Como ya saben nada de esto nos pertenece, la dueña de estos personajes es Stephenie Meyer, la autora de esta hermosa historia es la autora FyreByrd y la traducción es de AlePattz, Sullyfunes01 es nuestra prelectora.
Thank you Fyrebyrd for allowing us to share this beautiful story in Spanish.
[Traducido por EriCastelo en apoyo a AlePattz]
Capítulo 33: Intersección
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Día 69
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EPOV
El tono de llamada de Jay corta el silencio de nuestro viaje. Bella coge mi teléfono y lo pasa antes de dármelo. "Mierda, hermano. Ni siquiera nos has dado tiempo a recoger a los chicos. ¿Qué hacías, cronometrarnos?"
Se ríe. "No, en realidad tengo algunas noticias que compartir, pero ya que estás fuera de la corte, dime, ¿cómo les fue? ¿Ya todos son Masen?"
Miro a Bella y la sonrisa de satisfacción que luce me recuerda la realidad. "¡Claro que sí, hermano! Firmado, sellado y entregado. Somos oficialmente la familia Masen".
Emite un grito y mi sonrisa no hace más que crecer. "¡Carajo, sí! Hermano, estoy jodidamente feliz por ti. Por todos ustedes".
"Lo sé". Me río entre dientes. "Yo también sigo intentando hacerme a la idea".
"Lo conseguirás", dice y se aclara la garganta. "Son noticias maravillosas, pero yo también tengo noticias".
"Cuéntamelo, hermano", le digo. "Nada malo, ¿verdad?"
"No lo creo y creo que para ustedes tampoco".
"Bueno, te escuchamos entonces".
Se aclara la garganta. "Vic tuvo cita esta mañana y su médico ha decidido que si no se ha puesto de parto para dentro de una semana, el lunes, la va a inducir a primera hora de esa mañana".
Guardo silencio un momento, permitiéndome procesar la información. "¿Va todo bien?" pregunto finalmente.
"Sí, claro. Solo le faltan dos días para las cuarenta semanas y, como vamos a donar la sangre del cordón umbilical, quiere tener más control", afirma.
La mano de Bella en mi muslo llama mi atención y me giro para calmar su preocupación. "Espera, Jay, deja que ponga a Bella al corriente de lo que está pasando". Apoyo el teléfono contra mi pecho y respondo a su mirada interrogante. "Le han dado a Vic una fecha para inducirle el parto". Sus ojos se abren de par en par y se llenan de expectación, así que le doy la fecha, la del comienzo de nuestra lucha.
Ella asiente, reflexionando sobre esta nueva información. "Ya lo veo. Intentan asegurarse de que tienen cierto control de la situación. Pero, en cualquier caso, el centro nos aseguró que estarían listos las veinticuatro horas del día".
Me vuelvo a acercar el teléfono a la oreja contento de que Bella pareciera casi esperar la noticia. "Muy bien, hermano, ¿sigues ahí?".
"Claro, hermano", dice, y luego suspira. "Odio que el comienzo de algo increíble para mi familia sea el comienzo de algo duro para la tuya".
Sacudo la cabeza, aunque él no puede verme. "Ni hablar. Aunque será duro, el resultado es lo que hará que merezca la pena. No pienses nunca que estamos temiendo ese día. Cuanto antes llegue, antes podrá estar mejor nuestro hijo".
La cabeza de Bella se balancea junto con mis palabras. "Estamos deseando conocer a Leah, Jay", grita para que la oiga.
Me río entre dientes, me quito el teléfono de la oreja y pongo el altavoz. "Te toca con los dos", le informo.
"Pues hola, señora Masen", dice con un poco de picardía en la voz, a pesar de que es así desde el día en que nos casamos. "Sé que no vas a poder venir a conocerla, pero en cuanto podamos estaremos ahí para ayudarte en lo que nos necesites".
"Sé que lo harás, Jay", dice con una sonrisa en la voz. "Pero no se apresuren; esperen a que Vic y la bebé estén preparadas para el viaje".
