Hola a todos y bienvenidos a un nuevo capítulo. En esta oportunidad nos encontramos en el final de este arco, que, si bien estuvo tranquilo, tuvo sus momentos de mucha intensidad. Antes que nada, quisiera agradecerles a todos por haber estado en el capítulo anterior, espero lo hayan disfrutado y espero que este les guste también.

En esta oportunidad, tengo una cosa que comunicarles sobre esta historia, pero eso lo dejaremos para el final. Sin más que decir comencemos.

Tierra de sombras – Capítulo 15

Ilusión

Habían pasado dos semanas desde que Lincoln, Lynn, Liam y Jordan salieron de Royal Woods y comenzaron su viaje a Santa Lucía. El viaje en sí estuvo tranquilo, no hubo ni forajidos, ni dinosaurios u otros animales que amenazaran su travesía. Incluso Lincoln y Lynn estaban felices de recorrer por aquellos bosques que iban dejando el invierno atrás y se vestían poco a poco de primavera. Los árboles iban teniendo más hojas y las flores iban creciendo. Del mismo modo, la nieve fue desapareciendo hasta que ya no hubo más.

Si bien aquello era la parte buena del viaje, eso no evito que se encontraran con restos de todo tipo que indicaban que aquel era un mundo nacido de uno anterior que tuvo un final trágico. La mayoría eran autos a los que se les había terminado la gasolina y sus dueños los dejaron abandonados. Otros eran huesos humanos encontrados en los caminos. Las causas del porqué terminaron ahí eran diversas, algunos por agotamiento y falta de alimentación, otros eran de personas que fueron atacadas por algún depredador y también estaban los que habían sido víctima de alguna banda de forajidos o por haber pertenecido a estas y caer a causa de grupos que se defendieron.

También pasaron por varias ciudades en ruinas, algunas de las cuales parecían tener actividad humana, cosa que no confirmaron, ya que se mantuvieron lejos de estas.

Tras haber cabalgado por toda esa ruta, finalmente llegaron al pueblo de Santa Lucía. Lo primero que vieron al llegar a este, fueron los campos en los que los pobladores ya estaban preparando los cultivos para esa estación, sorprendiéndoles el hecho de que usaran a dinosaurios como el ankylosaurus, el triceratops, el styracosaurus, el pachyrhinosaurus y otros dinosaurios con cuernos para abrir surcos en la tierra mientras jalaban de arados.

—No puedo creerlo —dijo Lynn.

—¡¿En serio utilizan a los dinosaurios para trabajar?! —pregunto Lincoln sorprendido.

—Pues sí. No son muchos, pero nos ayudan bastante —dijo Liam.

—¿No son muchos? ¡Literalmente tienen manadas viviendo con ustedes!

—Ni tanto. Las manadas son enormes en comparación con lo que tenemos aquí. Pero debo admitir que son un buen número para defendernos, son una mejor caballería que los mismos caballos.

—¿Caballería? —pregunto Lynn.

—Sí —dijo Jordan— quienes intentan apoderarse de este pueblo se lo toman en serio. Así que nosotros nos lo tomamos igual para defendernos.

Avanzaron por entre los cultivos siendo observados por las personas que veían a los dos hermanos con curiosidad, pero también con una especie de alegría, pues el que Liam y Jordan regresaran con gente significaba que todo había terminado bien y tenían un lugar al cual dirigirse. Mientras avanzaban, algunos se acercaban a saludarlos y a darles la bienvenida al pueblo. Lincoln y Lynn les agradecían el gesto y los saludaban sonriéndoles.

—Bueno amigo, es hora de que conozcan nuestro hogar —dijo Jordan.

—¿Viven dentro del pueblo? —pregunto Lynn.

—No. Vivimos en nuestra propia granja —dijo Liam.

—Pues claro. Será un honor conocer donde viven —dijo Lincoln.

Los cuatro avanzaron hacia donde se encontraban las granjas, las cuales eran numerosas y con una gran cantidad de animales. En cuanto a variedad, estas no tenían nada que destacara como lo fue con los campos de cultivos, ninguno criaba dinosaurios o alguna especie exótica, pero eso no les quitaba lo valioso.

