Notas:

Este capítulo definitivamente no será feliz y quizás pueda que algunos de ustedes salgan enojados o hasta tristes por lo que están a punto de leer.

Una disculpa de antemano por eso.

Prometo que ya vendrán cosas mejores en los siguientes capítulos, pero antes vamos a meterle algo de drama familiar a esta historia.

Aun así, espero lo disfruten ❤️


11. Tifón

🌊 Verano 🌊

"Toda promesa rota tiene una consecuencia y al igual que una fuerte ventisca, esta puede convertirse en un tifón que puede arrasar con todo a su paso."


14 semanas de embarazo

28 de Junio

03:00 p.m.

—Escuche que tu misión junto a los alumnos de primero se transformó en una situación peligrosa a último momento y me entere que saliste un poco lastimada contra esa maldición, Maki ¿Segura que estas bien?

—¿Takana?

Maki en aquel momento se encontraba junto a Panda y Toge, los tres se encontraban en el pasillo donde tienen las máquinas expendedoras, muy cerca de la salida de dicha institución.

Después de sus misiones de ese día, los tres se habían encontrado en aquel punto y en ese momento estaban tomándose una bebida y de paso estaban descansando un poco, mientras veían la lluvia caer con intensidad.

—Estamos bien— contesto Maki abriendo su lata de té frio que había comprado de dicha máquina.

—¿Estamos? ¿Acaso alguno de los alumnos resulto herido? — pregunto Panda con curiosidad.

—¿Tuna?— Toge movió un poco la cabeza por la confusión que le causó aquella respuesta antes de beber de su soda.

—Tsk— Maki chasqueo la lengua ante ese pequeño descuido en sus palabras.

Desde hacía una semana atrás, ella ya empezaba a hablar más en plural. Esto porque inconscientemente empezaba a hablar también por su bebé.

—¡Dije que estoy bien! Y también esos tres mocosos están fuera de peligro. Esta misión les sirvió de lección para que no se tomen muy a la ligera esto de ser un hechicero — dio un sorbo a su té.

—Y Si, la misión se puso un tanto peligrosa cuando vimos que NO era como se nos había dicho en un principio que solo sería una misión de reconocimiento, así que me tocó hacer la mayor parte del trabajo ya que esos mocosos no iban a poder contra una maldición de semi primera categoría — comento un poco molesta por ese interrogatorio.

—Pero ¿No se supone que a Yuta le tocaba esta misión con esos chicos de primero?— cuestiono Panda.

Maki suspiro con pesadez ante tal cuestión. Ambos habían acordado de que esa misión la iba a poder tomar ella sin la compañía de Yuta, esto debido a que ambos pensaban que iba a ser una misión muy simple de reconocimiento, donde quizás ella no tendría que pelear y de paso, él podría aprovechar para tratar de cubrir las demás misiones donde si lo necesitaban a él con urgencia.

—Si era una misión para él, pero a último momento se acordó que yo la tomaría debido a la falta de personal que hay en estos momentos — comento un poco molesta por tener que dar explicaciones

—¡Además, Yo puedo cuidarme sola! No necesito que Yuta u otra persona me acompañe a este tipo de misiones— metió su mano izquierda al bolsillo de su sudadera, aquella prenda le ayudaba a esconder su vientre debido a lo grande y floja que era —Aunque eso sí, debo decir que esa estúpida maldición fue un tanto difícil de vencer, su piel era más dura de lo que pensaba y si, admito que salí con uno que otro golpe, pero puedo asegurarles que estoy bien, no deben preocuparse por eso par de tontos— bebió de aquella lata.

—Aun así deberías ir a ver a Shoko— sugirió Panda —Aunque tu resistencia sea de las más fuertes, deberías ir a que te revisen para saber si aquella maldición no dejó algún rastro de su energía maldita dentro tuyo, los informes decían que la energía maldita de esa maldición afectaba desde adentro de sus víctimas — comento llevando su garra cerca de su hocico.

—¡Salmon! — Toge movió afirmativamente su cabeza.

—¡Ya les dije que estoy bien! Si empiezo a sentirme mal iré a ver a Shoko, pero por el momento estoy de maravilla — comento Maki con una mueca, mientras su mano dentro de su bolsillo acariciaba un poco su vientre mientras terminaba de beber su té.

Realmente en aquel momento ella no se sentía mal.

Aquel sutil movimiento de su mano frotando su estómago, lo alcanzo a notar su peludo compañero.

—Mmmm — Panda movió un poco sus orejas mientras veía con curiosidad a su compañera. —¡Oh!— parecía que había detectado algo.

Maki noto aquel gesto de su amigo animal.
—¿Qué? ¿Por qué esa cara?— pregunto levantando una ceja.

—Hasta ahora no lo había notado pero, Maki, te veo un poco diferente — Panda ladeo levemente su cabeza

Toge también hizo unas señas con sus manos —Atún — también ladeo la cabeza un poco.

—¿Diferente? ¿Cómo que diferente?— Maki hizo una mueca ante los gestos que hacían sus compañeros mientras trataba de actuar normal.

—mmm es difícil de explicar y de paso — Panda olfateo levemente a su compañera, dando una vuelta a su alrededor—Incluso hueles diferente. ¿Segura que estas bien?— estaba muy cerca de ella.

—¡Salmon!— Toge hizo unas señas al estómago y a las ropas de esta.

