Rose Pov
Suspiré y eché mi cabeza hacia atrás para relajarme un poco. Respiré hondo y abrí los ojos. Emmett se había ido a organizar una serie de cosas con Ahmed. Yo decidí quedarme en el hotel disfrutando de un momento de relajación. Sonreí tontamente recordando la reacción de Emmett al conocer que iba a ser papá. Tal vez si sería uno bueno, después de todo. Era dedicado, cariñoso… y, por supuesto, me había preguntado mil veces si me sentía cómoda quedándome sola por un par de horas.
Saqué mis manos de la bañera y me las seque con una toalla que tenía cerca. Tomé mi móvil y escribí por el grupo de las chicas. "Ya lo sabe."
Pese a la diferencia horaria sus respuestas no tardaron en llegar.
Incluso Leah había decidido hacer una llamada grupal.
El grito de emoción de Leah fue lo primero que escuché haciéndome reír a mí y a Bella rezongar
-¡Maldición Leah! ¡Son casi las 3 de la mañana!-Se quejó Bella.-¡Deja de ser tan escandalosa!
-Shh cállate Isabella.-Le contestó de vuelta.-Quiero escuchar todo Rose.
"Leah, amor ¿Está todo bien qué ocurrió?". Escuché la voz de Sam.
-Nada, cariño. Todo en orden. Sigue durmiendo.-Respondió mi amiga.
-¿Qué hacen despiertas a esta hora?-Pregunté curiosa .
-Yo tenía un antojito y andaba por la cocina buscando como saciarlo.-Respondió divertida. No pude evitarlo y me reí.
-¿Cómo va la pequeña?-sonreí preguntando.
Mi amiga tomó su móvil divertida. Lo colocó sobre la encimera y se alejó levantándose la camiseta para enseñarnos su tripa.
-¡Vaya!-Bella dijo sorprendida.-¡Al final sí que no eran gases!-dijo sarcástica haciéndonos reír.
-¡Por favor!-Leah respondió molesta.-Mi pequeña garbancita está creciendo a pasos agigantados ¿no creen?-preguntó algo preocupada mientras se movía lado a lado cambiando la perspectiva.
-Estás perfecta y bebé también.-sonreí.
-Bueno y, ¿tú que rubia?-sonrió Bella.-¿Qué dijo el grandullón?
-Oh.-sonreí como una idiota.-El futuro papá está encantado.
Leah sonrió y suspiró.-Ay se me hace tan tierno qué tu grandulón es todo un sensible.
-Lo sé a mi me derrite.-Acordé haciendo reír a Leah mientras Bella giraba los ojos.
-¿Y cómo van las cosas en Abu Dhabi?-Cambió de tema.
-Todo bien aunque me he encontrado con un par de sorpresas.-Hice una pausa y volví a ver a Bella.-¿Te acuerdas de Ahmed?-Bella casi se atraganta con solo escuchar su nombre haciéndonos reír.
-Uy Bella, no sabía que un hombre te pusiera tan nerviosa.-La picó. La pobre ya estaba como un tomate.
-¿Eso es un si?-dije divertida viendo la reacción de mi amiga.
-Creo que es obvio que nuestra Bella se acuerda de ese árabe con el que se montaron un trío.-dijo divertida la morena.
-Shhhhhh.-dijo Bella molesta haciéndonos reír más fuerte.-¡¿Es que siempre tienes que ser tan ordinaria?!-dijo tras un suspiro mirando al teléfono.
-Solo soy realista.-rio la morena divertida.-Que por tu reacción a saber lo que hiciste tu, amiga.-se dio de hombros bebiendo algo de agua.
-¿Qué pasó con él?-Bella trató de desviar la conversación centrando de nuevo su vista en mi.
-Ah.-me di de hombros.-El es socio súper exclusivo del acuerdo de Emmett con Abu Dhabi.-dije sin más mientras estiraba mi cuello.
-¿Y lo cuentas como si fuera algo trivial?-dijo Bella incrédula.
-Oh venga rubia.-Leah río.-Escúpelo. Ese hombre se acordaba de ti. Y "de lo que hicieron el último verano"-dijo divertida alzando las cejas. Yo reí y Bella volvía a ponerse roja como un tomate.
-Por cierto...-Hice una pausa antes de contestarle a Leah.-Él te manda saludos Bella.-Le guiñé y ella en respuesta me mostró el dedo medio. Leah y yo reímos por su reacción.
Suspiré antes de continuar-Pues sí, al principio fue algo incómodo.-Reconocí.-Ya saben cómo es Emmett.-Susurré.
Ambas asintieron dándome la razón-Mínimo el grandulón te montó una escena por eso también. -Rodó los ojos Bella.
Yo negué.-Sorprendente se controlo durante nuestro encuentro.
Bella bufó.-No creo que le haya durado tanto el autocontrol.
-Shhh.-La calló Leah.-Deja que cuente todo.
-Bella tiene razón.-Acordé.-Cuando regresamos al hotel tuvo un arrebato de esos.
-¡Lo sabía!-Señaló Bella.
-Pero aquí viene la parte sorprendente.-Volví a verlas a ambas.-Se disculpó por lo sucedido.
-¿Hablas en serio?-La más incrédula era Bella.
Yo asentí. -De verdad que creo que lo de la terapia lo está ayudando. Porque por fin ha entendido que hay cosas que simplemente no puede controlar o cambiar.
-Menos mal.-Intervino Leah.-Con todo el historial amoroso y de conquistas que tienes...-Chasqueó.-Es lo mejor para su salud mental.-Agregó divertida.
-¿Y qué me dices del tuyo?-Alcé una ceja.-Tú no te quedas atrás.
Ella rio.-Hay una diferencia, querida. Yo únicamente consumo local.-Guiñó.-No soy tan globalizada.-La ví indignada.
Ahora Bella estaba riéndose.
-Podría malinterpretar ese comentario.-dije tratando de sonar seria mientras sostenía el teléfono y miraba a mis amigas divertida.
-Podrías.-contestó Leah con suficiencia.-Pero sabes que no es verdad, rubia.-chistó.-Tengo un tipo.-se dio de hombros.
-El tipo "Sam".-contestó Bella con suficiencia haciéndonos reír.
-¿Perdona?-mi amiga contestó indignada.-¿A qué te refieres con eso Isabella?-dijo con rin tintín.
-Pues digo.-hizo una pausa.-Que tú sólo has salido con hombres que se parecen a Sam. Por eso te digo que nunca lo superaste del todo.
-Tiene razón amiga.-dije apoyando a Bella.-Solo has salido con hombres morenos, altos y de "origen local"-dije divertida repitiendo sus mismas palabras.
-¿Tan interesante es mi gusto por los hombros?-dijo la morena rodando los ojos.-Estábamos hablando de ti, marquesa. Y de tu futuro bebé.-sonrió de nuevo cambiando el tema.
-Ay es que yo aún ni me lo creo.-Me llevé una mano a la cara. Esto de convertirme en mamá me seguía pareciendo surreal.
-Entre más rápido lo aceptes mejor para ti.
-Sí, además debes de llevarme a tu coronación, rubia.-Exclamó Leah.
-¿De qué hablas?-La miré divertida-Es solo una ceremonia.
-Da igual tienes que llevarme a Bridgerton.-Exigió ya no pude más contener la carcajada.
-Es Bristol, idiota.-Rodó los ojos Bella.
-¡Bristol, Bridgerton qué importa! Ya ni sé lo que estoy hablando a estas horas.
-Tranquila Leah.-Sonreí.-Por supuesto que voy a invitarte a qué conozcas todas las propiedades que he heredado.-Ella sonrió emocionada.
-¿Y a mí no me invitas?-Puso un puchero Bella.
Yo rodé los ojos.-Tú ya conoces.
-No todas.
-Entonces...-Leah intervino.-¿Dónde has decidido que nazca tu bebé?-Preguntó de repente
-Cielos.-Parpadeé.-No había pensado en eso.
-Leah, ¿No crees que es muy pronto?-Puso los ojos en blanco Bella.-Le faltan como 7 meses.
-¿Y? Son detalles importantes así como escoger el nombre del bebé.
-¿Tú ya escogiste el nombre?-Preguntó incrédula Bella.
La morena asintió.-Ajá.-Sonrió.-Mi listado ahora se reduce a 5. Pero en estos días les comunicaré el nombre de su sobrinita.-Guiñó.
-Me gustaría que fuese en Londres.-Finalmente respondí la pregunta que me había hecho antes.-Sí, definitivamente en Londres.-Reafirmé.
-¿Tú crees que Emmett esté de acuerdo?-Preguntó Leah sorprendida.-Aunque...-Hizo una pausa y agregó divertida.-Si yo tuviese un palacio, también decidiría lo mismo.
-¿Por qué?-Me preguntó Bella.
-Sé que a mí abuela le habría hecho mucha ilusión.-Me encogí de hombros.-Además, así no tendría encima a mi suegra todo el tiempo.-Rodé los ojos. Y ambas rieron.
-Pero…¿lo tendrás en un hospital?-preguntó Leah curiosa.
-¡Por supuesto que lo tendrá en un hospital!-Bella hizo una pausa dramática.-¡Esperaaaa! ¡¿No estarás pensando en tener a bebé en casa?! ¡¿Sabes a caso la cantidad de complicaciones que se pueden producir?!
-Bella…-traté de llamar su atención para tranquilizarla pero parecía que había entrado en bucle.
-Hay una probabilidad de que vaya bien, si.-dijo sin dar momento a pausa.-Pero…podría haber cualquier problema y no habría tiempo de poder atenderte a ti y al bebé a tiempo Rose. ¡Te podrías morir por cualquier cosa!-dijo exasperada. Era tierno ver a Bella tan preocupada.
-Bells.-sonreí.-Tranquila ¿si? Aún ni siquiera me creo que esté embarazada. Por supuesto que no me he planteado cómo va a nacer. Debo informarme solo eso.-me di de hombros tratando de tranquilizarla.
-Solo espero que esas locas ideas de parir como en el medievo se te quite de la cabeza.-dijo Bella molesta.
-¡Oye!-Leah salió en mi defensa.-Si leyeras sobre el tema sabrías que un parto respetado y en el que la madre se sienta cómoda es fundamental para el buen transcurso del mismo.
-Mírate tú, toda una experta en partos.-dije yo divertida.-Vas a tener que darme unas clases.-sonreí.
Seguimos hablando un rato más hasta que escuche que Emmett ya estaba de vuelta. Me despedí de las chicas y salí a tomar un albornoz para ir a saludar a mi hombre.
-¿Cómo estás, querido?-Fue abrazarme en cuanto me vio. Me levantó del piso y yo enredé mis piernas en su cintura.- Estaba extrañándote.-Puse un puchero y él sonrió encantado.
-Los negocios por hoy han acabado.-Dejó un beso en mis labios.-Ahora soy todo tuyo, nena.-Otro beso.
-Genial.-Sonreí.
-¿Y qué has hecho durante mi ausencia?-Me dejó en el piso de nuevo y rodeó mi trasero con sus grandes manos.
-Ya les he contado a las chicas.-Confesé.
-¿En serio? Yo también les conté a los chicos.-Sonrió.-¿Le has dicho a tus padres?-Acarició mi rostro.
Yo negué.-¿Y a tu madre?-Pregunté de vuelta.
-No, tampoco.-Suspiró.-Creo que es mejor hacerlo en persona. Además, créeme que aprendí de mi error.-Soltó de manera dramática haciéndome reír al recordar la escena de acción de gracias.
-Te lo agradezco.-dije divertida rodando los ojos mientras daba palmaditas en su pecho. Él sonrió y tomó mis manos entre las suyas para dejar un beso en ellas mientras me miraba. Una mirada profunda y penetrante de la cual estaba ya perdidamente enamorada. Sonreí.
-¿Qué pasa?-dije mirándole divertida.-Estas muy callado.-me di de hombros.-¿Va todo bien?-pregunté.
-Oh nena.-sonrió encantado.-Todo va perfectamente.
Se separó por un momento para quitarse la ropa y ponerse cómodo. Este hombre era un auténtico espectáculo. Me senté en la cama tranquilamente y decidí deleitarme con él.
-¿Estás disfrutando?-dijo después de un momento. Andaba sin camisa y con sus pantalones desabrochados.
-Mjjjm.-dije divertida mientras jugaba con la lazada de mi albornoz.
-¿Te parece si pedimos servicio de habitaciones para cenar?-preguntó coqueto quedándose en bóxers.-Ando cansado después de tantas reuniones y así tú también puedes descansar.
-¿Vamos a descansar?-Pregunté incrédula.
Él sonrió de lado mientras se acostaba en la cama y me halaba hacia él.
-Sabes a lo que me refiero, nena.-Susurró en mi oído poniéndome terriblemente caliente.
Yo sonreí y lo vi coqueta.-Tienes suerte de que yo también tenga ganas de sentirte dentro de mí.
Él sonrió complacido y fue a devorar mis labios en tanto desataba mi albornoz. Mientras con una mano sostenía mi barbilla con la otra se dedicó a acariciar mi cuerpo. Su mirada. Era de absoluta devoción, Emmett conseguía ponerme cachonda a la vez que me enternecía sobremanera. Su gran mano se paró en tanto llegaba a mi vientre y bajo su mirada para besarlo.
-Te amo Rose.-dejó otro beso ahí y levantó la mirada para mirarme.-Gracias por este bebé. Por ser mi mujer y por formar una familia juntos.-sonrió. Yo hice lo mismo mientras contenía el aliento. Después de eso, siguió bajando su boca hasta llegar a mi centro.
-Emm…-suspiré.
-Relájate mi amor.-sonrió mientras separaba mis piernas y dejaba sus manos en mis rodillas para evitar que las cerrase y poder así seguir volviéndome loca con su lengua ahí abajo.
