Capítulo 8. Camino a la Verdad
Un nuevo amanecer se anunciaba sobre el santuario con hermosos colores azulados y amarillos en el cielo así como esponjosas nubes blancas que muy lentas eran empujadas por el sutil viento, los regentes de los diferentes templos ya se asomaban a sus pórticos con pijamas algunos y otros con ropa normal para empezar a realizar actividades, entre ellos, el caballero de Aries que se alistaba para ir a la casa de Virgo junto con su amigo Aldebarán más un cosmos desconocido pero no enemigo se dejo sentir a pocos metros de la casa del caballero Mu seguido por una figura gallarda que portaba una god rob perteneciente a Asgard que a paso lento subía las escaleras junto con una dama cubierta por una túnica blanca de la cabeza a los pies.
El regente de Aries de inmediato se colocó su armadura y salió a recibirlos al tiempo que les marcaba un claro alto parándose frente a la entrada.
- ¿Qué podría traer a un dios guerrero de Asgard al santuario de la diosa Athena? - expresó el guardián de la primera casa en un tono sereno pero que marcaba su dominio.
- Soy el dios guerrero de Alcor Zeta, solicitó una audiencia con la magnánima diosa Athena pues tengo algo muy importante que decirle y mostrarle. - contestó el joven guerrero cortésmente sin dejar que se le viera el rostro a la dama que le acompañaba.
- ¿Y quién es tu acompañante?, necesito verla antes de poder llevarte con Athena. - mostrándose desconfiado ante la dama.
Bud con delicadeza quitó parte de la túnica que cubría el rostro de la joven, encontrándose Mu con un rostro de finas facciones y cansancio a flor de piel por el largo trayecto recorrido dejando un poco sorprendido al caballero de Aries pues tenía cierto parecido con la heraldo que se hospedaba en la sexta casa del santuario.
- Ella es la señorita Pandora Heinstein - haciendo una ligera pausa para luego volver a continuar - la nueva comandante del ejército del inframundo.
Mu abrió sus expresivos ojos verdes al darse cuenta de lo delicada que era la situación, sin perder tiempo avisó a Athena por telepatía y luego por órdenes propias de la diosa, el carnero llevó a los viajeros ante la presencia de su regente utilizando la teletransportación; el caballero de Virgo fue llamado también de manera urgente, usando igual la teletransportación para no levantar sospechas en sus compañeros.
- Athena ¿qué sucede?, tu llamado fue urgente - mencionaba el caballero de Virgo al llegar con su diosa portando su resplandeciente armadura y su túnica blanca que ondeaba armoniosa con sus pasos percatándose de la presencia de Mu y dos personas más que no reconoció pues mantenía los ojos cerrados.
- Shaka gracias por venir de inmediato, las personas que hoy nos acompañan son de suma importancia para evitar la siguiente guerra santa, el dios guerrero de Alcor Zeta encontró a la nueva comandante del inframundo y la trajo aquí para protegerla.
El corazón del portador de la armadura de Virgo dio un vuelco tras escuchar a su diosa por lo que abrió los ojos y se encontró con una dama delgada de finas facciones en el rostro y larga cabellera negra, sus ojos púrpura denotaban temor y cansancio.
- (Mantiene un ligero parecido con Pandora, entonces es esta joven el recipiente para su alma) - manteniendo una expresión calmada en todo momento al hablar en sus pensamientos, luego volteo hacia su diosa - Athena con esta señorita en el santuario la situación va a ser más peligrosa y los espectros vendrán directamente por ellas, es hora de convocar a los doce caballeros e informarles la situación.
- Sí, el momento ha llegado, ve por Pandora y tráela aquí para que pueda convocar a todos.
- Como ordenes Athena.
Marchándose de regreso a su templo en donde la antigua heraldo vacilaba en la sala de meditación portando un vaporoso vestido de terciopelo color vino, resaltando aún más su palidez; sus pasos eran un poco disparejos pues su tobillo aún estaba lastimado aunque el dolor había disminuido considerablemente. Una voz ya familiar hizo eco en la casa por lo que Pandora con un poco de dificultad caminó hacia la segunda entrada donde un arrogante caballero de Escorpio se dejaba ver.
