Capitulo 3 Una Pequeña Aventura

En un lugar desconocido, bastante amplió. Se podían notar a 3 personas caminando sin un rumbo fijo. Estos estaban conformados por dos chicos y una chica. Ambos tenían sus armas con sus fundas, atados a sus espaldas. Los tres estaban mirando a todas direcciones, al parecer estaban tratando de buscar un camino.

Uno de ellos que tenía una espada atada en su espalda, dió unos cuantos pasos al frente. Miró el entorno que los rodeaban. Había varios árboles, arbustos, piedras, arbustos, etc. Todo estos estaban cubiertos por nieve, al igual qué el mismo suelo que habían estado pisando, durante ya varias horas. Mientras trataban de encontrar una salida de este lugar.

" Y bien, ¿ Qué dices ? ". Pregunto la chica.

El joven se volteo para ver a su compañera y asentir con la cabeza, en señal de confirmación.

" Lo sabía ". Gruñó la joven.

" ¿ Estas seguro tatsumi ? ". Pregunto el otro chico.

" Si Leyasu ". Dijo con cansancio a su amigo.

" ¡ Rayos !, ¿ Cómo fué que terminamos aquí ? ". Pregunto incrédulo, mientras se cruzaba de brazos.

La joven giró su cuello lentamente, en dirección de su compañero. Tenía una mirada fría y seria. " ¿ Estas bromeando, verdad ? ".

" ¿ Qué ? ". Pregunto aún sin comprender.

Ella lo tomó rápidamente del cuello. Pará después mostrar una expresión de puro enojó.

" ¡ Por tu culpa, estamos aquí varados ! ". Exclamó la chica.

El joven al ver la expresión que tenía, trato de zafarse del agarré a su amiga. Pero sus esfuerzos, fueron en vano. Por lo que decidió, mejor tratar de hablar con ella.

" S-sayo, por favor no ahí que buscar un culpable ahora ". Dijo nerviosamente.

" ¡ ¿ Buscar un culpable ? ! ". Empezó a apretar más su cuello con sus manos. " ¡ Tu eres el único culpable. Por tu pésima guía, volvimos a perdernos ! ". Ella medio gritó.

Leyasu empezó a sentir, como su cuello se apretaba cada vez más . Evitando que él pudiera respirar. El empezó a perder poco a poco su fuerza. Sentía cómo se le iba la vida. Trato de advertirle a Sayo sobre esto, pero a ella no parecía importarle. Al ver que posiblemente su vida acabaría, si es que no sé algo. Decidió usar su única carta de salvación. Usándolo muy poco de fuerza que le quedaba, agarró las manos que tenía en su cuello y le retiró lo suficiente para poder dejar escapar un grito de ayuda.

" ¡ TATSUMI, AYÚDAME ! ". Miro en dirección de su amigo y única salvación.

Como si lo hubieran invocado, tatsumi apareció entre los dos. Provocando, que la joven lo liberara. Leyasu estaba detrás de tatsumi tratando de recuperaba el aire. Por otro lado, Sayo qué estaba al frente de Tatsumi, tenía las manos todavía en la misma posición, donde había estado ahorcando a Leyasu hace unos momentos. Miró a su amigo, quién estaba frente a ella con los brazos extendidos. Como si dijera que no pasará. Su expresión no parecía cambiar en absoluto.

" Tatsumi, quítate ". Su voz era sería y fría.

Tatsumi no podía saber, si le estaba pidiendo o le estaba ordenando. A pesar de que se sentía un poco intimidado, por la expresión que tenía su amiga. No podía permitir que Sayo, lastimara a Leyasu. Ya que él tenía algo de razón, no era momento para pelear, sino para buscar una salida.

" Lo lamento Sayo, pero no haré éso ". Respondió.

Atrás de él podía sentir como su amigo dió un suspiró de felicidad. Probablemente, estaba aliviado de que, él no lo abandonaría o que probablemente él lo defendería. Por parte de Sayo, en vez de que está acción la calmará. Empezó a desenfundar su arco y alistar sus flechas.

" Tatsumi, no lo volveré a repetir ". Tomo dos de sus flechas y las apunto a ellos. " Muévete o tu también saldrás herido y sabes qué no quiero hacerlo ".

Tanto Tatsumi, como Leyasu se prepararon por lo que iba a hacer su amiga. Leyasu empezó a desenfundar sus anchas, que tenía en la parte de atrás de su espalda, alistándose para pelear. Pero tatsumi no desenfundó su arma, lo único que hizo fue acercarse con cautela a Sayo y tomarla de los hombros. La joven arquera al sentir la manos de su amigo en sus hombros, empezó a relajarse y a calmarse sólo un poco.

