Capítulo 8: Sesión 8. Anfitrionas insólitas, seducción y allanamiento.
Luego de varias horas de vuelo, Los Elegidos y los Renegados, liderados por Leomon y Andromon, llegaron finalmente a la cima de la Montaña Espiral, donde fueron recibidos por un paisaje desolado y cubierto en gran parte por una oscura bruma que opacaba el horizonte. Leomon y algunos elegidos ayudaban a los Renegados, mientras que Andromon y Metalgarurumon inspeccionaban el lugar junto con Izzy.
- ¡Al fin llegamos a la cima! -exclamó Tai, lleno de júbilo-
- Y lo hicimos todos juntos; lo que lo hace mucho más satisfactorio. -agregó Matt-
- Lo sorprendente es que no se halla separado el grupo, o que alguno terminara muerto -asintió con la cabeza-
- Tiene mucha razón, Doctor.
- Oye, oye. ¿Por qué ese pesimismo, Wargreymon?
- No es ser pesimista, Tai; es ser realista, considerando sus perfiles psicológicos, había dos opciones: o terminaban separados y se reencontraban, o terminaban matándose entre ustedes.
- Y gracias a nosotros, no pasó ni lo uno ni lo otro. -completó el lobo cyborg, desde la lejanía-
- Ustedes no dejarán que olvidemos ese favor, ¿Verdad? -preguntaron los niños-
- No -respondieron los megadoctores al unísono-
- Ah... vaya...
- Por cierto, Doctor Wargreymon; encontré un buzón cerca de aquí y recogí su correo. Tome -pasándole unas cartas- Le llevaré al Doctor Metalgarurumon el suyo.
- Gracias, Floramon -tomando las cartas- Mejor las reviso. Mmm... Me sigo preguntando cómo funciona el correo en este Digimundo.
- Oye...
- ¿Sí? Qué quieres cab... digo, Tai.
- ¿En verdad... piensas casarte con Wargreymon? -le susurró-
- Pues... primero busco ser su novia, y de ahí, ya veremos. Ser su secretaria es sólo el primer paso, aunque me agrada ayudarlo.
- Te deseo mucha suerte, Floramon; espero que no se interponga nada ni nadie en tu camino.
- ¡Gracias, Tai! -respondió contenta, mientras se alejaba en dirección a Metalgarurumon-
- Si... Jeje... Por el bien de todos, que nadie se interponga en tu camino.
Deramon, por su parte, recogía algunas de las flores del arbusto que crecía en su espalda, y las juntaba en un bello ramo para regalárselo a la chica que le gustaba. Con toda su elegancia, Deramon se acercó al foco de su amor.
- Para una bella señorita como usted; este ramo de hermosas flores.
- Ehm... gra… gracias... -corriendo junto a su compañera- Sora; tengo un problema.
- ¿De qué se trata Biyomon?
- De... Deramon me regaló estas flores... -dijo sonrojada- Creo que le gusto.
- ¡Qué bueno, Biyomon; es un lindo gesto! ¿Pero cuál es el problema?
- ¡Sacó las flores de su trasero!
- Ehm… -sin palabras- Pues… Sólo acéptalas con cortesía; te digo que hacer después.
- Está bien…
Mientras tanto, en el grupo de los digimon Renegados o rebeldes, como se solían llamar...
- Oye, Leomon: que muñeco tan feo tienes en la cintura, ¿De dónde lo sacaste? -le preguntó Mimi-
- ¿Esta chuchería? Es algo que conseguí luego de acabar con un digimon bastante insoportable y engreído llamado... a ver... como se llamaba -pensando- MetalEtemon.
- ¡¿MetalEtemon?! -exclamaron todos los Elegidos, murmurando entre ellos- No puede ser... ¿Será el mismo?
- ¿Cómo era, Leomon? -le preguntó TK-
- Un simio alto, musculoso, gafas oscuras, cara de idiota, sumamente engreído, vanidoso, con complejo de Elvis... ¡Y TERRIBLE CANTANTE!
- Es el mismo... -sentenciaron todos-
- Menos mal está muerto... -soltó aliviada Mimi- no me imagino como me sangrarían los oídos de volver a escuchar esa música
Mientras los megadoctores revisaban su correo, y algunos vigilaban los alrededores, otros Elegidos atendían a los renegados, entre ellos, TK, Kari, Mimi y Joe. Joe se reunía con Tai, llevando a Ogremon a su lado.
- ¡AHH! ¡Eso duele!
- ¡Te dije que no forzaras tu brazo, Ogremon! ¿Sabes lo difícil que es hacer un vendaje con papel higiénico?
- ¡No es mi culpa que un insignificante humano como tú no sepa primeros auxilios!
- Para que lo sepas, Joe estudia para ser un gran médico. -agregó Gomamon-
- ¿Ah, sí? ¿Y cómo va el estudio, futuro "doctor"? -preguntó burlonamente-
- Ehm... Sin comentarios -y siguió vendando el brazo de Ogremon-
- Me lo imaginaba... Un inútil. -mirando a uno de los digimon- Oigan... ¿Quién es el gigantón naranja de allá que se ve tan rudo?
- ¿Quién? -preguntó Gomamon- Ah; es Wargreymon, la más poderosa digievolución de Agumon, el compañero de Tai.
- ¡¿ESE GIGANTÓN ES LA LAGARTIJA GORDA CON PROBLEMAS GASTROINTESTINALES?! -preguntó burlonamente con viva voz, de manera a romper el silencio de la cima- ¡AUN ME APESTA LA CARA DE LA VEZ QUE CASI ME ASFIXIA EN LA ISLA FILE!
- ¡ESO FUE CULPA DE DEVIMON! -gritó el Guerrero del Valor, saliendo en su defensa-
Hubo un breve silencio, seguido de un mar de carcajadas por parte de todos los presentes, incluyendo niños y digimon por igual, en especial de Tai y Metalgarurumon, que no podían contener la risa. Wargreymon en cambio, bajó la cabeza y se ruborizó de la vergüenza, para luego seguir con lo que estaba haciendo. La única que no se reía, era Floramon, que fue de inmediato ante la presencia de Ogremon con una mirada muy seria.
- ¿Qué quieres, pedazo de hierba?
- Que te disculpes con el Doctor Wargreymon... Ahora.
- ¡JAJA! ¿Doctor? ¿Hablas en serio? ¡Mejor cierra la boca, niña!
- Mira quien lo dice, el que tiene esa mandíbula incapaz de cerrarse. Mejor te disculpas, o si no...
- Oh, oh... Esto será feo -dijeron Tai, Matt, Izzy, Tentomon y Deramon-
- ¿O si no que? -dijo Ogremon, poniéndose firme frente a Floramon, dejándola como una enana-
- ¡Olor Dulce!
Floramon usó su técnica para envolver el brazo sano de Ogremon y envolverlo con suma fuerza; poco a poco provocaba que su brazo se torciera poco a poco torturando a Ogremon, el cual se limitaba a chillar de dolor. Nadie se atrevió a detener a Floramon, por obvias razones.
- ¿Ya te vas a disculpar?
- ¡AHH! ¡Suéltame; me duele!
- ¿Eso es un no? -preguntó sarcásticamente mientras oprimía con mayor fuerza-
- ¡AAYY! ¡Mi brazo!
- No te oiiiigo...
- ¡Está bien, está bien! ¡Ganaste! ¡Me disculparé! ¡Discúlpame, Wargreymon!
- Así se habla -soltándolo- Eres muy amable, Ogremon... cuando te lo propones. -dijo alegremente como si no hubiera pasado nada, y fue junto a Deramon-
- Ay... Mi bracito... Esa Floramon está loca...
- Ni modo, te vendaré el otro brazo también. -dijo Joe, resignado-
Izzy se encontraba junto a los digimon androide, inspeccionando la cima, y buscando posibles amenazas provenientes de Piedmon, así como buscar su guarida, pues la neblina les impedía una mejor visualización.
- ¿Detectas algo, Metalgarurumon?
- Nada, Izzy; sólo niebla y oscuridad... Como San Fierro en una mala noche.
- ¿Y tú, Andromon?
- Lo mismo... Espera: creo que localicé una construcción en la lejanía, pero debemos avanzar algunos cientos de metros.
- Será mejor caminar, para no llamar la atención de ese payaso.
- Opino igual, Tentomon. -cerrando su computadora- Bien, volvamos junto a los demás e informémosles de la situación. Y seamos completamente...
- ¡NOOOOOOOOOOO! -se escuchaba-
- Discretos... Agh, olvídenlo.
- Ese era Wargreymon. -dijo el lobo cyborg, reconociendo su voz-
- ¡Vayamos a ver! -agregó Izzy-
Los cuatro regresaron junto a los demás con prisa, creyendo que algo terrible les había pasado. Cuál no sería su sorpresa al descubrir que todo estaba completamente en orden con excepción del Guerrero Dragón, que seguía lamentándose con carta en mano.
- ¿Qué sucede aquí?
- Ni idea, Izzy -respondió Tai- Wargreymon sólo estaba revisando su correo, quemando el correo basura, y de repente, encontró algo que lo hizo reaccionar así.
- ¿Huh? ¿Correo? ¿Pero que...? Olvídenlo... -exclamó resignado- ES EL DIGIMUNDO.
- Wargreymon, ¿Que te sucede, colega? ¿Por qué gritaste así?
- Metalgarurumon. ¿Ya revisaste tu correo?
- Ehm... No; estaba ocupado.
- Revísalo ahora, y lo entenderás. -volviendo sus manos al rojo vivo- Pásame el correo basura para que lo queme con mi ataque de Garras Metálicas de Fuego.
- Está bien. -sacando su brazo metálico con un manojo de cartas- Veamos: Cuentas... Basura; un volante de los Testigos de Jehová... basura; suscripción al Catálogo de Collares Caninos del Mundo... Mmm... Mejor me lo guardo; El ejemplar de Psiquiatra del mes... me lo guardo también, pese a no salir en él; Propaganda Republicana... basura; Bush no me convence. Cit... ¿EH? ¡¿UN CITATORIO?!
- Y mira de quien es...
- ¡¿KENZŌ TANGE* Y LA TELEVISORA FUJI?!
- ¿QUÉ? -exclamaron atónitos los niños-
- ¿Eso que significa, hermano?
- Que van a demandar a Wargreymon y a Metalgarurumon, TK.
- ¿Pero por qué? Lean, lean...
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"Asunto: Citatorio
3 de Agosto de 1999
Estimados Señores Wargreymon Kamiya y Metalgarurumon Ishida
En vista de los sucesos ocurridos el día 3 de agosto de 1999 a las seis horas de la tarde, nos vemos en la necesidad de citarlos a un juicio para llegar a un acuerdo en lo que respecta a su deuda con la sociedad, debido al cargo de daño a la propiedad privada y amenaza a la seguridad pública. La cita será el día 10 de agosto de 1999 a las 16:00 hrs. en el juzgado de la Corte Suprema de Japón, ubicado en el Barrio Especial de Chiyoda, en la ciudad de Tokio.
De hacer caso omiso a este citatorio nos veremos en la penosa situación de tener que enviarlos a prisión a ustedes y a sus familiares, o retirarle todos sus bienes adquiridos, así como los de sus familiares, con el fin de cumplir con la indemnización requerida por los demandantes, el diseñador del siniestrado edificio, el Arquitecto Kenzō Tange y el Presidente Ejecutivo de la Televisora Fuji Ko Toyoda de la suma de 5 mil millones de dólares.
Atte.