La granja en la que vivían Liam y Jordan era del mismo tamaño que la que tenía Liam en Royal Woods. Esta consistía en una casa de madera de dos pisos bastante bonita, la cual estaba pintada de amarillo y azul, con un pequeño jardín con flores y un árbol en la parte delantera. Luego estaba un granero en el cual guardaba a sus animales, ahí tenía ovejas, cerdos, vacas y cabras. También tenía un gallinero y un establo con otros cuatro caballos. Además, de un amplio espacio para que sus animales pudieran andar, el cual estaba rodeado por una cerca blanca. Está al igual que todas las demás, funcionaban con electricidad producida por gallinas u otros animales que se encargaban de producirla corriendo en una rueda de hámster gigante.

—Cielos, amigo. Te sacaste la lotería —dijo Lincoln asombrado.

—Nah. Esto es solo dedicación y tener buenos constructores —respondió el granjero— vamos, les mostraré donde van a quedarse.

El interior de la casa de Liam y Jordan les recordó mucho a la de ellos, parecía más una casa de ciudad que una de campo, lo cual hizo pensar a ambos hermanos que aquellos detalles, junto con lo que era el exterior de la propiedad, habían sido ideados por Jordan. Las cosas de aquella casa no eran modernas, no había un refrigerador o un microondas, mucho menos un televisor, lo más moderno era una radio del siglo pasado que a Lincoln le recordó a la que tenían en casa como herencia de su abuelo. Los muebles por su parte eran bastante bonitos, tanto los de la sala como de su comedor se notaban que habían sido hechos a mano por alguien que hizo su trabajo con cariño. En cuanto a decoración, había un par de cuadros hechos a mano, las fotografías de las familias de Liam y Jordan, una fotografía de su boda en blanco y negro y una fotografía en la cual estaban Lincoln, Clyde, Rusty, Zack, Liam y Stella.

—La última vez que estuvimos juntos —dijo Liam.

—La despedida de Clyde. A él le hubiera gustado ver este sitio.

—Lo sé. Aunque le hubiera costado mucho adaptarse a este estilo de vida. Sobre todo con todas esas cosas que cargaba a todas las pijamadas que hacíamos.

—Sí. Parecía que se llevaba la mitad de sus cosas consigo. En fin, al menos ya no tiene que cargar con todo eso.

—Es verdad. Bueno, vengan conmigo, debo mostrarles sus habitaciones… o su habitación. Eso en caso quieran dormir juntos —dijo Liam, quien todavía no estaba acostumbrado totalmente a ese tipo de relación.

—Lo que ustedes quieran —dijo Lynn— es su casa y podemos aceptar sus reglas.

—Les daremos una habitación en ese caso —dijo Jordan.

Les dieron una habitación del tamaño de la que tenían sus padres, la cual era bastante simple. Tenía una cama grande y con suficiente espacio para los dos, el colchón estaba hecho de plumas y las almohadas eran de algodón. Aparte de la cama solo había una cómoda de madera en la que empezaron a guardar las cosas que sacaban de sus mochilas. Mientras desempacaban, Lincoln puso sobre la cama la espada y el escudo de Rusty y recordó el sacrificio de su amigo en la guerra contra Benny.

—Debo entregarle estas a su familia —dijo Lincoln.

—No tienes que hacerlo. Liam…

—Rusty murió por nuestras hermanas y por Edric. Es mi deber para con ellos.

—Primero descansemos. Hemos viajado por bastante tiempo y creo que debemos descansar.

—En eso tienes razón. Ordenemos todo y preguntemos a nuestros amigos por su baño.

El baño era como el suyo, con la diferencia de que solo tenía una ducha. Luego de bañarse se durmieron por un par de horas hasta que despertaron y fueron a buscar a sus amigos. Liam y Jordan se encontraban en la granja, los dos acomodaban el heno para sus animales cuando vieron a Lincoln y a Lynn entrar.

—Creímos que seguían durmiendo —dijo Liam.

—Lo estábamos. Pero ya que nos despertamos, decidimos venir a ayudar —dijo Lynn.

