Los personajes de esta historia pertenecen a la increíble Stephanie Meyer, la trama pertenece a la asombrosa autora CaraNo, Alepattz la tradujo, sullyfunes01 es nuestra prelectora, yo tengo el permiso para publicarla.

Thank you CaraNo for allowing us to share this amazing story in Spanish!


¡Sorpresa!

Muchos de ustedes preguntaban si la historia solo sería narrada por Bella, pues ya ven que Whistler nos permitirá entrar en su cabeza, este es el primero de muchas narraciones con el punto de vista de Edward.

32 - ROMA EN ENERO

Whistler POV

"Sube la señal del salón de abajo", le digo a Eric.

Tomo asiento a su lado, enciendo un cigarrillo y subo los pies al escritorio. Eric me mira los pies, pero no dice nada. Puede que él trabaje en la sala de control, pero sigue siendo mía.

Además, es demasiado listo como para quejarse conmigo en estos momentos.

Ni siquiera hablemos de Kellan y James, e incluso Seth.

Han pasado dos días desde que Bella y Kellan fueron a la villa de Aro sin mi conocimiento, ni consentimiento.

Dos días que me rompieron.

El problema es que el trabajo de Bella está dando frutos.

Y realmente no quiero admitir esa mierda.

Pero no deja de ser cierto. Las listas que fotografió nos llevarán a alguna parte. Aún no sabemos a dónde, pero los nombres importan, eso lo sabemos.

Bella. Maldita mujer exasperante.

Tiene el don de volverme loco. La mujer me mantiene en vilo, y lo jodido es que no me gustaría que fuera de otra manera. Desde el primer día, más o menos, he sabido que ella es diferente. Lo mismo le pasa a Emmett con Rose. Él y yo nos aburrimos fácilmente. Es seguro decir que no tenemos ese problema con Bella y Rose cerca. Las dos son muy testarudas.

"Nada todavía", dice Eric, revisando los monitores.

Doy una calada a mi cigarro, pensando en otras posibilidades.

Necesitamos saber dónde tienen a mi tío.

"¿Algo de Emmett?" Suspiro.

Se supone que estará aquí pronto. Él, Rose, Alec y Nessa. Pero al igual que Bella y yo, no pueden entrar al país por un aeropuerto.

"Salieron de Lyon hace un par de horas".

Bien.

"¿Y Liam?"

Eric sonríe, y lo supe. Sé que todo va bien. No es que estuviéramos preocupados, pero una fuga de prisión no era nada fácil. Pero lo hicimos. Bueno, los chicos en Estados Unidos.

"Lo último que supe es que está de camino a una casa segura en Colombia".

Hago una pequeña mueca, exhalando un poco de humo. "Jodida Colombia", murmuro. Así es Liam. Está jodido. Lo quiero, porque somos familia. Es mi primo, pero... maldita sea, no sé por qué tiene que involucrarse con drogas.

No está enganchado, pero la vende.

"Solamente se está escondiendo, Cullen", Eric dice, pero no estoy seguro de creerle. A Liam siempre le ha gustado la mierda pesada. Al igual que a su padre.

"Me da igual", suspiro. "De todos modos, ¿papá ya regresó a Chicago?" Ese es el plan, al menos. Va a ir a Chicago con Garrett y Ben. Mamá y Tan también estarán allí.

"Sí, llegaron esta mañana".

Bien.

Y ahora... sobre los papeles... "¿Ha habido suerte con los nombres?"

Una parte de mí espera que diga que no.

¿Qué?, soy un pendejo competitivo. Demándame por no querer que mi mujer sea más lista que yo. Por otra parte, si alguien tiene que hacerlo, bien podría ser ella. Y tengo que admitir que estoy un poco orgulloso de ella. Es feroz como el infierno. Mi pequeña gata del infierno. Pero en serio, voy a tener un maldito ataque al corazón si ella hace otro truco como ese. Jesús, no sobreviviría si algo le pasara a ella.