Kenzō Tange y Ko Toyoda**
PD: El juicio no se cancela por lluvia, nieve, o el fin del mundo"
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- Oh, por Dios... -dijo Sora- No me imagino lo tensos que deben estar esos dos. -refiriéndose a los megadoctores-
- ¡¿Ellos dos?! ¡Sora! ¡Esos tipos piensan demandar a todas nuestras familias!
- Que egoísta eres, Tai. -le reprochó- Solo piensas en ti, olvidándote de los pobres de Wargreymon y Metalgarurumon.
- Sora; ninguna prisión podrá mantener encerrados a esos dos digimon de nivel mega; no tienes por qué preocuparte. El día que nos encierren, escaparemos.
- ¡¿Crees que ellos quieren volverse criminales?! -le contestó-
- Ehm...
- Al menos no me afecta a mí, ya que no soy Ishida. -dijo TK, a lo que Matt respondió con una mirada de enfado- Pero estoy seguro que mamá los ayudará, hermano; cuando volvamos a la Tierra, ella llamará a su abogado.
- ¡Ese sujeto es un imbécil!
- Ay, ay, ay... Metalgarurumon ¿Qué vamos a hacer? -preguntó nervioso- No conocemos a ningún abogado, y corremos el riesgo de permanecer encerrados. Espera… ¿Qué opinas de Lordknightmon y Dynasmon?
- No lo creo; cobran demasiado, y además tienen sus propios problemas que deben resolverlo entre ellos como para tener que hacerlo nosotros.
- ¡Rayos! Ni siquiera tenemos con que pagar a uno.
- Por el dinero no te preocupes, Wargreymon; ya lo tengo todo planeado y asegurado -dijo sonriendo maliciosamente- Ahora enfoquémonos en salvar al Digimundo del payaso de sexualidad dudosa.
- Está bien, pero por cómo van las cosas, parece que nos harán hasta un juicio post mortem. ¿Qué más podría pa...? -suena un teléfono- ¿Huh?
El sonido era el del teléfono celular que el Guerrero del Valor tomó en la ciudad de Machinedramon. El ringtone resonó por todas partes, llamando la atención del grupo, que se reunieron nuevamente alrededor del megadigimon, absortos.
- ¿Aun conservas ese celular, colega? -le preguntó el lobo cyborg-
- Ehm... Sí.
- ¡¿Por qué sigues con esa cosa?! -gritó Tai con enfado- ¡El enemigo podría estar rastreándolo en este momento!
- Que paranoico… -dijo Izzy, ganándose un coscorrón de parte de Matt- ¡AUCH! ¡Eso me dolió!
- ¡Hey! ¡Un celular gratis es un celular gratis! -exclamó Wargreymon- Además... tal vez nos sirva.
- Si, como no...
- ¿No vas a contestar?
- Ya, Izzy; ya. -oprimiendo el botón- Ehm... ¿Hola?
- "¿Hablo a la oficina de Machinedramon?" -preguntó una voz extremadamente serena y madura- "¿Con quién tengo el gusto de hablar?"
- P...pues... Sí; habla con su secretario. -respondió, ante la reacción de los demás- ¿Que se le ofrece?
- "Soy el señor Stuart Johnson, uno de los abogados de la Señora Martha Stewart; me enviaron para prestar mis servicios legales a su jefe a causa de la pérdida de su anterior abogado, el Señor MetalSeadramon..."
- ¡¿MetalSeadramon era abogado?! -se preguntó Wargreymon, e inesperadamente, oyó a Metalgarurumon, mientras los demás se quedaban sin palabras- Espere un momento, por favor… -tapando el auricular- Metalgarurumon ¿Interceptaste la llamada? -susurrándole- Espera, adivinaré: "Eres un digimon cyborg". ¿Qué tratas de hacer?
- Sigue con tu pantomima y ya te diré que hacer... Mientras tanto, alejémonos de los demás.
- ¿Pero qué estás...? Ah... Brillante, realmente brillante -volviendo a la llamada mientras se retiraba en compañía de su colega lejos de los oídos de los demás- ¿Decía, Señor Johnson?
- "Sí; no hallé su sucursal central, ni a nadie que me pudiera ayudar a localizarlos, y la Señora Stewart me dio este número en caso de no localizarlos y hallar su nueva locación."
- Dile que venga aquí; dale cualquier excusa. -agregó el lobo cyborg, recibiendo una respuesta afirmativa de su amigo-
- Ya veo... Pues tuvimos ciertos problemas en la Central y decidimos... ehm... mudarnos temporalmente. Si gusta, puede pasar a visitarnos en la cima de la Montaña Espiral, y podríamos conversar acerca de su trabajo.
- "Me parece bien; iré allí de inmediato." -respondió Johnson- "Una cosa más: disculpe la intromisión, pero… ¿No es muy joven para ser secretario?"
- Tengo... experiencia. Bien; debo irme; tenemos trabajo por hacer. Lo esperamos. Adiós. -colgando- ¡Y siguen con eso de la edad! ¡Santo Cielo!
- Y eso que sólo tenemos cuatro años. -agregó Metalgarurumon-
- ¡Oigan! ¡¿Ya terminaron su llamada?! ¡Tenemos dos mundos que salvar! ¿O ya se les olvidó?
- ¡Ya vamos, muchachos! -respondieron-
- Creo que sé lo que podría distraernos de la demanda, Wargreymon.
- ¿Eliminar al último Dark Master?
- Exacto... y mientras más rápido lo hagamos, mejor.
Los megadoctores regresaron junto a sus compañeros -guardando el secreto de la llamada- y decidieron emprender el camino hacia la construcción localizada por Andromon. El camino fue largo, pero tranquilo; sin embargo, se percataron que la cima parecía estar anegándose de agua cada vez más. Finalmente, al llegar a la orilla de un lago, se encontraron con...
- ¿Huh?
- ¿Quiénes son ustedes? -preguntó Mimi-
- Yo me llamo Cyprine.
- Yo me llamo Petirol.
- Compartimos mente y cuerpo.
- Ehm... ¿Y qué hacen aquí? ¿Ustedes son humanas? -preguntó Gatomon- ¿No saben que este lugar es peligroso?
- Otra vez con eso de la discriminación -repuso Cyprine-
- ¿Acaso creen que sólo ustedes los digimon pueden tener poderes y pelear? -agregó Petirol-
- Es que no estamos acostumbrados. -les dijo Joe- Normalmente luchamos contra digimon.
- Querrás decir que NOSOTROS luchamos contra los digimon y ustedes hacen de espectadores y mero apoyo moral. -intervino Gomamon con total calma-
- Aun no responden ¿Qué hacen aquí? -preguntó Palmon-
- Vinimos a probar nuestro poder de pelea contra dos sujetos.
- Piedmon nos dijo que buscáramos a Wargreymon y Metalgarurumon para derrotarlos.
- ¿Ustedes qué? -dijeron incrédulos todos los del grupo, incluyendo los nombrados-
- Ya me parecía que Piedmon era algo gay, pero no tan patético y desesperado como para enviar a dos chicas humanas -dijo Elecmon burlonamente-
- ¡¿Qué dijiste?! -le dijeron furiosas Kari, Sora y Mimi, y las digimon-
- ¿Y bien? -preguntaron las gemelas-
- Pues...
- Pzz... Acepta su "duelo", Wargreymon.
- Tú también, Metalgarurumon.
- Pero Tai...
- Vamos; no se ven tan fuertes; las ganarás con solo agitar tu brazo. Es más; es capaz que hasta las enamores con tu "encanto" y listo.
- Mmm...
- Aceptamos -respondieron los megadoctores-
Los contrincantes se colocaron en un lugar despejado para iniciar la pelea; los digimon no sabían cómo actuar ante este tipo de oponentes. Mientras tanto, sus amigos los apoyaban... de cierta forma.
- ¡No la lastimes demasiado, Metalgarurumon!
- ¡Recuerda que es humana, Wargreymon; sé delicado con ella!
- Démosles una demostración, Petirol.
- Sí.
La pelea comenzó con el Guerrero del Valor volando a media velocidad en dirección a la gemela pelirroja, lanzando pequeñas bolas de fuego de sus manos a su dirección. Para su sorpresa, Petirol esquivaba todos los ataques; mientras tanto, el Lobo Cyborg perseguía a toda velocidad a Cyprine, pero esta era mucho más veloz y ágil de lo que esperaba. La persecución continuaba, y los megadigimon no tenían intenciones de usar sus ataques contra ellas, creyendo que las matarían. Sin embargo...
- ¿Es todo lo que tienen? -pregunto Cyprine-
- ¡No le están poniendo empeño! -gritó Petirol- Nos están decepcionando
- ¡No deseamos lastimarlas! -respondieron los megadigimon-
- En ese caso... ¡LOS OBLIGAREMOS! -usando sus báculos, de los cuales salieron dos esferas de energía-
Ambas esferas -una azul y otra roja- persiguieron a ambos megas, que trataron de evadirlos, -pese a creer que no les harían daño- hasta que ambas los golpearon, derribándolos del cielo, haciéndolos caer contra unos picos rocosos que se redujeron a escombros. Y sí, todos los espectadores quedaron asombrados.
- ¡Wargreymon!
- ¡Metalgarurumon!
- ¡No lo puedo creer! -exclamó Izzy- ¡Los derribaron con un solo ataque!
- Es igual a lo ocurrido con Piedmon en su primera batalla. -se decía Joe-
- Aunque no quiero que les pase nada a Wargreymon y a Metalgarurumon, debo admitir que ellas son admirables.
- ¡Sora!
- ¡Admítanlo! ¿Cuantas chicas han visto que pelean así?
- Ehm... ¿Además de ti? -golpe en la cabeza- ¡AUCH!
- Estúpido Tai.
En el campo de batalla, ambos megas retiraban los escombros por encima de sus cuerpos para volver a la pelea, aun impresionados por las habilidades de sus contrincantes.
- Pff... -escupiendo escombros- Agh... las piedras saben horrible... y esas chicas sí que son fuertes.
- Si... -sacudiéndose el polvo como un perro- Creo que las subestimamos; Wargreymon.
- Eso significa que tenemos que pelear con todo.
- Así parece... Se aprende algo nuevo cada día. ¿No es así?
- Si, Metalgarurumon: la lección de hoy: No subestimar a los humanos con poderes. Caímos en la soberbia y...
- ¡¿Podrían dejar de decir la tonta moraleja y seguir peleando?! -les gritaban los muchachos-
- Ya, ya... -y emprendieron vuelo-
- ¡Hasta que se levantaron! -exclamaron las gemelas, lanzando nuevamente sus esferas de energía-
- ¡Esta vez no, Escudo Valiente! -sacando su escudo para bloquear el ataque- ¡Hazlo, Metalgarurumon!
- ¡Misiles de Hielo!***
Los ataques de las gemelas impactaron en el escudo del Guerrero Dragón, haciéndolo retroceder varios metros en el aire; los misiles de hielo por otro lado iban en dirección a Cyprine y Petirol pero estas lanzaron una descarga de rayos azules y rojos que los hicieron estallar antes de llegar a su objetivo.
- Grr... ¡Rayos! -gruñó el lobo cyborg-
- ¿Dónde es...? ¡AGH! -sintió una patada en su baja espalda, obligándolo a caer nuevamente, levantando mucho polvo-
- ¡Warg...! ¡AGH! -recibiendo el mismo golpe en el mismo lugar, y cayendo al suelo-
- ¡DOCTOR!