"Por supuesto". Se burla sintiéndose afrentado. "Por cierto, ¡enhorabuena a los Masen!", aclama.
Suelta una risita y se me hincha el corazón. "Gracias, gracias, muchas gracias", responde ella con la peor imitación de Elvis que he oído nunca.
Jay suelta una carcajada. "¿Qué coño se supone fue eso?"
"Imagínatelo. Te amamos y hablamos luego", le digo y pulso el botón de terminar, con una sonrisa todavía pegada a los labios.
"Entonces, dentro de una semana, ¿eh?". pregunta Bella en voz baja.
"Eso parece. Y luego las pruebas tardan un par de días más, así que más o menos dos semanas". Me acerco y le cojo la mano. "Lo que le dije a Jay va en serio, nunca podremos avanzar si no aceptamos esto como lo que es. Es la cura de Jake. Su oportunidad de sanar por completo".
Ella suspira. "Tienes razón. No tengo ganas de verlo sufrir".
"Yo tampoco, cariño. Mi mente rechaza automáticamente ese pensamiento, pero él no se quedará como está ahora si lo evitamos para siempre. Estará peor que como estaba la primera vez que tuviste que llevarlo a Urgencias", razono, y en el fondo los dos lo sabemos.
Es difícil verlo ahora, tan bien, y pensar que lo que le espera le quitará todo eso. Al permitir este trasplante, estamos tomando a nuestro hijo aparentemente sano y haciéndole pasar por el peor escenario imaginable, pero tenemos que recordar que no está sano. Los medicamentos y las transfusiones son solo una manta. Están tapando la enfermedad que intenta acabar con él. Con este trasplante, la borraremos.
Estará curado.
Bella me agarra la mano y me saca de mis pensamientos. "¿Crees que realmente lo entiende?"
Intentamos explicarles a los niños que Jake tenía que volver al hospital, pero ¿cómo hacer que un par de niños de tres años entiendan un trasplante de médula ósea?
Suelto un suspiro profundo y resignado. "No, cariño, no lo creo. Tendremos que asegurarnos de estar ahí en todo momento -bueno o malo- y hacerle sentir nuestro amor".
"Estaremos allí todo el tiempo y seremos tan buenos con él que se cansará de tanto alboroto", dice ella y deja que se forme una pequeña sonrisa.
"Claro que sí, cariño". Le beso el dorso de la mano. "Sé que planeamos la fiesta de celebración para el domingo, pero yo digo que busquemos a los chicos y los llevemos hoy a comer pizza. Una fiesta privada solo para nuestra familia".
"Me parece perfecto", responde.
Nos dirigimos a casa de Charlie y Renee, donde los chicos están entusiasmados a pesar de que Jake lleva diciendo que su apellido es Masen desde la boda.
Ahora somos oficialmente los Masen. Hasta el último de nosotros y mi vida es casi perfecta.
Y con Jake curado. Lo será.
~SLT~
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Día 73
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La fiesta está en su apogeo y la mayoría de los invitados han llegado. Esme incluso ha podido traer a algunos amigos de Jake de su centro y nuestros chicos están extasiados. Están en el patio jugando y han acogido a Seth en el redil con los brazos abiertos.
Esto es algo bueno, pero también nos hace pensar en lo que está por venir.
Ya sabemos que va a ser difícil encontrar el equilibrio entre estar ahí para Jake y asegurarnos de que Seth no se sienta excluido. Hemos hablado con Esme y hemos hecho los preparativos para que Seth empiece la guardería en cuanto Jake esté ingresado. Fue una decisión difícil, pero tuvimos que tomarla.
¿Y Seth? Está completamente encantado. Y aunque Jake entiende que tiene que ir al hospital, ha dejado claro que tanto él como Seth irán a casa de la Sra. Esme cuando él salga. No tuvimos valor para decirle que eso tomaría tiempo.
Observo el patio y veo que Bella, Renee y mi madre están acurrucadas, sonriendo y charlando. Eso provoca mi propia sonrisa.
