Septiembre llegó a su fin en un rato y octubre comenzó de la mejor manera. Las cosas iban relativamente bien para todo el colegio, las lecciones se hacían llevaderas, las tareas no eran tan difíciles, etc. Para Liam, las cosas estaban solo un poco mejor, cada tanto, él era llamado por la profesora Amelia, que le contaba mil y un detalles sobre lo que tenía planeado para su boda, y por el otro lado, el profesor Forker también lo llamaba, pero no exactamente para hablar de eso, aunque también lo hacía.
-ok Liam, va otra vez – dijo el profesor Forker en un día de esos. Agitó la varita y un cofre se abrió, de él salió una serpiente gigante
-R-riddikulus! – dijo Liam con dificultad
La serpiente se volvió a transformar, de nueva cuenta un basilisco apareció, pero el profesor Forker neutralizó al evidente boggart.
-bueno, lo dijiste mejor ahora – suspiro el profesor
-ah, no pedo decirlo ben – dijo Liam, definitivamente esa hoja no estaba siendo de mucha ayuda
-tranquilo Liam, yo sé que puedes – sonrió el profesor – mira, la luna llena es unas cuantas semanas, después de eso podremos seguir practicando si quieres
-Pod favod – suspiro Liam
-jaja, bueno, tomemos un descanso – río el profesor
El profesor Forker llamaba a Liam para que practicará con un boggart el solo, esto a petición de el mismo Liam, que después de la tercera clase viendo boggarts se cansó de pedirle perdón a toda la clase.
-oh, por cierto, Liam – dijo el profesor Forker – ten, Amelia me dijo que quería que yo te la diera
-qué es? – dijo Liam curioso
-es la invitación – sonrió el profesor y de un cajón saco un boleto – a la boda, claro
-oh, gradias – sonrió Liam y tomo la invitación
-ah, también quería decirte algo – dijo el profesor – mira, estuve hablando con Richard y él nos ayudará a hacer la comida
-aja… - dijo Liam algo confundido
-pero… Amelia y yo queríamos que tú preparas el pastel – sonrió el profesor – que dices?
-y-yo? – dijo Liam asombrado – no… no sé, no quedo que yo pueda hodnear algo así de impotante
-vamos! Yo sé que puedes Liam, eres bastante capaz, por eso confiamos en ti para que lo hagas – dijo el profesor amablemente – además, te voy a pagar
-a si? – río Liam – hmmm, no lo sé, vod a necesitar padtica
-Hablaré con Richard para que te ayude – sonrió el profesor – y en cuanto el pago… que te parecen 100 galeones?
-100 GALE… - Liam se quedó boquiabierto – cuedte conmego
-jaja, bien – río el profesor
Así que Liam se puso en marcha, todos los días después de clase empezó a practicar en la cocina. Eso era muy productivo para Liam, pero a los que más le gustaba esto era a los alumnos, por qué rebanadas de pastel se empezaban a servir en la cena. Poco a poco se acercaba la fecha, Liam adquiría más y más práctica, hasta que finalmente, un fin de semana a mitades de octubre, la fecha llegó. Ese día Liam se levantó muy temprano, empezó a cocinar después de hacerse algo pequeño para sí mismo. Todo el día paso, el evento sería por la tarde y Liam estaba a todo lo que daba, pero el problema no era terminar a tiempo, el problema era que la boda no sería en el castillo, por lo que tenía que saber cómo llevar un pastel de bodas de las cocinas de Hogwarts a otro lado que no fuera el gran comedor. También tenía que darse prisa si quería ir a el evento vestido formalmente y no vestido con una camisa cualquiera con un delantal de mezclilla y cuero.
-ya! ¡Entonces pon adencion! – le explicaba Liam a un elfo doméstico de la cocina
-por supuesto! – afirmó el elfo – estaré al pendiente señor!
