Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.
Solo nos pertenecen los OC.
La Pirata de los Cielos
9:Oportunidad de nuevas aventuras.
(N/A: Le cambié el título, porque no hay muchos argumentos de un lado o de otro, para ir o no ir a Hogwarts.)
Albus Dumbledore, Minerva McGonagall, Severus Snape, Alastor Moody, James y Lily Potter, ascendieron en las motocicletas, dirigiéndose hacía el barco pirata, que se acercaba a aquel dragón de piel dorada y metalizada, sin temor.
Vieron a Céline Potter, después de tantos años, pero parecía ser incluso mayor de lo que tendría que ser, si es que actualmente tenía once años de edad. Tenía el cabello dorado y.… no rubio, sino directamente dorado. Llevaba una camiseta blanca que se ataba con cordones, estaban amarrados; por encima, usaba una chaqueta hussar tipo militar azul, un pantalón también azul y botas.
James y Lily, ahogaron un grito cuando la vieron saltar desde el barco, hasta caer en la espalda del dragón. Todos se acercaron, solo para que los Vikingos los asustaran y comenzaran a atacarlos, obligándolos a moverse, hasta que Dumbledore amplificó su voz. —No somos enemigos. Lo prometemos: solo estamos preocupados por Céline...
— ¡ORQUESTA DE LAS BALAS! —gritó Céline y todas las miradas de los ingleses, se fueron hacía ella, quien abrió fuego contra la espalda del dragón y vieron como no fue un único disparo, como era de esperar de pistolas usadas por los piratas, sino hasta de seis balas, las cuales se desviaron en distintas direcciones y golpearon al dragón desde todos los ángulos posibles.
— ¡OCASO DEL ELEFANTE: —habló una mujer de cabellos rubios a los tripulantes del barco Vikingo — ¡VAYAN CON SU PRINCESA! —Ordenó Susanna, mientras que los magos ingleses, veían literalmente a Vikingos, empuñando hachas y espadas de dos manos, cayendo en la espalda del dragón y lanzando ataques cargados de magia, hasta derribar al dragón. Desde el barco volador, descendieron las cuerdas para volver a subir, pero Céline ascendió con magia de viento desde sus pies, agarrando un gancho muy grande, atado a una cuerda y lo enganchó en una escama del dragón. Lo mismo hicieron los otros Vikingos y cuanto más jalaba el dragón, las escamas se arrancaron, haciéndolo gritar de dolor y volverse hacía ellos, lanzándoles un hechizo de fuego. Los magos ingleses gritaron y arrojaron hechizos para enfriar las llamas, mientras que hechizos de agua, salían desde las armas de los Vikingos, pero Céline usó un ataque de viento, formando un tornado, que pronto fue envuelto por las llamas del dragón y lo golpearon en la cara, mientras que los Vikingos formaron puñetazos de agua, golpeando al dragón y alejándolo de ellos. — ¡VUELVAN AL BARCO, DEBEMOS ALEJARNOS LO MÁS POSIBLE DE TARAS-MUTH! —ordenó la reina Susanna. — ¡Udar Novoluniya! (Puñetazo de Luna Negra) —Ella extendió sus brazos al frente y un circulo rúnico negro, apareció ante ella, seis esferas de magia literalmente negra, salieron contra el dragón, mientras que el barco vikingo, viraba hacía estribor (la derecha) y ponían camino en otra dirección, siendo seguidos por los magos, sobre las motocicletas.
—Ordénenles que suban —dijo Susanna a uno de los remeros —y no se preocupen, no son de Taras-Muth, por mucho que estén a bordo de esas motocicletas.
—De inmediato, mi lady —dijo un hombre calvo de gran musculatura, quien llevaba una armadura negra y un pantalón largo marrón. Acercándose a la popa del barco. — ¡Ustedes:! —Los magos los miraron ansiosamente. — ¡Asciendan de una vez, tienen permiso para abordar!
Así lo hicieron y al encontrarse Dumbledore con la mirada de Céline, intentó usar su Legeremancia ligera, solo rozar la mente de la chica, para saber lo que pensaba o conocerla y ver si este viaje había realmente valido la pena y ver cómo trabajar con ella, si es que era realmente La-Niña-Destinada-a-Vencer-a-Voldemort, como tantos creían sobre ella, en lugar de ser Alex Potter. Se encontró cayendo por un peñasco, encontrando increíble el estar lastimándose con las rocas de aquel peñasco, hasta llegar al fondo y abrir sus ojos con incredulidad, viendo como tenía muchas heridas en sus manos, sus brazos, torso, espalda, rodillas, pantorrillas dolían. —Esto... ¿Qué significa esto? —Se preguntó Dumbledore, costándole colocarse de pie. —Duelen mucho más de lo que deberían, siendo que estoy en la mente de una persona común. —se puso de pie y encontró una ciudad de altísimos rascacielos. Y razonó. —Es aquí en donde están sus recuerdos, pero... ¿Cómo puede una niña de once años, tener tantísimos recuerdos? —Se cuestionó Dumbledore y una vez más, racionalizó: —Al menos de que no tenga un número casi infinito de recuerdos, dentro de los edificios, sino que muchos de ellos, sean solo para despistar a un Legeremante. Una protección Oclumántica, muy interesante. —salió de allí, solo para retroceder un paso, al notar que estaban ante un Dragón como ninguno visto antes en Koasefold. Pues aquel era un hibrido entre oro y plata, además de tener tres cabezas, cosa que lo hacía insólito en toda Koasefold. Este peculiar dragón, estaba enfrentando a un Lamasu de diamante rojo, con una ferocidad MAYOR a la presenciada por cualquier cultura existente en Koasefold; desde los Piratas de Astraksa, los Vikingos de Søgvinger, los Vaqueros de Goldenwood, los soldados y pretorianos de Buroum Capitolina, hasta los avanzados y desconocidos ciudadanos de Taras-Muth.
