Sean bienvenidos a mi primer fic subido a . Es de comedia, y espero que les agrade; si bien trata de Digimon adventure, hay menciones de otras series de televisón, animé, juegos y elementos de la vida real. Sin nada más que decir, empezamos.
Capítulo 1: Primera Sesión: La Recepción
Apenas había llegado Matt junto a Metalgarurumon, su actitud se había vuelto bastante fría; cuando Agumon fue a agradecer su ayuda, el digimon lobo lo atacó con su visión láser.
- ¿En verdad quieres pelear? –le preguntó Agumon al lobo cyborg, que sólo le respondió con una mirada inexpresiva-
Agumon entendió esa respuesta, pero tanto el cómo Tai se negaron a seguirle el juego a Matt. Sin embargo, la insistencia de Metalgarurumon no les daba otra salida. Curiosamente, Agumon vio un extraño brillo en los ojos de Metalgarurumon, como si tuviera algo en mente…
Agumon warp digivolves a… Wargreymon!
Apenas llegado a su nivel mega, ambos digimon despegaron al cielo, para enfrentarse entre ellos, mientras que Tai y Matt comenzaron a intercambiarse golpes y palabras, ante la atónita mirada de ellos. Sin embargo, uno de los presentes, notó algo peculiar…
- Oigan… –dijo TK, tratando de llamar la atención- ¿No notaron algo extraño?
- ¿Notar que, TK? –le preguntó Sora, que seguía atenta a la pelea de sus amigos, e intentando mediar entre ellos-
- Pues… que ni Wargreymon ni Metalgarurumon están peleando... –señalando al cielo- Están ahí flotando sin hacer nada interesante.
- ¡¿QUÉ? –exclamaron todos al unísono, incluyendo Tai y Matt, que habían detenido su pelea-
- ¡Pero que están haciendo esos dos! –exclamó Matt-
En el cielo, por encima del bosque, se hallaban ambos megadigimon, sin realizar ningún movimiento, más sólo intercambiaban palabras entre ellos sin que nadie los escuchara abajo:
- ¿Estás seguro, Metalgarurumon?
- No hay alternativa.
- Entonces, no nos queda de otra; debemos hacerlo…
Apenas dicho esto, descendieron al claro donde se hallaban los demás, mirándose frente a frente.
- Qué haces ahí paradote, Wargreymon! –exclamó Tai- ¡Defiende mi honor!
- ¡Dijiste que me ayudarías, Metalgarurumon! –le gritó Matt, sumamente airado- ¡Haz algo maldita sea!
- Ay... hermano, como te avergüenzas a ti mismo… y a mí -agregó TK-
- No tienen remedio, ni sus digimon están de acuerdo con sus pleitos.
- Sora… ahórrate tus comentarios, por favor. -le respondió Tai, bastante nervioso- ¡Qué esperas, Wargreymon! ¡MUEVETE!
- Tú no eres una damisela en apuros ni yo tu caballero dorado, Tai.
- ¿Huh?
- Y yo prometí ayudarte, Matt… pero esta es su pelea, no la nuestra.
- Es su problema –respondieron ambos megadigimon- Resuélvanlo ustedes.
- ¡Qué diablos! –exclamaron Tai y Matt al unísono-
- Al menos ellos son más maduros que ustedes, muchachos.
- Nadie pidió tu opinión Joe, -le respondió Tai a secas-
- Y ustedes tampoco pidieron la nuestra –intervino el Guerrero Dragón- Pero ahora lo hacemos público: NO VAMOS A PELEAR POR USTEDES.
- Pero los ayudaremos a resolver su problema –continuó el lobo cyborg- … de una manera más… profesional.
- ¿Profesional? –se preguntaron todos-
- ¡JAJA! No digas tonterías, Metalgarurumon –le respondió Matt, soberbiamente-
- Nosotros tenemos el digivice –alzándolo con la mano al aire- Si no nosotros queremos, podemos hacer que vuelvan a la…
- Idiota, yo había pensado eso antes que tú. –respondió Matt-
- Ya habíamos pensado en eso… -apenas dicho esto, tanto Wargreymon como Metalgarurumon desaparecieron en un "relámpago" apenas visible, que pasó cerca de sus compañeros, que no se habían dado cuenta- ¡Matanga!
- ¡NUESTROS DIGIVICES!
- Agoga go goggan iggogugigagnos…
- ¿Qué dijo? –se preguntaron los demás, que no entendieron una sola palabra-
- Agh… toma, Wargreymon –dándole el digivice de Matt, que llevaba en el hocico- No puedo hablar con eso en la boca. Dije, que ahora no podrán involucionarnos.
