Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.


Parte XXIII

"La elección, el apego personal, las preferencias, son producto de la luces, de los perjuicios y del habito; se necesitan conocimientos y tiempo para hacernos aptos para el amor, pues solamente después de juzgar amamos, y no preferimos hasta haber comparado" — Libro cuarto. Emilio. Jean-Jacques Rousseau

Realizar un plan con un lector de mentes en casa, era un verdadero problema. Al otro día de haberme mejorado, seguí sin creer que Edward se hubiera comido el cuento que había preparado, o quizás no era mentira después de todo, tal vez la actuación de Jasper no había sido tan sobreactuada y de verdad se echo a perder entre los arboles.

Edward seguramente estaba furioso, por tener que estar corriendo detrás de su hermano y lejos de los lectores de mentes, tenia el tiempo contado para sacar la Ducati y pasar a la segunda parte del plan, pero también tenia su lado negativo esta acción, posiblemente se enterara de esto y corriera detrás de mi para detenerme, pero yo tenia un plan B que lo solucionaría todo.

Monte la poderosa maquina saboreando la victoria, sin embargo, a parte de los carros y yo, había alguien que me estaba observando desde algún punto de la habitación, sabia que mi suerte no era tan buena, seguramente alguien por ordenes del maniático vampiro me detendría y me amarraría hasta que Bella estuviera de parto, lo que equivalía a tres días.

Al parecer la persona escondida, se percato de que estaba al tanto de su presencia, así que detrás del Volvo de Edward, salió una chica morena y de belleza exótica, a pesar de que su ropa estaba sucia, no abandonaba esa fachada de mujer intimidante que deseaba saber todo lo que estaba pasando.

Los ojos de Leah inspeccionaron todo mi atuendo, además de lo que llevaba encima, daba la impresión de que me iba a embarcar a la exploración de una selva lejana, donde tendría que enfrentarme a leones y panteras, bueno después de todo, iba enfrentarme con la vida salvaje, así que mejor era improvisar, gracias a Dios los lobos no leían mentes diferentes a los de sus compañeros de manada.

— Hola —salude de manera natural—. ¿Sabes que es raro estar escondiéndote detrás de los autos de tus apreciadas sanguijuelas?

Leah hizo un gesto de asco y le dirigió una mirada fulminante al auto de Edward.

— Huelen asqueroso —se quejo arrugando la nariz—. Solo tenia curiosidad, ayer Jacob nos conto lo que te había pasado, al parecer estabas enferma.

— Así fue —dije estremeciéndome—. Creo que pesque un virus del ambiente, raramente me enfermo.

— Seguro fue algo premeditado por las sanguijuelas —dijo Leah haciendo mala cara al suelo.

— Quizás —mencione en voz baja—. Ya me tengo que ir, antes de que alguien me impida salir de esta casa.

Baje de la motocicleta y la empuje hacia la salida, no quería alertar de manera temprana a Edward, Leah me ayudo a empujar la parte trasera en silencio, su ayuda me venia bien, ya que el trasto era muy pesado para los pobres humanos, después de un minuto la moto estuvo fuera del garaje y lista para emprender la huida.

— Te iras para siempre, ¿Cierto? —hablo Leah con un tono de amargura—. Vas abandonar el barco, antes que la criatura decida darte el primer mordisco, o vas a irte por él.

— ¿A quien te refieres con él? —pregunte desconcertada.

— Sabes —dijo la chica mirándome desafiante—. Ayer mientras Jacob estaba exponiendo el pellejo por ustedes, tú hablabas de un chico y hablabas de él como si fuera la cosa más maravillosa que hubiera pisado el planeta, en cierto modo no me importa lo que le suceda a las sanguijuelas, pero creí que ibas a quedarte a su lado, hasta que esto pasara. Además, se que no es de mi incumbencia lo que hagas con tu vida, pero si estas enamorada de este chico, ¿Por qué dejaste que Jacob se ilusionara contigo?