El levantó la vista hacia el rostro de Sayo, ella observó sus ojos verdes esmeraldas. Pudo ver en ellos la culpa. " Leyasu, no tuvo la culpa de ésto Sayo " . Dijo con tristeza. " Sino, yo ".

Leyasu y Sayo se quedaron callados por lo que había dicho. El silencio, duró unos cuantos segundos más. Cuándo Sayo decidió por fin hablar.

" No tatsumi, no es tu culpa". Dijo ella. Su voz ya no era seria y fría. Sino, suave y gentil.

" Si amigo, no es tú culpa". Leyasu también se unió. Su tono era amigable y algo alentador.

Mientras sus compañeros/amigos trataban de decirle que no era su culpa. Él estaba apretando sus puños. Estaba muy enojado consigo mismo.

" ¡ Como dejé que ésto pasará !". Sé estaba reprochando, en su mente.

Sé supone que sólo iban a darle el pésame a la familia y luego ir a divertirse un rato. Pero ahora estaban perdidos en un lugar donde ni ellos sabían como habían llegado. Estaba muy enojado consigo mismo. ¿ Cómo puedo dejar que esto sucediera ?. ¿ Qué pasa si alguno de ellos s resultaba herido ?. O peor ¿ Resultaban muertos ?. Tembló de rabia y enojo. Levantó la vista para ver que sus dos amigos qué todavía trataban de animarlo. Decidió que lo mejor, era no pensar en eso. Lo mejor sería tranquilizarse y les decías a sus compañeros que ya estaba bien. Para que asi puedan buscar una solución a este problema.

" Esta bien, chicos. Ya estoy bien ". Dijo mientras mostraba una sonrisa.

Leyasu se sintió aliviado de que su amigo ya esté mejor. Sin embargo, Sayo miró esa sonrisa. Y sabía que era falsa, pero decidió seguir el juego, ya que ahora era mejor estar tranquilos y unidos para salir de éste lugar.

" Bueno, por lo pronto. Busquemos un lugar donde podamos quedarnos ". Sugirió Tatsumi.

" ¿Un lugar para quedarnos? ". Pregunto Leyasu.

" Si. hemos estado caminando por no sé cuántas horas y todavía no sabemos dónde estamos. Además puedo ver que ya es demasiado tarde para encontrar una salida de aquí ". Señalo con su dedo al cielo que estaba de un color naranja. Anunciando que el sol ya se estaba poniendo. " Por lo que, lo mejor sería encontrar un lugar donde podamos descansar y estar seguros. Ya mañana regresaremos a la aldea. ". Terminó de explicar Tatsumi.

" Entiendo, amigó ".

" Por lo pronto, necesitamos buscar comida ". Sugirió Tatsumi.

" Yo me encargo de eso ". Dijo Leyasu con confianza . " Mientras estábamos caminando, pude ver unas cuantas vayas, que estaban en unos arbustos ".

Tatsumi lo miró fijamente, le di una mirada un tanto desconfiada a su amigo. Pero no era porque desconfiaba de él, sino que desconfiaba de su capacidad para orientarse. Sé giró para ver ese Sayo que todavía estaba pensando.

" Sayo, podrías acompañarlo ". Pidió a su amiga.

" Q-qué ". Preguntaron, tanto Sayo y Leyasu. Aunque este último, parecía algo ofendido.

" Si podrías acompañar a Leyasu a buscar las vallas que dice que había visto ". Volvió a repetir su petición.

" Ah, si lo haré ". Respondió ella.

" Bien, mientras yo buscaré un lugar donde podamos descansar y estar seguros ".

" Espera, porque tiene que acompañar, como si fuera un niño ". Exigió Leyasu.

" Por qué asi evitaremos, que alguno de nosotros se pierda de nuevo". Respondió ella.

" Pero no soy un niño, el cual necesita cuidar siempre ".

" No, eres un chico que tiene un pésimo sentido de orientación. Ahora vámonos ". Sayo tomó del cuello a Leyasu y lo empezó a arrastrar. Mientras, el joven seguía protestando de que no era un niño.

Tatsumi, los observó irse y dejó escapar una pequeña risa. Por ver las protestas qué hacía Leyasu. Y cómo Sayo lo ignoraba. Los vió como se alejaban. Él estaba un poco preocupado, a pesar de que sabía que este lugar no era tan grande como aparentaba. Mientras caminaban, pudo ver que habían tomado varias rutas. Que si bien, tenían un camino diferente cada una de ellas. Los volví a traer al mismo lugar donde habían comenzado. Pero, gracias a que tomaron ésas rutas, pudo saber que este lugar era bastante pequeño. Por lo que cualquier ruido que se hiciera. Se escucharía en todo el bosque. Y hacia él podría saber si es que sus amigos corrieron en peligro. El llegaría lo más rápido a ayudarles.

