas otra vez? ¿Sin despedirte? —inquirió Charlie sobresaltándome mientras me dirigía a la salida.

— No quiero imponer mi presencia a nadie —conteste volviendo para encontrarme con unos ojos idénticos a los de Bella.

Un silencio nos acompaño unos segundos, Charlie paso una mano por su nuca evidentemente incomodo y sin saber que decir, observe sus movimientos lentos y precisos, había echado tanto de menos a Charlie y solo hasta ahora me daba cuenta, que los Swan y los Cullen se habían robado un trocito de mi corazón.

— ¿No vas a decir nada? —mascullo Charlie serio.

— Creo que si —dije bajando la mirada al suelo—. Siento haberme ido de esa forma, creí que lo comprendería, pero hice todo mal y la verdad siento mucho no haberme despedido.

— Supongo que lo esperaba en cualquier momento —dijo Charlie soltando un suspiro—. Te eche de menos estos meses.

— Yo también —dije sin muchas ganas de levantar los ojos.

— La carta que nos dejaste, supuse que fue una forma de advertirnos que no volverías —comento Charlie dando unos pasos en mi dirección—. Bella y yo hemos leído muchas veces esa carta durante tu ausencia, tratando de comprender por que nos dejaste sin una explicación.

Mordí mi labio inferior, tratando de reprimir las lágrimas que amenazaban con escapar, como explicarle que eran personajes de mi inconsciencia, como decirles que había vuelto para despedirme y nunca volver, como decirle a Charlie que lo quería como ese padre que siempre quise y que temía su rechazo.

— Lo siento —farfulle sintiendo que inundaría la casa en cualquier instante.

— Esta bien —dijo Charlie carraspeando un poco—. Creo que ya te castigue lo suficiente desde que entraste por esa puerta. Ahora dime, ¿Qué te dijo Billy?

— Que no me guardaba rencor por lo sucedido —conteste limpiando algunas lagrimas que se habían escapado—, ahora tengo paso permitido en La Push.

— Ven —dijo Charlie señalando los asientos que ocupaba su pequeña sala—. Tenemos mucho que hablar.

Charlie y yo nos sentamos hablar como dos viejos amigos, que se encuentran después de una larga travesía. Era interesante escuchar toda la historia desde su punto de vista, nunca me imagine que el jefe Swan fuera tan preciso en los detalles, ni tampoco que le agregara un poco de humor al asunto.

Por él, supe que Edward había dejado a Bella unos cuantos meses y que su hija había atravesado una fuerte conmoción, que por poco la lleva hacia la muerte; también que Jacob había sido interrogado por la policía de Forks luego de mi desaparición, debí imaginármelo, él fue quien me vio por ultima vez y quizás proporcionaría pistas para que me encontraran, aunque también supe que mi cara estuvo pegada hasta en la tienda de los Newton.

Bella y ninguno de los Cullen, se había tomado la molestia de contarme lo que había sucedido durante mi ausencia, aunque sabia poco o nada de los acontecimientos, tenia ese bichito de la curiosidad por saber en que había modificado la historia, ¿quizás alguien llorando por mi ausencia?, pero con la carga de trabajo que había en la mansión Cullen, no había tiempo para sentarse a charlar largo y tendido.

— Entonces, Jacob desapareció —comente cuando Charlie me ponía la tanto de los últimos acontecimientos.

— Si —comento Charlie lanzando una mirada hacia el techo—. Sospecho que no le agrado la idea de que Bella haya elegido a Edward, casi me hablo con furia la ultima vez que nos vimos, ¿no se como alguien puede estar furioso, cuando se acaba de accidentar en una motocicleta?

Por lo visto, todo había ocurrido. La persecución de Victoria, la batalla con los neófitos, la manada de los licántropos, la inclusión de Leah como la única mujer loba en la historia de los quileutes, la aparición de los temidos Vulturis, además de algo terrible y devastador… la muerte de Harry Clearwater.

— ¿Él como se tomo mi partida? —le pregunte a Charlie.

— Tendrás que preguntárselo tú misma —contesto Charlie cruzándose de brazos—, claro si vuelve antes de que te vayas.

— ¿Cree que para navidad este de vuelta? —inquirí lanzándome a un futuro incierto.

— ¿Piensas quedarte hasta navidad? —preguntó Charlie abriendo de más sus ojos.

Asentí de manera silenciosa, sabia que me quedaría hasta el final de sus líneas, solo hasta entonces esperaba que no pasara mayor cosa.

