Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.


Parte XXVII

No sabemos lo que es la felicidad o la desdicha absoluta. Todo esta mezclado en esta vida; uno no se complace con ningún sentimiento puro, ni permanecemos dos momentos en el mismo estado. Los efectos de nuestras almas, como las modificaciones de nuestro cuerpo, están en un flujo continuo. —Libro segundo. Emilio. Jean-Jacques Rousseau

El día cuatro, y posterior nacimiento de Renesmee me había hecho levantar temprano; sufría una ansiedad atípica, que no la calmaba nada, estuve dos horas bajo el agua para relajarme y solo conseguí que se entumieran los músculos del cuerpo. Así que decidí que tal vez la comida me consolaría, cuando pase por la sala, Bella dormía plácidamente sin la necesidad de que le regularan la temperatura del cuerpo.

Edward estaba ensimismado en la cocina, preparando el desayuno para cuando su esposa despertara, tenia un aspecto terrible, las ojeras debajo de sus ojos cada vez se estaban volviendo más moradas y no aceptaba ninguna sugerencia de alimentarse para obtener fuerzas, menos cuando el estomago de Bella estaba por llegar a los cuarenta.

Los músculos de los brazos del vampiro se tensionaron, lo que supuse, era una advertencia a no acercarme más de lo debido, si no quería sufrir una muerte rápida y horripilante; una vez Edward había mencionado que mi efluvio era muy similar al jazmín, el chocolate y la vainilla, sospechando que no se había alimentado las ultimas semanas, le estaba provocando lo mismo que una tentadora golosina a la hora del desayuno.

— Buenos días —salude moviéndome por la cocina en busca de café.

— Hola —saludo con los dientes apretados—. Hoy te has levantado más temprano que de costumbre, ¿alguna razón especial?

No dije ni una palabra hasta que tome el primer sorbo de café, Edward me observaba expectante al otro lado de la cocina.

— Hoy tengo ganas de tomar un avión a Volterra —conteste escondiendo una sonrisa detrás de la taza.

— Muy graciosa —dijo Edward soltando un suspiro—. ¿Qué ocurre?

— Estoy ansiosa —comente con frustración—. Presiento que hoy será un día agotador, casi no pude dormir en la noche.

— ¿Presientes o lo sabes? —inquirió Edward observándome con una ceja arqueada.

— Si admito que lo se, vas a espantarte —conteste tomando otro sorbo de café—, puesto que no quieres dar por verdad todo lo que te he dicho.

Edward negó con la cabeza y termino su labor en la cocina, tomo asiento al otro lado de la mesa de cocina, sus ojos negros me observaron con escrutinio, como si mis gestos fueran a decirle la verdad de todo este asunto, mientras más se rehusara aceptar la verdad, más duros serian los auto reproches.

— Estoy preocupado —confeso Edward apenas despegando los labios.

— ¿De que? —pregunte frunciendo el cejo—. Bella va sobrevivir al parto. Ya me estoy cansando de repetirlo.

— Suponiendo que sea verdad —dijo Edward con un tono serio—. Vas a tener que irte a casa de Charlie, ¿Sabes por que?

— Lo se —dije asintiendo con la cabeza—. No tienes por que preocuparte, si debo irme así lo hare, de todos modos no iba durar mucho entre ustedes.

— No quisiera que te fueras —declaró Edward en un tono bajo—. Esta sucediendo algo muy raro entre Alice, Jasper y tú, ninguno quiere decirme que esta pasando. Han sucedido cosas demasiado extrañas desde que llegaste a Forks, se cumple todo lo que dices, como si supieras todo lo que va suceder y la reunión con la manada me lo confirmo.

Observe a Edward expectante, ¿mis ruegos por fin serian escuchados? ¿Por fin aceptaría la verdad tal y como era?

— ¿Qué escuchaste en sus mentes? —pregunte sin poderme contener.

— Lo mismo que en la mente de Carlisle —conteste mirándome casi con suplica—, lo mismo que me dijiste la noche en que desapareciste; no pueden haber tantas coincidencias juntas, ni la misma historia perdurar exactamente con iguales palabras todo el tiempo. Si la verdad todo el tiempo ha estado frente a mis narices, corres más peligro que antes.

Parecía que la vida y quizás las circunstancias habían hecho de las suyas, tal vez la locura por que Edward estaba pasando, estaba llevándolo a creer cosas que antes había considerado un puñado de disparates, sin embargo, con el vampiro podía esperarse cualquier cosa y algo debía estar tramando.