Empezó a caminar, necesitaba encontrar un lugar que sea cómodo Y que los mantuviera a salvó. Mientras caminaba, empezó a recordar cómo es que habían llegado a éste momento.

Todo había comenzado cuando se dirigían a darle el pésame a la familia que perdió a su segundo hijo. Ellos ya habían llegado a su casa, lo recibió el marido de la mujer. El a diferencia de la vestimenta que los otros pobladores de la aldea Kenkyo llevaban que era un conjunto de chaquetas, pantalones, guantes, gorras y botas para evitar el frío. Él no traía nada de eso, solo llevaba una camisa y un pantalón, qué sé podía ver que no lo protegía del clima helado que ellos tenían. Ellos le habían dicho que habían venido y él con una sonrisa les permitió entrar a su casa. Cuándo entraron pudieron observaron todo lo que la casa contenía. O bueno lo que aún tenía. Había una mesa, pero solo tenía una sola silla. Tenía dos puertas, la de la izquierda conducía a una pequeña cocina y la derecha conducía a una sola habitación que los padres compartían con sus hijos. El esposo decidió ir a buscar a su mujer para avisarle que tenían visitas. Por lo que, les pidió que esperaran sentados.

Cabe resaltar que la vivienda, no tenía ningún tipo de muebles para que los jóvenes pudieran sentarse. A ellos no parecía molestar les, sabían la situación de esta familia y decidieron hacer lo que les había pedido el señor. Se sentaron y esperaron a que los padres volvieran junto con su pequeña hija. Al cabo de unos cuantos minutos, El esposo había regresado con su mujer, qué tenía en sus brazos a su pequeña hija, la pequeña tenía 3 o 4 años y estaba durmiendo. La mujer mayor tenía la cabeza agachada y una mirada vacía. Cuándo decidió levantarla para ver quiénes habían venido, observó a tres jóvenes niños con armas atrás de sus espaldas. Su rostro se iluminó inmediatamente, en especial cuando se fijó en el miembro del centro. El de cabello castaño y ojos esmeraldas.

Los tres jóvenes saludaron con cortesía. Le habían dicho, que vinieron a darle el pésame por la muerte de su hijo ella se sintió. La mujer se sintió algo consolada y conmovida, por la acción de los jóvenes. Los invito a que se queden en un rato hablar con ellos. Los jóvenes aceptaron, sin pensarlo dos veces. Así pasaron las horas, en las cuales habían conversado sobre algunas cosas. Finalmente, los tres jóvenes decidieron irse. Pero no porque no quisieran quedarse más tiempo. Sino porque, pensaron que la pareja todavía tenía que descansar por la terrible pérdida que habían sufrido. la pareja lo entendió y se disculparon con ellos ya que querían ofrecerles algo de tomar o de comer a los chicos. Pero no tenía nada que darles. Por lo qué, lo único que pudieron ofrecerles fue una charla agradable y amistosa. Para su sorpresa, él joven de cabello castaño y ojos esmeralda sacó de su mochila, unas cuantas alimentos y sábanas que había traído para darles. Esto sorprendió, tanto a los padres, como sus dos compañeros. No sabían que su amigo había traído esas cosas en su mochila.

Tatsumi les entrego todo esto a la pareja quienes lo aceptaron con lágrimas en los ojos. Sus dos amigos, miraron con orgullo y alegría el acto de su amigo. La pareja lo abrazó, mientras le decía lo mucho que estaban agradecidos. Tatsumi solo se quedó callado, mientras dejaba que la pareja lo abrazara. Después de que terminó el abrazo, el joven se levantó y se despidió de ellos. salió de la cabaña casi como si estuviera corriendo. Sus dos amigos al ver esto, supieron de que algo andaba mal así que decidieron seguirlo, no sin antes también despedirse de la pareja. Sayo y Leyasu empezaron buscar a su amigo por todas partes. Lo encontraron en la antigua capilla, que se usaba para las almohadillas de bodas de su aldea. El estaba sentado en las escaleras de esta misma. Tenía la mano en su boca y mientras lágrimas recorrido en su rostro, estaba evitando llorar y gritar.

