Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.
Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se casó con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?
Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.
Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.
Parte XXXIX
Inspirado en Harder to breathe – Maroon 5
¿Un don prodigioso?
Eleazar me observaba de forma penetrante que me hizo sentir bastante incomoda, sabía que no podía hacer nada para ayudar a los Cullen con su problema, además era humana y lo único que lograría era que tuvieran que defenderme de los vampiros amantes de la sangre humana. En otro lado de la habitación, Bella hablaba con Kate acerca de su talento, observe que la agarraba del brazo y Edward estaba preocupado porque su prima le hiciera daño a su esposa. En aquel instante, sentí a Jacob pegarse a mis espaldas en menos de un segundo, podía escuchar un rugido alzarse en su garganta, sus manos tomaron con fuerza mi cintura y desvié mis ojos a su rostro, no parecía muy contento que digamos.
— ¡Ay! —exclame arrugando el rostro—. Uff… ¡Jacob mis costillas!, ¿Acaso olvidaste que soy humana?
— Jacob, suéltala —dijo Edward con un tono preocupado.
Pero Jacob no hizo caso y lanzo una mirada recelosa a Eleazar, quien me contemplaba con los ojos demasiado abiertos, en cambio, yo sentía que iba terminar triturada por un lado.
— Eleazar no le va hacer nada —aclaro Edward acercándose con pasos cautelosos—. Ahora suéltala, estas lastimándola.
Jacob soltó mi cintura a regañadientes, Bella corrió a mi lado y coloco sus refrescantes manos en la zona del dolor, quería saber de qué iba esto, ¿Por qué Jacob había reaccionado de forma tan exagerada?
— Lo siento Hannah —se disculpó Jacob avergonzado—; pero este chupasangre, la estaba mirando como si fuera una cena.
— Siento el malentendido—repuso Eleazar inclinando un poco la cabeza—. Pero esta humana me da un poco de escalofrío, ¿has considerado convertirla?
El vampiro lanzo una mirada de preocupación a Edward, ambos seres inmortales intercambiaron una mirada de entendimiento, estaba desconcertado, desde cuando una humana producía escalofríos a un vampiro, el hombre estaba volviéndose chiflado por estar viviendo entre la nieve.
— Hannah no quiere ser vampiro —contesto Edward enfocándose en Eleazar—. ¿Pero qué…? ¿Estás seguro de eso?
El vampiro asintió de nuevo y Edward me lanzo una mirada preocupada, intercambie vistas entre ambos seres con muchos interrogantes, ¿Qué estaban escondiendo? ¿Por qué Edward me observaba de esa forma?
— ¿Qué sucede? —pregunte mirándolos con recelo.
— Eleazar percibe algo en ti —hablo Edward con un tono como si tuviera cinco años—. Cree que si te conviertes, posiblemente llegues a poseer un poderoso don; también lo ve como una posibilidad… una posibilidad contra los Vulturis.
Un silencio se apodero de la instancia, todos los rostros se volvieron contra mí, como si de repente me fuera a transformar en una máquina "acaba vampiros", en el fondo de aquel tormentoso silencio escuche el bufido de Jacob, claro todo esto parecía ser sacado de quicio, ahora faltaba que fuera una potencial asesina.
— ¿De qué don se trata? – se atrevió a preguntar Bella.
Para responder tan importante y decisiva pregunta, Eleazar dirigió sus pasos hacia Tanya, quien se mosqueo, ya que no deseaba ser partícipe de ningún experimento que pusiera fin a su eterna existencia, todos parecían contener la respiración como anticipación a los trágicos hechos, ¿Yo poseía un don?, esto tenía que ser obra de mi desquiciada imaginación, ¿Qué podía hacer yo?
— Dime Tanya —murmuro Eleazar pululando a su alrededor—. ¿Qué piensas cuando la miras?
— Soledad —contesto la rubia sin pensarlo y me dirigió una mirada asombrada.
— ¿Kate? —inquirió Eleazar volviéndose a la hermana de Tanya.
— Dolor —respondió Kate con un gesto ceñudo como si en verdad le doliera algo en su cuerpo.
Los pasos del vampiro se desplazaron a su pareja, que se alarmo por las preguntas que estaba haciendo el antiguo guarda de los Vulturis, seguramente como a la mayoría de los presentes, se le estaban pasando cosas espantosas, como si de pronto me fuera convertir en algún ser monstruoso.
— Carmen —susurro Eleazar con temor.
— Muerte —repuso la vampiresa estremeciéndose.
— Isabella —llamo Eleazar dirigiendo su mirada a la esposa de Edward.
— Temor —respondió Bella lanzándole una mirada preocupada a su esposo.