- Y… ¿Que vamos a hacer ahora? –preguntó Mimi, tan confundida como los demás-
- TK, ¿Por dónde queda la mansión de Puppetmon?
- ¿Huh? Pues… queda por allí, Wargreymon... –señalando la dirección- Pero ¿Por qué quieres ir ahí?
- ¿Acaso quieren enfrentarse a Puppetmon en estos momentos?
- No, Sora; sólo necesitamos su casa… -respondió El Guerrero Dragón, para luego mirar a Tai- Será una laaaaaaaaaaaarga conversación.
- Vamos, en marcha.
El Guerrero del Valor tomó a Tai y lo colocó bajo su brazo, mientras que el Digimon de la Amistad tomó a Matt del cuello de su camiseta con sus fauces y comenzó a llevarlo. Los demás elegidos y digimon sólo los seguían, guiados por TK y Patamon, sin saber que tenían planeado los megadigimon. En el camino, las quejas de los dos elegidos eran constantes.
- ¡Suéltame, suéltame, Wargreymon! ¡Le tengo que romper la cara a ese tonto rubio creído! –olfateando un poco- ¡ARGH! ¡¿Qué es ese olor? ¡Huele como a mis tenis sudados de la suerte combinado con sushi podrido! –mirando a su digimon- ¡Acaso no usas desodorante!
- ¡Qué asco! –exclamó Sora, mostrando su desagrado-
- Tai; no seas idiota –reclamó Izzy- Wargreymon es un digimon de tipo Dragón, dinosaurio... lo que sea... no tiene glándulas sudoríparas…
- Izzy… no veo a Kari.
- Ve a buscarla, Tentomon, por favor.
- ¡Metalgarurumon, suéltame por favor! –mirando ahora a su hermano- ¡TK, TK, mi dulce hermanito! No quieres ir a la casa de ese digimon maligno ¿Verdad? No querrás pasar por esa experiencia tan traumatizante de nuevo ¿Cierto?
- Hermano… nací y me crié en la década de los '90: soy una generación muy poco impresionable, a diferencia de la tuya, que están llenos de traumas ochenteros.
- ¡Por todos los cielos, Metalgarurumon! ¡Deja de babearme en la espalda que me da frio! ¿Acaso tu baba es hielo?
- ¡JAJA! La niñita rubia de Matt no soporta algo de frio.
- ¡Cállate, copia barata de Goku, que tú no soportas el hedor de tu digimon!
- ¡Cierren los dos la boca, que me tienen harta! –gritó Mimi-
- En realidad, según el Analizador Digimon –intervino Izzy mientras tecleaba su computadora-, la saliva de Metalgarurumon es nitrógeno líquido, así que, yo que tú me tranquilizaba, Matt, porque si no te quedas quieto, podrías perder tu piel.
- Y a todo esto, ¿Dónde está Kari? –se preguntaba Joe-
Tentomon había regresado al claro, donde había hallado a Gatomon, que estaba esperando a que Kari dejara de "actuar raro". El digimon insecto fue junto a la niña para tratar de convencerla de que siga al grupo.
- Kari, los demás te están esperando.
- Ah… Hola, Tentomon. ¿Pasó algo interesante?
- Ehm... Digamos que sí: Wargreymon y Metalgarurumon quieren que vayamos a la mansión de Puppetmon ahora mismo.
- Se lo he estado diciendo, pero… -interrumpió Gatomon-
- Está bien; suena divertido -expresó inocentemente- Discúlpenme por estar distraída últimamente, pero hablaba con alguien.
- ¿Alguien?
- Pss… Síguele el juego y sonríe, Tentomon –le susurró al digimon felina- Creo que se deschavetó.
- Ah... ya lo veo… Jeje... Que tonto soy por no verlos. –fingiendo- Pero debemos irnos, Kari.
- Está bien, te sigo. ¡Hasta luego! –saludó Kari al aire, mirando hacia una dirección, para luego seguir a Tentomon y Gatomon-
- ¡Espera! –dijo una voz misteriosa, rodeada de luces- ¡Tenemos algo importante que decirles! –viendo cómo se alejaba la niña- ¡BAH! ¡Se los diré más tarde; ni que fuera tan importante!
El grupo había llegado a la mansión de Puppetmon, donde se encontraron con dos pequeños digimon que hacían de guardias: Floramon y Daremon.
- Buenos días –dijo Wargreymon, que ya los había visto- ¿Se encuentra Puppetmon?