Sus amigos se acercaron a él, para saber por qué estaba así. Él les dijo que se sentía impotente e inútil, por no poder hacer nada más por esa familia. Ellos lo miraron con preocupación. Ellos sabían el tipo de persona que era su amigo, era alguien que se preocupaba por todas las personas que le importaban. Siempre buscaría la mejor manera de poder ayudarlos, en cualquier tipo de problemas que tuvieran. Por lo que, cada vez que veía que alguna persona de la aldea kenkyo sufrir y él no podía hacer nada. Sé sentía enojado, miserable y triste.

Sayo se acercó a él y lo abrazó para poder calmar un poco, esas emociones negativas que lo estaban rodeando. Mientras que su amigo Leyasu miró esto aún con el rostro un poco más relajado. Tatsumi empezó calmarse, gracias al abrazo que le estaba dando su amiga. Sé disculpó y les pidió a los dos, que siguieran con lo que estaba planeado para hacer hoy día. Ambos, estuvieron de acuerdo en la petición de su amigo. Pero pudieron notar, que su amigo no se había calmado del todo. Por lo que, decidieron que Sayo estuviera a su lado todo el tiempo, mientras que Leyasu guiaría el camino.

Lo que al final resultó ser un grave error. Debido a que tatsumi estaba tratando de calmar sus emociones y Sayo lo estaba ayudando. Se había olvidado de algo muy importante a la hora de poner a su amigo Leyasu como guía. Era que él tenía un pésimo sentido de orientación. Y empeoró más cuándo una espesa neblina llegó y empezó a nublar todo a su alrededor. Evitando así ver con claridad. Pero a pesar de esto, siguieron caminando con Leyasu al frente guiandolos.

Después de que la neblina se haya ido. Pudieron volver a tener una vista clara y precisa de dónde estaba. Para su sorpresa habían terminado en lo qué parecía ser un bosque.

Tatsumi empezó a maldecir, aquella neblina que había llegado a su aldea. Se preguntaba si es que, no hubiera llegado ésa neblina, no se hubieran perdido. Aunque él lo dudaba, debido a que conocía muy bien la orientación de su amigo Leyasu.

Después de caminar por un tiempo. Se detuvo en un árbol, volteo su cabeza hacia atrás. Para ver, las huellas que había dejado. Sin embargo, no encontró ninguno de ellas. Volvió su cabeza hacia el frente y observo el camino, estaba cubierto de nieve. Ahora entendía, por qué a pesar de que la neblina se había ido, todavía no habían podido salir de este bosque. Las huellas que ellos dejaban, eran cubiertas de nuevo por la nieve. Evitando así que supieran que camino habían tomado anteriormente.

Tatsumi se cruzó de brazos, mientras pensaba como iba a encontrar un lugar y volver para avisarle a sus compañeros. Si las huellas que dejaba, volvían hacer cubiertas por la nieve.

" Necesitó saber dónde estoy, necesito encontrar un lugar alto donde pueda subirme ". Reflexionó.

Miró el árbol donde se había detenido, levantó su vista para ver qué tan grande era. Era bastante grande, casi de unos 30 metros de largo.

Una sonrisa se formó en su rostro. " Esto podría servir " .

Tatsumi se arrodilló, para después dar un gran saltó hacia una de las numerosas ramas que tenía el árbol. Empezó a dar subir el árbol, saltando a cada rama, hasta llegar a la última rama de esta. Cuando llego a lo más alto del árbol. Pudo ver claramente, todo el bosque que lo rodeaba. También, ver dónde estaban sus dos amigos. No estaban tan lejos de él. Se giró y miró en todas las direcciones, para por fin ver un camino, que no habían visto o tomando antes. Pudo ver qué esté era uno recto. Y estaba algo rocoso y inclinado. Pero parecía seguro.

Levanto su vista para ver las nubes que estaban en el cielo. Había muchas de estas, que evitaban que el pudiera ver que estaban ocultando. Se tomó un momento para descansar y tratar de finalmente calmarse por completo. Estaba preocupado por la seguridad de sus dos amigos, pese a que sabía que se podían defender por su cuenta.

" Les prometí a los padres de los dos que los protegería y los llevaría a salvo ".

No querían imaginar, la preocupación que tendría cuando se enterarán, donde habían terminado. Un fuerte viento golpeó su cara. Observó como las nubes se iban alejando poco a poco. Cuando todas las nubes se esfumaron, el pudo finalmente ver lo que había estado ocultando. Grande fue su sorpresa, al observar lugar muy familiar.

" Tienes que estar bromeando". Dijo aún sin poder creerlo.

Sus preocupaciones se esfumaron al igual que su angustia por no saber dónde estaban. Estas fueron reemplazada, por otra preocupación.