— Bella va atacarte, si te quedas aquí —menciono Edward con un susurro—. Ella será un neófito, no te recordara lo suficiente como para detenerse. Me dolería mucho si te pasara algo, Bella no se lo perdonaría jamás, cuando la razón vuelva a su cabeza.

— Cuando sea el momento me iré —le asegure poniendo una mano en su mejilla—. Sabes que nunca haría algo que pusiera en peligro la integridad de una persona.

— A veces eres demasiado…—alcanzo a decir Edward, antes de salir como un bólido por la puerta.

Me quede observando el vaivén de la puerta con desconcierto, ¿Qué había querido decir Edward? ¿Ingenua… problemática… enigmática?, bueno probablemente se le olvidaría por completo cualquier cosa que hubiera querido decirme, estaba segura que Bella debió haberse fracturado algo, solté un suspiro, las cosas se volverían más complicadas desde este mismo día.

Tras unos minutos en calma, decidí que lo mejor era irme a cambiar, ya estaba haciendo demasiado fresco y pronto terminaría debajo de una manta o por lo menos de tres; al otro lado de la puerta, Alice y Jacob intercambiaban algunas frases, seguramente preguntándose donde se había metido la gente de esta casa. Los ojos de Alice me encontraron y si no fuera por que la conocía un poco, aseguraría que estaba enfadada.

— ¡Hannah! —fingió regañarme—. ¿Qué son esas fachas?

Observe a la vampira por un segundo, para después soltar una carcajada, Jacob me observaba como si por fin me hubiera vuelto loca de remate, pero la situación me divertía, no se por que, pero me sentía como en orgullo y prejuicio, solo que Alice era Jane y yo Elizabeth, como si el señor Collins fuera aparecer de improviso en cualquier momento, y no estuviera presentable para un clérigo.

La comitiva de vampiros descendió las escaleras en ese momento. Esta vez Edward llevaba en brazos a Bella, cuyo semblante estaba blanco como la pared, sostenía el vaso con sangre en ambas manos, se podía observar lo adolorida que estaba por mucho que su esposo, se moviera cuidadosamente para compensar las sacudidas.

— Jake —saludo Bella a su amigo con la voz un poco rota.

Edward me dedico una mirada reprobatoria, mientras depositaba con cuidado en el sofá a la embarazada, supuse que las pijamas no era la ropa adecuada y seguramente quería que me tapara un poco más, ya que la bata era todo menos un modelo que me cubriera hasta el cuello.

Carlisle bajo la escalera con paso lento y la preocupación escrita en el rostro, hasta el punto que parecía el anciano en edad que era, podía decirse que tenia todo el aspecto de un medico consumado.

— Creo que necesitaremos más sangre, cuando el bebe este afuera —comento Carlisle rompiendo el ambiente de la sala—. También es mi deber decirles Edward y Rosalie, que deben alimentarse.

— Ni de broma —siseo Rosalie—. Solo lo hare en el mismo grupo que él —señalo con la mirada a Edward.

— En ese caso, no puedo esperar más tiempo —dijo Carlisle con un tono calmado—. Debo ir a buscar más sangre.

Jasper y Emmett bajaron los escalones en un abrir y cerrar de ojos, Alice se unió a ellos cerca de la puerta trasera abierta en la pared de cristal. Esme se dirigió enseguida hacia Alice.

— ¿Puedo hacer algo para ayudar? —pregunte al ver todo el mundo en movimiento.

— Si —contesto Edward por los demás—, puedes empezar por vestirte. Me va a dar una jaqueca terrible.

— En serio, ¿En que puedo ayudarlos? —insistí.

— Por ahora, no puedes hacer nada —contesto Carlisle con un tono cansado—. Hablaremos cuando vuelva.

Los demás salieron disparados por la puerta y desaparecieron antes que pudiera soltar un suspiro. En estas circunstancias era horrible ser humano, quería ayudar en algo, pero nadie tomaba en cuenta que podía ser útil en cualquier asunto, era una injusticia, ¿Desde cuando me estaba volviendo una inútil?

— No lo eres —replico Edward.

— Me voy a vestir —dije saliendo dramáticamente de la sala.

Casi subí las escaleras de dos en dos, el cuarto de Edward tenía que ser tan lejos, como para que pudiera desahogar mi frustración. Aun tenia muchas ropa sin estrenar, eso sin contar los conjuntos que había ido añadiendo Alice, desde que le estaba comprando ropa a Bella por momentos, aunque ella no lo supiera, Alice estaba planeando hacerle un inmenso ropero, en la casa que Jasper y Emmett estaban construyendo en la noches.