-muchas gracias! – Liam corrió fuera de la cocina y subió rápidamente a su sala común
En esos momentos, Liam se preguntaba por qué la escuela no tenía ascensores. Llegando a su dormitorio estaba casi sin respiración, pero tomo aire apresuradamente y se metió a la ducha para tomar un baño rápido. Salió e inmediatamente empezó a vestirse apresuradamente, no había nadie más en el dormitorio así que era mucho más cómodo hacerlo. Finalmente, con un elegante traje negro que su madre le envío unos días atrás, se presentó nuevamente a la cocina.
-oh, Liam – dijo el profesor Richard
-profesor! – dijo Liam apresurado – cómo llevo el pastel?
-ah, no te preocupes – sonrió el profesor Richard – yo lo llevaré, puedes ir a la ceremonia
-oh, Ben, Ben – suspiro Liam – ¿y como llego?
-apunta con tu varita a la invitación – sonrió el profesor – pero hazlo afuera
-ok… - Liam salió rápidamente de la cocina y volvió a subir las escaleras
El atardecer ya estaba en su esplendor, Liam salió del castillo y apunto su varita a la invitación como el profesor se lo indico. De repente todo a su alrededor dio vueltas, Liam no se lo podía creer, nuevamente estaba en esa situación, no quería vomitar en su traje. Afortunadamente después de un segundo apareció en un campo verde, con una senda hacia arriba de una colina. Para su fortuna, no vómito nada y apareció de pie, guardo su varita y avanzo por la senda decorada de una forma ciertamente elegante.
-…y yo los declaro marido y mujer – dijo una voz de alguien mayor. Liam aparentemente llegó justo al final.
Las personas que estaban ahí se pusieron de pie y aplaudieron alegremente, Liam quién nunca había estado en una boda, así que solamente siguió la corriente de todos los demás. Al frente de todos, Liam pudo ver a la Profesora Amelia y al profesor Forker, vestidos ambos muy elegantes, la profesora con su vestido blanco y largo, el profesor con un traje negro muy elegante, aún que el solía usar muchos trajes de por si en los días normales, este en específico se notaba especial.
-pst, Ey, Liam! – dijo una vocecita susurrante alrededor de Liam, quién volteo a todos lados confundido – ¡aquí!
Liam por fin ubico la voz, a un lado de él, frente a algunos adultos que no conocía, se encontraba Emma, quién obviamente fue invitada junto a Jack y Amanda. Liam observo a Emma, como siempre, iba bien arreglada, llevaba un vestido sin mangas de color negro y que tenía cierto brillo en algunas partes.
-ven! – susurro Emma y tomo a Liam del brazo
Emma llevo a Liam al frente de todo, en donde Jack y Amanda se encontraban. Mientras Liam se acomodaba, pudo oír como un mago de una barba muy grande hablaba sobre cosas de matrimonio mientras Amelia y Anthony se miraban el uno a otro. Pero pronto el mago anciano termino de hablar y todos dieron un largo aplauso de alegría.
-ay, ¡qué bien se veía la profesora! – decía Amanda ya cuando todos los invitados estaban dispersos
-si! ¡Y lo que se hizo en el pelo! – decía Emma pasando sus manos por su cabello
-pues el profesor se veía bien – dijo Jack a Liam, quién asintió con la cabeza – oye, por cierto, ¿todo bien con el pastel?
- [si, el profesor Richard lo va a traer] – dijo Liam en lenguaje de señas
-genial, y… – Jack se acercó a Liam y le susurro – el pago?
- [al final de la noche] – dijo Liam sonriendo
-caray, 100 galeones Liam, eso es lo que ganamos en todo el año! – sonrió Jack
- [por cierto, en donde vamos a meter tantos galeones?] – dijo Liam mirando confundido a Jack
-en dónde? Pues… bueno… ¿en el armario? – dijo Jack alzando los hombros – oye, por cierto, te traje esto – Jack saco de su traje un estuche con las gafas de Liam
- [ah! ¡Muchas gracias! Me olvide completamente] – dijo Liam y tomo el estuche
Liam se puso las gafas, estaba oscureciendo ya, así que de todos modos pronto las necesitaría. La profesora Amelia y el profesor Forker saludaban a todos los invitados con una sonrisa, eventualmente fue el turno de los chicos, quienes se acercaron a los profesores a la primera oportunidad que vieron.