Seguimos así un buen rato, amándonos y disfrutando el uno del otro hasta que yo caí rendida del sueño.
Tras un rato durmiendo me desperté con ganas de ir al baño. Me despegué de Emmett con cuidado de no despertarlo y me fui al baño. Cuando encendí la luz no podía creer lo que estaba viendo.
-¡Emmett! ¡Emmett! ¡Ven por favor!-llamé a mi marido chillando asustada con un nudo en la garganta. En mis bragas había una mancha, parecía sangre. Otra vez no…
-¿Qué ocurre nena?-el pobre venía frotándose los ojos agotado. Se apoyó en la puerta del cuarto de baño, su mirada cambió al instante que comprendió lo que sucedía. Estaba perdiendo a su hijo. Estábamoso perdiendo al bebé. Ese bebé que yo ya había comenzado a querer.
Sin más nos vestimos y fuimos al hospital.
Tomamos un taxi. Los dos íbamos nerviosos por lo que acababa de pasar.
El viaje se nos hizo eterno. Cuando por fin llegamos al hospital Emmett salió disparado a la emergencia reclamando atención.
El personal reaccionó rápidamente y me sacaron en una silla de ruedas. Todo era muy confuso. Prácticamente nadie hablaba nuestro idioma y si lo hacían apenas les entendíamos.
¿Cómo pudo pasar esto de nuevo? Y peor aún estando tan lejos de casa... No pude evitarlo y comencé a llorar. Todo esto era demasiado.
-Shhhhhhh nena.-Emmett tomó mi mano.-Todo va a ir bien nena.-hizo que lo mirase.-Estamos juntos en esto. Pase lo que pase ¿de acuerdo?-traté de asentir a sus palabras.
Estaba aterrorizada y Emmett trataba de mostrarse calmado para no asustarme más. Pero por más que tratara de ocultarlo también estaba muy asustado. Estábamos lejos de casa, en un lugar donde casi nadie nos entendía. Estaba tumbada en una camilla con una vía en el brazo esperando a que alguien nos dijera algo.
-Lo siento.-dije sin más. Emmett levantó la cabeza y me miró. Sentía que lo había perdido. Y me sentía terriblemente culpable.
-Rosalie Hale.-Emmett me miró serio.-No se te ocurra culparte. Ni siquiera por un momento ¿de acuerdo? Esto puede pasar.-dijo tratando de auto convencerse.
De un momento a otro el guía de Amhed estaba en la puerta de nuestra habitación. Al menos, si nos habían puesto en una solo para nosotros y teníamos intimidad. Miré a Emmett con curiosidad preguntándole con la mirada que hacía él aquí.
-He llamado a Ahmed para que nos mandara a alguien. Nadie habla nuestro idioma bien al parecer aquí.-rodó los ojos cansado.
-Lo siento.-Nos miró apenado.-Estoy aquí para ayudar en lo que pueda.
Un momento después apareció la doctora y nos saludó. Emmett tomó mi mano.
Hakim empezó a traducirnos lo que ella decía.
Me indicaron una eco y exámenes de sangre. Incluso a Emmett.
-¡Oh vamos!-Se quejó molesto.-¡¿Por qué tienen que sacarme sangre a mí también?!-Se quejó.
-Es porque no está segura de su tipo de sangre.-Tradujo Hakim.-Y la doctora sospecha que pudo haberse dado por una incompatibilidad de RH.
Ahora Emmett aparte de nervioso estaba molesto por eso pero ya no renegó.
En la ecografía se podía visualizar que ya no quedaban restos del feto. Por lo que no sería necesario una intervención para remover nada.
Emmett lucía cabizbajo.
Finalmente los resultados de los exámenes habían llegado y la doctora sacó las conclusiones.
-Los tipos de sangre no son compatibles. Ella es RH negativo y él RH positivo.
-¡¿Eso qué significa?! ¡¿Acaso no podemos tener hijos por eso?!-Gritó Emmett alterado.
-Cuando suceden esos casos de incompatibilidad y no se previene con tratamiento ocurren las perdidas.-Continuó y yo ya estaba abrumada.-El sistema inmunitario de la madre puede reconocer los glóbulos rojos del feto como extraños y producir anticuerpos, para destruir los glóbulos rojos Rh positivos del feto.-Explicó.
-¡Voy a demandar a esa doctora que te vió en América!-Exclamó enfadado Emmett.-¿Por qué no te explico eso antes?
-Emmett, cálmate-Apreté su mano.-La doctora dice que podemos prevenirlo en el futuro.
Emmett había entrado en bucle.-¡Dios! ¡Este es el segundo bebé que perdemos, doctora! ¿Sabe?-Exclamó con rabia Emmett.-¡Ya son dos!
-Sé que es frustrante.-la doctora explicó pacientemente. Y lo sé, no porque la entendiera. Porque ella hablaba en un perfecto y cerrado árabe, sino porque Hakim traducía todo lo que ella decía al dedillo. Estaba siendo de gran ayuda.-Pero pueden prevenirlo.-sonrió.-Como digo, hay tratamiento para ello.
-¿Cuál sería ese tratamiento doctora?-pregunté antes de que Emmett dijera algo más.
-Habría que realizar transfusiones de sangre intrauterinas para sustituir esos glóbulos rojos que tú sistema inmune destruye como respuesta inmunológica para que el bebé pueda madurar hasta el nacimiento.-explicó con tranquilidad.
-¡¿Transfusiones de sangre?!-Emmett dijo alterado.-Pero… tendrán que sedarla cada vez ¿no es así?
-Ajá.-explicó.-Es un proceso duro. Por eso siempre les explico a los padres que cuando cirscustancias como esta se dan deben comprometerse al 100% para que el bebé salga adelante.
La cabeza me daba vueltas. ¿Incompatibilidad del RH? Todo sonaba muy raro. Nunca pensé que el día que fuera a quedarme embarazada fuera a ser así.
-Pero…-miré preocupada a la doctora mientras apretaba la mano de Emmett.-¿Siempre será así?-dije asustada.
-No. Por ejemplo si el bebé hereda el RH negativo, no habría ningún inconveniente. En cambio si hereda el RH positivo, entonces sí tenemos que estar más alerta y controlarlo periódicamente.
Siguió explicándonos más cosas pero a mí la cabeza me daba vueltas.
Nos quedamos un par de horas más en observación y luego regresamos al hotel. Emmett había estado absolutamente callado.
Yo tampoco quería hablar sobre esto. Así que decidí irme a la cama en silencio.
Emmett no me acompañó. Se quedó en el sofá procesando todo lo sucedido.
Yo me sentía triste. La felicidad se había esfumado repentinamente. Pero él... No podía descifrar si seguía enfadado conmigo o con él mismo. Tampoco estaba lista para averiguarlo.
Emmett pov
¡Mierda! Estaba furioso. No con Rose sino conmigo o…¿tal vez con ella también? ¡Diablos! Estaba tan confundido con la situación que acabábamos de vivir que realmente no podía pensar con claridad.
El camino de vuelta en el taxi fue bastante incómodo. Rose miraba por la ventana mientras se abrazaba así misma. Yo quería tomar su mano, pero no quería que sintiera que invadía su espacio así que me abstuve. Estuvimos en completo silencio hasta que llegamos al hotel.
Suspiré y me dejé caer en el sofá de la gran sala de la suite. Vi como Rose se levantó para irse a dormir. Le daría su espacio, no quería agobiarla. Además, no estaba en condiciones de nada ahora mismo. Necesitaba estar solo, pensar. Para ello fui al mini bar y tomé una botella y un vaso para servirme un trago. Seguí bebiendo mientras observaba como la inmensidad de la noche se reía de mi.
Quería ser padre con Rose. Estaba claro. Pero nunca imaginé que iba a ser tan difícil. Y tampoco quería ponerla en peligro. Si le pasase algo por mi culpa no me lo perdonaría y eso de las transfusiones sonaba realmente peligroso. Pero solo Dios sabía lo que deseaba tener hijos…
Bufé molesto y me serví un trago más. Seguí ahogando mis penas en alcohol durante el resto de la noche. Ni siquiera me di cuenta de cuando me quedé dormido. Solo me percaté de que ya era de día porque los molestos rayos del sol se colaban por la ventana despertándome. Abrí los ojos y maldije ante la punzada que me dio en la cabeza. ¡Dios! ¡Tenía una maldita resaca!
Abrí los ojos de nuevo para encontrarme a mi mujer mirándome decepcionada abrazando sus piernas frente a mi. Sentada justo en el otro sofá.
-Dijiste que estábamos juntos en esto.-Se mordió el labio.-Pero no lo has demostrado. -Dijo con un nudo en la garganta.-Prefieres ponerte borracho en lugar de estar conmigo.-Al ver sus hermosos ojos cristalizados se me encogió el corazón.
-Rose...-Me incorporé para acercarme donde ella.
Ella simplemente se levantó alejándose de mí.
-Rose, nena.-Tomé su brazo haciendo que se girará.-Espera.
-¡Suéltame! ¡No hagas eso!-Me empujó como pudo. Pero yo no presté atención a sus reclamos. La abracé contra mi pecho y ella comenzó a forcejear para soltarse hasta que finalmente se rindió y comenzó a llorar.
-Shhh, nena. Estoy aquí contigo. No te he dejado sola.-Acaricié su cabello esperando que se tranquilizara en tanto dejaba besos en el tope de su cabeza.
-Anoche cuando regresamos, ni siquiera volviste a verme.-Me reclamó entre sollozos.-Ni me dirigiste la palabra.
-Rose por favor.-Pedí.-Ayer yo también me sentía mal y pensé que lo mejor era darte tu espacio.
-¿Espacio? ¡Por todos los cielos, Emmett! ¡Anoche es cuando más necesitaba de tu apoyo!-Se limpió las lágrimas.-Mientras que tú preferiste perderte en el alcohol.-Me dijo con desdén soltándose de mi agarre.
-¿Acaso no tengo derecho a desahogar las penas a mi manera?-Exclamé molesto.-Yo también estoy de luto Rosalie.-Le recordé.-No solo tú. Es frustrante todo esto para mí también.
-¡¿Y para mí crees que no lo es?!-Chilló.
-El primero a ti te dio igual.-Le recordé.
-Ahora es diferente. Era diferente.
-¿Por qué?-Me acerqué nuevamente hacia ella.
-Ya me estaba haciendo la idea de convertirme en madre.-Confesó incómoda viendo hacia el piso.
Yo tomé su barbilla con suavidad para que volviera a verme.-¿En serio?-Ella en respuesta asintió.-Sí, eso quieres te juro que voy a embarazarte de nuevo.-Aseguré tomando su delicada mano haciendo que me siguiera a la cama.-Follaremos las veces que sean necesarias hasta que lo consigamos.-Me desabroché los pantalones y volví a acercarla con brusquedad hacia mí.
-Emmett...-Cortó el beso, así que la tumbé en la cama y me coloqué sobre ella.-Emmett.-Ahora ella colocó sus manos sobre mi pecho empujándome.
-¡¿Qué?!-Exclamé enfadado ante la resistencia que estaba mostrando.
-¡Por Dios! ¡¿Tú crees que tengo ganas de follar ahora?!-Exclamó incrédula.
-¿Acaso no quieres tener bebés?-Pregunté confundido.-Solo hay una manera de hacer bebés.-Dije como algo obvio.
-¡Eres un animal, Emmett! ¡Dios!-exclamó molesta.-Puede que si quiera ser madre.-la miré y ella continuó antes de que pudiera decir algo.-Pero, ahora no es momento para intentarlo de nuevo.
-Entonces…¿cuando?-pregunté confundió.
-Dios Emmett.-suspiró sentándose en la cama.-Necesito asimilar todo lo que ha pasado ¿si? Aceptarlo y tenerlo asumido para cuando volvamos a intentarlo de nuevo ser consciente.- se dio de hombros.-Solo eso.-explicó.
-¿Entonces?-pregunté con cautela mientras subía mis pantalones de nuevo y la miraba expectante.-¿Quieres hablar de ello?-ella asintió.-¡Vaya!
-¿Qué?-preguntó sorprendida.
-Pensé que no querrías hablar de ello. Solo eso.-dije.
-Pues no es una conversación agradable Emmett.-se dio de hombros.-Pero es necesaria al fin y al cabo.-hizo una pausa para mirarme y tomarme las manos.-Si finalmente nos decidimos a ir a buscar de nuevo un bebé, tenemos que ser un frente unido y aceptar que tal vez las cosas van a complicarse.-explicó asustada.
-Debería tomarme el día libre para estar contigo…-dije en alto de repente.-Podemos tener un día tranquilo, solo los dos y pensar en todo. Sopesarlo.-hice una pausa.-Si eso quieres y necesitas.-acaricié su mano con delicadeza.
Ella negó.-Lo que quiero es regresar a casa. Luego podemos hablar tranquilamente.
-¿No te molesta quedarte sola?
-Solo vete.
-Intentaré regresar lo más rápido que pueda.-Dejé un beso en su mejilla y fui a darme una ducha.
Cuando salí del baño, Rose me estaba esperando con un vaso de agua y un par de aspirinas.
-Gracias, nena.-Dejé un beso en su mejilla y antes de que se fuera tomé su mano y la acerqué a mí. Con una de mis mano acaricié su rostro-Te debo una disculpa, Rose por lo de ayer y lo de ahora...-Suspiré.-No quería decepcionarte o ponerte triste.
-Olvida eso por ahora.-dijo sin más. Realmente a esta mujer la habían criado para los negocios.-Céntrate ahora en el acuerdo con Ahmed ¿si?-dijo suavemente.-Ya hablaremos de esto más tarde.
-De acuerdo.-asentí a sus palabras.-Es algo que debemos hablar largo y tendido.-apreté sus manos con delicadeza antes de dejar un beso en el dorso de su mano izquierda y acercarla a mi cuerpo para abrazarla después.