- ¡Ya no te soporto, florzuela de pacotilla! ¡Cierra la boca! -y comenzó a forcejear con Floramon, mientras los demás digimon trataban de separarlas-
- Las mujeres… sí que pueden llegar a ser muy rudas -dijo Izzy al ver discutir a las dos flores-
- ¡Eso, Palmon; eso!
- ¡MIMI! -exclamaron todos- ¡¿Estás loca o qué?!
- Es que me parece muy romántico que dos mujeres peleen por el amor de un hombre... y tomando en cuenta la fuente de su amor, vale la pena.
- Ay, no, Mimi. -dijo Sora- En verdad estás loca.
- O sea... que Mimi también... -dijo Matt, pensando en cómo terminar la frase- Ay, no...
- Metalgarurumon; por favor, quita tu digimonidad de mi espalda... ¡AUCH!
- Lo haré cuando saques tu axila de mi hocico.
- Bien... a levantarnos... Uno, dos... ¡Tres! -y se levantaron al mismo tiempo, poniéndose en guardia-
- ¡JAJAJAJAJA! -reían maléficamente las gemelas al momento de descender suavemente ante sus adversarios-
- ¿Es todo lo que tienen? -dijo la pelirroja-
- Parece que no saben lo que es una batalla.
- ¡Podemos destruirlos de un solo golpe! -dijeron ambas- ¿O ya no quieren pelear con nosotras?
- Aún tenemos energías -respondieron ambos megas- Seguiremos luchando.
- Como quieran.
- Esperaremos a que ataquen, ya que se está volviendo aburrido. -dijo Petirol-
- Pzz... Dime una cosa, Wargreymon. ¿Estás luchando en serio?
- Pues, si... Metalgarurumon. ¿Y tú?
- También.
- Entonces nos están destrozando.
- Efectivamente, colega. Yo tengo aún muchas energías; ¿Y tú?
- Suficiente como para otra pelota de fuego terráqueo.
- ¿Ataque conjunto?
- Sí.
- ¡Acabemos con esas chicas!
Wargreymon y Metalgarurumon volaron nuevamente en dirección a las gemelas con intención de atacarlas, con un plan en la manga. Estas se limitaban a esquivarlos sus movimientos, como el Mega Tornado, los Dramon Killer o los Misiles de Hielo, ellas contraatacaban lanzando rayos de sus báculos, pero los megas esquivaban los que podían. Finalmente, ambos pusieron en marcha su plan.
- ¡Hora de terminar esto! ¡Terra Force!
- ¡Fue un placer! ¡Aliento de Lobo Metálico!
- ¡Aliento de Gea!**** -exclamaron ambos cuando sus ataques se combinaron-
- Esperábamos que hicieran eso... -sonrieron las gemelas- ¡Petirol!
- ¡Cyprine!
Las hermanas juntaron los extremos superiores de sus báculos, los cuales "atrajeron" el ataque de ambos digimon, y lo absorbieron por completo.
- ¡¿QUÉ?! -exclamaron todos, incluidos los megadigimon elegidos-
- Esto sólo aumenta nuestro poder.
- Algo como esto...
- No es nada...
- ¡Para nosotras!
Cyprine y Petirol usaron nuevamente sus báculos para regresarles su ataque aumentado tres veces, en forma de una onda de energía púrpura que los megas trataron de evitar y luego resistir, pero que los dejó encastrados en el suelo. Al despejarse el polvo, tanto el Guerrero Dragón como el Lobo Cyborg seguían allí.
- ¡Tenemos que ir a ayudarlos! -dijeron los demás digimon, pero cuando trataron de acercarse...-
- ¡No interrumpan! -gritaron las hermanas, lanzando rayos para evitar que avancen- ¡Esta no es su pelea!
- Es imposible... -dijo Tai- Los... los...
- Los derrotaron. -completó Matt- y antes de llegar a Piedmon.
Ambas gemelas se acercaron lentamente a sus contrincantes, descendiendo muy suavemente al suelo, para dar unos pasos hacia los cráteres que ambos dejaron al caer, los miraron atentamente por unos segundos en silencio, para luego dirigírseles.
- ¿Y bien?
- ¿Aceptan la derrota? -preguntó Petirol-
- Cofcof... -escupiendo pedazos de roca- Agh... las rocas siguen sabiendo horrible.
- Apenas me puedo levantar... -dijo Metalgarurumon-
- ¡Hola!.. ¿Acaso nos escucharon?
- Si, las oímos... -dijo Wargreymon- Solo dejen que nos deshagamos de nuestro orgullo.
- ¡Vamos, levántense; peleen! -gritaba Tai, tratando de alentarlos-
- ¡No se rindan! -decía Kari-
- ¡Que Cyprine y Petirol sean mucho mejor que ustedes no quiere decir que no puedan ganar!
- ¡SORA! -exclamaron todos-
- ¿Qué? Es la verdad…
- Sora; déjanos la Sinceridad a mí y a Joe, y quédate tú con el Amor, ¿Si?
- Estamos esperando, muchachos...
- Bien... Odio decir esto, pero...
- Aceptamos la derrota -dijeron ambos megadigimon-
- ¡NOOOOOOOOOOO! -gritaron sus amigos en la lejanía-
- Muy bien... -apuntando sus cetros cargados de energía hacia los dos megas de forma amenazante-
- ¡LEVANTENSE! -gritaban sus compañeros-
- Bueno; muchas gracias por la práctica.
- Estuvieron muy bien.
- ¡Nos vemos! -dijeron las gemelas al unísono-
- ¿Qué? -dijeron todos atónitos, incluidos los megas, los cuales se levantaron de golpe-
- ¿No piensan acabar con nosotros? -preguntó Wargreymon-
- Ehm... No. -respondió Cyprine, de manera tajante y tranquila-
- ¡Pero dijeron que Piedmon los envió a eliminarnos! -exclamó Tai, muy confundido, quien se había acercado al lugar del encuentro-
- ¿Piedmon? ¡JA!
- Nosotras les dijimos que vinimos a probar nuestros poderes ante dos adversarios; no a eliminarlos. No accedimos a eso. -dejando más confundidos a los chicos-
- Parece que estos niños necesitan un lavado de orejas, Petirol.
- Opino igual. -asintió- Algunos niños nunca escuchan.
- Sonaste algo paternal, Gomamon. -recalcó Joe-
- Entonces... ¿No nos van a eliminar? -preguntó confundido-
- Ya dijimos que no. Por cierto; ¿Tú eres, Wargreymon?
- Ehm... sí.
- Dime... -dijo Cyprine- Por pura curiosidad; ¿No te da pena volar y pelear mostrando tanta piel?
- ¿Qué? -dijo confundido, sintiendo pena- Mi cuerpo es muy resistente, y poseo una armadura.
- Lo que Cyprine quiere decir, es por qué andas tan descubierto... Como que puedes ser fuente de acoso.
Esto provocó otra oleada de risas entre los Elegidos y demás digimon, haciendo sentir avergonzado al Guerrero Dragón.
- Pzz... Wargreymon.
- ¿Sí?
- ¿A ti te da pena? -preguntó Tai, pícaramente-
- ¡Claro que no! -le susurró-
- Entonces eres un exhibicionista, y buscas ser casanova a propósito. Jeje...
- Agh... Cállate, Metalgarurumon.
- Volviendo al tema. Si conocen a Piedmon -continuó Izzy- ¿Por qué no nos eliminaron?
- ¡Por esto! -exclamaron las gemelas, sacando una hoja de papel-
Izzy tomó el papel y comenzó a leerlo rápidamente, dándole solo un vistazo rápido mientras los demás esperaban su respuesta. Su conclusión fue...
- ¿Es un contrato?
- ¿HUH? -confundidos-
- ¿Y qué dice?
- No lo puedo leer, Tentomon. Apenas leí el encabezado; la letra es muy pequeña.
- Pásamelo por favor.
- Aquí tienes, Wargreymon. -pasándole el papel-
- Veamos... -leyendo- ¡Rayos! Las letras son minúsculas -poniéndose sus gafas- ¿Por qué estos documentos legales presentan letras tan diminutas?
- El abogado de mi mamá hizo lo mismo; lo llama "Estrategia legal". -respondió TK inocentemente-
- Traducción: es una forma elegante de decir: Te engañamos. -rió Metalgarurumon-
- Ya puedo leerlo... A ver...
FLASHBACK. Hace media hora.
Piedmon se dirigía a la sala de espera de su castillo; con la pronta llegada de los Niños Elegidos a sus dominios, necesitaba de alguien que fuera a recibirlos de la manera más "adecuada". Pero con la pérdida de LadyDevimon, necesitaba de una suplente, y sólo tenía tres -o cuatro- candidatas para reemplazarla de la mejor manera. Ya tenía una idea de a quien escoger, sólo necesitaba anunciárselo. Llegó a la sala de espera donde envió a sus candidatas, pero grande fue su sorpresa al encontrarse con sólo una de ellas, sentada cómodamente en el sillón mientras leía muy entretenida una revista Cosmopolitan.
- Así que ese es el gran secreto de los hombres… -dijo con una voz algo coqueta-
- ¡Ejem! -dijo el payaso, tratando de interrumpirla-
- ¡Señor Piedmon! -levantándose de la sorpresa y soltando la revista- ¿Cómo le va? ¿Todo bien? ¿Ya sabe a quién escoger? Por cierto, que buena selección de revistas tiene; me encanta el ejemplar de Cosmopolitan de este mes.
- Tengo una suscripción desde hace años. Ahora... respóndeme una pregunta.
- Dígame, Señor.
- ¡¿DONDE ESTÁN LAS OTRAS?!
- Pues las otras estaban leyendo el contrato que nos dio, y luego, se levantaron las gemelas y dijeron "¡No podemos trabajar con semejantes condiciones!", y se fueron; la otra cuyo nombre no me acuerdo, hizo lo mismo poco después, diciendo, y cito: "¡Payaso estúpido! ¿Me toma por una tonta?" Yo me quedé porque no tengo otras opciones de trabajo.
- O sea... ¿Qué solo quedas tú?
- Pues... sí.
- ¡MALDICIÓN! -gritaba para sus adentros, casi cayendo en llanto- ¡Yo quería a las gemelas!... Ehm; pues; no tengo tiempo para buscar más candidatas, así que tienes el trabajo.
- ¡Gracias, señor! ¡Le prometo que acabaré con esos Niños Elegidos!
- Mas te vale... -le dijo con seriedad- Toma el libreto de la repisa y apréndetelo. Era de LadyDevimon, pero puedes agregarle algo a sus líneas. Ahora, si me disculpas, debo ir a retocar mi maquillaje.
- ¡Tómese el tiempo que quiera! -le dijo con inocencia- Yo me encargaré de esos mocosos; ya lo tengo toooooodo preparado...
- ¡¿Su contrato no incluye seguro médico?! -exclamó el Guerrero Dragón-
- Ni seguro dental, psicológico, ni vacaciones de tres semanas, o derecho a días libres, no hay sindicato, etc. ¿Pueden creerlo? -preguntó Cyprine-
- Cuando trabajábamos en el Colegio Mugen con los Cazadores de la Muerte teníamos todo eso y más, además de una buena paga.
- No hay duda; Piedmon es el más cruel de los Dark Masters -dijo Kari- ¡Vaya forma de tratar a sus empleados!
- ¿Y por qué dejaron su anterior trabajo? -preguntó Gatomon-
- Asuntos personales -contestaron ellas, a secas- Más recorte de personal; Y tenemos ambiciones.