"Todavía clasificándolos", me dice. "Adam me está ayudando. Primero estamos clasificando a todas las mujeres".

Asiento pensativo.

"No se lo has dicho a Sam, espero".

Aún no estamos seguros de que el nombre de la lista sea el de su padre, pero sospechamos que sí, y por eso creemos que las listas nos darán respuestas. Porque si de hecho es su padre, entonces podemos empezar a buscar desapariciones. Y si se suman otros nombres, podemos suponer que los nombres de las listas pertenecen a gente que Aro ha matado, secuestrado o alguna mierda parecida. Después de todo, el nombre de Ed también está en esa lista. Así que, tendría sentido.

Eric se ríe secamente. "No, y preferiría no estar allí cuando se entere".

Mierda, yo tampoco querría estar ahí, pero alguien tiene que darle la noticia.

Sé que seré yo.

Toc, toc.

"Pasa", bostezo, cogiendo otro cigarrillo.

La puerta se abre detrás de mí y doy la primera calada mientras miro por encima del hombro para ver a Bella y Autumn entrando en la sala de control.

"Buenas noches, señoritas". Le guiño un ojo a Autumn. Esa niñita me tiene tan jodidamente atada a su pequeño dedo, y eso no es gracioso. "Parece como si una fábrica de brillantina hubiera explotado sobre ti, pequeña".

Supongo que tendrán otra noche de chicas, porque eso incluye pijama y maquillaje.

"Le he puesto maquillaje a Bella, Edward", se ríe, corriendo hacia mí, y yo apago el cigarrillo antes de que pueda saltar, cosa que siempre hace. Y siempre temo que golpee a las joyas de mi familia. Oye, soy un hombre.

"Sí, ¿eh?" Me río entre dientes, colocándola en mi regazo antes de mirar a Bella. "Bueno, bueno..". Está... graciosa. Toda reluciente. "¿Hay alguna forma de que me beses sin que me caiga brillantina en la cara, princesa?"

Sonríe y se acerca a mí, y por mucho que odie la mierda que hizo hace dos días, nunca puedo estar enfadado con ella mucho tiempo. Claro que hemos discutido mucho, sobre todo desde aquella noche, pero seguimos siendo sólidos. Y sí, tengo que recordármelo a mí mismo a veces, pero perdóname por dudar. No es tan raro si lo piensas. Nunca pensé que encontraría el amor. ¿Cómo diablos iba a creer que no solo encontraría el amor verdadero, sino también una esposa que aceptara la vida que llevo?

Pero lo hice.

Solamente tengo que recordármelo a mí mismo.

"Averigüémoslo, ¿de acuerdo?", bromea, agachándose para besarme.

Dudo que sepa cuánto la amo.

En serio.

Ella es mi vida.

"Mmm, hoy te he echado de menos". Tararea contra mis labios. Mordisqueo su labio antes de chuparlo suavemente. Pero... Tengo una niña en mi regazo. Una niña que se está riendo. Así que termino el beso con unos cuantos besos castos. "Llevas horas encerrado aquí", dice suavemente, pasándome los dedos por el pelo, y... Juro que podría ronronear como un puto gato. "¿Has comido al menos?"

"Sí. Hace unas horas", suspiro satisfecho.

Me estremezco.

Me besa en la frente.

Así es Bella. Una gata infernal y una dulzura, todo envuelto en una sexy mujer joven.

"¿Quieres que Autumn y yo les traigamos algún bocadillo?"

"Joder, sí", dice Eric.

Me río entre dientes y le hago un gesto de asentimiento a Bella. Porque, ¿quién coño dice que no a los bocadillos?

Pero... "Aunque no creo que recibas ayuda de esta pequeña", murmuro, mirando a Autumn. Diría que un minuto o dos y luego se va. Es como un cohete, pero también puede pasar de ser un pequeño bicho raro a una roca dormida en dos segundos. Y ahora mismo está a punto de dejarse caer sobre mi pecho. "Impresionante", murmuro, poniendo un poco los ojos en blanco. "Voy a tener brillantina por todos lados".

