cap 3
pasaron varios días desde que le pidió ayuda a Larry. Al principio pensó que él no lo iba a ayudar. Pero al día siguiente le había preguntado qué tipo de horario tenía disponible para poder realizar trabajos. le había dicho que después del almuerzo era cuando salía de la escuela. Sabiendo de su llamada, sabía que Larry estaba cumpliendo con su palabra.
Ahora mismo estaba atardeciendo. Gumball estaba con su hermano Darwin mirando la televisión un programa de caricatura. Tal vez hayan crecido y madurado, pero eso no significaban que sus gustos hayan cambiado. Ahora lo veían sin el mismo entusiasmo cuando eran niños.
Gumball: y ya viene lo típico.
Darwin: sip, ahora obtendrá poderes por sus compañeros yyyy.- vieron como el protagonista de la serie se levantaba agradeciendo a sus amigos por el apoyo.- el poder de la amistad le da poder…
Gumball: al principio era sorprendente y todo. Pero ahora…
Darwin: se está volviendo muy predecible… incluso ya sabemos cuándo ganara y no.
Gumball: si… pero eso no quita que la animación esta de lujo.
Darwin: eso lo apoyo completamente. - ambos vieron en la mesa el celular de Gumball se encendió y empezó a sonar. Él lo agarra viendo el nombre.
Gumball: vuelvo en un momento. – dijo sin esperar la respuesta de su hermano haciendo que lo mirara con duda. El joven gatuno salió por el patio trasero acercándose al único árbol que había, apoya su espalda en él y atiende su celular mirando hacia la casa. - hola, Larry
Larry: Gumball. Espero no estar interrumpiendo algo.
Gumball: aparte de las críticas que hago viendo caricaturas, no.
Larry: si, lo que sea. Escucha, les dije a uno de mis colegas y uno está interesado en contratarte.
Gumball: ¡¿en serio!?
Larry: si, te mandare la dirección por mensaje. Reúnete con él y menciona que vienes de parte mía para que sepas que eres tú.
Gumball: ¿a qué hora?
Larry: 3 PM.
Gumball: perfecto, me daría el tiempo de almorzar. Antes que nada. ¿Qué tipo de trabajo es?
Larry: oh, me olvide de mencionarlo. Es en una agencia de limpieza.
Gumball: de limpieza… espera. ¿hablas de trabajar de conserje?
Larry: algo así… pero solo te enfocaras en la limpieza. Limpiar las ventanas, los pisos, los baños.
Gumball: bien, puedo con eso. – el sonrió. – gracias de nuevo, Larry.
Larry: no hay problema. Si tienes alguna duda, Pregúntales a tus superiores. Los conozco y son buena gente.
Gumball: está bien, nos vemos. - el corta la llamada y miro hacia el cielo. Tenía ganas de gritar de la emoción, pero se contuvo para no levantar sospecha de su familia. Decidió entrar y seguir viendo la tele con su hermano. Cuando llego vio que estaba al final del capítulo. - ¿de qué me perdí?
Darwin: nada nuevo. Ya sabes, lo típico. El héroe se hace más fuerte a último momento, el villano pierde. Lo de siempre. Aunque si fue una buena pelea. ¿Quién era por cierto?
Gumball: ¿Qué?
Darwin: ¿Quién te llamo?
Gumball: oh, era… ¡Boberto, si! Quiere que nos juntemos a terminar un trabajo que nos encomendó nuestro maestro de historia. Si, eso. Jeje.- se rio nerviosamente.
Darwin: ya veo… es una pena que nos hallan separado. Extraño cuando íbamos al mismo salón.
Gumball: si, tienes razón. Pero podemos vernos en el descanso al menos por un tiempo. - escucharon como alguien entro por la puerta.
Anais: hola, chicos. - ella cierra y se les acerca. - ¿puedo ver la tele?
Darwin: por mí no hay problema, hermanita. Ten. - ella agarra el control y se sienta a un lado. - ¿saben que vamos a cenar?
Anais: creo que papá tenía que comprar la mercadería.
Darwin: ¿y donde está el señor papá?
Anais: espera ¿no esta casa? – dijo viendo a ambos mientras ellos negaban. – mmmm, tal vez fue a hacer las compras
Gumball: ¿con que dinero?
Darwin: pues… creo que la señora mamá había dejado algo de dinero en la alacena. - el gatuno azul fue a ver y en unos segundos volvió con ellos sin decir nada. - no está ¿verdad?