- Pero ese payaso nos quería tomar el pelo.
- Lástima por él, que no tendrá a nadie tan bueno como nosotras. -completó la gemela pelirroja soberbiamente-
- ¡Tienen mucha razón! -exclamó Sora- ¿Me dan su autógrafo?
- ¡Claro! -y le firmaron un pedazo de papel-
- Díganme... ¿Ustedes son científicas? -preguntó Metalgarurumon- me pareció verlas en algún lugar.
- Pues, sí; lo somos.
- Somos superdotadas... Tenemos doctorados en Ingeniería Genética, Biología, Química Orgánica, Cibernética y Robótica.
- ¡¿Cuantos años tienen?! -preguntó Joe, sorprendido-
- 18.
- ¡¿QUÉ?! -exclamaron todos-
- Ah, y sabemos algo de Hechicería Avanzada.
- ¡Jamás llegaré a ese nivel! -se lamentaba Joe-
- ¡Nunca seré un genio reconocido antes de los 18 años! ¡Maldita sea la educación retrasada que me dan mis padres! ¡BUAH!
- Ay, Izzy... tu siempre serás un niño genio para mí.
- Tentomon; en este momento eso no me ayuda -y volvió a ocultar su cara de la vergüenza-
- Pues nosotros somos psiquiatras -señalaron los megadigimon-
- ¿En verdad? -preguntaron las gemelas-
- Tenemos doctorados en Psicología, Psiquiatría, Filosofía y Pedagogía.
- Y yo un Masterado en Electrónica -completó el lobo cyborg- Conociendo esto, es un honor pelear con oponentes de semejante nivel intelectual.
- Gracias.
- Ehm... no quisiera interrumpir esta discusión tan enriquecedora, pero... Por qué mejor no... ¡ELIMINAMOS AL ÚLTIMO DARK MASTER CON VIDA, SALVAMOS LOS DOS MUNDOS Y REGRESAMOS A NUESTRAS VIDAS ANTES DE QUE SEA UN VIEJO SIN ESPERANZAS!
El griterío del Elegido de la Sinceridad sorprendió a todos, incluso a Gomamon y Ogremon que no se esperaban esa reacción de parte del chico. Joe se agitaba debido al esfuerzo producido por su grito, y bebió algo de agua que Mimi le ofreció para calmarse. Las gemelas revisaron sus relojes de pulsera y se dieron cuenta del horario.
- Tiene razón, Petirol. ¡Mira la hora, debemos irnos!
- Es cierto; debemos bajar de esta montaña... pero antes -tomando una tarjeta, y anotando algo en ella, al igual que Cyprine, para luego dársela a Tai, mientras que su hermana se lo dio a Matt-
- ¿Qué es esto? -preguntaron los elegidos del Valor y la Amistad-
- Nuestro número.
- Cuando lleguen a la pubertad... Llámennos. -completó Petirol-
- Nos vemos. -y saltaron con gran agilidad, perdiéndose en la niebla-
Aun confundidos, los Elegidos y los digimon vieron alejarse al par de chicas hasta que las perdieron de vista, seguidamente, desviaron su mirada hacia Tai y Matt, que aún se hallaban en estado de shock. La mayoría los miraba con absorto; Sora no le daba importancia al asunto; Mimi sentía que le hervía la sangre de la envidia, Izzy y Joe seguían lamentándose muy para sus adentros de su "inferioridad intelectual".
Pero los megadoctores fueron un paso más allá: se acercaron a sus compañeros: Metalgarurmon puso su cabeza a un lado de la de Matt, y Wargreymon hizo lo mismo con Tai, además de pasar su brazo por detrás de su cuello, como un abrazo de viejos amigos. Ambos, con una mirada pícara.
- Jeje... El Lobo Feroz Ishida ataca de nuevo... Grrr... Casanova.
- Metalgarurumon... -apenado- No me digas así.
- Conquistando chicas mayores, y muy buenas además... Eres todo un semental...
- Te prometo que te ayudaré en todo lo que pueda...
- Ehm... -aun sonrojado- No es nece...
- Los llevaré a ambos en mi lomo en su primera cita.
- ¿En verdad? -preguntó, a lo que el lobo asintió- ¡Gracias, Metalgarurumon! -y le rascó por detrás de las orejas-
- Oh... see... -moviendo la pata- Esto es vida.
- Jeje... Vaya que eres un conquistador, Tai.
- No me avergüences, Wargreymon.
- Parece ser que no soy el único con "encantos" en este equipo.
- Voy a darte una mano para que puedas enamorarla más fácilmente.
- ¡No necesito tú...!
- Cuando termine esto de los Dark Masters, salvar el mundo y etc., empezaré a entrenarte: seré tu entrenador personal y comenzaremos a moldear tu cuerpo. Así, al llegar a la pubertad, ya tendrás esculpido un físico ligeeeeeeeeeeeeramente parecido al mío, ya que dudo que puedas progresar taaanto como para igualarme.
- Que... arrogante. -palma en la frente-
- No es arrogancia, Tai; es ser sincero. -respondió con total calma- No llegarás a parecerte a mí hasta los 20, 25 años... mínimo 18... Y no pienses en usar esteroides; como tu psiquiatra, digimon acompañante y amigo no te lo puedo permitir.
- Agh... Está bien.
- ¿Ya podemos ir a derrotar a Piedmon...? -dijo Sora, golpeando el suelo con su zapato-
- Antes que aparezca alguien más extraño aun. -completó Palmon-
- Eso lo dudo. -dijo la elegida de la Pureza-
Dicho esto, el grupo decidió rodear el lago para llegar hasta la base de Piedmon y enfrentársele de una vez por todas: ahora que además había otros digimon con ellos, creían tener la victoria asegurada. La caminata transcurrió con total normalidad -con la excepción de que por alguna razón el lugar parecía estar anegándose cada vez más- hasta que llegaron al otro lado del lago, donde había un pequeño estanque. Al llegar allí, surgió una inmensa columna de agua, rodeada de otras más pequeñas. Los chicos retrocedieron ante lo que prometía ser otro enemigo. -posiblemente algún enviado de Piedmon- De la columna central, surgió una chica bastante peculiar.
- ¡Hola! ¡Bienvenidos a la Cima de la Montaña...! -mirando su libreto- ¡Espiral, mis queridos Niños Elegidos!
- ¿Quién eres tú? -preguntó Sora, desafiante-
- ¡Dejen que termine de decir mis líneas, caramba!
- Lo siento -respondió apenada la elegida del Amor-
- Deben de estar... Ehm... -revisando sus líneas- exhaustos de realizar semejante escalada. ¡Por qué no se ponen cómodos y descansan... Ehm… Ah, rayos. Maldita LadyDevimon y sus líneas difíciles de aprender. -susurró entredientes- Ah, sí... Por toda la eternidad! Risa Malévola.
Sin embargo, y pese al gran espectáculo acuático de su presentación, nadie quedó sorprendido; es más la miraban de manera ligeramente despectiva.
- Ehm... ¿Por qué me miran así?
- No te aprendiste tus líneas; que pésima eres.
- ¡OYE! ¡Esa no es la forma de hablar de la Gran y Asombrosa Ranamon, flor descarada!
- ¿Gran y Asombrosa? Si apenas tienes mi estatura -dijo Mimi-
- Por increíble que parezca, estoy de acuerdo con la planta rastrera. -agregó Floramon-
- ¡¿Se puede saber quiénes se creen ustedes para criticarme?!
- ¡Yo soy actriz y se reconocer a una pésima!
- ¡Como si tú supieras algo de actuación, maleza!
- ¡He ganado cinco Oscar como mejor actriz Digimon! ¡Tú ni serias nominada a los premios Razzie!
- ¡AHH! ¡Cállate! -inhalando y exhalando- Bien, al punto.
- ¿A qué has venido, Ranamon? -preguntó Gomamon-
- Según las instrucciones del Señor Piedmon -sosteniendo un pedazo de papel-, los Niños Elegidos y sus digimon deben ser eliminados, especialmente Wargreymon y Metalgarurumon. ¿Están estos digimon presentes?
- Yo soy Wargreymon.
- Y yo soy Metalgarurumon.
- ¿Huh? ¿Tú eres Wargreymon?
- Ehm... Sí.
- Mmm... -mirándolo fijamente-
- Eres... eres...
- ¿Qué?
- ¡Eres muy guapo! ¡Eres el digimon más atractivo y sexy que he visto en toda mi vida!
- ¡No otra vez! -gritaba para sus adentros- ¡Maldigo mi abundante sex appeal!
- ¡JAJAJAJA! -rieron todos-
- Wargrey, Wargrey, Wargrey... -asentía el lobo cyborg- ¡Casanova ayer y hoy, Casanova por siempre! ¡JAJAJA!
Estos comentarios y burlas sólo avergonzaban al Guerrero Dragón, que internamente se moría de vergüenza mientras se lamentaba de su suerte. A eso había que agregarle las adulaciones que recibía de Ranamon -quien había descendido junto a su columna de agua para tenerlo de frente- respecto a su "galanura y buen estado físico", que lo avergonzaban aún más. Por su parte, Floramon y Palmon no dejaban de mirar con desprecio a la Guerrera del Agua, viéndola como una "entrometida descarada"; incluso Gatomon parecía compartir ese sentimiento, aunque nadie lo notó.
- Dime... ¿Haces ejercicio? ¿Cuánto peso levantas? ¿Qué haces para divertirte? ¿Cómo hablas sin abrir la boca? ¿Por qué tu mandíbula inferior y tu garganta son azules si el resto de tu cuerpo es naranja?
- Ehm...
- ¡Me encanta como tus ojos verdes combinan con tu cabellera pelirroja! ¡Te hacen ver taaan apuesto!
- En reali...
- Oye... ¿Por qué no respondes? No me digas que no te parezco hermosa.
- No es eso.
- ¡¿Te parezco fea?! -preguntó algo molesta-
- No, en absoluto... Es que... yo...
- ¡¿Acaso eres gay?! -horrorizada ante la posibilidad-
- ¡NO! -exclamó Wargreymon, indignado- ¡Para nada!
- ¿Entonces? ¿Por qué no respondes?
- Es que... -rascándose la nuca- Como decírselo... -pensaba-
En eso llegaron Tai y Metalgarurumon a toda velocidad, para colocarse enfrente del Guerrero Dragón para "apoyarlo". Su llegada sólo molestó a Ranamon, indignándola al ver a ambos "obstáculos".
- ¿Quiénes son ustedes? -preguntó con enfado-
- Somos amigos de Wargreymon, y vinimos a ayudarlo. -respondió Tai-
- ¿Eso es verdad?
- Si, Ranamon -respondió Wargreymon- Al menos hasta donde tengo entendido -pensó-
- Ah, bueno; mucho gusto... ¡Ahora largo! ¿No ven que se interponen en nuestra cita?
- ¿Huh?
- Vinimos a aclararte una cosa, solamente; capaz notaste que Wargreymon no dijo nada. -dijo Metalgarurumon-
- Lo que pasa es que es muy tímido, y no sabe cómo responderle a una chica tan bella como tú. -completó Tai-
- ¿Qué? -dijo en voz baja el Guerrero Dragón, a lo que Metalgarurumon le hizo una seña para que se callara-
- ¿Él? ¿Tímido? ¿Este Adonis? Me cuesta creer eso viéndolo, pero eso es más creíble que pensar que es gay.
- Pff... Ja -Metalgarurumon hizo un esfuerzo para evitar reír a carcajadas, mientras Tai hizo lo mismo-
- Nah... Él no es gay. Danos unos minutos con él y verás que lo animaremos para que puedan seguir conociéndose.