"Aw, pero te verás muy bien, cariño", susurra Bella.

Le lanzo una mirada juguetona. "Claro, puedo ser tu hada", respondo secamente.

Ella solo guiña un ojo, luego se va, y yo miro su delicioso culo.

Tiendo a hacerlo.

"Avísame si quieres que me la lleve", dice Eric en voz baja, mirándome de reojo.

Le hago señas para que se vaya. "No, ella está bien aquí".

Ella es mi combustible.

Esta niña de siete años es una de las razones por las que hago lo que hago. Necesito venganza.

Joder, ¿y si fuese nuestra hija y Bella y yo hubiéramos muerto en Seattle?

Eric es todo lo que le queda. Un tío de veinticinco años.

La familia es lo primero, y eso es definitivo.

"Por cierto, tu equipo llegó esta mañana".

"Mierda, ¿para la exposición de coches?" Pregunto.

Asiente. Y sonríe.

Joder, sí. "Genial".

No puedo esperar. En solo unos días, me iré a hacer lo que mejor sé hacer. también Emmett. Sé que está ansioso. Y tenemos a nuestras esposas, por supuesto. Aquí es donde estoy pensando que... tal vez... puedo incluir a Bella. Aunque sea un poco. El robo es otro asunto, ya sabes. Así que, si ella realmente quiere entrar, sería aquí. Pero te aseguro que no la quiero en ningún lado cerca de Aro. Con simplemente pensarlo se me revuelven las entrañas.

Entonces llaman de nuevo a la puerta y Adam no tarda en entrar, mientras mira unos papeles que lleva en la mano. Supongo que son las listas.

"Dieciocho mujeres", dice sin levantar la vista. "Todas ellas están vinculadas a los Masen de un modo u otro, excepto una". Ahora levanta la vista. "Una tal Renee Dwyer de Arizona".

"¿Hiciste un historial completo de ella?" Pregunto.

"No, solo una parcial hasta que tenga acceso a esto", responde, señalando con la cabeza el impresionante sistema de Eric. "Desde mi computador, no puedo hackear mucho sin que me pillen".

"De acuerdo", me encojo de hombros, "adelante".

Así que toma asiento al otro lado de Eric y ambos empiezan a trabajar en los nombres.

"¿Qué tienes de ella hasta ahora?" Eric le pregunta.

"Es de Arizona, pero yo solo tengo... hmm, veamos..". Se detiene, revisando un bloc de notas. "Cuando retrocedí, la perdí a principios de los noventa". Suspira. "Finales de marzo de 1991 es la primera entrada que tengo de ella. Estaba en Phoenix en ese entonces, pero no tengo ni idea de lo que hizo antes".

"Tal vez esté relacionada", digo. "Si está relacionada con la organización, es muy posible que se haya cambiado el nombre para huir o lo que sea".

Eric está a punto de decir algo, pero todos nuestros teléfonos suenan.

Lo que solo puede significar que hay una urgencia.

Con cuidado de no despertar a Autumn, saco mi Vertu y leo el texto.

Tratando de perder una cola en Torino. Definitivamente Avellino - EPC.

"Mierda", siseo en voz baja antes de teclear rápidamente una respuesta.

Elabora - ERC.

A continuación, su respuesta.

Sé que mis chicos están esperando órdenes ahora.

4 todoterrenos. A prueba de B. Noté el 1° en Grenoble. Luego se unieron 2 en la frontera. Ahora 1 + en Torino. Ro + 2 niños y yo. Dos Glocks - EPC.

"Que venga James", le ordeno, ya tecleando de nuevo.

Písalo hasta Asti. Está cerca de Torino. Papá tiene un garaje allí + helipuerto. ¿Listo para volar? ERC.