- No deberías estar caminando con el tobillo aún lastimado - expresó fríamente el caballero - ¿dónde está Shaka?.
- Fue a ver a la diosa Athena pero dime Escorpio,¿a qué debo tu visita? - quedando frente al caballero y dudando de sus intenciones.
-Quería hablar con Shaka pero ahora tendré que hacerlo contigo - mostrando una mueca de disgusto leve - el médico de Rodorio me dio estos medicamentos naturales para bajar la inflamación de tu tobillo, tienes que preparar un té y ponerte esta crema para reducir el dolor así como guardar reposo.
Dándole a la heraldo una bolsa con los medicamentos y la crema, ella la tomó mirando al caballero de ardientes ojos para simplemente esbozar una sonrisa de gusto.
- Y supongo que te levantaste muy temprano para ir a la aldea por los medicamentos.
- ¡No seas ilusa!, no tendría motivos para ir a la aldea personalmente - mostrando una ligera indignación que ocultaba el haber sido descubierto.
Milo se dio media vuelta y caminó un par de pasos sin decir palabra alguna.
- ¡Gracias por tu gentileza Milo! - mencionó con tono dulce la heraldo al ver que él se iba.
Luego ella se dirigió a la cocina con un poco de dificultad pero fue sorprendida por Escorpio que con una mueca de fingida molestia se paró frente a Pandora.
- Creo que tu condición es algo torpe. ¿Porqué Shaka no te cuida?.
- Él tiene sus propios asuntos además no es mi sirviente para estar siempre pendiente de lo que necesité.
- Pues esos ojos podrían doblegar un orgullo fuerte como ... - mirando fijamente a la heraldo - aún así no es justificación para que estés sola, ahora tendré que ayudarte.
- No es nece...
Pero el santo de Escorpio no la dejó terminar su frase pues con sumo cuidado la tomó entre sus brazos y cargándola fueron hasta la cocina haciendo que la comandante se ruborizara ligeramente.
-¡Pero qué atrevimiento el tuyo!, bájame ahora que yo puedo hacer sola mis actividades.
Milo sonrió traviesamente al notar ese tono rojizo en las mejillas de la dama y la colocó en una silla.
- Sé de lo que puedes ser capaz pues no por nada eres la comandante del ejército de Hades pero me siento obligado a ayudarte.
- Si es por la herida que te cure en aquella ocasión ya está saldada por tu intervención con el espectro de Nazú - usando un tono indiferente.
- No me refiero a eso. - también mostrándose indiferente.
Luego simplemente se puso frente a la estufa para preparar el té y aprovechando esos minutos de espera le aplicó la crema a la joven, notando menos morada la lesión. Con suavidad sus dedos tocaron la piel pálida y tibia de Pandora, dándole un pequeño masaje para la absorción más rápida del medicamento y luego cubrirlo con una venda limpia.
- Ahora estarás mejor pero no te sobre esfuerces o podrías lastimarte - su actitud era un poco más amable y cálida pero pronto se percató de la presencia de Virgo por lo que cambió a una actitud arrogante - al fin llegas Shaka, llevo bastante tiempo esperando por ti.
- Sin embargo utilizaste sabiamente tu tiempo, ¡gracias Milo! - siendo suave en sus palabras al ver que procuraba a su amada diosa.
Milo no esperaba esa reacción por lo que sólo levantó la ceja en un intento de ocultar su sorpresa tras la amabilidad del santo de Virgo, sirvió en una taza el té y se lo entregó a la chica de oscuros ojos.
- Espera a que se enfríe un poco para que puedas beberlo y ahora si me marcho pues Shaka ya está aquí.
- ¡Milo gracias por preocuparte por mi! - regalándole una sonrisa tierna al caballero de Escorpio.
- ¡Ilusa, deja de hacerlo ver como si quisiera ayudarte! - sin más se marchó de regreso a su templo.