Bella se enfadaría mucho cuando lo viera. A veces me despertaba en las noches por los ruidos que hacían, era como si estuvieran construyendo un edificio de apartamentos en un tiempo record, podía jurar que había noches en que escuchaba las risotadas de Emmett por el bosque, como para matar de miedo a un curioso.

Observe la ropa repartida en la cama, tenia que lucir algo de acorde con la ocasión o mejor dicho, de acuerdo con el intenso día que íbamos a sufrir, debían ser unos pantalones cómodos y una blusa que se expandiera junto con mi cuerpo y no zapatos que no se deslizaran con la sangre, debía ser un vestuario todo terreno.

Me decidí por unos jeans oscuros, una camiseta negra que la había visto hace poco y que no había estrenado y unas botas que combinaban, si, parecía que me iba de excursión a los bosques de Forks o hacerle compañía a Charlie, cuando iba de pesca. Hice una coleta en mi cabello, de modo que no me estorbara por si la acción comenzaba, tenia que escoger todo meticulosamente.

Con un ultimo vistazo al espejo, salí para enfrentarme al nacimiento de la semivampira, abajo estaba un poco silencioso, como si todos se hubieran puesto de acuerdo para dormir una pequeña siesta, solo se escuchaba la suela de mis zapatos haciendo contacto con los escalones y lo que inevitablemente Jacob hubiera querido escuchar, le partiría el corazón enormemente, por que no podía engañarme de que aun seguían amando a Bella, a pesar de que yo hubiera aparecido de nuevo en su vida.

— ¿Has dicho algo? —pregunto Edward, cuando yo ponía un pie en la sala.

Jacob lo observo sorprendido, como si se le hubiera ocurrido algún disparate. Bella le devolvió la mirada a su esposo de manera grave, me adelante unos cuantos pasos y supe que estaba pasando, Edward podía escuchar a su hija, eso significaba que nada había sido modificado, que Renesmeé estaba a punto de conocer el mundo y la familia, que la estaba esperando con expectativa.

— Yo —pregunto Bella después de un segundo—, no dije nada.

Edward se movió en sus rodillas, inclinándose hacia ella, pero su expresión se volvió, de pronto intensa en una manera muy diferente. Sus ojos negros se concentraron en el rostro de ella, por mi lado avance muy despacio por la sala, como si me estuviera enfrentando a un camino de ardiente lava.

— ¿Qué es lo que estas pensando ahora mismo? —volvió a preguntar Edward con un gesto expectante.

Ella lo miro en blanco. — Nada, ¿Qué pasa?

— ¿Qué estabas pensando hace un minuto? —pregunto su esposo medio obsesionado por el asunto.

— Solo…la isla Esme y plumas.

Bella se sonrojo y supe que era mejor que Jacob no lo supiera, por que de por si, ya la estaba observando con un gesto confuso, como si deseara saber de que iba el enredo, a la misma vez que no deseaba saber sobre las intimidades de la chica, cuando uno se imaginaba aquellas cosas, no podías mirar a los demás a los ojos, lo mejor era desterrar esos venenosos pensamientos.

—Di algo más – susurro Edward todavía con su ojo puesto en el misterio.

— ¿Cómo que? Edward, ¿Qué pasa? —pregunto Bella confundida y preocupada.

Su cara cambio otra vez, entonces Edward hizo algo que nos dejo con la boca abierta. Oímos un carraspeo proveniente de la cocina y supe que Rosalie estaba de vuelta, estaba tan pasmada como yo, Edward, muy suavemente puso sus manos contra su enorme y redondo estomago; una cosa era leer la escena, pero otra muy diferente era presenciarla con tus propios ojos, parecía como si estuviera en la mitad de un comercial sobre alguna marca de pañales, era la primera vez que veía a Edward comportarse de una manera tan tierna.

— La…—trago saliva —. Eso…el bebe le gusta el sonido de tu voz.

Hubo otro corto periodo de silencio total. Nadie podía mover un músculo, ni siquiera parpadear. Entonces, a la madre se le ocurrió pegar un grito que nos sobresalto, me estaba olvidando que yo también hacía parte de la escena.

— ¡Santo Dios!, ¡puedes oírlo! – Grito Bella, en el siguiente segundo ella respingo.

La mano de Edward se movió a la parte de arriba de la panza de Bella y gentilmente la acaricio en el lugar donde debió haberla pateado, definitivamente la sala parecía llena de estatuas, como si lo únicos que tuvieran vida fueran los padres y el fruto de su raro amor.