— Por supuesto, Edward —dijo Eleazar con un tono serio.
— Perdida —dijo el vampiro con un tono desprovisto de alegría—. Devastación.
La mirada de Eleazar se posó en Jacob, seguramente pensando si sería descortés ignorar al invitado de sus amigos, con asentimiento se dirigió al lobo, que receloso me dirigió una mirada rápida antes de contestar.
—Separación.
La vida volvió a los presentes que al parecer estaban incomodos con las preguntas del hombre, no era para menos, yo estaba presente y escuchaba terribles palabras que significaba los peores temores de cada uno. Tanya le temía a la soledad y por lo que contaba en la versión de Edward, se había vuelto un súcubo. Kate no me extrañaría que se decantara por el dolor, seguramente no quería sentir en carne propia su propio don; Carmen tal vez le aterraba perder a su pareja, quien no después de llevar una vida eterna. Bella y Edward transmitían sus sentimientos ligados a los próximos eventos, no deseaban perder su familia y era lo más comprensible, al igual que Jacob, todos temían algo en lo más profundo de su alma.
Seguí observando sin comprender, ¿De qué se trataba esto? ¿Por qué me observaban como si fuera su némesis personal? ¿Némesis? ¿Miedo? ¿Dolor? ¿Muerte? ¿Oscuridad?; solté un jadeo al comprender lo que hablaba Eleazar, así que no me había equivocado desde el comienzo, parecía una maldición personal para cada personaje de esta historia, no por nada habían sucedido tantas cosas extrañas en mi anterior estancia.
Si devolvía el casette con mayor detenimiento casi podía entender el proceder de tantos. Charlie temía que fuera una delincuente, como también su temor era que las mujeres fueran blancos de acciones criminales y Newton, debí sospecharlo desde un principio su temor era no ser tomado en cuenta, ser opacado por la masa de estudiantes de la secundaria y Jacob, como no lo vi antes, temía al rechazo y Billy tuvo mucha razón lo perseguían los amores imposibles.
— No puede ser posible —masculle horrorizada.
— ¿Qué ocurre Edward? —pregunto Bella con un dejo de temor en su voz.
— Hannah nos recuerda nuestros miedos —aclaro Edward con un tono sombrío—. Si fuera un vampiro, haría nuestros miedos tangibles.
Los vampiros y el lobo me observaron con el terror preso en sus ojos, incluso yo misma me veía como algo aterrador y que debía desaparecer, sin duda solo estas cosas me ocurrían a mí, por eso tantas cosas inusitadas en Forks. Algo en mi mente encajo como si fuera el puzzle final, había experimentado mis miedos, miedos que se habían vuelto tangibles y que lograron volverme vulnerable sin pensarlo. Entonces solo había una sola cosa que hacer, si con ese hecho lo comprobaba no había vuelta de hoja, era como una bomba de tiempo que podía explotar en cualquier momento. Me aleje del grupo con un solo objetivo, ascender los escalones lo más rápido que pudiera y marcar dos números telefónicos que me sabía de memoria.
— ¿Hannah? —llamo Bella preocupada—. ¿Edward, que le ocurre?
No escuche más, mi mente estaba enfocada a una sola misión. Entre con premura en el estudio de Carlisle y tome el teléfono con prisa, marque los números casi como una posesa y zapatee en la espera de una contestación tras los prolongados timbres en la línea.
— Diga, buenos días —contesto una voz anciana.
— Buenos días —salude apresurada—. ¿Podría comunicarme con Charles?, es urgente.
— Señorita, creo que se equivoca. Aquí no vive ningún joven llamado Charles —contesto la ancianita con impaciencia.
— ¿Tampoco nadie con apellido Taylor? —pregunte perdiendo mi entereza.
— No —contradijo de nuevo la mujer—. Aquí vive la familia Discroll y de eso hace más de cincuenta años.
— Lo siento —me disculpe con la voz temblorosa—, marque mal el número.
Colgué el teléfono con manos temblorosas y tome una bocanada de aire cuando escuche el tomo al otro lado de la línea, marque otro número también con mucha rapidez, al otro lado no se demoraron en descolgar y por un segundo en mi vida supe que estaba perdida de verdad.
— Familia Walker —anuncio una mujer radiante de felicidad.
Puse el teléfono con parsimonia en el lugar, sentí que las piernas no me sostenían y lentamente mi cuerpo iba camino a estrellarse con el suelo, así que no era culpable de lo que había ocurrido entre Jacob y yo, no había nadie que pudiera reprochar una mala acción, porque ese alguien no existía.
— ¿Hannah? —llamo una voz preocupada.