Gumball: nop.
Anais: creo que habrá que dormir más temprano esta noche. Si es que podemos dormir. - los tres suspiraron. – ¿ponemos entre los tres dineros de nuestra mesada para comprar unas pizzas esta noche?
Darwin/Gumball: sí. – todos vieron como el gran conejo rosado entro por la entrada de la casa con una bolsa de compras. ¿su padre en realidad había comprado la mercadería para hacer de cenar?
Richard: ¡hola, niños! ¡ya los acompaño! Déjenme dejar estas bolsas en la mesa de la cocina. – los tres vieron que se alejaba y se miraron entre ellos. Darwin esta vez fue el que se levantó y camino hacia la cocina. Solo para volver con la misma expresión de antes y mirando la tele.
Gumball: compro la mercadería ¿cierto?
Darwin: sip
Anais: pero todo está vacío ¿cierto?
Darwin: sip. Solo había tres latas de atún sin abrir. – ahora los tres se quedaron viendo la tele.
Anais: supongo que la opción de comer pizza esta noche sigue en pie. - los dos miembros masculinos en el sillón asintieron.
Richard: ¡¿DIJIERON PIZZA?!
Darwin: y nos quedara poco dinero de la mesada.
Como habían dicho los tres hijos de la familia Watterson, comieron pizza y con queso extra. Ya que lo pagaban ellos, decidieron darse un gusto. La figura materna de la familia había llegado a la casa y, como hace unos días, vio las luces de la cocina encendida solamente. Ya sabía quién era el que estaba despierto a estas horas. Solo al saber con eso hizo que creciera una sonrisa en su rostro. Llego y noto, como siempre, su primogénito con su celular y lo dejo al notar su presencia.
Gumball: ¿Cómo estuvo tu día?
Nicole: soportable, mejor que otros días. – ella noto como Gumball hizo una mueca mientras dejaba una jarra de jugo y el vaso. - ¿Qué pasa?
Gumball: solo diré que… la próxima vez que haya que hacer las compras… mándame a mí a hacerlas.
Nicole: ¿De qué hablas? – no termino ya que se sobresaltó por un pequeño pitido. Vio como su hijo saco del microondas un plato con tres rebanadas de pizza. - ¿Cenaron Pizza? – el no dijo nada, solo volteo hacia un lado y su madre hizo lo mismo. En el cesto de basura había paquetes vacíos de mercadería junto con algunas latas abiertas. No hacía falta para ser un genio lo que quería decir su hijo. Solo se sentó y dio un suspiro de frustración. Gumball deja el plato con la comida frente de ella haciendo que ella lo oliera.
Gumball: la pedí con tus ingredientes favoritos. Tal vez te relaje un poco. – dijo mientras colocaba una mano en el hombro de su madre y ella lo tomo con su mano apretándolo con algo de fuerza.
Nicole: gracias…- dijo simplemente y empezó a comer. No hubo mucha conversación entre ellos. Gumball se quedó simplemente para hacerle algo de compañía mientras ella terminaba de comer. Pudo notar que estaba pensando profundamente y tal vez maldiciendo algo allí. Tal vez hacia cierta persona. Cuando ella termino, el gatuno recogió el plato y el vaso empezándolo a lavar. vio como su madre se levantaba, pero solo se quedó mirando a la mesa.
Gumball: ¿te gustaría dormir en mi habitación? – ella lo ve con duda
Nicole: ¿Por qué lo dices?
Gumball: puedo ver que no estas de buen humor. Y tampoco quieres ver a papá después de haber desperdiciado toda la mercadería. - el nuevamente miro los utensilios que lavaba. – aparte del hecho de que tal vez quieras gritarle y despertar a todos en la casa. - sintió un par de labios en su mejilla haciendo que se sonrojara un poco.
Nicole: gracias, cariño. Pero ¿y tú? No quiero molestarte. Ya estás haciendo suficiente y tu donde... – no termino ya que gumball coloca una mano en su hombro.
Gumball: mamá. Estaré bien. Dormiré en el sofá, es algo grande y ya eh dormido la siesta antes en ella. Solo quiero que no te estreses demasiado de lo que ya estas ahora. - ella solo lo miro debatiendo y lo único que hizo fue simplemente abrazarlo.
Nicole: gracias, cariño. – el correspondió el abrazo y se separan. Él le da un beso en la frente sorprendiendo a su madre.