Maki ante tal invasión de su espacio personal, aplastó aquella lata con furia en su mano, haciendo que ambos dieran un paso hacia atrás —Si se vuelven a acercar a mi de esa manera les juro que les daré una paliza y los dejare como a esta lata—

—¡Konbu!— Toge movió sus manos haciendo una x, pero por su mirada se notaba preocupado.

—Pero Maki, es que te noto algo diferente y también hueles como a otra persona — comento Panda con preocupación —¿Segura que esa maldición no te hizo nada más? —

—¿Takana?—Toge solo afirmó con la cabeza.

—¡Ustedes par de tontos solo están delirando, ya les dije que estoy bien! ¡Y no! Esa maldición no me hizo más que unos simples rasguños que sanaran en cuestión de días ¡Aunque hablando de oler mal!— arrugó la nariz y la tapo con su dedo pulgar e índice — ¡Puaj! Los que apestan aquí son ustedes dos, ¡Agh que desagradable! ¡Deberían ir a darse un baño!— dijo con una mueca.

—¡Yo no huelo a nada! ¡Ni siquiera sudo!— Panda solo movió sus orejas.

—¡Atún!

Maki rodó los ojos mientras soportaba aquellos ascos.
—¡Agh como sea! Ya les dije ¡Estoy bien! Y si me disculpan — lanzó su lata al bote de basura — Iré por mis cosas, de ahí me iré a casa a darme un baño— refunfuño, aquel mal humor apareció de repente — ¡Ya estoy harta de soportar sus asquerosos olores!— dijo empezando su marcha para ir por sus cosas dentro de la academia.

Toge y Panda se miraron confundidos por la actitud de Maki. Pensaban que quizás ese cambio de humor se debía al cansancio o que quizás debía ser porque ella tenía hambre o quizás era algo hormonal de cada mes.

—¿En serio huelo tan mal?— pregunto Panda a Toge.

A lo que aquel hombre solo dijo si con la cabeza e hizo gestos de querer vomitar para molestar a su amigo animal.


03:30

Maki ahora se encontraba en otro pasillo de aquella academia, en aquel espacio había varias bancas para poder sentarse y de paso también había otras dos máquinas expendedoras.

De último momento, se le había antojado un jugo de manzana acompañado de unas galletas, así que antes de partir a casa, decidió cumplirse aquel antojo de embarazada.

Y así en completa soledad empezó a beber tranquilamente aquella bebida y empezó a disfrutar aquellas galletas.

Volvió a sentarse en aquella banca, se abrió la sudadera y acarició tiernamente su vientre con su mano derecha mientras con la izquierda sujetaba aquella lata de jugo.

—No sé por cuanto tiempo más podre ocultarte de todos — suspiró mientras recargaba su espalda en la banca— Y no hay que decirle nada a tu padre de lo que paso él día de hoy con esa maldición, sino se volverá más paranoico ¡PUFF! — Hizo un leve puchero —Es lo único que odio de todo esto— dijo antes de darle otro trago a su jugo sin despegar su otra mano de su vientre.

Miro dentro de su bolso y notó que ahí traía su libreta boshi kenkou techou, y también noto que tampoco había sacado su colgante que decía alegremente "Tengo un bebé en mi barriga" que le habían entregado en el ayuntamiento.

Al estar demasiado ocupada en otras cosas y en sus misiones, no se acordaba de esas cosas que le habían entregado hacia casi un mes atrás y que debía portar a la vista para avisar que era una mujer embarazada.

Ver aquellos objetos le generaban aún un poco de incomodidad ya que aún no quería presumirlos.

Tomo por un momento aquel libro y recordó que aún no había escrito nada dentro de él y aun le faltaba llenar algunos datos, entre esos aún debía elegir el hospital donde serían sus visitas médicas y donde daría a luz.

Aquel tema también había sido un poco difícil de tratar, ya que ella quería un hospital donde pudieran respetar su cuerpo y sus decisiones al momento de dar a luz, pero ninguno hasta el momento le convencía.

Estuvo hojeando aquel cuaderno un poco más, estaba tan entretenida debatiendo sobre que escribir en aquellos espacios en blanco de aquel libro, que fue la presencia de otra persona lo que la sacó de sus pensamientos.

—Pensé que ya te habías ido a casa, Maki san— comento una agradable voz femenina.

Rápidamente Maki dio un sobresalto cuando escucho a esa persona. Escondió aquel cuadernillo dentro de su bolso y por error dejó caer su colgante.

—¡Me asustaste Shoko san! ¿Qué haces aquí? — Pregunto Maki tratando de recuperar el aliento.

—Lo siento si te asuste —se disculpó primero — Usualmente vengo a esta área a tomar un café de esta máquina o a veces vengo a fumar un poco ya que este pasillo siempre está vacío y queda muy cerca de mi consultorio — respondió la doctora mientras seguía frente a esa máquina y decidía que bebida elegir.

—Bueno, eso explicaría el porqué desde que llegue aquí me dio un leve olor a cigarro — respondió Maki dándole un último trago a su jugo.

— Me sorprende verte aquí, pensé que ya te habías retirado de la academia después de tu misión de hoy — dijo aquella doctora apretando algunos botones de la máquina expendedora para sacar una bebida.

—En realidad ya me iba, solo estaba esperando a que pasara la lluvia— rápidamente se cerró de nuevo su sudadera para ocultarse el vientre. Cruzó sus piernas y puso su codo sobre su rodilla para disimular un poco.

