"¿Por qué me quieres?"
Estábamos en la parte trasera de nuestra casa. Un jardín huerto repleto de manzanos, algunos duraznos y limoneros. Lo límites que nos separaban de nuestros vecinos eran unas lindas pero peligrosas matas de zarzamoras.
Desde dos escalones arriba en la escala, Emma sonrió sacando las manzanas del árbol y lanzándolas con gracia al canasto que yo sostenía debajo. Sin voltear a mirarme y más concentrada en cuál sería la próxima manzana en ser elegida.
"Porque eres mi hija, supongo" Respondió con la mirada fija en la fruta de colores rojo y amarillo.
"¿Supones?" Pregunto sin creerle. Ella ríe con esa voz de campanilla que era realmente agradable de escuchar. Como un tintineo suave y cálido.
"No es como si lo supiera a ciencia cierta pero, cuando naciste fue tan hermoso." Sonrió. "Se sintió cálido aquí dentro" Se inclinó para tocar con la punta de su índice mi pecho. "Desde entonces, cada vez que te veo es como si esa calidez volviera a encenderse, y eso me hace feliz."
"Entonces, si no pudieras verme ¿ya no serías feliz?"
"No. No lo sería." Dijo con seriedad.
Si le hubiera preguntado antes, cuando todavía era casi una bebé, que también fue el tiempo por el que se originó esta pregunta, quizás no la hubiera entendido. Ahora, sin embargo, lo entendía. Porque cuando respondió con esa seriedad, sin dudas, declarándolo como un hecho, también sentí ese calor.
Entonces Emma volvió a reírse, ese tintineo tan extraño pero encantador.
"Te has puesto roja, Yua"
Abrí mis ojos asustada. "¡No estoy roja!"
´Piratas atacaron Villa Hare en el South Blue. Isla Furutsu está de duelo. No hubo sobrevivientes.´
Era el titular del periódico que Ryu no me había mostrado hasta tres días después de irnos de la base marina. En general, el artículo, que era bastante breve de hecho, decía que piratas que escaparon del Grand Line al South Blue atacaron una villa indefensa que gozó de tranquilidad por años. Sin embargo, gracias a la llamada de alerta de un marine estacionado en el lugar, y que dio su vida para proteger a los aldeanos, la base marine cercana envió un buque en auxilio logrando capturar heroicamente a todos los piratas. Sin embargo se lamentaban porque no hubo civiles que hubieran conseguido sobrevivir ante el repentino y brutal ataque.
El artículo terminaba con un breve párrafo de condolencias a la villa que ahora desaparecería del mapa, y una fotografía donde se veía a los marines celebrando un funeral en el mar para los fallecidos.
Pensar que harían toda una escena para hacerlo creíble cuando ya pasó casi un mes de ello. Un mes... Sin contar que además, antes de la orden de Ryu ni siquiera se hablaba de ese tema. Era obvio el porqué. El gobierno no iba a hacer público un resultado tan nefasto para la justicia que proclamaban y que fallaron en defender.
"¿Por qué no me lo mostraste antes?"
"Eres una niña"
"…"
"Cierto. Te ves como una niña, así que a veces olvido que no eres normal."
"Eso es ofensivo" Entrecerré mis ojos.
"Es mejor que llamarte loca." Fruncí el ceño ante eso, pero antes de que pudiera responder, continuó: "De todos modos, los marines sólo se están regalando flores por sus heroicas acciones. Pensé que te daría un arrebato ya que en realidad ni siquiera les importó no haber llegado a tiempo."
Bufé. "No es como si los marines hubieran conocidos a los aldeanos, es obvio que no se preocuparían. Las personas son así, egoístas." Dejé el periódico de lado quitándole importancia e ignorando la incomodidad en mi pecho que gritaba el nombre de mi madre. Lo miré. "Quería preguntarte algo"
"¿Oh? ¿Es interés eso que veo ahí?"
"¿Responderás o no?"