-Ay Liam de verdad que gusto que estés aquí! – decía la profesora Amelia abrazando animadamente a Liam, quién movía los brazos por qué la profesora lo empezaba a asfixiar
-profesora, se ve muy bonita! – decía Emma mirando a la profesora
-muchas gracias Emma – sonreía la profesora
-cuando me case yo también quiero un vestido así! – dijo Amanda animadamente, dirigiendo una clara mirada a el pobre de Liam
-sí, mejor que empieces a ahorrar – le dijo el profesor Forker a Liam, quién lo miro con ojos tristes
Después de eso, la cena llegó, Liam quién no había probado bocado desde la mañana agradeció los exquisitos platillos. Liam, junto con Jack, Emma y Amanda tenían una mesa que estaba muy cerca de la profesora Amelia y el profesor Forker, así que los chicos podían oír hablar a los profesores. Luego de comer, al lugar se presentaron unos magos muy elegantes que empezaron a tocar música apropiada para una boda. La noche brillaba junto a todas las estrellas, que se podían ver desde donde los invitados estaban. Al centro de las mesas había una bonita pista de baile, en donde la profesora Amelia y el profesor abrieron un baile, lógicamente. Parejas bailaban tranquilamente alrededor de la pista, Liam tenía mucha pena de invitar a Amanda a bailar, así que ella lo invito a él.
-esto… cómo va? – decía Amanda mientras sostenía a Liam de la cadera
-no lo ze – dijo Liam, evidentemente ninguno de los dos sabía bailar así
-ay… a ver… así? – Amanda subió su mano – no, no, mejor… solo abrázame
Liam hizo caso y los dos se abrazaron, empezaron a dar vueltas tratando de imitar a las parejas que estaban en la pista.
-en febrero te dije que nos casaríamos – dijo Amanda mientras daban tranquilas vueltas en la pista
-sí, lo decuedo – dijo Liam viendo a la mesa de la profesora Amelia, quién los veía muy emocionada
-Sigo queriéndolo – suspiro Amanda y abrazo más a Liam
A Liam la idea de casarse le parecía muy lejana aún, sin embargo, le gustaría que cuando llegara su turno, Amanda fuera la persona detrás del velo. Mientras tanto, Emma veía contenta a Liam y Amanda dar vueltas por ahí.
-ojalá Erika estuviera aquí – suspiro Jack viendo igualmente a su amigo
-solo Erika? – dijo Emma viendo a Jack de reojo – has estado saliendo con esa tal Lyra, entonces?
-entonces qué? – dijo Jack – solo somos amigos y eso
-claro que si – río Emma – dime, el otro día no fue ella quien te sostuvo de las manos?
-si… pero… es que tenía… algo en la mano… - dijo Jack pensando
-claro, claro – sonrió Emma – pon en orden tus pensamientos Jack, a Erika le… le caes bien, no lo arruines
-tengo en orden mis pensamientos – suspiro Jack
-a ver, entonces, estás saliendo o no con Lyra? – dijo Emma dando un pequeño golpe a la mesa
-bueno… un poco – contesto Jack
-un poco? – Emma le lanzo una mirada de desaprobación – no puedes estar de un lado a otro haciendo "solo un poco", nosotras tenemos sentimientos Jack, por si no te habías dado cuenta
-y por qué me dices eso a mí? – dijo Jack algo molesto – díselo a Liam, el habla con un montón de chicas
-Si, pero Liam tiene… novia – dijo Emma con un poco de dificultad en la palabra "novia" – ¿y acaso él estuvo por ahí saliendo con otras chicas cuando Amanda discutía con él?