- Hmm... Está bien; tienen diez minutos. Si no; los destruiré, con excepción de mi querido Wargreymoncito... -Wargreymon se quedó colorado de la vergüenza-
- Está bien... -dijeron Tai y Metalgarurumon, con total tranquilidad y sumamente confiados-
El Elegido del Valor y el digimon de la Amistad arrastraron a su amigo hasta donde se hallaban sus demás compañeros. Allí, se reunieron todos para discutir su próximo paso... Y Tai y Metalgarurumon encabezaban la reunión. Wargreymon por su parte, seguía confundido por lo que estaba pasando.
- ¿Qué pensó que Wargreymon era qué? -preguntó asombrada- ¡Jaja! Pobre...
- Mimi, eso no es gracioso -la corrigió Palmon-
- No tiene remedio. -dijo Tentomon algo molesto- Esta lagartija seductora siempre tendrá a todas las mujeres a sus piezotes.
- Oye, Casanova... Sí que tienes el toque, ¿Eh? Tus encantos conquistaron a Ranamon, una de los Guerreros Legendarios… Grr... -ronroneó Metalgarurumon pícaramente-
- Hubiera preferido a Kazemon -suspiró, bajando la cabeza-
- Oigan muchachos; tengo un plan para poder atacar a Piedmon.
- ¿Cuál es el plan, Tai? -le preguntó Matt-
- Bien; escúchenme: Ranamon fue enviada por Piedmon para evitar que llegáramos a su guarida. ¿Verdad?
- Así parece… -asintió Izzy- Pero si me lo preguntan, no se ve muy fuerte.
- Las apariencias engañan: Ranamon es uno de los 10 Guerreros Legendarios del Digimundo -agregó Gomamon- Además, toda esta agua le da una gran ventaja.
- ¡Así que ella es la culpable de que tenga barro en mis botas!
- Mimi... Cállate, o te doy una bofetada. -respondió Sora-
- Si usamos a un grupo de Digimon para atacarla mientras otros se dirigen a atacar a Piedmon en su castillo, tendremos una oportunidad.
- ¡Gran plan, TK!
- Gracias, hermano; lo aprendí jugando Age of Empires.
- En realidad... Tenía pensado otra cosa.
- Leomon, ¿Es cierto que puedes llegar al nivel mega? -le preguntó Metalgarurumon-
- Si, sólo que no dura mucho tiempo.
- Excelente; lo usaremos a nuestro favor.
- ¡Podemos atacarla entre todos nosotros! -asintió Elecmon, con la aprobación de los demás renegados-
- ¡La venceremos, tama!
- Necesitamos una mejor distracción que esa; una de la que Ranamon no pueda sospechar nada. Escuchen, esta es mi idea: mientras Andromon, Leomon y nosotros atacamos a Piedmon...
- Si...
- Wargreymon distraerá a Ranamon... seduciéndola.
- ¡¿QUÉEEEEE?!
No pasó mucho tiempo para esperar la reacción del grupo: Floramon y Palmon envolvieron a Tai en sus lianas, oprimiéndolo hasta quedar casi azul mientras le gritaban furiosas; Metalgarurumon se revolcaba de la risa a más no poder; Tentomon se quedó volando por allí descargando electricidad estática de sus alas en señal de disgusto; los Digimon renegados y el resto de los elegidos -más que nada las chicas- se quedaron mirando a los dos elegidos del valor, anonadados, e incrédulos.
- E... Ese... ¡¿Ese era tu plan, Tai?! -exclamó Sora-
- Cre... creí que... e...era... buen… -voz ahogada- Agh... no… pued...do...res... piraar...
- ¡Cómo te atreves a sugerir semejante locura! -gritaba Palmon-
- ¡Es una falta de respeto a mi querido Doctor Wargreymon! -completó Floramon-
- Au...uxi... lio...
- Suéltenlo -dijo sombríamente el Guerrero Dragón, a lo que las digimon planta obedecieron de inmediato- Tai, ven conmigo.
- Agh... -tomando aire- Espera a que tome algo de aire...
- ¡AHORA! -gritó Wargreymon, tomando a Tai del cuello de su camiseta-
El Dragón del Valor dio unos pasos para alejarse de grupo, y una vez apartados, soltó a Tai, dejándolo caer en el suelo, seguidamente, se puso en frente de él, con una mirada seria y los brazos cruzados.
- ¿Por qué hiciste eso? -sacudiéndose el polvo-
- Iré directo al grano, ¿En qué estabas pensando al sugerir esa tonta idea?
- Pensaba en aprovechar una de tus cualidades para poder luchar contra el enemigo. ¿Cuál es el problema?
- Así que mi evolución de nivel mega, con mi fuerza, velocidad y ataques especiales como: el Mega Tornado, el Dramon Killer, El Escudo Feroz, el Terra Force y otros ataques que aún no empleo, ¿No significan nada para ti? ¿O mis habilidades psiquiátricas?
- En este momento, eso no nos servirá de nada. Sólo mira a Ranamon -en eso la ven de reojo, percatándose del saludo cariñoso que le lanza a Wargreymon- ¿Lo ves? Está completamente enamorada de ti; es nuestra oportunidad para distraerla mientras los demás acabamos con Piedmon.
- ¿Esa es excusa como para tratarme como un pedazo de carne o un objeto sexual? ¿Tirando a un lado todos mis estudios universitarios?
- No te pido que te hagas el imbécil, Wargreymon -le dijo Tai, que comenzaba a desesperarse- Sólo que actúes haciéndole creer que estás enamorado de ella.
- Mmm... No lo creo; no soy tan convincente.
- ¡¿De qué estás hablando?! ¡Tomaste las clases de Palmon y estuviste excelente en la Mansión de Puppetmon! ¡No pongas excusas baratas y haz lo que te digo!
- No.
- ¿Acaso piensas olvidar a los que se sacrificaron por nosotros? ¿Como Wizardmon, Chuumon, Piximon y Whamon?
- Por supuesto que no; pero ellos sacrificaron sus vidas con honor; tú -señalándolo- me pides que sacrifique MI DIGNIDAD.
- Que orgulloso eres...
- ¿Sabes? Empiezo a pensar que eres un niño muy malcriado y malagradecido, Tai.
- ¿Qué?
- Nos divertimos juntos, peleo POR TI, te protejo de digimon que podrían acabar contigo en menos de lo que canta un gallo, somos buenos amigos los dos, al punto que estoy siempre contigo en las buenas y en las malas, y en el momento en que tu salud mental corría un grave peligro, me ofrecí a ayudarte con todos los recursos con los que disponía... ¿Y me lo agradeces? Sí; lo haces... tratándome como un pedazo de carne para una loca enamoradiza. Parece ser que mi tratamiento no sirvió de nada. DE NADA.
- Acabas de hablar como una esposa desdichada, Wargreymon -dijo Tai, apenado-
- ¿Pero sabes qué? Olvida todos mis esfuerzos por ayudarte y conviérteme en un stripper o un gigoló. Todo por el bien del grupo y del Digimundo sin importar lo que yo opine, o cuanto me humille.
- ¿Eso es un sí?
- No entiendes el sarcasmo, ¿Verdad?
- Ah... ¡VAMOS! -dijo Tai, suplicando, para luego cambiar de tono- ¡Me la debes después de todo lo que me hiciste pasar en la Mansión de ese Pinocho!
- Ni que la hayas pasado tan mal...
- ¡¿QUÉ NO?! Me humillaste enfrente de todos mis amigos al develar mis más oscuros secretos, casi me castras cuando estabas dormido, casi me cortas la pierna al hipnotizarme, casi me provocas un infarto cuando fingías estar controlado por "Puppetmon"...
- Aquí la palabra clave, es "casi"... -restándole importancia-
- Y por si fuera poco, ¡ME HICISTE PERDER LA OPORTUNIDAD DE QUE EL AMOR DE MI VIDA -SORA- FUERA MI NOVIA!
- Ah, sí... Como si tu "dinosaurio" dibujado te hubiera podido ayudar en conquistarla, Tai. Tal vez, debido a los tropiezos en tu vida, tú...
- ¡No empieces otra vez con tu psicoanálisis!
- Ehm... hermano. Ranamon dice que sólo nos quedan tres minutos.
- Ah, sí... Gracias, Kari. Vuelve con los demás, por favor.
- De acuerdo -y obedeció a su hermano-
- ¡VAMOS! -dijo Tai, suplicando-
- No
- ¡VAMOS!
- No
- ¡No lo hagas, entonces!
- ¿Eso fue un burdo intento de psicología inversa? ¡JA! -soltando una carcajada- Tai, no seas ridículo.
- Por favoooooooooooooor... -abrazando su pie, en señal de súplica-
- Hmm... Está bien, lo haré -respondió de mala gana, para luego dejar salir un suspiro- Pero suelta ya mi pierna.
- ¡Bien! -exclamó Tai- ¡Chicos, lo logramos! -gritó a sus compañeros-
- Pero... hay una condición.
- ¿Cuál? -Wargreymon se arrodilló y le susurró en el oído, poco después Tai dijo...- ¿Qué? ¡Ni lo sueñes!
- Si no lo haces, no lo haré.
- Gr... Está bien... pero no esperes mucho de mí. -cruzado de brazos- Vas a disfrutar viéndome humillado, ¿Verdad?
- Tanto como tú... jeje...
Una vez que lograra convencer a su digimon, Tai regresó junto con él al grupo y le comunicó de su logro. Poco después, Wargreymon hacía el mismo anuncio; la respuesta de las flores -y de Gatomon- no se hizo esperar.
- No puedo creer que te hayas dejado convencer; te estás humillando.
- Gatomon ¿Por qué te preocupas por él?
- Patamon; no seas celoso.
- ¡Estás loco; no puedes hacer eso! -lloraba Palmon-
- ¡Doctor, no puede hacer esa barbaridad! -lloraba Floramon, muy aferrada a la pierna del megadigimon- ¡¿Cómo puede pasar por esa situación tan denigrante y dejarse tocar por esa... -señalando a Ranamon con rabia- anguila resbalosa?!
- Floramon, descuida; sólo estaré actuando, no te preocupes por mí. -le dijo compasivamente-
- Pero...
- Mira; -le susurró bajo- Una vez que acabe esta pelea contra los Dark Masters, te prometo una cita; tú y yo adonde tú quieras, y lo que tú quieras hacer.
- ¡¿En verdad?! -emocionada-
- Sí; sólo prométeme que guardarás la calma y te quedarás aquí junto a los demás. ¿Prometido?
- ¡Prometido, Doctor!
- No puedo creer que en verdad lo haga. -murmuraban los demás-
- ¿Ya estás listo, Don Juan?
- Si, Metalgarurumon -respondió Wargreymon, hastiado- Ufff… Allá voy
- Miren bien, amigos -decía Tai con un toque pseudoheroico- Allá va un gran héroe: Wargreymon. Dispuesto a sacrificarse él mismo por el grupo.
- Cállate o te castro, Tai.
El Guerrero Dragón caminó con toda la seguridad que pudo hasta donde se encontraba la Guerrera del Agua; ésta por su parte, bajó de la columna de agua que la transportaba y se paró en la orilla. Cuando estuvieron frente a frente, Wargreymon comprobó que Mimi tenía razón: Ranamon era de su estatura, al punto que ella apenas le llegaba a la cintura, lo que lo incomodó aún más. Pese a ello, trató de ignorar ese detalle y se armó de valor, -y saña- para "conquistarla"
- Díganme loca, pero ver a Wargreymon y Ranamon juntos me recuerda a Dennis Rodman y Carmen Electra.