Gumball: es lo menos que puedo hacer por ti. Ve y descansa. Ah, y ten cuidado al despertarte o golpearas tu cabeza con la litera de arriba.
Nicole: jejeje, lo recordare.
Gumball: descansa, mamá.
Nicole: tú también. – su hijo vio como su madre salió de la cocina y escuchaba como subía los escalones escuchando como la puerta de su habitación se abría y se cerraba.
Gumball: (solo por un tiempo. Mamá). – pensó mientras pasaba un trapo en la mesa. – (empezare a trabajar y ganare dinero. Ya no estarás sola)
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En el sillón, Gumball estaba recostado de boca arriba durmiendo plácidamente. No tenía expresión en su rostro, pero se podía saber que tenía un buen sueño. Pero de la nada, su nariz se empezó a mover captando cierto olor.
Gumball: *snif* *snif* ummmmm… café ¡WHAAA!. – callo a un costado boca abajo. - auu… eso dolió. – él se levanta sacudiendo su cabeza de un lado a otro. Miro al suelo notando una manta. - (no recuerdo haber traído esto). – él escucho ruido proveniente de la cocina. El camino notando a su madre revisando su bolso si tenía todo lo necesario. Miro al Reloj notando las 8:30 AM. – buenos días. – ella se sobresaltó un poco ya que no le había prestado atención.
Nicole: oh, buenos días, hijo. ¿Qué haces despierto a esta hora?
Gumball: me despertó el olor a café… aparte de que me caí del sillón. Gracias por la manta, por cierto.
Nicole: ¿Cómo sabes que fui yo?
Gumball: porque eras la única que sabía que dormía en el sillón. – ella solo asintió y nuevamente miraba su bolso. Gumball, para ganar algo de tiempo coloco dos tazas mientras veía la jarra con café. sirviéndole uno para su madre y otro para él. Ella termino y le tiende la taza hacia ella lo cual agradece.
Nicole: ¿vas a estar despierto?
Gumball: ya que estoy puedo hacerte algo de compañía. Además, en una hora empiezan las clases. Tengo tiempo.
Nicole: si estás seguro. - ella se sienta dándole un sorbo de café mientras su hijo hacia lo mismo… y su boca se encogió haciendo que su madre se riera.
Gumball: me había olvidado… te gusta fuerte. - ella se rio mientras él sacudía la cabeza rápidamente, estaba por buscar el azúcar, pero parpadeo rápidamente. – wow, me quito el sueño
Nicole: te ayuda a despertar, el café es un buen estimulante.
Gumball: hum… tal vez debería acostumbrarme.
Nicole: es mejor cuando tienes que hacer algo temprano, como trabajar.
Gumball: o ir a la escuela… recuerdo algunas veces que me dormido en el autobús cuando era niño… si no fuera por Darwin me perdería la mitad de las clases.
Nicole: ¿a si?
Gumball: en mi defensa me desvelaba jugando videojuegos que me resultaban interesantes y difíciles de pasar… o cuando estudiaba a último momento para un examen. – tomo otro Sorbo y nuevamente su boca se encogió. - si… tardare en acostumbrarme. - su madre se rio un poco más fuerte que antes. Viendo la hora que le quedaba poco tiempo para que trabajara y termino su café. Agarro las llaves del auto y se fue hacia la puerta de la entrada siendo seguido por su hijo.
Nicole: es hora de irme. Nos vemos.
Gumball: que tengas un buen día. - vio que ella salió y se dirigió hacia el auto.
Ella lo encendió, dio en reversa y decidió mirar hacia la casa viendo a su hijo a unos escalones de la entrada. Noto que dejo la taza en el suelo, juntaba sus dos puños y le levantaba los dos dedos pulgares. Miro su rostro y, incluyendo que se encontraban a cierta distancia, pudo apreciar como sus labios formaban dos palabras: "buena suerte". sonrió, asintió y se dirigió a su trabajo haciendo que su corazón se sintiera cálido. ¿Cuándo fue la última vez que alguien desayunaba con ella y la despedía de esa manera? A pesar de comenzar el día y tener que aguantar horas de frustración en el trabajo. Nicole sabia algo al respecto sobre este comienzo del día.
Su hijo había alegrado su mañana, incluso el día entero si era realmente honesta.
Espero que les haya gustado, como siempre, pronto el próximo. Bye bye