Aquella botella de café calló y Shoko la saco de aquella maquina mientras seguía hablando con Maki.

—Escuché lo de tu misión de hoy con esos chicos de primero, ya los revisé y los tres están en buenas condiciones, ninguno resultó herido y todo es gracias a ti — comento la doctora agitando levemente aquella bebida fría antes de abrirla.

—Supongo que era mi deber ayudarlos y más que estaban bajo mi tutela en ese momento— se encogió de hombros— Supongo que solo hice lo que "cualquier buen maestro" haría —

—Supongo que si.

Shoko sonrió levemente ante tal respuesta. Y mas viniendo de esa mujer, ya que sabía que Maki nunca tuvo un buen maestro dentro de aquella academia.

Simplemente consideraba a Gojo y a Kusakabe como un par de idiotas que no servían para enseñar.

—¿Y tú cómo te sientes? Desde que llegaste no has ido al consultorio para que te revise y por lo que escuche de esos alumnos, tu si fuiste atacada por esa maldición ¿Esta todo bien? ¿Necesitas que te revise?— pregunto Shoko mirándola con curiosidad.

La peliverde sólo afirmó con la cabeza, mientras cambiaba de posición, ahora recargando la espalda en la banca.

—Estoy bien, simplemente recibí algunos rasguños, pero no son nada graves, en cuestión de días desaparecerán, aunque la verdad confieso que me siento demasiado cansada por todo lo que paso este día — suspiró de fastidio.

Aunque también aquel cansancio era un síntoma de su embarazo.

—Entiendo, lo mejor será que vayas a casa a descansar— Shoko dio un sorbo a ese café mientras veía como Maki se notaba un tanto nerviosa.

Shoko saco de su bolsillo un cigarrillo y cuando estaba a punto de encenderlo, se detuvo al recordar el porque no podía fumar frente a esa mujer.

Esa doctora era muy astuta, así que era el momento de comprobar algo que venía sospechando sobre Maki.

—¡Oh! ¡Antes de que se me olvide! hay algo que quiero entregarte Maki san— empezó a buscar algo más en el bolso de su bata médica.

—En un principio pensaba entregárselo a Yuta, pero como no lo he visto en días, supongo que tu podrías dárselo, aunque la verdad, confieso que se me hace más cómodo entregártelo a ti personalmente— comento la doctora sacando algo más de su bolsillo.

—¿Y qué es?— pregunto Maki alzando una ceja. Todo aquello le parecía demasiado extraño.

Aquello estaba asustando un poco a Maki y más cuando esa doctora había nombrado a su marido.

Shoko saco una pequeña tarjeta de presentación y se la paso a esa mujer.
—Creo que esto te será de mucha ayuda para los siguientes meses, es el número de una colega medica muy buena y que a su vez, es una hechicera, así que es alguien de confianza para nosotros y si vas de parte de mi nombre, ella puede atenderte sin problemas y sin cobrarte demasiado—

—¿Ginecóloga obstetra?— Maki se quedó sin aliento una vez leyó aquella profesión que estaba escrita en aquella tarjeta.

—¿Y por qué me das esto?— logró articular y pregunto con nervios —Yo no lo necesito — mintió.

Shoko terminó de darle un sorbo más a su café y después contestó seriamente —La pregunta aquí más bien seria ¿Y por qué no debería dártelo cuando es más que obvio que tú sí que lo necesitas? Acéptalo como una recomendación médica urgente —

El ambiente por un momento se sintió algo tenso en aquel pasillo y más cuando Ieiri miró fijamente a Maki.

Quizás Shoko no trataba tan directamente a los alumnos como lo hacía Gojo, Utahime o Kusakabe y mucho menos los veía todos los días, debido a que solo acudían con ella cuando tenían alguna dolencia física o acababan lastimados por las misiones.

Aun así, ella se preocupaba por todos y quería que todos estuvieran bien. Ella simplemente quería ser un adulto en el que pudieran confiar.

Además de que Shoko quería ayudarlos como a ella le hubiera gustado ser ayudada y escuchada cuando era más joven.

—No tienes por qué desconfiar de mí, únicamente quiero que tú y tu bebé estén bien— contesto Shoko con calma, su bello rostro estaba tan sereno que transmitía compasión.

Maki sintió el alma salir de su cuerpo al escuchar esas palabras y sus ojos se abrieron enormemente, simplemente estaba acorralada.

—¿Cómo lo supiste?— Se levanto rápidamente de su lugar e hizo puños sus manos — ¿Acaso te lo dijo Utahime sensei?— pregunto molesta y frunciendo el ceño.

— ¿Acaso Utahime ya lo sabe?— Shoko alzo un poco sus cejas, incluso su voz tenía ese tono de sorpresa por aquella revelación.

La peliverde quedó totalmente muda. ¿Cómo diablos Shoko se había dado cuenta?

—Entonces si ella no te lo dijo, ¿Cómo lo descubriste?— Maki logró decir en un hilo de voz.

—Maki, soy medico desde hace más de diez años y es más que obvio que puedo distinguir todos los cambios físicos que has estado tratando de ocultar desde hace como un mes a la fecha— respondió Shoko apuntando levemente a su vientre.

