Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningún fin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto. Está prohibido re-suban o adapten esta historia.
Day 01: Glances / Miradas
Rated: K+
Summary: Charasaku. 1/3. No era para nada su tipo. No fue planeado, y tampoco deseado, sin embargo sucedió. Sakura lo sentía, le buscaba con la mirada y sin poder evitarlo, le encontró. Como los pétalos de una flor al caer, ella no podía seguir negando este sentimiento.
NA: -¿Pensaron que este sería un SSM sin mi participación? ¡Ja!
Tengo otros os preparados, pero no podré contribuir con todos los prompts ni llevar un orden, ya que apenas ayer, 5/7, se me ocurrió escribir.
-Sin betear, disculpen los errores.
-Canción: Linaria, de Maruri to ryuga. Si aún no han visto koikimo, ¿Qué esperan?
.Linaria.
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Sakura sentía su corazón desbocado. Un horrible nudo en su garganta y el incontrolable malestar en su estómago. Pero por sobre todo lo físico que su cuerpo estuviera resintiendo, eran sus emociones y pensamientos los que más le hostigaban.
Vamos, hazlo, pensaba, debes hacerlo…
Tomó aire, y por un momento sintió su mandíbula temblar y sus ojos escocer.
¿Y qué si estaba cometiendo un error? ¿No era mejor eso a seguir siendo arrastrada por esa nebulosa de arrepentimientos y tristeza?
No, si resultaba como más lo temía, sin duda ella terminaría más herida.
Y con ese pesimismo, se detuvo en sus pasos. Su estómago achicándose, su garganta cerrada. Se quedó petrificada, y su corazón latiendo dolorosamente, hasta que esa persona le llamó.
—Eh, ¿Sakura?
Ella se encogió sobre su lugar. No había vuelta atrás.
.
.
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No recordaba el día con precisión, mucho menos cómo sucedió. No lo esperaba, porque de haber sido así, lo habría evitado a toda costa.
De saber cómo resultaría, habría mirado fijamente hacia la pizarra, ignorando su aburrimiento y deseos de que la clase terminara, y por ende, mirar a la ventana con anhelo.
Había estado viendo el cielo despejado, tan azul y basto. El viento que entraba por la ventana abierta apenas si era refrescante, pero sin duda era un alivio en ese salón abarrotado. Los ruidos procedentes de los alumnos en el patio, todas esas voces y risas que apenas alcanzaba a escuchar, le provocaban algo de envidia. Ella también quería estar afuera, jugar con el agua, refrescarse y sentarse bajo la sombra de un árbol, en lugar de escuchar la monótona y aburrida voz del maestro.
Con su mente divagando, su vista recorría con poco interés las afueras del edificio. Desde el tercer piso apenas si podía distinguir a la gente, pero de cualquier manera no le dio mucho pensamiento. Terminó enfocándose en los árboles y vio a un chico reclinado sobre el tronco de uno, y Sakura frunció un poco el entrecejo. Qué envidia.
Siguió mirando, esta vez fijándose más en la persona, y una de sus cejas se levantó ante el reconocimiento. Era Sasuke Uchiha.
Con una mano bajo su mentón, ella siguió observándole, y mientras lo hacía, su mente aburrida comenzó a formular preguntas que antes no le habían importado. ¿Qué estaba haciendo? ¿Esperaba a alguien? ¿Se había escapado de su clase para encontrarse con alguien?
Hmm…
Miró hacia al frente, fijándose en su maestro que seguía hablando. Pero no pasaron diez minutos cuando se encontró de nuevo mirando hacia afuera.
Hacía mucho tiempo que no cruzaba palabra con Sasuke, desde que entraron a ese instituto, recordó. Antes, cuando estaban en la escuela media solían estar en la misma clase, y en muchas ocasiones, en el mismo equipo de trabajo junto a Menma. Ante ese nombre, Sakura también se peguntó cómo le estaba yendo a él.
Menma había sido lo único en común entre ella y Sasuke, y motivo por el cual ella solía tolerarlo. Pero desde que su amigo se había mudado, ella y Sasuke se habían alejado uno del otro. En esos dos años, no habían coincidido en clases, ya que sus salones parecían estar muy lejos el uno del otro. Solo había escuchado rumores de él, y quizá ese era uno de los motivos por los que no intentó retomar su vieja amistad. Si es que se le podía llamar así.