Sin mediar palabra, Eric me quita a Autumn y yo empiezo a pasear sin apartar los ojos del teléfono.

Enciendo un cigarrillo.

Joder. Contesta, hermano.

Me paso una mano por el pelo cuando Bella entra con el resto de los chicos.

Mi teléfono me avisa de la respuesta de Em, así que levanto un dedo, diciéndoles en silencio que esperen.

No iremos. Papá acaba de llamar. El garaje desapareció. Fuego - EPC.

"¡MIERDA!" grito, resistiendo el impulso de estrellar el teléfono contra la pared. En lugar de eso, me doy la vuelta y hablo con Eric. "Busca el garaje de Asti. Es donde Bella y yo cambiamos de coche al llegar". Procedo a darle la dirección para que encuentre las coordenadas, y luego vuelvo a teclearle a Em.

¿Hay alguna forma de perderlos en la ciudad? - ERC.

"James, quiero que Sam, Ford y tú se preparen", les digo. "Prepárense a tope; podríamos tener una persecución entre manos". Luego me dirijo a Seth. "Tú estás al mando y quiero que estés preparado". Le dirijo una mirada penetrante: él lo sabe. Sabe que la cosa puede ponerse fea, y él es nuestro francotirador. "Y Bella", la miro, casi suplicándole, "tienes que quedarte aquí, princesa. Sin excusas".

"Me quedaré", promete, con los ojos fijos en Autumn, y yo exhalo. Veo la verdad, porque mi mujer no sabe mentir una mierda. Bueno, puede, y muy bien, pero no en mi cara. "Pero necesito saber qué está pasando".

Los chicos se apresuran a salir de la habitación para preparar sus cosas.

Y estoy a punto de ponerla al corriente cuando suena mi teléfono.

"Un segundo", murmuro.

Imposible. Intentando pero fallando. ¡Coche equivocado para esta mierda! - EPC.

Joder, joder, joder, joder...

¿Qué coche? - ERC.

Mientras espero su respuesta, pongo al corriente a Bella, y pronto vuelven los chicos.

Ella reacciona de la manera que pensé que lo haría. Con furia ardiente y miedo.

Sus nombres se repiten en mi cabeza. Una y otra vez. Alec. Nessa. Em. Rose. Alec. Nessa. Alec. Nessa. Alec. Alec. Em. Rose.

Bella me pasa un cigarrillo, sabiendo lo cerca que estoy de estallar.

Solo puedo asentir en señal de agradecimiento.

Una calada profunda.

Vamos, Emmett. ¿Qué tienes? ¿Un coche para la velocidad, o para la seguridad?

Entonces, finalmente.

Range Rover. Tintado, a prueba de b. ¡Lento como la mierda! - EPC.

"¡Maldición!" Gruño. Bien, pienso rápido. Me giro hacia Kellan. "Ford, yo también me apunto. Vamos a necesitar velocidad".

Mi mirada se desvía hacia Bella, que se muerde el labio. La atraigo hacia mí y me obligo a quedarme quieto un momento. "Todo saldrá bien, nena", le susurro en el pelo y luego apoyo la barbilla en su cabeza mientras presto atención a Kellan.

"Aquí tienes a los Gallardos", dice, y yo asiento con la cabeza en señal de aprobación, dando gracias en silencio a Dios por haber comprado uno para mí y otro para Bella. Diablos, ella aún no los ha visto. "Voy a tanquearlos".

"Tomaré el mío", le digo. "Y James, tú vienes conmigo. Ford, tú y Sam se llevarán el de Bella".

Bella escucha su nombre, por supuesto. "¿El mío?"

"Larga historia corta; te compré un coche. Lo verás más tarde".

Si sobrevive, añado en mi cabeza.

"Estamos listos para irnos", dice James asintiendo con firmeza.

Bien.

Una vez aclarado esto, les hago señas para que me sigan, cosa que hacen, y mientras subo, le contesto a Emmett.