- ¿Por qué quieren verlo? -preguntó Floramon, intrigada- ¿Quién soportaría a ese loco con complejo de Peter Pan?
- Sólo queremos saber si podemos usar su casa; debemos resolver… –levantando a Tai, mostrándoselo a los "guardias"- un pequeño asunto.
- El malcriad... digo, el Señor Puppetmon salió hace media hora –respondió Deramon-: dijo que vería la pelea de dos niños tontos y de sus digimon, pero se está tardando demasiado.
- Probablemente le haya caído un meteorito o algo así -pensó en voz alta Joe, que le restaba importancia al digimon títere-
- Como sea… -Volvió a hablar el Guerrero del Valor- ¿Podemos usar la casa?
- Adelante, entren.
Cuando estaban por entrar, sin embargo, había un inconveniente…
- La puerta es muy pequeña; Wargreymon no podrá entrar.
- Tienes razón, Sora –dijo Tai, con una sonrisa en el rostro- Jeje... ¿Lo ves grandote? Nos trajiste aquí para nada: no podrás entrar para llevar a cabo tu plan... Así que suéltame para seguir con la pelea.
- ¿A qué no? –acto seguido, atraviesa el umbral como si nada, rompiendo el dintel de la puerta, haciéndola pedazos junto a parte de la pared y el cielorraso, dejando caer varios escombros de madera- Problema solucionado.
- ¡Auch! -gritaron Tai y Matt, al caerles algunos escombros en la cabeza, sin lastimarlos- ¡Ten más cuidado, bruto!
- Floramon, Daremon; ¿Podrían llevarnos a dos habitaciones contiguas, por favor?
- S… Sí, señor, como diga.
- Palmon ¿Podrías hacernos el favor de sujetármelos un momento? –refiriéndose a Tai y a Matt-
- Con gusto, Wargreymon; no hay problema. –acto seguido, Palmon usa su técnica para enlazar a ambos niños, mientras que los megadigimon se dan vuelta, en compañía de los pequeños guardianes de la mansión-
- ¡Suéltanos, Palmon!
- ¡Mimi, dile a Palmon que nos suelte! -gritó Matt- ¡O mejor, que solo me suelte a mí; que se quede con el idiota de Tai!
- ¡HEY!
- ¿Por qué? Si es muy divertido verlos así ¡JAJA!
- Debemos encargarnos de los preparativos; no se preocupen. –les dijo el lobo cyborg antes de perderse en los pasillos-
Los ocho elegidos y los digimon se quedaron en el recibidor completamente anonadados por lo que estaba pasando, y más aún por estar en la base del enemigo. Pero viendo que no tenían nada más que hacer, decidieron esperar.
- ¡Maldición, estúpido meteorito inoportuno! –dijo jadeante el Dark Master del Bosque- ¡Me perdí la batalla del siglo por tu culpa! Como sea, yo ya me voy a mi…
- ¡Holi ole oye hola! –exclamó una voz del cráter- ¡O sea hello mi querido público! ¿Me extrañaron? ¡Ha regresado la estrella de este mundo, con un nuevo look: MetalEtemon!
- ¿Quién rayos eres tú, chango?
- Más respeto, niño… Soy el digimon más poderoso de este mundo.
- Sí como no… Bueno, me interesas un rábano, me voy a mi casa a planear el fin de esos Tontos Elegidos…
- ¡Ah, no! ¡Si alguien va a eliminar a mis Queridos Elegidos soy yo!
- ¿En serio? ¿Por qué no lo demuestras chango metálico? ¡Nariz de Taladro!
- ¡Ataque Gaseoso!
- ¡AGH, que asco! –exclamó indignado Puppetmon- ¡Mi nariz tocó tu trasero!... ¡Y apesta!
Mientras Puppetmon y MetalEtemon iniciaban una batalla en medio del bosque, Piedmon y Machinedramon observaban todo desde su guarida en la Cima de la Montaña Espiral, expectantes.
- ¡JAJAJA! Que divertido es todo esto: ver a Puppetmon pelear con ese estúpido simio es más divertido que luchar contra los Niños Elegidos.
- Pero Piedmon –interrumpió el digimon máquina- Nuestra prioridad es acabar con ellos.
- Relájate, Machinedramon; pronto nos encargaremos de ellos: bebe algo de Bourbon para relajarte, yo invito: ¡LadyDevimon!
- ¡Sí, señor Piedmon!
- Tráenos algo del mejor Bourbon por favor; será una tarde interesante el día de hoy.
- A mí sólo tráeme uno o dos barriles.
- Entendido.