"Pregunta y luego veré si lo respondo"
"Eso es-"
"Si no preguntas ponte a entrenar, ya has descansado demasiado."
"Demonios." mascullé y lo miré enfadada. "Bien. ¿Cómo es que sabes Haki?"
Levantó una ceja interrogante. Repetía mucho ese gesto ahora que lo pensaba. "¿Qué tiene de extraño?"
"Dijiste que el CP utilizaba el Rokushiki, pero nunca mencionaste el Haki. Entonces, ¿dónde lo aprendiste?"
"Que atenta." Comentó obviamente para molestarme. "Escucha con atención" Inició tomando una postura más seria que la habitual. "El Cipher Pol se encarga de realizar diversas tareas clandestinas, entre ellas: infiltración, espionaje y asesinatos." Enumeró cada uno de ellos con la misma mano que sostenía su cigarrillo. Yo asentí en comprensión haciéndole saber que no estaba en contra de ello, lo que pareció hacerlo sentir satisfecho a juzgar por su sonrisa socarrona. "Hace unos años tuve que infiltrarme en una tripulación pirata en el Grand Line, ahí aprendí Haki para no quedarme atrás en la escala de fuerza de la tripulación y porque obviamente, como infiltrado, no podía hacer uso del Rokushiki."
"¿Cuando termine mi entrenamiento y me una oficialmente al Cipher Pol, tendré que infiltrarme en alguna tripulación también?" Ya tenía bastante claro que mis habilidades actorales eran un completo fiasco. Si tenía que infiltrarme en una tripulación del Grand Line, que ya eran niveles más fuertes que cualquiera de los Blue´s, no quería imaginarme como terminaría.
"¿Preocupada porque te atrapen?" Se río. Claramente él estaba pensando en lo mismo.
"¡Cállate!" Le espeté antes de darme cuenta. ¿Ves? Siempre se quiebra la máscara cuando menos me lo espero. Sin embargo, Ryu tenía sus puntos ya contados, siempre tratando de burlarse de mí.
Respiré hondo para atraer la calma que se me estaba escapando por los oídos mientras oía la fuerte carcajada del idiota. Cuando los abrí me di cuenta en donde estábamos. La cubierta. Todos los marines nos estaban mirando aturdidos. Rodé los ojos. Ya habían pasado tres días y aún no se acostumbran al tipo de relación extraña que tenemos. Pero no los culpo, no había que olvidar que el tipo frente mío que estaba a punto de ahogarse con el propio humo de su cigarrillo es un agente peligroso del gobierno mundial.
Suspiré con unas ganas tremendas de darle un golpe, uno que no asestaría por mucho que lo deseara ya que a parte de idiota también era fuerte. Y pensar que fue hace apenas tres días que cada célula de mi cuerpo temblaba de miedo en su presencia.
"Como sea. Una vez en la isla trabajaré en ello." No me quedaba de otra, en estos momentos debía enfocarme completamente en mi Haki. Un mes y medio no era mucho tiempo para lograr un avance perfecto, pero era eso o terminar en quien sabe qué situación desventajosa.
"Las primeras misiones una vez terminado el entrenamiento son para evaluar tu rendimiento y decidir a qué serie del CP irás. Siempre y cuando no falles te irá bien. Además, para tu tranquilidad, suelen ser cortas y rápidas, aunque no puedo decir nada sobre la dificultad."
"¿Cuánta series del CP hay?"
"Nueve. Del 1 al 4 se encuentran en los Blue´s. El resto, del 5 al 9, se encargan del Grand Line. Estuve en el CP-5 por un tiempo, pero debido a ciertas razones, ahora pertenezco al CP-3, en el que actualmente soy jefe de serie."
"¿Razones?"
"No te importa"
"Tacaño"
"¿Algo más? Dijiste una pregunta pero aún no te callas."
"¿Qué pasa si fallo?"
"Se te considera no apta, y por tanto mueres."
