Cap 1
Elmore, una de las ciudades de California, era actualmente una ciudad pacifica… bueno, últimamente. En el pasado, esta ciudad paso por grandes cosas y aventuras. Sobre todo, para cierta familia, los Watterson.
Esta familia estaba constituida por Gumball Watterson, que era un gato azul adolescente de 16, casi 17 años, que asistía a la escuela de Elmore. Darwin, un pez dorado con patas que puede respirar fuera del agua e hijo adoptivo de la familia. Anais, un conejo rosado y la menor de la familia y mas inteligente de los tres. Richard, Un padre que es un gran conejo rosado y obeso. Y por último esta Nicole, la otra felina y madre de la familia. Al igual que su primogénito, era de color azul.
Una familia… peculiar. Pero esta dicha familia pasó por muchas cosas. Peleas, discusiones, aventuras… muchas aventuras de hecho. Pero todo eso fue quedando en el pasado. Mientras los niños de la familia, que eran Gumball, Darwin y Anais, crecían y maduraban. Las aventuras iban quedando de lado y se concentraban en sus estudios. No era para decir que la diversión se apagó. No. De hecho, se divertían, pero ahora, que eran mayores, tenían el sentido de responsabilidad.
Responsabilidad… Gumball, sorprendentemente, fue el primero de la familia en adaptarse bien a esas fuertes palabras. No fue por una discusión o por una pelea que lo llego a ser responsable. No, más bien fue por su Madre, Nicole. Él siempre la observaba trabajar duramente para la familia. Ella era la única fuente de ingresos de la familia ya que su padre obeso siempre se la pasaba echado en el sillón viendo televisión o jugando videojuegos como un niño.
Todos en la familia, incluido el mismo para ser sincero, siempre pensaron que sería la Menor de la familia, Anais, en ser la primera en madurar por su gran intelecto.
Gumball siempre admiro, en secreto de la familia, a su madre por su forma de ser. Su gran sentido de Responsabilidad, ser Directa en algunos casos y ayudando a los demás sin recibir nada a cambio. Pero también le dolía verla ya que era la única que mantenía a una familia de 5. La mayoría de las veces la veía cansada cuando regresaba del trabajo. Agotada por las discusiones que tenía con su esposo y por las peleas que la ponía del mal humor en su trabajo.
Él Amaba a su padre, de eso no había duda. Pero a veces esos sentimientos cambiaban por unos momentos llenándole de ira. Nunca hacia nada y siempre se la pasaba mirando la televisión o durmiendo en el sofá dejando toda la carga de la familia callera sobre su esposa. Como todos los niños habían crecido, Él era el que mayor problema causaba haciendo que la figura materna de los Watterson perdiera la cordura y se desatara el infierno en la casa. Y también era el que hacía que el dinero de la familia se fuera por el desagüe… a veces literalmente.
Los niños ya estaban algo… acostumbrados a las discusiones, y sabían perfectamente cuando meterse, cuando no y cuando era el momento de irse de la casa y no volver por horas. Se podría decir que ganaron un sexto sentido para eso en estos casos.
Como en este momento. Los tres estaban en el patio recostado bajo la sombra de un árbol escuchando su madre gritándole a su padre. No podían distinguir mucho, pero captaron que era por aceptar comprar un cupón VENCIDO de una tienda de Hamburguesas que le costó más de 100 dólares, bastante ridículo y estúpido por lo que escuchaban.
Los tres dejaron de escuchar gritos y esperaron unos minutos, por si acaso, para entrar a la casa. Ellos se miraron entre sí, asintieron y entraron con algo de cautela. Al no ver que estaban en la cocina se dirigieron al salón. Vieron a su padre viendo la tele como si la discusión nunca hubiera sucedido. El los vio y les sonrió.
Richard: ¡Niños, vengan! Está por comenzar las carreras de Demolición. Escuche que hoy iba a ser un desastre en la pista. - el pez y la coneja de la familia se miraron, se encogieron de hombros y se sentaron en el sillón al lado de su padre. El adolescente gatuno, que estaba mirando de un lado al otro sin prestar atención a lo que decía su padre, pregunto.