Estamos en camino. Dirígete a Roma. Con suerte nos encontraremos en Florencia. En serio, Em. Pisa el acelerador. Y envíale un mensaje de texto con tus datos a Eric, para que pueda hacer seguimiento - ERC.

"Eric, necesito tu culo pegado a los monitores", ordeno, dirigiéndome a la habitación que compartimos Bella y yo. "Em te va a mandar un mensaje con su GPS. Tienes que monitorearlo y luego me informas cada diez minutos, ¿entendido?"

"Sí, jefe".

Localizo mi Glock, luego mi Sig.

Y cuando me doy vuelta... Bella está sosteniendo mi chaleco.

Mientras intenta no llorar. Con la mirada baja. Se muerde los labios. Apreta los puños.

Mierda.

Se lo quito y me lo pongo rápidamente por encima de la camiseta, seguido por una sudadera negra.

"Vamos a conducir hacia Florencia", les digo a los chicos, más tranquilos ahora, mientras mis ojos se detienen en mi esposa. "Estamos a medio camino de Turín. Probablemente alcanzaremos a Em ahí, pero es un comienzo".

Les hago un gesto con la cabeza, despidiéndolos.

Se van.

"Volverás", afirma, retándome a desafiarla. Ojos de fuego. Dolor y furia. "Lo juro por Dios, Whistler..". Y su voz se quiebra.

"Ven aquí, princesa", murmuro, y en cuanto está a mi alcance, la atraigo hacia mi pecho. Mis brazos la estrechan contra mí. "Estaré bien, te lo prometo", susurro. "Y tú estarás aquí con Autumn, Eric y Seth". Ella asiente contra mi pecho. Beso su pelo, odiando tener que irme. "Volveremos mañana por la mañana como muy tarde, ¿de acuerdo?"

"Más te vale". Se resfría. "Te amo, chico irlandés".

Sonrío un poco.

"Yo también te amo, princesa". Levanto su barbilla y la beso fuerte y apasionadamente, entregándome al beso. "Cuida de Autumn, ¿quieres?"

Respiro con fuerza, acunando su hermoso rostro.

Ella asiente, frente contra frente. "Y tú trae a Alec y a los demás a casa".

"Lo haré", le prometo, al igual que a mí mismo. "Te amo".

"También yo".

*O*O*O*

Por la forma en que conducimos, llegamos a Florencia dos horas y media más tarde.

Hasta ahora, Emmett ha podido mantener las distancias, pero según Eric, los italianos se acercan cada vez más. El único alivio es que conducen el mismo tipo de coches. En otras palabras, no van por velocidad. No se puede decir lo mismo de nosotros, y si esto no hubiera sido un puto festival de mierda, me habría tomado tiempo para disfrutar de mi nuevo Lamborghini, pero no puedo. Todavía no. Pero lo haré. Tan pronto como nos hayamos librado de esos putos Avellino.

"¿Algo?" Le pregunto a Eric.

Responde en mi auricular. "Sigue conduciendo. Em aún está retirado de Florencia".

Mierda.

Piso el acelerador.

"Está tratando de sacudírselos en Carrara".

Sacudo la cabeza. "Es un pueblo muy pequeño. No funcionará".

"Espera... carajo..".

Frunzo el ceño. "¿Eric?"

No hay respuesta.

¡Y no estoy de humor para tonterías!

"¡Eric!"

"Mierda, Aro está en movimiento".

Por el amor de...

"Tú puedes seguirle la pista", afirmo rotundamente, sin esperar realmente nada más. Eric Bell es un gran multitarea. "¿Qué pasa?"

Le oigo hacer clic en sus ordenadores de fondo. "Aún no lo sé", murmura. "Pero acaba de salir de su villa con cuatro guardias. Seguiré la pista".

"Alerta a Seth", ordeno. "Y mantén a las chicas en el sótano".

Dudo mucho que sepan dónde estamos, pero para estar seguros...

"Estoy en ello".