"Supongo que nunca ha habido una segunda oportunidad."
"Nunca. Una vez fallas, sea cual sea la misión, terminas muerto y tu cadáver desaparecido para no dejar ni la más mínima pista."
"Ya veo…"
Ya morí una vez, así que realmente no me asustaba tanto perder la vida, lo que odiaría sería el proceso y el dolor. Diablos, realmente odiaba el dolor. Aún recuerdo los días en los que batallé con él todos los días para despertar mi Haki de Observación. Supongo que de ahí vino mi fuerza de voluntad. Ahora me pregunto qué es exactamente lo que me impulsa a estar dando este paso. Un paso que ya es bastante peligroso.
Luffy, él quería hacerse fuerte para proteger a los suyos, sus nakamas y hermanos. Pero ¿yo? Yo no tengo a nadie. Ya no. ¿Realmente lo que me impulsa es venganza, rencor hacia Shanks? Cada vez que pienso en esto siento una molesta sensación al fondo de mi consciencia, como si esa no fuera la respuesta, como si la razón por la que estoy eligiendo este camino fuera algo mucho más allá y Shanks era solo un objetivo menor que me encaminaría a... algo más.
Y así, termino recordando los fragmentos de mi vida pasada.
No fui… buena, al parecer. No. Lo sé. Incluso si fue por necesidad, lo cierto es que provoqué mucho caos en las calles. Tampoco tuve familia o alguien de la que depender y que pusiera un alto a mis acciones y decisiones. Era yo sola contra el mundo. Supongo que a eso debo mi apego a Emma. No. Fue mucho más que eso, pero ayudó mucho a que pudiera confiar en alguien.
Sacudí la cabeza tratando de sacudir con ella mi mente de los pensamientos confusos. Era extraño saber que viví otra vida y no poder hablar con seguridad de ella por las memorias borrosas y desgarradas.
Pero volviendo al tema...
El caso es, que con cada información que obtengo de Ryu sobre lo que me espera una vez atraquemos, o una vez que termine ese endiablado entrenamiento, más lo que ya sé de la historia, me siento como si en cualquier momento fuera a vibrar de la emoción como un perrito.
Si provoco un caos en este mundo ¿qué tan emocionante sería?
Entonces siento un fuerte golpe en mi sien, y enseguida, estoy rebotando en la cubierta hasta chocar con una de las paredes del barco.
"¡¿QUÉ MIERDA?!" Grito sin importarme que los marines me vieran como si debiera haber muerto con ese golpe, o como si realmente fuera a morir ahora que le grité directamente una maldición al bastardo del gobierno.
"Eres molesta." Declaró otra vez con esa mirada aburrida pero arrogante. Realmente odiaba que hiciera eso. "¿No estabas diciendo que tu Haki iba mejorando? Que bocona." Se burló.
"Tú… bastardo." Mascullé más que enfadada. ¡Eso dolió como un demonio!
"¡A entrenar!"
"¡Felicidades! Has avanzado mucho."
"¿Mucho? Creo que soy la puta ama del Haki de Observación."
"…"
"¿Qué?" Espeté. "¿Algún problema?"
"Antes eras más agradable." Y me lanza una patada que pude esquivar agachándome sin problemas. En seguida me levanté y le sonreí con todos mis dientes y mis manos en las caderas. "Ah… quita esa cara mierdosa." Suspiró agotado.
Reí. No estaba exagerando. Realmente mejoré mucho mi reacción a los ataques repentinos y el control sobre el Haki de Observación. Claro, aún hay mucho en lo que crecer, como ver el futuro. Sí, esa es una de mis metas. Pero para el tiempo tan corto en el que estuvimos en este barco creo que fue un gran avance.
Ahora teníamos a la vista la isla totalmente custodiada por los marines y agentes del CP, donde daría inicio al entrenamiento formal del Cipher Pol. En unos minutos atracaríamos y según Ryu, comenzaría el verdadero infierno.
