El chico alzó las cejas -- Esta decisión de ayudarte la tomé yo.
-- Lo sé, pero no puedo obligarte a estar para siempre con alguien a quien no amas -- soltó con un tono apagado pero sin dudar -- Eres un buen chico, mereces tener una familia que sea de verdad y no una simple farsa.
-- Sarada... -- el chico se quedó sorprendido, no esperaba exactamente esa respuesta -- Pero tú...
-- No te preocupes -- le interrumpió tomándole de la mano -- estaré bien, creo que tú y Kawaki tienen razón, no tengo porque hacer lo que mi familia quiera, aún si son tan importantes como lo son para mí. Me atentare a las consecuencias aún y si me destierran.
-- ¿Y si lo intentamos? -- hablo sin pensar Boruto mirando sus manos juntas -- ¿Y si mejor intentamos ser una pareja de verdad?
La Uchiha se quedó sin palabras; sus ojos revolotearon por todo el rostro de su compañero rubio, en busca de algún ápice de broma u algo similar. Pero no había nada, su rostro mostraba seriedad y una firmeza inquebrantable. Sus ojos se agrandaron un poco más por la sorpresa, no había pensado ni por un segundo que ese chico tuviera esa clase de sentimientos hacia ella, realmente, siempre había pensado que todo lo hacía en favor del objetivo.
Su mirada se cruzó con la suya, mirando aquellos ojos azules que le parecían de lo mas bonitos. Soltó un pequeño suspiro nervioso y sentía como su respiración se entrecortaba, por unos minutos se quedó muda, no tenía idea de como reaccionar, no tenía mucha experiencia en temas románticos.
Boruto se aclaró la garganta provocando un pequeño sonido que alertó a la Uchiha, está miro de nuevo sus manos unidas haciendo que de su rostro surgiera un pequeño sonrojo -- Eh -- trago saliva mientras sus manos temblaran levemente -- T-tu... qui-quieres que no-no... -- las palabras no salían con fluidez, era totalmente extraño, podía hablar y debatir enfrente de cualquier persona pero con él no podía soltar una oración congruente -- Bo-boruto...
-- ¿Si? -- respondido tratando de contener una carcajada. Quien hubiera pensado que esa pelinegra tuviera ese lado tan tímido dentro de ella, si no le interesará tanto su respuesta, terminaría riéndose rompiendo el hilo de la conversación y probablemente recibiendo un golpe de ella.
-- Seamos novios... -- le dijo con una voz tan baja que muy apenas el Uzumaki pudo oír, la chica trago saliva y se acercó lentamente hacia él, estando a una distancia en las que ambos podían sentir sus respiraciones. El chico fue el que tomó la iniciativa para romper esa pequeña brecha que quedaba entre ellos y besarse de una manera dulce.
.
.
.
.
.
.
.
Meses después
Boruto bostezaba cansado mientras se echaba en el sillón para poner alguna serie para entretenerse, había hecho algunas palomitas y estaba listo para echarse un maratón antes de quedarse completamente dormido. Sin embargo, un pequeño sonido le molestaba.
A unos metros, se encontraba Sarada en la mesa del comedor que daba enfrente de la sala. Solían tener esa costumbre de ver juntos alguna serie, aunque en ocasiones (como aquella) la pelinegra se sentaba en la mesa para arreglar unos papeles pendientes, el rubio siempre bromeaba con ella diciéndole que un día de estos se quemaría sus ojos por tanta lectura pero eso no la detenía en lo absoluto. Sin embargo, en esa ocasión la Uchiha parecía mucho más nerviosa de lo habitual, el chirrido de su pluma sonaba con rapidez contra la mesa.
-- Sarada, vas a destrozar esa pluma -- le dijo Boruto mientras elegía alguna serie que se viera interesante -- ¿Por qué no vienes y descansas un poco?
Habían pasado ya unos meses desde que oficialmente ambos decidieron entablar una relación formal. Y como vivían literalmente a un lado, solían repartirse los días para estar juntos en un departamento y otro día en el otro.
-- Estoy preocupada -- aclaró Sarada deteniendo ese frenético movimiento con su pluma -- La situación es aterradora -- El chico al escuchar eso se erizo por completo, no le agradaba para nada eso.
-- ¿qué ocurre?
La chica se mordió el labio inferior, ciertamente el tiempo que había pasado con Boruto se la había pasado muy bien. Sin embargo, había algo que la tenía preocupada o más bien alguien; el ataque que hubo en la cena de negocios en su momento no le dio mayor importancia, más bien, su cabeza estaba concentrada en cuidar del rubio que se le pasó por completo la idea de que tuviera algo que ver con el criminal o siquiera si la buscaban a ella o a su familia.
