Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.

Solo nos pertenecen los OC.

(N/A: He cambiado el nombre de la Fem-Harry, por Céline)

La Pirata de los Cielos

3: Obscurus.

Cuando varios de los instrumentos de Albus Dumbledore, comenzaron a sonar con insistencia, algunos de ellos construidos para moverse de arriba bajo, los cuales daban saltos rápidos; otro parecido a un Metrónomo y a una Claqueta de Cine, los cuales se movían a gran velocidad y mucho más, revisó las salas en qué estaba ocurriendo esto, encontrándose con que era en el #4 de Privet Drive; lo cual le hizo abrir los ojos y agarrar su collar, tocándolo y enviando magia a él.

Los Mortífagos tenían su Marca Tenebrosa, que les alertaba de cuando Voldemort los necesitaba; pues bien: La Orden del Fénix, tenía collares de Fénix, que hacían exactamente lo mismo.

Siendo de madrugada suspiró y, aun así, eso no ayudó a calmar su mente. Solo elevó su varita, sin pronunciar el hechizo y envió el Patronus, un protector hecho de recuerdos felices, con forma de un fénix fantasmal, el cual tendría un mensaje urgente. Los necesitaba a ellos dos en todo esto, pues tenía origen en...

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Entonces, de madrugada, llegó un Fénix de Expecto Patronus, con un mensaje: «¡JAMES, LILY AL #4 DE PRIVET DRIVE, AHORA!»

Unos asustados James y Lily, se vistieron con sus mejores ropas, ordenaron a los Elfos Domésticos que cuidaran de Alex y usaron un Traslador Internacional, se trasladaron hasta Londres y desde allí, se Aparecieron en el #4 de Privet Drive. Donde vieron como el cadáver de Vernon Dursley, golpeaba un costoso automóvil. James y Lily se vieron rodeados por Magos Cazadores y Aurores, seguidores de Dumbledore, ante la casa.

Allí, en la puerta de la casa, paseando su mirada entre el cadáver de su esposo y luego mirando a su hijo aterrorizado, sin siquiera reparar en las presencias. —V.… vas... vas a tener que ser muy valiente, Dudley. Mamá te ama. —besó la frente de su hijo, mientras las lágrimas corrían por los ojos de ambos, sabían que ya nunca más, volverían a verse. Sabían que lo ocurrido con su sobrina/prima, no era algo común. Ambos sabían que tenía origen en la magia, pero no era magia normal. No importaba cuan pequeño e inocente fuera Dudley, él supo que esto, lo causaron sus padres y él, sabía que su primera era una víctima de ellos y de la magia —Corre. Corre y no mires atrás —así lo hizo en niño, quien vio a las personas allí, supo que eran magos, no reconoció a ninguno, ni le interesaba intentarlo. Su mirada se cruzó con la de su tía Lily, sin siquiera saber quién era, pero su mirada aterrorizada, le dijo solo una cosa: «Ayuda a mi prima»; Petunia se giró, para ver a su sobrina, pero ella estaba envuelta en una especie de nube negra. —C... Céline... Céline, por favor cálmate. Él... él está... está muerto. —dijo ella, en referencia a su esposo, mientras que las lágrimas corrían por sus mejillas —No.… no volverá a golpearte. Cálmate, por favor.

La nube mutó, en algo parecido a langostas, ahora también contaba con tentáculos y algo de las langostas se hicieron a un lado, enseñando el lado derecho de la niña. —No puedo... intento, pero no puedo... tía, ayuda... —las sombras de tentáculos y langostas, volvieron a rodearla.

—Cálmate —dijo la voz de un hombre. Céline Potter, miró de donde venía la voz. Era un hombre anciano de larga barba, nariz grande, ojos azules, detrás de unas gafas. —Nadie te hará daño, Céline. Cálmate.

Una varita echó chispas rojas, el Obscurus volvió a atacar, varias personas atacaron, varios defendieron, pero el Obscurus era más poderoso de lo que solían ser usualmente, en niños de esa edad y rápidamente lo comprobaron, cuando los hechizos no detuvieron el Obscurus... el cual actuó de forma completamente inusual, al tomar la apariencia de una especie de Samurái y echarse encima de dos de los Magos de Choque, quienes gritaron, mientras eran despojados de su magia por las langostas.

Chispas de muchos colores, luces coloridas, pero nada estaba funcionando.

El Samurái pasaba de atacarlos con su Katana, con la cual les arrebataba la magia, convirtiéndolos en Squibs y al descubrir esto, salían corriendo.

Cuando se transformaba en un caballero medieval, llevaba al frente un enorme escudo en frente, que resistía todos los ataques de magia y todas las maldiciones conocidas.