Una media sonrisa se mostró en el rostro de Sakura, al ver como una chica se acercaba hasta Sasuke, sus pasos como brinquitos. No podía ver más que su espalda, pero sí podía ver el rostro de Sasuke, y como una sonrisa coqueta le era regalada a esa chica. Sakura miró por unos segundos más, poco impresionada. Antes de que la campana sonara, ella había dejado de ver hacia la pareja bajo el árbol, y en su lugar miraba con anhelo hacia el cielo. Quería que las clases terminaran más rápido.
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No se consideraba mala estudiante, y no se la pasaba soñando despierta mirando afuera e ignorando a sus maestros. Solo que había algunas clases o ciertos maestros que parecían ser más pesados y aburridos. Sobre todo luego del medio día, cuando el clima templado le envolvía y la voz monótona del maestro le arrullaba. En realidad, Sakura trataba de no dormirse, y algo que le funcionaba era mirar hacia la ventana y tratar de grabar en su mente las palabras aburridas del maestro.
Su vista reparó de nuevo en él.
¿No tiene clases? Algo de desagrado en ella. ¿Es que se saltaba las clases para ligar o algo por el estilo? ¿Cuántas veces iban en la semana que ella le miraba vagabundear por ahí?
Reacomodándose en su asiento, repasando sus notas, comenzó a escribir más. Eso debía ser más importante que preguntarse por la vida de Sasuke Uchiha.
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Iba camino al gimnasio cuando le vio de nuevo. Se detuvo por un instante, sin saber porqué, pero por un segundo sintió la necesidad de caminar hasta donde él. Frunció el ceño, confundida por el breve desconecte de su cerebro.
—¡Sakura-chan!
Giró a donde gritaban su nombre. Su amiga Ino tímidamente le llamaba mientras se acercaba a ella. Sakura sonrió, centrándose totalmente en ella y mandando por el aire el minúsculo pensamiento e interés que le provocó Sasuke.
—¿Lista? —le preguntó a su amiga, animada. Ino suspiró nerviosamente.
—No mucho.
—Prometo no aventar el balón tan fuerte —le sonrió Sakura, ante el nerviosismo de su amiga.
Por lo general, Ino evitaba participar en cualquier deporte, pero Sakura le había pedido el favor de ayudarle a entrenar sus saques. La temporada de vóley aún no iniciaba, pero quería mantenerse en forma.
Tratando de animar a su amiga, continuó el camino con ella, conversando y riendo de vez en vez.
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Sakura adoraba a Ino. No solo la chica era su mejor amiga desde hace años, sino que era imposible no tomarle aprecio y querer protegerla. Sakura se había metido en más de una pelea tratando de defender el honor de su amiga. A decir verdad, ella nunca se quedaba quieta si alguien se atrevía a hablar mal de Ino, mucho menos si le molestaban.
Así que era irónico que ella, Sakura, hubiera sido la responsable de que Ino se fracturara el brazo.
Estaba tan apenada. No había sido para nada su intención, y de saber que algo así pasaría, jamás le habría arrastrado al gimnasio. Ino era tan delicada y femenina, mientras que la propia Sakura no podía considerarse de esa forma. Debía de haberlo previsto.
Sin mucho más que mil y repetidas disculpas, Sakura le había prometido hacer sus deberes, llevarle las tareas y ayudarle a estudiar el tiempo que debía permanecer en su casa.
—Está bien, Sakura-chan, no es tu culpa —la rubia trataba de convencerle, pero aun así Sakura se resentía—. En su lugar, ¿Qué tal si me haces un favor?
Y ella dijo sí de inmediato. Sin dudarlo.
Por eso, ahí estaba ella, haciéndose cargo de las plantas en lugar de su amiga. Ese día el sol era particularmente intenso, y de haberlo deseado, se habría mantenido bajo la sombra, o sentada echando pereza. Pero desde el primer año, Ino se había hecho cargo de los pequeños jardines en la escuela, y ahora incapacitada para siquiera ir a la escuela, y pidiéndole el favor a Sakura, la pelirrosa estaba cumpliendo.