Lo cierto era que podría ser así, no lo tenía del todo claro. Mitsuki quien era un chico que a pesar de parecer un poco raro era una persona sumamente inteligente que le había dicho que ese ataque probablemente haya sido una señal de amenaza para su familia y otras cinco más que estaban dentro de los inversionistas más grandes.
Pero no le diría nada de eso, odiaba preocuparlo y más cuando todo lo que tenía en la cabeza estaba sin un fundamento, así que prefirió decir la primera cosa que se le ocurrió -- Tu tía Hanabi y Himawari me citaron mañana en la casa Hyuga a las cinco.
Boruto encarco la ceja -- Es tu día libre, no creo que tengas problema en eso.
-- Lo sé, pero...
-- ¿Tienes miedo? -- dijo en tono de burla -- Son personas amigables, no tienes porqué sentirte preocupada.
-- Eso lo dices tú.
-- Ya, ya, más adelante me comprenderás -- le dio una sonrisa ladeada, estaba seguro que Sarada le caería muy bien a su familia -- Por cierto, ¿estarás ocupada el sábado en la noche?
-- No, está semana no tendré tanto trabajo.
-- Entonces iremos a la junta de los inversionistas con tu padre -- dijo Boruto con los ojos brillosos mientras que la Uchiha se ponía pálida. Si bien, era común que cada mes hubiera una junta similar, saber toda la información que le dijo Mitsuki le aterraba la idea de que pudieran atacarlos de nuevo -- ¿Sabías que ya le caigo mejor? Ya hasta me dio una sonrisa por mi fenomenal desempeño.
-- Bueno, era de esperar -- dijo ella levantándose de la mesa para ir con él al sillón.
La Uchiha por dentro se moría de los nervios, no quería que fuesen a la reunión, sentía un leve temor de que todo terminase como la vez anterior -- ¿y si mejor no vamos?
-- ¿Qué?
-- Si, ya sabes, no es tan importante -- dijo desviando los ojos aunque internamente sabía que era algo importante.
-- Eres malísima mintiendo, Sarada -- dijo el chico negando con la cabeza -- ¿Acaso tienes algo más importante que hacer? -- dijo alzando la ceja -- No lo sé, como invitarme a cenar.
-- No me convences -- dijo esta entrecerrando los ojos -- Podemos ir al museo.
-- Eh, sabes que a las personas se les enamora con el estómago -- el rubio hizo un pequeño puchero -- Pensé que me llevarías a comer, que poca romántica, Uchiha.
-- ¿No se supone que tú deberías hacer eso?
-- ¡Hey, los chicos también merecen ser invitados a comer! -- la Uchiha le dio una sonrisa para después abrazarlo.
-- Bien, bien, te invitaré a comer -- dijo escondiendo su rostro en su pecho, aspirando su aroma varonil. El chico no dijo más y acepto su abrazo acercándola más a él, le encantaba tenerla cerca.
-- Claro, pero tampoco me puedes decir que no vayamos a la junta del sábado -- bajo los hombros -- sé que es de lo más aburrido en ocasiones, pero es parte fundamental de nuestro trabajo llegar en acuerdos.
No podía refutarlo, tenía razón. Sin embargo, los nervios no dejaban de estar en su cuerpo. No sabría que haría si le hicieran algo a él o a su familia.
La Uchiha se paró lo más recta posible en la puerta de la casa. Ciertamente, apreciaba mucho a la hermana de su novio, aunque no podía evitar notar que detrás de esa fachada de una chica tierna había un gran demonio en su interior. Lo supo hace unos días cuando llego de improvisto a su oficina; la Uzumaki fue para decirle que la invitaba a la casa de los Hyuga para ponerla aprueba y ver si era lo suficiente para Boruto. De verdad, cada palabra que salía de su boca parecía como la más cruel amenaza por si ella hacía algo para lastimar a su hermano. Así que, después de todo eso no pudo evitar sentirse un poco preocupada, no quería defraudar a Boruto ni a su familia.
Sin más reparos y sin ver alguna otra forma de evitar esa situación tocó la puerta tres veces, no tardó más que unos pocos minutos en las que una mujer con un aspecto voluptuoso abriera la puerta -- ¡Hola, Sarada-chan! -- le saludo Hanabi mientras hacía ademanes para que entrara -- Te estábamos esperando -- la Uchiha asintió con la cabeza para entrar a la vivienda.