Fui al vestidor para coger uno de mis trajes. Ahora tenía que irme a la compañía de Ahmed para terminar de formalizar el acuerdo. Rose ya había revisado todo y parecía estar correcto. Así que no sería necesario que viniera. Mi mujer no estaba en condiciones después de todo esto. De hecho, me sorprendía que ni siquiera había intentado venir conmigo. Eso quería decir que realmente estaba afectada por la situación.
-Te amo.-dije mirándola antes de despedirme.-Vuelvo lo antes posible ¿de acuerdo?-Ella sonrió, o trató de hacerlo antes de cerrar la puerta.
-¿Todo bien?-Hakim estaba en la puerta del hotel y me estaba esperando en un coche que Ahmed había enviado para llevarme a la compañía.
-Sí, vámonos.-Dije serio. No quería socializar.
En el camino nos mantuvimos en silencio. Le dejé un mensaje a Rose que si necesitaba algo me escribiera. Luego revisé un par de documentos.
De repente recibí una llamada de mi madre. Suspiré. Lo único que me faltaba.
-Hola hijo.
-Mamá voy de camino a una reunión.
-¿No tienes un segundo para saludar a tu madre?-Me preguntó enfadada.
-Claro, ¿Cómo estás?
-Bien, ¿Y tú cómo va todo?-Preguntó animada.
-Todo va bien. No te preocupes-Mentí porque no quería alarmar a mi madre.
-¿Rose está contigo?
-Rose se quedó descansando en el hotel.
-¿Y eso?-Preguntó preocupada.-¿Todavía sigue enferma?
-No mamá. Quería hacer otro tipo de actividades.-Me encogí de hombros.-Ya sabes conocer la ciudad.-Seguí mintiendo.
-¿Y vas a dejarla que ande sola por ahí?-Me reclamó.-¡Puede ser peligroso!-Soltó alarmada.
-¡Por Dios mamá ya basta!-Exclamé enfadado antes de que siguiera metiéndome ese tipo de ideas a la cabeza.-Tranquilízate, ¿Quieres? Mira te prometo que luego de que acabe la reunión te haremos una videollamada, ¿Si?
-Está bien.-Acordó y sin más nos despedimos.
Finalmente llegamos a la compañía. Una de las secretarias de la entrada me sonrió coqueta y me instó a pasar al despacho de su jefe. Solo saludé cortés y la ignoré. Era guapa y exótica. Tal vez en otro momento le hubiera pedido el teléfono tras la reunión y hubiera tenido una noche con ella. Pero ahora no, era un hombre comprometido y felizmente casado tenía que decir. Amaba a Rose por encima de todo. Y estaba dispuesto a complacerla en lo que ella me pidiese.
-¡Emmett!-Ahmed me saludo con una sonrisa.-¡Pasa por favor! Siéntate y ponte cómodo.
Yo saludé encantado a mi nuevo socio.-Gracias por tu hospitalidad Ahmed. Es muy generoso de tu parte.-dije sonriendo mientras me acomodaba en uno de los sillones.
-No hay de qué.-sonrió restándole importancia.-Tienes una mujer magnífica, Emmett.-sonrió.-Considérate un hombre muy afortunado.
-Créeme que sé que lo soy.-sonreí dándole la razón. Pese a que una punzada de celos salió a relucir traté de contenerme ya que como dice mi terapeuta yo tengo pasado así como lo tiene Rose y lo más importante es mi presente y mi futuro con ella.
-Por cierto.-me ofreció una bebida, yo acepté por cortesía.-¿Cómo está? ¿Fue todo bien anoche?-dijo algo preocupado.
-Está bien.-me di de hombros.-Lo estará o al menos eso espero.-sonreí con algo de nostalgia.
-Seguro que si.-sonrió.-¿Empezamos? No quiero robarte más tiempo aquí. Demasiado que aceptaste mi oferta de formalizarlo todo en persona.-sonrió.
-Respecto a eso…-pregunté acordándome de algo.-¿Qué eran esos negocios tan importantes sobre los que sólo podías hablarme en persona?-pregunté con curiosidad esperando al menos que fuera algo legal. Después de lo de mi tío ya no podía fiarme de nadie.
-Ahh.-Sonrió.-Quiero introducir mis clubs y casas de apuestas en América. Y sé que tu familia está muy involucrada en ese "rubro". De hecho, estoy dispuesto a comprar su franquicia.
Yo fruncí el ceño. No iba a involucrarme en lo de los casinos. Mi tío y mi padre habían lavado mucho dinero en ese "negocio"
-Eso era cosa de mi tío.-Respondí reacio.-Sabes que mis inversiones son en inmobiliaria y en tecnología.
-¡Oh vamos Emmett!-Insistió.-Te haré una oferta muy generosa. Piénsalo.
-De acuerdo.-La verdad era que lo tenía bastante claro. No iba a meterme en esa mierda. Lo único que quería era formalizar el acuerdo y largarme de ahí.-Ahora continuemos en lo que estábamos.
La verdad es que me sentía muy satisfecho porque finalmente lo habíamos firmado.
-Disculpa.-Sentí vibrar mi móvil. Era un mensaje de Rose: "¿Le has mencionado algo de lo que sucedió a tu madre?"
Inmediatamente respondí. "Nada, ¿Por qué?"
"Me escribió preguntándome si seguía enferma"
"No le hagas caso, le dije que cuando regresara le haríamos una videollamada"
"Ok. Espero que todo haya salido bien. Te extraño" Yo sonreí como un idiota.
-¿Es ella?-Preguntó curioso Ahmed. Yo asentí.-Él sonrió.-¿Sabes? Me gustaría invitarlos a cenar antes de que regresen a América.-Yo volví a verlo.-Así podemos celebrar este acuerdo. Y tratar algunos detalles sobre mi otra oferta.
Yo lo pensé un poco.-Además, aún no has conocido a mi familia.-Agregó.
-¿Eres casado?-Pregunté.
-Sí. Tengo 3 esposas.
-¿3 esposas?-Alcé las cejas un poco sorprendido.
Él me vio divertido.-Ajá. Aunque... Ninguna es como la tuya.-Alzó una ceja.
-Seguro.-Respondí entre dientes comenzando a cansarme por la devoción con la que se refería hacia mi mujer.
-De hecho, estaría dispuesto a dejarte a las 3 por ella.-Contuve el impulso de estamparle mi puño en su cara.-Es solo una broma, no te enfades, amigo.-Dijo despreocupado. De verdad que este imbécil me recordaba al descarado de Edward con sus comentarios fuera de lugar.-Entonces…-dijo antes de que yo dijera algo más.-¿Les espero esta noche?
Me estaba probando, podía notarlo. Si le decía que no muy probablemente me insistiría o nuestra relación sería más tirante mientras que si le decía que si le dejaría encantado. Y eso último era precisamente lo que necesitaba teniendo en cuenta la rentabilidad que iba a darme el acuerdo con él.
-Claro.-sonreí.-Esta noche celebraremos el acuerdo. Estoy seguro de que a Rosalie le encantará conocer a tu familia.-dije levantándome para darle un apretón de manos y salir de vuelta al hotel para encontrarme de nuevo con mi mujer. Tal vez a ella no le haría mucha gracia cenar con Ahmed y sus tres mujeres. ¡¿3 mujeres?! ¡Por el amor de Dios! Realmente no sé cómo podía. Yo con una tenía suficiente. Pensé sonriendo. Pasé a comprarle algo a Rose, ella no se esperaba que le llevase algo así que seguro que un ramo de flores sorpresa le hacía ilusión.
-¿Nena?-sonreí entrando con cuidado.-¡Ya llegué!
-¿Emm?-escuché que salía de la terraza. Su cara cambió al verme.-¿Eso es para mi?-señaló el ramo encantada.
Yo sonreí y le di un beso en la mejilla antes de entregárselo.-Es tuyo.-Ella lo tomó encantada. Y luego fue abrazarme.
-Son hermosas.-Dijo viendo una vez más a las flores.
Volví a acercarla a mí, enredando mis brazos en su cintura.-No tanto como tú.-Me agaché una vez más en busca de sus labios y nos unimos en un beso que ella recibió encantada. Todo parecía indicar que ya se encontraba mejor anímicamente. Yo sonreí.
-Estoy aburrida.-Dijo de repente mientras estábamos descansando abrazados en la terraza.
-¿Quieres salir?-Ella asintió.
-He estado prácticamente dos días encerrada en el hotel, Emmett. Y aparte de las atracciones que visitamos el primer día, no he hemos conocido más que el hospital.-Tragó con eso último. Así que la apreté contra mi pecho y besé su cabeza.
-No pienses en eso.-Susurré en su oído.-Salgamos esta noche.
-¿Dónde vas a llevarme?-Preguntó interesada.
-De hecho, Ahmed nos ha invitado a cenar a su casa.
-¿Y tú estás de acuerdo con eso?-Preguntó con cautela volviendo a verme.
Me encogí de hombros.-Es mi socio y quiere que conozcamos a su numerosa familia.
-Mínimo tiene 3 esposas.
-Acertaste.
-No me sorprende.-Rodó los ojos.-Aquí es normal que un hombre rico se case con cuántas mujeres desee.
-Tú pudiste ser una de ellas.-Solté.
-¿Qué estás diciendo?-Volvió a verme indignada alejándose de mí.
-Es obvio que el tipo sigue cautivado por ti.-Fruncí el ceño.-Y vaya que me he controlado al escuchar con qué ilusión habla sobre ti. -Bufé y es que al idiota hasta le brillaban los ojos.
-¡Por favor, Emmett!-suspiró molesta mirándome.-¿Tú de verdad crees que yo podría ser "una" de las esposas de Ahmed?-dijo con desdén haciendo comillas con sus dedos.
-¿Por qué no?-me di de hombros.-Él estaría encantado.
-Él tal vez.-dijo molesta.-Yo desde luego que no.-bufó.-¿Sabes lo que supone eso? Esas mujeres seguramente ni siquiera trabajan y como dependen de su marido tienen que aceptar tener que compartirlo.-bufó escandalizada.
-En eso tienes un punto.-dije divertido. Acercándome a ella.-No te gusta compartir.-sonreí dejando un beso en su hombro.
-A ti tampoco.-apuntó obstinada cosa que me hizo reír.-¿Por qué tendría que aceptarlo yo?-preguntó alzando la barbilla.
-No tienes que hacerlo porque yo solo tengo ojos para ti, rubia.-tomé su barbilla con delicadeza y la besé. Ella me aceptó gustosa. Apoyé mis manos en su cadera.-Te quiero nena.-sonreí dejando un besito en su nariz haciéndola sonreír.-Como me gusta esa sonrisa, preciosa.
Pasaron unas cuantas horas en las que me di el lujo de descansar y comer algo antes de ir a la cena con Ahmed. Rose quiso poner una película, así que nos tiramos en la cama y nos abrazamos para verla mientras hacíamos tiempo antes de empezar arreglarnos.
Cuando la película estaba por terminar, Rose se levantó de la cama y comenzó a alistarse.
Vi la hora y recordé que no le había llamado a mi madre. Estiré mi brazo para coger mi móvil que estaba sobre la mesita de noche. Suspiré y le llamé pero no contestó. Raro. Igual decidí llevarme el móvil al baño por si me correspondía.
Cuando entré me encontré a Rose arreglándose frente al espejo. Sonreí como un idiota al verla. Ella lo notó y me guiñó a través del espejo.
Me acerqué a ella y la abracé desde atrás. Dejando un beso en su cuello. En eso sonó mi teléfono era una videollamada de mi madre.
-¡Hola mamá!-La saludé con una sonrisa.
-Hijo.-Se colocó las gafas para ver mejor y me sonrió.-Al fin logro comunicarme contigo.
-Mamá hemos hablado más temprano.-Rodé los ojos. Solía ser un poco exagerada a veces.
-Hola Esme.-La saludó Rose. Asi que decidí cambiar la cámara ahora enfocándonos los dos a través del espejo.
-Oh Rosalie, ahí estás querida.-Exclamó aliviada.-Quería saber cómo seguiste de tu malestar, me dejaste preocupada desde que estuvimos en Miami.
Rose intentó sonreír.-Oh ya no lo tengo.
-Oh.
-Mamá.-Intervine yo al ver que el semblante de mi mujer había cambiado-Tenemos que irnos. Mira que aún no me he vestido. -Me señalé. Únicamente estaba usando unos shorts.
-Bueno, cuando regresen tienen que venir a visitarme.-Demandó.
-Claro.-Y sin más nos despedimos.
-¿Estás bien?-Le pregunté. Rose aún estaba sensible con el tema de la pérdida que recién habíamos tenido.
Ella simplemente asintió recobrando la compostura.-Ve a vestirte.-Pidió.
-¿Sabes?-Decidí cambiar de tema.-Ahmed me ha ofrecido otros negocios.
-¿Sobre qué?
-Casinos y clubs.-Me encogí de hombros.-De lo que se encargaba Carlisle. Quiere comprar la franquicia.
Ella fue hacia donde me encontraba.-Dime que no estás considerándolo. Mira que apenas, nos salvamos...-Dijo asustada.
-Tranquila nena, no voy a involucrarme en eso.-Tomé sus manos.
-¿Y qué has pensado hacer?-Era adorable verla tan preocupada por mí.
-Ese negocio ni siquiera está a mi nombre. Hay otras personas que están a cargo.-Aseguré.
Rose pov
Tras esa confesión por parte de Emmett me quedé más tranquila. Él era consciente de lo difícil que había sido salvarnos del juicio y estaba seguro de que esos negocios no eran lo suyo. Me alegraba de que fuera un hombre honrado en sus negocios. Eso decía mucho de él y estaba orgullosa. Era habitual ver a estos magnates con negocios encubiertos para ganar aún más dinero, "ilegal" por supuesto. Pero nunca era suficiente. Rodé los ojos.