- Shhh... Silencio, Mimi. -le decía Sora-
- Ranamon.
- ¿Sí?
- Te... -vamos, dilo: el Valor es tu cualidad- ¿Te gustaría tener una cita conmigo?
- ¡Si, acepto! -dijo risueña, saltando de la alegría, pese a lo cual, nunca llegó a tenerlo de frente-
- Asquerosa anguila resbalosa, descarada y apestosa -dijeron Palmon y Floramon entre dientes-
- Y dime, linda -le dijo con la voz más cautivadora que pudo- ¿Que te gustaría hacer primero en nuestra cita?
- ¿Qué te parece si conversamos en el jacuzzi?
- ¿Jacuzzi? -confundido- Yo no veo ningún jacuzzi, Ranamon.
- Espera, guapo, yo me encargo.
Ranamon hizo aparecer dos manos extra que flotaban sobre el pequeño estanque junto al lago, y movió los dedos de ambas de manera peculiar, hasta que el agua del estanque comenzara a manar un vapor ligeramente caliente. Las manos extras desaparecieron, dejando a Ranamon con una sonrisa de oreja a oreja, y a Wargreymon verdaderamente sorprendido.
- Guau; no sabía que podías cambiar la temperatura del agua.
- Puedo hacer muchas cosas. -le dijo provocativamente, cosa que no pudo evitar que Wargreymon se pusiera colorado; mientras que ella se introdujo al estanque de aguas calientes- ¡Querido! ¿No piensas entrar? El agua está perfecta
- Ehm... es que... yo.
- ¡Déjenmela; yo la mato! -gritó Floramon, tratando de ir para acabar con su "rival", pero Deramon, Palmon y Mimi se lo impidieron... apenas-
- ¿Digievoluciono, Izzy?
- Aun no, Tentomon. Debemos esperar a que Ranamon se encuentre lo suficientemente distraída para ir al castillo de Piedmon.
- ¿Cuánto más debemos esperar? -dijo Patamon, impaciente- Empiezo a desesperarme.
- Tengan paciencia, muchachos. Wargreymon hará algo muy bueno para distraerla: yo lo sé; en cuanto ella no esté viendo, irán al Castillo de inmediato.
- ¿Y tú que harás, Tai?
- Ehm... Pues... ya me ocuparon aquí, Matt... Sólo eso puedo decir.
- ¿Huh?
- No me digas que eres tímido para entrar en la piscina… -le preguntó Ranamon- No tienes de qué avergonzarte, mi lindo Wargreymoncito; nadie se reirá de ti.
- En parte es eso, sólo que... Bueno; tengo que quitarme mi armadura para entrar. Así no peso tanto; además, no quiero lastimarte con mis Dramon Killer, mi querida Ranamon.
- Oh; que dulce eres... Está bien.
- Espera; no tardaré -comenzando a desabrochar sus brazaletes- Lo que hago por el equipo -pensó-
- ¿Que está...? -se preguntaron todos los chicos-
Ante la atónita mirada de todos los presentes, Wargreymon comenzó a quitarse su armadura: primero se quitó los Dramon killer, clavándolos en el suelo con fuerza de manera a evitar que alguien se lastimara con ellos y que nadie los pudiera quitar -salvo él-; luego sacó su escudo y lo hincó al suelo con fuerza junto a sus brazaletes; siguió con sus hombreras, que quitó con cuidado y las colocó junto su escudo; finalmente, se quitó su pechera, colocándola a un lado, dejando al descubierto su esculpido cuerpo. Las únicas partes que conservó, fueron sus espinilleras, su "taparrabos" metálico con musleras y su casco. El efecto de su acción no se hizo esperar: Metalgarurumon y Tai trataban de no reírse -aunque Tai comenzaba a pensar en esa "ayuda", que su amigo pensaba darle- los demás chicos lo veían con ciertos celos y decepción -así como muchos de los digimon renegados como Meramon, Frigimon; Elecmon, Gekomon y Otamamon; Gomamon, Leomon, Ogremon y Andromon miraban indiferentes- Tentomon seguía lanzando chispas.
Pero eran las chicas las que tenían la reacción más llamativa: Floramon y Palmon habían olvidado sus diferencias y se quedaron como "hipnotizadas" al ver a su "gran amor" mostrando su musculatura; hasta Gatomon parecía estar algo..."encantada" por el "paisaje", cosa que Patamon se percató, pero no pudo hacer nada para sacarla del trance; Kari, Sora y Mimi lo miraban con algo de pena, pero a la vez soñando despiertas. Ranamon por su parte, se sentía sumamente privilegiada y afortunada al estar en "primera fila" ante semejante espectáculo, reflejado en sus ojos brillosos de dicha. Pero Wargreymon, que se sentía como un pedazo de carne en exhibición, sólo tenía una cosa en mente:
- Estúpido Tai -refunfuñó entredientes lo más bajo que pudo- Juro que te haré sufrir en mi entrenamiento: tendrás un físico como el mío, aunque tenga que obligarte a cargar un camión de 16 ejes sobre tus hombros. -pensaba-
- Oh... ¿Ves que eres muy apuesto? Sólo mírate...
- Sigh…
- Bueno... ¿Qué esperas, lindo? Entra.
- Hmm... -pensativo, mientras miraba de reojo a sus amigos- Estaba pensando...
- ¿Sí?
- En darte una muestra de flexionamiento; si es que te gustaría, querida.
- ¡Pero, claro! ¡Hazlo, hazlo!
- Muy bien -poniéndose en pose de flexión de bíceps- No soy un pedazo de carne, no soy un pedazo de carne -se decía en su mente-
- Es nuestra oportunidad -susurró Tai- ¡Vayan ahora! Joe, Mimi; quédense a vigilar a Ranamon junto a los renegados en caso de que ocurra cualquier cosa.
- Sí, Tai -respondió Joe-
- Izzy, Matt, TK, suban a mi lomo, rápido. -les dijo Metalgarurumon, a lo que respondieron de inmediato-
- ¡Al fin! -exclamó Tentomon- ¡Ya me estaba hartando de ver a "Míster Músculo"!
- No podrás digievolucionar hasta que estemos cerca del Castillo, así que se paciente.
- Está bien, Izzy.
- ¡Sora, vete rápido con...! ¿Sora? -se preguntó Tai, quien vio a su amiga con mirada perdida- ¡Sora! ¡Te dije que...!
- ¿Huh? ¿Decías algo, Tai? No me di cuenta; es que estaba... -suspiro- Ahhh...
- No me digas que tú...
- Ah, Biyomon; ve con Matt y ayúdalos: Digievoluciona, lucha y te veré después.
- Pero Sora...
Biyomon digivolve a... Birdramon.
Birdramon ultradigivolve a... Garudamon.
- Y ve con cautela, Garudamon. Ve, ve, ve...
- Pero Sora... -resignándose- Pues ya que...
- Adiós a mi avecilla rosa.
- Eso te pasa por enamorarte de un digimon de género cambiante, Deramon. -le dijo su amiga- Descuida.
- Quisiera que mi novio de la preparatoria llegue a ser así de fuerte y apuesto... -dijo Mimi, quien miraba al Guerrero Dragón-
- ¡Y quien no! -suspiraron Sora y Kari, que seguían como hipnotizadas-
- Ay no… ¡Ellas también! -se preguntaba- Pues Kari se va; ven aquí, pequeña mocosa. -estirándola de la mano para separarla del grupo de chicas-
- ¡Ay, hermano, espera! -le gritó la niña, casi al tiempo que su hermano al subía a Metalgarurumon- ¡Gatomon, ven!
- Ya enseguida, Kari… -le respondió con tono de atontada- Ya voy…
- Quisiera estar en el lugar de Ranamon en este momento. -dijo Floramon, con la mirada fija a Wargreymon-
- ¡Y quien no! -suspiraron Palmon y Gatomon-
- ¡Gatomon, ven!
- Shh... Patamon; estoy vigilando.
- No puedo dejar a Kari aquí; si mis padres se enteran de que la dejé ver este tipo de escenas me matarán; llévatela al Castillo y cuídala por favor, Matt.
- Está bien, Tai. ¿Pero tú que harás?
- ¡Ya te dije que tengo otra cosa que hacer aquí! ¡Sólo váyanse! -a lo que Matt y los demás obedecieron de inmediato sin pedir respuestas- ¡Gekomon, Otamamon! ¿Aún tienen las provisiones que recolectaron en su viaje?
- Si las tenemos, Geko ¿Por qué?
- Necesito que me las den de inmediato.
- ¡Pero es todo lo que tenemos, tama!
- ¡Sólo háganlo! ¿Sí? -y los digimon anfibios corrieron a traérselas- No puedo creer que deba hacer esto.
De esa forma, Matt, Izzy, TK, Kari, Metalgarurumon, Garudamon, Andromon, Leomon, Tentomon y Patamon fueron de hurtadillas en dirección al castillo de Piedmon, aprovechando que Wargreymon distraía a Ranamon con su "espectáculo de fisicoculturista". Al mismo tiempo, Joe, Gomamon y Deramon cuidaban de los demás digimon renegados, mientras que las chicas seguían "vigilando", y Tai, pues... se preparaba para lo peor.
Una vez asegurado que todos sus amigos se perdieran de la vista de Ranamon, Wargreymon acabó con su "exhibición y se metió al agua, apoyándose en la orilla por medio de sus brazos, sobresaliendo del agua a la altura de sus pectorales, Ranamon no tardó mucho en acurrucarse a su lado, algo que el Guerrero Dragón encontró algo incómodo, pero que se lo guardó muy bien para sus adentros.
- Y bien... -extendiendo su brazo alrededor de ella, como abrazándola, al tiempo que agachaba la cabeza para mirarla a los ojos- ¿Que te pareció Ranamon?
- Fue... asombroso... Muchas gracias por darme esa demostración; debes de ejercitarte mucho y ser muy fuerte. Además de tener muy buenos datos.
- O tal vez sea la digievolución; jeje... -algo apenado- Y dime… ¿De qué te gustaría hablar ahora?
- Háblame de ti... Que cosas te gustan hacer; dímelo...
- Pues... -rascándose la nuca con el brazo libre- Aunque te parezca tonto, me gusta mucho comer, supongo que soy algo goloso.
- Eso me recuerda... que no he comido nada desde que llegué a la cima de esta montaña. Piedmon no tenía bocadillos en su sala de espera.
- ¡Pero que descortés! -exclamó- Una bella y dulce ninfa acuática como tú no puede sufrir de algo tan cruel como el hambre -le dijo lo más sensual que pudo su actuación- Debo encargarme de eso... ¡CAMARERO! ¡CAMARERO!
- ¿Trajiste un camarero, mi amor?
- Estoy lleno de sorpresas, mi bella dama del agua. -dijo esto haciendo que Ranamon se sonrojara- ¡Lo que cuesta conseguir buen servicio estos días! -espetó, al ver que tardaban en responderle- ¡CAMAREROOO!
- ¡Ya llegué! Disculpen la demora, pero estaba preparando los aperitivos. -se disculpó, trayendo una bandeja con frutas cortadas y una especie de canapés improvisados para luego agacharse- Aquí tienen.
- ¡Muchas gracias! -dijo Ranamon, encantada, mientras tomaba un pedazo de fruta- Pero, Wargreymon. ¿Ese niño humano no es tu amigo Tai?