Vamos, no es para tanto. Miró alrededor, todos los maceteros y plantas que bordeaban el edificio.
Soltó un quejido.
Estaba gastando sus horas libres de estudio -las cuales sí utilizaba, ya que debía reponer la poca atención que a algunas clases daba- para atender dichas plantas.
Lo haces por Ino, dijo para sí. Quizá así podría mantenerse más rato bajo el intenso sol. Sinceramente, le apetecía más refrescarse a sí misma, pero se abstuvo. Estaba en la escuela, y lo último que quería era atraer la atención y se rieran de ella por mojarse a sí misma.
No entiendo que es tan especial en esto, pensó, ante la vista de tantas plantas que no conocía y que para ella todas se veía iguales. Repasó mentalmente los puntos importantes de su última clase, mientras que, de manera mecánica seguía regando las plantas.
Pero se detuvo de repente cuando se sintió observada. Miró a su alrededor, pero no encontró a nadie particularmente interesado en ella.
Qué extraño, pensó.
Debía ser porque estaba haciendo algo fuera de lo usual, que pensó eso. No le dio importancia, y continuó.
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Un día después, cuando por mera inercia levantó la vista y miró a las ventanas sobre ella, se sorprendió al descubrir a Sasuke mirándole desde su propio salón. En el tercer piso, con su mirada fija en ella. Extrañada, Sakura parpadeó un poco confusa, y esto aumentó más cuando una tenue sonrisa se mostró en el rostro de Sasuke.
Sakura se congeló por unos instantes, sin saber qué sucedía. ¿Qué debía hacer? ¿Saludarle? ¿Devolverle la sonrisa? Tal parecía que su falta de reacción le pareció graciosa a Sasuke, porque esa sonrisa se transformó en una bastante picara. Eso fue suficiente para que Sakura despertara de su transe, y sin vacilación, bajó la mirada y se concentró en su trabajo.
Pero pasados unos minutos, levantó la vista de muevo y se horrorizó al notar que él le seguía mirando.
Ignóralo, se dijo, no es de tu interés.
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No era solo vaciar algo de agua, se lamentaba Sakura. Para cuidar de esas plantas debía ponerles abono, escarbar, sacar malas hierbas y más cosas que no podía creer estuviera obligada a hacer. Sakura ya no podía no prestar atención en clases, porque ya no tenía horas libres para estudiar y repasar, ya que éstas las ocupaba para hacerse cargo de lo que Ino le había pedido.
Esto es más pesado de lo que pensé, se quejó. Siempre dio por hecho que Ino solo les rociaba con agua. La verdad es que su amiga nunca se había quejado ni le había pedido ayuda. Ahora no podía más que admirar la devoción de Ino a cuidar esas plantas.
Tuvo que quedarse un par de veces luego de que las clases terminaran, trabajando ese "jardín" que había prometido cuidaría.
Pero no es tan malo, consideró. Es bueno pasar el rato afuera, y el olor a tierra mojada es agradable, y ver el brillo de las gotas en las hojas verdes es refrescante.
Quizá, ahora que Ino regrese, le propondría ayudarle de manera permanente.
Murmuró algo intangible, como una canción, mientras se agachaba para recoger sus herramientas, pero, su pie derecho pareció enredarse con el izquierdo, trastabillo y casi se va de bruces. No tenía idea como no cayó de cara completamente, solo que una de sus rodilla alcanzó el suelo, pero nada más fuerte que eso. Claro, más de una maldición salió de su boca, y sentía sus palmas arder. Aunque, más que sus manos, su rostro se sentía caliente. Miró de inmediato alrededor, por si alguien le había visto. Sintió un poco de alivio al no notar a nadie mirándole.
Luego recordó a Sasuke, y levantó la mirada hacia donde hace dos días le había visto. Se sintió tranquila al comprobar que no estaba. Casi soltó un suspiro de alivio, hasta que por su visión periférica creyó ver algo, y movió su rostro hasta la venta frente a ella. Se congeló al encontrarse con un par de ojos negros que le miraban con suma atención desde dicha ventana.
