Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.


Tiempo de luchar

Principios de Agosto, 879

Puerto de Ciudad Frieda

La embarcación con bandera de la antorcha listonada había llegado con el alba, con la misión de recoger a sus compatriotas ante el inminente cataclismo que se cernía sobre la isla. Un grupo de hombres de traje iba abordando el barco con todas sus pertenencias, solo tres varones se hallaban aún en tierra, pues trataban de calmar a una desesperada mujer.

―P-pero ¿ustedes pueden interceder por nosotros? ―cuestionaba la mujer de cortos cabellos rubios ―¡Les hemos apoyado con la investigación de la pechblenda!

―Y gracias a su contribución podemos detener las amenazas de Marley, pero la investigación aún no esta terminada my Lady ―decía Arnold Wilson con serenidad

―¡¿Acaso no piensan proteger el lugar de donde se obtuvo esa pechblenda?! ―la doctora Jessica Lynch estaba muy alterada

―Doctora Lynch ―habló el científico de cabellera canosa ―por supuesto que nos importan ―mintió con fingida aflicción ―pero nuestro gobierno nos ha dado ordenes, y debemos cumplirlas, una vez que estemos en nuestro país lo primero que haremos será abogar por ustedes

―¡Será demasiado tarde cuando lleguen! ―protestó Jessica, su joven ayudante la tomó del brazo para que no cometiera alguna imprudencia

―Es por eso que envié un telegrama tan pronto como nos llegó la noticia ―habló el distinguido Dwight Elliot ―además me voy con los niños que acogí ―señaló a los pequeños eldianos que también abordaban el barco ―Créanos cuando les decimos que no los dejaremos desamparados

La doctora Lynch se dio por vencida y suspiró cansada. Al menos algunos niños serían puestos a salvo.

―Entonces, les deseamos buen viaje ―pronunció la rubia con desanimo

―¡Oh vamos! ―el doctor Francis Scott le tomó de los hombros y le sonrió ―ustedes son fuertes, a puesto que cuando les enviemos refuerzos, ya tendrán controlados a esos marleyanos

Eso no le vino bien a Jessica, quien solo le mostró una mueca inconforme a su colega balyakí.

―Mientras más nos apresuremos, más rápido podremos hablar con el presidente ―Wilson empujó al doctor Scott hacia el barco ―No se preocupe doctora Lynch, los vi combatir con titanes, podrán vencer a Marley

Y así, sin más palabras hipócritas de aliento, abordaron a la embarcación el diplomático y el doctor, ante la mirada resignada de Lynch. El último hombre en abordar era Elliot quien llevaba de la mano a un renegado niño que se negaba a irse.

―¡Pero quiero quedarme!

―Estarás a salvo con nosotros ―dijo Dwight, quien percatándose que el berrinche del pequeño había llamado la atención de Lynch y compañía, uso su más empalagosa voz ―vamos, allá tendrás muchos juguetes y amigos, además volveremos una vez que las cosas se calmen ―el hombre sonrió forzadamente, aunque eso sirvió para calmar al niño

―Bien

El niño dio un último vistazo a su tierra, deseando que los marleyanos fuesen derrotados para volver lo más pronto posible, de lo contrario, temía quedarse con el señor Elliot y su desagradable presencia.


...

Ehrmich

En una de las habitaciones de la barranca femenina había mucho movimiento, y esto se debía a que la ocupante de dicha habitación limpiaba y ordenaba a contrareloj, ante la llegada de su nueva compañera de cuarto. Debido a todo lo ocurrido desde la primavera del año pasado, la nueva generación de cadetes 124 había retrasado su ingreso, y por tanto, su graduación y llegada al cuartel general del Cuerpo de Investigación. Así que, Anya Arlert tenía que acomodarse para recibir a alguna de sus compañeras, puesto que Shirley Arendt dejaba un espacio libre.

Mientras sacudía las camas, se preguntaba quien sería su nueva compañera, puesto que de la generación 123, solo quedaban 6 mujeres: ella, Tabatha, Kesia, Mei, Gretel e Irina. Y ninguna de esas chicas tenía un lazo estrecho con ella, en ese aspecto admitía que envidiaba un poco a Eren y a Murakumo, porque siempre los ubicaban juntos.