En la Mansión de Puppetmon, ya habían pasado diez minutos desde que los megadigimon habían desaparecido, y los elegidos y demás digimon ya se estaban impacientando, especialmente Tai y Matt, que estaban en calidad de "prisioneros". Finalmente, Floramon y Deramon aparecieron en el recibidor; se acomodaron en una especie de escritorio, y…
- Lamentamos la demora –repuso Floramon-; tuvimos que poner algo de orden en este lugar.
- Sean bienvenidos al Consultorio Psiquiátrico de los doctores Wargreymon Kamiya y Metalgarurumon Ishida. Veamos –revisando su libro de consultas- ¿Quiénes son los pacientes del día de hoy?
- ¡¿CONSULTORIO PSIQUIÁTRICO?
- ¡¿WARGREYMON KAMIYA?, ¡¿METALGARURUMON ISHIDA? ¡¿DOCTORES? –exclamaron atónitos los portadores de dichos apellidos-
- Hermano… ¿O sea que Wargreymon es nuestro hermano o algo así?
- ¡No digas tonterías, Kari! ¡Es obvio que esos dos están jugando!
- Lo mejor será que hagamos lo que dicen, muchachos.
- Estoy de acuerdo con Sora; tal vez así podamos resolver este problema de una buena vez.
- Pero, Izzy ¿Estás seguro que es buena idea? -preguntó Joe al elegido del Conocimiento- Digo ¿Los digimon pueden tener títulos en Psiquiatría?
- ¡DEJEN DE DECIR TONTERIAS! ¡SE ESTÁN TOMANDO ESTA BROMA EN SERIO!
- Cálmate, hermano, que no quieres agregar más estrés a tu salud mental.
- ¡NO ESTOY LOCO, TK!
- Bien –intervino Floramon-, según los doctores, el señor Tai Kamiya va con el Doctor Wargreymon, y el señor Matt Ishida, con el Doctor Metalgarurumon. Los especialistas recomiendan que tres amigos acompañen a los pacientes para ayudarlos con el tratamiento. ¿Ya saben quiénes irán?
- Yo iré con mi hermano –dijo Kari, levantando la mano-
- Sora y yo iremos para ayudar a Tai –agregó Izzy, al momento que iban con la niña-
- Supongo que debo ir junto a mi hermano debido a mi parentesco familiar y por conocerlo desde hace años, por más iracundo que esté –dijo TK poco entusiasmado con la idea- Aunque siempre quise saber lo que es ir al psiquiatra.
- Estuve con Matt varias semanas en ese restaurante; lo conozco lo suficiente… creo. Iré a ayudarlo en su tratamiento. ¿Y tú Mimi?
- Pues no me queda de otra… Me voy contigo, Joe.
- Que buena amiga, Mimi –dijo Palmon sarcásticamente-
Ambos grupos fueron guiados por Floramon y Deramon hacia las respectivas habitaciones en la planta alta de la mansión, donde se hallaban dos habitaciones contiguas, que en sus vidrieras estaban escritos en grandes caracteres: Doctor Wargreymon Kamiya, Doctor Metalgarurumon Ishida: Psiquiatras. Si esto de por si no les parecía bizarro a los elegidos y a los demás digimon, quedaron aún más estupefactos al ver el interior de ambas habitaciones, adyacentes entre sí. Su aspecto era el de verdaderos consultorios de psiquiatría: muebles viejos, un librero, un escritorio, un diván para los pacientes, y una silla para el especialista, y en ellas, se hallaban los megadigimon.
- Entren por favor; los doctores los están esperando. -repuso Floramon de manera muy cortés y profesional, como toda una secretaria-
- Esto no puede ser posible… -dijo muy apenado Tai al entrar-
- Por primera vez concuerdo con el cabeza de escoba…
Oficina del Dr. Wargreymon:
- Siéntate, Tai.
- Mmm… No entiendo… ¿Incluso te llegaste a poner esas tontas gafitas de doctor y usar esa libretita?
- Es un profesional, Tai. –le respondió Sora, defendiendo al megadigimon-
- Perdona mi intromisión, Wargreymon, pero... ¿Cómo es que tienen un doctorado en Psiquiatría?
- Tenemos toda una vida secreta antes de conocerlos; ¿O creen que comenzamos a existir apenas llegaron al Digimundo? –suspiro- En fin; ustedes pueden sentarse en el sofá –dirigiéndose a los demás-: no es necesario que estén de pie.
- ¿No te molestamos en tu sesión, Wargreymon? –le preguntaron los muchachos-
- Para nada; esto será más como una terapia de grupo a su momento. Bien, empecemos… Dime algo sobre ti, Tai…
- War… grey… mon –oprimiendo fuertemente los puños, debido a la impaciencia- Sabes todo sobre mi… No necesitas hacerme esa boba pregunta… ¿Qué digo? ¡Termina esta tontería!