-contigo – suspiro Jack
-sabes que no – lo miro Emma – solo pasamos tiempo juntos
-Y no me invitaron – dijo Jack con una sonrisita
-no te invitamos? – Emma miro confundida a Jack – bueno, de todos modos, estabas demasiado ocupado jugando a ser Lockhart
-ugh, ok… - suspiro Jack y miro a Emma – te gusta pasar tiempo con él, ¿no?
-si… – Emma noto como la conversación se empezaba a desviar – somos amigos, se supone que lo haga
-segura que solo por eso? – dijo Jack con una risita – no me mientas
-no te miento – dijo Emma sin dirigirle la mirada, pasando sus dedos por el collar de media luna que tenía puesto
-claro – sonrió Jack
Poco después Liam y Amanda regresaron a la mesa, bastante contentos. La canción tranquila cambio por otra igualmente tranquila pero notoriamente más motivadora para bailar en compañía.
-ejem, Emma, quieres bailar? – dijo Liam viendo contento a Emma
-ah… eh? ¿Yo? – dijo Emma confundida – por qué yo?
-porque quiero bailar contigo – contesto Liam – es… obvio no?
-eh… – Emma le dirijo una mirada a Amanda, quién le sonrió y asintió con la cabeza – claro, claro, ¿por qué no?
-genial, vamos – sonrió Liam y se levantó, Emma le siguió
Así los dos subieron a la pista, Emma, a diferencia de Liam y Amanda, si sabía bailar, así que se puso en posición esperando a que Liam hiciera su parte, lo cual evidentemente no hizo.
-dame la mano – dijo Emma viendo a Liam
-eh? – contesto Liam confundido
-dame la mano, para bailar – río Emma – a ver, así – dijo y tomo las manos de Liam, una la sostuvo con su mano – y está aquí – la otra la puso en su cintura
-pero… – dijo Liam sorprendido
-tranquilo Liam – sonrió Emma y puso su otra mano en la cintura de Liam – yo te enseño, no te preocupes
Así Emma le indico cada paso que Liam tenía que dar hasta que eventualmente Liam lo entendió. Los dos bailaban tranquilamente, después de que Liam dejara de ver sus pies, por temor a pisar a Emma, subió su mirada. Emma lo miraba con una sonrisa, Liam dirigió su mirada a los ojos de Emma, que eran de color verde y brillaban junto con la luz de la luna, junto con la propia iluminación del lugar. Por su lado, Emma también veía a Liam a los ojos, ojos cafés detrás de unas gafas que los destacaba por sobre todo lo demás. De repente Emma empezó a sentir como si no estuviera ahí, lo único que podía ver era a Liam enfrente de ella, sentía como si flotara junto con la música y una felicidad tremenda la invadió.
-me gusta ese collar – le dijo Liam a Emma
-eh?... Ah, sí, si – dijo Emma volviendo a la tierra – a mí también
-por eso lo compre – río Liam – los chicos podemos llevar collares?
-ah… si, pueden – contesto Emma – por qué preguntas?
-me gustaría usar uno – sonrió Liam – aún que sería un poco difícil por el uniforme
-lo se jaja – río Emma
La canción termino antes de que Emma se diera cuenta, Liam y ella regresaron a su lugar y fue en ese momento cuando Emma se dio cuenta de lo mucho que quería seguir bailando con Liam, así que lo hizo, en la siguiente canción, y en la siguiente, y en la siguiente.
El evento continuo como tenía que continuar, Liam, bastante cansado por bailar, fue llamado por el profesor Richard, que había llegado ya hacía un muy buen rato.