— Shh —él murmuro—. Asustaste a esa cosa…él.

Los ojos de Bella se ensancharon y se llenaron de dicha, Ella toco la parte de su estomago, solo falta que llorara de la felicidad para completar el cuadro y que Jacob saliera corriendo.

— Lo siento, bebe —dijo Bella con ese tono ferviente que seguramente comparten todas las madres, que esperan con ilusión sus hijos.

Edward estaba escuchando concentrado, su cabeza se inclino hacia el bulbo.

— ¿Qué es lo que él esta pensando ahora? – demando Bella con ansias.

— Eso… él o ella, esta… —pauso y miro en sus ojos. Sus ojos estaban llenos con una similar admiración, solo que los suyos demostraban más cuidado y resentimiento—. Él esta feliz, dijo Edward con una voz incrédula.

Bella atrapo un respiro, y era imposible no ver un fanático rayo en sus ojos. La adoración y la devoción, grandes lágrimas inundaban sus ojos y corrían en silencio bajo su cara y sobre sus sonrientes labios. Mientras Edward la miraba, su rostro no dibujaba miedo ni enojo, ni otra de sus otras expresiones que lo habían mortificado todo este tiempo. Estaba maravillado con ella. Pero Jacob no compartía su misma maravilla.

—Por supuesto que eres feliz, bebe bonito, claro que lo eres —ella canturreo, acariciando su estomago, mientras las lagrimas limpiaban su rostro—. ¿Cómo no podrías serlo, tan seguro y caliente y amado? Te amo demasiado, pequeño EJ, claro que eres feliz.

Negué con la cabeza, era claro que Bella se llevaría una sorpresa cuando el bebe naciera, no sería un chico, sino una linda bebita, a la que el nombre de EJ no le cuadraría en nada.

— ¿Como lo llamaste? —Edward pregunto curioso

Ella se sonrojo de nuevo – Le quise poner un nombre, pero no creí que tu querrías…bueno tu sabes.

— ¿EJ? —indago Edward interesado en el asunto.

— El nombre de tu padre también era Edward —contesto Bella con cierta vacilación.

— Si, lo era, ¿que…?—Edward pauso y dijo—: Hmmm…

— ¿Que? —pregunto Bella tan ávida de información acerca del bebe.

— A él también le gusta mi voz —reconoció Edward un poco escéptico.

— Claro que le gusta —dijo Bella con un tono amoroso—, tienes la voz mas hermosa del universo, ¿a quien no le gustaría?

— A mí por ejemplo —conteste haciendo que Jacob se sobresaltara en su asiento—. A veces me produce pesadillas.

— ¿Tienes un plan de refuerzo? —Pregunto Rosalie, inclinándose sobre la parte de atrás del sofá con la misma mirada de pregunta arrogante en su rostro como en la de Bella, ignorando totalmente que yo también existía en el mismo espacio – ¿Que tal si él es ella?

Edward me dedico una mirada resentida, estaba seguro que si no hubiera sido por Bella, ya tendría una buena versión de los próximos acontecimientos en la mansión Cullen; por su parte, Jacob nos observaba como si estuviéramos jugando tenis, claro sin entender una pizca del asunto.

— He pensado unas cuantas cosas alrededor. Jugando con René y Esme. Estaba pensando…Ruh-nez-may —comento Bella observando a los presentes, para que le dieran una opinión acerca del tema.

— ¿Ruhnezmay? —inquirió Rosalie con un gesto de asombro.

— R-e-n-e-s-m-e-e, ¿Es raro? —pregunto Bella mirándome casi con disculpa.

— Creo que es un nombre, nada común —opine cruzándome de brazos con nerviosismo—. Estoy segura que iría muy bien con su naturaleza.

—No, me agrada —Rosalie le aseguro. Sus cabezas estaban juntas, oro y caoba—. Es hermoso y único, así que encaja.

—Todavía pienso que es un Edward —admitió Bella con cierto optimismo

Edward estaba mirando hacia un lugar vacio, su cara esta inexpresiva mientras escuchaba la conversación, aunque más bien parecía un asunto entre Bella y Rosalie, en el que nadie parecía tener ni voz no voto, o por lo menos la mayoría de los presentes en el salón.

— ¿Que? —pregunto Bella, su rostro estaba iluminado—. ¿Qué esta pensando ahora?

— Trata… de identificar algo —contesto Edward ladeando su cabeza un poco confundido—. Un timbre de voz.