Observe a Leah con una ceja arqueada, me sorprendía que no hubiese venido ayer hacerme el reclamo de la situación, quizás muy dentro de su corazón era una chica sensible, que tal vez tuviera consideraciones hacia los enfermos, bien supongo que cualquiera se preguntaría lo mismo, si oyéndome hablar de Charles como si fuera el hombre perfecto, dejara que otro chico me besara e hiciera castillos en el aire conmigo.

— Esto siempre ha sido complicado —dije mirando a Leah con aprehensión.

— Lo que quieres decir, es que, cuando llegaste por primera vez a Forks, tenias algo con este tipo de Chicago y aun así, permitiste que el tonto de Jacob terminara enamorado y luego convertido en un autentico zombie, por que no podía vivir sin ti —sugirió Leah con un tono de exasperación.

— Siempre le dije a Jacob lo que sentía por él —mencione un poco exasperada por este asunto—. Se lo advertí la primera vez que me beso y sabia muy bien de quien estaba yo enamorada, pero eso no le ha impedido que haya tratado de comprobar si siento algo por él, mis sentimientos no cambian por arte de magia como la impronta y él guardo una secreta esperanza de que yo fuera esa chica que la despertara, pero ya entendió que no puedo verlo como algo diferente a un amigo.

— Supongo que eso ha sido su culpa —dijo Leah mordiéndose el labio inferior y tratando de demostrar compostura—. En cierto modo lo entiendo, se que debe estar pasándola mal, tenerte a ti y también a Bella, pero al parecer la situación de ella no lo afecta como antes y es gracias a ti y tu particular modo de hablar con él, siempre tratando de descifrarte.

— Así como tu —dije con un tono más suave—. De la misma manera, como debes sentirte con Sam, sabes la primera vez que estuve un día completo con Jacob, te vi muy feliz con él… siento mucho lo que sucedió.

Leah me observo con dureza y a la misma vez, tratando de aparentar fortaleza; no debía ser fácil que tu prima terminara imprimada del amor de tu vida, después pretender que el mundo fuera feliz y mostrar una reluciente sonrisa como si nada hubiera pasado, ahora entendía esa amargura que debía estar bulléndole por el cuerpo, todos teniéndole lastima por lo sucedido y desperdigando consideraciones a la chica que todo le salía mal.

— Sabes, cambie de opinión —dije haciendo que se sobresaltara—. Has sido muy afortunada de que no fueras tú la imprimada, o tendrías esas cicatrices horribles en el rostro.

Leah soltó una risita de suficiencia y negó con la cabeza.

— Eres una chica rara —dijo sin el menor resentimiento—. Suerte con lo que sea, que planeas intentar.

Dio media vuelta y se interno con rapidez entre los setos que bordeaban la mansión de los Cullen, me quede un poco sorprendida por verla actuando de manera civilizada, supongo que la gente podía cambiar o quizás, le inspiraba un poco de confianza, pero tal vez debía parecerle una loca chiflada a la que le quedaban pocas horas de vida.

Me sentí demasiado rara manejando de nuevo la moto de Jasper, estaba casi segura que en estas ultimas semanas, yo había manejado más que su propio dueño, pero Jasper parecía no molestarse, estaba contento de que alguien le diera uso, ya que él prefería correr por sus propios pies, pero de todos modos me sentía incomoda con la situación.

— ¡Alto ahí! —exclamó Edward apareciendo de la nada en el camino, además de interponerse en mi ruta de escape.

Frene en seco, sabia que el se apartaría en el momento preciso, o quizás detuviera por sus propias manos la motocicleta, no creo que a Jasper le hiciera gracia ver la reluciente carrocería hecha pedazos por culpa de Edward.

— Ni se te ocurra —mascullo Edward enojado.

— ¿Por qué no? —pregunte sin bajarme—. Es posible que pueda llegar a un acuerdo.

— Te vas a poner en peligro —contesto Edward apretando sus colmillos—. ¿Qué si te vuelven prisionera?

Bufe y estuve a punto de reírme en su cara, cuando aparecieron tres lobos entre los matorrales, seguramente atraídos por nuestra discusión, siempre los lobos terminaban enterándose de todo.