—Además por el cómo te comportas y por el cómo me has estado evitando desde hace tiempo para que yo no te revise, es más que obvio que estas tratando de ocultar tu embarazo — la doctora siguió hablando con un tono de voz muy calmado y un tanto serio a la vez.

— Y no, Utahime no me había dicho nada, ella nunca rompería una promesa de este tipo y menos con otra mujer embarazada, y lo sé porque llevo más de diez años conociéndola — la comisura de sus labios se elevó muy levemente —No tienes por qué preocuparte, puedes confiar en mi para hablar sobre tu embarazo— Shoko le estiro la mano ya que sentía que en cualquier momento esa mujer se iba a desmayar.

La peliverde trago saliva. Sentía que Shoko decía la mitad de la verdad. No dudaba que ellaa l ser médico descubriera todos sus síntomas, pero aquello se sentía como si alguien le hubiera dicho sobre su condición.

—¿Desde cuándo empezaste a sospechar?— pregunto Maki con intranquilidad, sentía que algo no cuadraba mientras su mano iba sobre su vientre.

La revelación que sucedería a continuación, solo sería el fuerte viento que sopla con demasiada intensidad una vez el tifón toca la costa y aquello solo haría tambalear a aquel joven matrimonio.

Shoko terminó su café, tiro aquella botella en el bote correspondiente y tomó un respiro antes de soltarle la verdad.

—Desde hace como dos meses atrás, cuándo de un de repente cambiaste el modo de cumplir tus misiones, fue muy repentino que pasaras de hacerlas en solitario a que de un momento a otro pasaras a hacer misiones únicamente en compañía de tu esposo— explicó con tranquilidad, de verdad su rostro estaba con una expresión de total calma.

—Que una hechicera cambié su forma de hacer sus misiones así tan de repente solo puede significar una cosa, y eso es que este embarazada.

Maki estaba completamente asombrada por las deducciones que hacía Shoko. Simplemente era hermosa e inteligente.

La doctora siguió hablando
—Pero empecé a sospecharlo todavía más, hace unas semanas atrás, cuando Yuta me hizo unas extrañas preguntas sobre síntomas que medicamenté hablando solo presentan las mujeres que están embarazadas— Empezó a explicar mirándola a los ojos.

—De ahí mi sospecha de que ustedes dos estaban esperando un bebé se fortaleció y sumado con lo poco que te dejabas ver en la academia y con el cambio en tu vestimenta, eso sumado a los leves cambios físicos que presentas, fue lo que me hizo sospechar más — pero lo siguiente que diría Shoko, le rompería el corazón a Maki.

—Pero esa sospecha fue confirmada hace unos días atrás, cuándo Yuta me confesó en un momento de desesperación que ustedes dos estaban esperando un bebé— confesó Shoko, recordando el comportamiento de Yuta unos días atrás.

Todo lo que había dicho Shoko era verdad.

Desde que Yuta se enteró que sería padre, sus inquietudes y miedos habían aumentado demasiado.

Desde hacía tiempo atrás intento acercarse a Shoko para poder preguntarle todas sus dudas y más que ese tema, no podía dejárselo en manos de nadie más, sentía que él como futuro padre debía ver por el bien de su familia. Y ese día llegó en un momento donde él se sentía bastante desesperado por decir que sería padre.

Y así fue como él rompió una promesa.

Maki sintió el alma abandonar su cuerpo una vez más.

Sintió como la sangre se le congelaba mientras sus manos se aflojaban y caían a sus costados.

Aquel que era su esposo, aquel que se supone era el amor de su vida, había roto una condición que para ella era valiosa, la cual, se habían prometido en Atami.

Sentía que ella podía perdonar otros errores, pero nunca una promesa y condición rota.

—Maki ¿Estas bien?— Shoko se acercó enseguida a esa mujer, quien permaneció en silenció al escucha todo eso.

La peliverde soltó un suspiro mientras sus manos acariciaron su pequeña barriga. Parpadeo varias veces para despejarse las lágrimas que se le estaban formando. Las cuales eran de decepción.

—Así que Yuta fue quien te lo dijo... vaya— Maki pronuncio en un hilo de voz.

— Lo siento por esto — Shoko empezó a disculparse mientras estaba a unos pasos de ella— Se que quizás fue imprudente de mi parte el haberte abordado de esta manera, pero como la medico de esta institución me preocupa tu situación —

Maki tomo un respiro profundo, sabía que no podía enojarse del todo con esa mujer ya que ella solo estaba preocupada y quería lo mejor para ella y su bebé.

Pero de Verdad, para nada estaba contenta con Yuta.

Ellos se habían jurado frente al altar nunca romper sus promesas o traicionar la confianza que se tenían. Y Yuta había hecho ambas cosas.

Y así con esa sensación de decepción, Maki tomo su bolso y empezó a caminar.

—Ya debo irme...— dijo pasando a un lado de esa doctora.

Shoko suspiro ante tal reacción de esa mujer, y de reojo, algo le llamo la atención en el lugar de donde Maki se había levantado.
Al acercarse noto aquel colgante, el cual recogió y lo admiro un poco entre sus dedos.

—Maki

La doctora la nombro, haciendo que esta se detuviera y se girara para mirarla.

—Se te cayó esto, es importante que lo lleves, aunque sea dentro de tu bolsillo por cualquier emergencia — dijo regresando le aquel colgante en un pequeño lanzamiento, y que gracias a los buenos reflejos de esa hechicera, atrapó sin problemas.

