Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.
Summary: Secuela de perdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida!¡Qué león tan morboso y masoquista!¿Qué hago resolviendo sus problemas?
Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.
Advertencia 2: Algunas frases orignales del libro Amanecer apareceran en la historia.
Parte V
Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía. —Anatole France
Para ser agosto estaba haciendo una noche magnifica, solo quedaban horas para que por fin Edward se casara con su humana, ladee la cabeza en busca de alguna estrella fugaz en el cielo, pero no halle ninguna, no había podido dormir las ultimas horas y solo había conseguido dar vueltas en la amplia cama, entonces ahora me conformaba con contar las estrellas que habían en el oscuro cielo, tratando de que el sueño por fin me venciera.
De la nada una marmórea mano, acomodo un mechón liso que se había escapado de mi oreja izquierda, mi cuerpo se tenso con el contacto y parte de mi brazo izquierdo quedo congelado, no es que tuviera miedo a la súbitas apariciones, sino que contaba con que el genero masculino de los Cullen, a excepción de Carlisle, estuviera vagando por los bosques de Washington en busca de unos venados para alimentarse.
— ¿Qué le hicieron a tu cabello? —pregunto Edward con un tono de horror fingido.
— Alice —conteste a toda explicación—. Ya sabes, quería que me viera diferente.
— Me gustan más tus rizos —confeso sentándose frente a mí—, ¿necesitas ayuda para dormir?
— ¿Estas sugiriendo dejarme inconsciente? —dije mientras esbozaba una sonrisa.
— Bueno, existen otra maneras —dije negando con la cabeza.
Solté una risita que rompió el silencio en la habitación, aunque de la puerta para fuera, aun se escuchaban los últimos detalles que Alice no había terminado o los que no habían pasado su ojo clínico. Observe el rostro de Edward y sus ojos se mostraban melancólicos, me pregunte que le sucedía ahora, Edward era un especialista en llevar todo a los extremos, parecía que no existían los puntos medios para él.
— Te ves diferente —comento Edward posando sus ojos dorados en mi—, ¿Quién eres y que has hecho con Hannah?
— Muy gracioso —conteste observándolo con los ojos entornados—. He crecido es todo, no querrás que me comporte como antes, ¿cierto?
— Bueno, admito que antes era muy divertido —confeso apoyando los pies blancos sobre su mullido sofá—. Ahorcar a Newton fue tu momento estelar, el chico no fue el mismo desde entonces.
Bufe con suavidad. Subí mis pies al sofá y los puse cerca a los de Edward, era un contraste bastante interesante, canela y blanco, sin embargo, éramos tan iguales en ciertos aspectos, tozudos hasta morir y con un complejo de estar protegiendo a la gente hasta rayar lo insoportable. Observe el color de las uñas con atención, era cómodo estar en silencio, no había nada que pensar y tampoco en que decir en caso de discutir.
— Pensé que te llevarían a un club de strippers — dije con sorna.
— Pues solo ha sido un par de pumas —contesto Edward apoyando su barbilla sobre las rodillas—. Si no fueras humana, estaría encantado de pasar estas horas contigo, supongo que debes estar a punto de quedarte dormida.
Observe a Edward sorprendida, aunque aprovechábamos los poco ratos en la cocina, nunca se me había pasado por la cabeza esta extraña petición; guarde silencio unos segundos, tratando de comprender esas extrañas palabras, busque entre mis recuerdos alguna expresión de advertencia de Alice, lo único que recordé fue, "haz como si nada hubiera sucedido".
— ¿Dormida?, no tengo sueño —dije lanzando una mirada hacia el oscuro cielo—. Creo que la emoción no me deja dormir.
Edward sonrió haciendo poco sonido y sus manos, me obligaron a mirarlo.
— ¿Emoción? —pregunto con un sonrisa torcida.
— Estoy tratando de imaginarme como será el día de mi boda —confesé mordiéndome el labio inferior—, supongo que sentiré estos mismos bichitos que están aleteando en mi estomago.
— Me hubiera gustado, poder entregarte en el altar —dijo Edward mirándome a través de sus largas pestañas—; quizás advertirle, que voy a estar en la oscuridad si te llega a lastimar.
— No se te ha quitado lo paranoico —musite—, imaginé que habías cambiado en mi ausencia.
El vampiro negó con la cabeza.
— Supongo ahora que Bella se convertirá en vampiro —dije en un susurro—, seré yo quien pague los platos rotos.
