Enemy

—Buenas noches Hogwarts del pasado—Mencionó el joven de la tarima con un acento francés mucho menos marcado que ciertas hermanas rubias. Al quitarse la capucha, sonrió de lado, haciendo que varias jadearan—Sé que soy hermoso, pero...

—Eres idéntico a él—Soltó Fleur con asombro y algo más, que nadie pudo determinar si era miedo o preocupación.

—Me lo dicen seguido, Señorita Delacour—Dijo de mala gana el pelinegro, casi con una mueca de asco, que no pasó desapercibido por el resto del comedor—Bueno para los que no entienden a lo qué se refiere la Señorita de allá, me presento, soy Alexandre Merovingia.

El joven terminó de quitarse la capa con un movimiento de muñeca. Su cabellera atada en una coleta baja con un lazo rojo sangre, del mismo tono que la túnica que cubría su piel marrón, que sería la envidia de las tantas mujeres que luchaban por dicho aspecto durante el verano.

Su capa externa, color borgoña, estaba sujeta gracias a la cadena que unía las puntas que descansaban en sus hombros. Ésta en el centro contaba con la cruz de oro característica de su familia, pero que ahora era rodeada por dos dragones volando en sentidos opuestos; seguida por la gran "M" de su sello familiar, rodeada por los tres círculos dorados, con pequeñas plumas en sus uniones, y tenía un bordado de llamas en la base, en hilos rojo y oro, que simulaba el efecto de que la capa se estuviera quemando de a poco.

Todo en él gritaba poder, influencia y dinero. Para los que conocían a la familia no era de extrañar, pero si se inquietaron al notar que en el lado derecho de su pecho estaba el escudo de armas de los Merovingia, que dado que era su casa principal debería estar en el lado izquierdo y que en éste descansaba otro distinto, pero que al parecer tenía un hechizo no me notes o desilusionador encima, porque no se podía distinguir con claridad.

—No puede ser—Dijeron al mismo tiempo una familia de rubios y un joven de tez oscura, desde la mesa de las serpientes, con los ojos y boca bien abiertos a causa de la sorpresa.

No sólo estaban frente al heredero de una de las dinastías que en sus años gobernó Francia, Bélgica, parte de Alemania y Suiza, sino que los que conocían las tradiciones antiguas, de cuando el Mundo Mágico era regido por monarcas, entendieron el mensaje oculto de sus vestiduras. Los Merovingias estaban en guerra o acaban de declararla.

—Lord y Lady Malfoy—Saludó el chico con una reverencia rebosante de respeto, como dictaban los protocolos sangre pura—Tío Blaise...emm...Tío...Draco—Pero antes de que pudiera continuar, toda la mesa de encapuchados rompió en carcajadas ante el temblor en la voz de Alex al hablarle al más joven de la familia Malfoy.

—Ti…ti...tío Draco—Se escuchó a un encapuchado imitar el tartamudeo en forma de burla, haciendo que todos volvieran a reír y que el rostro del joven se tornara rojo—¡Por Merlín! ¡Hubieras visto tu cara, Alex!

—¡Cállate, imbécil! ¿Acaso cómo le dirías tú? Quiero seguir vivo al menos lo que resta del viaje— Soltó molesto, mientras fulminaba con la mirada a la mesa de encapuchados, donde su familia y amigos trataban, sin éxito, de controlar sus risas.

—¿Somos tus tíos? —Preguntó el rubio señalándose a él y a su amigo, causando que las risas y burlas se reanuden con todavía más fuerza, pero tras un suspiro, Alexandre prefirió ignorarlas.

—No. Al tío Blaise le digo así por cariño, de hecho, es un hábito que todos notaran con el paso de las presentaciones, porque somos un grupo que crecimos como una gran familia. Por lo tanto, —Esta vez miro a todo el comedor—no saquen conclusiones apresuradas en base a cómo los tratamos. Dejar en claro esto, es uno de los motivos por el cual soy el primero en presentarse.

++No seguimos edades, ni familias o relaciones, sino que establecimos un orden, dependiendo la información que revelará cada uno en su presentación. Lo decidimos así, para que las noticias no sean tan duras, porque les puedo asegurar…que el futuro no es para nada como lo esperan.