"Lastima que no hay habitaciones mixtas" pensó la castaña. Pues en ningún momento se había visto tentada a hacer algo indecente con sus amigos. El toque en su puerta la hizo respingar y darle un rápido vistazo a la habitación para que todo se viese bien. Tomó la manija y con una amplia sonrisa recibió a su nueva compañera.

―Hola, ¡Bienvenida!

Sin esperarlo, quien entró rápidamente no fue una chica, si no un joven de aspecto serio y amenazante, quien dejo unas maletas en el piso y reviso con la mirada toda la habitación.

―Ehhh, oye ¿qué haces aquí? ―cuestionó Anya, debía ser una broma que él fuese su compañero de cuarto

―Inspecciono ―le contestó el otro con indiferencia

En ese momento, otra persona se hizo presente en la habitación, ahora si era una joven de cabellos grisáceos, quien mostraba una cara de fastidio y algo de vergüenza.

―Anya ―pronunció la joven de origen gelusiano ―discúlpalo, es un paranoico

Arlert solo sonrió ante la llegada de su verdadera compañera, Irina de inmediato tomó del brazo a su hermano y lo empujó fuera.

―Por favor Derek, es una habitación de señoritas, no puedes estar aquí ―le dijo su melliza

―Hmm ―emitió el chico y por voluntad propia se retiró de ahí.

Pronto Irina cerró la puerta y colocó el seguro. ―Perdón por eso ―emitió un suspiro cansado ―es muy desconfiado

―No hay problema, es normal que te cuide mucho ―obviamente Arlert no diría que le parecía una exageración

―Mejor dejemos de hablar de mi hermano, ¿cuál será mi espacio?

―Claro ―Anya comenzó a explicarle ―puedes instalarte aquí, aunque si no te gusta podemos cambiar ―la castaña sonrió nerviosa, aún tenía algo de dificultades para mostrarse segura

―De acuerdo ―Irina aceptó con facilidad ―¿pero... esta bien que use el guardarropa que fue de Shirley?

―¿Te incomoda? ―interrogó Arlert

―Para nada ―negó la melliza ―pero no ha sido usado desde... bueno... desde aquel día

―Sí ―Anya recordó el último día en que ella y Shirley estuvieron juntas en aquella habitación ―pero viendo el lado positivo, ya no estaré sola

Irina sonrió ante lo dicho por su nueva compañera de cuarto ―Siendo honesta, me alegro que me tocara compartir habitación contigo

―¿En serio?

―Si ―Merian comenzó a acomodar sus pertenencias ―eres bastante confiable y respetuosa con respecto a mis poderes. Me tratas bastante normal

―¿Normal?

―Así es ―Irina sonrió al recordar las suposiciones que tenían sus demás compañeras ―las otras chicas piensan que puedo leer mentes o manipularlas

―¡Que imaginativas!

―Lo sé. Aunque supongo que estas acostumbrada a lidiar con cosas extrañas con el príncipe y Murakumo

―C-claro, aunque me cuesta más lidiar con sus temperamentos

La melliza lanzó una risa divertida ―Apuesto a que espantan a todos los chicos que quieren acercarse a ti ―la melliza iba a seguir el juego al ver el sonrojo en la castaña, pero se encontró con unos papeles en el último cajón del guardarropa ―¿qué es esto?

Arlert inmediatamente se acercó a Irina para ver su descubrimiento, solo se trataban de anotaciones vagas, como recordatorios o tareas pendientes de Shirley.

―Aww ―emitió Irina con voz aguda ―mira, ella anotó todos nuestros cumpleaños ―le mostró a su compañera una lista con nombres y fechas ―¿eres del 10 de julio?

―S-sí ―pronunció Arlert ―solo que... ―su rostro reflejaba tristeza

―Comprendo ―pronunció la melliza con empatía ―quédate con las hojas

―Gracias ―Anya se disculpó y salió de la habitación a tomar aire

La castaña se dirigió hacia el bosque de entrenamiento donde se sentó al pie de un árbol y comenzó a unir mentalmente las pistas sobre el asesino de Shirley, ya sabía que era alguien del ejercito y probablemente de su generación, pero aún faltaba la última pieza del rompecabezas.