Terminamos de arreglarnos y salimos del hotel para dirigirnos a la mansión de Ahmed. El era un jeque claro. Y como tal, tenía una gran mansión a las afueras de la ciudad en un vecindario de gente adinerada, con seguridad por todos lados.
-No sé para que quiere todo esto.-dije rodando los ojos al ver la estancia. Era demasiado hasta para mi. Emmett me miró divertido.-¡Por Dios Emmett! ¡Tiene hasta un estanque! Hay podría crear un ecosistema.-mi marido rio quedito junto a mi y yo sonreí por su reacción. Ósea a ver yo tenia propiedades incluso más grandes que esa, pero eran bastante más prácticas.
Sin más, entramos en la estancia. Ahmed nos recibió vestido con esa especie de túnica blanca y el tocado en la cabeza tan típicos de su cultura y salió a abrazarnos.
-¡Bienvenidos!-sonrió.-Por favor, pónganse cómodos.-Hizo un gesto con la mano y llamó a varias mujeres de su servicio. Iban vestidas con el hiyab. Yo les sonreí. Nos tomaron los abrigos y los zapatos. Al parecer eso era necesario y no sería yo quien se metiera con sus costumbres.
De repente un niño de unos 4 años apareció corriendo en la estancia. Usando una réplica del traje de Ahmed. Era muy adorable.
-¡Hassan!-Lo llamó Ahmed divertido acariciando su cabeza. Luego le dijo algo en árabe y nos señaló.-Ellos son amigos de papá.-Le explicó.-Rosalie y Emmett.
-¿Cómo estás campeón?-Se agachó Emmett para saludarlo.
El niño lo saludó de vuelta haciendo sonreír a mi marido. Luego fue mi turno.
-Hola Hassan. Soy Rose. -El pequeño tenía unos ojos hermosos con unas pestañas imposibles. Sin duda cuando creciera sería todo un galán como su padre. Me sonrió y rápidamente fue a esconderse detrás de él.
-Aún es muy tímido.-Lo excusó Ahmed.
-Es muy adorable.-Sonreí.-Tienes un hijo muy lindo.
Ahmed sonrió con orgullo.-Quién sabe y en el futuro nuestras familias podrían unirse.
Emmett me dio un suave apretón. Al parecer Hakim no le había contado nada sobre lo que sucedió en el hospital. Lo cual agradecía porque significaba que respetaba nuestra privacidad. Pero por otra parte, surgían este tipo de comentarios que aún me afectaban un poco.
-Vengan, vamos.-Nos animó.-Quiero que conozcan a mis esposas.
Y ahí estaban tres mujeres jóvenes vistiendo el atuendo típico. Las túnicas y hiyabs negros.
-Ellas son: Nadia, Safiyah y Amina.
-Encantada de conocerlas.-sonreí. Era bastante incómodo todo. Las tres estaban estáticas como si estuvieran en una especie de formación. Era realmente impactante ver como el hombre se paseaba por la estancia libremente mientras ellas esperaban ser presentadas a los invitados. Safiyah, la del medio, estaba embarazada. Mínimo estaba de 7 meses, tenía una panza bastante pronunciada. Una de sus manos se posaba en ella y me miraba curiosa con sus ojos verdes. Se veía muy guapa y sorprendentemente joven tenía que decir. Emmett asintió a mi lado y las saludó también. Ellas no se acercaron. Se quedaron ahí paradas hasta que Ahmed habló.
-¡Mujeres por favor!-sonrió encantado.-¿Por qué no vamos pasando al comedor? Nuestros invitados estarán famélicos.
Ellas asintieron y fueron hacía allí. Emmett me miró alucinado y susurró en mi oído.-¿No hablan?
-Shhhh.-le insté a callar.-Sé respetuoso.-él me miró divertido y me hizo un gestó con la mano. Yo sonreí.
-¡No van a comer mejor cena que aquí!-sonrió Ahmed.-Amina es la mejor cocinera.-su hijo se había sentado con él.-¿Verdad Hassam?
El pequeño tiró de su túnica para llamar su atención y él bajó su mirada para verlo. Él niño le susurró algo al oído que le hizo sonreír y mirarme.
-A mi hijo le parece fascinante tu cabello, Rose.-me dijo sonriendo.
-¡Oh!-yo dije algo confundida tratando de recogérmelo.-Puedo cubrírmelo si es necesario.-Dije mirando a las tres mujeres que me miraban algo desconfiadas. Emmett me miró sorprendido.
-Oh no es necesario.-Aseguró.-De todas formas a mí también me parece fascinante.-¡Cuánto descaro! A este hombre no le importaba soltar halagos frente a sus tres esposas.
Noté cómo Emmett comenzaba molestarse. Así que pasé una de mis manos sobre su muslo para que no dijeran o hiciera algo estúpido.
-La comida está deliciosa, Amina.-Cambié de tema volviéndola a ver.-Sobretodo esto.-Señalé la especie de puré que tenía en mi plato.-Sabe a berenjena con especias.
Ella volvió a ver a su marido y él asintió. Así que por primera vez escuchamos su voz.-Baba Ghanush. Es un platillo vegetariano, bueno casi toda nuestra gastronomía es apta para vegetarianos.
-No somos vegetarianos pero todo está delicioso.-Intervino Emmett que prácticamente estaba arrasando con toda la comida.-¿No comen cerdo?
Todos lo volvieron a ver como si había dicho una aberración.
-El cerdo es impuro.-Le contestó serio Ahmed.
-Oh bueno aún así todo esto es delicioso. Se parece a la comida turca.-Continuó Emmett metiendo la pata.
-Te aseguro que la comida árabe es mucho más deliciosa que la turca.-Ahmed se veía ofendido al igual que sus esposas.
-Sin duda.-Aseguré.-Nos ha parecido maravilloso su país, ¿no es así querido?-Volví a ver a Emmett.
-Sí, de hecho planeamos regresar-Me sonrió mientras me daba un apretón en el muslo.
-Saben qué son bienvenidos cuando deseen.-Exclamó amable Ahmed.-Consideren ésta su casa.
Y bueno la velada continuó tranquila, ya no hubo comentarios inapropiados o que fuesen a molestar a nuestros anfitriones.
-Bueno…-Ahmed se levantó mirando a mi marido.-Creo que es hora de que los hombres hablemos de nuestras cosas.-dijo invitando a Emmett a pasar a otra sala. Yo bufé interiormente. ¿Qué iba a hacer yo ahora? Las 3 mujeres me miraban como si fuera una especie en peligro de extinción. Realmente me sentía como si estuviera en un zoo y eso era muy incómodo tenía que decir.
-Ahmed.-Emmett insistió. Sabía que no quería quedarme sola. Además seguro que iban a hablar de esa mierda de los clubs y los casinos de apuestas.-Es tarde.-sonrió.-Mi mujer y yo necesitamos descansar. Mañana salimos temprano.
-¡Oh venga!-le instó el magnate.-No te robaré mucho tiempo.-Mientras tanto Rose ¿por qué no te quedas con mis mujeres y conversáis sobre vuestras cosas?-las tres asintieron obedientemente.
-Claro.-sonreí mirando a Emmett.-Está bien, querido. Ve.-Y no te tardes por favor. Pensé interiormente.
Me quede de pie en el gran comedor.
-Podemos sentarnos en la sala.-esa fue Safiyah. Era la más joven, y por una extraña razón creo que entendía mi incomodidad. Le sonreí siguiéndola para sentarme en uno de los sofás.
-La pobre ya no aguanta más de pie.-Esa fue Amina. Me miró y ayudó a la otra mujer a sentarse.
-Esto se hace cuesta arriba.-dijo tratando de sonreír. La única que no me dirigía la palabra era Nadia. Solo me miraba y no sabía descifrar si era recelo o curiosidad lo que decía su mirada.
-¿Ocurre algo?-Pregunté mirándola con cautela. Hassan apareció de nuevo y se abrazó a la mujer que estaba junto a Safiyah. No podía descifrar con exactitud quien era la madre del pequeño, intuía que podría ser Amina ya que el pequeño no sé separaba de ella.
-¿Su cabello es de oro mami?-preguntó inocentemente el pequeño mientras me miraba y me señalaba con curiosidad.
Sí, definitivamente su madre era Amina.
Yo le sonreí divertida al pequeño.-No, cariño.
-¿Puedo tocarlo?-Preguntó jugando con sus manitas. Era tan tierno.
Yo asentí y antes de acercarse volvió a ver a su madre y ésta asintió. Así que el pequeño poco a poco caminó hacia donde mí.
Se sentó a mi lado y tocó mi cabello con su manita. Era tan tierno.
-¿Tú tienes hijos, Rosalie?-Preguntó Safiyah.
-Aún no. Pero tengo una pequeña sobrinita.-Saqué mi teléfono y les mostré unas fotos.
Tanto Amina como Safiyah sonrieron y me hicieron cumplidos. Nadia seguía sin decir nada. Solo observaba.
-Espero que cuando tengan hijos puedan venir a visitarnos.-Sonrió Safiyah.-Así se hacen amigos de Hassan y Kadir.-Se sobó el vientre. Yo sonreí.-O si tienes niñas podríamos pensar en algo más.-Dijo divertida y Amina asintió a sus palabras. ¡¿Acaso estaban pensando en una especie de compromiso?! ¿Pero qué les pasaba? Hassan era apenas un niño y el otro ni había nacido.
Ahí Nadia por primera vez habló. Pero en árabe así que no logré entender nada sin embargo, algo que si pude notar es que se le veía molesta. Tanto Amina como Safiyah discutieron con ella. Nadia terminó abandonando el salón.
-¿Qué ha ocurrido?-Pregunté preocupada.
-Nadia es complicada.-La excusó Amina.
-Asi ha sido desde que empezó a vivir con nosotras.
-¿O sea es la última esposa?-Pregunté curiosa.
Ambas asintieron.-Estaba casada con Mehmet, el difunto hermano de Ahmed. Así que cuando quedó viuda nuestro marido se hizo cargo.-Explicó Safiyah.
-Vaya...-Esto sonaba tan irreal para mí. ¿O sea Ahmed se había casado con la esposa de su hermano? Wow.
-Es parte de nuestras tradiciones.-Explicó Amina al ver mi evidente estado de shock. Así que intenté disimular mi asombro y recuperar la compostura.
-Me dio la sensación que no fui de su agrado desde el principio.
-Descuida.-Le restó importancia Safiyah. -Nadia es bastante celosa en general.-Rodó los ojos.
-No te lo tomes personal.-Intervino Amina.-Es reacia a las visitas.
-De otras mujeres -Agregué-Y más aún si son occidentales.-Asumí. Ambas rieron dándome la razón.
-¿Y, cuántos meses tienes?-Pregunté cambiando de tema.
-Inshallah conoceré a mi pequeño en 1 mes y medio.-Sonrió orgullosa.
-Espero que todo salga bien.-Sonreí.
-Inshallah.-Repitió Amina.
-Inshallah.-traté de repetir en un árabe bastante oxidado tenía que decir. Y es que Ahmed en su verano en Ibiza nos enseñó varias palabras a Bella y a mi. Por lo que intuí de su diálogo tenía algo que ver con la voluntad de Dios. Ellas me sonrieron con simpatía.
Miré mi móvil para ver la hora. Suspiré interiormente. Emmett llevaba al menos una hora hablando con Ahmed. Esperaba que le hubiera dejado todo claro. Él no iba a meterse en esto. Podía ser un Mr Macho en ocasiones pero era un hombre sensible y honrado. No se dejaría llevar por el dinero fácil que esos sucios negocios podrían darle.
Seguí hablando un rato más con las dos mujeres de Ahmed. Me explicaron más cosas sobre su cultura. Realmente éramos muy diferentes. Una de las mujeres del servicio llegó para ir a acostar a Hassam y pude ver como su madre se iba con él para ayudarla. Me quedé a solas con Safiyah, ella miraba su vientre con amor y lo acariciaba de vez en cuando. Ahí me dio una punzada al corazón. ¡Qué dichoso es el destino! La maternidad nunca había sido una prioridad para mi. Ahora que la vida me estaba poniendo dificultades para ello, me estaba dando cuenta de que realmente si significaba algo importante. Además de que Emmett también quería ser padre.
No me di cuenta del tiempo que pasó pero Emmett y Ahmed habían vuelto a la estancia.
-Hola.-sonrió acercándose a mí y dejando un beso en el tope de mi cabeza. Yo me giré para verlo y le sonreí de vuelta.
-¿Todo bien?-preguntó Ahmed sonriendo mientras se acercaba a Safiyah para sobar su vientre y susurrarle algo a su hijo en árabe.-¿Dónde ha ido todo el mundo?-miró a su mujer y ella le explicó en árabe. Él maldijo en silencio.
-Después hablaré con ella.-dijo serio. Yo me asusté ante su tomo.
-No le des importancia.-dije mirándolo tranquila.-No ha sido nada. Todas me han dado una excelente compañía, Ahmed.-sonreí mirándolo expectante. Solo esperaba que Nadia no tuviera una reprimenda por parte de su marido.
-Deberíamos irnos ya.-dijo Emmett sonriendo y acercándose a Ahmed para despedirse.
-Ha sido un placer hacer negocios contigo, Emmett.-sonrió mientras se daban un apretón de manos. Yo miré a mi marido con cautela.
Sin más nos despedimos y regresamos al hotel.
-Dime qué no aceptaste esa propuesta.-Susurré mientras me acomodaba en su pecho.
Él me rodeó con su brazo y dejó un beso en mi cabeza.
-Ya sabes que no, nena.
-¿Entonces?-Volví a verlo.
Él suspiró antes de contestar.-Únicamente le compartí el contacto del tipo que está a cargo.
-Emmett...