Maki miro su colgante y suspiro un poco al mirarlo entre sus manos, así que decidió guardarlo.

—Shoko san, Gracias por la recomendación, quizás en estos días vaya a visitar a tu colega — su voz se oía tranquila, aunque el nudo en la garganta apenas le estaba dejando hablar
—También, ¿Crees que podrías guardar un poco más este secreto sobre mi embarazo? ¿Por favor? Solo quiero mantenerlo así un poco más... solo hasta que este lista—

Shoko la miró con compasión, entendía que para esa mujer no era fácil aquel embarazo.

—Está bien, pero a cambio, solamente prométeme que si ocurre algo o necesitas ayuda, me contactaras enseguida ¿De acuerdo? — comento aquella doctora mirándola fijamente.

Maki solo hizo un si con la cabeza y se fue de ahí antes de que la tormenta volviera a caer con fuerzas

Shoko solo suspiro por todo eso.


Después de esa charla con Shoko, Maki fue directamente a casa.

La pobre se sentía tan decepcionada que una vez entró a la regadera, se soltó a llorar.

Era el cúmulo de emociones vividas ese día y las hormonas, lo que hizo que explotara por completo en llanto.

Se sentía demasiado decepcionada de que su esposo hubiera roto una simple condición. Aquello lo sentía como traición y más que ni siquiera había acabado el plazo que ambos habían acordado.

Realmente no sabía cómo reaccionar cuando él llegara a casa.

Después de tomar aquel baño, Maki estaba descansando en el sillón de la sala.

Tomó un pequeño botiquín que tenía en casa y así procedió a curar aquella marca que le había dejado esa maldición sobre su pierna derecha. La cual era un gran rasguño, que iba desde abajo de su rodilla hasta antes de donde iniciaba su pie, la cual cubrió con algunos ungüentos.

Paso alrededor de una hora y ella seguía sentada aún en aquel sillón, estaba comiendo unas galletas tranquilamente mientras veía la tv, cuando de repente vio como la puerta del apartamento se abrió y vio a Yuta entrar muy apurado.

Ella solo sintió demasiada molestia al verlo, aquel tifón había tocado tierra e iba con furia a través de sus venas.

—¡Maki!— Yuta llegó apurado a casa, abriendo rápidamente aquella puerta y entrando a toda prisa.

Estaba preocupado porque le habían dicho en la academia que la misión de su esposa había pasado de una simple misión de reconocimiento, a una misión donde ella y los alumnos tuvieron que luchar contra una maldición de semi primer grado.

Aquel hechicero llegó corriendo a casa, incluso llegó un poco empapado debido a que le tocó correr bajo la lluvia.

Estaba demasiado preocupado porque Maki no contestaba su teléfono. Él pobre pensaba en lo peor.

Suspiro un poco de alivio al ver a su esposa en pijama, sentada en el sillón con sus piernas estiradas y acariciando su leve pancita y con un plato lleno de galletas en la mesita de centro.

Pero aquel alivio fue demasiado pasajero al ver una gran marca roja que tenía su esposa en la pierna derecha, así que rápidamente dejó sus cosas en la entrada y se acercó a ella.

—¡Maki! ¿Estas bien? En la academia me comentaron sobre como acabo tu misión — Yuta estaba todo preocupado —¡Déjame curar tu pierna!— dijo mientras ponía su mano en la pierna de su esposa y empezaba a usar su técnica de maldición inversa.

Maki solo apretó con fuerza los labios y trataba de no llorar mientras veía como su esposo curaba aquella herida. La técnica de maldición inversa siempre le provocaba un cosquilleo que a veces se sentía como una leve quemadura y con todos aquellos sentimientos encontrados, en vez de sentir alivio, esta vez dolía más de la cuenta.

—Todo estará bien amor, parece que no es una herida profunda y quizás por suerte no quede cicatriz— Yuta la miró a los ojos por un momento — ¿Tienes alguna otra herida? ¿Cómo está el bebé? ¿Por qué no le dijiste a Shoko que te curará en la academia? — preguntaba aún con su mano sobre aquella herida, pero su esposa no decía nada.

—Supongo que esa última cuestión ya no importa— volvió a mirar a Maki con una leve sonrisa ya que estaba a punto de terminar de sanar esa herida — Veo que estas comiendo unas galletas, Amor ¿Necesitas que te traiga algo más de la cocina? — pero esta solo seguía mirándolo con los brazos cruzados sobre su pecho y su mirada era fría, incluso sus labios estaban fruncidos.

—¿Maki, esta todo bien?— volvió a preguntar este al no recibir respuesta de su esposa. De verdad estaba preocupado.

Ella ya no pudo más, así que puso sus manos sobre la mano de Yuta y la arrebato de su pierna rápidamente, haciendo que Yuta quedara en Shock por aquel acto, dejando inconclusa aquella curación.

—¿Maki? ¿Qué está pasando?— Yuta empezó a cuestionar con más preocupación al observar cómo unas lágrimas bajaron por sus mejillas.

—¿Por qué lo hiciste?— pregunto ella con la voz quebradiza.

—¿Eh? ¿Hacer que?— estaba demasiado confundido.

—¡¿Yuta, por qué rompiste nuestra promesa?!— preguntó Maki con coraje.

Su esposo se quedó frio.
—¿D-de que hablas?