La heraldo sólo dejó ver una sonrisa tierna y agradecida aunque el caballero de Escorpio no se percató, entonces ya solos en el templo ella miró algo preocupado a su caballero, algo que no era normal.
-Shaka, ¿pasa algo?, pareces preocupado desde que llegaste de ver a la señorita Athena - la comandante buscaba los ojos de cielo para descifrar lo que su adorado protector sentía.
Él sólo pudo suspirar y ante su insistencia le sostuvo la mirada con timidez a la dama.
- Hace unos instantes la señorita Athena recibió una visita, se trataba de un dios guerrero que custodiaba a ... - haciendo una pequeña pausa para voltear la vista a otro lugar y continuar pues virgo sabía que esto podría incomodar a su amada mujer más tuvo que seguir con su oración - la mujer que será el recipiente para ti y comandará el ejército del señor del inframundo.
Pandora al escuchar esto se quedó estática por un momento asimilando lo que estaba por ocurrir, se levantó con cierta dificultad y apoyando un poco mejor su pie gracias a la medicina que Milo le trajo caminó hacia la segunda entrada.
-¿A dónde vas Pandora? - dijo el discípulo de Buda que fue tras ella y con cuidado la detuvo al abrazarla por la espalda, recargando su barbilla en el hombro suave de la dama al tiempo que las manos del caballero tocaban el vientre plano de la heraldo.
- Sólo necesito tomar un poco de aire antes de pedirte que me lleves con ella, quiero saber si Radamanthys y Minos han despertado así como los dioses gemelos - usando un tono frío y autoritario hacia el caballero.
- Radamanthys, es eso lo que te preocupa, el saber si ya está en este mundo esperando tus órdenes y si ese fuera el caso y ya portara su sapuri listo para verte, ¿qué harías? - sin soltar a la dama pese a su cambio radical de actitud.
- Pues es evidente que iría a su encuentro porque las cosas han cambiado desde la última vez y necesito explicarle el porqué de mi actuar así como saber si será mi enemigo.
Ahora el tono de voz de la dama había cambiado para mostrar una lucha interna que estaba sosteniendo en su interior por sentimientos guardados y sentimientos nuevos, ella cerró los ojos pero Shaka hizo más notorio su abrazo aferrándose a Pandora con el amor que en su corazón había.
- No quiero perderte Pandora, no puedo dejarte ir al encuentro de ese hombre porque sé que él tocó tu corazón y tal vez aún sientas algo - volteando ligeramente a la heraldo para mirarla frente a frente, manteniendo sus manos en la delgada cintura femenina - llámame egoísta pero tú representas un antes y un después en mi manera de ver el amor y la vida, por ti mi corazón ha experimentado sensaciones tan nuevas y placenteras así como algunas amargas a las que no voy a renunciar. Sí ese hombre se declara tu enemigo o tu amigo simplemente lo acabaré.
La mirada del caballero de virgo era fría y determinante pues sus ideas estaban firmes a lo que Pandora sonrió complacida porque ahora estaba segura de lo que él realmente sentía; de manera armoniosa rodeó con sus brazos el cuello de su amado y pego un poco más su cuerpo al de él provocando cierto deseo en el caballero, la mirada de la dama era profunda y ardiente.
- De modo que me quieres sólo para ti - sonriendo traviesamente - eres un hombre con altos estándares y eso me agrada, tal vez la vida sea entretenida a tu lado.
- No juegues con mis emociones porque eres la única persona en la tierra que puede descontrolarme con suma facilidad pese a tantos años de profundo conocimiento y práctica.
- Entonces sólo ámame con todo tu corazón pero no quieras manipular mi destino; yo estaré a tu lado por amor no por obligación o agradecimiento.
- Así sea, lo que nos une es el amor pero no permitiré que nadie se interponga y eso no es cuestionable ni negociable.