Justo antes de atacar con el Samurái o si se alejaban demasiado, las langostas se les arrojaban encima, volviéndolos Squibs, cosa que descubrieron los atacados, quienes salían corriendo.

Cada vez, quedaban menos miembros de la Orden del Fénix, así mismo, los Aurores y Magos de Choque, seguían disminuyendo en número, por ser despojados de su magia y salir corriendo lejos. No parecía haber forma de derrotar al Obscurus. Dumbledore vio como sus aliados disminuían y como acababa de perder a tantos magos talentosos y que le debían tantos favores...

A tantos Magos de la Orden del Fénix, quienes eran esenciales, para la futura lucha contra Voldemort. Dumbledore seguía pidiendo a la niña que se calmara, James y Lily también le pedían lo mismo, a la pequeña Céline, quienes no los conocía y el Obscurus estaba totalmente fuera del control de su Obscurial.

Los magos seguían cayendo como moscas o bueno... seguían tratando de enfrentar al Obscurus. —Este... este Obscurus, no mata, solo elimina la magia del portador, —razonó Dumbledore, viendo como no todos morían, sino que algunos simplemente eran despojados de su magia —casi parece ser algún tipo de vampiro mágico. Casi como si se negara a huir con la magia de Céline, —mientras que Dumbledore, James, Lily y Sirius, se protegieron con el escudo más poderoso que tenían: Un Cave Inimicum triple.

Viendo los cadáveres, viendo los Squibs... ¿Qué era esto?, ¿Por qué algunos morían y otros vivían sin magia?

Finalmente, cuando solo quedaban James, Lily y Dumbledore, cuando todos los demás eran cadáveres o faltos de magia, el Obscurus se detuvo y lanzó un rugido al cielo, mientras que un humo verde salía del interior, el Obscurus se fue deshaciendo como si fuera una estatua de hielo negro, la cual se derretía a gran velocidad, el brazo del Obscurus lanzó un corte con la espada y pareció abrir un portal en la tela entre las dimensiones; dejando el suelo encharcado de agua negra y vieron aparecer a Céline, quien miraba hacia el cielo y luego un grito horrible y masculino, del cual vieron como la sangre salía de alguna parte del cuerpo de Céline y recorría su mejilla derecha, siguiendo por su barbilla y bajando por su clavícula. El grito finalmente tomó la forma de un humo negro, con el rostro de Voldemort, volando lejos y luego desintegrándose.

Los ojos de Dumbledore se abrieron. Al interpretar correctamente, lo ocurrido. — ¿Destruyó el Horrocrux? —Se preguntó el anciano. — ¿Obra del Obscurus? No. Esto no es un Obscurus.

Ella pareció perder la conciencia, se desmayó y caía hacía atrás, hacía el portal, un viento sopló y acarició los negros cabellos de Céline Potter, quien no pudo saber, sobre como su cabello cambiaba de ser negro a ser rubio y rizado, el Cave Inimicum bajó y Lily fue la primera en correr hacía su hija. Entonces, pareció recordar que poseía magia y extendió su varita mágica, con lágrimas en los ojos. —¡Cave Retractum! —el encantamiento creó una soga mágica retráctil hecha de luz. Lily se concentró, tanto como le fue posible, en su amada niña. El hechizo debía de sujetarla, antes de que cayera en ese extraño portal, pero este solo se cerró, tan pronto como ella cayó hacía atrás, dejando a ambos padres desconsolados, sin saber el futuro que le depararía a su hija, independientemente de si fuera una Squib o no.

Solo les importaba su hija. No les importaban los planes de Dumbledore o los cadáveres que los rodeaban.

Solo querían tenerla una vez más entre sus brazos. Para protegerla, como deberían de haberlo hecho, de no ser por los planes de Dumbledore.

No les importaba si poseía magia o si era una Squib, solo querían traerla a casa con ellos.

Jamás debieron de haber escuchado el plan de Dumbledore, quien les dijo que ella debía de crecer humilde, lejos de la fama que le traería el Mundo Mágico, por ser La-Niña-Que-Vivió y la destinada a matar a Voldemort.

Lily cayó de rodillas, las lágrimas escaparon de sus ojos. Entrelazó sus manos y oró al cielo. —Por favor... por favor... que sobreviva. —Rogó la madre pelirroja de ojos verdes. —Permítele sobrevivir. Permítele tener una vida feliz.

Una voz resonó en los oídos de ellos tres, sin poder identificar su fuente y los hechizos de Homenum Revelio, no revelaron nada. Y, aun así, escucharon claramente las palabras de aquella fuente desconocida: «La princesa está por nacer, al final del séptimo mes, desplazando la balanza hacía la casa de Escorpio. La alianza del Escorpión y la Serpiente, un nuevo mañana traerá a los Piratas Celestiales, pues su hogar lejano es» Nadie dijo nada. Solo permitieron que la voz se filtrara en sus cabezas e intentarían recordarla en el futuro. Era una profecía que deberían de resguardar para sí mismos y claramente, no debían de compartirla con nadie.