—¡No te hagas el que no lo sabes! —¡Tú me lo prometiste! —Maki se levantó del sillón rápidamente y movió sus brazos de un lado a otro.

—¡Prometiste que no le dirías a nadie sobre que estamos esperando un bebé! ¡Y el día de hoy, Shoko me confesó que tú le dijiste sobre mi embarazo! ¿POR QUE ROMPISTE NUESTRA PROMESA?— realmente estaba enojada.

Yuta también se puso de pie.
—¡Puedo explicarlo! — dijo levantando ambas manos en señal de paz —¡Pero por favor, tranquilízate, esto puede hacerle daño al bebé!—

—¡El bebé esto! ¡El bebé aquello! ¿ACASO TU SOLO TE PREOCUPAS POR ESTE BEBÉ Y ACASO NO TE HAS PUESTO A PENSAR EL COMO ME SIENTO YO?— Maki soltó aquellas palabras con algo de coraje mientras se apuntaba a sí misma.

Hacía tiempo que quería gritar ese sentir, porque sentía que Yuta solo se estaba enfocando en ese bebé y no en ella como su esposa.

Yuta suspiro.
—¡En realidad me preocupo por ambos! ¡Por eso lo hice!

—¿Por qué?— cuestiono molesta —¿Por qué no pudiste mantener la boca cerrada unas semanas más? ¡Yuta! ¿Por qué tuviste que romper nuestra promesa que nos hicimos en Atami? — cruzo los brazos.

—¿Acaso realmente estuvo mal que rompiera esta promesa por el bien de los tres?— cuestiono Yuta un tanto ofendido.

—¡Si estuvo mal porque traicionaste la confianza que tenía sobre ti! ¡Además todo estaba yendo de maravilla! — movió sus manos de un lado a otro.

—¡No es así! ¡Yo no traicione tu confianza!

—¡Si lo hiciste, Por qué yo estaba valorando demasiado esta promesa que nos habíamos hecho! ¡Yo estaba confiando en ti! ¡Confiaba en que podrías guardar este secreto un poco más! ¡confiaba en ti como mi esposo! ¿Sabes cómo me siento en este jodido momento con todo esto?— se secó algunas lágrimas.

—Maki, por favor escúchame— suplico Yuta.

Pero Maki elevo la voz.
—Yo si estaba cumpliendo con mi parte del trato al pie de la letra. Sacrifique todas mis misiones en solitario por mantener tu estúpida condición de ir juntos a las misiones ¡¿Pero por qué tu no pudiste mínimo mantener cerrada la maldita boca una o dos semanas más?! ¡No sabes lo mal que lo estoy pasando con todo esto de tener un bebé!

Yuta también levantó la voz.
—¿Y Acaso tú no te has puesto a pensar en el cómo me siento con todo esto? ¡Maki, tú no eres la única que está sufriendo o que lo está pasando demasiado mal por todo esto que les estamos ocultando a los demás!—

—¡Pues no lo parece! ¡Al contrario, yo te veo muy a gusto con todo esto!— Ella rodó los ojos mientras sus manos iban a sus caderas— Y más que tú no tienes que cargar con este bebé dentro tuyo— su mano fue hacia su vientre.

Aquellas palabras hicieron molestar demasiado a Yuta.

—Pues parece que tú tampoco estás viendo todo lo que estoy haciendo y sacrificando por ti y por tratar de llevar este matrimonio a flote — respondió Yuta con molestia.

—¿Disculpa? ¿Pero qué estas tratando de decir?— Pregunto Maki ofendida y sin dejarlo de mirar.

—¡Lo que trato de decir es que me preocupó tanto por ti como por mi hijo! ¿Está mal eso? ¡Por que pareciera que yo soy el único que es el problema aquí! ¿Acaso nunca te has puesto a pensar en cómo lo estoy pasando yo? — la miró molesto, también él ya había llegado a su límite.

—¡Tú tampoco estás viendo todo lo que hago por ti! ¡Yo he estado tomando el doble de misiones para que tú y el bebé no se expongan de esta manera!— señaló hacia la herida en la pierna de Maki— Yo también trate de confiar en ti en esta misión pensando en que no harías algo imprudente y ve, en vez de huir o pedir refuerzos, luchaste contra esa maldición y resultaste herida ¿Acaso quieres perder a este bebé? ¿Acaso lo estás haciendo a propósito? ¡Si no querías tener a nuestro hijo, lo hubieras dicho desde un inicio! ¡Porque esa es la sensación que me das cada que te quejas de todo esto!—

Aquellas palabras molestaron demasiado a Maki.

—¡CLARO QUE NO QUIERO PERDER A ESTE BEBÉ Y ADEMÁS DEBO RECORDARTE QUE FUE MI DECISIÓN EL TENERLO! ¡Y LO DE ESTA TARDE NO FUE A PROPÓSITO! — gritó.

Se señalo a su herida en la pierna
—¡Y sobre esta herida! ¡Yo tenía que intervenir porque la vida de los alumnos estaba en riesgo así como la mía!— Maki sonaba demasiado molesta —Era mi deber protegerlos, así como era tu maldito deber mantener la boca cerrada! ¿Acaso tu no hubieras hecho lo mismo?—

—¡Lo admito! ¡Quizás si hubiera hecho lo mismo que tú, aunque por mi grado en hechicería, es más que obvio que yo hubiera acabado con esa cosa en un abrir y cerrar de ojos! ¡Y Si, lo admito, rompí una promesa!— movió un poco las manos y de verdad sonaba demasiado molesto— ¡Rompí nuestro maldito acuerdo, pero tenía que hacerlo porque tú me preocupas!— suspiró un poco — y si termine contándole todo a Shoko es porque hay algunos síntomas que no se si sean normales en un embarazo y más en alguien como tú!— explicó Yuta en un tono de voz elevado.