El silencio reinaba en el lugar, parecería que algunos hasta temían respirar. Un claro ejemplo de esto último, eran las hermanas Delacour, dado que ambas conocían muy bien a la familia Merovingia, a tal punto que Gabrielle fue considerada como posible esposa del heredero actual. Así que, si bien el futuro podía ser distinto a lo esperado para muchos, las rubias comenzaron a sentir los indicios de la ansiedad cuando al parecer su futuro sería inminentemente revelado.

—Por eso antes de hablar de mí—Continuó Alex, tras una pausa— quiero aclarar tres cosas que espero se entienda y las recuerden antes de decir o hacer algo durante las presentaciones—Miró a todos, analizando si alguno iba a interrumpirlo o si al menos estaban prestando atención—Como dije, el futuro no es para nada y repito, para nada—Hizo énfasis en esa última palabra—como se lo esperan, y no hablo solamente de parejas inesperadas… hablo de enemigos que ahora son sus amigos; gente "de la luz", que terminaron siendo asesinos; —se escucharon jadeos de sorpresa—familias enteras divididas por la ambición o los prejuicios, pero sobre todo y esto también es parte de lo segundo…nuestro nivel de magia, que aclaro desde ya que no es por alardear, es superior al de ustedes.—Varios partidarios de la causa sangre pura sonrieron— Pero no tiene nada que ver con el estado de sangre como algunos creen—Dijo paralizando con la mirada a algunos supremacistas, lo que desconcertó a los conocidos de la familia—sino porque para nosotros no existe magia oscura o de luz, solamente la magia en su más cruda expresión. De la misma forma que no existen hechizos prohibidos o imperdonables, —Cada vez más se abrían los ojos de los presentes en el comedor, hasta los del mismo director—porque, sobre todo, nos encargamos de comprender a la magia misma. Llegamos a estudiar y a utilizar los rituales que fueron empleados por nuestros antepasados, lo que nos permite explotarla a un nivel, que algunos, ni siquiera podrían imaginar.

—Pero… ¿cómo el ministerio les permite tal cosa? —Cuestionó Percy Weasley al borde de un colapso colérico.

—Señor Weasley, le pido encarecidamente que no vuelva a interrumpirme así o a ninguno de nosotros y eso va para todos. Mínimamente levanten la mano ¡Por Salazar! —En ese momento todo el comedor entendió que ese chico era un Slytherin, pero él realmente estaba indignado por la falta de respeto—Sin embargo, respondiendo a su pregunta, ya que a eso iba, podemos utilizar éste gran don que nos fue brindado por los dioses, cómo ellos esperaban que lo hiciéramos cuando nos lo dieron,—Dijo con una adoración y devoción que únicamente podía ser empleada por un verdadero creyente de sus palabras—porque en nuestro tiempo ya no existe el Ministerio de Magia, al menos no en Reino Unido y en algunos países del continente, como ser mi amada Francia.

En ese momento todo el gran comedor soltó un "¿Qué?" colectivo, incluido el director y el personal. Las mandíbulas parecían tocar los suelos, los ojos salir de sus órbitas, algunos se pararon de sus asientos, otros tuvieron que sujetarse y algunos profesores casi se desmayaron.

Por su parte la tercera generación, excepto cierto grupo de pelirrojos, sonreía con superioridad.

—¿Pero entonces quién dirige el Mundo Mágico?

Esta vez fue la profesora McGonagall la que preguntó, con una mano sobre su pecho, como si su corazón fuera a salir en cualquier instante.

En ese momento, al ver la mirada del chico hacia su colega, hizo que el director comprendiera lo que había visto en su oficina, haciendo que contuviera la respiración.

" ¿Cómo era esto posible? Pero si son sus hijos…"- pensó y dirigió la mirada hacía cierta castaña en la mesa de los leones. " No, es imposible. Ella no podría hacerlo"- finalizó su pensamiento con un largo suspiro y negando con la cabeza, convencido de que tendría que esperar por respuestas.

—Eso no me corresponde a mí decirlo, profesora. Aunque en mi tiempo, cuando la conocí, era directora. —Hizo un leve asentimiento en forma de saludo, dejando ver un respeto del que Albus nunca sería merecedor, y volvió a mirar al frente—Como decía, a esa escala estamos hablando, así que les pido, encarecidamente, que tengan la mente abierta y no monten un espectáculo de cada pequeñez que escuchen, porque no todos somos dotados de paciencia e inclusive con un simple hechizo defensivo podríamos causarles daño, ya que no están acostumbrados a éste nivel de magia.—Finalizó con un encogimiento de hombros.