Veinte minutos después, por fin tengo noticias de Emmett cuando me llama.

"¡Jesucristo, hermano!" Ladro. "¿Dónde coño estás?"

"Tratando de seguir con vida", dice. "Estamos entrando en Prato. ¿Dónde estás?"

Compruebo el GPS.

"A unos diez minutos", respondo. Mi cuerpo se despierta. "Llamaré a Eric para asegurarme de que nos crucemos".

"Bien. Necesitamos un plan. Estos cabrones están justo detrás de nosotros. No hay tiempo para las estrategias".

Eso ya lo sabía.

"No haremos cargo", respondo. Es la única manera. "Pondré a los chicos al corriente. Mantente en contacto con Eric, y cuando estemos en la misma vía, tú sigues conduciendo mientras nosotros nos encargamos, ¿de acuerdo?"

"Suena como un plan. ¿Seguro que no necesitas ayuda?"

"No, pon a los niños a salvo".

"De acuerdo... ¡Mierda!"

Lo oí.

"¿Están abriendo fuego?" Gruño, aunque sé la respuesta.

Tengo los nudillos blancos de tanto agarrar el volante.

El motor ronronea cuando lo piso.

Alec. Em. Nessa. Rose. Alec. Em. Nessa. Rose.

Oigo más disparos.

"James, asegúrate de que nuestras coordenadas...".

Me interrumpe con un movimiento brusco de cabeza, ya lo sabe, y luego habla por su propio micrófono.

"Em, ¿estás ahí?" Pregunto.

Frustración. Odio esto, carajo.

Me pican los dedos por usar mi pistola.

"Sí... Están apuntando a los neumáticos". Y oigo el chirrido en el de fondo. "Los cabrones se acercan demasiado para mi gusto".

"Ya estamos alineados", me informa James. "Cinco minutos".

Respiro hondo.

Mierda. Por fin.

"Voy a dejarte, Emmett", le digo. "Estamos en la misma vía. Solo sigue conduciendo. Pronto verás dos Gallardos. Esos somos nosotros".

"Entendido. Buena suerte".

Cuelga y le digo a James que informe a Kellan y Sam en el otro coche.

Luego conducimos.

No tardamos en ver el Rover de Emmett.

Con un gesto de dos dedos que él me devuelve, sigo conduciendo, y me alegro haberlos alcanzado.

Los niños están a salvo.

"Prepárate", le murmuro a James. Luego me dirijo a Eric. "¿Estás ahí, Bell?"

"Sí, jefe. Debería poder ver su cola".

Y entonces lo hago.

Ok. Allá vamos.

Hago un gesto con la cabeza a James y bajo la velocidad del coche.

Respiro profundo.

Me concentro.

En cuanto detengo el coche, salgo, asegurándome de que la puerta del coche esté abierte frente a mí.

Saco mi Glock.

Cargada.

Estoy listo.

Todos lo estamos. Kellan, Sam, James.

Yo.

Estamos detrás de nuestras puertas, usándolas como escudos.

Apuntamos.

Estoy tranquilo.

Los todoterrenos se acercan.

Cada vez más cerca.

Hasta que estén lo suficientemente cerca.

"¡A los neumáticos!" Grito.

Suenan disparos, una y otra vez, y siento que se me doblan las comisuras de los labios al ver cómo se desvían los dos primeros todoterrenos.

Más cerca.

Disparo de nuevo, apuntando a la ventana.

Otra vez.

Otra vez.

Otra vez.

Vamos, quiébrate, cabrón. A prueba de balas mi culo.

"¡Órdenes, Cullen!" Kellan grita desde el otro lado de la carretera.

Los SUV están cerca.

Tal vez veinte metros de distancia.

Es mi decisión.

Respiro hondo.

"Acabemos con ellos", ordeno.

Con esa decisión, también saco mi Sig.

La adrenalina corre por mi sistema.

Ambas armas arriba. Los chicos siguen mi ejemplo.