" Cuando vayamos al imperio, seré yo quien guíe el camino ". Dijo para después comenzar a bajar con cuidado del árbol.

Después de eso, decidió ir a buscar a sus dos compañeros para informarles sobre lo qué había descubierto. Los había encontrado al mismo tiempo que ellos parecían venir a él. Tenían en sus brazos varias vayás que habían encontrado.

" ¡ Oh, tatsumi eres tu ! ". Dijo Leyasu.

" ¿ Cómo nos encontraste tan rápido ? ". Pregunto Sayo.

" Me subí a un árbol para saber, dónde estaban y saber en dónde estamos ". Dijo con un tono de cansancio.

" ¿ Te pasa algo, tatsumi ? ". Pregunto Sayo al notar el tono de voz que tenía.

" Es qué cuando estaba en la cima del árbol, tratando de buscar si había alguna especie de lugar, donde pudiéramos descansar. Pude ver exactamente dónde estábamos ". Respondió.

" En serio, ésos es genial ". Eijo entusiasta Leyasu. " ¿ Y bien, dónde estamos ? ".

" Si tatsumi, dinos dónde estamos ". Insistió Sayo con una sonrisa en su rostro. Al parecer, todo el enojo que tuvo con Leyasu se había ido.

El joven castaño miró por un momento a Leyasu. Como si le estuviera advirtiendo de que no le gustaría respuesta.

Inhaló un poco de aire, para después responder. " Estamos en una de las montañas que rodea nuestra aldea. Más precisamente, en la más grande de todas ". Se cruzó de brazos mientras cerraba los ojos.

" Caída ".

Tan pronto como terminas de decir eso, las frutas que tenía Sayo en sus brazos se cayeron al suelo. Su sonrisa feliz y alegre, ahora era medio forzada. Sentía como todo el enojo y rabia que sentía por Leyasu, volvió de golpe. Giró su cuello hacia su izquierda, dónde estaba Leyasu.

" Leyasu tú estas mu.. ". No pudo terminar de decir, cuando vio, qué el ya estaba corriendo lo más lejos posible de ella.

Ella se giró, hacía un tatsumi con los brazos cruzados y una mirada comprensiva. Ella iba a hablarle, pero el la interrumpió.

" No voy intervenir ". Le respondió. " Solo prométeme qué no lo matarás ".

Ella le sonrió con una mirada tan inocente. " Lo haré ". Después ella sacó su arco y sus flechas y corrió en dirección de Leyasu . Mientras tatsumi, escuchaba claramente como él le pedía ayuda a gritos.

" ¡TATSUMI! ".

Tatsumi se llevó una mano al pecho, mientras le pedía perdón a su amigo. " Lo siento Leyasu, espero comprendas. Pero hasta yo tengo que admitir, que esta vez necesitas una lección ".

" ¡TATSUMIIIII! ".


Narra Tatsumi :

Después de unos minutos de pensarlo mejor, decidí evitar que Sayo le hiciera algo a Leyasu. Obviamente no iba a dejar que Sayo lastimara Leyasu, solamente quería que él se asustara un poco. Encontrarlos no fue un gran problema, solo tenía que escuchar los gritos de ayuda que hacía Leyasu.

Finalmente los había encontrado en lo que parecía ser una especie de estanque, tenía un arroyo y un árbol. Como era de esperarse todo estaba congelado. Leyasu estaba en lo más alto del árbol, mientras usaba sus hachas para bloquear las flechas que Sayo le estaba lanzando desde el suelo. Observé esto por un rato más, antes de decidir volver a intervenir. Tardé alrededor de dos horas, en tratar de calmar a Sayo.

Lo conseguí de milagro y Leyasu por fin pudo bajar del árbol. Ya cuando todo estaba llendo bien. Más o menos. Todavía nos hacía falta una cosa. Y era encontrar un lugar donde podamos descansar. Mientras Leyasu estaba caminando hacia nosotros. El levantó su vista y pudo ver algo.

" ¡Chicos, miren! ". Señaló Leyasu a un lugar que estaba al lado del estanque.

Yo y Sayo nos giramos en dónde había señalado. Al lado del estanque, había una especie de cueva. Tenia grandes piedras alrededor de su entrada, junto con unos algunos árboles caídos. Ambos cubiertos de nieve.

" No me lo creo ". Dijo Sayo sin poder creerlo.

Leyasu mostró una sonrisa arrogante. Mientras ponía sus manos en sus caderas.

" Así es, El gran Leyasu nos a salvado y todo gracias a su gran habilidad de observación ".