-Tranquila, nena. Qué eso ha sido todo.
Seguramente había un porcentaje detrás de todo esto.-Mira que quiero un padre presente para nuestro hijo.
-Nena...-Tomó mi barbilla con suavidad.-¿Acaso de verdad ya quieres tener hijos?-Preguntó maravillado.
Yo me mordí el labio y asentí.-Esta noche he confirmado mi decisión.
-Ohhh.-Emmett me besó y yo lo recibí encantada. Él no podía con la emoción.-Ahora que lleguemos al hotel...-Acarició mi cuello cuando nos separamos.
-No, hasta que lleguemos a NY.
-¡¿Por qué?!-Preguntó alarmado.
-Emmett nos espera un viaje muy largo y necesitamos descansar.-Le recordé y él puso un puchero.-Además, no hay nada cómo estar en casa.
-En eso tienes razón, nena.-sonrió.-No hay nada como el hogar para concebir un bebé. Ya planeo todos los sitios donde voy a hacértelo.-susurró en mi oído poniéndome nerviosa.
-Emm…-suspiré.-Es enserio.-dije tratando de recobrar la compostura.-Deberíamos comenzar a buscar enserio. Siguiendo mis ciclos de ovulación y buscar los momentos donde más probable sea concebir.
-¿Tú crees?-dijo confundido rascando su nuca.-¿Eso no es demasiado?
-No sé.-me di de hombros.-Al fin y al cabo eso es lo que hace la gente normal cuando quiere tener un bebé.
-Está bien.-suspiró.-Pero no quiero que te vea esa doctora en América.-sentenció y yo lo miré sorprendida.-¿Por qué no le pides a la doctora que nos atendió en el hospital de Abu Dhabi que lleve tu caso y que venga a verte a Nueva York cuando sea necesario?
-Emmett eso es absurdo.-bufé.-Estoy seguro que si le cuento el caso a la doctora sabrá tratarme de igual manera que la de aquí.-dije algo molesta por su desconfianza.
Emmett pov
Hogar, dulce hogar. Habíamos regresado a NY para retomar nuestra rutina con la novedad de que por fin ambos estábamos de acuerdo en tener un bebé. Y eso no podía hacerme más feliz.
Si bien aún sentía algo de nostalgia por las dos pérdidas que habíamos tenido anteriormente... Lo de intentarlo me motivaba mucho. De hecho ya había hecho planes para empezar lo más pronto posible.
Para eso había agendado una cita con la misma doctora que nos había atendido en Abu Dhabi. Y quién sorprendentemente también hablaba nuestro idioma aunque no lo haya hecho en aquel momento. Porque vio que llevábamos a nuestro propio intérprete. En fin... No me fiaba de nadie más que ella para que nos ayudará a conseguir ese bebé que tanto anhelábamos se uniese a nuestras vidas.
Ya me encontraba en la terraza con la laptop sobre la mesa esperando conectarme con la doctora. Pero antes decidí ir a buscar a Rose para darle la sorpresa.
-¡Nena!-Regresé adentro.-¡¿Puedes bajar un momento?!-Pregunté desde las escaleras.-¡Quiero mostrarte algo!
-¡Ya voy Emmett!-Contestó desde nuestra habitación. Momentos más tarde bajo.
-¿Me acompañas?-Pedí tomando su mano.
-¿Qué planes tienes para hoy?-Preguntó curiosa.
-Ya lo verás.-Hice que me acompañara a la terraza.
Vio la laptop sobre la mesa y luego a mi.-¿Quieres que veamos una película?
-No algo mejor que eso.-Aseguré haciendo que se sentara a mi lado. Alfie comenzó a ladrar demandando atención así que Rose lo colocó sobre su regazo y lo acarició.
-¿Y bien?-Volvió a verme.-¿Qué quería mostrarme?-Preguntó y yo sonreí.
Encendí la laptop y en pantalla apareció la doctora.
-¡Hola doctora!-La saludé animado.
Rose abrió los ojos como platos.-¿Doctora Mona Hussain?
-Ahlan.-Saludó de vuelta.-¿Cómo están?-Sonrió amable y Rose intercaló la mirada entre nosotros.
-¡¿Pero cómo...?!-Balbuceó en shock. Luego achicó los ojos y volvió a verme.-Emmett...-Susurró.
Yo me encogí de hombros.-Ya lo sabes.-dije como algo obvio. -Solo me fío de ella para llevar a cabo este proceso.
-¿Y mi opinión no cuenta?-dijo algo molesta. No se percató de que el micrófono estaba encendido.-Disculpe un momento doctora.-sonrió y apagó el micro y la cámara.
-¡Rose!-miré molesto a mi mujer.-¡No puedes hacer eso!-dije molesto.-Es una doctora muy ocupada. De hecho es de las mejores en su campo. Tiene una especialización en hematología.-expliqué, tenía sentido que nos tratásemos con ella por eso también.
-Aún así.-dijo suspirando algo cansada.-Deberías haberme consultado antes.
-No te habría parecido bien, nena.-expliqué tranquilo.-Y yo solo quiero daros lo mejor, a ti y a nuestro futuro hijo o hija.-sonreí con mi mejor sonrisa de hoyuelos. Sabía que Rose se derretía.
-Está bien…-finalmente cedió.-Solo espero que si tenemos un bebé herede esa sonrisa tuya.-apuntó haciéndose la molesta.
-¡Perfecto!-gemí encantado encendiendo de nuevo el portátil para hablar con la doctora. La cual nos hizo un millón de preguntas sobre nuestra vida sexual, el ciclo de Rose, su periodo y mil etcéteras más.
-Perfecto.-sonrió.-Les mandaré un planning. En él estarán los mejores momentos para que busquen a su tan deseado bebé.-explicó. Ahí yo me volví loco, había palabras que ni siquiera entendía. ¿Moco cervical?, ¿cervix?, ¿perineo?, ¿posible día de ovulación? ¿ácido fólico?, ¿vitamina B12?…
-Rose debes tomarte estas vitaminas que te mando para ayudar a tu cuerpo a concebir.-explicó tranquila.-Por supuesto, nada de anticonceptivos si queremos que esto llegue a término.
-Descuide doc.-Sonreí.-Ya me deshice de todas esas píldoras.-Aseguré y Rose volvió a verme cruzándose de brazos.-¿Qué?-No entendía su enfadado.
-¡Por Dios Emmett! De nuevo... ¡Son mis cosas! Debías de consultarme antes.-Se quejó.
-Ya habíamos decidido esto, nena. No tenía sentido que las conservaras-Me encogí de hombros.
Ella suspiró exageradamente.
-Bueno.-Continuó la doctora.-No olviden que este es un trabajo en equipo.
-¿Entiendes eso, querido?-Preguntó con tono sarcástico. Y yo asentí.
-¿Tienen alguna otra duda?
-No, doctora.-Respondió ella.
-De acuerdo.-Asintió.-Si tienen alguna inquietud más no duden en contactarme.
-Gracias doctora. Nos vemos pronto.-Me despedí. De hecho en pocos días le haría una oferta para que la trasladarán a un prestigioso hospital de NY. Tenía mis contactos y por supuesto le doblaría el sueldo. Dudaba mucho que ella rechazara esta oportunidad. Con ella aquí me sentiría más tranquilo.
-¿No tendrás alguna otra sorpresita, querido?-Alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos. Se veía jodidamente caliente y adorable.
-No querida.-respondí y ella rodó los ojos y yo fui a besarla. En eso escuchamos el timbre interrumpiendo nuestro momento.
Al parecer mi paquete ya estaba aquí.
-¿Pediste comida?-Preguntó separándose de mí.
-No.-Me puse de pie y me dirigí a la puerta, Rose me siguió.
-¿Qué hay en esos paquetes?-Preguntó curiosa y comenzó a abrirlos.-Nooo.-Exclamó no dando crédito de lo que veía. -Esto debe ser una broma.-
-¿Qué?-Dije tomando la prueba de embarazo que tenía en las manos.-Así sabremos si hemos tenido éxito.
-¡¿Por eso compraste como 100?!
-Tenemos que estar listos.-Dije como algo obvio.
-Tu intensidad a veces me abruma.-Salió a tomar aire a la terraza nuevamente y yo la seguí divertido.
-Nena.-sonreí yendo tras ella.-Como te digo, debemos estar preparados…-antes de que ella dijera nada continué.-Además, no todo son pruebas de embarazo. Algunas son tiras reactivas para conocer si estás ovulando nena.-dije alzando las cejas divertido.
-Uhhh.-bufó ella mirándome.-Eso suena muy sexy, querido.-rodó los ojos haciéndome reír. Inevitablemente volví a acercarme a ella para tomarla entre mis brazos y besarla. Ella al principio estaba estática pero no pudo resistirse y me recibió encantada.
-Te quiero ¿si?-dije en un susurro dejando un beso en su frente.-Y no sabes lo feliz que me hace que por fin hayas entrado en razón sobre lo de tener un hijo.
-Las personas necesitan su tiempo Emmett…-rodó los ojos. Y yo reí dejando otro besito en su nariz.-Pero también te quiero.-dijo sin más dejando un besito en mi pecho. Yo sonreí y la abracé.
-¿Ahora no es tiempo?-pregunté desesperado. No lo hacíamos desde aquella noche en Abu Dhabi.
-¿No te creerás de verdad que vamos a basar nuestra vida sexual en hacerlo a momentos y horas concretas no?-preguntó incrédula.
-Nena…-suspiré.-Es necesario para que el proceso salga bien. Me he estado informado.
-Eeespera.-sonrió divertida.-¿Has estado leyendo sobre concepción Emmett?-le parecía tierno. Me lo decía su mirada. Yo asentí.
-Solo quiero lo mejor nena.-sonreí acariciando su cabello y colocando un mechón tras su oreja.
-No te veía a ti, Emmett Cullen, leyendo sobre el embarazo.-sonrió.
-Apenas estoy comenzando a descubrir este complejo mundo.-Dije abrumado haciéndola reír.
Ella se estiró para besarme.
-¿Entonces...?-Insistí pegándome a ella.-¿Empezamos ya?
Alzó una ceja y acarició mi pecho.-Mejor guarda toda esa energía que tienes para cuando sea el momento adecuado.-Dijo divertida provocándome.
-Nena...-Puse un puchero y ella rio separándose de mí.
-¿Qué?-Se hizo la desentendida.-Yo tengo que atender unos compromisos y tú también.-Tomó mis manos.
-¿Estarás fuera de la compañía?
-Me reuniré con un par de clientes y luego me pasaré por ahí.
-De acuerdo.-Me rendí.
De repente nuestros teléfonos sonaron al mismo tiempo. Ambos lo revisamos. La doctora nos había compartido el planning. Yo sonreí.
-Bueno, nena. Es hora de sincronizar nuestros teléfonos.-Alcé las cejas sugestivamente.
Ella rio pegándome en el pecho-Eres terrible.
-Yo solo digo que cuando está estúpidamente útil alarma suene.-hice una pausa dramática.-No te vas a poder deshacer de mi tan fácilmente.-le guiñé y ella rio.
Después de un rato más hablando ambos nos fuimos a vestir para atender nuestros compromisos. Yo me dirigí a la compañía mientras Rose se había ido a citar con algunos de sus clientes.
Yo bufé. Mientras estuve en mi despacho decidí ponerme al día. Tenía una montaña de trabajo entre mis estudios y el papeleo a firmar. Parte de eso se lo pasaría a Rose para que lo revisara, la mayoría eran temas legales de medioambiente en los territorios de los hoteles en construcción.
De un momento a otro Ángela me dijo que tenía visita. Yo rodé los ojos. ¿Quién podría ser?
-¡Bueno, bueno, bueno…!-Edward entró divertido en mi despacho acompañado de Sam.-¡Dichosos los ojos que te ven, amigo!
Yo rodé los ojos.-Solo he estado fuera un par de días.-me di de hombros.-No es para tanto.
-Y bueno, futuro papá.-tras esa afirmación de Edward sentí que me daba una punzada en el pecho.-¿Cómo van las cosas con la marquesa?-alzó las cejas divertido. Yo suspiré. Ellos me miraron confundidos.
-¿Qué pasa Emmett?-Sam me miró preocupado. El entendimiento bailando en su mirada.
-Os lo voy a contar.-suspiré apoyando los codos en el escritorio y rascándome la nunca ansioso.-Pero tenéis que jurarme que no le diréis nada a las chicas.-advertí.-Rose me mataría, ella lo dirá cuando se sienta lista.-expliqué.-¿Entendido?
-¿Ocurrió algo malo?-Preguntó Sam.
Yo asentí.-Perdimos al bebé.
-¡¿Qué?!-Exclamaron los dos alarmados. Yo suspiré. -Sucedió de repente mientras estábamos en Abu Dhabi.-Expliqué.
-Lo lamento mucho Emmett.-Sam se acercó a darme unas palmadas en el hombro.
-Lo siento, hermano.-Ese fue Edward.-De verdad. No entiendo cómo ha ocurrido dos veces.-Seguía asombrado.-¿Acaso tienes problemas de infertilidad o algo así?-Preguntó confundido. Yo rodé los ojos.
-No, idiota. Si ese fuese el caso, no hubiese embarazado a Rose en ninguna ocasión.-Fruncí el ceño.
-¿Entonces es ella la del problema?-Abrió los ojos como platos.-¡¿Ella no puede tener bebés?!
-¡Maldita sea Edward!-Le di un golpe al escritorio. Él se asustó y yo estaba a nada de golpearlo.
-Shh. Cállate Edward deja de interrumpir a Emmett.-Intervino Sam.
-¡Claro que sí puede! Podemos.-Aseguré enfadado.
-¿Entonces?
-El problema es que nuestros grupos sanguíneos no son compatibles. Bueno, más bien el del bebé y el de Rose.