—Estas blofeando—Siseó Percy, cruzándose de brazos

—Si es lo que cree, Señor Weasley, lo invitó…sinceramente… a seguir actuando como hasta ahora y podrá corroborarlo por usted mismo. —Varios notaron el peligro, tanto en la mirada como en el tono del joven y se estremecieron— Bueno, lo último es un aviso. Aunque tenemos un trato con el director, las situaciones las manejaremos nosotros y como lo creamos conveniente. Por lo que sí consideramos pertinente que salgan, lo harán; si alguien se sobrepasa y se considera que es merecedor de castigo, lo haremos—Se comenzaron a escuchar quejas y murmullos en el comedor— ¡A ver! ¡No se lo estamos pidiendo, se lo estamos informando! por algo me estoy tomando el tiempo del mundo para explicarles esto.

—Dumbledore no puedes permitir una cosa así, son unos chicos—Esta vez fue la matriarca de los Weasley quien interrumpió

—Es verdad, Señor Merovingia, deberán encontrar la forma de llevar esto con suma calma y armonía. —En ese momento un encapuchado, él que estaba en la cabecera de su mesa, se puso de pie. Su postura era erguida, imponía poder, autoridad y control.

—Director,—Llamó y todos lo miraron—no olvide que aquí está nuestra familia; nuestros amigos y Hogwarts es nuestro hogar. Lo que Alexandre quiere decir, es que tendremos paciencia y consideración, pero si alguien se sobrepasa, atacando o insultando a alguna de nuestras familias, no tendremos tolerancia. —Sentenció—Siempre que ustedes mantengan el respeto, el orden y la armonía, como están demandando, le retribuiremos de la misma forma y podrán enterarse de todo lo que sucederá, para así prevenirlo.

++Él sólo les está avisando, que, si alguien osa hacer un escándalo, insultar o agredir a alguien que nos importa, tomaremos medidas al respecto.

Todos estaban en silencio, al ver como aquel joven mago, cosa que se podía deducir por su voz, hablaba de una manera tan fría y arrastrando las palabras, además de una firmeza que rozaba la amenaza, con la que pocos se atreverían a hablar al Gran Albus Dumbledore.

—Lo entiendo, joven M…—Pero fue interrumpido

—¡No se atreva a decir mi apellido! —más de uno se estremeció por su marcada ira—pero ya se las dudas que iba a plantear, por lo que las evacuaré. —Al notar que la situación podría agravarse, tres encapuchados se levantaron. Uno se posicionó detrás de su pareja, que aún permanecía sentada, y los otros dos se colocaron detrás de su líder, listos para proteger a su hermano y pareja, respectivamente— Entiendo que para muchos aquí un simple crucio es algo inaudito, pero le puedo asegurar que—Señaló la mesa verde y plata, donde varios asintieron— para otros, no lo es tanto.

—Pero si lo deja más tranquilo, director—Habló una chica que permanecía sentada a la derecha del cabecilla, girando su varita entre sus dedos— no usaremos los hechizos que ustedes consideran maldiciones imperdonables. No las necesitamos después de todo—Terminó con un encogimiento de hombros, que sólo causó que la tensión del comedor, aumentará

—Exactamente. —Secundó el rubio—Así que traduciendo lo que quiso decir mi amigo… no nos va a temblar la mano, para poner al que se desubique en su lugar, pero si todavía, tras esa advertencia, quieren probar suerte, queda en ustedes.

Acomodó su capa y túnica, la cual por lo poco que llego a notarse, era color blanco y de las más finas telas, antes de volver a tomar asiento y ordenar, con un ademan, que los otros encapuchados tomaran sud lugares, confirmando así las teorías planteadas entre los Slytherin sobre el liderazgo.

Todo el comedor quedó pasmado, alternando la vista entre el director, que tenía una expresión de decepción, terror y nostalgia y el encapuchado que acababa de hablar, esperando que alguno hiciera algo.

—Bueno como ya oyeron— Aplaudió el francés, haciendo que la atención vuelva a posarse en él, dando por terminado el intercambio—mientras recuerden esas tres cosas, estaremos bien. Así que ahora voy a continuar mi presentación.