-entonces ya es hoda? – dijo Liam junto al profesor Richard, en una parte algo alegada del evento
-sí, el pastel está aquí – dijo el profesor apuntando a un carrito muy elegante
-genial, como lo trajo? – pregunto Liam viendo el pastel que cocino
-oh, unos hechizos sencillos de aparición jeje – dijo el profesor contento
-genial! Ay, espedo que me haya quedado bien – dijo Liam nervioso
-te quedó bien Liam, no te preocupes – sonrió el profesor – les encantará
-eso espero – dijo Liam intranquilo
-Ven, vamos a llevarlo – dijo el profesor y puso una mano sobre el hombro de Liam
Liam y el profesor Richard tiraron del carrito, Liam pensó que el pastel se movería y temblaría por qué el terreno no era precisamente lizo, pero sorpresivamente no lo hizo, iba a preguntar al profesor Richard hasta que recordó que estaba estudiando en una escuela de magia. Decidió que se sorprendería del mundo mágico en otra ocasión cuando llegó hasta el evento nuevamente. Todos se centraron en el pastel, el profesor Richard corrió a su mesa y Liam, que no sabía qué hacer, se quedó inmóvil y muy nervioso junto al carrito mientras el profesor Forker y la profesora Amelia se acercaban al pastel.
-ven Liam, ven – dijo la profesora Amelia muy sonriente
-no, no, es que… yo… no se si tenga que… mejor me voy – dijo Liam muy nervioso
-no! Ven con nosotros Liam – sonrió la profesora Amelia y tomo a Liam del hombro
Liam no tuvo de otra más que hacerle caso a la profesora. Así que ahora estaba en medio del profesor Forker y la profesora Amelia, ambos sostenían a Liam de los hombros y saludaban a todos. El momento de tensión llegó después de que la profesora Amelia cortará un pedazo del pastel, Liam miraba como el pastel era cortado y se sentía como si estuviera al borde del fracaso absoluto. Pero afortunadamente, no fue así.
-hmm, esto está muy rico! – dijo la profesora Amelia después de probar su pastel – muy bien Liam!
-ves? Te dije que saldría bien – sonrió el profesor Forker – pruébalo
Liam no se podía creer lo que escuchaba, tomo un plato y se sirvió un pedazo de pastel, después una cuchara y se llevó un poco a la boca, sabía bien, o normal. Liam nunca encontraba ese irresistible sabor que todos decían que tenía su comida, para el todo sabía normal, como se supone que tiene que saber, y no sabía por qué la gente decía que su comida era tan buena, al menos para él, la comida de los elfos de la cocina sabía mucho mejor.
Solo tomo un poco, no quería tragarse la hoja de mandrágora, dejo el plato e intento irse a su mesa, la profesora Amelia no lo dejo.
-lo siento, no quería arruinar el evento – suspiro Liam cabizbajo
-no lo hiciste – sonrió la profesora Amelia – de hecho, creo que todos se la están pasando demasiado bien… – dijo viendo a todos los invitados disfrutar de sobremanera del pastel
-ejem, si Liam – dijo el profesor Forker tomando su tercera porción de pastel – te quedó muy bien, y además muy bonito
-seguros? – dijo Liam mirando a la pareja
-totalmente – contesto la profesora Amelia – muchas gracias Liam – dijo y lo abrazo
Liam sintió como una sensación de comodidad, calidez y seguridad lo invadía. Sentía eso siempre que su padre o su madre lo abrazaban o le decían cumplidos.
-no hay de que – sonrió Liam
Así, el evento siguió su rumbo. Los invitados siguieron disfrutando del pastel y de la fiesta. Más noche todos se empezaban a despedir, felicitaban a la profesora Amelia y al profesor Forker, hasta que finalmente casi todos se fueron, después de que el profesorado de Hogwarts, incluso McGonagall, se fueran, solo quedaron la profesora Amelia, el profesor Forker, el profesor Richard, Liam, Jack, Emma y Amanda.
-Amelia Forker, pueden creerlo? – río la profesora
-Suena increíble – contesto el profesor Forker
-sí, suena bien – río el profesor Richard – entonces, díganos, desde cuándo se interesaron en el otro?