¿En qué momento había llegado hasta ahí?
Sakura no podía pensar con toda la claridad, solo sentía la vergüenza inundarle. No quería burla por parte de él.
—¿Estás bien? —Sasuke le preguntó, con lo que ella pensaba era algo de preocupación.
Sakura se levantó de inmediato, con toda la gracia de la que era capaz, y se sacudió las manos, evitando una mueca ante el dolor. Se aclaró la garganta, más que nada para ganar tiempo y acomodar su voz.
—Estoy bien —se forzó en decir.
—Debes haber estado muy concentrada —dijo Sasuke, con una breve sonrisa.
Sakura arrugó el entrecejo. No le contestó. En su lugar, recogió sus herramientas y se retiró, dejando atrás a Sasuke, sin comprobar la sonrisa de burla en él.
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Desde ese incidente, parecía que lo veía más que antes.
Durante dos años Sakura se lo había topado tan pocas veces, que incluso se había olvidado de él. Pero ahora, era como si hubiera un imán que lo atrajera hacia ella. Se topaban en los pasillos, lo veía desde su ventana, sentía su mirada sobre ella cuando realizaba su nueva rutina de cuidar las plantas. Todo eso podría Sakura ignorarlo sin mucho problema, pero era algo diferente lo que le estaba molestando. Cada vez que estaba cerca o lo divisaba, por instinto su vista se dirigía a su rostro, y para tremendo horror de ella, sus miradas se cruzaban.
A Sakura le provocaba escalofríos de horror ese hecho. Y mientras que en ella provocaba muecas de desagrado, Sasuke solía siempre verle con una sonrisa de satisfacción en la cara. Parecía que se dio cuenta que eso le desagradaba a ella, y por eso mismo mantenía el contacto visual.
—Que desagradable —dijo Sakura mientras arrancaba la mala hierba de la tierra—, con tantas chicas tras de él, debería enfocarse en ellas —arrancó otra planta con más fuerza de la necesaria—. Con su estúpida cara de-
—¿No te duelen las manos?
Fue interrumpida en medio pensamiento y sobresaltada, arrancó sin cuidado otra planta, con demasiada fuerza, que su posición de cuclillas terminó con su trasero en la tierra y sus manos tratando de evitar la caída y al final terminado como apoyo contra el piso.
Sakura se mordió el labio, evitando maldecir. Con su mandíbula apretada, contesto:
—No.
Pero sentía las pulsaciones y el calor en sus doloridas manos. Tal parecía que los guantes no le habían amortiguado mucho.
Levantó la vista y frunció el entrecejo. Una vez más, asomándose desde la ventana frente a ella, Sasuke Uchiha le interrumpió, provocándole más que desagrado.
—Me da gusto —comentó él, como si no se diera cuenta del malhumor de Sakura.
Ella le dio una mirada de molestia.
—¿Necesitas algo?
Era lo más educado que ella podía decir, en lugar de "lárgate de aquí".
—Solo pensé en decir hola.
Por un instante Sakura miró confundida a esa sonrisa amistosa de él. Era como si lo que acababa de decir no tuviera sentido, y lo creía así porque sonaba como si fuera algo tan normal entre ellos -cuando en realidad no se habían hablado en muchísimo tiempo.
—Hola… —farfulló ella, confundida e irritada.
—Te veré luego —dijo Sasuke, una vez más con ese tono amistoso, y yéndose por el pasillo.
Sakura, con su trasero aun en la tierra, miró la ventana vacía.
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Ese "te veré luego" no fue una frase vacía. Para mala suerte de Sakura, se convirtió en una realidad. Mas como el presagio de una maldición, creía. Sasuke apareció frente a ella de nuevo. Para empeorar las cosas, esta vez no había una ventana entre ellos.
—¿Desde cuándo estás en el grupo de embellecimiento de la escuela? —preguntó Sasuke con voz fácil, mientras se mantenía a medio metro de Sakura.
—Desde hace una semana —respondió la chica a regañadientes. Se sentía incomoda con la nueva presencia y sus intentos por conversar.