— No voy a terminar en ninguna prisión —dije—. Ellos respetan la vida humana y además, si eso sucede no quiero que vayas en mi rescate, lo único que provocaras es agrandar el problema.

Edward me lanzo una mirada fulminante, si fuera humano estaría tomando aire para calmarse, pero el vampiro se limito apretar el puente de la nariz, si por el fuera, estuviera encadenada de un pie a una cama.

— No lo dudes —contesto con un tono contenido—. ¿Cómo puedes pedir que no vaya a rescatarte?, eres parte de mi familia y nunca dejaría que alguien te lastimara, solo saber que corres peligro me llene de coraje, ponte en mi lugar Hannah.

El lobo rojo metió baza aullando en un lenguaje desconocido, Edward lo contemplo por unos segundos para luego ignorarlo, casi podía ver la indignación de Jacob a través de su rostro animal, en cambio Seth parecía querer jalar de una pata al líder, era el único sensato en medio de esta locura desatada.

— Jacob esta de acuerdo conmigo —dijo Edward curvando una sonrisa maquiavélica—. Además dice que te falta un tornillo.

— Jacob siempre ha creído que estoy loca de remate —mencione sin darle mucha importancia al asunto—. Como siempre todo lo mal interpretas, voy a ver a Charlie, le prometí que estaría más pendiente de él.

Edward me observo con desconfianza y quizás taladrando mis pensamientos, bien quería pruebas se las daría, no me inventaba del todo la necesidad de ver al jefe Swan, estaba preocupada por su suerte además de sus dotes culinarias, la ultima vez que comí en su casa, fingí que los espaguetis estaban deliciosos, al paso que iba a lo mejor tendría que hacer un curso de culinaria domestica.

El vampiro se hizo a un lado de la carretera sin abandonar la desconfianza, que era lo peor que podía hacer, ofrecerse como acompañante a una jefatura de policía, los lobos ya estaban de por si aun lado, eso significaba que tenia luz verde para partir, quise saltar de la alegría de haberme salido con la mía, así que me limite a esbozar una sonrisa y acelere la moto para partir en cualquier momento.

— Cuídate —dijo Edward con esfuerzo.

— No hay lugar más seguro, que estando con Charlie —dije con un sonrisa.

Me dejo partir sin mencionar nada más. El poblado de Forks tenia poca actividad en su calles, algunos se quedaron mirando mientras manejaba la Ducati de Jasper, era como el primer capitulo de Amanecer parecía que los modales se les había olvidado y no sabían que era de mala educación mirar fijamente al conductor de la moto.

Las cosas fueron así hasta que llegue a la jefatura de policía, al menos el ayudante de Charlie trato de mostrarse casi asombrado por el vehículo, me saludo con una respetuosa inclinación de cabeza y salió presuroso. Charlie se encontraba tamborileando los dedos sobre el escritorio mirando fijamente la pantalla del computador, tecleaba de mala gana con un dedo, mascullando algo entre dientes, parecía que hacia una investigación exhaustiva.

No alcanzaba ver mayor cosa, la cabeza del policía estaba medio ladeada y solo podía ver algunas letras de información personal, parecía ser esas paginas donde se buscaba la información de delincuentes peligrosos, al parecer alguien estaba en la mira del jefe, carraspee un poco para llamar su atención, el hombre se sobresalto un poco y por un instante vi la ficha de Edward en la computadora, Charlie hundió el botón de apagado de la pantalla y todo se puso negro.

— Ho… hola Hannah —saludo Charlie carraspeando—, es un milagro verte.

— ¿Espías a Edward? —pregunte mirándolo con los ojos entornados.

— No esta de más la información —mascullo Charlie avergonzado—. No se lo menciones por favor.

— Si lo investigas, es por que aun no confías en él —dije fingiendo ofensa—. Charlie, al parecer aun deseas que Bella se hubiera decidido por Jacob.

Charlie negó con la cabeza y dejo escapar un suspiro, espere que el policía me aclarara el raro asunto que se traía entre manos, después de tamborilear los dedos y decir que me sentara para escuchar su historia, espero unos segundos más para mencionar esa extraña manía de estar investigando a su yerno.