-oh, ya sabes Richard – dijo el profesor Forker muy alegre – desde que la vi entrar a la sala de profesores, me enamoré profundamente
-Awww, gracias Anthony – dijo la profesora Amelia sonrojada – pues yo…
-Desde que lo vio en Hogwarts – contesto Liam – en su 6to año, cuando la defendió de un… eh… no recuerdo el nombre, pero fue de un profesor
-un mortifago – dijo la profesora Amelia estremeciéndose un poco – sí, me defendió de el
-y me gane unos cuantos cruciatus – el profesor Forker también se estremeció
-qué es eso? – dijo Liam confundido
-no necesitas saberlo aún – suspiro el profesor Forker – y… oh! ¡Claro, eras aquella niña! ¡La de coletas! – dijo y miro alegremente a su esposa
-sí, usaba coletas jaja – sonrió la profesora Amelia – desde aquella vez… nunca imaginé volverlo a encontrar, pero cuando entré a trabajar a Hogwarts, en el primer día no me lo podía creer
-qué lindo – dijo Jack comiendo pastel – ojalá también pase con… bueno, ya saben – Jack apunto con la mirada a Liam y Amanda
-pasara – dijo Amanda confiada
-claro, si quieren pueden hacerlo ahora mismo – río Jack – no te gustaría? Amanda Baker, ¿eh?
-Amanda Baker… oh… – dijo la chica sorprendida
-jaja, ay niños – río la profesora Amelia – son muy jóvenes para eso, pueden pasar muchas cosas por el camino
-quiere decir que… – Amanda vio entristecida a Liam
-oh, no, nono, no quise decir que se acabaría! – dijo la profesora Amelia apresuradamente
-no quiero! – pataleo Amanda – Liam! ¡Te prometo que no te voy a dejar!
-yo… yo tampoco – dijo Liam sorprendido
-eso… cuenta como comprometidos? – dijo el profesor Richard a el profesor Forker
-creo que si – suspiro el profesor Forker
Todos pasaron un buen rato, los profesores hablaban sobre viejas memorias de cuando ellos iban en Hogwarts, todas resultaban muy divertidas, excepto cuando recordaban que también en esos años un cierto temor rondaba el colegio, el temor de que un viejo sin nariz entrara a matar a todo aquel que no considerada digno de ser un mago. Pero todo eso había pasado, Liam estaba seguro de eso, y cuando escucho todas esas historias y como el ánimo de los profesores cambiaba conforme se acordaban de esas partes, Liam se alegró de que todo eso se hubiera acabado.
Finalmente, el profesor Forker y la profesora Amelia se despidieron, estarían fuera una semana, disfrutando de su luna de miel. Liam se despidió de sus profesores muy contento, sabía lo mucho que los dos se querían así que se alegró de que por fin pudieran vivir esa felicidad. Pero el problema vino cuando los chicos se empezaron a cuestionar como volver al castillo, para fortuna de ellos, el profesor Richard tenía un carruaje, en el que perfectamente cabían todos. El carruaje era tirado de algo invisible, justo como los de Hogwarts, solo que, en vez de ir pegados al suelo, está vez empezaron a volar.
Los días avanzaron, la materia de defensa contra las artes oscuras era repartida por el mismísimo Harry Potter, a quienes habían visto ya antes, el solía dar alguna que otra clase cada que podía, pero aparentemente tenía una semana sumamente desocupada y podía venir al colegio todos los días. La materia de Transformaciones fue impartida por el profesor Richard, que como no era muy avanzado en la materia los puso a transformar cerillos en alfileres y demás cosas menores. El 24 de octubre llegó, a Liam le hubiera gustado que la profesora Amelia estuviera ahí, por qué ese día, o más bien, noche, era luna llena y por fin podría sacar esa hoja de mandrágora de su boca.