— Es lo más seguro —asegure.

— ¿Otra vez te están persiguiendo? —indago Charlie encarnando el policía que llevaba a todos lados—. Por que si es así, pongo a toda la policía del condado para que peine el área; creo que quedarte con los Cullen es una buena idea, es una propiedad bastante escondida y mucha gente los evita.

— Un momento —dije alzando las manos para detener su discurso—. Nadie me esta persiguiendo, solo vine para esta vez hacer las cosas bien, además tengo que decirte algo Charlie y creo que no te va gustar.

— Después de que no sea, que tú también te vas a casar —mascullo mirándome con recelo.

Apreté los labios más de la cuenta, contarle a Charlie mis planes futuros, era como si me fuera enfrentar a un padre de verdad, y es que el policía encarnaba todos esos miedos de las hijas adolescentes, bueno yo no pertenecía a este mundo y al igual que Bella, quería que supiera que iba ser la mujer más feliz del planeta.

— ¡Por todos los cielos! —exclamó Charlie poniéndose de un color rojo—. ¿Qué le pasa a la juventud de hoy?

— Charlie, esta vez no voy a volver —dije haciendo que me prestara toda su atención—. Vine una temporada para estar con ustedes y luego me iré para siempre, será como esta vez, como si me hubiera tragado la tierra.

— Supongo que no puedo hacerte cambiar de opinión —dijo Charlie con cierta nostalgia en sus ojos.

— No, no hay marcha atrás —confirme.

— Bien, creo que no deberías desaprovechar el tiempo —dijo Charlie alzando los hombros despreocupadamente—. Bienvenida otra vez.

Antes que pudiera agregar algo más, los brazos de Charlie me envolvieron en un paternal abrazo, las cosas no habían cambiado mucho durante mi ausencia, aunque tal vez que el jefe Swan me abrazara por su iniciativa era un paso, tal vez las cosas serian de un modo diferente y con suerte Jacob, actuaria este vez con el cerebro.

— ¡Bravo! —aplaudió Alice desde lo alto de la escalera—. Creo que mi misión ha terminado.

— Ya sabia que todo lo habías tramado —dije con un tono acusador.

— Alice —se quejo Bella mirando su traje de novia que la hacia lucir magnifica—, ¿ya terminamos?

— Aun no —confirmo Alice—. Nos quedan algunos detalles.

— ¿Por qué a mi? —se lamento Bella internándose de nuevo en su habitación.


Hola a todos los lectores de este fic, espero que hayan pasado unos encantadores día durante mi ausencia. Muchisimas gracias por su mensajes, ya saben no tengo palabras para agradecerles que se tomen parte de su tiempo para leer, les regalaria a cada una un Edward, un Jacob, un Jasper (pero creo que me lo quedo para mi) y tambien un Emmett, pero ya saben son hombres compremetidos y muy enamorados.

Lamento haberlas dejado intrigadas, pero ya saben que suspenso es mi segundo nombre, aunque sonaria algo extraño Katherine Suspenso, pero como dirian en un libro que recien lei, por eso nunca digo mi segundo nombre es demasiado vergonzoso. Bien, veo que pululan demasiado preguntas entorno a lo de Jacob y Hannah, pues bien chicas esto es decision suya, nina-co ha lanzado una sugerencia demasiado interesante, la chica en cuestion quiere que estos dos sean algo asi como "amigos con derecho", hasta que aparezca Nessie, ¿Ustedes que opinan?

Pues a mi la verdad me suena algo, los unicos que saben del matromonio son los Cullen y nada más sabroso que algo escondido, bien ya me calmo estoy dejando escapar demasiado mi imaginación, tengo tanatas sorpresitas para esta historia que ya estoy batiendo el molinero por la anticipación, ya quiero que lleguen los capitulos de la boda y escribir de una vez el encuentro, no saben como me pican las manos por escribirlo, a mi parecer demasiado emocionante, peor bueno no puedo adelantarles nada.

Gio queria saber hasta que punto voy a seguir, pues hasta que fueron felcies y comieron perdices, todo, absolutamente toda la historia la hare y no se escapara ningun detalle, bien ya van 91 y espero de todo corazon que les haya gustado este capitulo, por que a mi en lo particular me ha enternecido y casi me hace soltar unas cuantas lagrimitas.

Nos veremos en una proxima proxima actualización y alisten sus mejores galas, que ya casi es la boda, hasta entonces...

Kathyarius.