¡Hola a todos! ¡Aquí les comparto una nueva historia de nuestros queridos Anthony y Candy! ¡Es por tanto un Anthonyfic! Y es una pequeña historia que responde a una inquietud que siempre tuve a qué hubiese pasado en esta parte de la historia si ellos... - ¡Ya lo sabrán! - ¡Ji, ji, ji! ¡Espero sea de su agrado! La historia original de Candy Candy pertenece a Mitzuki e Igarashi, y ésta es solo una adaptación nacida de mi imaginación para buscar un digno destino al amor de nuestro querido Anthony y su Pecosa. Es una historia puramente por cariño a esta inspiradora pareja, y sin fines de lucro. ¡Bienvenidos a leer!

"UNA DECISIÓN DE VIDA"

CAPÍTULO I

"¡Nunca vuelva a hablarme otra vez, tía abuela!", gritó Anthony Brower Andley fuera de sí, en una habitación del segundo piso de la Mansión de las Rosas, en Lakewood.

Su cólera era tal, que ni siquiera midió la fuerza del portazo que dio a su salida de aquel lugar. ¡Cómo era posible que siquiera pensara que Candy era capaz de algo así! Tomando respiraciones profundas, trató de tranquilizarse y mirando hacia la creciente oscuridad en los jardines aledaños a la Mansión, con su mirada azul cielo, llena de dolor, intentó calmarse. No podía creer que esto les estuviera sucediendo. El joven heredero de la fortuna Andley sintió de pronto como si esa creciente oscuridad de la noche hiciera eco a la oscuridad que ahora amenazaba con envolverlos a él y a su Pecosa.

"No lo permitiré." Dijo para sí, con decisión. "¡No lo harán!" Y con una expresión férrea en su rostro, corrió hacia el final del pasillo, y su alta figura desapareció en medio de la oscuridad.

Aun recordaba aquella noche. Nada había sido igual desde entonces. Miró a través de la ventana, y los campos de cultivo y las casas dispersas por el campo pasaban frente a él y desaparecían a medida que el tren avanzaba. Su corazón ahora se sentía tranquilo, y a pesar de la incertidumbre de las últimas semanas, todo se resumía a una sola verdad en su mundo, Ella.

Todavía recordaba el momento que lo había llevado a tomar aquella decisión de vida, de la cual no se arrepentía, pero que estaba seguro su familia quizás jamás le perdonaría. Sobre todo sus primos, sabía cuánto la querían, y a él también. Había sido tan duro para él dejarlos fuera de esa manera, pero no había tenido opción. En realidad, no había 'encontrado' otra opción. Por el momento, tendrían que esperar.

El tren continuó su camino a través de esa extensa planicie y se perdió en el horizonte, bañado en la luz del atardecer, mientras el joven Brower se abstraía nuevamente en los recuerdos de los hechos acaecidos durante los últimos meses y que precedieron su inesperada situación actual.

Continuará…