Edward me lanzo una mirada enigmática y sus dedos rozaron con suavidad mis pómulos, reí al sentir como si estuviéramos en una pequeña burbuja, los otros vampiros parecían ocupados en los últimos detalles, mientras que Edward y yo, parecíamos inmersos en otra realidad.
— ¿Por qué lo dices? —pregunto con ese tono aterciopelado tan característico.
— Por que seré la única humana a la redonda —conteste frunciendo un poco el cejo—. Entonces, espero que no exageres tanto.
— Jamás exagero —aseguro Edward alisando mi cejo fruncido—. Solo me preocupo por las personas que amo.
La sorpresa invadió mi cara, pero al mismo tiempo fruncí los labios para no quedar como una tonta, estudie con paciencia los ojos dorados que parecían mirar mi alma, en ellos veía pureza y verdad, una llama flameando con energía en el fondo de los mismos, entonces supe que Edward iría al fin de mundo con tal de rescatarme.
— ¿Me amas? —pregunte escéptica.
— Cada partícula de tu cuerpo —contesto Edward pasando con suavidad sus dedos por mi rostro—. Antes no comprendía esa clase de amor que despertabas en mi, entonces cuando casi mueres, comprendí ese amor que me hacías sentir, un amor incondicional, te arriesgaste a guardar nuestro secreto, nunca diste un paso atrás cuando pretendía hacerte correr, eso aun lo veo en tus ojos.
— Por un momento me asuste —confesé—. Pensé que me dirías, que nos escapáramos algún rincón recóndito de este planeta.
Edward curvo una sonrisa torcida y puso un dedo en mis labios con delicadeza.
— Me hiciste falta Hannah —manifestó con humor—. Hubo un momento en mi vida que casi pierdo la cordura —intente decir algo pero Edward negó—; te busque incansablemente para que me hicieras entrar en razón, pero nunca te encontré. Tus palabras me hicieron soportable mi mala decisión, entonces recordé la vez que te rapte y tú gritabas en tu cabeza que ibas a morir, que eras la chica equivocada que buscaba; aun cuando creí que mi hora había llegado, jamás abandonaste mi cabeza.
— Siento mucho lo que sucedió —musite contra el dedo de Edward—. Ya sabes a que he venido, recuerda que no seré eterna.
— Lo se —dijo Edward asintiendo con la cabeza—. Entonces me dedicare a disfrutar lo último que decidas regalarnos.
Me conmovió las palabras de Edward, sin ningún esfuerzo se había ganado el lugar de hermano mayor predilecto, aunque en sus ojos podía ver cuanto le costaba pronunciar esas palabras, para nadie era fácil renunciar a las personas queridas, ni tampoco aceptar de buena gana que ellas había hecho su vida, Edward parecía muy reacio a que yo me marchara de nuevo.
— Gracias —musite depositando un beso en su mejilla izquierda.
— Siempre será un placer —dijo Edward acariciando mi cabello.
— Hay algo que ha estado rondando por mi cabeza desde que llegue —confesé rompiendo la burbuja en que habíamos estado sumidos—. Hace unos días me dijiste que no me acercara mucho a Jacob, he hablado con su padre y con Charlie, ambos parecen muy preocupados por que no vuelva, Alice me ha dicho que se enamoro de Bella. ¿Qué sucedió exactamente?
Los ojos del vampiro cambiaron de color, así como sus facciones se endurecieron con rapidez, había algo entorno a Jacob Black que no deseaban hablar, sin embargo, aunque sabia en lo que se había convertido, también era contraproducente traer a colocación que yo sabia lo que en realidad ocurría, Edward se había burlado una vez, dos, lo más seguro es que terminaría en un manicomio.
— ¿Por qué tanto interés en él? —inquirió Edward frunciendo sus cejas—. Primero Bella y ahora tú.
— Recuerda lo que sucedió o mejor dicho, lo que le hice a Jacob —conteste enfrentando su dura mirada—. Desde que partí de Forks, no hago más que reprocharme por mi falta de tacto, aunque quisiera justificarme, créeme que no he sido del todo justa con el chico.
— Comprendo tu posición —dijo Edward con un tono serio—. No esta en mis manos contarte lo que sucede, debe ser Jacob quien te cuente su propia versión. ¿No crees que sea algo justo?