La dama sonrió con perversidad pues adoraba esa actitud tan propia del caballero y tomando la iniciativa le robó un cálido beso a Shaka sólo que esta vez tenía un tinte más oscuro, más ardiente y desesperado donde la pasión se iba desenfrenando lentamente; el portador de la armadura de virgo se sorprendió por aquel beso apasionado pero se dejó seducir por la oleada de sensaciones placenteras que este le provocaban, correspondiendo con la misma intensidad mientras sus manos varoniles recorrían en forma de caricias la delicada espalda de Pandora que a su vez se llenaba de pequeños espasmos ardientes. Ella supo que no debía ir más allá por lo que tranquilamente terminó el beso con una sutil mordida en el labio inferior y una sonrisa traviesa.
El caballero estaba fascinado por lo enigmática que era aquella mujer, sonrió y tocó el labio inferior con sus dedos para sentir aún más ese dulce y leve dolor que aquel beso le había provocado y luego simplemente volvió a abrazarla con ternura sin dejar de mirar sus hermosos ojos oscuros.
- Pandora no sé cómo se fue dando esta situación ni cómo es que entraste al fondo de mi corazón pero lo que sí sé es que mis sentimientos son sinceros aunque jamás había amado a nadie de esta manera, la verdad es que me desconozco, toda mi vida fue dedicada a aprender de mi maestro Buda y servir a la señorita Athena pero ahora que estás aquí me siento como una persona diferente. - sonriéndole a la dama con dulzura mientras con una mano acariciaba el cabello negro cercano a la mejilla que se mostraba ligeramente carmesí por aquella confesión de Shaka - Me gusta sentirme así y quiero que siempre estés segura de mis sentimientos hacia ti, que te sientas libre y protegida a mi lado porque contigo, si me lo permites, quiero pasar el resto de mis días.
La dama estaba estupefacta por tan hermosa declaración de amor por parte del caballero de Virgo, lo miraba directamente y sonrojada pero las palabras no fueron sus aliadas por lo que sonrió torpemente y bajo un poco la cabeza tratando de encontrar la forma ideal de decir lo que su corazón guardaba más en ese momento se escuchó una voz ya conocida que interrumpió ese fascinante encuentro.
- Ustedes son extremadamente cursis, mi estómago está por sacar todo su contenido de sólo verlos - dejando ver una sonrisa traviesa a los amantes recargado en uno de los pilares enormes de la casa de Virgo - No hagan esperar a la diosa Athena, lleva ya un rato esperándolos por lo cual tendrán la dicha de que yo los escolte hacia su presencia.
Moviéndose de su cómoda postura les mostró el camino al extender su brazo en dirección a la cámara de Athena.
- Milo si vamos caminando perderemos mucho tiempo, además Pandora aún no está bien para largas travesías - mencionó el caballero protector de Virgo con una ligera sonrisa hacia su homólogo.
- Ella ya podría correr si así lo quisiera pero tal vez debería ayudarte y llevarla en mis brazos hasta la cámara de Athena - mostrándose insinuante hacia la dama que solo lo miró con desagrado.
- De ser así no llegaríamos con la diosa Athena pues iniciaríamos una guerra de mil días - contestó Shaka algo serio pero dando cabida a que pudiera ser una broma pesada de su compañero.
- Bueno tampoco es que desee llevar a Pandora hasta allá cargándola, es bastante pesada y molesta - riendo burlonamente - prefiero que tú lo hagas Shaka y me evites esa fatiga. Bien usa la teletransportación y vayamos donde la señorita Athena.
Ambos comprendieron el sentido del humor tan ácido del caballero de Escorpio por lo que la ligera tensión se borró del ambiente, Shaka sujetó las manos de la heraldo entre las suyas con cariño.
- Quiero que sepas que estaré contigo en todo momento.
- No te preocupes Shaka, estoy bien y lista para todo lo que viene pero gracias por estar conmigo - ella sonrió dulcemente y beso la mejilla de su amado caballero - podemos ir, no quiero hacer esperar a Athena.
Ambos caballeros asintieron y Shaka los teletransportó hasta la presencia de la diosa, al llegar Pandora le pidió al caballero de Virgo le dejará entrar caminando por lo que él se quedó a su lado en caso de que necesitara un apoyo; la diosa los recibió con gran amabilidad y una sonrisa.
