BakuMomo
Quirkless
¡Sean todas bienvenidas!
Espero que disfruten esta historia tanto como yo disfrute escribiéndola. No existen muchas historias de esta pareja, así que aporto mi granito de arena. No duden en comentar en caso de que encuentren un error tanto en redacción como continuidad.
.
.
—Esto apesta Yaomomo— murmuró Mina desplomada desde su lugar sobre la barra del bar, cualquiera que pasara por ahí podría notar fácilmente los vasos de chupito vacíos esparcidos a su alrededor.
Yaoyorozu chasqueó la lengua y sacudió la cabeza, concentrándose en beber su agua con gas mientras con la otra mano recorría con calma la espalda de su amiga.
— No debiste haberte involucrado con él, te dije que era mala idea — si era sincera con ella misma, habría preferido no tener la razón en esa ocasión, detestaba ver a su amiga soltar gemidos lastimeros seguidos de beber tragos de tequila.
— Debería haberte escuchado. Yo solo... — Mina refunfuñó y enterró la cara entre sus brazos, su voz salió apagada por lo que Yaoyorozu tuvo que inclinarse más para escucharla correctamente. — Pensé que él sería el bueno, ¿sabes? —
— Ummm no. Yo no, en realidad — frunció el ceño por acto de reflejo, dentro de todos los chicos con los que su amiga salió, en definitiva, ese había sido el peor.
— ¿Cómo habrías de saberlo? De todo el tiempo que te conozco jamas te he visto salir con alguna persona, ¿siquiera te ha llegado a gustar alguien? — eso la tomo por sorpresa, aun y con su estado de ebriedad era capaz de darle un razonamiento coherente.
Otro ceño fruncido invadió su rostro sin poder evitarlo, realmente adoraba a Mina, pero el que viviera en la espera de su "príncipe azul" era la razón por la que terminaba con el corazón roto a menudo.
— Bueno, antes que nada, True Love es un concepto anticuado diseñado para menospreciar las aspiraciones de las mujeres interesadas en seguir una carrera en lugar de establecerse y tener hijos para un hombre mediocre —
— Vamos Yaomomo, dime cómo te sientes realmente, creo que he logrado ganarme tu confianza durante estos tres años trabajando contigo —
—Eso es lo que trato de hacer, si me dejaras continuar, podrías escuchar cómo me siento sobre estos temas— logro escuchar un vago si saliendo de su boca antes de meter botana en ella y procedió a continuar — en segundo lugar, no tengo tiempo para considerar el concepto de las citas y mucho menos para tratar de pensar en la posibilidad de amar a alguien —
Los labios de su amiga se apretaron en una fina línea, dándose cuenta así, de que esa conversación no estaba funcionando para hacerla sentir mejor. No era momento de darle un sermón. Necesitaba alguien que solo escuchara sus penas.
— Pero bueno, solo porque así es como me siento, no significa que así sea para todos. Estoy seguro de que tu Sr. Perfecto todavía está por ahí en alguna parte —
La declaración sonaba poco sincera a sus propios oídos, pero no importaba cuánto quisiera impartir más de su sabiduría a su amiga, sabía que no ayudaría y por extraño que pareciera, Mina se enderezó cuando sus ojos se iluminaron con determinación, a pesar de las copiosas cantidades de alcohol que corrían por sus venas.
— No, ¿sabes qué, Yaomomo? ¡Tienes razón! Necesito ser más como tú y concentrarme en mis prioridades —
— Um... ¿De verdad la tengo? — parpadeo dos veces ante la rápida aceptación de sus palabras.
Asintiendo como si hubiera llegado a una conclusión muy importante, miró a su amiga con ojos vidriosos y juntó ambas manos con fuerza.
— De ahora en adelante, no más citas. Voy a trabajar duro y terminar mi trabajo debidamente. No más preocuparme por los chicos que no valen la pena —
Yaoyorozu no pudo evitar resoplar y sacudir la cabeza; con cuidado se soltó del agarre que le proporcionaba y procedió a palmear sus nudillos con cariño.
— Estás borracha Mina —
— Nunca me había sentido más sobria en toda mi vida — protestó poniéndose de pie y tambaleándose un poco antes de recuperar el equilibrio y nivelar a Yaoyorozu con una mirada de tal determinación que casi la tira del taburete— De hecho, cantinero, usted es nuestro testigo — movió un dedo en dirección al hombre detrás del mostrador que limpiaba un vaso de forma errática, y él arqueó una ceja con curiosidad, pero se abstuvo de comentar — Yo, Mina Ashido, lo haré, ¡No saldré con otro hombre hasta que Momo Yaoyorozu lo haga —
La azabache agarró a su amiga, tirando de ella hacia atrás en su asiento mientras miraba a los varios clientes del bar que miraban la extraña exhibición.
— Está bien, eso es suficiente. La gente está mirando — siseó, pero Mina solo se burló y se encogió de hombros.
— ¿Y? Más testigos de nuestro pacto —
— ¿Qué pacto? ¡No acepté nada! —
— No tienes que hacerlo — dijo con un gesto ausente de la mano, bebiendo otro trago — sigue siendo tu increíble yo independiente y seguiré tu ejemplo —
— Mina, realmente no creo que sea una buena idea... — comenzó a sermonear, pero de repente el rostro de su amiga se contrajo de una forma peculiar.
— Baño...— murmuró, con la voz tan confusa que Yaoyorozu no entendió lo que dijo al principio.
—¡Baño! — gritó con más urgencia, y no tuvo otra opción más que saltar para ayudarla mientras las dos corrían hacia el baño de damas en un frenesí por conseguir llegar a tiempo, sin darse cuenta de que los ojos carmesíes del cantinero las seguía por todo el camino hacia el pasillo.