El deseo de justicia por Shirley era tan grande que decidió hacer uso de sus "privilegios"; comenzó con pedirle a Eren copias de los registros de los huérfanos de su generación, así mismo pidió el apoyo de Max Carstedt para averiguar a los miembros de las Tropas Fronterizas, la teniente Blanchett le compartió la investigación sobre el titán Copiador, y por último, a su madre le rogó que le permitiera ver los registros ciudadanos de su generación, cosa que sorprendió a Hitch, aunque lo permitió después de ver a su pequeña tan ansiosa y comprometida.

Eren y Murakumo también se hallaban confundidos con la actitud de su amiga, sin embargo, la apoyaron silenciosamente pero asegurándose de que no descuidara sus labores o hábitos, como solía hacerlo cuando algo acaparaba su atención. Lo único en lo que ambos varones no podían involucrarse, era en su dormitorio, por lo que convenientemente le preguntaban a su compañera de habitación, Irina veía a la castaña trabajar hasta tarde, pero no quería interrumpirla, no obstante la preocupación de Reiss y Kirstein, le produjeron una sensación de ternura y se propuso disuadir a Anya para que descansará como es debido.

Esa misma noche Irina Merian vigiló a Anya, ya pasaba más de medianoche y la castaña no parecía querer ir a la cama, cansada de esperar, Irina se sentó y suspiró para llamar la atención de su compañera.

―Ah ―emitió Arlert al sentirse observada ―¡Lo siento, ¿te desperté?!

―Realmente no ―respondió la melliza ―pero ¿hasta que hora vas a dormir?, si no descansas adecuadamente, no estarás lista para los entrenamientos

―Lo sé, pero primero quiero acabar esta investigación... ―Anya iba a seguir parlando, cuando de repente sintió la suave mano de la melliza en su brazo. "¿Cómo llegó tan de pronto?" se cuestionó

―Es sobre Shirley ¿cierto?

―¿Eh?

―Desde que encontramos esos escritos, has estado comportándote de esta manera ―habló Merian ―sé que Shirley era importante para ti, pero debes tomártelo con calma

―¡No puedo! ¡Es de vital importancia saber quien... ―Arlert se silenció de repente

―Es el culpable ―completó la de cabellos grises y le soltó del brazo ―viendo como acabó con Shirley, se trata de un matón experimentado ―Merian emitió un suspiro cansado ―no me gusta recordar esto y mucho menos recurrir a esas bajezas, pero si alguien puede apoyarte a identificar a ese sujeto, es mi hermano

―¿Cómo?

―Pues... ―Irina mostró una cara avergonzada ―a pesar de que Derek fue utilizado, él convivió con asesinos, así que él debe saber algo

―¡Ahhhh! ―a Arlert le brillaron los ojos, nunca había pensado en esa opción, si pensaba como un asesino, podría dar con ellos. Sin embargo, su emoción se disipó al recordar que para eso debía solicitarle ayuda al apático de Derek

―¿Crees que quiera ayudarme? ―tentó la castaña, no quería recurrir a alguien como él

Irina asintió con la cabeza, pero al ver la duda en el rostro de Anya, dijo: ―Sé que parece un tipo huraño y mal encarado, pero realmente es amable

"Tal vez solo sea así contigo" pensó Arlert, mientras guardaba sus documentos y ahora sí, se preparaba para dormir.

―Confiaré en tu palabra ―mencionó la castaña ―aunque tu ayuda no me vendría mal ―volteó a ver a la melliza, pero ésta ya se había tumbado en la cama y dormía tranquilamente

"¿Cómo es tan sigilosa?" se cuestionó Anya, ni siquiera escuchó cuando Irina se enredó en las sábanas. Así que decidió seguir su ejemplo y acostarse a dormir.

En la mañana, lo primero que hizo Anya Arlert fue pedirle de la manera más educada posible, su cooperación a Derek, lo encontró solitario en un pasillo como siempre, recargado en la pared con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Arlert emitió un suspiro y se preparó mentalmente para hablar con él, aunque lo más probable, es que ella hablará y el solo emitiera uno que otro monosílabo.