—No sabía que te gustaran las flores. Al menos, antes no era así.
Ella trató de concentrarse en su trabajo, dedicándole la menor cantidad de atención al chico.
—Lo hago por mi amiga.
—Tu amiga… —murmuró Sasuke, en un tono de concentración. Luego exclamó— la rubia tímida que siempre está pegada a ti.
Sakura le miró con recelo.
—Se llama Ino —¿Cuantas chicas conocía que ya había olvidado a Ino?
Zoquete.
—Oh, vamos, solo jugaba —sonrió con lo que Sakura pensaba era coquetería—. Recuerdo bien a Ino. Rubia, hermosa pero demasiado cohibida.
Sakura decidió escarbar con la pequeña pala la tierra donde pasaría unas nuevas raíces. Eso era de más importancia que escuchar a ese loco.
—Creo haber cruzado un par de palabras con ella, no recuerdo como suena su voz. Apenas si podía escucharle. Oh, cierto ella se sonroja ante todo, tan encantadora. A decir verdad, no es tanto mi tipo ideal, pero tiene buen cuerpo y una inocencia tan virginal que realmente sería difícil no querer acercarse a ella y-pfff.
Sasuke tosió con dificultad la tierra que le había caído en la boca. Sakura, tan enojada por los estúpidos delirios de Sasuke, sentía la necesidad de aventarle más tierra a la cara. De nuevo.
—Era una broma.
—Pues vete con tus bromas a donde alguien se ría —reprendió Sakura. realmente molesta.
Su tolerancia con ese payaso era cero.
Él levantó las manos, en gesto de rendición, y trató de mostrar una cara inocente y una sonrisa conciliadora.
—¿Qué tal si te ayudo?
—¿Qué tal si no?
Pero su malhumor no parecía hacerle desistir ante los "encantos" de Sasuke, al igual que todas las chicas. Después de todo, así había sido desde antes.
—Vamos, seguro te vendría bien un par de manos fuertes.
Ella abrió la boca para negar, cuando se dio cuenta de la picardía en sus ojos y en su tono, que ella estuvo a punto de maldecirle de nuevo, pero eso quedó en segundo plano cuando alguien le llamó.
—¡Sasuke! ¡Ven!
Ambos, Sasuke y Sakura, miraron hacia dirección del llamado, y vieron a tres chicas riendo y mirando con suma atención al susodicho.
—Oh, lo olvidé —dijo el chico, luego le miró con pena y se excusó—. Nos vemos.
Y se alejó hacia las chicas, quienes rápidamente le tomaron del brazo y lo arrastraron a Dios sabría dónde.
Sakura regresó su atención hacia la tierra y los tallos, aun con el desagrado pintado en su rostro, continuó con su labor.
.
—¡Qué haces! —exclamó Sakura cuando el pequeño bulto de tierra le fue quitado de sus brazos. Sasuke no se encogió ni por un instante ante su tono malhumorado. En su lugar, dirigió la marcha por los pasillos hasta el patio del ala oeste de la escuela.
—Lo que te dije ayer, ayudándote.
Sin ver su rostro, Sakura sabía por su tono que estaba sonriendo. Se apresuró para alcanzarle, y aun recelosa intentó recuperar su carga.
—No recuerdo haber aceptado tu ayuda.
—Pero tampoco te negaste.
Eso fue porque me interrumpieron, pensó con molestia.
—Debes de tener más de esos compromisos, en lugar de venir a molestarme, deberías ir a donde tus muchas novias.
—Realmente, estoy libre. Y no tengo muchas novias, ni siquiera una, así que no te preocupes.
Ofendida, replico:
—Tch, ¿Quién está preocupada? Tu vida amorosa es lo último que me importa. Solo quiero que dejes de molestarme.
—¡Oh, Sakura eres tan fría!
—Y tú eres un gran idiota.
—Y además grosera.
—Y tú un metiche.
—Pero incluso así, sigues viéndote hermosa
—Y tú- ¿uh? —pero se interrumpió, incrédula ante lo que había escuchado. ¿O fue su imaginación? Miró estupefacta a Sasuke -o bien, su espalda, porque el chico seguía caminado.