-¡Wow!-Exclamó sorprendido Sam.-O sea que los bebés anteriores habían heredado tu grupo sanguíneo haciendo que el cuerpo de Rose los rechazará.
Yo asentí.-Al menos tú si sabes usar el cerebro.
-¿Y eso tiene cura?
-Aja de hecho estamos en control con una especialista. Incluso nos ha compartido un planning que nos indica cuando es el mejor momento para hacer ese bebé.-Alcé las cejas sugestivamente.-Nuestros teléfonos están sincronizados.
-¿Cómo un calendario para follar?-Preguntó Edward y yo asentí.-Eso suena divertido.-Yo le di la razón.
-Y si les toca en horas laborales... ¿Lo harán aquí en la oficina?-Preguntó Edward divertido.
Yo reí.-Yo no tendría ningún problema con eso.-Guiñé.-Pero Rose quiere que seamos discretos, así que ya arreglé esos detalles.-La curiosidad de Edward era evidente así que continúe.-Ya tengo lista la habitación del hotel que tengo cerca de aquí.-Guiñé haciendo reír a ambos.
-¿Y Rose también quiere a este bebé?-Ese fue Sam.
-Si algo bueno trajo lo sucedido es eso precisamente. Nuestra pérdida y conocer a esas mujeres árabes despertó por fin el instinto maternal en mi Rose.
-Oye, hablando de eso... ¿Son guapas esas mujeres?-Preguntó interesado Edward.
Me encogí de hombros.-Son guapas y exóticas. Pero nada sorprendente.-Le resté importancia.-Sobretodo con esos sus atuendos negros.-Hice una mueca.- No se me hacen nada llamativas e interesantes.-Aseguré.
-Eso dices ahora porque estás con la marquesa. -Dijo Edward divertido.-El antiguo Emmett no hubiera desaprovechado ese viaje.-Alzó las cejas sugestivamente.
Yo suspiré.-Pues Rose vaya que no dejó escapar esa oportunidad de involucrarse con esos talibanes.-Bufé recordando el pasado entre mi mujer y mi nuevo socio
-¿A qué te refieres?-Preguntó Sam con curiosidad.
-Que ese jeque y Rose ya se conocían.-Fruncí el ceño.
-Nooo.-Dijo Edward intentando aguantarse la risa.-Mira que la marquesa no tiene problemas con eso de la raza.
Yo lo fulminé con la mirada porque para mí pesar eso era cierto.
-Quizás has malinterpretado las cosas.-Intervino Sam.
-¡¿Malinterpretar?!-Exclamé incrédulo.-No soy imbécil, se pasó halagando a mi mujer y recordando ese verano que pasaron en Ibiza.-Solté molesto.- Además el tipo me estaba ofreciendo literalmente entregarme a sus tres esposas a cambio de la mía.
-¡¿Hablas en serio?!-Preguntó incrédulo Sam.-¿Y no lo golpeaste?
Yo negué.-Créeme amigo, la terapia me está ayudando a controlar esos impulsos.
-¡Esperaaaaa!-Exclamó Edward.-¿Dijiste Ibiza?
-Sí, ¿Por qué?-Fruncí el ceño.
-Hmmm por nada.-Se lo pensó un poco pero al verme disimuló. Seguramente Bella le había contado algo. Yo achiqué los ojos no muy seguro de querer escuchar las cochinadas que había hecho mi mujer antes de estar conmigo.
-Tú sabes algo.-le señalé con el dedo mientras me apoyaba en mi escritorio.
-Puede.-se dio de hombros poniendo una mirada inocente.
-Sea así o no.-respondí mirándole fijamente mientras achicaba los ojos.-No me interesa.-ambos me miraron sorprendidos abriendo los ojos como platos.
-¿Perdona?-Edward habló divertido.-¡¿Emmett Cullen no pretende escudriñar el pasado de su mujer?!
-Eso mismo has dicho tú.-dije simplemente.-Es su pasado.-Me di de hombros.-No me sirve de nada conocerlo. Probablemente solo para enfadarme sin razón.
-¡Vaya, Vaya!-Sam sonrió aplaudiendo.-¡Deberías subirle los honorarios a esa psicóloga tuya, Emm!-sonrió.-Hace un trabajo maravilloso. Yo sonreí con suficiencia. Antes de contestar mi teléfono sonó con impaciencia. Edward y Sam me miraron divertidos y yo lo tomé para ver qué era. Sonreí. El calendario había sugerido que ahora era un buen momento para la fertilidad de mi mujer.
-¿Hora de hacer bebés?-Alzó las cejas sugestivamente Edward.
-Asi, es hermano.-Me puse de pie.-Como buen marido que soy tengo que cumplirle a mi mujer.-Recuerden no mencionarle nada de esto a las chicas.-Los apunté con el dedo y ambos asintieron.
-¡Ve por ella tigre!
Y sin más salí muy entusiasmado de mi oficina en busca de mi Rose. Al instante la ví venía caminando por el pasillo mientras no despegaba sus ojos del teléfono.
-¿Estás lista, nena?
-¡Ohhh Emmett!-Se llevó una mano al corazón y estuvo a nada de botar su teléfono también-¡Casi me matas del susto!
-Lo siento nena.-Me disculpé con mi mejor sonrisa.-¿Nos vamos?-Tomé su mano y dejé un beso en el torso, sacándole una hermosa sonrisa.
-Espera.-Se detuvo de repente.-¿No estarás pensando en que lo hagamos en la oficina?-Susurró escandalizada.
-No podemos. Ahí están los chicos.-Me reí por su reacción.-Estoy bromeando nena.
En eso los chicos nos saludaron de lejos mientras salían de mi oficina. Edward nos guiñó.
-Emmett.-Se soltó de mi agarre.-¡No puedo creer que ya les has contado a tus amigos!-Dijo indignada.
-Oh vamos nena, no he entrado en detalles.-Aseguré y ella me vio desconfiada pero ya no dijo nada. Así que una vez más tomé su mano y nos subimos al ascensor.
-¿A dónde vas a llevarme?-sonrió divertida. Yo me di de hombros haciéndome el confundido.-Emmett…-advirtió.
-Oh venga nena…-sonreí acercándome peligrosamente a ella. Estábamos solos y esta situación en el ascensor era bastante caliente tenía que admitir.-El hecho de que haya un planning no significa que no podamos pasárnoslo bien.-alcé las cejas divertido haciéndola reír.
-Pues te he ganado Emmett Cullen.-sonrió divertida mientras buscaba algo en su bolso y lo dejaba en mi bolsillo. ¡Mierda! Eso era… ¡Mi amigo dio un respingo! La muy caliente me había dado sus bragas.
-Eso significa que…-no pude terminar porque las puertas se abrieron y entraron varias personas. Miré a la pantalla, mierda, aún quedaban unas plantas más y yo me estaba quedando sin paciencia para follar a mi tentadora mujer.
Mi teléfono sonó indicando que tenía un nuevo mensaje. Lo miré al ver que Rose escondía una sonrisa.-"Ajá querido, no llevo bragas". Tras leer ese mensaje tragué duro. Eso significaba que debajo de esa exquisita falda no había nada más que su precioso coño al aire. Suspiré solo de pensarlo. ¡Emmett, contrólate! Me dije a mi mismo. Al fin y al cabo, le había preparado una sorpresa en la habitación. No podía arruinarla follándola en el ascensor.
Finalmente llegamos a la planta baja para subirnos a mi auto.
En el camino ya no pude más y fui a meter mi mano bajo su falda solo para comprobar lo que ya sabía. ¡Maldición! Gemí. Solo quería llegar ya para hacerla mía.
Ella me vio divertida al notar mi desesperación y abrió más sus piernas permitiéndome un mejor acceso.
Así que ahora iba pendiente del tráfico y de sus reacciones mientras la acariciaba. De repente ella fue a desabrochar mis pantalones.
-¡Rose...!-Advertí.-Cuando sentí como una de sus manos se deslizaba dentro.
-¿Acaso no puedo tocarte yo también?-Puso un puchero.
Yo suspiré porque ella no se detenía.-¡Por favor, nena!-Rogué.-No quiero correrme aquí y arruinar la sorpresa.-Y la verdad era que estaba demasiado caliente.
-¿Sorpresa?-Preguntó interesada.
-Sí, tengo preparado algo así que esta vez no puedo darme el lujo de follarte en el auto.
-Date prisa entonces.-Pidió. Ella también se veía desesperada lo cual me hacía gracia porque no era el único que iba sufriendo.
Por suerte ya estábamos muy cerca del hotel.
Ni siquiera me molesté en estacionar, llegué a la puerta y le di las llaves al botones para que lo llevase al aparcamiento. Me acerqué a recepción y el joven que estaba allí me saludó con educación dándome la llave de nuestra habitación y asegurándome que todo estaba como yo había solicitado. Le sonreí tomando la llave y saliendo hacia el ascensor sosteniendo la mano de Rose con la otra mano.
-¿A dónde me llevas?-sonrió divertida al ver que la había hecho cerrar los ojos.
-A las estrellas.-dije divertido susurrando en su oído mientras tapaba sus ojos con mi corbata.
-Emmett Cullen.-ella rio encantada.-Nunca va a dejar de sorprenderme.-Dijo mientras buscaba contacto con mi cuerpo. Me coloqué detrás de ella y la rodeé por la cintura.
-Paciencia, preciosa.-sonreí y deje un beso en su cuello que la hizo suspirar.-Ya casi estamos.
Salimos del ascensor y tomé la llave para abrir la puerta de la suite que había reservado para ocasiones como esta. Tampoco íbamos a caer en la monotonía por tener un planning para tener sexo.
-Puedes abrir los ojos nena.-sonreí mientras quitaba la tela de sus ojos. Ella soltó un gemido de emoción. Yo sonreí satisfecho. Le había gustado.
Todo estaba recubierto con velas y pétalos de rosa. Además, también había un surtido de juguetes sexuales para ir probando. Total, teníamos tiempo y quería que ambos disfrutásemos de este proceso.
-Wow Emmett.-Susurró emocionada.-Esto es...
-¿Maravilloso? Lo sé.-Sonreí con suficiencia.
Ella se giró y enganchó sus brazos en mi cuello.-Eres todo un romántico, Cullen.-Alzó una ceja y me vió seductoramente hacia arriba.
Yo apreté su trasero y me agaché para susurrarle.-Hagamos ese bebé, nena.-Pedí y ambos empezamos a deshacernos de lo que traíamos puesto. La besé con desesperación y ella hizo que me sentara en la cama. Poco a poco fue colocándose a horcajadas sobre mí.
Se mordió el labio mientras hacía que me introdujera dentro de ella.-¿Estás segura que no quieres usar ningún juguete para empezar?-Aparté un mechón de su cara. La pobre se vía agitada.
Ella negó.-Solo dame ese bebé.-Pidió.
Así que fui a besarla con ganas mientras una de mis manos se dirigían hacia su centro para que se relajara y pudiera disfrutarlo.
Comenzó a moverse en círculos para acomodarse antes de comenzar a montarme. Yo sonreí complacido al parecer no era el único que estaba ansiando con locura a este bebé.
De un momento a otro ella alcanzó el orgasmo y se desplomó en mi hombro, haciendo que casi me fuera con ella. Pero resistí. Quería intentar otra postura. Había estado informándome sobre cuáles eran las más adecuadas para concebir.
Ahora que ya parecía haberse recuperado un poco la levanté conmigo y la tumbé en la cama haciendo que me diera la espalda.
Al instante ella entendió lo que yo quería. Yo sonreí al ver su trasero levantado hacia mí, así que bajé a dejar un beso sobre su hombro.
Lo rodeé con ambas manos antes de introducirme en ella con una fuerte estocada que la hizo chillar y a mi gruñir.
No pude esperar más y comencé a embestirla sin piedad. Desde aquí atrás a parte de gozar de la excelente vista que tenía también podía controlar absolutamente todo. Lo cual me ponía malditamente caliente.
-¡Emmett... Emmett!-Gritó y sentí como había alcanzado otro maravilloso orgasmo dejándola toda temblorosa. Pero yo no iba a parar, pese a sentir como esas contracciones me aprisionaban quería que se corriera para mí una vez más.
Ahora cambié un poco el ángulo y lo conseguí. Rose de nuevo estaba chillando y yo finalmente exploté. Presioné hasta el fondo enterrándome lo más que podía dentro de ella.
Nos quedamos quietos un momento hasta que finalmente me desplomé sobre ella. Mi manos rodeaban las suyas y me cabeza estaba descansando junto a ella.
Ambos estábamos recobrando el aliento. Así que me hice a un lado para dejar de aplastarla.
Acaricié su trasero y aparté un mechón de su cabello dejando un suave mordisco en su oreja.-Te amo, nena.
La levanté y la coloqué sobre mi pecho.-¿Cómo estás?
Ella suspiró. La pobre lucía exhausta-Eso ha sido muy intenso, Emm.-Acaricié su hermoso rostro perdiéndome en su belleza.-Pensé que iba a desmayarme.-Dijo avergonzada.
-¿Pero estás bien?-Pregunté preocupado.
Ella asintió y se mordió el labio.-No sé si pueda resistir a esa delicada línea entre el placer y el dolor sí seguimos haciéndolo así siempre.
-Nos tomaremos las cosas con más calma la próxima vez, nena.-Aseguré apretándola contra mi pecho y dejando un beso sobre su cabeza-Porque yo también pensé que iba a darme un infarto.-Reconocí haciéndola reír.
-Seguro.-respondió agitada mientras con su mano hacía círculos en mi pecho. Yo dejé un beso en su cabeza.
-Oye nena.-la llamé y ella alzó su cabeza para mirarme.-La doctora dijo que estaría bien que después de "ya sabes".-dije divertido. Ella alzó una ceja.-La búsqueda de bebé.-aclaré. Ella seguía mirándome raro.-La doc comentó que sería bueno que te colocaras con las piernas hacia arriba.-dije algo divertido.