- Hermano, ¿No puedes responder su pregunta?
- Vamos, Tai… -agregó Izzy- Esa pregunta es muy sencilla de responder… a menos que tengas amnesia.
- No tengas miedo, Tai –aclaró Wargreymon, moviendo sus gafas- todos estamos aquí para ayudarte a resolver tu problema.
- Mmm... –refunfuñando- Como quieras; les seguiré el juego por ahora…
Mientras...
Oficina del Dr. Metalgarurumon:
- ¡Déjenme, déjenme! –gritaba Matt, tratando de liberarse-
- Ay, hermano; que vergüenza me haces pasar.
- No entiendo… -dijo Joe- ¿Desde cuándo los divanes tienen esas cadenas?
- Como era la casa de Puppetmon, tenía que haber cosas así –agregó Metalgarurumon- Y estamos tratando con Matt, así que más vale prevenir que lamentar
- Tienes razón –asintió Mimi- De Matt se puede esperar cualquier cosa.
- Vaya que lo aprecian bastante –dijo Gomamon algo aburrido desde el sofá junto a Palmon y Patamon, que estaba volando tranquilamente junto a ellos-
- ¡¿Quieren callarse y liberarme de una buena vez?
- Lo siento, Matt. Pero debemos tratar tu problema entre todos. Estamos aquí para ayudarte. Ehm... TK
- ¿Si, Metalgarurumon?
- ¿Podrías ser mi asistente, por favor? Tengo un problema para escribir en la libreta…
- ¿Cuál?
- No tengo manos; y aun no aprendo a escribir con la boca.
- De acuerdo; yo te ayudaré…
- ¿Acaso no recuerdas lo que nos dijo Cherrymon, Metalgarurumon? –le recalcaba Matt- ¡Lo de buscar a nuestro rival!
- ¿Acaso tú lo recuerdas? Porque a pesar de mi agudo sentido de la audición no le entendí una sola palabra a ese árbol volado que hablaba tan ininteligiblemente... sin mencionar que Puppetmon estaba allí cerca riéndose como chiquilla quinceañera.
- ¿Quién es Cherrymon, Metalgarurumon?
- Un árbol gigante amante de la hierba, Patamon. Nadie importante.
- ¡Pero él me dijo…!
- ¿Me estás diciendo que le creíste a un viejo cerezo gigante y bigotón con problemas de dicción que parecía estar más drogado que Dahlia Gillespie en la escena de la iglesia en Silent Hill? En serio, Matt; si le creíste a un mariguanero, tienes mayores problemas de los que pensé.
- ¿En serio le creíste a alguien así, Matt?
- Vamos, Joe… tenía una crisis existencial… No me culpes.
- Y eso es exactamente lo que trataremos de resolver… Ahora, Matt: cuéntame algo de ti; TK, toma nota por favor.
- ¡Esto no puede estar pasando!
Había pasado casi una hora, y la sesión no había muchos resultados, y para empeorar las cosas, llegaba la hora del almuerzo, y en la mansión de Puppetmon casi todo lo que había eran dulces, por lo que Floramon y Deramon pidieron ayuda a los demás digimon a buscar comida. Mientras tanto, en los tratamientos:
- Puppetmon definitivamente es un niño malcriado si sólo tiene dulces en las alacenas de su cocina.
- Floramon y Deramon dijeron que también tenía algunos digihuevos y mucho café, Joe –agregó Gomamon- Me pregunto por qué…
- Probablemente es amante de los omelletes... y seguro por eso es tan irritable: por la cafeína. Yo que sé... Metalgarurumon ¿Ya vamos a terminar? -preguntó bastante impaciente-
- Ya enseguida, Mimi. Matt… ¿Podrías decirme algo que en tu infancia haya podido ser la fuente de tu agresividad?
- Mmm… ¡DEJA DE PREGUNTAR TONTERIAS Y SÚELTAME! ¡DEBEMOS DERROTAR A LO DARK MASTERS, NO JUGAR A SIGMUND FREUD!
- Hostilidad verbal y falta de cooperación… ajá... Anótalo TK.
- Anotado, doctor.
- Vamos, Matt; coopera con Metalgarurumon; solo quiere ayudarte.