Mi relación con mis padres siempre ha sido buena, salvo por el fiasco de María, pero se trata de apariencias y dinero. Mi madre tiende a pasarse con los regalos y piensa que eso equivale a tiempo y no es así. Cuando los chicos de Jay la ven, quieren su regalo, no necesariamente a ella. Estoy empezando a ver una diferencia, sin embargo, desde que han sabido de Jake.
Se han esforzado más por la familia en general e incluso venir a Seattle tantas veces como lo han hecho ha supuesto una gran diferencia para mí. A veces mi padre sigue siendo un imbécil, pero lo hace desde el amor, el único tipo de amor que ha experimentado dar.
Charlie se acerca y me tiende una cerveza. "Bonita celebración la tuya, Edward".
"Sí", acepto, la destapo y bebo un largo trago. "Algo digno de celebrar, diría yo".
"Mira, hijo", empieza, poniéndome la mano en el hombro. "Seguro que tienes algo que merece la pena. Estoy jodidamente feliz por ustedes, demonios, por todos. Pero ustedes dos, tomaron una situación inimaginable y la convirtieron en un milagro. Estos chicos lo tienen todo ahora y eso se debe a ti y a Bella y no podría estar más orgulloso". Me da un fuerte apretón antes de retirar la mano.
Sintiéndome un poco ahogado por sus palabras, me quedo de pie y asiento con la cabeza en silencio. Hemos tenido suerte. ¿Cómo habría acabado esta situación si no hubiera sido Bella la que estuviera criando a mi hijo biológico? ¿Dónde estaríamos hoy Seth y yo?
"Soy un hombre afortunado, Charlie. No sé dónde estaría si estuviera en esta situación con cualquier otra persona. No quiero ni imaginarlo". Miro fijamente a mis hijos, que se turnan en el columpio, y luego dejo que mis ojos vuelvan a las mujeres acurrucadas. "Todo lo que puedo hacer es agradecer a mi estrella de la suerte que las cosas salieran como salieron".
"Yo también creo que Bella es una mujer con suerte". Acaba su cerveza y aplasta la lata con la mano. "Pero eso no significa que no te patee el culo si alguna vez le haces daño a mi hija o a mis nietos".
Me río y le miro a los ojos. "Eso no va a pasar nunca".
"Esperemos que no". Sonríe y se dirige a interrumpir la conversación de las mujeres.
En cuanto habla, los ojos de Bella se clavan en los míos. Una sonrisa se dibuja en sus labios y se acerca para darle un abrazo a Charlie antes de empezar a caminar en mi dirección.
¿Conoces esos anuncios? Esos en los que todo lo que rodea a una mujer se congela en el encuadre y lo único fluido es ella. Donde cada movimiento se acentúa como si el aire que la rodea celebrara su existencia.
Pues este es mi momento.
Mis ojos solo pueden verla a ella y ella brilla como un diamante en un mundo de ónice. Sus movimientos son fáciles, sin esfuerzo, y sonríe mientras cruza el patio para reunirse conmigo. Estoy anonadado por mi suerte, estupefacto por su belleza, asombrado de que no solo sea mía, sino que me haya tomado como suyo.
Su mano roza mi mejilla y me saca de mis pensamientos. "Eh, ¿adónde has ido?"
La rodeo con los brazos y tiro de ella, tan cerca que puedo enterrar la nariz en su pelo e inhalar. "A ninguna parte, cariño. Estoy aquí".
Se acomoda en mi abrazo y me rodea con sus brazos. Después de unos minutos, se separa y me mira con las cejas fruncidas. "¿Estás bien?
Le doy un picotazo en los labios. "Lo estoy. Simplemente agradecido. No puedes saber lo que esta celebración significa para mí".
Suspira y me aparta un mechón de la frente. "Cariño, ¿cómo puedes decir eso? ¿Crees que no significa lo mismo para mí? Nuestra familia lo es todo. No quiero ni imaginarme una vida en la que esto no exista". Hace un gesto entre nosotros.