-Oh.-recordó.-Tienes razón.-respondió dejándome sorprendido. Realmente iba enserio con su deseo de ser mamá.-Aunque Emm.-hizo una pausa.-Aun no sé si voy a poder hacerlo. Estoy algo mareada.-dijo algo avergonzada. Yo sonreí. Rose era muy tierna cuando se ponía en ese plan.
-Nena, no pasa nada.-sonreí para tranquilizarla.-No es como si fuera algo obligatorio ¿sabes?-me di de hombros.-Es una simple recomendación médica.
-Ya…-dijo pensativa.-¿Sabes qué?-me miró.-Ayúdame, quiero hacerlo.
Dejé un beso en sus labios antes de ponerme de rodillas frente a ella y colocar sus piernas sobre mis hombros.-¿Te has tomado las vitaminas?-Pregunté y ella asintió.
Ella suspiró mientras cerraba los ojos intentando relajarse. Tenerla, así me estaba poniendo terriblemente caliente de nuevo. ¿Sabes, nena?-Sonreí coqueto mientras acariciaba sus largas piernas con mis manos.
-¿Qué sucede, Emm?-Abrió los ojos para verme.
Me acerqué un poco más haciendo que mi miembro rozara peligrosamente en su entrada. Ella se removió. Y yo puse mi mejor cara de corderito.
-Sí quieres puedo mandar refuerzos, nena.-Me froté nuevamente en su entrada.
Ella rodó los ojos fingiendo molestia-Eres terrible.-Acabó riendo ante mi insistencia que eventualmente aceptó.
Rose pov
Los días fueron pasando entre reuniones, trabajo, sexo planificado, reuniones con la doctora, más sexo planificado y compromisos laborales y personales tanto de Emmett como míos.
Suspiré. Había llegado el momento de comprobar si en este ciclo habíamos logrado el objetivo. Tampoco iba a hacerme ilusiones, no me sentía como las otras veces. 0 síntomas. Todo parecía estar como siempre en mi. Me desilusionaba pensar que este proceso pudiera durar años, pero la doctora nos instó en que tampoco teníamos que obsesionarnos. Eso también podía influir. Al fin y al cabo todo este proceso era muy psicológico también. Dejarse fluir era muy importante para lograr el embarazo. Era algo contradictorio si contábamos todas las vitaminas, los calendarios y todas las posturas sexuales para mejorar la concepción.
En fin, estaba esperando a Emmett para hacerme las pruebas cuando vi que sonó mi teléfono. Sonreí al verlo. Jasper me había mandado varías fotos de Blake. Era completamente adorable. Tenía el pelo negro como Alice pero unos espectaculares ojos azules como su padre. Crecía a pasos agigantados. Le escribí que pronto nos pasaríamos a verlos.
De repente sentí unos golpecitos en la puerta.-¿Nena?-Era Emmett. Se asomó con cautela por la rendija y sonreí. Era muy tierna su reacción.
-Pasa.-Lo invité a que me acompañara.
-¿Cómo estás?-Acarició mi rostro con una de sus grandes manos mientras la otra descansaba en mi cintura.-¿Ya te hiciste la prueba?-Preguntó al ver una de las cajas en el enorme tocador de baño.
-Aún no.-Suspiré.
-¿Pero ya estás lista?-Él me veía expectante.
-Eso creo.-Contesté un poco dudosa así que él fue a abrazarme y dejar un beso en mi cabeza.
-Hemos hecho todo según el plan, no tiene por qué salir mal.-Se encogió de hombros divertido. La verdad es que lo notaba nervioso y vaya que yo también lo estaba.-Anda, te espero aquí.-Me dio privacidad mientras él se quedaba apoyado frente al espejo. Así que sin más fui a hacerme la prueba.
Momentos más tarde regresé donde Emmett quien volvió a verme ansioso.
-¿Estás embarazada, nena?
-Aún falta esperar un poco más.-Él se rascó la nuca nervioso viendo su reloj.
-Es negativa.-Me mordí el labio al darme cuenta que solo una rayita se había formado.
-¿Cómo?-Emmett no daba crédito de lo que escuchaba.-¿Qué has dicho?-Me arrebató la prueba de las manos.-¡No puede ser!-Exclamó.
-Emmett...-Tomé una de sus manos intentando que se calmara.
-¡Si hemos seguido todas las indicaciones que nos ha dado la doctora!-Ya estaba comenzando a ponerse furioso.
-Emm...-Lo llamé acariciando uno de sus fuertes brazos para intentar tranquilizarlo. Él volvió a verme.-¿Cálmate, si? Sabíamos que esto podía pasar.-Me encogí de hombros y él se soltó de mi agarre. Comenzó a revolver uno de los gabinetes del mueble de baño.
-Seguramente esa prueba estaba defectuosa.-Gruñó.
-Emmett...-Lo llamé.
-Toma, nena.-Me entregó otra caja.-Háztela de nuevo.-Pidió.
-Emmett...
-Por favor Rosalie.-Dijo impaciente.-Solo hazlo.-Insistió.
-Emmett, no tengo ningún síntoma. Me siento normal, nada ha cambiado.-Él volvió a verme estaba a nada de estallar así que ya no reproché y me llevé la prueba conmigo de nuevo.
Momentos más tarde regresé donde el terco hombre que tenía por marido, con el mismo resultado.
-¡Maldición!-Exclamó furioso aventando ambas pruebas al piso, aplastándolas con sus pies. Me estaba asustando pero si no intervenía ahora seguramente iba a destruir todo el baño.
-Emm.-lo llamé con tranquilidad.-Emmett mírame ¿quieres?-él bufó molesto y me miró mientras apretaba sus puños contra el lavabo del baño. Me acerqué a él y acaricié sus manos varias veces hasta que las abrió.-Eso es…-sonreí.-Ahora, respira hondo.-lo hice y él conmigo. Así un par de veces.-Eso es…
-Rose.-dijo molesto. Yo sabía que le pasaba. Estaba frustrado y es que si algo le faltaba a este hombre era la paciencia. Era igual que un niño pequeño que pide algo por Navidad y que al llegar al árbol la mañana siguiente no lo encontraba. Igualito. Suspiré divertida.-Nena es que yo pensaba que si ¿sabes?
-Emm.-sonreí acariciando su espalda.-Lo sé. Pero quedar embarazada no es tan fácil como lo pintan en las películas y en las series.-me di de hombros.-Todo requiere un proceso. Piénsalo por el lado positivo. Nosotros acabamos de empezar a buscar conscientemente.-me di de hombros.-Seguro que muy pronto llegará nuestro bebé.
-Espero que tengas razón, nena.-sonrió algo avergonzado.-Disculpa por la escena.-miró al suelo antes de alzar la mirada para verme de nuevo.
Yo acaricié su rostro y me estiré para pasar mis brazos alrededor de su cuello y susurrar en su oreja. -Te amo, Emmett.- Él fue a buscar mis labios con desesperación y me besó con ganas. Yo sonreí contra su boca cuando sentí que me estaba cargando así que enredé mis piernas en su cintura. Y sin más me llevó de nuevo a la habitación donde pasamos un rato placentero ambos.
-Te lo agradezco, Rose.-Volví a verlo y él me presionó contra su pecho.-Gracias por aguantarme.
Dejé un beso en su pecho antes de incorporarme-Te quiero Emm. Pero entiende que no debemos obsesionarnos con el tema.-Acarició mi rostro y dejó un dulce beso en mis labios.
-No es fácil nena.-Suspiró.-Pero voy a intentarlo.
De repente mi teléfono sonó y yo lo busqué en la mesita. Me estiré sobre sobre Emm para alcanzarlo. Momento que él por supuesto no desaprovechó.
Era Bella. Yo abrí los ojos como platos. Desde mi regreso no me había comunicado con mis amigas. Me sentí culpable no podía seguir huyendo de ellas para evitar contarles lo que me había pasado.
-Compórtate, ¿Sí?-Le advertí a Emmett para que no hiciera nada estúpido durante la videollamada.
Acomodé mi cabello y me subí un poco más la sábana antes de contestarle.
-¿Quién es?-Frunció el ceño Emmett.
-Hola. -Sonreí.
-Rose por fin logro comunicarme contigo, rubia.-Apareció mi amiga estaba en su estudio.
Emmett se asomó para ver la pantalla.
-Hola Bella.-La saludó mientras su cabeza descansaba en mi pecho.
-Eh grandulón.-Hizo una mueca.-Espero no haber interrumpido nada.-Comentó incómoda mi amiga.
Emmett sonrió coqueto.-Descuida ya habíamos acabado.-Le guiñó y mi amiga puso cara de asco. Ambos nos reímos por su reacción.
-Emm.-Lo llamé mientras acariciaba sus rizos.
-Está bien ya me voy.-Rezongó y se levantó.-Es toda tuya por ahora Bella.-Dejó un beso en mi mejilla antes levantarse. Yo desvié mi atención para apreciar el escultural cuerpo de mi marido. Era muy alto y tenía todos sus músculos super definidos y desarrollados. Sintió mi mirada y se giró para guiñarme. Yo me mordí el labio y me sentí acalorada otra vez.
-¡Rubia deja de babear y escúchame!-Demandó mi atención Bella.
-Disculpa, ¿Sí? ¿Qué me decías?-Volví a la realidad y me concentré en ella.
Bella suspiró exageradamente.-Siento que he perdido a mis dos mejores amigas.
-Eso no es cierto. ¿Por qué lo dices?
-Es que desde que las dos están embarazadas se han olvidado de mí.
-Bella...-Sentí una punzada en el pecho al recordar que había perdido a mi bebé y la búsqueda por el nuevo estaba siendo difícil.
-Mira, entiendo que ambas estén concentradas en su maternidad y eso pero yo también las extraño.-Puso un puchero.
-Bella...-Volvió a interrumpirme.
-Por eso se me había ocurrido organizarle un baby shower a Leah y para eso necesitaba de tu ayuda.-Puso un puchero.-Tal vez así logro captar de nuevo su atención.
-Bella yo...
-Sí ya sé que estás preguntándote que por qué no celebro el tuyo.-Continuó desahogándose.-Pero es que la bebé de Leah nacerá antes y además es una excusa perfecta también para verte y pasar tiempo contigo. Luego habrá tiempo para prepararte una sorpresa a ti también.-Todo esto me parecía tierno pero me estaba poniendo realmente triste.
-B-Bella yo…-tartamudeé algo incomoda y algo triste también, no solo por recordar las complicaciones que estábamos teniendo para ser padres sino porque últimamente estaba perdiendo el contacto tan cercano que siempre tenía con Bella. ¡Nos contábamos todo por el amor De Dios! ¡Y no le había dicho nada de todo esto! Miré a Emmett de reojo y el asintió triste. Me estaba animando para que se lo contara. Sabía lo importante que era para mi. Le miré haciendo un intento de sonreírle.
-¿Qué pasa Rose?-Bella me miró y su semblante cambió. Yo me mordí el labio nerviosa y pasé mi mano por la cara.
-Yo…-suspiré. Respiré hondo y lo solté de una.-Emmett y yo perdimos al bebé que esperábamos.-dije sin más. La cara de Bella se entristeció.
-Oh nena…-mi amiga me miró, la comprensión bailando en su mirada.-Por eso andabas tan desaparecida. Ahora lo entiendo todo.-sonrió triste.-Entiendo si no quieres hacer el baby shower de Leah, puedo llamar…
-No.-dije sin más.-Leah no tiene la culpa.-expliqué.-Además Emmett y yo estamos intentándolo. Conscientemente.-sonreí con melancolía.
-¿En serio rubia?-dijo divertida.-Y…¿Justo ahora andaban intentándolo?-alzó las cejas haciéndome reír.
-Me alegro que comprometer mi salud mental con sus cochinadas te parezca divertido.-guiñó poniendo cara de asco. Yo sonreí. Bella siempre estaba ahí cuando la necesitaba. Continué explicándole todo lo que había pasado estos días, lo del aborto, la doctora, todo el planning…
-Pero no quiero que le digas nada a Leah.-dije sin más. Bella me miró. No estaba de acuerdo.
-Rose no puedo hacerlo.
-Bella por favor te lo ruego.-Pedí.-Mira te prometo que se lo contaré en su momento.
-Ya sabes cómo es Leah.
-Lo sé pero no quiero ponerla triste.
-Está bien.-Dijo no muy convencida.
De repente mi teléfono vibró. Era un mensaje de Leah. Estaba pidiendo que nos viéramos.
-¿Viste?-Le pregunté.
-Ajá. Parece que Leah se acordó de sus amigas.
Yo sonreí. Quizás era momento de volver a estar con ellas.
Seguimos charlando un rato más y quedamos de vernos más tarde.
Dejé de nuevo el teléfono en la mesilla de noche y respiré profundo. Después de haberle contado a Bella me sentía mejor, más liviana. Debía pensar como contarle a Leah todo esto del bebé, ya que no quería hacerla sentir mal o que se preocupara demasiado por mi. Suspiré y me estiré en la cama. Definitivamente necesitaba visitar a mi fisioterapeuta para un buen masaje. Notaba mi cuello y hombros con demasiada carga tensional. Más tarde cogería una cita. Porque, dese luego lo necesitaba. Tras un par de minutos me levanté de la cama y fui a buscar a Emmett. Sonreí al ver que andaba haciendo algo de comer.
-¿Un brunch?-sonreí divertida sentándome junto a él en una de las banquetas de la cocina. Él se acercó sonriendo con un poco de fruta, me la ofreció y yo acepté encantada.
-Gracias querido.-agradecí.-¿Sabes?- él me miró.-Dentro de poco tendremos que organizar la agenda de nuevo.-frunció el ceño sin entender mucho.-Ya sabes, el tema del marquesado.-me di de hombros.