- Pandora me alegra verte más respuesta, me imagino que Shaka ya te contó todo lo que sucede.
- Así es señorita Athena, estoy al tanto de todo - mostrándose serena en su actitud y tono de voz.
- Entonces vayamos a ver a la nueva heraldo que también se llama como tú - un poco inquieta por la reacción que pudiera haber en ambas pero sobre todo la joven comandante al encontrarse.
- De acuerdo - sonriendo con confianza.
Ambas damas caminaron hacia otro apartado de la cámara de la diosa donde la señorita Heinstein se encontraba descansando junto a Bud y en espera de la heraldo, los pasos ligeros de las mujeres y los metálicos de los caballeros hicieron que la dama de ojos púrpura volteara de inmediato a donde provenía el sonido, topándose con la enigmática comandante de los ciento ocho espectros que mantenía un porte altivo y casi divino. La señorita Heinstein se levantó de su asiento para recibirlos.
- Diosa Athena que bueno que ha vuelto.
- Señorita Heinstein aquí está la persona que quería presentarle - ladeando un poco su cuerpo para que la otra dama pudiera verse completamente - ella es la señorita Pandora, comandante del ejército del inframundo.
Ambas se miraron por un momento pero Pandora mantenía un semblante frío y altivo, algo que intimidó a la señorita Heinstein por lo que Bud se levantó y fue hacia ella colocando su mano en el fino hombro de la joven en señal de apoyo y mirando con indiferencia a la comandante. El caballero de Virgo al notar este gesto de inmediato se puso a un lado de la heraldo igual en señal de apoyo, la tensión se sentía en el aire.
- Athena creo que ahora es muy importante trabajar en equipo pues tenemos una oportunidad valiosa en nuestras manos - intervino el santo de Escorpio para erradicar la tensión.
- Así es Milo, debemos trabajar en conjunto para evitar la siguiente guerra santa. - dijo un poco nerviosa la diosa al ver la reacción de la comandante.
- Dime señorita Heinstein ¿ puedes sentir el cosmos de los dioses gemelos Hypnos y Thanatos?, ¿ o si ya has visto a los espectros que comandarás?, ¿a tus Kyotos? - agregó Pandora ya más calmada y recuperando su actitud calculadora.
- No - respondió tímidamente la joven que se sentía apoyada por el dios guerrero de Alcor - No conozco a nadie de los que mencionas, sólo he visto en sueños a un hombre con una estrella negra en la frente y también te he visto a ti pero …
Bajando la cabeza con pesar y sin poder continuar la frase, la heraldo se acercó a la joven y le habló con cierta tranquilidad.
- Descuida sé lo que tus sueños pueden esconder, esa persona es el dios de la muerte, el señor Thanatos por lo cual no puede ser nada bueno lo que acontece en tus sueños para mi.
- ¡Pero yo no quiero hacerte daño, yo no pedí nada de esto! - dijo la señorita Heinstein asustada y con los ojos llorosos.
- Aún no has despertado por eso sólo se te presenta en sueños el señor Thanatos - ella colocó sus manos en los hombros de la joven de ojos púrpura - Ninguna pidió esto pero fuimos elegidas, sin embargo podemos terminar este ciclo con la ayuda de la diosa Athena pero necesito que seas fuerte.
La señorita Heinstein levantó la mirada al oír esas palabras y se topó con un rostro amable y valiente, muy lejano al que minutos antes tenía frente suyo.
- Yo voy a pelear en tu lugar y quitaré esta obligación que por siglos nos ha sido impuesta pues no quiero que más gente inocente sea marcada ni tampoco quiero más reencarnaciones sin un fin propio pero necesito que me ayudes con tu fortaleza, ¿puedes hacerlo?.
Shaka miraba atento aquella escena y se sentía orgulloso de estar a lado de esa magnánima mujer.
- Ahora entiendo porque comanda el ejercito de Hades - dijo como un susurro el caballero de Escorpio - tiene la sangre ardiente como su alma, pelearé a su lado pues parece interesante lo que puede lograr.