Incline la cabeza para dar mi consentimiento, aunque me hubiera gustado gritar a los cuatro vientos que ya sabia todo, que Jacob y un puñado de chicos se habían convertido en lobos para proteger a su gente, no obstante, una pelea a estas alturas de la noche era la peor idea que podía ocurrírsele a cualquiera.
— Él estará mañana en la fiesta —musite—. Estoy completamente segura.
— Odio cuando dices eso —declaro Edward torciendo una sonrisa—. Veo a la anterior Hannah asomándose con un sonrisa maligna.
— ¡Oye! —exclamé mostrando mi lengua—. Yo nunca fui maligna.
— Lo que digas —cedió Edward de buena gana—. Creo que ya deberías dormir, no creo que Alice le haga gracia verte con ojeras.
— En eso tiene razón —coincidí dejando escapar un bostezo—. Ahora, tatarea esa melodía que escuche la primera noche que fuiste espiar a Bella.
De los labios de Edward, comenzó a sonar la melodía que siempre sonaba en un rincón de mi cabeza, mis ojos se fueron cerrando poco a poco y la poca lucidez de la que podía hacer gala, se fue apagando con lentitud a la espera de otro día.
•••
Abrí mis ojos con temor y desvié mi vista hacia la procedencia del estruendo, que amenazaba con derribar la puerta. Gemí al comprender lo que estaba sucediendo, aun con los ojos cerrados camine para reclamarle a Emmett su falta de consideración, a medida que me acercaba podía escuchar su sonrisa anticipatoria.
— ¡Buenos días! —grito Emmett alzando mi cuerpo en vilo con un solo brazo.
— ¡Por todos los cielos, Emmett! —exclamé sintiendo que el aire se escapaba de mis pulmones—. Agradecería que me despertaras con más delicadeza.
— Alice me recomendó que te despertara —dijo Emmett con una enorme sonrisa—. Dijo que en unos minutos llegara Bella.
— Supongo, que ella no menciono algo parecido a estruendo —dije tallando mis ojos para ver mejor—. Por favor, mis pies quieren sentir el suelo.
Con una gran sonrisa, Emmett por fin me dejo en el suelo, solté un suspiro, no había olvidado que yo le debía una por haberme burado de su castigo. En las manos de Emmett había una bandeja con panqueques, hoy parecía que la vida sonreía, o al menos para un gran numero de personas.
— Edward me ordeno que te trajera el desayuno —dijo Emmett mirando los panqueques no de muy buena manera—. No entiendo como puedes comerte esto, huele fatal.
— Para ti —dije tomando la bandeja—. Si lo probaras, no dirías lo mismo.
— Lo único que se —dijo torciendo una sonrisa burlona—, es que no comería nada preparado por Edward.
Observe con los ojos entornados a Emmett mientras se alejaba, como podía decir que Edward era mal cocinero, pinche los panqueques para ver si Emmett no había le había echado alguna salsa picante o algo por el estilo, con un poco de miedo me atreví a probarlos y por suerte Emmett no había metido sus criminales manos.
Camine de un lado para otro por la habitación de Edward, arregle algunos desordenes y acomode la ropa que Alice había sugerido la noche anterior, lo único que no estaba en la habitación era el vestido de la dama de honor, la duendecilla había alegado esconderlo en su habitación, para que yo no pudiera hacer algo con su preciada creación.
Me quede varios minutos bajo la regadera, deje que el agua relajara mis músculos, estaba un poco nerviosa por los sucesos que ocurrirían en unas horas, no estaba muy segura de las reacciones que todos harían cuando me vieran nuevamente, aunque a la larga no debía importarme, ninguno tenia el derecho de reprocharme algo que estaba fuera mis manos.
Cuando termine de bañarme, escuche el auto de Alice frenar frente al porche, entonces la voz de Bella se escucho a los lejos, en cualquier momento comenzaría el circo del salón de belleza, amarre con rapidez el albornoz y baje las escaleras para encontrarme con la novia y la otra dama de honor.
— ¿Qué es eso? —pregunto Bella con los ojos tapados por las manos de Alice.
— ¿Es demasiado? —indagó Alice con la voz absolutamente preocupada —.Tu eres el segundo humano aquí. Deseo que esté bien.
— ¡Huele genial! —aseguró Bella esbozando una sonrisa—. Amapolas naranjas... lilas, y algo mas... ¿estoy en lo correcto?
—Muy bien, Bella. Olvidaste las fresias y las rosas —contesto Alice posando su mirada en mí—. Bueno días Hannah.