— ¡Prepárense para disparar flechas! —ordenó Anna, todos sacaron sus arcos y alistaron sus flechas, incluida una sonriente Céline. Alrededor de las puntas de cada flecha, aparecieron sellos mágicos de distintos colores o bueno: Alrededor del de Céline era blanco, demostrando su naturalidad para el elemento viento, mientras que los demás, eran entre azul oscuro y negro, demostrando la predilección de Søgvinger por la magia negra y la magia de agua. — ¿Céline, hija? —ni Anna, ni la princesa pirata/vikinga, notaron al hombre de cabello negro y ojos avellana, quien había colocado una mano en el hombro de la mujer de cabello rojo y ojos verdes.
Ella asintió. —Disparen a discreción y yo me haré cargo. —los extranjeros la miraron curiosos, justo cuando los Vikingos dispararon, incluida ella, quien inmediatamente desenfundó dos pistolas y disparó seis veces con cada una. — ¡ORQUESTA DE PROYECTILES! —gritó con fuerza, mientras sonreía y comandaba las flechas y balas, para asombro de todos. Todo proyectil, está bajo mi dominio absoluto. Por algo: soy la princesa de los tronos pirata y vikingo, incluso si carezco de sangre azul —entrecruzó los brazos y las flechas y balas, dañaron al Lamasu, quien rugió, desequilibrando el barco Vikingo, pero eso no le impidió ser atrapado por el dragón bicéfalo y asesinado.
El dragón se acercó lentamente a ellos. Aquel que los había ayudado a abordar, fue el primero en preparar una segunda flecha, siendo seguido por los demás Vikingos. — ¡Listos para disparar, mi Lady...!
«No es necesario» todos escucharon una voz calmada, hablando en sus mentes. «Estoy aquí, en nombre de la bilogía de las diosas lunares y la tetrarquía de los dioses estrella, no estoy aquí para dañar a nadie» esto asombró a más de uno.
Dumbledore no salía de su asombro, al escuchar la voz en su cabeza. Esto era imposible. Esto debería de ser imposible. Pero allí estaba la voz y allí estaba él, escuchándola. — ¿Cómo es posible que traspase mis escudos Oclumánticos tan fácilmente? —se preguntó inmensamente frustrado. Se consideraba el más grande usuario de las dos magias mentales, tanto de la espada (Legeremancia), como del escudo (Oclumancia)
«Oh por favor» se burló el dragón, causando la ira de Dumbledore «soy el gran Vildrail, comandante de los ejércitos de las diosas celestiales; esto es más simple de lo que podrías esperar, sobre todo ante seres de tan pequeño tamaño y núcleos mágicos que, a mi lado, son como granos de arena» Todos se asombraron, excepto Dumbledore quien ardía en ira. «Un paso al frente, Céline Volkova-Laine. así lo hizo ella y el dragón sopló su aliento sobre ella, haciendo que se protegiera y sintiera su ojo derecho caliente, por lo cual, inmediatamente envió su magia de viento a su ojo Estarás bien y llegado el momento, sabrás como usar la magia que te he otorgado y hasta que nos volvamos a ver, lleva siempre tus espadas, tu hacha, tus pistolas contigo. Oh y un regalo...» y sobre la cubierta del barco, cayó una especie de hilo gigantesco, el cual se fue volviendo más y más delgado, más y más pequeño, hasta caber en la palma de la mano de la chica.
James avanzó asombrado. — ¡Es una Fibra de Corazón de dragón, —todos se miraron asombrados, los actos de aquel misterioso dragón, quien ya había desaparecido —estoy seguro de esto, sé cómo lucen!
Dumbledore miró esto con preocupación. Pues si su teoría de que Céline Potter... Céline Volkova-Laine era acertada y ella era La Niña-Que-Vivió, entonces solo la varita de madera de Acebo y la pluma de Fénix (de SÚ Fénix Fawkes), podría salvar a Céline, para cuando Voldemort volviera a la vida, al enfrentarse a él en su duelo a muerto. Siendo esta raza de dragón desconocida para su gente, entonces desconocía lo que podría llegar a pasar o cuan poderosa sería la varita mágica. Pero sabía sobre las varitas mágicas y en cuanto a las fibras de corazones de dragones, usadas como núcleo, estos producían las varitas más poderosas, y con ellas se pueden realizar los encantamientos más llamativos. Las varitas con núcleo de fibra de corazón de dragón tienden a aprender hechizos más rápido que las de otros tipos. Sin embargo, pueden cambiar de maestro si se le quitan a su dueño original, y siempre establecen una fuerte relación con el que las posee en ese momento. Él sabía que eso, provocaba que fueran las más fáciles de usar para las Artes Oscuras, aunque las varitas no se inclinarán hacia esas artes por sí misma. Además de que eran de las más poderosas y eran las que tenían las tendencias a producir accidentes, debido a su temperamento.