++Ya saben mi nombre y, como notaron, algunos conocen a mi familia, pero para los que no, provengo de una de las dinastías elitista, sangre pura francesa, de las más antiguas—eso hizo que más de uno rodara los ojos, sobre todo los leones, haciendo que el chico sonriera de lado—pero la pureza se acabará conmigo, ya que mi esposa es mestiza—finalizó con un encogimiento de hombros.

Otro jadeo y "¿Qué?" colectivo se escuchó, aunque esté principalmente provenía de las serpientes y águilas, que descendían de familias que seguían las antiguas creencias.

Por su parte Fleur abrazó a su hermana, quién tenía la cabeza baja, ya que, si el chico era su hijo y no había seguido las costumbres, se consideraría claramente su culpa.

—Es por eso que tenemos cercanía y negocios con los Malfoy, Zabini, entre otros. Por su parte, las Delacour, conocen a mi padre, porque estudia en Beauxbatons y como dijo la señorita, soy su viva imagen—En ese momento sonrió de lado, cosa que confirmó su parentesco para aquellos que conocían a su padre, pero rápidamente esa sonrisa fue borrada cuando vio a Gabrielle con lágrimas silenciosas cayendo por su rostro. —Señorita Delacour… Gabrielle—La chica levantó la mirada—¿Qué ocurre? —Su tono demostraba genuina preocupación, por lo que todos miraron a la rubia, para intentar entender el cambio de actitud.

—Yo… no sé si lo sabes—Habló en un inglés forzado—pero se está hablando de un compromiso con tu padre en este momento —Fue el turno de la tercera generación de pasmarse por la sorpresa.

—Emm…yo no lo sabía—Balbuceó el moreno

—¿Así que no soy tu madre? —La esperanza brilló en los ojos azules

—No, para nada Señorita Delacour. Mi madre es la heredera Durand —El chico vio el alivio en la expresión de la joven y buscó ayuda entre los encapuchados.

—Tía Gabrielle—Llamó una encapuchada, ganándose toda la atención—No eres una Merovingia, aunque te casaste con un sangre pura, fue por amor y no por contrato. Tuviste dos hermosos hijos—De pronto una mano fue apoyada en el hombro de la chica, deteniéndola—Es todo lo que te puedo decir por ahora

—Gracias—Contestó la chica, secándose las lágrimas, pero con una sonrisa.

—¿Tan malo es tu padre? —Cuestionó un Slytherin

—Es como todos los conservadores. —Zanjó y decidió cambiar de tema— Continuando y contestando la pregunta que muchos se hacen de "¿Por qué entonces me estoy presentando?" es porque en mi quinto año hice un intercambio a Hogwarts, intercambio que se volvió permanente una vez que conocí a mi esposa, quien sí, está estrechamente relacionada con muchos aquí. Además, no la iba a dejar hacer este viaje sola

—¡Dominado! —Gritaron desde la mesa de encapuchados.

—Lo reconozco. Si tuvieras una princesa como ella también lo serias, créeme. —varias chicas en el comedor suspiraron enamoradas, pero un mago entendió el trasfondo de sus palabras—Bueno, es por eso que pase primero, para así también explicar las reglas…total no corría riesgo de que alguien intente matarme.

—¡Eso porque el padre de tu esposa no sabe que es tu suegro! —Volvieron a gritar desde la tercera generación y todos rieron.

—¡Ya déjenme terminar! —Miró hacia sus compañeros y luego nuevamente al frente—Bien en Hogwarts pertenecí a Slytherin—La mesa verde y plata aplaudió—jugué como cazador—Los fanáticos volvieron a aplaudir—y aunque entre en quinto, fui prefecto mis últimos dos años.

—¡Prefecto Imperfecto! —hicieron coro la tercera generación, causando que el chico rodara los ojos.

—Bueno sí, que les digo, mis amigos y familia tienen un imán para los problemas—Ciertos leones rieron ante eso, pero un azabache se tensó, ante la implicancia de esas palabras—todas las materias me gustaron...Pues creo que no hay más que decir... ¿Preguntas? —Varias manos se levantaron.

—Si ¿Señor Malfoy?

—Entiendo que no querías hablar demasiado de tu padre, pero realmente me gustaría saber ¿Cómo lograste que Teodorico aceptara que te casaras con una mestiza? Digamos que tu familia siempre fue, hasta más conservadora que las nuestras. —Una sonrisa burlona apareció en su rostro.