―Hey Derek ―saludó la chica de forma amistosa, aunque el otro ni le respondió ―yo quiero p-pedirte un favor... ―Anya volvió a sentirse insegura al ver la nula reacción del mellizo ―¿p-podrías ayudarme a d-detectar a un a-ases-sino? ―bajo la mirada, por miedo a que Derek se lo tomará mal ―e-es para una t-tarea im-mportante, p-por fav-vor ―junto sus manos y cerró los ojos, en firme petición

El mellizo Merian se movió, no dijo nada, se retiró de ahí sin ni siquiera emitir algún sonido de desagrado o acuerdo.

―¿E-eso es un sí? ―se animo a preguntar Arlert cuando Derek ya había tomado una distancia considerable ―es realmente como hablar con una pared

Llegada la noche Anya seguía uniendo los reportes que iba obteniendo, cuando precisamente iba a dormir, escuchó unos pasos acercarse a su habitación y claramente notó como un sobre amarillo se deslizaba bajo la puerta, corrió hasta la puerta para descubrir al emisario, sin embargo no encontró nada, ni en dirección a la derecha ni a la izquierda, por lo que volvió a cerrar su habitación.

―¿Qué es esto? ―tomó el sobre que habían deslizado debajo de su puerta, no tenía remitente ni nada que indicará para quien iba dirigido o que contenía en su interior, solo un sencillo y corto "Ábrelo". Dudaba mucho que algo así fuese una carta de un admirador secreto o una carta familiar, así que con el mayor cuidado posible, abrió el sobre y desdobló la hoja.

"La mayoría de asesinos trabajan por dinero o ideales, muchos están locos y son crueles y pervertidos, sin embargo, aquellos que esconden casi perfectamente su rastro, es porque se divierten y buscan a su siguiente víctima porque nunca se satisfacen, en pocas palabras un asesino serial. ¿Cómo reconocerlo?, solo pregúntate quien es tan mierda para sonreír despreocupadamente en tu cara sabiendo tu desesperación."

―¿Y quien encaja con estas características? ―Anya se lamentó y suspiró derrotada. Comenzó a guardar sus documentos, observó una vez más la lista de cumpleaños y por fin dio con un detalle que parecía irrelevante ―¡Ah! ¡Imposible!

"¡¿Acaso se refería a esto?!"


...

Marley

En las costas de Marley, las tropas militares comenzaron a preparar los barcos, además de las armas, herramientas y provisiones que llevarían a la isla de los demonios, como aún veían a los de Paradis. Ahí mismo se encontraban los rebeldes que se habían aliado al Mariscal von Ziegler, revisando las condiciones en las que se embarcarían para su misión. El señor S, abrigado de pies a cabeza como solía hacerlo, se percató de que cerca de ahí, estaban dos jóvenes exhaustos de tanto ejercicio, se preguntó la razón de sobrexplotar a esos dos, aunque la respuesta le llegó pronto y, esperando hasta que estuviesen completamente solos, se acercó ofreciéndoles agua amablemente.

―Gracias, ah... señor... ―habló el joven castaño de nariz aguileña

―Soy su aliado, me conocen como el señor S ―se presentó el hombre de ropas oscuras

―¿Dicen que es eldiano y que conoce la isla? ¿es cierto? ―el otro joven, con un parche en el ojo derecho, preguntó repentinamente

―Es verdad ―dijo Connie Springer en su papel de líder rebelde ―aunque ustedes, por lo visto, también ya conocen Paradis y su gente

Paul Niehaus y Otto Westerholt se sorprendieron ante la deducción del hombre, pero no dijeron nada.

―¿Así que ustedes los conocen? ―cuestionó Connie como el señor S ―a esos chiquillos que se infiltraron recientemente en Marley

Otto y Paul se miraron en complicidad, no confiaban en ese hombre, pero era aliado del Mariscal, por lo que confesaron algunas cosas ―Eran nuestros compañeros de generación

―Ohhh ―exclamó Springer hastiado, era como si la historia se repitiera, como si tuviese frente a él a los nuevos Reiner y Bertholdt ―¿así que los traicionaron?

―Solo cumplimos con nuestra enmienda ―respondió Paul irritado ―nunca los vimos como amigos

―¿Y ellos? ―cuestionó el señor B con mofa ―¿no se sintieron heridos al descubrir su secreto?