- Sí, pero también es un buen sirviente. Pídele lo que quieras, querida.
- Grr... –refunfuñando de rabia-
- ¿Podrías traer las bebidas, por favor? Me muero de sed.
- De inmediato, Madame. ¿Cómo rayos se puede morir de sed la Guerrera del Agua? -pensó, para luego arrodillarse y dirigirse a Wargreymon por susurros- Sigo preguntándome por qué no le pediste esto a Joe, que trabajó en el restaurante de Digitamamon, o a Deramon que ya era secretario de Metalgarurumon.
- Porque Joe debe de cuidar a Ogremon y sus brazos lastimados, así como de los demás digimon, y Deramon es el único que puede controlar a Floramon, Además, él se merecía un descanso de nosotros.
- Disfrutas viéndome humillado de esta manera, ¿Verdad?
- JAJAJAJAJAJA... See... Ahora ve a cumplir el pedido de mi querida Ranamon, o comenzaré a llamarte Winston, Jenkins o Jaime.
- Gr... Ya voy... -dijo refunfuñando en voz baja-
En otra parte del Digimundo, Centarumon conducía al Señor Gennai -que montaba un Mekanorimon- al interior de una antigua caverna donde se hallaba uno de los objetos más enigmáticos de ese mundo: El Muro de Fuego. Centarumon había hecho llamar al anciano debido a que se había percatado de algo sospechoso.
- Así que esto es lo que querías mostrarme, Centarumon.
- Sí, Señor; esto es de lo que hablaban las escrituras de esas antiguas ruinas.
- Entonces... ¿Lo que me dices es verdad?
- Así mismo, Señor; algo atravesó esta antigua barrera.
- ¡Ah! -sorprendido- ¡No puedo creerlo! ¿Cómo pudieron haberla pasado?
- Ehm... Tal vez sólo sea evidencia circunstancial, pero... encontré esto cerca de la salida de la cueva. -alzando con su brazo un recipiente metálico rojo- Está vacío.
- ¿Un extintor de incendios? -preguntó incrédulo el anciano- ¡¿Quién demonios coloca algo así cerca de una barrera de fuego y al alcance de una posible amenaza al Digimundo?!
- Ehm... ¿Ustedes, Señor?
- Hmph... Cállate, Centarumon; debemos avisar a los Niños Elegidos cuanto antes, o terminarán como los otros.
- Oh, espero que no; estos me caen bien.
- Maldita sea; la señal en este mundo es pésima.
El grupo de Matt apresuraba el paso para llegar al Castillo de Piedmon; al estar lo suficientemente lejos, Patamon y Tentomon ya habían evolucionado a su máximo nivel posible, y volaban bajo junto a Garudamon, quien llevaba a Andromon y a Leomon en su mano. Pese al lodo, Metalgarurumon corrió todo el camino, pese a que salpicaba un poco a sus ocupantes. Su destino se hacía cada vez más nítido.
- ¿No crees que sería mejor volar, Metalgarurumon? Este lodo me está molestando.
- Prefiero correr, Matt; sólo vuelo cuando es necesario.
- ¡Miren! -gritó Izzy desde la espalda de Megakabuterimon- ¡Es el Castillo de Piedmon; estamos por llegar!
- ¡Pero que basurero! -gritó el insecto gigante al verlo tan ruinoso- Parece que le pasaron encima dos terremotos.
- Yo diría que tres. -asintió Garudamon- Pero igual me parece un montón de basura.
- Apuesto que Piedmon es tan avaro que ni siquiera se molesta en repararlo; si fue así con Cyprine y Petirol en su contrato...
- O tal vez esté muy ocupado preparando un maléfico plan para emplearlo contra nosotros, Kari. -asintió TK-
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- Que apuesto soy, que poderoso soy, que talentoso soy, ¡Cómo me quiero! -cantaba el Payaso Infernal, frente al espejo de su camerino- Ya me falta poco para terminar… -corrigiendo su maquillaje circense- y estaré listo para darle a esos Niños Elegidos el último espectáculo de su vida.. ¡JAJAJA...! ¡No! ¡Se me acabó el delineador!
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- Si... Eso debe ser...
- Ya llegamos, Matt -dijo el Lobo Cyborg, mirando por los alrededores- Estén alertas.
- No detecto a nadie por los alrededores -agregó Andromon, cuyos sensores permanecieron calmos-
- Que extraño; yo esperaba un comité de bienvenida o algo así. -argumentó Megakabuterimon-
- ¡AJÁ! -exclamó el Lobo Cyborg- ¡Lo sabía!
- ¿Qué sucede Metalgarurumon? -le preguntó Matt-
- ¿Acaso hay enemigos cerca? -preguntó Leomon, al momento de desenfundar su espada-
- No es eso, sólo que ya averigüé el origen de toda esta agua.
- ¿Acaso Ranamon no fue la responsable al usar sus poderes? -preguntó Izzy-
- ¡Poderes, NADA! -gritó Metalgarurumon- Sólo miren allá.
Todos miraron hacia donde apuntaba Metalgarurumon, y quedaron atónitos al ver varios grifos del exterior del castillo completamente abiertos y descargando litros y litros de agua por segundo en el árido páramo circundante. Ahora había una explicación del por qué la Cima de la Montaña Espiral estaba tan anegada.
- Esa Ranamon es patética. -dijo Matt con la palma de la mano en la frente- No es capaz de usar sus propios poderes para darse ventaja.
- Lo importante es que nuestro querido y "sensual" amigo Wargreymon se está encargando de ella… Jejeje…
- No me imagino lo alta que le va a llegar la cuenta del agua a Piedmon. -agregó TK-
- Bueno; mejor sigamos con lo nuestro. -intervino Izzy- Ehm…
- ¿Tocamos la puerta? -preguntó Kari a modo de broma-
- ¡Golpe del Rey Bestia! -usando su ataque, que destrozó la puerta principal en segundos- Eso… es tocar la puerta.
- Me gusta tu actitud, Leomon. -sonrió el Lobo Cyborg-
- Bien, muchachos… ¡Busquemos a ese payaso desgraciado!
- ¡SI! –gritaron todos, apoyando a Matt-
Apenas entraron, el grupo halló a decenas de Bakemon que parecían estar descansando, los cuales, al despertarse, comenzaron a atacarlos, pero fueron rápidamente eliminados por Andromon y Leomon. Una vez eliminado este contratiempo, se dispusieron a recorrer los pasillos en busca de Piedmon… o de otras posibles amenazas. Sin embargo, pese a sus esfuerzos, no lo hallaron en las habitaciones cercanas; de hecho, no había nadie más en los niveles inferiores del Castillo, por lo que decidieron separarse.
- No tenemos opción; pese a los riesgos, lo mejor será separarnos para cubrir más terreno.
- Querrás decir plantas, Matt.
- Metalgarurumon, no me corrijas.
- ¿Pero qué pasa si Piedmon encuentra primero a uno de nosotros? -le preguntó Izzy-
- Simple, Izzy: nos hacemos los muertos y listo.
- Megakabuterimon…
- Oye; yo di una idea.
- Que brillante, genio de la electrónica… -dijo con sarcasmo-
- Cierra tu pico, Garudamon, y aporta algo al grupo.
- Lo que haremos… -interrumpió Matt- será dividirnos de manera adecuada: Metalgarurumon TK, Kari y yo iremos con Andromon; mientras que tú irás, MegaKabuterimon, Garudamon y Leomon, en caso que necesites de un mega. Así tendremos mejores oportunidades.
- Buen plan; nos localizaremos por medio de los digivice si es necesario. -asintió Izzy- ¿Pero por qué te llevas a…?
- No pensarás que dejaría solo a mi hermano menor y a Kari, ¿O sí?
- No, claro que no…
- Aclarado ese punto, mejor nos separamos.
- De acuerdo -y tomaron rumbos distintos-
Izzy y sus acompañantes recorrían las habitaciones de la segunda planta, mientras que Matt y los suyos lo harían con la siguiente. Cada puerta que el Elegido del Conocimiento habría se hallaba, o completamente vacía, o completamente llena de cosas que el mismo definió como "utilería barata de un teatro de segunda mano". Sin embargo, en una de las habitaciones, se encontró con...
- ¿Quién es usted, señora?
- Que digimon más extraño -dijeron Garudamon y MegaKabuterimon al verla-
- No soy un digimon; ¡Soy una Daimon de una dimensión desconocida, llamada Ikasaman!
- ¡¿Usted es un demonio?! -exclamó Izzy, aterrado-
- ¡Daimon, no demonio! -palma en la cabeza- Si tanto quieren llamarme como un digimon, llámenme Jokerwomon y ya.
- ¿Por qué no Ikasamon?
- Eso no tiene sentido, gatito; y es muy poco original... -suspiro- Y bueno, ¿No les gustaría jugar conmigo?
- ¿Quieres pelear? -le preguntó Garudamon, desafiante, desde el otro lado de la puerta-
- No, no; claro que no. La violencia no es nada bueno; soy una Daimon amante de la paz.
- ¿HUH? ¿Y a qué se refiere con "jugar con usted"? -preguntó el niño pelirrojo-
- Damas chinas, backgammon, ajedrez, cartas, ruleta, jenga, videojuegos, tiro al blanco, dardo, parchís, la oca, serpientes y escaleras; todo lo que quieras...
- Debes estar bromeando -le respondió Leomon-
- ¿Eso es un no? -les preguntó-
- No tenemos tiempo que perder con... -en eso, Izzy interrumpió a su compañero insecto-
- Lo que mi amigo trata de decir es que no podemos en este momento, porque estamos buscando a Piedmon. Si tuviésemos tiempo, nos agradaría jugar con usted.
- Con que era eso... Bueno... Piedmon debe de estar en su camerino privado en la última planta. No les recomiendo que lo molesten mientras esté allí adentro; es muy vanidoso. -les susurró- Si lo ven, díganle que estaré en Las Venturas en unos días; tal vez le interese.
- Ehm... está bien, gracias. -le dijo agradecido, y salió de allí, liderando el grupo hacia las plantas superiores- Pss... MegaKabuterimon, ¿Que es Las Venturas?
- Las Vegas del Digimundo, Izzy. ¿Que no es demasiado obvio?
- Sigh...
Al mismo tiempo, el grupo de Matt había inspeccionado varias plantas superiores del Castillo, sin éxito alguno; ahora se encontraban en el salón del observatorio del Dark Master, con serios daños estructurales, casi carente de techo y un gigantesco telescopio con señas de haber sido reparado. Pese al potencial peligro que enfrentaban por el solo hecho de estar en ese lugar, Metalgarurumon fue en dirección al telescopio y comenzó a revisarlo, llegando a convencer incluso a Andromon de acompañarlo. Los intentos de Matt por llamar su atención, parecían inútiles.
- Metalgarurumon; no es tiempo de jugar con chatarra.
- Lo sé, Matt, pero no me puedo resistir a semejante maravilla tecnológica en tal pésimo estado. En cuanto lo repare junto a Andromon, seguiremos buscando al payaso.
- Pero...
- Tú tranquilo y yo nervioso, Matt, que el que manipula tecnología y pelea soy yo…
- ¡Demonios!
- Unos ajustes más, y estará terminado -señaló Andromon-
- Mmm... -decía Kari con los brazos cruzados, mirando las condiciones del techo- Definitivamente Piedmon no le presta importancia a su guarida. ¡Solo miren que destrozado está este lugar!