- ¡PERO ACASO TODOS USTEDES ESTÁN LOCOS! –gritó airado desde el diván al que estaba encadenado-
- Pues al que yo veo en el diván gritando como desquiciado es a ti, Matt –le contestó Mimi en tono de burla-
- Definitivamente necesitamos un tiempo para descansar y darnos un respiro del tratamiento… así que... ¿Por qué no bajamos todos al comedor a comer algo?
- ¡Buena idea! –alabó Mimi la idea- ¡Ya me estoy muriendo de hambre!
- ¡Al fin! –exclamó Matt, creyendo que lo liberarían, pero…-
- ¡Engarróteseme ahí! –gritó Metalgarurumon, obstaculizando la salida- Usted no se va a ningún lado señor Ishida; le traeremos algo después, pero se queda aquí quietecito.
- ¡Pero tú también eres Ishida! ¿Qué digo? ¡NO ME PUEDES DEJAR AQUÍ ENCERRADO!
- Nos vemos, Matt. Te traeremos algo, lo prometo –comentó Joe antes de cerrar la puerta-
Casi al mismo tiempo, en la oficina adyacente…
- ¿No crees que Wargreymon hace un buen trabajo, Izzy?
- No lo sé, Sora; sólo he visto a psicólogos en toda mi vida: nunca a un psiquiatra.
- ¿Y cuál es la diferencia, Izzy? –le preguntó Kari con su característica inocencia-
- Que cuando vas a un psiquiatra, estás más loco.
- Ah…
- ¡NO ESTOY LOCO; MUCHACHOS! –gritó Tai airado al escuchar las palabras de Izzy- ¡El único loco aquí este esté dinodragón hipertrofiado de esteroides! ¡Hasta donde yo sé, se llama WARgreymon, no FREUDgreymon!
- Insultando a las amistades, cuestionar el origen del esculpido físico del doctor así como su profesionalismo y conciencia sobre las drogas anabolizantes, jugando a las etimologías… Mmm… -refunfuñó en voz baja mientras anotaba sus observaciones en su libreta- Vamos mal, Tai; muy mal…
- Tai; deberías relajarte y cooperar con Wargreymon para poder terminar con esto si no te agrada. –le sugirió Gatomon-
- Olvídalo, Gatomon; Tai siempre fue así de obstinado. Desde el jardín de niños fue un niño difícil de tratar.
- ¡No, Sora! ¡¿Qué has hecho?
- ¿En verdad, Sora? –preguntó Wargreymon con curiosidad- Deberíamos tratar ese punto, Tai, pues suena interesante. –mirando el reloj de la pared- Pero será después del almuerzo. ¿Alguien tiene hambre?
- ¡YO! –exclamaron todos-
- Pues bajemos entonces… -dijo el profesional- Excepto, tu, Tai –cerrándole el paso con los Dramon Killer-Te traeremos algo después; tú te quedarás aquí.
- ¡¿Pero qué dices? –exclamó indignado- ¡No puedes dejarme aquí! ¿Qué clase de psiquiatra finges ser?
- ¡JAJAJAJA! ¿Acaso no viste mis credenciales? –señalando la pared- Metalgarurumon y yo tenemos doctorados en Psicología, Psiquiatría, Filosofía y Pedagogía… No estoy fingiendo ¿O pensabas que yo era un dinosaurio torpe?
- ¿Es una pregunta retórica? –contestó Tai- Aún me duele la cabeza por lo de la entrada.
- Como sea… te quedarás aquí. –cerrando la puerta- Y yo que tú no intentaba escapar: estos cuartos están llenos de trampas. Adiós.
- ¡ALTO, NO ME PUEDES DEJAR ENCERRADO AQUÍ! –gritó Tai con todas sus fuerzas- ¡WARGREYMOOOOOOOOOON! ¡VAS A PAGAR POR ESTO CUANDO REGRESES A SER UN AGUMON: TE PATEARÉ TAN FUERTE EL TRASERO QUE TERMINARÁS EN LA CIMA DE LA MONTAÑA ESPIRAL!
Al salir de la oficina, ambos grupos se reencontraron en el pasillo, y ambos habían oído los gritos de los pacientes, golpeando las puertas, bastante iracundos.
- ¿A que ese que grita como niña es Tai?
- Si, Mimi: es el. –le respondió afirmativamente la elegida del Amor-
- ¿Y Matt como está, muchachos? –preguntó Izzy-
- Y… Ya sabes; mi hermano está con su actitud de siempre.
- Bajemos al comedor; de seguro ya está el almuerzo –agregó El Guerrero del Valor- Después regresaremos a continuar con el tratamiento.
- ¡SI!