— ¿De quien? —indago Rosalie con un brillito en los ojos. Podía decirse, que esperaba ser ella y no me extrañaría que lo fuera.

— No se —admitió Edward—, pero tu voz no lo es.

— A lo mejor, tiene un sentido de escucha como los vampiros —me aventure a conjeturar—, tal vez sea un sonido de la naturaleza y lo esta confundiendo.

— No —contradijo Edward—, ¿Podrías volver hablar?

— No me llevo bien con los bebes —dije apartándome de Bella y su esposo—; mi hermano solía hacerme la vida imposible por las noches.

— ¿Tienes un hermano? —pregunto Bella observándome con expectación.

— Una historia larga de contar —conteste restándole importancia al asunto—. Y antes de que digas por que no lo dije, creo que esta fuera de contexto y lugar, quizás cuando tengamos una situación menos problemática, posiblemente no les aburrirá escucharla.

Al principio Edward no hizo gala de sus acostumbrados comentarios, y entonces –asombrándonos a todos, tres distintos y separados respingos, del que yo no hacia parte– el yacio su oído tiernamente sobre su estomago, era la viva imagen para un comercial de pañales o crema para evitar quemaduras con esos desechables tan caros.

— Te ama —Edward susurro, sonando sorprendido— Absolutamente él te adora, Bella. Y por alguna razón, también le gusta el tono de la voz de Hannah.

Lance una mirada a Jacob, su semblante parecía ser el de un hombre agonizante, lo que me llevaba a pensar, que no había estado equivocada después de todo, no sabia hasta que punto aun seguía queriéndola, o quizás se forzaba a creer que sentía más que una amistad por mi, estaba sufriendo enormemente, y ninguno de los presentes teníamos la medicina para menguar su dolor.

Casi como si hubiera utilizado la velocidad de la luz, Jacob estuvo de pie, atrayendo la atención de los únicos que no se daban cuenta de su dolor, él único que parecía estar consciente de lo que pasaba por su cabeza, lo observo con cierta compasión, como si nunca hubiera querido que presenciara estas cosas de nuevo.

—Ahh —musito Edward con arrepentimiento.

Edward se dirigió rápidamente hacia una pequeña mesa, y rasgo algo del lado de la mesa. Lo arrojo hacia Jacob, quien atrapo el objeto por reflejo, una luz plateada centellante estaba entre los dedos del lobo, sin saber que hacer con el obsequio.

—Ve Jacob, vete lejos de aquí—Edward no lo dijo rudamente.

Jacob salió de la instancia sin decir ninguna palabra, Bella observo confundida el lugar vacio donde había estado su amigo, sin comprender por que se comportaba de aquella manera, quizás confiara en que los sentimientos hacia ella hubieran desaparecido y ahora, sufriera por causas diferente a un amor no correspondido, aunque sinceramente, yo también quería saber por que había salido de esa manera precipitada.

— Déjalo, Hannah —dijo Edward poniendo sus manos en los costados como si estuviera derrotado—. Necesita estar solo, él lo necesita verdaderamente.

— Solo quiero saber que ocurre —comente dando pasos hacia donde Jacob había huido—. Por que nada de lo que sucede es normal, tal vez las cosas se torcieron más de lo que debían.

— ¿Qué? —pregunto Bella cuando cruzaba el umbral hacia el garaje de los vampiros.

Jacob parecía como un alma abandonada al dolor, tratando de buscar su ruta de escape a una vida, donde los problemas no lo perseguirían para atormentarlo, o mis palabras no le hicieran más difícil aceptar, que ya no tendría una oportunidad.

Alcance sus pasos cuando abrió la puerta de un auto deportivo, a estas altura no me importaba su nombre, ni de que modo corría o cuales eran las razones por la que habían dejado de fabricarlo, lo único que me importaba era saber que rondaba por la cabeza de Jacob, si esa precipitada salida, obedecía a las mismas razones de la verdadera historia.

— ¿Qué haces? —pregunto Jacob frunciendo el cejo—; no deberías estar celebrando, ya que al engendro le has caído en gracia.

— ¿Cómo estas? —le pregunte con un tono suave.

— ¿Qué? —dijo con un tono incrédulo—. Cada día te entiendo menos.

— Solo quiero saber como estas —insistí preocupada por sus sentimientos—. Se que algunas veces, puedo parecer insensible, pero me preocupas.