Dejando salir una sonrisa de confianza muy clásica del caballero, Shaka con porte serio solo asintió pues le daba gusto que su heraldo ganará simpatizantes
- ¡Lo haré Pandora, voy a ayudarte! - dijo convencida y más tranquila aquella joven de ojos púrpura.
- ¡Gracias Pandora Heinstein!
- Entonces convocaré a los caballeros dorados, ya es hora de revelarles la verdad y todo lo acontecido - intervino la diosa de finas facciones y sonrisa cálida tras ver cómo evolucionaban las cosas.
Con paso firme y armonioso avanzó hasta la explanada donde su estatua yacía imponente resguardando el santuario y sus alrededores sólo para levantar sus brazos y emanar un gentil cosmos dorado que llamaba a sus fieles caballeros a su encuentro.
- ¿Estás bien?
- Sí, soy más fuerte de lo que te imaginas - haciendo un guiño al caballero de virgo.
- Jamás he dudado de tu fortaleza y fuerza - correspondiendo con una sonrisa tierna.
- Me preocupa esa joven pues aún no despierta, pronto el señor Thanatos vendrá por ella pero no permitiré que la lastime y encadene a un destino incierto.
- Ni yo permitiré que te lastime.
- ¡Gracias Shaka! - mirándolo con admiración y ternura.
- Que venga tu ejército heraldo, estoy listo para enfrentar a esas ratas y pues si tengo que protegerte será sólo porque así acontezca en la misión. - sus palabras no escondían las intenciones del santo de Milo. - Será interesante verte en acción del lado de Athena.
- ¡Gracias Milo! - sonriendo agradecida por contar con él también.
Luego volteo la vista al cielo un poco triste.
- (Mi querido Radamanthys, mi querido Minos, ¿dónde están?) - mencionando en sus pensamientos.
En pocos minutos ya estaban reunidos todos los caballeros de oro en la explanada frente a Athena y haciendo una reverencia en señal de respeto, ella agradecía y pedía se levantarán.
- Athena, ¿qué es lo que sucede? - preguntaba curioso el santo de Leo.
- No es normal que nos reúnas a todos , ¿pasa algo malo? - se escuchaba la voz del caballero de Capricornio.
- ¿Dónde están Shaka y Milo? - preguntaba un despistado caballero de Cáncer.
- Querida Athena que bueno que nos vemos, quiero preguntarte por los extraños acontecimientos que últimamente han ocurrido como el sonido del arpa y un tenue cosmos parecido al de los espectros de Hades así como uno más que me hizo pensar en los dioses guerreros - comentaba un reflexivo caballero de Géminis.
- Mis valientes caballeros hoy responderé a todas esas cuestiones que puedan tener porque debo confesarles algo. - exclamó la diosa con voz serena y armónica.
Todos pusieron mucha atención a su regente guardando silencio para que ella pudiera hablar sin problema.
- Como sabrán el sello que resguarda el alma del señor del inframundo Hades está por romperse y con ello el resurgimiento de los dioses gemelos y el ejército del inframundo también se dará.
- Estamos listos para la siguiente guerra santa Athena, no tienes de qué preocuparte - comentó un confiado caballero de Acuario.
- Lo sé Camus, ustedes están más que listos pero quiero evitar el derramamiento de sangre a como dé lugar y evitar que expongan sus vidas como en ocasiones pasadas por ello me di a la tarea de planear la estrategia a seguir - sonriendo más segura de sus acciones - Hace un tiempo traje el alma de la pasada comandante del inframundo y la resguardo con ayuda de Shaka en la sala gemela.
- ¿Qué, esa mujer está aquí?, entonces podemos acabar con ella y así evitar la guerra que se aproxima, verdad - contestó súbitamente el caballero de Libra tras recordar lo acontecido en la guerra anterior.
- No es lo que tengo en mente Dohko - respondió la diosa al ver su corazón adolorido. - Decidí darle una oportunidad y expíe sus pecados, ella ha cambiado totalmente y está de nuestro lado dispuesta a ayudarnos.