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Regresaron al castillo Søgvringer y notificaron a la otra madre de Céline, Aleksandra, quien usó uno de los portales de su hija, para llegar a la sala del trono y comenzar una extensa conversación, que duró desde aquella tarde, hasta bien entrada la noche, llegando a rogarles que protegieran a su hija. James y Lily, profundamente heridos de que su hija hubiera crecido todos estos años, junto a otras familias, pero viendo cuan feliz había sido su estancia en esta dimensión, aceptaron y juraron que protegerían a Céline y la cuidarían.
Nuevamente, esto fue malo para Dumbledore y sus planes, quien supo que definitivamente, jamás debió de haber permitido que James y Lily vinieran, pues ahora no podría enviar a la niña con los Weasley y ver cuánto podía aprender de ella, a través de cartas de Molly Weasley. Pero ahora, esto no era posible. Rápidamente, una pirata vestida de azul, apareció desde el techo de la sala del trono, llevando un par de bolsas. —Tengo todas las pertenencias que he considerado necesarias, para nuestra estancia en la otra dimensión, princesa Céline —dijo la pirata. Y para el asombro de todos, Céline usó su espada, para abrir el espacio entre las dimensiones, permitiéndoles retornar, justo en la Sala del Portal, en donde ya los estaban esperando.
—Comencemos con las presentaciones, sí les parece bien —dijo un hombre quien los estaba esperando. Era poco corpulento, tenía el cabello gris asquerosamente arrugado. Estaba vestido con un traje de raya diplomática, corbata roja, manto negro largo de viaje, botas de color púrpura y un sombrero de hongo verde lima. —Soy el Ministro de Magia, Cornelius Fudge. Me alegra saber, tanto a mí, como a la Gran Bretaña Mágica, que está usted, bien de salud, señorita Potter.
—Soy Céline Volkova-Laine, —dijo la niña de cabello rubio, dándole la mano al ministro de magia —princesa heredera de los tronos del reino Vikingo de Søgvringer y el trono Pirata de Astraksa. —Fudge abrió los ojos, reconociendo el poder político de esta chica, en su propia dimensión y comenzando a (intentando) pensar, en cómo sacarle provecho a este asunto —Mi guardaespaldas: —señaló con su mano derecha, a la mujer vestida de azul, quien mostraba un corto cabello negro y ojos pardos que te invitaban a mirarla fijamente, debido a su belleza —Katia Novikova, una de las mejores maestras de la espada de toda Astraksa. Será mi guardaespaldas en su dimensión.
Una mano fue puesta en el hombro de la princesa, era aquel hombre de larga barba y cabello canoso y blanco. —Te aseguro, Céline, mi muchacha que no hay ningún... —Dumbledore dejó de hablar, cuando una espada se encontró en su cuello y sintió que la espada estaba literalmente cortándolo con vientos huracanados y veloces, a lo largo de la hoja.
—Le pediré, que no vuelva a tocar de esa forma a la princesa Céline o me veré en la obligación de decapitarle —advirtió Katia.
—Vamos a casa, entonces —dijo Lily, sintiendo que Dumbledore se merecía esa amenaza de ser decapitado, por haberles arrebatado a su hija, hace ya tantos años.
Pero Dumbledore no podía permitir esto. Necesitaba que la niña fuera a donde confiaran en él ciegamente. Tenía que ir con los Weasley. Le enviaría a Molly una carta, para que le mantuviera informado de como crecía la amistad de Ron y Céline, pues la Niña-Que-Vivió, necesitaba confiar en él y era mejor que fuera adoctrinada por aquellos miembros de la Orden del Fénix, que lo escuchaban sin cuestionar —Lily, no me parece que sea lo... —pero Lily y James, guiaron a Katia y a Céline a un área desierta a esa hora de la noche, antes de Desaparecerse con ambas. —Ahora... ahora tendré que esperar hasta Hogwarts. Maldita sea. Malditos sean, James y Lily. Esto no tendría por qué haber sido así, pero... yo quizás, no debería de haber enviado a Céline con los Dursley, debería de haberla dejado junto a sus padres, para que así creciera con ellos y no tuviera esa magia de portales, ni viviera en aquella rara dimensión. De haberlo hecho así, sabría lo que ella está aprendiendo, no sé cuáles son sus objetivos, no sé cuál es su meta estando en esta dimensión, pues solo alguien con un plan profundo, aceptaría venir a otra dimensión. Maldición —y se desapareció camino a Hogwarts.