Un velo negro cayó en mis ojos, una nube espesa y oscura se apodero de la lucidez que había hecho gala hace un momento; entonces supe que si los Vulturis supieran mi existencia seria alguien demasiado peligroso para vivir entre los humanos.
— ¡Llama a Edward!, creo que ha caído en shock.
Quizás fueron minutos, horas, días o tal vez semanas, lo cierto es que me desperté desorientada y con un dolor de cabeza que me estaba tentando maldecir, enfoque la vista hacia el techo y me di cuenta que algo anda mal, no estaba en casa de los Cullen, mucho menos en la reserva y que decir de un hospital. Estaba en casa de Charlie Swan.
— ¿Hannah? —pregunto la voz de Jacob con cautela—. ¿Cómo estás?
— Con dolor de cabeza —masculle—. ¿Qué ocurrió?
— Se puede decir que tuviste una impresión fuerte —contesto Jacob soltando un suspiro—. Edward casi arriesga su secreto para traerte. Querían un hospital pero harían muchas preguntas y la reserva está lejos, así que resolvieron traerte a casa de Charlie para que Sue te atendiera.
Asentí con un suave cabezazo ahora entendía le tenue aroma de hierbas que estaba invadiendo mi nariz.
— ¿Ellos? —pregunte a Jacob que se había levantado de la cama.
— Bella ha ido a cazar —comento Jacob cruzando los brazos a la altura del pecho—, pero volverá pronto. No se ha despegado de ti y Edward también, aunque les toca volver, más vendrán para ayudarnos. ¿Qué paso para ponerte así?
— Eleazar tenía razón —escupí entre dientes—, soy un monstruo.
— Cálmate —pidió Jacob—, no eres un monstruo; no en comparación con nosotros y todo lo que dijo ese chupasangre esta fuera de lugar, así que no te martirices por eso.
— Pero es verdad —arguye levantándome de la cama para medio sentarme—. Eleazar no mentía, desde el principio siempre sucedió algo y te recuerdo que estas en mi cabeza, así que supongo que todo puede suceder en este momento.
Jacob me observo con dureza desde su posición, se balanceo entre un pie y otro, sopesaba mis palabras seguramente devolviéndose meses atrás, cuando todo parecía tan trivial entre nosotros, cuando no éramos más que Jacob y Hannah, dos humanos ignorantes de la naturaleza mágica que envolvía a Forks.
— Entonces desde el principio… —carraspeo Jacob para obtener mi atención—, debí haberme enamorado de Bella y ser el rival de amores de Edward, hasta que Nessie apareció como por arte de magia…
— Así es, siempre odie que te metieras entre los dos —confesé bajando los ojos a la manta verde que me cubría—, de modo que desee quitarte del medio.
Un suspiro salió del pecho de Jacob como si fuera una explosión, su expresión se volvió hosca como si estuviera peleando con los chupasangre que había odiado tanto, mascullaba entre los dientes como si entendiera su irracional comportamiento al conocerme, como si pudiera encontrar la paz mental entre tanto enredo.
— ¡Jugaste con nosotros desde el principio! —soltó Jacob como aquella vez que me acuso de haberlo enamorado a propósito—, debiste dejar que tomara mis propias decisiones. Debiste dejar que me enamorara de Bella y que no fueran tus deseos los que guiaran todo este rollo sicópata.
— No lo sabía entonces, no me arrepiento de nada —dije mirando molesta a Jacob—. No quise que sufrieras, pero tampoco quería que estuvieras rondándolos, les causaste tantos problemas a los dos y casi haces flaquear a Bella, de haber sido así, Nessie no hubiera nacido.
— Como si hubiese existido la posibilidad de que Bella me hubiera elegido —contraataco Jacob perdiendo las fuerzas para pelear—. Creo que esto se ha salido de lugar, tengo que irme.
Jacob salió de la habitación de Bella con paso lento para ser un metamorfo, tenía razones para estar enojado, de todos era el único más perjudicado en mi pequeña incursión en la historia, pero como resolver este embrollo, como salir adelante sabiendo que todos se lo pensarían dos veces para estar conmigo en la habitación.
— Toc… Toc… —dijo Charlie simulando tocar la puerta—, ¿Puedo pasar?
— Claro —asentí con una sonrisa.
El jefe Swan entro a la habitación con aire cauteloso, como si esperara que del closet saliera algo espeluznante, después de comprobar que nada malo acechaba en la antigua habitación de su hija, tomo asiento en la mecedora en la que alguna vez Edward había mesiado a Bella para decir que su cabello revoltoso le parecía adorable.