Jacob soltó un suspiro y negó con la cabeza, quizás Edward tenía razón, debía tener la cabeza como un torbellino de emociones, lo último que necesitaba era que alguien le molestara, cuando la soledad parecía un camino viable.

— Lo siento —dije dando dos pasos hacia atrás—. Edward tenia razón, solo te estoy importunando.

— No, claro que no —dijo Jacob torciendo los labios—. Solo quiero alejarme por unos minutos, no se a que horas vuelva, pero te aseguro que no me importunas.

— Espero que encuentres lo que buscas —comente—. Se que no debe ser fácil esta situación, me gustaría aliviarte el dolor que estas sintiendo, pero se que no vas creer una sola palabra de lo que diga.

— ¿Sabes que busco? —me pregunto Jacob—. Busco una persona que despierte la impronta, Bella no fue la candidata, tampoco lo fuiste tú; esa felicidad que hay en la sala, me recuerda que estoy solo y quizás soy como Leah, un punto que nadie ve, por que seguramente nunca nadie va quererme.

— No digas eso —contradije tratando de que comprendiera que eso no era tan imposible—. Te he dicho muchas veces, que hay alguien para ti, solo que has mirado en una dirección equivocada.

— ¿Quien? ¿Leah? —bufo Jacob como si eso fuera imposible.

— No, ella no es —le conteste poniendo mis manos en la espalda—, otra persona que aun no conoces.

Jacob alzo las cejas con expectativa.

— ¿Acaso tú la conoces? —pregunto con ese tono bromista que solía utilizar conmigo.

— Tanto como conocerla, no —conteste tomando un respiro—. Pero se de buena fuente, de quien se trata y te lo diré, si no te ríes.

— Prometo no reírme —dijo Jacob observándome interesado—. Pero, creo que me lo dices para que no intente de nuevo nada contigo.

— Claro que no —dije negando la cabeza—. Lo hago para que no sigas sufriendo por Bella y por mí. Lo único que quiero, es que seas feliz.

— Ya —comento Jacob con sarcasmo—. Entonces, dime quien es y así me ahorro el viaje a Seattle.

— La hija de Bella y Edward —confesé en un tono bajo, que quizás le pareciera un susurro.


Hola a todos los lectores de esta historia, espero que hayan pasado unos encantadores días en mi ausencia. Quiero agradecer el apoyo que siguen mostrando al fic, a pesar de que no actualizo como yo quisiera, muchas gracias a todos los que dejan su opinión, para mi es muy valioso saber que piensan ustedes acerca de la historia, en que debo mejorar o cualquier cosa que quieran decir, de todo corazón agradezco que continúen ahí, sin importar que no dejen un mensaje.

Bueno, espero que les haya gustado el capitulo, a pesar de que he tenido que transcribir muchas líneas originales, pero ustedes entenderán que no se podía obviar esa parte, donde Edward lee el pensamiento del bebe, así que no me crucifiquen por hacer un capitulo tan literal, pero vamos viendo que Hannah no es tan insensible a los sentimientos de Jacob, aunque muchas veces le gustaría darle una buena tunda.

SDPYR:¿De qué quiere resguardarse ahora? ¿Qué fue lo hizo que llegara a Amanecer? Bueno Lux, no tendrás que esperar hasta la historia paralela, si te devuelves al primer capitulo, encontraras la clave de su retorno; ¿publicaras la historia de Hannah? Eso no lo pongas en duda, claro que lo hare; ¿cuando Hannah les va a contar del futuro a la familia Cullen, o por lo menos a Edward aunque no crea? Siempre me gustan esta clase de preguntas, pues la verdad ella esta soltando sutilmente la información, creo que este capitulo, dio un paso claro respecto a esta información .CSDPYR.

Me alegro de verdad, que les guste el personaje de Charles y que algunas ya estén enamoradas de él, pero que no lo sepa Hannah, ya saben el carácter que se manda; Quiero contarles de antemano, para que no digan que los mantengo en suspenso, que la historia de Hannah va constar solo de diez capítulos, solo mencionare parte de ella que son relevantes, por ahora he escrito solo cinco de ellos. Pero ahora tengo un pequeño dilema, resulta que el final de esta historia, tendrá dos partes, así que pongo a su opinión, si quieren esos diez capitulo entre las dos partes del epilogo o los diez capítulos van al final, así que voten.

Por lo pronto, yo me despido de ustedes y espero que hayan disfrutado el capitulo, aunque no hayan risa de por medio, pero si disparates de mi cabeza.

Hasta una próxima oportunidad… hasta entonces.

;) Kathyarius