Disparamos.

Sin detenernos.

Conocemos nuestro puto trabajo.

Y apunto... a ese punto especial.

Una y otra vez.

Arde, cabrón, arde.

Entonces, hay más.

Salen cuatro hombres del todoterreno de atrás.

"¡Manténgase a salvo!" Ladré.

Las balas vuelan.

"¡Apunta al tanque de combustible!" Gruño, y justo entonces, mierda, por fin, le doy al primero.

El primer todoterreno arde en llamas.

Me estremezco.

No es suficiente.

Necesitamos más.

Por un segundo cierro los ojos. Veo a mi mujer.

"Cullen", dice James, y lo sé. Lo sé, joder. No podemos quedarnos aquí.

Así que asiento con la cabeza. Solo una vez. Ok. Mierda. "¡Acércate!" Ordeno.

Conocen el procedimiento.

Y luego corremos.

El fuego del primer coche nos oculta por un momento, pero no durará mucho, y pronto alcanzamos sus vehículos. Tres todoterrenos siguen en pie. De nuevo, apuntamos a los depósitos de gasolina, y disparamos y disparamos sin cesar. No entendemos por qué coño no salen. Sus coches no les protegerán para siempre, lo que algunos de ellos parecen entender. Malditos lentos. Así que, cuando algunos más salen, les apuntamos a ellos en su lugar. Gritan estupideces en italiano, disparan, corren, les devolvemos el puto fuego. Dispara primero, pregunta después.

Un hombre apunta a Kellan.

Disparo al italiano en el hombro. No es suficiente, decido. Veo rojo. Disparo de nuevo. Los padres de Autumn. Bella. Mi esposa. Mataron gente en la maldita boda de mi hermano. Así que apunto... a matar. Por primera vez en mi vida. Mato gente con mi propia mano.

El tercer todoterreno explota.

Y... "¡MALDITA SEA!" Grito, sintiendo un dolor punzante en la pierna.

Cegador. Disparando a través de mí.

"¡A tu izquierda, Sam!" James gruñó.

Disparos.

Parpadeo.

Disparo de nuevo, respirando entre dientes apretados.

Hijo de puta.

Más cerca.

"Cúbreme, James", ladro.

Estamos a solo unos metros de distancia, y luego estamos allí. No pierdo el tiempo. Abro de un tirón la puerta del segundo todoterreno y no dudo en disparar de cerca, así que lo hago. Tres disparos, y dos hombres se desploman.

"¡Dos corriendo!" Sam brama. "¡Lado derecho, hacia el campo!"

Rápidamente escaneo el coche, asegurándome de que está vacío.

"¡Atrapen a esos hijos de puta!" Escupo.

James corre detrás, es un cabrón rápido. Me uniría a él.

¡Si pudiera!

"¡Cuidado, Sam!" Ford grita.

Sam salta rápidamente a un lado y Kellan va a por el cuarto todoterreno; yo también apunto. Otra vez al depósito de gasolina.

Algo pasa volando a mi lado. Silbando en el aire. No hace falta ser un genio para darse cuenta de lo que era.

"¡Cabrones, no saben hacer ni una mierda bien!" Grito, acercándome con Kellan.

Armas apuntando.

Armas disparando.

"¡MIERDA!" Era Sam, y mis ojos lo encuentran. ¡Mierda! Agarrando su hombro.

"¡Estoy bien!", gruñe. Desde el suelo, apunta y dispara.

Sigo su ejemplo, y tratamos de eliminar a los hombres que quedan. Podemos contar... cuatro de ellos. Seis si incluyes a los dos que James está cazando.

Kellan recibe un disparo en el pecho y yo grito mientras vuelvo a levantar mis armas.

Por suerte, todos llevamos chalecos.

"¡A tu izquierda, Cullen!" Sam tose.

A la izquierda; enfoco. Disparo. No fallo.