En el comedor, estaba listo un almuerzo poco pomposo, pero decente y mejor de lo que podrían esperar en sus casas: por fortuna, Floramon y los demás digimon habían hallado cosas más nutricias que el suministro de dulces del Dark Master.
- ¡Gracias por la comida! –exclamaron todos, y se dispusieron a comer-
- Es increíble que a pesar de su nivel mega, Agumon sigue comiendo como siempre –dijo Sora al ver como comía con voracidad el Guerrero Dragón-
- Lo que yo quiero saber es como habla sin abrir la boca, y cuando come, la abre como si fuera un hoyo negro.
- Algunas cosas de los digimon, es mejor dejarlas en el enigma, Kari. –respondió Izzy, antes de llevarse otro bocado a la boca- Probablemente sea telépata o algo así.
- Si devoro como una bestia, es porque debo mantenerme en mi nivel mega; digamos que como Agumon no inspiro mucho profesionalismo.
- Lo mismo digo –agregó Metalgarurumon que había hecho una pausa en la comida- Así que discúlpennos si exageramos un poco.
- Lo entendemos –dijo Tentomon-
- Yo quería comer dulces…
- ¡Nada de eso, TK! –retomó la palabra el lobo cyborg- Esta comida es mejor; debemos alimentarnos bien e ingerir proteínas, lípidos, grasas no saturadas, vitaminas y minerales; nada de azúcares refinados, grasas trans y calorías vacías.
- Acabas de oírte como un comercial de la FAO, Metalgarurumon –dijo Joe algo extrañado-
- ¿Y cómo están nuestros amigos, Megadoctores?
- Pues verás, Sora… Sabes que Tai no ha cooperado mucho en el tratamiento; no sé qué tal te fue con Matt, Metalgarurumon.
- Estamos igual; pero de algo estoy seguro: Ellos tienen un problema; Matt guarda demasiada agresividad en su ser…
- Y Tai tiene poco tacto –completó Wargreymon- Además, por lo que me dijo Sora, es así desde su segunda infancia.
- Perdonen la interrupción, pero… ¿Qué vamos a hacer con ellos? –señaló Sora la techo, de donde provenían gritos y golpes de ambos niños- No podemos dejarlos sin comer…
- Por mí que sufran de hambre, que nos hartaron en este viaje con sus peleas de niña.
- ¡Mimi!
- Tienes razón, Sora… ¿Podrías llevarles algo de comer? –le dijo el Guerrero Dragón- Hay dos bandejas sobre el mueble de la cocina.
- Está bien. –tomando las bandejas-
- Sólo hazlas pasar por debajo de las puertas; no hace falta que las abras.
- Como digas, Metalgarurumon.
Mientras Sora llevaba las bandejas con comida a los dos pacientes, los demás salieron afuera a tomar algo de aire fresco después de la comida, o a recorrer la mansión con la guía de Floramon y Deramon, pues la mansión tenía cosas peligrosas. Otros, como Kari, TK y Mimi, habían descubierto el escondite de los dulces y habían comenzado a comerlos.
Ya arriba, Sora se disponía a deslizar las bandejas con cuidado por debajo de las puertas, mientras escuchaba los quejidos de sus amigos.
- Muchachos... ¡Aquí les traigo la comida! –dijo, ignorando los gritos-
- ¡SORA!¡Qué alivio que eres tú! ¡Sácanos!
- Lo siento, muchachos, pero no tengo las llaves, les traigo la comida de hoy. –pasando las bandejas por debajo de la puerta-
- ¡¿Acaso soy un animal para que me traten así? –gritó Matt, indignado por la forma en que le pasaron su almuerzo, pese a que la comida no se veía nada mal- Comprendería si fuera a Tai, pero…
- ¡Atrévete a decirme eso en la cara, idiota rubio chulo!
- Tai... ya basta o no les traeré postre.
- ¡No queremos postre; queremos salir! –exclamaron ambos al unísono-
- ¡Juro que si salimos de aquí demandaré a Wargreymon y a Metalgarurumon por Violación de los Derechos Humanos en la Corte Internacional de La Haya! –gritó el elegido del Valor- ¡En Holanda! –completando la frase-
- Es Países Bajos, soquete…
- Yo mejor me voy… -refunfuñó Sora, y bajó las escaleras-
Mientras tanto, Joe se hallaba lavando los platos, pues se había ofrecido a ello, mientras los demás se hallaban descansando. Cuando estaba por terminar de colocar los trastes limpios, oyó a alguien tras su espalda.
- Joe…
- ¡AHHHHHHHHHH! ¡NO ME HAGAS NADA! –mirando a sus cercanías y tomando un objeto contundente- ¡Tee... tengo un cuchillo, y sé cómo usarlo!
