Ustedes deberán enfrentarse para heredar sus armas, esa es la voluntad de las espadas
Las palabras de su padre rondaban su mente, mientras contemplaba las estrellas
- ¿Realmente valen la pena esas espadas? - murmuró - Feh... no me interesa poseer nada de ellos
Cerró sus ojos, olfateando y emitiendo una leve sonrisa
El olor de Kagome está mezclado con el de Kikyou... eso significa que está cerca
- Kagome - susurró - ¿Algún día me dirás el porque decidiste no regresar?
La noche de luna llena lo obligaba a refugiarse en alguna de las ramas más altas del árbol
- Maldición - se quejó - Ni siquiera logro mantener mi estabilidad con este débil aspecto
- ¿Alguien se está quejando de su condición nuevamente?
- ¿He? - miró hacía arriba, en dónde una adolescente youkai lo observaba divertida - ¿Qué haces aquí?
- Lo mismo que hice todas las noches de luna llena desde que te conocí - sonrió, sentándose a su lado
- Bah - se cruzó de brazos - No necesito que me protejas
- Entonces solo piensa que vine a molestarte - apoyó su cabeza en su hombro, provocando su inevitable sonrojo
- Tú... ¿planeas quedarte toda la noche? - preguntó, dubitativo
- Sólo si así lo quieres
- Bueno... - desvió su mirada a la mano de la joven y decidió tomarla. Ella abrió ligeramente sus ojos, en señal de sorpresa - De hecho... si, quiero que te quedes
Lo miró, sorprendida y sonrojada, él le devolvió el gesto y, sin previo aviso, se acercó, besándola inesperadamente. Ella envolvió sus brazos sobre su cuello, mientras él hacia lo propio en su cintura, sintiendo todo el calor de su cuerpo contra el suyo
- Esa fue la última vez que te vi - sus ojos se humedecieron un poco - A la siguiente luna llena, ya no estabas a mi lado... y nunca supe que sucedió
- Te dije que no volvería a irme
- ¡¿Qué?! - miró en todas las direcciones, sin embargo, no lograba verla
- Eres tan tierno cuando te concentras tanto en algo, Inuyasha - descendió, hasta quedar a su altura, con una mirada burlona en sus ojos
- ¿Escuchaste lo que dije? - sus mejillas comenzaban a arder
- Soy una youkai... ¿qué esperabas?
- Bu... bueno... yo...
Sin decir nada, lo tomó de la mano, obligándolo a descender a su lado
- ¿Siempre vienes al árbol sagrado?
- Si - respondió, sentado a su lado - Aquí nos reuníamos de niños - la miró - Venir aquí era como estar... cerca de ti
- Supongo que te debo una explicación - lo miró, sonriendo
- Sólo si tu quieres...
- La noche en la que Kirinmaru atacó a Kikyou, acorralándola y provocando su transformación demoníaca...
- Lo sé - miró el suelo, recordando aquella noche - Su hermana, Zero, había secuestrado a un niño de la aldea, con la idea de que Kikyou lo asesinara... Todavía me molesta el no haber sido capaz de atraparla
- Hiciste lo que pudiste - suspiró - Alguien debía perseguirlos, mientras Sesshomaru y yo ayudábamos a mi hermana - miró el cielo
La morena reproducía sonidos inteligibles, mientras, con sus garras empuñadas, lanzaba manotazos al aire
- Tengo que tocarla para purificar su lado demoníaco...
- ¿No la matarás? - preguntó Sesshomaru, sin apartar los ojos de la mujer
- Imposible... Sakura y yo poseemos poderes demoníacos, además, Kikyou es mitad humana, al purificarla, sólo calmaremos su alma youkai
- Sólo tendrás un segundo
Sin esperar respuesta, voló hacia la sacerdotisa, elevándola por el cuello, mientras la joven intentaba desgarrarlo torpemente. Clavó sus filosas garras sobre los brazos del joven
- Sakura, por favor, ayúdame
La espada palpitó, al mismo tiempo en que ella se acercaba y realizaba un corte, con el arma, en la mejilla de su hermana. Sesshomaru la soltó y volvió a tomarla en sus brazos luego de que la luz purificadora se esfumara y ella cayera de rodillas, semi inconsciente
- Iré a ayudar a Inuyasha - dio unos pasos
- No lo hagas - se detuvo, girando a observarlo - Si vas, lo más probable es que Kirinmaru te asesine, con tu propia espada
- Se...Sesshomaru - la joven abrió ligeramente sus ojos
El rostro de su hermana era algo que la perseguía desde entonces, ni en sus pesadillas más horrendas había imaginado que aquello podía llegar a suceder
- Cuando regresé al castillo, Hoshiyomi me estaba esperando y... - hizo una pausa - Él... me prohibió regresar a la aldea... además, me quito a Sakura - lo miró - De no ser por mi madre, hubiese estado encerrada en el castillo como prisionera
- ¿Qué? - susurró, mientras la expresión de su rostro se contraía en una notable sorpresa
- Y cuando al fin me revocó el castigo... - tomó su mano - Había pasado tanto tiempo que, creí que ya me habías olvidado
- ¿Acaso estas loca? - jaló su mano, provocando que quedaran frente a frente - ¿Cómo pudiste pensar que me había olvidado de ti? Yo... te a...
Lo besó, aprisionando su cuello con sus brazos. Era diferente a la noche en la que habían estado en el templo, sus labios destilaban un frenesí de sentimientos que parecían haber estado contenidos por demasiado tiempo. Sin apartarse, ella se subió a sus piernas, profundizando aún más sus labios, mientras él comenzaba a acariciar su espalda, clavando sus garras en ella
- Kagome - murmuró en su boca - ¿Estas...?
- Shh... no digas nada - respondió, comenzando a abrir su haori
Creo que no es necesario agregar más...