— ¿No te parece un poco raro este asunto de la enfermedad de Bella? —pregunto de improviso Charlie—. Yo creo que algo más pasa y ella no se atreve a confesármelo.

— Entonces por eso decidiste investigarlo —dije relajando la expresión de mi cara—. Quizás en su perfil diría que era un peligroso criminal, cuyo mayor beneficio es la trata de personas en especial las jovencitas de dieciocho años como él.

— Ni siquiera tiene una infracción de transito —se lamento Charlie.

— Estas siendo paranoico —discutí negando con la cabeza.

Charlie sonrió con culpabilidad y en sus ojos vi un poco de la misma infelicidad que padecía Edward, era como si estuvieran unidos a distancia lamentándose por el estado de Bella, decidí que lo mejor que podía hacer era consolar un poco a Charlie y asegurarle que no había nada extraño… por el momento.

— Bella esta enferma en verdad —dije rompiendo en silencio—, pero dentro de poco se va recuperar y entonces no tendrás que seguir investigando a Edward. Él se siente un poco mortificado por lo que esta pasando su esposa, de seguro nunca se imagino que seria tan delicada a los climas tropicales.

— Bella es frágil —menciono Charlie entornando los ojos.

— Lo mismo piensa algunos más —dije acordándome de Jacob—. Me imagino que Billy te ha comentado, que Jacob hace guardia afuera de la mansión, para comunicarse con Bella; la verdad esta igual de paranoico y no cree que Bella vaya a salir de esta.

— Sue también esta algo molesta por que Leah y Seth le siguen la corriente —dijo Charlie soltando un suspiro.

— Ellos están bien —dije esbozando una sonrisa—. Aunque prefieren dormir afuera en una tienda de camping, parece que no le perdona a Edward que se haya quedado con Bella.

— Él te quiere Hannah —indicó Charlie con seriedad.

— No puede ser, eso lo sabe —aludí dando por terminado el asunto—. Solo quería decirte que no te preocuparas por Bella, dentro de poco podrás verla y constatar que seguir fuerte y sana como siempre.

— ¿Lo dices en serio? —pregunto Charlie esperanzado.

— En serio —conteste con una sonrisa—. Dentro de muy poco Bella seguirá siendo la misma.

Después de unos minutos conseguí que el jefe Swan siguiera confiando en Edward, sin pensarlo mucho continúe con la otra parte del plan, entre menos lo pensara Alice no se daría cuenta a tiempo. La moto continuo su recorrido hacia el mar, me sentía como si hubiera planeado esta cita hacia muchos años, algo en el fondo me decía que sucediera lo que sucediera tal vez cambiaria la historia de los Quileutes y algo irracional en mi, me decía que ellos en el fondo conocían realmente quien era yo y por que había aparecido de la nada en sus vidas.

Reduje la velocidad a la entrada de la Push para infundirme animo, estaba haciendo esto por el bien común y tres días podía transformar a toda una familia, el camino hacia la casa de los Black estaba solitario, excepto por el ruido que llegaba de la parte turística de la reserva, ya casi eran las once de las mañana y algunos como yo le fascinaba la tranquilidad antes que los ruidosos adolescentes les diera por hacer su aparición.

A unos pocos metros de la casa roja, me detuve por completo y presentí que la reunión de los ancianos de la tribu, se estaba desarrollando en la morada de los Black; un chico salió con algo de impetuosidad por la entrada, aun a la lejanía distinguí a Paul, al parecer había tomado el lugar de Jacob en su casa y si él lo supiera volaría como un cohete de la rabia, el chico camino con paso apresurado hasta situarse al frente del motocicleta.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto con un tono tenso.

— Vengo hablar con Billy —conteste sin titubeos—. Es algo muy importante, podrías decirle que necesito hablarle.

— ¿Por qué habría de hacerlo? —cuestiono endureciendo la mandíbula—. Ahora eres una Cullen y sabes que esta prohibido poner un pie en la reserva.

