Capítulo 1. El encuentro
Quien haya creído que una relación que inició por un secuestro terminaría con un final feliz.. ya no estamos en esos tiempos y esto no es un cuento de hadas, no soy una princesa que necesite ser salvada, por que cuando eso ocurrió no mentiré en decir que con Felix todo inicio como en un cuento de hadas, no recuerdo cuándo fue la última vez que tuve ese fuerte sentimiento, una gran fantasía un deseo ser tratada como su todo y ser vista ante sus ojos como una reina, aquella sensación era sin duda hermosa y ala hora de coordinarse en el piano todo era una perfecta sincronía, nunca necesito de palabras para expresarse pues siempre era atento, era hermoso pensar que a él no le importaba ninguna otra cosa y creer que yo era todo para el.. o al menos eso pareció por los primeros 2 años.
No se que le pudo haber pasado.. pero ahora siento que él me desconoce.. siento que algo tan simple como preparar un café, compartir galletas e incluso hablar de nuestro día le da igual.
Esta mañana quise hacer ese gesto y aunque él aceptó el café no me lo agradeció o al menos me sonrió, quise preguntarle si todo estaba bien pero en ese momento recibí un mensaje, al revisarlo me perseguía una extraña sensación.. aquella de una mirada que te seguía, pero cuando volteas la sensación desaparece así como llegaba.
Aun con esa incomodidad revise el mensaje, era Marinette quien me preguntaba si quería acompañarla a ella y a los demás al aeropuerto pues recibiríamos a un amigo que había estado ausente por un largo tiempo.
No esperaba una respuesta positiva de Felix.. e de decir que nisiquiera esperaba una respuesta, si era así.. tal vez nisiquiera era necesario preguntar solo tomé mi bolso y me fui.
Cuando estaba saliendo de casa recibí otro mensaje, aparentemente había un pequeño cambio de planes.. el barco del Río cena.. hace mucho que Marinette no pedía reunirnos allí. Dos años parece poco.. pero en menos de uno solo hay muchas cosas que han cambiado.. no me imagino que será de dos años enteros.
Cuando llegué los chicos me saludaron felizmente, en especial Adrien y Marinette invitándome a tomar asiento y comer bocadillos.
No se a que se debe pero.. ver a Adrien con Marinette me hace sentir feliz pero a la vez incómoda.. los veo y no puedo evitar pensar en mi y en Felix..¿por que no podemos ser así de felices?.. ¿por que me siento así?.. de que hubo un breve periodo en que corte comunicación con Adrien y no le dije de esta separación a Marinette y aun así ella se terminó enterando aun si el contacto estos años a sido limitado, nunca se a roto.
-entonces ¿Luka finalmente vuelve a parís?- pregunto animadamente una jovencita de rubio cabello a una joven pelinegra.
-si, en unas horas más.- señaló la joven.
Mientras los chicos conversaban animadamente y entre todos ayudaban con la decoración del barco, Kagami estaba sentada leyendo lo que parecía ser un Manga, aveces cuando ella tenía sus dudas sobre su relación pero dominada por la pena y una pequeña parte segada por el orgullo, se dedicaba a leer.
-Kagami.. ¿otra vez leyendo?- preguntó una voz preocupada.
La joven de ojos ámbar levantó la vista encontrándose con su amiga de cabello azabache y ojos azulados, la mirada de esta última parecía un poco regañante pero preocupada, una combinación sin duda extraña pero no impropia de ella.
Kagami cerró el libro con algo de fuerza.
-me ayuda a distraerme.. lo necesitaba con urgencia.- responde desanimada.
-¿por que la cara larga?- pregunta la joven viendo su entorno.
-veo que Félix no vino contigo..- mencionó con cierto aire de recelo.
-si supieras..- murmuró Kagami por lo bajo.
-no quiero hablar de eso, su indiferencia ya es lo bastante hiriente, de hecho quería saber ¿por que?-
-¿qué cosa?- pregunto la Azabache extrañada.
-¿por qué me invitaste?.. en el pasado crucé un par de palabras con Luka pero no lo suficiente para que el me considere una amiga.-
Ante la pregunta Marinette deja salir una tenue risita.
-hay Kagami, siempre tan elocuente, una bienvenida con pocos invitados es como cualquier fiesta sin invitados.. ¡completamente aburrida, mientras más la diversión aumenta exponencialmente!-
-¿en serio acabas de decir eso?-
Marinette rompe su postura alegre, sentándose junto a Kagami.
-esta bien, bien, en realidad quería ayudarte a distraerte.-
-¿distraerme?-
Marinette asiente con la cabeza.
-estos dias tu relación a pasado por una evidente crisis que hasta tu misma as notado y querido evadir cambiando los mangas por novelas, ¿por que no usar toda esa energía en algo productivo?- explicó alzando los brazos al cielo con energía.
-no es divertido..- Kagami miró de forma un tanto seria a su amiga. -el no es un problema serio para mi.-
Pero por otro lado la joven asiática toma aire dirigiéndome la mirada.
-pero en parte agradezco tu preocupación.-
-oye.. no tienes que estar aquí si no lo quieres..- menciona la ojiazul
-¿qué? Eso ni hablar, yo me quedo.- respondió la japonesa con un tono burlón.