- Sin mencionar esos gigantescos barriles tirados y aplastados. -señalaba TK- ¿No sabe lo que es el reciclaje? ¡Y ese olor!
- Parece que es vino, TK... -agrego Angemon, al percibir ese aroma en el aire- Lo que nos faltaba; otro borracho.
- ¡Ya está listo! -exclamó Metalgarurumon- A ver, démosle un vistazo -poniendo su ojo en el ocular- Jeje... ¡Así se hace, campeón!
- ¿Qué tanto estás viendo, Metalgarurumon? -le preguntó Matt, con curiosidad-
- A mi estimado amigo Wargreymon en su papel de sex symbol... jejeje... Miren.
- Pues ya que. -mirando por el ocular- ¡JAJAJA! ¿Ese con el moñito negro en el cuello es Tai? Con que eso era lo que tenía que hacer... Qué ridículo se ve.
- ¡A ver, a ver! -dijeron TK y Kari, quienes también miraron por el telescopio, y se rieron de la situación de Tai- Me pregunto si se puede ver la Tierra con este telescopio.
- Averigüémoslo -dijo el Lobo Cyborg, moviendo unos controles para apuntarlo al cielo- Pruébenlo, chicos.
- A ver -dijo TK- Estoy viendo Odaiba... ¡Veo a nuestros padres, hermano! Y están tomados de la mano, y parece que no se sueltan... ¿Crees que...?
- Recuerda que el tiempo corre más lento allá TK, así que seguro estás viendo eso en cámara lenta.
- ¡Rayos!
- Este telescopio sólo me dice una cosa...
- ¿Que el maldito de Piedmon y los demás Dark Masters nos estuvieron espiando todo este tiempo?
- Además de eso, Matt, -agregó Metalgarurumon- me dice que no tiene ningún tipo de vida social; sólo un ermitaño solitario y sin contacto con el exterior tendría este tipo de cosas como para vigilar a los demás e inmiscuirse en sus vidas... Que pervertido y patético resultó ser.
- Además de su pésimo gusto. -agregó TK- Miren este cuadro del Guasón -señalándolo- Y el de este payaso sin chiste.
- Ese es "Eso", TK, un ser extradimensional que se alimenta de los temores de las personas. Es un personaje de Stephen King, y salió en una vieja película.
- ¿Cómo sabes eso, Kari? -le preguntaron-
- Vi esa película cuando tenía cinco años. -todos la miran boquiabiertos- ¿Qué? No me dio miedo, aunque a mi hermano casi le provoca un trauma.
- "Eso" es un gran ejemplo e inspiración para mí -dijo una voz, que hizo voltear a todos-
- ¡Piedmon!
Efectivamente: el último de los Dark Master, conocido como el Payaso del Infierno, hacía su aparición ante un reducido grupo de Niños Elegidos y unos pocos digimon que los seguían; se mostraba sumamente sereno y confiado de su pronta victoria, aunque había algo raro en él.
- Veo que Ranamon no acabó con ustedes… Sabía que tenía que contratar a Cyprine y Petirol.
- Si lo hubieras hecho, capaz no estaríamos aquí.
- Eso te pasa por no prometerles un buen sueldo, ni seguro médico, vacaciones, etc... -agregó Metalgarurumon al comentario de Matt-
- No me lo recuerden… Oigan ¿Por qué me miran así? ¿Acaso están tan aterrados de verme al saber que le pondré fin a sus vidas? Yo, el más poderoso de los Dark Masters.
- Pff... No te creas la gran cosa -le dijo TK, desafiante-
- "Eso" da más miedo que tú. -le dijo Kari- Eres un principiante.
- Tienes el maquillaje de tu ojo derecho algo corrido, Piedmon. -le señaló Matt, con tono aburrido-
- ¡¿Qué?! -dándose vuelta y sacado un compacto- ¡Maldición! Esperen, esperen; no puedo acabar con ustedes con esta horrible apariencia. ¡Qué vergüenza; yo, Piedmon, con semejante aberración en mi rostro antes de un gran espectáculo! -corrigiéndose el maquillaje ante la mirada incrédula de los chicos y digimon- Y ese fijador para el cabello no es tan bueno como creí.
- Ya terminaste... -le preguntó Metalgarurumon, con pesadumbre-
- Ya casi... ¡Listo! -guardando su compacto en su bolsillo- ¡Espadas del Triunfo!
- ¡Misiles de Hielo! -lanzando varios misiles de sus compartimientos secretos-
- Eso no servirá; puedo controlar mis espadas con mi mente.
- Ah... ¿En serio? -poco después, las espadas aparecieron brevemente, siendo destruidas por los misiles automáticamente- Yo puedo hacer lo mismo con mis misiles, además de poder rastrear tus espaduchas, intento de payaso.
- Grr... -refunfuñó- Ahora verás, perrito. ¡Hechizo Final!
- ¡Salten! -gritó el Lobo Cyborg, con Matt y Kari sobre su lomo-, a lo que Andromon y Angemon con TK en sus brazos obedecieron, evitando el ataque-
- ¡No podrán esquivar mis ataques por siempre! ¡Hechiz...!
- ¡Alas de Espada!
- ¡Trueno Mortal!
- ¡Flechas Infinity!
Los tres ataques golpearon sorpresivamente de frente al Dark Master, mandándolo volar lejos, atravesando un muro, aunque sin ocasionarle daños. No tardó mucho para que Piedmon se recomponga y regrese al campo de batalla, con un nuevo plan. Matt y los demás alzaron la vista a donde antes se hallaba el techo, felices de ver a Izzy en compañía de MegaKabuterimon, Garudamon y...
- ¿Ese es SaberLeomon, Izzy?
- Sí, Matt ¿No es impresionante? -le dijo sonriente-
- Aún es pronto para cantar victoria. -señaló SaberLeomon- Aun no lo hemos derrotado.
- Es cierto. -asintió Metalgarurumon- Se está acercando el desgraciado metrosexual.
- Debo admitir que fue algo... interesante. -les dijo Piedmon, quien había regresado y se sacudía el polvo- Parece ser que no tengo ninguna oportunidad contra ustedes, considerando que derrotaron a Machinedramon y MetalSeadramon.
- También a Puppetmon -señaló el insecto gigante-
- ¿Ustedes eliminaron a Puppetmon? -les preguntó sorprendido- Yo creí que lo devoraron las termitas de su bosque o que terminó siendo cenizas en alguno de sus pozos de lava... JAJA... Bueno... era un inútil. Como decía... Me parece justo que antes de mi aparente e irremediable muerte les brinde un gran espectáculo de magia a modo de despedida. -sacando un pañuelo blanco-
- Por cierto; -le dijo Izzy- Ikasaman dice que en unos días estará en Las Venturas, que tal vez te interese. Aunque considerando que te vamos a derrotar…
- ¿Quién es Ikasaman? ¿Qué es Las Venturas? ¡Izzy! Deja de ser cortés con el enemigo.
- Lo siento, Matt; no puedo evitarlo.
- Ah, sí... Espero que me consiga un lugar para el show de entretenimiento en The Camel's Toe o el Calígula; tal vez en The Four Dragons. Bueno, será mejor practicar con ustedes. Ahora lo ven...-lanzando un pañuelo hacia SaberLeomon, cubriéndolo por completo- ¡Ahora no lo ven! ¡TARAA!
- ¡SaberLeomon! -exclamaron alarmados al ver que desapareció- ¿Qué hiciste con él, Piedmon? -le preguntaron desafiantes-
- Veamos... ¿Estará en mi oreja? No... ¿Estará en mi cabello? -rebuscando- No... ¿Estará en mi cinturón? No; ¿Estará en mi mano? No... Estará... ¿En mi manga? -rebuscando- ¡Sí! ¡Aquí está! -exhibiendo un pequeño llavero con la figura de SaberLeomon estilo chibi- En un adorable llavero para mi colección. ¿Qué les parece? -dijo esto con una gran sonrisa- Aplausos, aplausos.
- Lo... ¿Lo convertiste... en un llavero? -preguntó TK-
- ¡Qué poder tan bobo! -agregó su hermano-
- No pedí sus críticas; de todas formas no dirán eso cuando formen parte de mi colección -arrojando un pañuelo a Izzy y a MegaKabuterimon, quienes no tuvieron tiempo de escapar, y cayeron en el truco- ¡Pero miren mis nuevas adquisiciones! El niño se ve muuuuuy triste: tal vez porque su compañero insecto se ve muy feo pese a su transformación. Ahora sigues tú, lobito.
- ¡NO LO PERMITIRÉ! ¡NO CONVERTIRAS AL AMOR DE MI VIDA EN UN SIMPLE SOUVENIR DE COLECCIÓN!
- ¡Garudamon! -exclamaron asombrados-
Las palabras del ave gigante dejaron sin habla a todos -incluido Piedmon-, quienes no paraban de mirar a Garudamon. Metalgarurumon era el más impactado con la noticia, y no pudo evitar ponerse colorado de la vergüenza; eso, incluido el hecho de que a él le gustaba alguien más... y no sabría cómo ni cuándo decírselo. Pero Piedmon lo empeoró aún más.
- ¡JAJA! ¿Ese es tu novio, Metalgarurumon? -señalando a Garudamon- ¡JAJAJA! -revolcándose de la risa- ¿Acaso eres gay o qué?
- Mira quien lo dice -susurró Matt- El que se maquilla con un compacto enfrente de sus enemigos.
- ¡NO SOY GAY!
- Si... Como digas, lobito.
- ¡Y YO NO SOY SU NOVIO! ¡SOY UNA CHICA, PIEDMON! -le gritó el ave gigante- ¿O soy un chico? ¿O una chica? ¿Era antes una chica y ahora me volví un chico al digievolucionar? ¿O siempre fui un chico y nunca me di cuenta? ¡AGH! -gritando- ¡QUE CONFUSIÓN!
- Ay, por todos los cielos. Wargreymon ¿Por qué no trataste ese problema suyo? -murmuraba Metalgarurumon-
- Te daré un tranquilizante, avechucho... -lanzándole un pañuelo, que la cubrió por completo, desapareciendo poco después- Menos mal; ya me estaba dando jaqueca su crisis existencial.
- ¿Sólo a ti? -le dijeron-
- Aunque su llavero es adorable.
- ¡Tenemos que irnos de aquí, Metalgarurumon y ponernos a salvo! -le dijo Matt- Angemon, TK: sígannos.
- ¡Oh, no! ¡No se irán de mi espectáculo! -justo cuando estaba por sacar otro pañuelo, se interpone Andromon, quien lo desafía a un combate con espadas- ¡¿Tú?!
- ¡Escapen ahora! ¡Yo lo distraeré!
- ¡Gracias, Andromon! -y huyeron de allí-
Mientras Matt, TK, Kari, Metalgarurumon y Angemon escapaban en busca de un escondite para formar un nuevo plan; Andromon se quedó con el Payaso del Infierno combatiendo. El duelo con espadas provocaba chispas entre la Espada del Triunfo del Dark Master y la espada Deslumbrante del Androide; por varios minutos el combate fue bastante parejo, pese a la diferencia de niveles, algo que al mismo Piedmon le sorprendió, ya que no esperaba que un perfeccionado le diera semejante pelea. Pero al final luego de darle un golpe que arrojó a Andromon al suelo, éste cayó presa del enigmático pañuelo del Maestro de los Trucos, convirtiéndose en parte de su colección de llaveros.
- Ahora sólo le quedaban Metalgarurumon, Angemon y los niños que lo acompañan... Ah, y los otros también -pensó Piedmon-