—¿Alguien como yo? ¿Acaso me estas considerando inferior a ti? ¿Acaso me estas presumiendo tu grado en hechicería?— pregunto Maki muy molesta por todo lo que dijo su marido.

—¡Claro que no te estoy presumiendo nada! ¡Y mucho menos te considero inferior a mí! ¡Te considero igual a mí! — grito Yuta —¡Pero es por esto mismo que tuve que decirle la verdad a Shoko para que ella pudiera atenderte en caso de que yo no estuviera cerca! ¡Y más qué tu siempre eres muy imprudente!— movió sus manos con furia y mirando seriamente la herida de Maki.

—¿Qué estas tratando de decir sobre mi?— Maki lo miró fijamente y rechino un poco los dientes.

—¿QUÉ QUE TRATO DE DECIR? ¡MAKI SOLAMENTE MÍRATE! ¡SIGUES PELEANDO CONTRA MALDICIONES AÚN EN TU CONDICIÓN! ¡LLEVAS A NUESTRO HIJO EN TU VIENTRE Y AUN ASÍ PELEAS CONTRA ESAS COSAS SIN PENSAR EN EL PELIGRO! ¡Y NO SOLO ESE ES EL PROBLEMA, SINO QUE TAMBIÉN NO ENTIENDO PORQUE TE SIGUES NEGANDO A RECONOCER QUE ESTAS EMBARAZADA! — empezó a enumerar con sus dedos aquellas cosas que sentía que Maki estaba haciendo mal y que le hacían enojar de ella — TE NIEGAS A USAR EL COLGANTE QUE NOS DIERON EN EL AYUNTAMIENTO, TE NIEGAS A HABLAR CON LOS DEMÁS SOBRE ESTO AL GRADO QUE INCLUSO TE HAS ALEJADO DE TODOS Y DE PASO LE HAS MENTIDO A TU MEJOR AMIGA, Y YO SIGO SIN ENTENDER EL PORQUÉ HACES TAN DIFÍCIL TODO ESTO, LA CUAL DEBERÍA TRATAR DE SER UNA ETAPA "MARAVILLOSA" PARA AMBOS SOLO LA ESTAS COMPLICANDO DEMASIADO CON TU MALDITA ACTITUD ¡MAKI, NO ESTAS ENFERMA, ESTAS EMBARAZADA! ¡LLEVAS UNA VIDA DENTRO TUYO!— la miró seriamente.

—Pues yo no diría que estar embarazada lo hace todo tan maravilloso como todos te lo hacen creer y a ti se te hace fácil decirlo porqué tu no estas pasando por todos los cambios — dijo Maki rodando los ojos un poco.

—Maki, escúchame... — fue interrumpido.

—¡ESCÚCHAME TU A MÍ! — de nuevo alzo la voz — Yuta te lo dije hace meses atrás, si les digo a todos los demás que estoy embarazada, cabe la posibilidad de que me traten como a una enferma más que a una mujer normal y yo no quiero eso— respondió moviendo de nuevo sus manos —¡Además, nuestra parte del trato era mantenerlo en secreto hasta el momento en que yo esté lista para revelarlo y aun no estoy lista!—

—¿Y hasta cuando estarás lista, eh Maki? ¿Hasta que nazca? ¿O hasta que lo pierdas?— gritó Yuta muy enojado.

Maki solo apretó los labios ante tales preguntas, guardo silenció mientras Yuta seguía hablando muy molesto.

—¡No creo que nuestros amigos y colegas te traten como a una enferma! Al contrario, siento que todos ellos nos apoyarían más de lo que creemos merecer— Yuta dio unos pasos, hasta quedar frente a frente con ella.

—Y La verdad, lo que menos quiero es verte sufrir como sufrió Utahime sensei cuando ella perdió a su bebé... de verdad yo no soportaría perderte a ti o a nuestro hijo... Lo digo de todo corazón, lo siento por haber roto esta promesa — Trato de tocar la mejilla de Maki, pero esta no dejó que él la tocara.

Su esposa hizo un No con su cabeza.
—Yo de verdad no puedo perdonarte que hayas roto nuestra promesa... puse mi confianza en ti y no cumpliste tu palabra — susurro mirando a Yuta a los ojos, de verdad ella estaba molesta con él.

—Maki ya te di mis razones del porque tuve que romper dicha cuestión, en serio, perdón por haberlo hecho... ya no discutamos porque esto te puede hacer daño a ti y a nuestro bebé — su vos se hizo pequeña.

Pero a ella de verdad le dolía todo aquello. Y más porque "Algunas promesas incumplidas también pueden romper tu corazón".

Y así se sentía Maki, con el corazón roto.

Podría parecer una cuestión estúpida, pero para alguien como ella, quien creció en un lugar donde la trataron demasiado mal, el ver que alguien que te dice amarte, no pueda cumplir con una promesa así, la hacía decepcionarse demasiado.