— Buenos días Alice, Bella —dije haciendo espacio para dejarlas pasar—. ¿Le dijiste a Emmett que me despertara?
Bella dirigió su cabeza en mi dirección, aunque no podía ver nada; Alice negó con la cabeza comprendiendo lo que estaba hablando, las seguí hasta el cuarto de la duendecilla, hasta que no estuvimos en el baño, los ojos de Bella no estuvieron libres.
— ¿Qué le hicieron a tu cabello? —inquirió Bella observándome extrañada.
— Alice —dije lanzándole una mirada a la susodicha—. Edward también quedo un poco horrorizado con mi nuevo look.
— ¿Lo has visto? —pregunto Bella con un tono de recelo.
— Anoche —conteste alzando los hombros—. Casi nos ponemos a llorar.
Alice soltó una risita y sentó a Bella en una silla rosa.
— No te preocupes, Alice ya me torturo —le dije a Bella cuando abrió su boca—. Hoy será tu gran día.
— Gran día —mascullo Bella no muy convencida—. Voy a parecer simple cuando me vean.
— Nadie se atreverá a llamarte simple cuando termine contigo —aseguro Alice poniendo sus manos en la cadera.
— Sólo por que tendrán miedo de que les chupes la sangre —dijo Bella apoyándose en la parte de atrás de la silla y cerro los ojos.
— ¿Ya puedo ver como quedo el vestido? —pregunte siguiendo con atención el tratamiento que se le aplicaba a Bella.
Alice frunció los labios y se perdió por unos instantes en el futuro.
— Esta bien —dijo con una mirada de advertencia—. Ni se te ocurra hacer alguna modificación.
— Además, no tengo tiempo para hacérselos —dije en mi defensa—. Tendré que salir con los ojos cerrados para no ver sus reacciones.
— No creo que vayas a verte mal —medio Bella—. No concibo que Alice vaya hacerte desfilar desnuda.
— Lo dices por que no has visto el vestido —dije preparándome para lo que venia continuación—. Bueno, ¿Preparada para batear Bella?
—No lo digas ni en broma —apunto Alice con un peine a punto de disparar—. Ve por el vestido y Rosalie te atenderá en lo que me ocupo de Bella.
Solté un suspiro resignado, Bella no seria la única que sufriría en manos de los vampiros.
Hola a todos, espero que hayan pasado unos encantadores días durante mi ausencia. Quiero darles un enorme gracias por sus mensajes ya completamos 114 y de verdad ha sido toda una proeza que en cuatro capitulos ya hayan tantos, un saludo especial a Almendra Black has sido el review 100, ya sabes te regalaria un Edward, pero Forks me queda muy lejos y aun no se, si en mi pais han llegado los muñecos Mattle de los protagonistas.
Bien, espero que les haya gustado este capitulo, aunque es un poco corto, si se que otra vez lo deje en supenso o tal vez no, pero creanme que este pequeño capitulo es necesario para el gran capitulo que viene a continuación que es la boda y luego veremos el encuentro entre Hannah y Jacob, estoy tan emocionada como todas ustedes por que aparezca pronto el capitulo, tengo tantas cosas para escribir.
Esta muy reñido la sugerencia que lance el capitulo pasado, creo que optare por una solución salomonica, la verdad me tienta la idea un poco, pero Charles me odiaria por emparejar su futura esposa con un lobo, al igual que Malla Chan me disgusto tanto la pareja Jacob/Nessie, yo se que muchas me mataran pero yo queria que terminara con Leah, no se me parecia una idea tan estupenda hasta que me la echaron a tierra.
Yo se todas tienen demasiadas preguntas, ¿Charles aparecera?, siguiente pregunta, ¿Que ocurrio con Victoria?, lo veremos más adelante, estoy dejando pequeñas pistas acerca del asunto, ¿Hannah va ir a la luna de miel?, ¡Que horror!, yo de Edward la muerdo por entrometida, ¿Que hare con Hannah durante la luna de miel? No saben, No saben lo divertido que va ser esto, Hannah les tiene preparada unas sorpresitas a todos, lalalalalaa! en cuanto que cara puso Mike con el anuncio de Hannah mirandolo en su tienda, lo sabremos en proximos capitulos, creo que ya me he divertido bastante a costa del suspenso.
Ahora si me despido despues de dar tanta lora, espero que hayan disfrutado con el producto de mi imaginación, nos veremos en una proxima actualización, hasta entonces...
Kathyarius.