Sayo sólo lo miro fijamente, antes de volver a sacar su arco. Por lo que antes de que hiciera algo, decidí intervenir una tercera vez.

" Hay que ir a revisarla, para verificar si esta en buenas condiciones ". Les dije a los dos.

Por fortuna, ambos me hicieron caso. Estuvimos al frente de la cueva, pero antes de entrar decidimos alisar nuestras armas. A pesar de que parecía que estaba deshabitado. Era mejor estar prevenidos. Decidí que yo iba a ser el primero en ingresar, siguiéndome por detrás Sayo y por último Leyasu. Exploramos la cueva profundidad, después de unos cuantos minutos pudimos confirmar, de que la cueva estaba totalmente vacía. También que a pesar de que por fuera tenía un tamaño pequeño, por dentro era bastante grande.

Aparté dentro de está, el intenso frío que se sentía afuera. Era reemplazado por un calor muy agradable. Aún teníamos que usar nuestros abrigos, pero ahora nos sentíamos más cómodos.

" ¿ Y bien chicos, que dicen ? ". Pregunto Leyasu a nosotros dos.

Yo sólo me acerque mientras le ponía una mano en hombre. " Buen trabajo, Leyasu ". El me sonrió.

La verdad tenía que alabar por esta vez a Leyasu. Apesar de tener una pésimo sentido de orientación. Éso lo compensaba, con su gran sentidos de observación. Además, nos había ahorrado el tiempo y esfuerzo de buscar un lugar cómo esté.

" ¿ Y tu Sayo ? ". Sé giró hacía la chica, quién parecía contenerse. " No tienes nada que decir ".

Sayo me miró y yo sólo murmuré un ' Por favor '.

Después ella se acercó a Leyasu y lo tomó por los hombros, mientras una sonrisa de agradecimiento se formaba en su cara.

" Gracias Leyasu, sin tí nos habría tomado mucho tiempo encontrar un lugar como esté ". Dijo con inocencia.

Leyasu por su parte volvió a adoptar ésa actitud arrogante.

" Pues claro, soy el Gran Leyasu. Sin mí, seguro no hubieran encontrado un lugar tan cómodo como esté ". Dijo con arrogancia.

Yo me llevé una de mis manos en la cara. Avergonzado por la actitud, que mi amigo tenía cuando se trataba de presumir.

Sayo por su parte no dijo nada solo siguió sonriendo. Mientras, empezaba hundir más sus uñas en sus hombros.

" Después de todo, soy más capaz de los tres y auch... ". Se quejó por el dolor que sentía.

" Si eres el más capaz de nosotros. Por eso, creó que necesitas un masaje, no ? ". Dijo dulcemente Sayo.

" Esté Sayo me lastima ". Lloró por el dolor.

" ¿ De qué hablas ? ". Ella sonríe. " Solo te estoy dando un masaje en los hombros ".

" Siento que mis hombros están sangrando, por favor suéltame ". Pidió o mejor dicho rogó.

" Oh, pero si usted dijo que es el más capaz de nosotros. Así que, creo que solo está exagerando, verdad... ". Ella abrió los ojos y Leyasu vió la mirada que tenía. Era una mirada muerta y sin vida. " ... Gran Leyasu ".

¡ TATSUMI !". El grito a su amigo nuevamente.

Yo solo me quedé viendo, mientras negaba con mi cabeza la solicitud de ayuda de Leyasu.

" Esta vez, te lo mereces ". Dijo con resignación.


Después, de que Leyasu haya recibido su merecido castigo, por su actitud arrogante. Salí de la cueva para observar como el sol empezó a ocultarse, anunciando que la noche estaba comenzando. Volví a entrar a la cueva, para avisarle a mis amigos que dentro de poco se haría de noche. Sayo y yo decidimos empezar a hacer una fogata, mientras un malherido Leyasu se encontraba descansando en el duro suelo de la cueva. Cuando Leyasu finalmente, se había recuperado puedo ver que la fogata ya estaba lista. Y Sayo estaba comiendo tranquilamente, a mi lado. Le ofrecí uno de los cuencos que había traído en mi mochila. El lo acepto con gusto. Antes de que me preguntara que era lo que estábamos comiendo. Yo le respondió que las vayas que habían conseguido, las había molido con unas piedras, para así crear una especie de batido.

Cómo todavía nadie tenía sueño. Decidimos pasar el rato contando historias, mas específicamente, historias de lo que haríamos cuando fuésemos a la capital. Leyasu decidió ser el primero, comenzó diciendo que apenas llegará, todas las personas quedarían asombradas por sus increíbles habilidades y que rápidamente sería llamado por los altos mandos del imperio. Para que estos, le pidieran ser el comandante de un escuadrón. Debido a que el era increíble.