—En este momento, no quiero verte ni escucharte más... en serio me duele que hayas roto esto, solo te pedí una cosa, solo una y eso era que mantuvieras este secreto por una o dos semanas más — acaricio su vientre — Para mí que hayas roto esto me duele más que el rasguño y los golpes que me hizo esa maldición — dijo Maki con la voz a punto de quebrarse mientras desviaba la mirada.

Yuta sintió el mundo venírsele encima ante tales palabras.
—Maki yo...— fue interrumpido.

—Y si así rompiste esta pequeña promesa, no me imagino más adelante cuando nazca este bebé y rompas más de ellas — respondió dando un paso hacia atrás.

—Por favor Maki, ya te expliqué los motivos del porque tuve que romperla, por favor, perdóname...— susurro Yuta con demasiada tristeza.

Ella negó con la cabeza, su orgullo era más fuerte en ese momento
—No puedo y en este punto ni siquiera sé si quiero seguir estando casada con alguien que no puede respetar y mantener una simple promesa... alguien quien no puede mantener en pie un pequeño trato— soltó Maki con demasiada frialdad mientras miraba hacia el suelo.

Yuta se quedó helado por aquellas palabras.

—¿Qué estas tratando de decir?— Pregunto con un hilo de voz.

—Lo que trato de decir es que quizás deberíamos separarnos si las cosas van a ser así de tensas entre nosotros dos de ahora en adelante — respondió ella con molestia.

—¿Estás hablando de divorciarnos?

—Puede que si...

—¿Estás hablando en serio? — La voz de Yuta salió con dificultad —¿Quieres que nuestro matrimonio termine de esta manera?— aquel nudo se formó con más fuerza en su garganta.

Las lágrimas empezaron a bajar por las mejillas de Maki
—Las cosas entre nosotros dos parece que se irán complicando a través de los meses y quizás, el separarnos sea lo mejor en este momento—

Yuta trato de tomar su mano —Amor, por favor perdóname...—

Pero Maki solo hizo un no con la cabeza, de verdad se sentía demasiado decepcionada y molesta por esa simple cuestión.

—Yuta, por favor toma tus cosas y vete de aquí... no quiero verte más en este momento — comento ella cruzando los brazos sobre su pecho y evitando mirarlo a los ojos —Necesito mi espacio... necesito pensar las cosas—

Aquel hechicero suspiro con pesadez. Sabía que el orgullo de Maki en aquel instante era más fuerte que cualquier cosa.

Quizás lo que necesitaban era tiempo para recuperarse después de esa pesada tormenta.

—Está bien— Yuta sobo un poco su nuca — te daré el tiempo que necesites para que pienses bien todas las cosas y si de verdad quieres el divorcio o no — suspiro — iré a la habitación por algunas de mis cosas, llámame si necesitas algo o si tú y el bebé se sienten mal, mi teléfono siempre estará encendido para ti— dijo con tristeza mientras iba por algunas de sus cosas para salir de ahí.

Tomo aquello que creía sería lo más importante para unos días y después se salió de aquel lugar al que siempre considero su hogar, no sin antes mirar una última vez a Maki, quien estaba sentada en el sillón y secaba sus lágrimas mientras una de sus manos sobaba su vientre.

Y así, cerrando la puerta detrás de él, se marchó.

Aquella noche ambos lloraron demasiado, al igual que no dejó de llover los siguientes días.

Continuara...


Notas:

Aquí Vera con este capítulo que quizás haya hecho a más de uno desesperar, llorar, enojar o hasta querer aventar el teléfono o estrellar la computadora.

De nuevo una disculpa por si les hice sentir algo de todo lo que nombré en el párrafo anterior, en sí quería escribir toda esta tormenta entre ellos dos ya que lo que vendrá en los siguientes capítulos será una pequeña prueba de fuego para estos futuros padres.

Igual saben que me encanta el drama con estos temas jaja sino ahí tienen otro fic de ejemplo que hice de embarazos jaja
También, quería escribir algo así antes de empezar a llegar al final del arco del verano y ya casi comenzar con la etapa del otoño en este fic 🍂🍁

Quizás a algunos se les haga injusto lo que hizo, dijo y sintió Maki, pero díganme ¿Cómo se sentirían ustedes si estuvieran en su lugar? ¿Acaso alguien les ha roto el corazón de esta manera? ¿Les han roto alguna promesa o incumplido algún trató que sentía era importante para ustedes?

Porque quizás algunos consideren todo esto como algo estúpido, pero hay personas que por más pequeña que sea la cuestión o la promesa que se les haya roto, sentirán que les dolerá por toda la vida y así sentía yo que sufriría Maki con algo que se prometieron desde el capítulo 07

Quizás lo que hizo Yuta fue y a su vez no lo correcto, tampoco para él debe ser fácil todo esto

¿Pero ustedes que opinan de todo esto? ¿Quién tiene la razón?

Sobre los diálogos de Panda sobre que Maki huele diferente, simplemente leí por ahí que algunas embarazadas pueden tener un mínimo cambio en su olor corporal debido a las hormonas, por eso él dice que ella huele a otra persona.

Bueno cambiando de tema, es hora de que el Tío Gojo haga de nuevo su aparición en esta historia ✨️y meta su cuchara en esta sopa.

Nos seguimos leyendo ❤️

Pd: si me van a ofender, háganlo por mensaje privado a mi twitter Vera1794