"Cubre a Kellan", grito roncamente. Todavía no se ha levantado, y Sam tiene que cubrirle el culo, porque esta puta mierda se acaba ahora.

Me duele la pierna como a un hijo de puta.

Justo por encima de mi rodilla.

Sacudo la cabeza, despejándola.

Me concentro.

Respiro hondo.

Pensar viene después.

Apunto de nuevo.

Dos disparos rápidos.

Dos hombres caen.

A lo lejos, oigo más disparos, y espero por Dios que James haya dado de baja a esos dos cabrones.

Suena un último disparo, miro a Sam y sigo su mirada.

Derribó al último hombre.

Jesús.

Me caigo.

Solo un poco, pero... mierda.

Mirando hacia abajo, veo que estoy perdiendo mucha sangre.

Demasiado, demasiado rápido.

Kellan tose y balbucea, despertándose lenta pero inevitablemente. Gimiendo. Sí, todos estamos gimiendo.

Menos mal que es casi de noche.

"¿Los tenemos a todos?" Sam gime.

"Sí", oigo jadear a James. Apoya las manos en los muslos. "Me encargué esos dos. ¿Y aquí?"

Suspiro y pongo mi culo en medio de la carretera.

"Nos hicimos cargo", toso mientras inhalo accidentalmente el humo de uno de los incendios. "Maldita mierda, chicos".

"Puedes repetirlo", dice Kellan bruscamente, acercándose a mí. Me tiende un cigarrillo y yo lo acepto amablemente. Porque lo necesito, carajo. "Joder, Cullen. Esto no tiene buena pinta". Se agacha delante de mí, observando la herida. Está demasiado oscuro para verlo todo, pero sí, sé que está mal. Lo siento, mierda.

"Vamos a necesitar limpieza cuanto antes", murmura James, mirando a su alrededor. Yo hago un poco lo mismo. Veo los cadáveres. Madre mía. "¿A quién coño podemos llamar?"

"Para empezar, trae a Emmett aquí", grazné. "Sam necesita volver antes de que pierda más sangre". Está peor que yo. "Entonces creo que es hora de traer a Liam. No podemos esperar hasta el mes que viene".

Tenemos que acabar con todos los Avellino.

"Te entiendo, jefe, pero tenemos que ocuparnos de esto", dice James, agitando la mano. "Tenemos suerte de que nadie haya pasado por aquí".

Suspiro. Lo sé, lo sé. Doy una calada profunda.

Mi mano está cubierta de sangre.

Hago una mueca. "Lleven los cuerpos a los vehículos", decido, intentando luchar contra el mareo. "Dejen que ardan".

"¿Y el resto?" pregunta Kellan, quitándose la sudadera. Me la entrega, y yo asiento en señal de agradecimiento, manteniendo el humo entre los labios mientras me ato la tela alrededor de la pierna.

"Joder", gruño. "Está jodidamente claro que Aro sabe que estamos en Italia. Mientras las autoridades no puedan relacionarnos con esta escena, me importa una mierda lo que hagamos". Me encojo y maldigo mientras Kellan me aprieta la sudadera alrededor de la pierna. "De todas formas, ahora vamos a tener que vérnoslas con Aro. No hay razón para esconderse. Bueno... excepto en la villa. Nadie puede encontrar la villa".

No quiero pensar en que eso ocurra.

"¿Estás bien, Sam?" Kellan llama.

Le oímos toser, a unos cinco metros detrás de mí. "Sí. De maravilla". Vale, es hora de acabar con esta mierda.

"James, informa a Eric, y Kellan, asegúrate de que mi hermano vuelva aquí".

Obedecen.

Me hundo de nuevo en el suelo, mirando hacia... la nada.

Pasan los minutos.

.

.

.

"Emmett está en camino", me dice Kellan. "Empezaré con los cuerpos".

Creo que le hago un gesto con la cabeza.

Entonces vuelve James. "No puedo contactar con Eric. Solo hay estática".

Náuseas.

Miedo.

Pánico.