— ¿Acaso ves colmillos en mi dentadura? —sugerí un poco exasperada—. Paul, sabes que nunca le haría daño a nadie y no entiendo la absurda locura que esta sucediendo.

— ¿Locura? —inquirió de manera hosca—. Los Cullen están protegiendo un monstruo que acabara con la vida de este pueblo y aun así, vienes aquí a defenderlos.

— Vengo a terminar esta situación, que es muy diferente —puntualice—. Así que por favor, si no quieres avisarle a Billy, entonces yo misma iré a buscarlo.

— Esta bien —dijo bajando la guardia—. Iré a buscarlo y además… apestas a vampiro.

Parquee mejor la moto, mientras observaba el camino por donde Paul había salido disparado, un repique rompió la quietud de la escena, ya Alice debía haber visto mi futuro desaparecer y lo más segura era que estaban de cabeza, preocupados por mi ausencia.

— ¿Dónde estas? —exigió Edward apenas puse mi oreja en el móvil.

— Hola —salude con sarcasmo—, también me da gusto oírte. Estoy a punto de tirarme de un acantilado, hasta que interrumpiste.

— ¿QUË? —bramo al otro lado evidentemente de mal genio—. ¿Acaso piensas suicidarte?, Alice acaba de ver tu futuro desaparecer y quiero que vengas en este mismo instante.

Casi podía verlo manoteando al otro lado de la línea, claro que bien alejado de Bella para que no se enterara de la situación, mientras que Esme le suplicaba silenciosamente que se calmara o alteraría a la embarazada.

— ¿Es una orden? —pregunte un poco divertida por la situación.

— No —contesto Edward sarcástico—. Te lo estoy suplicando, parece que disfrutas ponerme nervioso.

— No lo había visto de esa manera —dije mordiéndome el labio inferior para no reírme.

— Hannah, regresa ahora o voy por ti —discutió Edward a punto de teletransportarse por el teléfono—, no me importa donde estés metida.

Típico de Edward, amenazar por el teléfono sin importar las consecuencias.

— Billy esta ansioso por hablar contigo —comento Paul apareciendo de la nada y además utilizando un tono repulsivo—. Los demás están de acuerdo con él, te van a escuchar.

Mi corazón se desboco por un momento, odiaba cuando la gente tenia poco tanto con los humanos comunes y silvestres, me ponía de punta ese andar silencioso que les daba por utilizar.

— ¿Demás? —demando Edward de mal talente por el teléfono—. ¿Con quien estas?

— Tengo que colgar —dije con un dedo en la tecla de finalizar la llamada—. Hablaremos cuando llegue.

— Voy por ti —aseguro decidido hacerlo.

— No lo hagas —replique con un poco de dureza—. Deja hacer esto a mi manera, por una vez no son todopoderosos, también quiero aportar mi grano de arena.

— Pero… —colgué la llamada para que no pudiera replicar.

Paul me observaba con sorpresa, seguramente me tomaba por una timorata que hacia todo lo que le decían, especialmente lo que ordenaba algunos sufridos vampiros, arquee una ceja en su dirección para que me indicara el camino, el chico negó con la cabeza y me indico con un gesto de la mano que los siguiera camino hacia la casa de los Black, a estas alturas el miedo que había tenido al planear el asunto, se había esfumado tan rápidamente que solo sentía una rara valentía que había salido de no se donde.

— Estas de suerte —comento Paul cuando alcanzamos la puerta—. Hoy todos están aquí, ¿Estas segura que no hay dos videntes en casa de las sanguijuelas?

— Primero, no son sanguijuelas —conteste molesta por el termino—. Segundo, no soy ninguna vidente y tercero, soy un humano común y silvestre.

— Lo que digas —dijo divertido por mi reacción—. Es un poco raro verte en estas…

— ¿Circunstancias? —complete—. O… ¿Acaso pensaron que hacia mucho había muerto por causa del encierro al que han sido sometido los Cullen?

— ¿Estas segura que no eres un vampiro? —rebatió Paul mirándome de mala manera—. Han pasado los días suficientes, como para convertirte parte de su "familia"

— Deberías lavarte los oídos —dije apretando los puños para no sulfurarme más—. Mi corazón sigue latiendo como el primer día que llegue a Forks, terminemos con esto quieres, es urgente lo que tengo que decirle a Billy.