—Es por quién es mi esposa, no sólo su apellido y familia, sino por quien es ella en el mundo mágico. Aunque cuando nos conocimos no era la joven que es hoy, sabíamos que sería capaz de grandes cosas y a pesar de que muchos trataron de alejarnos le dije a mi madre que renunciaría a mi herencia, mi título, mi familia, mi apellido y cualquier otra cosa que me prohíba estar con ella— Se escuchó un "Aww" general de toda la población femenina, haciendo que él sonriera—Y cómo sabrá, si hay algo que le importa a mi familia es su apellido, no querían que muriera conmigo—Lucius asintió en confirmación— Igualmente, el último golpe, fue cuando tuvieron que aceptar que uso el apellido de mi esposa, ya que su linaje es más importante en nuestro tiempo. Indistintamente, acordamos que alguno de nuestros hijos sería reconocido como heredero de la Casa Merovingia, ya que también gracias a ella recuperamos patrimonios que nos fueron arrebatados con el tiempo.

Hizo un ademán restándole importancia, ante toda la población masculina que estaba de no creer, como un hombre con título y estatus, como él, hiciera algo así. Mientras que, en la mesa de encapuchados, ciertos hermanos sonreían con suficiencia.

—Si ¿Señora... —Pero en ese momento fue interrumpido por una voz, muy conocida, en su mente, "Señorita Granger"—Disculpe ¿Señorita Granger? aún no me acostumbro. En nuestro tiempo, la conozco solamente por su apellido de casada—Se rasco la nuca, nervioso y apartó la mirada—Pero dígame su pregunta—Eso tomó por sorpresa a Hermione, pero sólo se limitó a asentir.

—De hecho, tengo varias—dijo algo temerosa y varios rieron.

—No sería usted sino las tuviera.

La voz de Alex dejo el nerviosismo, cuando realmente miró a la joven que se convertiría en la mujer que tanto admiraba en el futuro, tornándose dulce. Fue un cambio tan brusco, como el del otro encapuchado, que intrigó cada vez más a los del comedor que lo notaban.

—Bien ¿Tienes patronus? ¿No fue contraproducente lo de tu apellido? Y sin ofenderte—Todos la miraron interrogante—pero pude notar ciertas...características en ti—Dijo nerviosa, teniendo cuidado con sus palabras. Esto causo que la sonrisa del joven se ensanchara todavía más —No eres solamente un mago—Todos los ojos del comedor comenzaron a observarlo, analizándolo al detalle, intentando comprender a lo que se refería la leona.

—Vaya hermano, no sabía que ella era tan perspicaz e inteligente también en esta época. —Alex miró hacia los de la tercera generación con admiración, incredulidad y asombro.

—No por nada, logró vencer a Voldemort y fue considerada la bruja más inteligente de Hogwarts desde Rowena Ravenclaw.

Y otra vez todos voltearon a ver a la castaña, quién tenía una sonrisa algo arrogante, que no muchos estaban acostumbrados a ver en ella, mientras miraba disimuladamente a cierta familia de rubios, ya que después de todo, al parecer su plan había funcionado.

—Bueno respondiendo a sus preguntas... sí tengo patronus y es un ave del trueno, cambió después de un tiempo, ahora es igual al de mi esposa. También soy animago, mi forma creo pueden deducirla—Algunos no pudieron hacerlo, pero aquellos que sabían acerca de la relación del patronus y la forma animaga de un mago, al igual que los que sabían sobre el significado de compartir ambos con tu pareja y que sea un animal fantástico, jadearon— y más adelante entenderán, cuando ella se presente, el tema de los apellidos, pero hablando de lo importante…está en lo cierto, no soy simplemente un mago, pero es algo complicado de explicar...

Respiro hondo, cerrando sus ojos. Cuando los abrió eran color rojo, su piel palideció y tenía ligeramente los colmillos más largos, por lo que varios ahogaron un grito, algunos relacionándolo con el mismísimo Voldemort, por el color de sus ojos, mientras que otros intentaban recordar todo lo que podían sobre criaturas mágicas. Tras unos segundos volvió a la normalidad.

—No, no soy un Veela ¿Qué acaso no leen? —Varios recordaron esa frase, como una dicha por Hermione, por lo que miraron en la misma dirección que chico, dándose cuenta que observaba a Ron—Como les explique anteriormente, exploramos áreas de la magia que antes ni siquiera se soñaba con dominar.