— De vuelta nuevamente —interrumpió Charlie mis pensamientos—. Parece ser que hay unos invitados no recomendables para tu salud.
— Y para ningún habitante de Forks —replique.
— Bien, no quiera saberlo —repuso Charlie dando un vistazo a diferentes sitios de la habitación—. Sé que está ocurriendo algo grave, donde están involucrados los Cullen…
— No querrás saberlo —le aclare—. Créeme Charlie, aunque parezca que viene la tormenta, todo parece más oscuro desde la lejanía.
— ¿Estarán seguros? —pregunto el policía con deje de preocupación.
— Eso puedo asegurarlo —le dije con una sonrisa.
Charlie se levantó de la silla con aire pensativo, se detuvo en la ventana y miro el paisaje frio que estaba al otro lado de su jardín, otro suspiro salió de su pecho como si le costara decir o preguntar algo, como todo padre protector se sentía un poco desesperado por no ayudar en esta situación, entendía perfectamente esa sensación, así me sentí impotente por no saber cómo ayudarlos.
— Supongo que veremos a Jacob de seguido por aquí —comento Charlie como quien no quiere la cosa—. No me parece el chico más seguro… para ya sabes…
—No es lo que te estas imaginando —aclare con carraspeo—. Jacob será como una espacie de protector para nosotros, mientras los invitados sigan con los Cullen.
— Lo comprendo —dijo Charlie rascándose la nuca incomodo—. No me gustaría comportarme como un padre gruñón que limita los horarios de entrada y salida.
Sonreí ante la preocupación de Charlie, el policía se sonrojo, nunca se le habían dado bien entender los comportamientos adolescentes, menos cuando una hija desaparece en un par de veces, sin poder explicar lo que en verdad sucede. Trate de levantarme de la cama sin resultado alguno, deseaba transmitirle paz a Charlie que no se preocupara por ninguno, que al menos la mayoría de nosotros sobreviviría.
— ¿Cuál es tu mayor miedo, Charlie? —le pregunte al policía.
— Perder a Bella —confeso el policía con tono melancólico—. Sé que tarde o temprano tendrá que marcharse, Edward se la llevara con Nessie y muy posiblemente no volveré a verlos; no sé cómo le explicare esto a Reneé, ella no tiene idea que nuestra hija ya no es la misma.
— Ella no se ira pronto, quizás en unos años para no levantar sospechas —le dije para tranquilizarlo—. Bella no quiere irse por ti Charlie, te has convertido en una persona demasiado importante y créeme que trato de tenerte lo más cerca posible antes de transformarse, no soportaba la idea de perderte.
Charlie hizo un seco cabezazo como si no le diera importancia a la situación, una sonrisa transformo el rostro del policía y supe que después de haberme puesto en el lugar de Bella, esto era lo segundo mejor que había hecho por alguna persona, darle una esperanza que se creía perdida.
— Basta de charla —dijo Charlie con ánimo—, creo que he aprendido unos cuantos trucos en la cocina como para sorprenderte.
Observe con desconfianza al jefe Swan, no era que fuera morir envenenada, pero la comida de Charlie era lo menos comestible que pudiera haber en el mundo entero.
— No te preocupes —dijo al notar mi semblante—. Sue trajo la cena, supuso que mis recién descubiertos dones culinarios no harían bien a tu estómago.
— Tendré que agradecérselo —repuse con una sonrisa.
— Me alegro que estés aquí Hannah —dijo con emotividad Charlie—. Siento como si hubiera recuperado a Bella.
Dicho aquello, desapareció por la puerta. Yo también sentía haber recuperado mi identidad perdida.
Hola a los lectores insistentes que continuan mi historia a pesar de estos lapsos de tiempo tan largo, de verdad muchas gracias por continuar ahi. Quisiera dedicar más tiempo a esta historia, pero ya saben mis ocupaciones son tan pesadas que practicamente a veces me olvido que esto existe, pero de que termina terminara la historia, eso espero.
Me alegro mucho que les haya gustado el capitulo anterior, este se puso interesante y ya vamos viendo un poco el final de esta historia, seguramente seran unos cuantos capitulos más y la historia de Hannah en su vida real. De todo corazon mil gracias por su paciencia, se los agradezco aunque me demore una eternidad volver por aqui, lo intentare asi falle en le intento.
Un capitulo un poco raro, ¿no?; pero ya sabiamos que Hannah tenia que salir de casa de los vampiros, no fuera que se armara una guerra viviendo entre los que les gusta la sangre humana, asi que entraremos en las vivencias de Hannah y su relación con los demas personajes que llegan.
Espero volver pronto... eso espero... Hasta una proxima oportunidad
;) Kathyarius