- Athena confías demasiado en un ser de oscuridad, no creo que pueda ir en contra del dios del inframundo a quién ha servido desde la era del mito, sé que eres bondadosa y eso no te permite ver las malas intenciones de los demás, ¿qué tal si es una trampa para entregarte a Hades? - agregó preocupado y desconfiado el caballero de Sagitario.
- Aioros - un poco decepcionada de su respuesta.
- Aioros, Mu y yo hemos visto en persona a la señorita Pandora y es como Athena lo ha dicho, esa mujer ha cambiado totalmente, parece otra pues es cálida, amable e incluso el caballero de Virgo confía en ella - interviniendo el toro dorado.
- No puedo creer que alguien como Shaka confíe en una mujer así ni tú Aldebarán que eres tan precavido o tú Mu que eres muy perspicaz.
Shaka desde la parte de atrás de la cámara cerraba los puños molesto por lo que escuchaba de la heraldo pero Pandora le tomó el brazo y sonrió con resignación.
- No dejes que te afecte, es normal que ellos duden de mí por todas mis acciones pasadas.
- Pero has cambiado, ¿por qué no abren su mente y te dan una oportunidad?.
- Porque ellos no tienen la visión que tú tienes, además a ti también te costó trabajo confiar en mí.
El caballero de Virgo se quedó sin palabras pues era cierto que él desconfiaba desde la llegada de Pandora al santuario y en algún punto apoyó la idea de extinguir su alma, apenado bajo la cabeza.
- Lamento mis pasadas acciones y pensamientos, creo que no te dí tampoco esa oportunidad pero la fé de Athena me hizo reflexionar.
- No te disculpes por nada, es comprensible por ello entiende a tus compañeros, yo estaré bien porque es parte de mi camino a la redención.
El caballero miró con gran respeto y admiración a la joven heraldo por su parte Milo fue hasta donde sus compañeros y se paró a un lado de la diosa mirando a todos con cierta decepción.
- ¿Pero qué es lo que les pasa a todos?, Athena nos está pidiendo apoyo y sólo se atreven a cuestionarla, olvidan que somos caballeros que protegemos la paz y la justicia así como la vida humana, Pandora forma parte de esa lucha porque fue obligada pero no es mala como lo creíamos, tanto así que ella va a pelear con nosotros y le ha jurado lealtad a la diosa Athena, ¿cuál es la duda?.
- ¿Milo tú también crees en ella? - asombrado por sus palabras el caballero de Aries y luego esbozando una sonrisa de confianza - la verdad es que yo también tenía muchas dudas al respecto pero pude convivir con ella así como lo dijo Aldebarán y mi concepto ha cambiado, la última vez fue muy amable y hasta nos preparó la cena, no creo que alguien de su linaje soporte tanto por mucho que sea una trampa muy bien elaborada.
- Athena todas estas opiniones encontradas me han dado mucha curiosidad y si no te importa quisiera conocer a esa mujer que tiene una fama inigualable - dijo con tono ligeramente de admiración el caballero de Piscis.
- Claro que sí Afrodita, en un momento les presentaré a Pandora pero también quiero que sepan que uno de los dioses guerreros de la señorita Hilda encontró a la comandante del inframundo en esta era y quiero que igual la conozcan aunque ella no ha despertado aún.
Todos los santos estaban más que asombrados pues su diosa ya tenía todo planeado solo había que seguir sus instrucciones; la regente del santuario les pidió se acercaran a la explanada.
- Por favor no hagan nada imprudente cuando ellas estén aquí. - suplico la diosa a sus caballeros.
La señorita Heinstein miró a su homóloga con un poco de nerviosismo pero ella le tomó la mano y sonrió prometiendo que todo estaría bien así como Bud le dijo que estaría a su lado en todo momento. Ambas caminaron lentamente hacia la explanada poniéndose una a cada lado de Athena mientras que Shaka y Bud estaban detrás de ellas, los caballeros las observaron con detenimiento.
- ¡Pero qué bonitas son! - se escuchó la voz de Afrodita emocionado - sin duda la de ojos oscuros es la mujer que surgió del mito pero la de ojos púrpura es también tan linda e inocente que no puedo creer que comandará el inframundo.