Ni Paul ni Otto respondieron, nunca se preocuparon por eso, aunque comprendieron que pedirle ayuda a Eren sería más difícil de lo que pensaban, probablemente ya los detestaba.

―No lo sabemos ―respondió Otto ―pero es normal que ahora nos detesten, y será peor cuando lleguemos a invadirlos

―Van a tener que enfrentarlos, ¿están preparados para deshacerse de ellos si se los encuentran? ―cuestionó Connie, en busca de algún indicio de duda

Paul rememoró el rostro asustado y las palabras hirientes de Bastian, pero incluso aquel episodio no sería tan doloroso como matarlo con sus propias manos. Tampoco podía imaginarse deshaciéndose de sus demás compañeros, no después de que ellos lo respetaban como un líder.

―Claro ―respondió Otto ―al único que capturaremos será al príncipe por ser el poseedor del Fundador ―dijo Westerholt, y razonó que no sería buena idea eliminar a sus compañeros de generación antes de acercarse a Eren, pues éste le odiaría aún más. Por lo mientras, debía aceptar las ordenes de Marley, ya después buscaría una excusa

―En ese caso, les dejaré que se encarguen de ellos ―comentó Springer, después de todo, él tendría su propia batalla ―solo descríbanme como es el famoso príncipe

―El príncipe Eren, es un joven de rojizos cabellos como el fuego y ojos esmeraldas, es el hijo adoptado de la anterior reina Historia, y quien ahora posee a 5 titanes cambiantes, incluido el Fundador ―dijo Otto ―realmente no es brillante en astucia ni fuerza ni liderazgo, pero es bastante noble y eso hace que la gente confié en él

―Aunque en su forma titán es fuerte y perseverante ―aseguró Paul, recordando la paliza que le dio en el Bosque Gigante

Connie sonrió tras la bufanda, ese Eren no se parecía en nada al que conoció, aunque le sorprendía de sobremanera que Historia hubiese elegido ese nombre para su hijo postizo, lo creería más si se tratara de Mikasa, "y hablando de ella..." ―¿Qué hay de sus allegados?

―Murakumo, es un tipo alto de cabellos negros y brillantes ojos grises, él es el hijo del Comandante Kirstein del Cuerpo de Investigación y de una noble de Hizuru, de los Azumabito, por lo que también es un mestizo ―explicó Niehaus recordando al chico que tenía una fuerza sobrehumana ―es increíblemente fuerte y muy directo. Debemos tener cuidado con él

"Así que el Cara de caballo realmente lo consiguió" pensó Springer, una parte de él quiso sentirse orgulloso de su ex-amigo, la otra parte, lo odio por tener tanta suerte.

―Anya Arlert, es una angelical chica de cabello corto, castaño claro y perfectamente ondulado como las dunas de arena ―Otto definió poéticamente a su ex-compañera ―y sus ojos grandes son como dos lagos cristalinos, además es amable y educada ―Paul le dio un ligero codazo al chico del parche para sacarlo de su ensoñación ―¡agh! Ah, ella es hija del Subcomandante Arlert y la inspectora Dreyse...

En ese momento Connie no pudo evitar la risa, al imaginarse que el chico tímido había caído en las redes de una mujer algo libertina. Realmente quería conocer a la muchacha y comprobar que tuviese algún parecido con Arlert.

―Disculpen, continúen ―minimizó el hombre

―Ella parece la más débil del equipo, aunque tiene una increíble inteligencia ―halagó Paul a la castaña

―Hn ―Connie arqueó una ceja y comenzó a preguntar por otras personas que había conocido y por la situación actual de la isla

Por cada detalle que escuchaba, Connie Springer sentía su sangre hervir, la mayoría de los que sobrevivieron al Retumbar habían logrado formar una familia, o tener el trabajo de sus sueños, por ejemplo, Hans Zoë, aún con su apariencia desaliñada había tenido un hijo; Nikolo ahora atendía su propio restaurante, Flegel Reeves era presidente de una próspera compañía y Falco era el reconocido Canciller de la isla; incluso la mocosa Braun, parecía haber encontrado un hogar y un lugar dentro del Cuerpo de Investigación. "¡¿Por qué diablos lo permitieron?, ¿acaso Jean y Armin toleran a la prima de Reiner?, ¿no les causa dolor tener entre sus filas a quien acabó con la vida de Sasha?, ¿Nikolo estaba de acuerdo? ¿Y los Blouse, no deseaban su muerte?!." Ese odio motivó a Springer a aliarse con Emil von Ziegler y querer ir hasta Paradis para verles la cara a aquellos malditos traidores que nunca se acordaron de él. Para darles su merecido.