Gumball: ¿Dónde está mamá?
Richard: fue arriba, creo que tenía que prepararse a trabajar. - dijo encogiéndose de hombros y volvió a mirar la tele.
Darwin: ¿la señora mamá trabaja hoy? Pensé que los fines de semana no trabajaba
Richard: eso fue lo que ella dijo. ¡oh, ya comenzó la demolición! - los tres se pusieron a ver la tele y el adolescente, que no se unió a ellos, los ignoro subiendo las escaleras. Camino por los pasillos y noto como la puerta de la habitación de sus padres estaba ligeramente abierta. Se acerca y empezó a escuchar algo que le dolió. Los llantos de su madre. sintió como su corazón caer de tristeza. Echando un pequeño vistazo dentro de la habitación la vio sentada en la cama, con los codos en las rodillas y sus manos cubriendo su rostro. Pero, aun así, pudo notar como algunas lágrimas caían en la alfombra.
El abrió la puerta sin hacer demasiado ruido y se le acerco. Literalmente estaba a un paso de ella y su madre nunca se percató. Hizo lo único que podía hacer en este momento, la abrazo haciendo que ella se sobresaltara. Ella levanta la mirada para ver a su primogénito que le daba una pequeña sonrisa y la apretó con fuerza. Ella se levantó y correspondió el abrazo mientras Gumball frotaba su espalda de manera circular.
Ahora que Gumball había crecido era un poco más alto que Nicole solo por unos pocos centímetros. Así que dejo que ella llorara sobre su hombro mientras él la tranquilizaba sin decir una sola palabra. Nicole realmente estaba agradecida en este momento, se sentía sola y dejo de reprimir sus emociones sabiendo que su hijo no la juzgaría por ello.
Aunque a Gumball le pareció eterno, solo pasaron alrededor de un minuto y ella dejo de llorar. Ella se separa, a regañadientes por el cálido abrazo, y se ven
Gumball: ¿estas bien, mamá?
Nicole: si, cariño. Lo siento. No quería que me vieras de esta manera. - el solo negó con la cabeza.
Gumball: no me importa. Pero al menos espero haber ayudado en algo. - ella se rio un poco y le da un beso en la mejilla.
Nicole: ya hiciste más que suficiente, hijo. - ambos escucharon el sonido de un celular. Nicole se acerca a la cama y lo agarra mirando el mensaje. Dando un pequeño suspiro lo guarda en su bolsillo. - tengo que irme.
Gumball: ¿hoy trabajas?
Nicole: si, gracias a tu padre y la estúpida compra que hizo llame a mi jefe para ver si podía trabajar hoy para que me paguen horas extras.
Gumball: entiendo…- ella se estaba por ir, pero una mano la detuvo, ella lo ve y sintió un par de labios chocar con su frente. Ella parpadeo mientras que su hijo le sonreía. - para la buena suerte. - ella se rio y le dio un rápido abrazo.
Nicole: gracias, cariño. Nos vemos a la noche. - ella se fue de la habitación dejando a su hijo solo. Él se sienta en la cama y, unos momentos después, pudo escuchar los sonidos del auto como desaparecía a la distancia. Dio un suspiro que no sabía que estaba conteniendo y miro al suelo.
Gumball: (tengo que dejar de pensar de esta manera). - dijo frotando sus ojos con sus dedos por la frustración y era por un secreto que le escondía al resto de la familia, sobre todo a su madre. Y era que él amaba a su madre. no era un amor de madre e hijo, no. Era de un amor de un Hombre hacia una Mujer. Sabía lo que se metía al tener estos sentimientos por ella. Sabía que el Incesto era un delito en el país. Pero como algunas frases que escucho por la ciudad: "no eres tú quien elige el amor: el amor te elige a ti" o "el corazón Elige a quien amar". Él se estaba diciendo a si mismo que estaba maldecido… o algo por pensar de esa manera.