- ¡Afrodita pero qué cosas dices!, estás halagando al enemigo aunque si son bonitas las dos - mencionó Death Mask con cierta gracia.
- La verdad es que yo no confío en la comandante desde el mito pero esa música que nos regala todas las noches es tan cálida que calma mi impetuoso corazón, si Athena cree que has cambiado yo la apoyaré pero te tendré vigilada - dirigiéndose Aioria con amabilidad pero sin ocultar su desconfianza hacia la heraldo.
- Gracias caballero, prometo tocar con mayor entusiasmo para calmar tu corazón - regalándole una sonrisa con tintes coquetos haciendo que se ruborizara un poco el caballero de Leo.
- Señorita Pandora me da gusto que al fin pueda dejar de esconderse y andar por el santuario tranquilamente, venga a visitarme cuando guste y en cuanto a usted señorita - dirigiéndose con respeto Aldebarán a la otra dama - sea bienvenida, me dará mucho gusto tener la oportunidad de conocerla.
- Entonces ahora fingiremos que todo está bien y que somos amigos de los enemigos - agregó molesto Shura al ver como sucumbían al encanto de las damas mientras se ponía frente a Pandora con actitud amenazante - en lo personal no creo que puedas cambiar sirviente de Hades, por ello te tendré vigilada y a la menor equivocación acabaré contigo.
- Tendrías que afilar mucho tu espada para poder traspasar mi escudo y tocarla Shura - respondiendo Shaka a la amenaza lanzada al tiempo que clavaba su mirada fría en el caballero de capricornio - si Athena confía en ella, ¿quién eres tú para ir en contra de la voluntad de la diosa?.
- ¡Shaka! - sorprendido por su respuesta y reacción - Tú eres el más perspicaz de los doce, ¿acaso no has notado nada?.
- Sí, un cambio radical en la señorita Pandora que ha aprovechado su nueva vida de forma sabia.
- Athena yo no confió en ninguna de las dos pero si es tu voluntad entonces la cumpliré sin dejar de vigilar a estás señoritas y anticiparme a cualquier trampa - comentó solemnemente Aioros a su diosa.
- Caballeros comprendo perfectamente su enojo y desconfianza hacia mi persona pero no juzguen a la chica a mi lado porque ella es solo un peón en el juego de los dioses gemelos pues ni siquiera el señor Hades lleva todo el control en esta guerra, también les pido que no juzguen a la diosa Athena ya que sabe perfectamente lo que hace y deberían apoyarla como sus guardianes - tomando la palabra con total convicción - Estoy dispuesta a trabajar duro para ganarme su confianza y demostrarles que he tomado la oportunidad que su diosa me ha brindado así como servirle en agradecimiento y pagar mis errores, ustedes lo verán poco a poco si están dispuestos a darme el beneficio de la duda.
El caballero de Aries sonrió al recordar esas mismas palabras que alguna vez le mencionó a la heraldo.
- Agradezco a los que ya me apoyan y les pido que no tengan disputas por mi causa pues no estoy aquí para darles molestias y si eso fuera, si no pudieran perdonar entonces también podría optar por irme lejos para no seguir molestando. - dijo con total humildad y sinceridad la joven heraldo mostrando en su mirada arrepentimiento.
- No Pandora, no digas eso - dijo visiblemente consternado el caballero de virgo.
- Caballeros yo soy muestra viviente de la bondad de Athena pues ella confió en mí y perdonó mis pecados por lo cual yo sirvo con devoción y amor a su causa - dedicando una mirada de empatía a la enigmática heraldo - correré el riesgo e intentaré confiar en ella.
- ¡Gracias caballero de Géminis! - dijo con sutil emoción y una sonrisa la joven heraldo.
Después de esa controversial presentación los caballeros dorados se fueron uno a uno a sus templos, pensativos y reflexivos por los hechos acontecidos, Athena se quedó con una mejor sensación en su corazón pues sabía que cosas nuevas estaban por venir.
** FIN DEL CAPÍTULO**