Yo y Sayo nos quedamos mirándolo fijamente. Por mi parte reí nerviosamente, sabía como era la actitud arrogante de Leyasu. Aunque no negaba que tenía buenas habilidades de combate. Dudaba mucho, que los altos mandos del imperio lo llegaran a reconocer inmediatamente. Para mi sorpresa Sayo dijo que sí estaba de acuerdo con Leyasu, hasta la parte en donde dijo que llamaría la atención de los altos mandos del imperio. Leyasu se emociona mucho al saber que estaba de acuerdo con él. Sin embargo, su emoción duró poco cuando ella le dijo, que en vez de que lo llaman a liderar un escuadrón. Lo llamarían él pará ser ejecutado inmediatamente por molestar a las personas. Aunque lo dijo en un tono de broma, Leyasu si se sintió bien ofendido y empezó a discutir con ella diciendo que eso nunca pasaría.

Ahora Leyasu estaba enojando y retó a Sayo a contar sobre lo que haría al llegar al imperio. Ella lo acepto con calma y comenzo a contar su historia. Ella empezó diciendo que ni bien llegará a la capital, se metería al ejército imperial y empezaría a hacer diferentes tipos de misiones. Ella obtendría grandes resultados, para asi llamar la atención de los altos mandos del imperio. Y que la escogieran para ser una general del imperio. Yo y Leyasu nos quedamos callados después de escuchar su historia. Yo estaba asombrado, no mentiría la verdad fue un poco más realista que la historia de Leyasu, aunque también era casi poco creíble. Por parte de Leyasu, después de escuchar la historia de Sayo se empezó a reírse, diciendo también que lo ella dijo, era poco probable que pasará. Algo que visiblemente molesto a Sayo. Y una vez más volvieron, a discutir sobre que historia era mejor. Mientras miraba, como ésos dos empezaban a pelearse. Decidí terminar de comer mi cuenco. La verdad para mí ambas historias eran tan realistas como imaginario. Digo no dudaba de que nosotros teníamos habilidades sorprendentes, por algo éramos los mejores de nuestra aldea. A pesar, de ser tan jóvenes. Sin embargo, dudaba que pudiéramos llamar la atención de algún alto mando del imperio. Había escuchado algunos rumores e historias de la capital. Algunos de estas, eran que los generales y los altos mandos del imperio, eran personas muy poderosas. No solo en la política, sino también el campo de combate. Y otras sobre qué dentro de esta misma, habitaban personas que tenían una especie de arma o reliquia rara. Que les otorgaba un poder enorme. Casi como si fuera magia mística.

" Jejejeje". Tatsumi se rió. Llamando la atención de sus dos amigos.

No pude evitar reírme, por escuchar tales rumores. Era imposible que la magia existiera. Tal vez solamente era una exageración que algunos decían. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando noté como mis dos amigos me miraban fijamente. Bajé mi cuenco y les pregunté qué les pasaba, me respondieron qué ahora era mi turno de contar mi historia.

Levantó una de mis cejas enséñale que si era en serio. A lo que ellos dos asintieron. Di un profundo suspiro, ellos habían compartido sus historias así que, creo que era justo que yo también lo haga. Dejé mi cuenco a un lado, para después levantarme del suelo y empezar a contar mi historia. Primero, me presenté diciendo mi nombre. Cómo lo habían hecho mis dos amigos al comienzo de contar sus historias. Comencé diciendo que al momento de llegar a la capital, me registraría para entrar en la armada imperial. Después de eso, empezaría a ayudar a las personas a la capital. Y atrapar a criminales. Asi podría formar una buena reputación. También haría buenas amistades tanto imperio como en el ejército. Y al momento, de que me manden a luchar en alguna línea delantera de alguna guerra. Podría contar con la ayuda de las personas, para que juntos derrotemos, al enemigo. Para terminar, agregué que si ponía todo mi esfuerzo. Posiblemente, llegue a ser el líder de un pequeño escuadrón.

Había terminado de contar mi historia. Empecé a tomar una gran cantidad de aire, debido a que no me había detenido en ningún momento para hacerlo. Seguido después de éso, escuché como los dos me aplaudían por mi historia. Al parecer logré conmoverlos con mi historia. Me rasqué la parte posterior de mi cabeza, estaba algo avergonzada. Después de eso, conversamos sobre otras tipo de cosas, hasta qué.