"Yo tampoco, cariño. Jamás". Puntualizo mis palabras con otro beso firme.
Esta vez, un carraspeo me hace retroceder. "Edward, Bella", dice mi padre. "Siento interrumpir, pero quería hablar con los dos al tiempo y esta es la primera oportunidad que tengo".
Bella se gira a mi lado y mira a mi padre, acurrucándose bajo mi brazo. "Adelante", le insta.
Él mira alrededor del patio antes de traer sus ojos de nuevo en nuestra dirección. "Bueno, primero quiero disculparme", sus ojos se posan en Bella, "contigo. Bueno, con los dos, pero más que nada contigo, Bella, más que a nadie. He dejado que cosas del pasado influyeran en mi forma de actuar contigo y lo siento. Ahora veo que estaba fuera de lugar. No te pareces en nada a esa mujer y te eché en cara sus pecados".
"¿Qué ha provocado esto, papá?" Pregunto desconcertado por su repentino cambio de actitud.
No es que haya sido horrible con Bella, pero él y yo tuvimos una conversación privada cuando llegó a Disney y se dio cuenta de que yo no había pedido un acuerdo prenupcial. La discusión fue acalorada, pero se echó atrás y trató a Bella con respeto durante nuestras nupcias.
"Bueno, hijo, francamente no quiero que quede ninguna tensión cuando se ponga en marcha este trasplante. Ya va a ser bastante duro para ustedes dos, mis nietos y el resto de nosotros. Tu madre y yo queremos darles todo el apoyo que podamos y es mejor hacerlo sin malos sentimientos entre nosotros. Especialmente a la madre de mis nietos y a mi nueva hija". Esboza una pequeña sonrisa en dirección a Bella y abre los brazos.
Ella abandona la comodidad de mi abrazo y entra en el suyo. Casi se me hace un nudo en la garganta al ver la escena que se desarrolla ante mí. Es la aceptación de mi padre y no podría estar más feliz. Veo cómo susurran entre ellos y mi corazón se desborda.
Bella retrocede, se limpia el rabillo del ojo y vuelve a colocarse bajo mi brazo. Le beso la frente. "¿Estás bien, cariño?"
Cuando asiente con la cabeza, me vuelvo hacia mi padre. "Papá, no sé qué decir. Este gesto significa mucho para nosotros y creo que, con el tiempo, descubrirás que ha sido la mejor decisión que has tomado".
Se acerca y me agarra el hombro con firmeza. "Sé que lo es, hijo". Con un apretón más, da un paso atrás y busca la salida. "Voy a ver si las mujeres necesitan ayuda para preparar la comida".
Bella se echa hacia atrás y me mira. "Eso fue... inesperado". Sonríe. "Pero inesperado en el mejor sentido. Creo que voy a querer a tu padre".
"Recuerda quién es y estarás bien. Incluso cuando es un imbécil suele ser por amor, y así es como lo demuestra. Recuerda, la manzana no cae lejos". Sonrío para recordarle que, sí, puede que me parezca más a él de lo que ella cree.
"Me gusta tu tipo de imbecilidad". Su mano se posa en mi culo y lo aprieta con fuerza. "Y tu culo".
Me río entre dientes y maniobro hacia donde se desliza su mano. "Cariño, aquí hay niños".
Abre los ojos. "Uy, perdona". Esconde la cara en mi hombro y ríe en voz baja.
"No te creo". Le hago cosquillas en los costados, provocándole más risitas.
Cuando por fin se tranquiliza, nos dirigimos hacia donde casi todo el mundo está reunido y listo para comer.
"Edward, ¿podrías llamar a los chicos para que se laven?". pregunta Esme mientras Bella y yo nos acercamos.
"Claro", respondo, luego me meto los dos dedos en la boca y suelto un fuerte silbido.
Todos los niños dejan de hacer lo que están haciendo y se vuelven hacia mí. "Vamos, niños. A lavarse las manos para poder comer".