-Oh si ya.-dijo entendiéndolo.-¿Ya hay fecha?-preguntó.
-Aún no está decidido pero ya sabes el dicho: las cosas de palacio van despacio.-dije divertida.-Pueden ser unas cuentas semanas, tal vez menos.-expliqué.
-Bueno.-dijo asintiendo.
-Además me gustaría llevar a los chicos.-le dije de nuevo.-Leah se muere por conocer el complejo del marquesado de Bristol.-dije divertida untando mermelada en el pan.-Por cierto.-no le dejé seguir.-Ahora en el almuerzo he quedado con ambas.-sonreí.-Al parecer Leah ya tiene nombre para su bebé.-sonreí algo triste por mi situación pero feliz por la de mi amiga.
Él tomo mis manos y dejó un beso en ambas.-Te prometo que pronto estaremos escogiendo el nombre de nuestro bebé, nena.
Yo intenté sonreír. Él se paró y fue a abrazarme.-No estés triste, hermosa. Ve y disfruta con tus amigas, ¿Si?-Yo asentí y él se agachó a besarme.
-Oh Emmett.-Lo llamé cuando nos separamos.
-Dime, mi amor.-Puso toda su atención en mí.
-Estaba hablando con Jasper y tengo muchas ganas de ver a mi sobrinita también.
-¿Y quieres que vayamos a visitarlos o... Quieres que los invitemos?
-Me gustaría ir donde ellos pero sin tus hombres, Emmett.
-En ese caso es mejor que vengan aquí.-Dijo serio.
-Emmett...
-Por favor Rose. Solo dime cuándo quieres verlos y yo organizo el resto.-Aseguró.
No tenía ganas de discutir con este Emmett en plan controlador así que dejé que "él se encargara".
Más tarde me reuní con las chicas. Por supuesto Emmett había insistido en llevarme al restaurante.
Bella me abrazó en cuanto me vio. Y yo me sentí mejor. La había extrañado demasiado.
-Hola de nuevo grandulón.-Lo saludó sin ganas cuando nos separamos.
-Bella.
-Espero que no te quedes a comer con nosotras.-Se cruzó de brazos.
-Tranquila. Te prestaré a mi Rose por un par de horas.-Pasó un brazo en mi cintura y dejó un beso en mi mejilla. Mi amiga rodó los ojos. -Si necesitas algo, no dudes en llamarme nena.
-Ya lárgate Emmett.-Le dijo Bella rodando los ojos.-Deja de ser tan empalagoso.
Emmett iba a replicar pero interviene acariciando su pecho.-Estaremos bien, ¿Si? -Él asintió y dejó un beso en mis labios antes de marcharse.
-¿Soy yo o anda más aprehensivo de lo normal?
-Déjalo, ¿Quieres?-Le pedí.
-De todas formas aquí dejó a uno de sus gorilas...
-Bella...-Suspiré cansada.-Oh mira ahí viene Leah.-Sonreí al ver a mi amiga dirigiéndose a nuestra mesa. Su panza ya se notaba más. Se me encogió el corazón.
Nos saludó apresuradamente.
-Ufff perdón por la tardanza pero no saben lo que me pasó ahora en el hospital.-Dijo de manera dramática mientras se desplomaba en el asiento.
-¿Todo bien con la bebé?-Pregunté con cautela.
Ella sonrió e hizo un gesto restándole importancia.-La nena está perfecta.
-¿Entonces?-Preguntó Bella.
En eso el mesero apareció con nuestras bebidas.
Leah le dio un largo sorbo a su frozen antes de seguir con su relato.-Pues resulta que mi ginecóloga ya no trabaja ahí, ¿Saben?-Ni Bella ni yo dijimos nada así que Leah continuó.-Algunos rumores dicen que la trasladaron y otros dicen que la despidieron.
-¿Ah sí?-Pregunté temiendo un poco que Emmett podía estar involucrado en esto.
Ella asintió enérgicamente.-Dicen que hizo a enfadar a alguien muy importante.
-Sí que te encanta el chisme Leah.-Le dijo divertida Bella.
-Sabes que vivo por ello.-Guiñó divertida haciéndonos reír. -El caso está en que me atendió una doctora nueva.
-Y la odiaste.-Asumió Bella chasqueando.
-¡No, qué va!-Sonrió.-Sí puede que sea un poco seria pero te transmite una confianza y tranquilidad increíbles. Me gustan sus vibras, no sé hay algo sobre su aura...-Leah había comenzado a divagar con ese tema de las energías.- Además de que es extranjera, exótica y muy guapa.-Siguió emocionada señalando sus atributos. No sé porque sentí que la conocía-Tenía un nombre raro yo creo que es árabe.-No podía ser posible o ¿Si?. Inmediatamente descarté esos pensamientos. Debía ser una coincidencia. Mi doctora seguía en los Emiratos. No podía ser ella. Seguí tomando mi bebida en silencio- Esperen.-Rebuscó en su bolso y sacó una tarjeta. -Ah se llama Dra. Mona Hussein
Ahí me atraganté con lo que estaba bebiendo asustando a mis amigas y alertando a Garrett que se había acercado también a nuestra mesa. ¡Emmett!
Tosí exageradamente. ¡No podía ser! ¡Por el amor De Dios! Emmett era capaz de todo al parecer. Suspiré cuando sentí que Bella acariciaba mi espalda con cariño y Leah tomaba una de mis manos.
-Eso es Rose.-dijo Bells mirándome.-Respira profundo.-hice lo que me dijo.-Muy bien.-sonrió. Leah me acercó un vaso de agua y bebí un poco.-¿Mejor?
Yo asentí.-¿Se encuentra bien Señora Cullen?-preguntó Garret con cautela. Yo asentí agitada y levanté una mano para restarle importancia.
-Todo está bien, Garret.-dije aún sin aliento. ¡Dios! Que sensación tan desagradable.-Puedes irte.-él asintió y volvió a su sitio. Junto a la puerta. Donde pudiera ser de utilidad pero no supusiera una molestia para mi. Ya hasta me había acostumbrado.
-¿Qué ocurrió Rose?-Leah preguntó preocupada. Yo miré a Bella. Ella pareció entenderlo.
-Lo del cambio de tu doctora.-volví a respirar profundo y tomé algo más de agua. Ellas me miraban expectantes.-Ha sido Emmett.-dije sin más.
Leah abrió los ojos como platos.-¡¿Emmett?! ¡¿Tu Emmett?! -Yo asentí avergonzada.-¡¿Pero por qué?! ¡¿O sea que lo hizo enfadarse tanto?! ¡Si esa doctora era un amor!
-Y una idiota.-Soltó Bella frunciendo el ceño.
-¿Qué dices?-Volvió a verla y luego a mí.-A ver tú.-Me apuntó.-¿Sabías sobre esto, rubia?
-Por supuesto que no. Créeme que esto me ha tomado por sorpresa, sobretodo que mi nueva doctora se haya mudado a NY.
-¿Tu nueva doctora? ¿O sea tú ya la conocías?-Leah estaba confundida.-¿Pero cómo?
Yo inhalé profundamente antes de contarle todo.-Cuando estaba de viaje en Abu Dhabi, perdí al bebé.
-Oh nena...-Leah tomó mi mano preocupada.
-La doctora Hussein me atendió y a diferencia de los otros médicos que me habían visto antes, decidió hacerme más pruebas para determinar la causa por la cual estaba perdiendo a mis bebés.-Me limpié los ojos. Dios. Había comenzado a llorar. Bella me abrazó y Leah también tenía los ojos acuosos.-Y fue ahí que descubrimos que nuestros grupos sanguíneos no son compatibles.
-Lo lamento, mucho Rose.-Leah me abrazó.-No sabía que estabas atravesando por todo esto.
-Ya pasó.-Suspiré.-Ahora Emmett y yo estamos buscando a ese bebé de manera consciente.-Volví a verlas-Así no nos toma por sorpresa y podemos ser más cuidadosos desde el principio para no perderlo.-Expliqué.
-Emmett lo está haciendo excelente. Hay que reconocerlo-Dijo Leah.-Está cuidando muy bien de ti, mira que traerte a la doctora desde el otro lado del mundo... Wow.-Dijo alucinada.
-Aún así es algo que hubiese preferido me consultara antes.-Dije un poco molesta.
-Rose tiene razón, no puede decidir todo por ella, ¿No crees?-Intervino Bella.
-¡Oh vamos! A mí me parece todo un detallazo.-Siguió Leah, a diferencia de Bella, ella casi siempre estaba de acuerdo con todo lo que hacía mi marido.
-Ya bueno.-me di de hombros.-No le quito mérito en eso. Desde que todo pasó Emmett está siendo tan protector y cuidadoso conmigo.-sonreí. Me lo podía imaginar como padre y literalmente se me caía la baba.
-Estás muy sensible.-sonrió Leah.-Emmett definitivamente tocó el punto en tu corazoncito.-alzó las cejas divertida.
-Eres demasiado fan del grandullón y eso me molesta.-Bella apuntó rodando los ojos. La morena rio sobando su barriga.
-Lo del tema emocional es por las 1.000 hormonas que me ando tomando, más las vitaminas, por supuesto-me di de hombros.-Por cierto, ¿has decidido ya el nombre de nuestra sobrina?-pregunté curiosa.
-Oh.-Leah se quedó pensativa.-No sabía si…
-Oye.-apunté.-No sería justo para ninguna que me tratéis como si fuera de cristal. El proceso puede ser duro si, pero quiero seguir viviendo y no obsesionarme con el tema.-hice una pausa.-Así que me gustaría saber cómo se va a llamar la próxima sobrina a la que voy a consentir.-sonreí. Mis amigas hicieron lo mismo. Leah tomó nuestras manos y sonrió antes de tomar su móvil.
-Bueno.-sonrió mientras abría un bloc de notas en el teléfono.-Como veís, hemos descartado muchos nombres. Sam es bastante tradicional en general.-rodó los ojos.
-Oh si.-Bella dijo divertida.-Recuerdo lo que le molestó que remodelaras la casa para equilibrar las energías. O el palo santo.-yo reí. Eso había sido divertido. Sam era todo un ser racional, se regía por lo que podía ver y comprobar. Mientras tanto, mi amiga era un ser completamente emocional que se regía por las emociones y las energías.
-Fue muy difícil escoger, créanme.-Dijo de manera dramática.-Mis favoritos eran Harmony y Destiny.
-Vaya que esto de la maternidad está sacando tu lado más cursi.-Se aguanto la risa Bella. Leah la vio mal.-¿Qué?
-Pues tus sugerencias tampoco eran tan maravillosas que digamos.-Contraatacó Leah. -¿Zelda? ¿En serio?
-¿Qué?-Se encogió de hombros Bella.-Suena más cool que Piscis.-Se defendió.
-Piscis es lindo pero todo apunta a que mi nena compartirá signo con su tío Emmett.
-¿Otra escorpio?-Pregunté yo.
Ella asintió con una sonrisa.-Ajá.
-Eso explica porque te agrada.-Señaló a Leah.-Tú también tienes algo de Escorpio.
-Únicamente mi ascendente.-Recordó divertida.
-El de Emmett es Capricornio si no me equivoco.-Agregué.
-Eso explica porque es tan terco e impulsivo.-Rodó los ojos Bella haciéndonos reír.
-Entonces, ¿Qué nombre has escogido? ¿Harmony o Destiny?-Pregunté mientras me limpiaba con una servilleta.
-Nuestra bebé tendrá un nombre especial, nada común o tradicional.-hizo una mueca divertida. Sonreí y Bella se tiró una carcajada.
-¡Dilo ya, pesada!-Bells la instó.
-Déjala Bella.-sonreí.- A nuestra amiga le encanta el dramatismo.-apunté. La morena sonrió.
-También vivo por eso.-dijo y reímos peor hizo una pausa.-Literal. Ósea, ¿Cómo se gana la vida una actriz sin drama?-dijo haciendo aspavientos exagerados con sus manos. No pude evitarlo y me reí.
-Está bien, está bien.-sonrió cuando nos calmamos.-Mi pequeña se llamará Harmony.-sonrió cuando lo dijo y acarició su panza con cariño. Yo sonreí por ella.
-Es muy tierno, Leah.-sonreí.-Además, encaja perfecto con la situación.-apunté sonriendo.
-Ajá.-sonrió.-¿Lo ves, Bella?-la miró molesta.-A Rose si le gusta.-dijo con superioridad.
Bella simplemente rodó los ojos.
-Por cierto, está el tema del marquesado y si están de acuerdo pueden acompañarme y pasaremos unos días juntas.
A Leah le brillaron los ojos.-¿Me llevarás a conocer tu palacio?
-Puedes llevar también a Sam si quieres.-Le contesté divertida.
Ella chilló emocionada.-¡Cuenta con nosotros!
-¿No vamos a incomodar a Lilian?-Preguntó con cautela Bella.
-Mi mamá ni siquiera está viviendo en el país.-Suspiré.-Desde la muerte de mi abuela decidió mudarse a Mónaco.-Me di de hombros.
-Vaya...-Se quedó pensativa Bella.
-Sabes qué puedes llevar a Edward también, Bells.-Ella se ruborizó.
Helloooooooooo! ¡Menudo capítulo laaargo les dejo por aquí! Por supuesto, siempre con la colaboración y ayuda de mi mejor socia en los fics. Tú sabes quién eres.
Bueno, pues ya ven, ya va quedando muy poquito y no os miento si os digo que si fuera por mi, la historia sería eterna XD pero... tiene que tener un final para así poder continuar con el resto de fics!
Quiero dar un agradecimiento especial a Jupi, una lectora que sigue ahí pese a las pausas y parones que hayan podido tener mis historias, se agradece mucho saber que al menos hay alguien ahí que sigue disfrutando de esta loca historia. Un abrazo :)