Leyasu bostezo, mientras estiraba sus brazos. " Bueno chicos, creó que yo ya me voy a dormir ".

" Si, lo mejor es descansar, mañana tenemos que volver a nuestra aldea. Estoy seguro de qué mi papá estará preocupado, por saber dónde estoy ". Agrego Sayo, mientras también acomodaba sus cosas.

" Ustedes descansen. Yo haré guardia y les avisaré si es que algo pasá ". Dijo tatsumi, agarrando su espada y llendo a la entrada de la cueva. Cuando alguien lo agarró de la manga, evitando que él siguiera su camino.

" ¿Estas seguro tatsumi?, tu también necesitas descansar ". Dijo Sayo.

" Si amigo todos debemos descansar. Además, hemos estado en este bosque durante horas y no hemos visto a ninguna bestia peligrosa. Parece que este lugar está vacío ". Agrego Leyasu con confianza.

Tatsumi negó con la cabeza. " Aún así, no debemos bajar la guardia. No se preocupen, solo vigilaré un par de horas y si veo que todavía no hay nada extraño afuera que nos ataque. Iré a descansar con ustedes ".

Sayo parecía insegura, pero finalmente decidió dejar que tatsumi hiciera de guardia. Conocía muy bien cómo era tatsumi, sabía que nada haría que él cambiara de opinión. Cuando se tratara de la proteger a sus amigos y seres queridos.

Tatsumi camino hasta la entrada de la cueva. Se sentó en una de las grandes rocas que había en la entrada de esta misma. Estuvo ahí sentado durante varias horas, mientras observaba con detalle, los árboles, arbustos que estaban afuera de la cueva. Esperando pacientemente, si es que algo salía de estos y venía hacia ellos. Tenía su espada lista en su mano. A pesar de que estaba muy alerta, no podía evitar pensar, de lo agradable que fue esta pequeña aventura que tuvieron.

Si bien, tuvieron un mal comienzo. Al final pudimos llegar a divertirnos, todos juntos. Era como las aventuras que tenían antes, de que la situación de su aldea empeorada cada vez más. Tuvieron qué dejar de esas aventuras. No sólo por el bien de ellos, sino también por el de sus padres.

Tatsumi frunció el seño, al pensar eso. Que estarían haciendo sus padres, si es que ellos no volvían a casa hoy día. Ahora mismo, deben estar buscándolos por todas partes. Preocupación, dolor, angustia, triste. Ésas emociones que él mismo ya había visto en su gente. Esas mismas, que él no quería que ninguna otra persona experimentara. Giró su cabeza para mirar dentro de la cueva, a sus dos compañeros quiénes estaban durmiendo tranquilamente. Se disculpó en silencio por haber dejado que esto sucediera, les prometió mentalmente que no solo los sacaría de aquí. Sino también, que no iba a dejar que nada les pasara. Iba a cumplir la promesa, que les había hecho a sus padres antes de irse con ellos.

Tatsumi pasó unas cuantas horas más esperando. Hasta que decidió entrar en la cueva, para descansar junto a sus amigos. No sin antes, poner su espada junto a él. Mientras se acomodaba para dormir, pensó en su aldea. La situación que estaban viviendo, eso lo entristecía. Sabía que si no hacían algo pronto salía no iba a durar mucho tiempo. Giró su cabeza para ver sus compañeros. Cuando ellos crecieran un poco más, se irían de la aldea y llegarían a la capital. Para conseguir la fama y reconocimiento que necesitaban, Pero lo más importante, irían para conseguir el dinero y ayudar a toda su gente.

Ese tipo de pensamiento. Era lo que aún le daba esperanza y paciencia para poder esperar un poco más. Una sonrisa se formó en su rostro, porque no iría solo la capital iría con sus dos compañeros. Sólo tenía que esperar un poco más. Sintió como el sueño se apoderaba de el, sus ojos empezaron a cerrarse. Y por fin pudo conciliar el sueño.

Mientras ellos dormían, afuera de la cueva se podía ver en unos arbustos. Un par de ojos de color azul claro. Al igual que también, se escuchó un pequeño gruñido proveniente de estos.


Nota del autor :

Hola, primero que nada una disculpa por tardar mucho en escribir estos capítulos. La verdad es que he sufrido un bloqueo, sobre cómo debería seguir la historia, pero me he estado recuperando. También quisiera leer sus comentarios sobre su opinión con respecto a mi historia y el cómo trata de expresarme a través de los personajes

Segundo, me gustaría que también le dieran su apoyo en seguirla. Ya que eso me inspira a seguir subiendo más de estos capítulos muchas gracias.