Dumbledore temió, que Céline fuera aquella que derrotó a Voldemort, en lugar de ser Alex y que la profecía de Trelawney, se hubiera perdido para siempre, ante esta nueva profecía que claramente, le hablaba de una nueva dimensión por descubrirse. Rápidamente, usando su varita mágica y un hechizo no-verbal, atrajo desde el castillo de Hogwarts, un artefacto que llegó volando: Era una esfera de cristal y en su interior, parecía flotar una especie de enorme moneda que giraba lentamente, sobre su propio eje. —El Obscurus... no. Eso era parecido a un Obscurus, pero no lo era totalmente. Creo que era alguna clase de manifestación de magia corrupta, que protegió a Céline, algo así como... una especie de vampiro mágico y creo que le otorgó la magia de los fallecidos, antes de enviarla lejos —les hizo prestar atención al objeto —está viva. Esto nos dice, que está viva.

James le dio un puñetazo en la cara, pero Lily evitó que el artefacto se quebrara, al hacerlo flotar en el aire. Fue el patriarca Potter, quien habló. —Pues tienes hasta el 1 de septiembre de 1991, para encontrar y traer a nuestra hija, SANA Y SALVA, Dumbledore. No vuelvas a acercarte a nuestra familia, al menos de que sea para eso.

Lily dejó el artefacto junto a Dumbledore y ambos emplearon el Traslador internacional, para volver a su hogar. El anciano se levantó y se quedó mirando su artefacto, antes de cargarlo. —Pues tienes hasta el 1 de septiembre de 1991, para encontrar y traer a nuestra hija, SANA Y SALVA, Dumbledore. No vuelvas a acercarte a nuestra familia, al menos de que sea para eso. —esas palabras lo hicieron enfadar. Cuando en 1981, las Salvaguardas alrededor de la casa de los Potter en el Valle de Godric, le informaron que los Potter fueron atacados y un par de Salvaguardas destruidas, Dumbledore intentó cruzar por Red Flu, para saquearlo todo, Dumbledore salió volando hacia atrás y golpeó su espalda, contra su propio escritorio, que fue destrozado por el golpe que se dio. Entonces, lastimado, intentó pedirle ayuda a Fawkes, para que lo llevara hasta el Valle de Godric, pero el Fénix solo se despareció. Dumbledore sintió tanto despecho y traición hacía ese maldito fénix, que nunca volvió a involucrarlo en algún plan que tuviera que ver, con el Bien Mayor; tuvo que Aparecerse en la casa de los Potter, quienes tenían cientos de libros ancestrales y todo tipo de artefactos, que él había buscado por muchos años y no solo se limitaba a la legendaria Capa de Invisibilidad, que era la tercera Reliquia de la Muerte, pero al creerlos muertos y comprobar la Capa, vio que no funcionaba correctamente. Suspiró y volvió con una Aparición a su oficina, solo para que sus ojos se abrieron, notando como un artefacto no fue destruido, pero titilaba en advertencia, así que se Desapareció, para ir a la Sala de Profecías del Departamento de Misterios. Esquivó a los Inefables y se acercó a la fila 97. Encontró el registro de la Profecía el cual tenía una gran grieta y por este, se filtraba un humo negro, hasta difuminarse.

Suspirando de tristeza y derramando lágrimas, agarró la etiqueta:

S.P.T to A.P.W.B.D

Señor Tenebroso

y (?) Céline Potter

Ya no le quedaba nada: Ningún plan brillante, pues su elegida había sido asesinada. O en caso de estar viva, entonces estaría en un lugar muy lejano, al cual él no podría llegar, pues sus conocimientos de magia interdimensional, era nulos.

Y no importaba. Ya no tenía importancia, si Céline milagrosamente había sobrevivido, pues la Profecía se perdió para siempre. Ya fuera por la pérdida del Horrocrux en la cicatriz de Céline o por la pérdida de magia o por el viaje a la otra dimensión.

El futuro sería oscuro y desesperanzador; pues había perdido a muchos Aurores, Magos de Choque y a su amada Orden del Fénix, quedándose solamente con un puñado de estos, bajo su mando, pero siendo insuficientes, para la futura guerra.

Y todo lo que pasó, fue por su culpa. Por creerse el más sabio y por no ser más, que un manipulador.

Si tan solo, hubiera permitido a los Potter, hacerse cargo de la educación de Céline, entonces las cosas no hubieran terminado así.

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Fue su culpa y viviría con las consecuencias de sus errores, por siempre.