- Joe, soy yo…
- Fiu… Eres tú, Wargreymon –dijo, Joe, que había volteado-; creí que era Puppetmon.
- ¿Pensabas derrotar a Puppetmon con un cuchillo de cocina? –le preguntó de forma irónica-
- Lo hubiera… intentado…
- Ajá... En fin. Quería... pedirte un… favor.
- ¿Un... favor?
- Si... -acercándose más- uno que creo sólo tú podrías hacerme.
- ¿Cucuccuál es… ese favor? –preguntó ya muy nervioso y pensando lo peor-
- Podrías… -sacándose sus brazaletes-
- ¿Sí? –tembloroso-
- ¿Limpiar mis Dramon Killer por mí antes de retomar la sesión? —poniéndolas enfrente del Elegido de la Sinceridad-
- ¡¿QUÉ? ¡¿MÁS TRASTES SUCIOS? –exclamó indignado- ¡Pero si ya lavé todos los del almuerzo!
- Es qué… ¿Recuerdas que Tai dijo que apestaba? Pues resulta que el olor venía de mis Dramon Killer; al parecer, después de acabar con MetalSeadramon, quedaron algunos despojos en ellos... ¡Y no los puedo sacar!
- Ay... mi Dios… -palmada en la frente- Bueno, déjamelos a mí. Yo me encargo.
- Te lo agradezco, Joe. Avísame cuando termines por favor, ya que me supongo que tú no podrás llevarlos con esos brazos enclenques que tienes; iré a flotar por los alrededores: esto de la Psiquiatría es estresante. –dijo esto y salió afuera a volar-
- Y si es estresante para el doctor… imagínate al paciente... –susurró Joe, al notar que estaba solo, aunque no por mucho tiempo- Definitivamente este es el traste más grande que he lavado en toda mi vida; menos mal que Puppetmon tenía los productos de limpieza adecuados… Sólo espero que no sean abrasivos con el Chrome Digizoid.
- ¿Qué haces, Joe?
- Ah... Hola, Izzy. -saludó al elegido del Conocimiento que acababa de entrar a la cocina- Estoy limpiando los Dramon Killer de Wargreymon.
- ¿Él te lo pidió? –preguntó Tentomon, muy curioso al verlos-
- Si… Está lleno de tripas de MetalSeadramon; por eso olía tan mal, si lleva carne muerta.
- Que asqueroso eres, Gomamon.
- Ya veo… -respondió Izzy sin tomar en cuenta lo dicho por Gomamon, para luego notar un extraño brillo proveniente de las garras del Dramon Killer- Joe... ¿Qué es eso?
- ¿Qué cosa? –preguntó, para luego ver el origen del brillo y tomarlo con la mano- Parece ser una especie de escama… Brilla mucho.
- ¡Joe! –exclamó Izzy, susurrando en el oído de Joe- ¡Esas escamas son de diamante!
- ¡¿QUÉ? –gritó, pero Izzy le tapó la boca y le hizo el ademán para que se callara- ¿Que no eran de Chrome Digizoid dorado?
- Shh…. ¿Quieres que todos sepan eso? ¡Podremos ser ricos y cumplir nuestros sueños! Y eso del metal dorado no sé; creo que es una falla del Analizador: capaz por eso Wargreymon lo atravezó tan fácil como si fuera mantequilla. Pero estoy seguro que esta escama es de diamante.
- ¡Podré... pagar mis estudios de la Universidad sin tener que depender de mi padre!
- ¡Y yo comprar la mejor computadora en el mercado!
- Oigan, chicos… -intervino Tentomon- ¿Qué piensan hacer?
- Recogeremos todas las escamas de MetalSeadramon por ser muy bonitas… y nos desharemos de las tripas… -respondió Joe- Para que Wargreymon tenga unas Dramon Killer limpias y brillantes para cuando tenga que rebanar, triturar o descuartizar al próximo Dark Master.
- Eh... Ok.
Unos minutos de fregado y recolección clandestina después…
- ¡Ya están listos, Wargreymon!
- Qué bien –dijo el Guerrero Dragón, que ya había regresado- Veo que hiciste un muy buen trabajo… –colocándoselos- Y huelen a limón.
- Me esmeré mucho… jeje…
- Bueno, ya es hora de retomar la sesión. ¿Nos acompañan?
- ¿Y Metalgarurumon? –preguntó Izzy al no ver al lobo cyborg-
- Viene en camino. Lo hemos discutido, y ya sabemos cómo proseguir con el tratamiento.
- Bien, vamos…