Él escucho algunos gritos en el piso de abajo. Lo más probable era la emoción de los tres al ver el programa de… no recordaba ya que no estaba prestando atención. Así que decidió bajar. Se detuvo en los escalones observando a sus hermanos y padres viendo como algunos camiones y autos chocaban entre si haciendo que los miembros masculinos gritaran de emoción mientras que su hermana menor solo estaba callada observando. Pero pudo notar que estaba interesada en lo que veía.
El primogénito de la familia decidió salir a tomar un poco de aire fresco, pero se detuvo cerca de la puerta del patio trasero al ver ropa acumulada cerca del lavarropa. Se asoma por el corredor un segundo y dirige su mirada en la cocina. Voltea hacia la ventana más cercana hacia el cielo pensando y sonrió.
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La noche callo en Elmore. Cierta gatuna azul estaba volviendo del trabajo en su auto mientras maldecía internamente a su oficio. Después de once horas de trabajo aburrido y angustioso. Finalmente llego a casa.
Eran casi las 10:00 PM. Y pudo presenciar las luces apagadas de la casa. Lo más probable es que todos los miembros de la familia estén durmiendo, haciendo que ella suspirara. Baja del auto y sintió como su estómago gruñía.
Nicole: (Estoy tan cansada y a la vez tan hambrienta. Desearía no haberme saltado la hora del almuerzo… espero que haya algo para comer o por lo menos las sobras… si es que quedan sobras). - dijo pensando en cierto integrante de color rosado de la familia.
Ella entra a la casa y pudo apreciar como la única luz que estaba prendida era de la cocina. Cierra la puerta de la entrada y se acerca captando cierto olor lo cual hizo que su estómago nuevamente gruñera. Cuando entro, vio a su hijo sentado en la silla mirando su celular. Percatándose de su presencia, dejo el aparato a un lado y le sonrió.
Gumball: bienvenida, mamá.
Nicole: ¿Gumball, que haces despierto a estas horas?
Gumball: bueno. Te estaba esperando. - dijo levantándose de la silla. Vio como saco una jarra de jugo de la nevera y agarro un vaso dejándolo en la mesa seguido por los platos y cubiertos. Su madre se le quedo mirando algo sorprendida por las acciones de su hijo. - hice la cena… aunque admito que tuve que pelear un poco con papá para que no se comiera toda la comida así que te guarde tu porción. - dijo mientras abría el horno y sacaba una olla y le servía en su plato. - ¡taraaaaa! Espaguetis con salsa a la boloñesa junto con tres albóndigas. - dijo felizmente a su madre que solo se le quedaba mirando. Él se le acerca y le quita su bolso dejándolo a un lado en una silla. - ven, come antes de que se enfríe. - ella solo pudo asentir aun aturdida, se sienta y mira su plato de comida humeante haciendo que el olor les llegara a sus fosas nasales.
Nicole: yo…
Gumball: ¡oh, eso no es todo! - dijo mientras se agachaba debajo de la mesa y le mostraba un canasto con ropa cuidadosamente doblada y limpia. - También lave la ropa. Y no te preocupes, me asegure de separar las ropas claras de las oscuras. ¿ves? - ella se quedó mirando a su hijo sin pestañear en todo momento.
Nicole: hijo… no es que me moleste, pero ¿Por qué haces todo esto? - él se detuvo un momento y solo suspiro.
Gumball: bueno… soy el hijo mayor de la familia ¿no? Me prometí a mí mismo ser más responsable. además. - él la ve. - sé que no tuviste un buen comienzo del día. Así que por lo menos decidí ayudar con las cosas de la casa, para que no te sintieras estresada todo el tiempo. Además, quería que mañana no tuvieras mucho que hacer y pudieras tener un merecido descanso. - con esas palabras fue suficiente para hacerla un poco llorosa. Sin decir una palabra, se levantó y fue a abrazar a su hijo estrechándolo con ella. Él se sonrojo un poco por el abrazo inesperado, pero lo correspondió.