―¿Que sucedió con aquellos titanes puros que estaban bajo el resguardo de la Legión de Reconocimiento? ―preguntó el señor S con voz trémula

Paul no dijo nada, mientras Otto respondió con simpleza ―Al parecer acabaron con ellos cuando aparecieron los titanes modificados

Springer rechinó los dientes y apretó sus puños con fuerza, la imagen de su querida madre se fue desvaneciendo, contuvo las lágrimas rabiosas.

―Entonces yo me encargaré de los altos mandos del Cuerpo de Investigación ―sentenció con un tono gélido que asustó a los jóvenes

―Bien ―aceptó Paul con seguridad ―nosotros iremos por el príncipe

Connie les miró interrogante, pero después bufó como signo de acuerdo, realmente no le importaba mucho el chiquillo titán.

―Entonces trabajemos juntos tal y como acordamos ―Niehaus le extendió su mano al líder rebelde

―De acuerdo ―Connie apretó la mano del joven, esperando que al menos esos chicos le aseguraran llegar hasta Kirstein, Arlert y si era posible, hasta con Ackerman, para confrontarlos por todo lo que perdió en el Retumbar, especialmente su querida madre.


...

Mitras

El Parlamento estaba completamente caótico, tras las negativas de apoyo de Balyak y la pasividad de Hizuru y Gelus, Paradis no tenía el apoyo de ningún aliado externo, por lo que la invasión marleyana era inevitable. Habían pasado un par de horas iniciada la sesión y nadie había propuesto un plan que convenciera a los demás, incluso el propio Falco estaba bastante estresado, especialmente porque si se hablaba de la invasión sin cuidado, la población entraría en un desorden aún peor del que presenciaba en esos momentos.

―¿Por qué tanto alboroto? ¿Cuál es problema? ―se escuchó la voz de una mujer de entre todo aquel escándalo, algunos lograron escucharla y dirigieron su mirada hacia ella, entonces comenzaron a murmurar

―¡Su Majestad! ―Falco fue el primero en reverenciar a la monarca que se acercaba al estrado, todos los demás presentes le siguieron

―¿Qué es tan perturbador para que ponga así a los honorables miembros del Parlamento? ―cuestionó con calma la joven reina

―Marley esta por invadirnos ―informó con pesadez el jefe del Parlamento, Dix ―y nuestros socios de Hizuru o de Balyak no tomaran cartas en el asunto, nos han abandonado

―¿No funcionó revalidar los Tratados de Hizuru? ―Reiss le cuestionó al Canciller

―Ni siquiera revisaron las nuevas propuestas comerciales ―respondió Grice cabizbajo ―Lo único con lo que se conformaban, era que fuésemos espías de Balyak y Hizuru, y les entregáramos información importante sobre éstos

―Estamos solos ―pronunció Leon Rilke ―y según los informes, el ejercito de Marley se esta reuniendo con dirección al norte

―Creemos... ―Falco observó a la reina, esta vez lucía serena ―que vienen a invadirnos muy pronto

Ymir meditó lo que escuchó del canciller y de los parlamentarios, en definitiva, se trataba de un gran problema, pero si algo había aprendido de todas las experiencias peligrosas, fue, que tenía que hacerle frente, porque aún en el más oscuro panorama había esperanza. Eso fue lo que aprendió aquella vez en Utopía donde creía que iba a ser su final a manos del Titán Gélido, y donde milagrosamente, Eren y el Cuerpo de Investigación le truncaron los planes.

―Entonces... ya no tenemos tiempo ―dijo con seguridad la rubia monarca ― la única opción que nos queda, es luchar

En el Parlamento se escuchó al unísono una exclamación de sorpresa, pero Ymir Reiss seguía con una actitud impávida.