-Conde chocula? ¿Quién ordenó esto? – dijo Liam viendo una caja de cereal en el desayuno
-ni idea – suspiro Emma viendo a Liam – ejem, Liam, hoy es 24
- [lo sé] – dijo Liam bebiendo su desayuno, un jugo verde que era preparado amablemente por un elfo únicamente para Liam, que había adquirido práctica en beber por un popote su comida – [puedes ayudar a el profesor Richard a traer los ingredientes en la noche?]
-ah, claro, por supuesto Liam – sonrió Emma – ahí estaré!
-yo también voy a estar eh – dijo Jack algo irritado
- [claro, me gustaría que estuvieran ahí los dos] – sonrió Liam
Al desayuno llegó Amanda, aparentemente había estado estudiando hasta tarde y se despertó más tarde de lo normal. Pero también llegaron las lechuzas, Liam no esperaba recibir ninguna, pero lo hizo.
-eh? ¿Una carta para ti? – dijo Emma confundida
- [que será?] – Liam tomo la carta de las garras de la lechuza
La lechuza salió volando rápidamente, Liam vio la carta y la abrió. Era de la profesora Amelia.
"¡Hola Liam, te escribo desde París! ¿Sabías que aquí hay una escuela de magia? ¡Acuden los franceses y los españoles, toda esa zona! Se llama Beauxbatons. En fin, cuando te llegue está carta será 24 de octubre, ¡por fin podrás sacar esa incómoda hoja de mandrágora! Me hubiera gustado estar ahí, lo siento, pero estará contigo la profesora McGonagall, me siento más tranquila por eso, ojalá la noche este despejada. ¡Oh, y Anthony te manda saludos! ¡Te queremos!
Con cariño
Tu profesora y amiga: Amelia Forker
Pd. Te dejo una foto de la torre Eiffel, ¡espero te guste! Será fácil, estoy yo en ella."
Liam dejo la carta a un lado muy contento, después vio en el sobre, efectivamente había una fotografía ahí, la saco. La foto era de la torre Eiffel, abajo estaban la profesora Amelia y el profesor Forker muy contentos, la foto se movía y ambos estaban saludando a la cámara.
-wow, que bonito – decía Amanda viendo la foto – podemos ir Liam?
- [cuando seamos mayores] – sonrió Liam – [me gustaría ir contigo]
-awww Liam – dijo Amanda y abrazo a Liam
Emma, quién estaba del lado contrario de la mesa, vio todo eso y se le hizo un hueco en el estómago. Anteriormente no le gustaba ver a Liam y Amanda darse cariño mutuo por qué era muy incómodo ver a su mejor amigo asiendo esas cosas, pero está vez era algo diferente. Emma sintió cierta envidia, quería que Liam le dijera eso a ella y a nadie más. Ah diferencia de otras veces en las que Emma quería a Amanda fuera del camino por simple competencia, está vez quería a Amanda fuera del camino solo para ponerse en su lugar. Se empezó a cuestionar por qué quería esas cosas, no encontró respuesta.
-uy! ¡Si! ¡Conde chocula! – dijo Amanda contenta mirando la caja del cereal – lo estuve esperando toda la semana!
-[que?] – dijo Liam mirando confundido a Amanda
Pero su conversación fue interrumpida por la campana que indicaba el inicio de las clases, Liam y Amanda salieron rápidamente del gran comedor. Emma espero a Jack, quién estaba muy tranquilo viendo todo.
- "con gusto Liam" – arremedo Jack a Emma mientras salían de el gran comedor – que fue eso?
-cállate Jack – dijo Emma molesta – nos vemos luego
-claro enamorada – río Jack y salió corriendo
¿Enamorada? Se pregunto Emma, ella no lo estaba, en absoluto, no, no podía ser eso, Liam era su amigo, ¿cómo podría hacer eso? No, ella no lo estaba, solo le caía bien su amigo, solo era eso.