-- ¡Hoy es noche de chicas! -- dijo Himawari con una sonrisa corriendo hacia donde estaban las otras dos-- ¡Así que ni se te ocurra irte antes de que acabemos con todo! -- una pequeña gota de sudor recorrió por la cien de la pelinegra, tenía el presentimiento de que no iba a salir nada bien.
.
.
.
.
.
.
-- ¡Y entonces me dejó arrastrada como una gata! -- gritaba Hanabi con enojo tirando el vaso de vidrio contra la pared, haciendo que los nervios de la Uchiha subieran a tope -- ¡Y le llore debajo de la lluvia, es un desgraciado!
-- Debería dejar de tomar -- apuntó la pelinegra intentando quitarle la botella de sake que fue rápidamente tomada por Himawari.
-- ¡No! -- gritaron ambas.
-- Borrachas -- resopló la Uchiha mientras se acomodaba de una manera elegante en su asiento, ni loca las iba a dejar solas estando en ese estado, iba a llamar a Boruto para que le fuese a ayudar, así que como pudo agarro su teléfono e intento marcar unos números cuando vio por el rabillo del ojo como ambas chicas la miraba con desaprobación.
-- ¡No, no, no! -- le gritaron ambas de nuevo aventandose contra ella, haciendo que cayera en el piso, estrellando el celular contra el piso en el proceso y este quedase inútil de utilizar de nuevo, ¡Ya no prendía la pantalla! se estaba saliendo de sus manos la situación -- ¡No le vas a llamar a Boruto!
-- ¿Y a la policía? -- soltó mientras retrocedía -- ¡Siento que me van a hacer algo!
-- Claro que no, Saradita... -- una sonrisa retorcida salia de la boca de Himawari haciendo que la mencionada tuviera un mal presentimiento.
.
.
.
.
.
.
-- ¡Como te quiero, Himawari! -- dijo la Uchiha con las mejillas sonrojadas mientras todo su cuerpo se apegaba a la de la chica -- Eres una chica muy muy tierna -- dijo mientras le jalaba de manera cariñosa el cachete y la chica soltaba una pequeña sonrisa.
Boruto se quedó en la entrada mirando la escena con un toque de gracia.
Eran aproximadamente las dos de la madrugada, la última vez que Sarada le había mandado un mensaje fue a las siete avisándole que llegaría en dos horas, pero no había llegado y ahora sabía la razón.
¡Estaban completamente borrachas! Su tía estaba en la lavadora diciendo que estaba cocinando un huevo porque tenía hambre, ni el entendía muy bien cómo iba a hacer eso en la lavadora, mientras tanto su novia se encontraba muy melosa con su hermana quién le recibía gustosa los mimos de la Uchiha, hasta sentía que su hermana le estaba robando a su novia.
-- Vaya, pensé que cualquier novia que tuviera la matarías -- mencionó Boruto divertido, ciertamente le parecía curioso que Sarada no haya sido víctima de los celos de su hermana.
-- ¡Boruto, ya llegaste! -- La Uchiha se alejó como pudo de la chica para abrazar de manera efusiva al rubio -- ¡Te extrañe tanto, no sabías las ganas que tenía de besarte! -- dijo ella riendo escandalosamente, no era algo que fuese tan gracioso pero el alcohol estaba haciendo estragos en su cuerpo.
-- Vamos por agua -- le propuso el chico con la ceja alzada -- Realmente estás muy borracha.
-- ¡Yo no quiero agua, yo te quiero a ti! -- hizo un pequeño puchero mientras se apegaba más a su pecho, el chico se relamió los labios, tenía que grabar esto.
Sin embargo, cuando estaba apunto de cumplir con las exigencias de su novia y darle un pequeño beso, un cuerpo se entrepuso entre ellos, alejándole de la chica -- ¡Me cambiaste por este! -- dijo Himawari aparentemente enojada mirando a su chica con resentimiento -- ¡Pensé que lo que teníamos ambas era algo especial!
-- ¡Y lo es! -- dijo la chica intentando acercase a ella pero la Uzumaki no se dejaba -- ¡Eres como una hermana para mí!
-- ¿De verdad? -- dijo la chica con los ojos llorosos.
«Sera una noche difícil» pensó Boruto mientras veía como ahora jugaban a quien saltaba más alto. Parecían unas niñas de cinco años. Además, estaba pensado en como haría para que las tres se tranquilizaran de una vez por todas. Ni loco quería acercarse a su tía ahora que estaba golpeando las cosas con un sartén. Tal vez, sería un poco más fácil con Sarada, estaba particularmente cariñosa, el problema sería más bien con su hermana.
Bufo y miro al techo en busca de consuelo.