―¿Luchar? ―murmuró Dix

―Así es ―confirmó Reiss ―si el mundo nos deja solos, no nos queda otra opción más que defendernos. Hace años intentaron lo mismo y fracasaron ¿Qué les hace pensar que ahora perderemos?

―Bueno, hace años, estaba aquel sujeto, Jaeger ―comentó Jürgen Dix ―y casi completa el Retumbar

―Aunque suene cruel, gracias a eso tuvimos paz por algunos años ―comentó Ymir, después de todo, Jaeger si había logrado algo

―El precio de esa paz fueron cientos de vidas y un cerco comercial ―mencionó Wynne ―aunque también se realizaron algunos cambios que nos beneficiaron, como la creación de este Parlamento y la reorganización del ejercito

―Es cierto ―apoyó Rilke meditando seriamente los cambios en la isla ―incluso los nuevos titanes modificados no pudieron diezmarnos, ni encerrarnos nuevamente entre muros. Tal vez...

―Podemos ganar ―completó Falco animado ―¡Aún podemos hacerles frente y hasta ganar! ―eso encendió a los miembros del Parlamento, que comenzaron a proclamar su orgullo

―Entonces lucharemos todos ―pronunció la rubia ―si Marley u otra nación se quieren apoderar de la isla, tendrán que pasar sobre cada uno de nosotros

―¿Nosotros? ―cuestionó Rilke con los ojos entornados ―¿no estará pensando, en que usted...?

Ymir sonrió levemente ―Tengo sangre de granjera ―mencionó con sarcasmo, ante los señalamientos despectivos hacia su padre ―pero también sé que mi madre fue soldado antes de ser reina, así que también llevo parte de su valentía

―¡Pero Majestad... ―se escuchó la queja de algunos inconformes

―¡Ningún pero! ―exclamó la reina ―si yo no pongo de mi parte ¿cómo puedo pedirle a ustedes que hagan planes de emergencia? ¿cómo puedo pedirle a los soldados que vayan a la guerra? ¿cómo puedo pedirle a la gente que sea paciente y mantengan la calma? ―el Parlamento quedó en completo silencio

"Eren, se qué realmente solo he sido un estorbo, y de no haber sido por otros, ahora no estaría aquí" pensó la monarca al recordar lo poco que hizo ante Robert, y después ante Stan y Florian, apretó sus puños ante la frustración. "Pero, sé que a comparación tuya, mi lucha esta aquí, para guiar a los parlamentarios y al pueblo". Ymir recordó nuevamente los consejos de su madre, a pesar de que ya tenía 7 años en el trono, ahora se sentía con una gran motivación para liderar. "¡No permitiré que destruyan Paradis!".

―Majestad... ―pronunció Falco impresionado de la entereza de la monarca, aunque él no era el único anonadado por causa de la rubia

Al lado de Dix, el joven Kramer veía a la monarca envuelta en una especie de aura poderosa y a la vez luminosa, Ymir por primera vez se mostraba como una reina segura, capaz de aceptar un desafío tan grande como lo era una invasión extranjera. Le había tomado un poco de tiempo, pero a sus 25 años por fin había logrado consolidarse, solo rogaba porque eso no fuese el inicio y el final de tan prometedora monarca.

"Es una reina impresionante..." halagó Ludwig en su mente "es una mujer impresionante" rápidamente se levantó de su asiento y lleno de euforia, alzó su puño derecho, seguido de un grito patriótico ―¡Lucharemos por Eldia!

Dix le siguió, Carsted y Rilke también se unieron, y con ellos sus facciones, que lograron que todo el Parlamento, por primera vez se unificará en una sola idea: proteger su país. El clamor fue tan intenso que se escuchó más allá de las paredes de piedra caliza, sobresaltando a quienes lo oían desde afuera.

―Muy bien ―Ymir mantenía una leve sonrisa de orgullo ―entonces es hora de preparar los planes de defensa

―¡Si Majestad! ―contestaron los parlamentarios, quien sin diferenciarse por facciones comenzaron a preparar los planes de emergencia para la población, en tanto, para la ofensiva mandaron a traer a los altos mandos del ejercito para prepararse para la defensa de Paradis.