Las horas pasaron, la tarde llegó, el atardecer ocurrió como siempre, y al final, la luna subió en todo su esplendor, temida por los hombres lobo, pero amada por los románticos. Era una noche tranquila y despejada, las estrellas brillaban juntas como una bonita armonía acompañadas de la impresionante luna llena. Liam se encontraba a las afueras del colegio, estaba sosteniendo una botellita de cristal redonda, pronto apareció el profesor Richard junto con Emma y Jack.
-hola! – saludo Emma animadamente
-hola – sonrió Liam – tienen todo?
-lo tenemos – río el profesor Richard
A el grupo acudió un gato atigrado, Liam lo vio bastante sorprendido, se preguntó que hacía ahí, hasta que McGonagall se transformó.
-buenas noches señor Baker – saludo McGonagall
-p-profesora! Buenas noches – dijo Liam sorprendido
-pensé que sería adecuado presentarme así – sonrió McGonagall – espero le traiga suerte
-Gracias jaja – dijo Liam contento – ejem, ¿empezamos?
-adelante – dijo McGonagall
Liam sonrió, luego abrió la boca y abrió la botella, escupió la hoja de mandrágora dentro. Después Jack le cortó un cabello y se lo entrego
-aquí tienes – sonrió Jack
-gracias – dijo Liam y lo tomo, después lo introdujo a la botella
Después Emma se le acercó con una hoja que tenía rocío plateado. Liam tomo la hoja con cuidado y vacío el contenido en el frasco. La misma Emma saco de su túnica una crisálida
-polilla Halcón cabeza de muerte – dijo Emma y le entrego la crisálida
-perfecto – sonrió Liam y con cuidado introdujo la crisálida
Con mucho cuidado, Liam cerro el frasco. El profesor Richard se acercó rápidamente con una caja de madera, la abrió y adentro había un pequeño apoyo que podía sostener el frasco perfectamente. Liam introdujo el frasco con mucho cuidado, luego de lograrlo el profesor Richard cerro la caja, Liam suspiro aliviado.
-listo – sonrió – ahora… a esperar
-no tan rápido – dijo McGonagall – recuerde señor Baker, cada mañana y tarde tiene que hacer un hechizo, sabe cuál es, ¿no?
-si – asintió Liam contento
-perfecto, entonces, llevemos esa caja al salón de Transformaciones – sonrió McGonagall
Así lo hicieron, con mucho cuidado todos fueron a el salón de Transformaciones, luego, al despacho de la profesora Amelia, que estaba evidentemente sin su ocupante. Liam abrió un cajón que estaba un poco al ras del suelo y coloco la caja ahí con mucho cuidado, lo logro, finalmente, aliviados, todos se retiraron a dormir.
Antes de que amaneciera, Liam, Jack y Emma estaban reunidos, McGonagall también estaba ahí, quería ver de primera mano si Liam realizaba bien lo que tenía que hacer. El amanecer llegó y Liam saco su varita, la apunto a su pecho y dijo muy claramente:
-Amato Animo Animato Animagus – la punta de su varita empezó a brillar, Liam daba vueltas a la varita alrededor de su pecho, luces rojo salmón giraban a la par de su varita
-increíble… - dijo Emma asombrada
-bien… muy bien… - observaba McGonagall
Finalmente, las luces se extinguieron conforme el amanecer se transformaba en la mañana.
-lo hiciste! ¡Muy bien Liam! – decía Emma mientras abrazaba animadamente a Liam
-exacto, muy bien señor Baker – sonrió McGonagall
-gracias jaja – sonrió Liam
-recuerde, tiene que realizar el hechizo todos los amaneceres y atardeceres el tiempo que sea necesario – explico McGonagall – hasta una tormenta eléctrica
-por supuesto profesora – dijo Liam – lo haré, cuente con ello
-muy bien – sonrió McGonagall – tenga un buen día señor Baker – dijo y se fue
Así, finalmente, Liam estaría más cerca de volverse un animago. Los chicos celebraron esto dándose un buen festín en el desayuno.