++Como deben saber, tanto la maldición de los hombres lobo, como la de los vampiros, no sólo se transmite por nacimiento, sino por mordida o rasguños—Varios asintieron—Bien, por lo tanto, es como un veneno que se puede aislar... La guerra que vivirán no es la única que se aproxima—Hizo una pausa esperando que asimilaran la información. Luego soltó un suspiro y continuó—En una batalla, me interpuse entre la maldición asesina y mi mejor amigo—Todos estaban sorprendidos—Sé que se preguntan entonces "¿Cómo estoy aquí?"… bueno claramente morí, pero tiempo antes, junto con la mujer que es mi actual esposa, logramos aislar la maldición de los vampiros, de forma que tras un ritual pudo traerme de vuelta.

++Obtuve sus dones, pero no sus debilidades, es decir que puedo envejecer, pero más lentamente, mantengo mi forma humana, pero no enfermo y aunque puedo alimentarme de sangre, también puedo no hacerlo. Fue la razón por la que burle a la muerte, aunque haya significado un sacrifico enorme para ella.

Todo el comedor estaba hundido en un silencio sepulcral, la sorpresa e incredulidad reinaban en el aire; miraban hacia Dumbledore esperando que confirmara o negara lo dicho por el joven, pero estaba igual de atónito que la mayoría, mientras pasaban la vista sobre los encapuchados, buscando a la bruja que fue capaz de hacer tal cosa.

—Pero no entiendo ¿Puedo ver tu varita desde aquí? No deberías tener una—Percy Weasley se encontraba cada vez más indignado y por su parte, Alexandre, se debatía en si hacerlo su aperitivo o hechizarlo.

—Nuevamente muy observador Señor Weasley, pero sino quedo claro…el futuro es muy distinto a su presente. Yo soy considerado como parte criatura, en caso de seguir existiendo el Ministerio, supongo que sería algo así como las mujeres parte Veela—Quedo un tiempo pensativo y luego se encogió de hombros—Indistintamente, en el futuro todos los seres mágicos, sean criatura, parte criaturas o magos sin importar estatus de sangre, pueden portar varita, al igual que tienen los mismos derechos que la mayoría de los magos actualmente. Todo esto fue posible gracias a la Señorita Granger y su familia—Una sonrisa de orgullo y ojos llenos de esperanza aparecieron en el rostro de la castaña, mientras que otros tres pares iguales la observaban, con admiración, desde la distancia.

—¿Lo logré? —El chico asintió y ella simplemente sonrió más ampliamente, mientras cierto pelirrojo mayor la miraba con envidia pura.

—¡Felicidades, Señorita Granger!

—Gracias, director—Harry frunció el ceño frente al intercambio claramente forzado e incómodo.

—Bueno, si no hay más preguntas que pase el siguiente, que creo es muy necesario que su presentación sea antes de ir a dormir.

Cuando nadie levantó la mano o hizo preguntas, Alex bajo de la tarima, saludo a sus tíos, a los Señores Malfoy, para luego ir hasta la mesa de los leones y abrazar a cierta castaña, quién devolvió el abrazo, algo confundida.

—¿Podría? — Dijo señalando el poco espacio libre, a un lado de la leona—Me encantaría poder conocer a la versión más joven de la mujer que hizo que mi vida fuera maravillosa

—Claro—Respondió algo tímida, al mismo tiempo que se hacía a un lado, para hacerle espacio.

Aunque a muchos le parecía extraña esa petición, en la mesa del futuro, varios soltaron un largo suspiro, cuando la tranquilidad les inundó el cuerpo, reemplazando la preocupación. Había sido un pedido de su familia, que Alex tomara lugar al lado de Hermione, en caso de que alguna de las siguientes presentaciones se saliera de control y nadie pudiera proteger a su madre de la familia de pelirrojos que estaba a su lado.

Las miradas abandonaron al dúo, que comenzó a hablar entre murmullos, cuando otro encapuchado tomó lugar en la tarima.

—Buenas noches a todos, yo soy...

Sólo como dato de color si quieren investigar, la Dinastía Merovingia si existió y respete sus colores, característico cabello largo y sus joyas. Por lo que, si bien el actor que veo como Alex (pueden verlo en mis redes) tiene cabello corto, imagínense largo.

Sin más, espero les haya gustado.