— Como gustes —dijo abriendo la puerta—. Chica vampiro.

En cuanto la puerta fue abierta, vislumbre algunos hombres mayores sentado alrededor de la mesa, los ojos de los presente se posaron en mi, como si yo fuera un ave de mal agüero que traería la guerra a su casa, entre con paso firme al a estancia y sin dejar de amilanarme por el poder que todos portaban, me situé en un punto estratégico donde podía observar todos los movimientos de los presentes.

Tenia un poco de miedo estar entre los lobos, pero los ojos de Billy me transmitía confianza, sabia que nada me pasaría mientras estuviera en su casa, los demás observaban al padre de Jacob con respeto a pesar de que estaba en una silla de ruedas. Además de los ancianos de la tribu, también estaban alguno de la manada.

Sam me observaba con recelo, ese mismo gesto lo compartía Paul, Embry me observaba con culpabilidad desde su posición, como si deseara hablarme con los ojos, como si deseara transmitirme un mensaje para su amigo.

Un carraspeo rompió el silencio de la habitación, mi atención fue captada por un hombre que se parecía en algunos aspectos a Sam, los demás cambiaron la dirección de la mirada hacia el hombre que había pedido la palabra de una manera particular, el hombre esbozo una sonrisa seca y me pareció que querías dárselas de simpático.

— Bienvenida —dijo con una voz gutural grave—. Visitante de otro mundo.

Los miembros de la manada observaron al señor Uley, con los ojos un poco desenfocados.

Entonces, ellos sabían todo acerca de mí, o al menos una parte de la fehaciente realidad.


Hola a todos los lectores de esta historia, espero ue hayan pasado unos encantadores días en mi ausencia. Primero que todos, quiero agradecer a las trece personas que me dejaron su mensaje al final de los anteriores aburridos creditos, ¿que paso con las otras 187 que leyeron esta historia?, bueno supongo que prefieren el anonimato, peor aun asi muchas gracias por dedicarme una parte de su tiempo, para leer esta historia y aun sigo cruzando los dedos por esos 500 mensajes, poco a poco tal vez se cumpla el sueño.

Bueno, tengo que hacer un anuncio que contiene buenas y malas noticias. La mala es que lamentablemente el servicio de internet y no podre actualizar como lo he venido haciendo y la buena, es que a pesar de todo, seguire con la historia y ya vere como actualizare, por ahora espero que les haya gustado este nuevo capitulo.

SDPYR: ¿no podrías "crear" un vampiro -Ej: de la guardia Vulturi- que pierda los estribos por Hannah y a ésta se le mueva el planeta (a pesar de Charles!)? que ideas se le ocurren a las lectoras, no definistivamente no, pero veremos algo de compasión; cmo regresara a la realidad? qe pasara cn los vulturis?, bueno eso lo veremos al casi finalizar la historia, alguien tiene una sugerencia; Bueno lamento si se emocioanron con lo del embarazo, pero ya vieron que no era más que una griep y por enesima vez los Vulturis si sabran de Hannah, ¿No habia dicho ya eso? CSDPYR.

Antes de despedirme, quiero enviar un saludo a Quindi y gracias por la maraton a la que te sometiste por leer la historia, muchas gracias por tu mensaje fue muy lindo, ademas muchas gracias por mencionar lo de las frases celebres, hasta ahora has sido la unica en mencionar que le gusta y claro que no dejare de ponerlas. ¿Nunca dije que asignatura enseñaba?, pues bien para saciar esa pequeña curiosidad, es una de las materias más odiadas despues de las matematicas y quizas de literatura o español, enseño Ciencias Sociales y espero que no piensen que soy algo chiflada por gustarme algo que a los demas le aburren, pero es fascinante.

Bueno ahora me voy, nos veremos en una proxima actualización, solo espero que no sea mucho tiempo.

Hasta una proxima oportunidad, hasta entonces...

;) Kathyarius