Se sacudió mentalmente, seguro escuchó mal. Abrió su boca para recriminarle, pero Sasuke se detuvo, giró su rostro para verle y Sakura, una vez más, se quedó sin palabras, ante la sonrisa sincera de él, y su mirada expectante.
—¿Te quedas ahí? ¿Quieres que te tome de la mano para que no te quedes atrás?
Sakura sentía una rara incomodidad en su estómago que iba subiendo por su pecho y le atoraba la respiración. Tardó más de lo usual en recomponer su gesto de molestia, y a paso pesado se encaminó hasta donde Sasuke, arrebatándole el pequeño bulto de tierra.
Es un idiota, pensó muy molesta, ignorando la risa del chico tras de ella.
Un gran idiota.
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—¡Sakura-chan, muchas gracias! —Ino le tomaba de las manos, y no dejaba de repetirle su agradecimiento, a pesar de haberle dicho ya que no fue gran cosa—, se ve todo incluso mejor que antes.
—Tuve un par de manos extra, así que de verdad, no me agradezcas.
Sobe todo porque fue mi culpa que te hayas ausentado, pensó avergonzada. Las cuatro semanas habían pasado, y ella al fin podría descansar.
—¿Y quién es?
—¿Cómo? —Sakura se avergonzó por no haberle escuchado del todo.
—La persona que te ayudó. Debo agradecerle también.
—Oh… ah, no es nadie de importancia —se apuró en zanjar ese tema. Recordando de inmediato las estúpidas palabras de Sasuke sobre Ino. Fueran broma o no, ella sabía bien de la fama de mujeriego que él tenía.
—Lamento haberte dejado encargada de esto. Sé que es algo pesado.
—No fue nada, de hecho la pasé bien.
¿En serio? La pregunta flotó en su mente. Por un instante el rostro de alguien indeseado apareció y Sakura sintió un escalofrío. Qué demonios, pensar en él al decir "la pasé bien"… debía estar volviéndose loca debido al sol del verano.
—Me alegro —dijo Ino, sin notar la crisis de Sakura—. La próxima primavera se verá todo incluso más hermoso.
Sakura sólo sonrió a su amiga, medio prestando atención, y medio horrorizada ante una idea indeseable.
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Creía que una vez que Ino le relegara de su ayuda temporal, no volvería a cruzarse con Sasuke. Es decir, antes de eso no habían hablado en años, así que esperaba que todo regresara a cómo debía.
Pero no fue así.
Estaba cambiando sus zapatos, las clases ya habían terminado y ella por fin podía regresar temprano a casa. Enfocada solo su tarea actual, y luego en sus pasos y en lo que intentaría hacer para cenar. Pasó entre muchos alumnos que se movían por los casilleros de los zapatos, algunos en grupos, otros igual de indiferentes como ella. Y escuchó esa voz.
Fue en automático girar un poco el rostro, sus ojos buscando entre todos, y sus miradas encontrándose. Con aquel tiempo pausado, una extraña sensación le rodeó. Sakura miró de inmediato al frente, rompiendo el enlace que no había querido iniciar.
Y sin embargo, su cuerpo traicionero se movió sin su permiso, y miró sobre su hombro de nuevo. Él seguía viéndole, y esta vez Sakura pudo notar como una sonrisa acompañaba su intensa mirada.
—Hey, Sakura —Sasuke se hizo oír entre el ruido a su alrededor, y de inmediato se movió fuera del grupito de chicas que le habían estado rodeando, y trotó hasta alcanzar a la pelirrosa—. Quizá te venga bien algo de compañía.
—No lo he pedido —señaló ella, queriendo mantener a raya las emociones confusas.
—Pero tampoco te estás negado, ¿o sí? —comentó él, petulante.
Sakura pudo haberle respondido de manera grosera, o ignorarlo y caminar más deprisa, pero sólo se limitó a darle una media sonrisa.
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Me aventé cinco one shots y la edición de uno en dos día, aún tengo la chispa, eh.
Den follow, fav o lo que sea, para no perderse de cuando suba otra historia. Tengo varios borradores, ¿será acaso este el regreso del hombre araña? xd
Gracias por leer.