"Mejoraste mucho tus capacidades, excepto una." Entonces tuvo que amargarme el día. "Tu actuación sigue siendo un completo fracaso."
"¡Ya te dije que una vez llegáramos me ocuparía de eso!"
"Me temo que no será posible"
"¿A qué te refieres?"
"¿Sabes? Uno simplemente no puede ser perfecto por mucho que entrene y se esfuerce-" Lo interrumpí lanzándole una patada directo al estómago. Por desgracia para mí, antes de que pudiera impactar, la detuvo con sus propias manos y me lanzó al agua.
Saqué mi cabeza del mar escupiendo un chorro de mi boca ya acostumbrada a este tipo de reacción. Lo que era lamentable si lo piensas bien. Y lo fulminé con la mirada mientras nadaba hacia el barco donde uno de los marines ya habituado, arrojaba fuera de la borda una escalera de cuerdas.
"Como estaba diciendo, antes de que decidieras interrumpirme," Me miró con ojos acusatorios, a lo que yo respondí ignorándolo y secándome el cabello rosa como si no existiera. "¡Escucha maldita sea! En serio, cada vez más insoportable."
"Tú dijiste que dejara de fingir."
"A veces lamento mis decisiones pasadas."
"Auch. Eso dolió."
"Eso esperaba."
"Bien, bien, entiendo. Prosigue." Me senté a lo indio para escucharlo con atención. Era divertido molestarlo. No podía hacer nada en contra de ello. Una vez familiarizada con la persona, no lo suficiente para confiar en él claro, suelo ser bastante molesta. No me había divertido tanto desde que estuve con Emma.
Desde mi tiempo con mamá he tenido una personalidad traviesa, aunque el nivel de travesuras que me satisfacen puede variar dependiendo la situación y persona. Mientras más cercano al caos esté, más excitante se vuelve la vida.
"No sabes actuar, ni fingir. Y aunque puedes mejorar tu actuación con el tiempo y eres capaz de guardar tus emociones detrás de una expresión en blanco, tus ojos te delatan totalmente." Fruncí el ceño. Emma también decía lo mismo. Era, de hecho, por esta razón que sabía cuándo mentía y cuándo no. "Tus ojos son demasiado expresivos para una agente del Cipher Pol. Y es un hecho que no puedes cambiar."
"¿Qué debería hacer entonces? No quiero sacármelos. Te lo digo de antemano." No fue un chiste. Realmente era posible que el idiota estuviera pensando en eso. No por nada llevo observándolo y analizando su personalidad todo este tiempo.
"Entonces primera opción descartada." ¡Ves! Lo sabía. Ryu bastardo. "Ten" Me lanzó una mascara de lo que parecía madera, también con forma de zorro, y donde los ojos, convenientemente, eran dos rasgaduras de apenas tres milímetros. "Pruébalo"
"¿Podré ver con esto?" Lo coloqué sobre mi rostro e inesperadamente, podía ver bien. No perfecto, pero bastante mejor de lo que esperaba.
"Si sigues entrenando tu Haki de Observación no deberías tener problemas para usarlo, incluso si tapas las aberturas y quedas ciega por completo."
"¿Puedo llegar a tanto con el Haki?"
"Conocí gente que podía. Y, aunque no quiero decir esto para no aumentarte más el ego, eres una genio con el Haki de Observación. Realmente no sé con los otros, pero tu Observación ya está más allá del nivel de simples piratas de la primera mitad del Grand Line."
"¿Con el de armadura no?" Pregunté picándome la curiosidad. Ciertamente saber que era una genio en Observación, me hacía querer ser una genio en los otros. Sobre todo en el del Conquistador después de ver de lo que era capaz contra esos bastardos piratas.
"Ya te dije que con tu Conquistador no puedo hacer nada. No tengo ni la menor idea de como funciona, sólo que es la representación de tu voluntad en su forma más pura, lo que es una definición sacada de libro. En cuanto a tu Armadura, sólo tú lo sabrás una vez sigas avanzando. Ya puedes cubrir la punta de tu dedo, así que sigue mejorando."