Nicole: gracias, cariño. - susurro su madre. - eso fue muy considerado de tu parte.
Gumball: te lo mereces y más, mamá. - ella apretó el abrazo con más fuerza y el solo se rio un poco calmando su sonrojo. - bueno, bueno, creo que es demasiado cariño. - ella lo ve con duda. - porque no cenas antes de que se enfríe. - ella se rio un poco.
Nicole: si, tienes razón. - ambos se separan y el único miembro masculino despierto ya estaba extrañando dicho calor que le fue brindado hace unos momentos. Ella se sienta y empezó a comer gimiendo de placer. - mmm, está delicioso, cariño.
Gumball: ¿de verdad? - él se sienta a su lado y le sirve un vaso de jugo. - esperaba no haberme pasado con la sal en la salsa.
Nicole: no, esta delicioso… un momento, ¿desde cuándo cocinas? - dijo mirándolo mientras agarra el vaso y tomaba un trago, agradeciendo mentalmente por haberle servido
Gumball: te eh visto cocinar varias veces. - dijo encogiéndose de hombros. - no era mucho… pero tengo que admitir que tuve… algunos problemas con la salsa. No sabía cuánto sal ponerle y cuanto tomate triturar. Así que me fije en internet un poco.
Nicole: pues te quedo sabroso.
Gumball: ¿cómo estuvo tu trabajo?
Nicole: *suspiro* agotador… en serio, a veces pienso que esos documentos se reproducen como conejos. Termino y en un instante aparece otra pila. Ni si quiera con las horas extras pude recuperar algo de dinero con la estúpida compra que hizo Richard. Estoy tan cansada siempre de estar retrasado con las facturas y con los ahorros. - ella sabía que no debía contarle a su hijo sus problemas financieros. Pero se sentía tan bien hablar con alguien al respecto. Y quien mejor con la persona que ha estado alegrando sus días hace tiempo.
Gumball: ya veo… supongo con compras innecesarias.
Nicole: a veces… pero también se debe a que Richard gasta el dinero cuando va a pagar las facturas…
Gumball: eso… no lo sabía…
Nicole: lo siento, cariño. Se que no debería decirte esto. No quiero que te preocupes.
Gumball: porque no me das el dinero a mí. - ella lo ve. - sí, en vez de papá puedo ir yo en su lugar. Dame las facturas, el dinero y voy yo a pagarlo. Puedo hacerlo cuando vuelva de la escuela.
Nicole: ¿estás seguro? no quiero meterte en compromisos y…
Gumball: completamente. Puedes confiar en mi… además de que si no lo hago me golpearas con tu golpe de karate y estaré con dolor de cabeza por más de una semana… estoy seguro de que lo hare sin fallar. - ella se rio y acaricia su cabeza frotando su cabello. - ¡oye, me despeinas!
Nicole: jejeje. Gracias, cariño. Si estás seguro de que puedes hacerlo, confiare en ti. Cambiando de tema. ¿sucedió algo mientras no estaba?
Gumball: naaa, no mucho. Papá, Darwin e incluso Anais estuvieron viendo la maratón de demolición por unas tres horas más o menos. Luego Anais se fue a la casa de unas amigas, Darwin se fue a la casa de Tobías Y papá se quedó dormido en el sofá.
Nicole: ¿y tú? - dijo mientras le daba otro bocado a su delicioso espagueti.
Gumball: No hice mucho. Estuve limpiando la ropa y, mientras esperaba que se secara, limpie un poco la cocina. Estuve ocupado, pero me ayudo a matar el tiempo un rato. - su madre le agarra la mano con suavidad.
Nicole: de nuevo gracias, hijo. - él le dio una gran sonrisa y su madre correspondió. Tal vez no tuvo un buen comienzo del día. Pero estaba seguro de que gracias a su "pequeño minino" lo había alegrado bastante al final del día.
Espero que les haya gustado, como siempre pronto el próximo. Bye bye
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