...

En uno de los salones del palacio real se habían congregado prontamente los altos mandos del ejercito, desde el Comandante en Jefe hasta los capitanes de las tres ramas militares, el objetivo era crear un plan para frenar la invasión marleyana. En principio habían caído en desesperación y sin ningún aporte, entonces Armin Arlert hizo una intervención oportuna, desplegó un mapa grande de la isla.

―Disculpen la interrupción, pero creo que lo primordial será definir el campo de batalla

―Es una invasión Arlert ―reprochó Randall Kubal ―no una salida de picnic

―Eso lo sé Director ―comentó Armin con su característica tranquilidad ―pero debemos concentrar nuestras fuerzas en un lugar especifico y para evitar que dañen a los civiles

―Creo que entiendo su punto ―comentó Boris Feulner observando el mapa con atención

―Pero no sabemos por donde llegaran ―intervino Anka ―aunque es casi seguro que entraran por el sur

―Así es ―compartió Armin ―y seguirán hasta el centro, hasta llegar aquí ―colocó una ficha roja en la capital ―por la reina y el príncipe

―Las murallas los detendrán por un tiempo ―intervino el capitán Pikale de la Gendarmería Real, quien a causa de la baja anímica de Ingrid Bernhart, él tomaba temporalmente su lugar ―sin embargo, podrían pasar con dirigibles o aviones

―Ahí es donde entramos nosotros ―comentó Rico Brzenska ―no solo combatiremos en tierra

―Por supuesto ―esta vez habló Jean ―pero su fuerza esta en la infantería y armamento, si logramos reducirlos, no le será fácil a las fuerzas navales y aéreas continuar su misión

―En pocas palabras ―mencionó Nile Dok ―vamos a apostar por desorganizar su ejercito

―Lo principal será eliminar a los centros de mando y elementos peligrosos, como los titanes o algún armamento especial ―dijo el subcomandante Arlert ―y eso tiene que ser antes de que se acerquen a la muralla Rose

―El tiempo será esencial ―aportó Gabi Braun, quien recordó que anteriormente Marley ganaba con rapidez sus guerras, gracias a los titanes, ¿pero ahora? ¿cuál sería su as bajo la manga?

―Habrá que arrinconarlos en un lugar estratégico, en donde estén en desventaja ―habló la capitana Iglehaut sabiamente

Todos miraron con atención el mapa de Paradis, el norte no sería adecuado debido a la distancia y al clima, estaban seguros que no llegarían por Ciudad Frieda, así que el oeste estaba a salvo, solo quedaban el este y el sur de la isla, siendo el sur el mejor campo para batallar gracias a su orografía y su poca población gracias a los grupos de titanes que acechaban hace poco esa zona.

―¿Y si los enfrentamos en este punto? ―indicó Kirstein colocando una ficha amarilla en la zona sur antes de llegar Shiganshina ―recuerdo que en la Guerra de Paradis vinieron por aquí, así que ellos ya conocen el camino

―¿Eso no será perjudicial? ―cuestionó Feulner intrigado

―Podemos aprovechar si se confían ―argumentó Anka ―el camino sur les será más fácil si el Cuerpo de Investigación no esta para proteger Ehrmich

―No podemos permitir que lleguen allí ―dijo con molestia Kubal ―los combatiremos en el sur y allí mismo los eliminaremos ―sentenció con el puño izquierdo cerrado

Todos los presentes asintieron, no podían darse el lujo de dejarlos pasar por las murallas y poner en riesgo a sus familias, amigos y demás gente. Si la reina y el Príncipe caían, Paradis estaba perdida.

―Entonces, el lugar donde frenaremos a Marley será aquí ―señaló Armin en el mapa la ficha amarilla ―en el distrito Dirk.


.

..

...

***Notas***

*Lo admito, no sé de gentilicios.

*Admito que olvide que la fecha de ingreso de la nueva generación 124 era en primavera, así que retrase sus cursos, jaja.

*Anya Holmes ya sabe quien es el titán Copiador.

*Pobre Connie, lo que no sabe es que realmente sus amigos si lo recuerdan.

*La Ymir anda en modo Tatakae.

*Dirk será el mayor campo de batalla entre Marley y Eldia.