Las 2 chicas de cabello azabache rieron por un rato, llegando a limpiarse una lagrima.
Kagami decidió levantarse un momento e ir a la cocina por más hielo. En medio de su camino un instrumento la hizo semi tropezar, la joven se da media vuelta viendo que era un teclado. Sus castaños ojos se perdieron en el instrumento a la par que sus dedos recorrían las teclas ensuciándose de polvo en el proceso, cuando torpemente presionó una de las abandonadas teclas del instrumento se dio cuenta que funcionaba.
-"esta es una de las tantas cosas que mi padre me obligaba a hacer y la única que me agradó"- recordó en su mente unas palabras de su enamorado, mientras sus dedos recorrían torpemente el instrumento recordando una melodía la cual Félix era capaz de tocar día y noche sin descanso, más aún cuando quiso enseñarle.
Era uno de los acontecimientos que podía describir como perfectos, ambos sentados al lado del otro siguiendo la sintonización del otro, dos músicos unidos en una sola melodía.. hasta que un pequeño descuido un tenue desperfecto.. rompía todo lo conseguido.
Es entonces que la joven de castaños ojos detiene su tocar antes de presionar una tecla.. para cualquier otro esto sería solo un error y ya.. pero para ella este error era un recordatorio de todas la veces que había roto toda su armonía, su momento de paz.. y un error que con frecuencia solía molestar bastante a Felix por siempre ser el mismo sin faltar.
Sus caóticos pensamientos son interrumpidos por otro sonido, uno largo y constante pero no lo suficiente para considerarse una llamada, la joven mete su mano en su bolso consultando su teléfono viendo un mensaje.
-Saldré temprano, cuando llegue quiero verte en la casa
hay una noticia que tengo que contarte.
Ella no supo si fue lo repentino del mensaje, si fue la forma en la que estaba escrito o la ola de sentimientos que ella experimentaba en ese momento.. pero por alguna razón el recibirlo en un momento así no le alegraba solo le preocupaba.
Kagami guarda su teléfono en su bolso dirigiéndose arriba y dejando la cubeta con hielo cerca de las bebidas, ignorando por completo las palabras de a sus alrededores pues había un par de voces que la llamaban, mientras otras se dirigían a alguien más.
-¿te sientes bien?- pregunto un joven rubio de ojos verdes.
Ante aquella pregunta proveniente del joven, Kagami solo puede apartar la mirada limitándose a decir.
-yo.. ya debo retirarme..-
Para seguidamente darse la media vuelta, ignorando la voz del joven quien parecía advertirle que tuviera cuidado, palabra que al pasar desapercibida hizo que la chica de castaños ojos chocara con alguien más, mismo que le toma de la mano impidiendo que ella se tropiece y caiga al suelo.
-lo siento mucho, ¿te encuentras bien?- articulo el joven.
Al volver a levantar la mirada los ojos de Kagami se encontraron con un joven de ojos azul verdoso, con cabellos negros cuyos rasgos faciales eran ligeramente más maduros de lo que recordaba, una parte de su cabello estaba rapada mientras que la otra tenía unos largos mechones de cabello mayormente teñidos de un azul verdoso un poco descolorido, su forma de vestir no era particularmente diferente usando una chaqueta negra de cuero, una camisa blanca con el emblema de su banda y unos rasgados pantalones verdes grisáceos.
El brazo que la sujetaba tenía un tatuaje de una serpiente y su mano tenía un guante sin dedos color negro ocultando tras de si un brazalete plateado.
Sin duda ese chico ya no era solo un joven soñador con un estilo de ropa informal, había un joven hombre cuyos sueños y esperanzas no hacían más que comenzar a despegar.
Su sola mirada y sonrisa llena de paz y calidez le fue suficiente a la joven para olvidarse momentáneamente de su inicial preocupación. Ambos jóvenes parpadearon y se incorporaron correctamente soltando sus manos en el proceso.
Por un momento ambos se quedaron frente a frente en completo silencio, si bien era verdad que ellos ya se habían visto antes e incluso habían hablado este tiempo no había sido suficiente para tener la reacción de sorpresa que tenían ante los cambios físicos del otro, por un lado el joven Couffaine estaba incrédulo de ver el angelical y sonriente rostro de una chica que en sus inicios cargaba una mirada tan fina como fría pero elegante, y por el otro Kagami se sentía casi temerosa ante el atractivo del joven peli negro.
-L..Luka..- artículo la joven de castaños ojos en un murmullo tan bajo que dio la sensación de que nadie podría escucharlo. O eso era lo que creía, pues ese inicial pensamiento se interrumpe cuando es el joven quien coloca sus manos en los hombros de la chica y sin borrar aquella sonrisa articula.
-Me da gusto verte otra vez Kagami.-
Nota.
esta historia tocará temas de infidelidad, y él como se maquillan las relaciones tóxicas no necesariamente centradas en el abuso físico, si no en el psicológico.
-Bajo ningún momento se debe de romantizar
-Esta historia no exculpara a los personajes por sus malas actitudes