Una pequeña manada de chicos viene caminando por el patio en nuestra dirección. "¿Qué hay de comer?", pregunta Seth en cuanto está lo bastante cerca.
"Papá ha hecho un montón de sus platos favoritos", le responde Bella, y luego se dirige a todo el grupo. "De acuerdo, vamos a entrar, ponernos en fila y lavarnos para poder comer. ¿Lo han entendido todos?"
"Sííííí", corean todos a la vez.
Esme se une a ella y entre las dos conducen a los chicos al interior mientras el resto tomamos asiento y esperamos su regreso. Como esta vez había más chicos, les pongo una mesa especial justo al lado de la grande y otra más pequeña para colocar la comida y las bebidas.
Para cuando todo el mundo se ha acomodado en su sitio, la manada vuelve corriendo al patio con las mujeres a la zaga. Los adultos permanecen sentados mientras Bella, Alice y Esme les ayudan a preparar las bebidas y los platos. Una vez hecho esto, hago un gesto con la cabeza para que los adultos se sirvan.
Cuando por fin están todos sentados, me levanto y me aclaro la garganta. "Me gustaría dar las gracias a todos por haber venido hoy a celebrarlo con nosotros". Cojo a Bella de la mano y vamos hasta donde están sentados Jake y Seth.
"Hemos sido una familia desde el día en que Seth llegó a Seattle, pero esta semana nos han regalado un apellido y estos dos niños han conseguido a su padre ausente en un sentido legal. No podríamos estar más orgullosos de presentarles a ustedes, a los Masen". Agito la mano sobre los cuatro y nuestros amigos y familiares estallan en aplausos.
"Bravo, bravo", aclama Charlie, levantando su cerveza antes de dar un trago.
"Lo secundo", dice Jasper.
Sam, que está sentado en el suelo junto a Jake, suelta un aullido como si también estuviera de acuerdo.
Le doy una palmadita en la cabeza. "Lo siento, colega. Tú también eres un Masen". Mueve la cola y levanta las orejas.
Seth salta de su asiento y empieza a inclinarse como si fuera la estrella del espectáculo. "Vamos, Jake. Haz una reverencia", insiste, levantando a Jake de su asiento.
Los chicos de la mesa se ríen y los animan mientras hacen su reverencia. Finalmente, Seth deja de saludar y coge la mano de Jake. "Este es mi hermano, Jake Masen". Agita la mano en su dirección.
Entonces Jake toma el relevo, agarrando la mano de Bella. "Y esta es mi mamá, eh ..." Tira de ella hacia abajo para susurrarle al oído. Hablan en voz baja y luego vuelve a dirigirse a nosotros. "Mi mamá, Bella Masen".
Todos los adultos aplauden y gritan ante su proclamación y yo estoy tan rebosante de amor que me agacho y los alzo a ambos, levantándolos hasta mi cadera. "Los amo, chicos Masen".
Sus brazos me rodean el cuello y otro par nos envuelve a todos.
Nos quedamos de pie, absortos en la celebración, durante un minuto, antes de dejar a los niños en el suelo y permitirles que se reúnan con sus amigos. Cuando volvemos a la mesa, tanto Renee como mi madre se acercan y nos felicitan con lágrimas en los ojos.
Luego nos acomodamos y disfrutamos de una comida estupenda, una conversación relajada y la familia.
Cuando sacan la tarta, me suena el móvil del bolsillo. Ya sé quién es. No había manera de que pasáramos esta fiesta sin una llamada de Jay, ya que ellos no podían estar aquí.
Me levanto y me alejo para contestar su llamada. "No podías soportar que nos divirtiéramos sin ti, ¿eh?" Me río entre dientes.
"Edward", dice, con voz seria, sin rastro del tipo desenfadado y divertido que conozco.
"¿Qué pasa?" Inmediatamente empiezo a asustarme y vuelvo corriendo hacia Bella, dándole un apretón en el hombro para que sepa que pasa algo.
"Es Vic. Se ha puesto de parto. Vamos de camino al hospital".