"¿Esas son tus últimas enseñanzas?"
"Mantente viva." Me quedó mirando fijamente y no pude evitar pensar que ya había visto esos ojos antes. En el Vicecapitán Asa. Luego la endureció como si nunca hubiera sucedido. "Eso es todo. Toma tus cosas y bájate de mi barco."
¿Por qué?
Cerré los ojos enfocándome en las brisa fresca del mar y luego los abrí con decisión, tomé la máscara entre mis manos y me puse de pie. Le di una sonrisa ladina y dije firme: "¡Sí, Ryu-san!" Di media vuelta y caminé a mi camarote. Hoy comenzaría oficialmente mi nueva vida.
"Auch…" Me quejé ante el ardor que me provocaba el algodón remojado en alcohol contra mi herida en la mejilla.
"¿Cuándo me dirás qué es lo que tratas de hacer? Terminarás peor que las manzanas magulladas"
"No es como si fuera una manzana" mascullé.
"Pues lo pareces" Me molestó sabiendo que odiaba esa comparación. "¿Me dirás?" Volvió a preguntar sin dejarme cambiar de tema.
"… estoy entrenando"
"¿Por qué?"
"Porque quiero ser más fuerte para protegerte- ¡Auch!"
"Di la verdad" Amenazó después de haber aplicado más presión de la debida en la herida.
"¿Cómo es que siempre sabes cuándo miento?"
"Tus ojos te delatan"
"¿Cómo es eso?"
Sonrió sin quitar la vista de la siguiente herida en mi frente. "¿Tratando de desviar la conversación otra vez?"
Diablos. No podía escapar de Emma por mucho que lo quisiera. Era demasiado perspicaz.
"No lo sé." Dije al fin, porque realmente no lo sabía. Sólo que quería ser más fuerte. "Supongo que hay algo de lo quiero aprender"
"¿Algo?"
Asentí mirando el suelo. "Y alguien a quien mostrárselo." Acabé por confesar.
Emma no lo sabría con seguridad puesto que no mencioné algún nombre. Sin embargo, el silencio que me siguió fue capaz de asegurarme que de hecho ella ya lo sabía, porque siempre que llegaba este tipo de silencio entre nosotras, este ambiente no denso pero sí nebuloso, era por Shanks.
Mordí mi labio inferior sabiendo que era difícil para Emma reenfocarse cada que mencionaba a mi padre, ya sea directa o indirectamente. En momentos como estos es cuando más quería tenerlo cerca para darle una golpiza, pero él estaba en quien sabe donde navegando sin rumbo por los mares.
Emma continuó limpiando mi herida como si nada, pero sus ojos no estaban mirando lo que tenía en frente. Era como si estuviera viajando mentalmente por sus recuerdos. Fruncí el ceño. ¿Estaba recordando a Shanks?
"¿Mamá?" La llamé al presente exitosamente. No obstante, tenía otra pregunta que hacerle, una más seria. Desde días atrás dudaba en si debería preguntarle o no. Sabiendo que Emma nunca me mentiría temía ponerla en una posición complicada, pero ya no me lo podía guardar más, necesitaba saber. "¿Aún amas a Shanks?"
A pesar de que la expresión habitual de Emma era la seriedad, sí tenía muchas otras más que sacaba a relucir como un abanico de naipes cuando la ibas conociendo. En ocasiones podía estar muy alegre, otras enfadada y otras incluso con miedo, pero jamás, jamás dudosa. Al menos no hasta ese día. Entonces entendí a la perfección lo que trataba de decir de mis ojos.
"No." Respondió con sus labios, mientras sus ojos destellaban con afirmación.
Fue la única vez que Emma me mintió. La primera y la última.
Decidí no volver a preguntarle de Shanks.