—Qué bueno. Les explicaremos cómo funcionan las cosas aquí. Para empezar, deben de conocer a Paquito —dijo Jordan.

—¿Quién es Paquito? —pregunto Lincoln.

De entre los montones de paja salió una criatura que recordaba a un pavo, solo que este era de un metro y medio de altura y tenía unos dos metros de largo, el cual tenía unas largas plumas en brazos y cola de un color marrón oscuro. El dinosaurio se acercó a sus dueños y se puso a caminar dando vueltas alrededor de ellos.

—¿Qué es esto? —pregunto Lincoln.

—Un velociraptor. Nos ayuda a combatir las plagas —dijo Liam.

—Recuerdo que habían dicho que usaban velociraptores para cazar ratas, pero no pensé que ustedes tuvieran uno.

—Sí. Creo que no vi necesario decir ese detalle —dijo Jordan.

Lincoln y Lynn lo observaron con una mezcla de curiosidad y nerviosismo. Si bien uno solo no generaba riesgo alguno para una persona, un grupo sí, y ellos ya habían visto como cazaban en grupo a diversos dinosaurios herbívoros, así como a varios animales.

—Vamos chicos. No les va a hacer nada. Solo tienen que ganarse su confianza —dijo Liam dándoles un trozo de carne a cada uno.

—¿Se la lanzamos? —pregunto Lincoln.

—No. Deben dejar que coma de sus manos. Así sabrá que son sus amigos.

Los dos se arrodillaron y estiraron las manos con algo de temor. Paquito al ver que le estaban ofreciendo alimento se acercó rápidamente y devoro ambos bocados con rapidez. Una vez ello eso, se quedó de pie frente a Lincoln y Lynn, los cuales aprovecharon para acariciarlo.

—Hay que admitir que tiene su encanto —dijo Lynn.

—Es verdad. De haber sabido que era posible criarlos, me hubiera conseguido uno desde hace años —dijo Lincoln.

—¿Y por qué le pusieron Paquito? —pregunto Lynn.

—Fue idea de mi madre. Dijo que le recordaba a un ave que tenía de mascota —dijo Jordan.

Luego de ayudar en el granero, cenar y jugar un juego de mesa hecho de madera, llego el momento de irse a dormir y prepararse para reunirse con el resto de los planificadores del asentamiento. Lincoln y Lynn se durmieron con un nerviosismo que no habían sentido en años, pero era Lynn quien estaba más preocupada debido a que al hecho de tener esa cita pendiente se le sumaba la preocupación por Lori y su complicado embarazo. Esperaba que su hermana estuviera haciendo las cosas bien y hubiera pedido ayuda a María o incluso a Lisa. Quizás para ese momento solo Lincoln no sabía que iba a ser padre o quizás esa lista seguía siendo muy corta. Fresé como fuese, solo se limitó a cerrar los ojos y pedir a Dios por su hermana, como hacia todas las noches desde el día en que se enteró.

Al día siguiente los cuatro montaron en sus caballos y se dirigieron hacia el pueblo. Si bien Lincoln y Lynn estaban nerviosos por su presentación, sus amigos se encargaron de darles confianza y decirles que no se preocuparan y que ellos serían los que harían la mayor parte del trabajo.

Mientras se acercaban, pudieron notar con mayor detalle el tipo de defensa que tenía aquel pueblo. Primero estaba una amplia fosa excavada que contenía algunos huesos incinerados en su interior. Tras esta, había una especie de plataforma hecha con la tierra extraída sobre la cual estaba el muro de madera que protegía el pueblo, el cual, a su vez, tenía varias torres de maderas ubicadas cada diez metros una de la otra.

La única forma de entrar al pueblo era por un puente de tierra, la única porción que no había sido excavada y que tenía unas vallas de madera a cada lado para evitar accidentes. Por último, estaba una gran puerta de madera pintada de rojo, la cual se encontraba abierta a esas horas del día.

—Esto parece un campamento romano —dijo Lincoln.

—Es exactamente lo que quisimos hacer cuando vimos que debíamos protegernos de todo lo que estuviera afuera —dijo Liam.

—¿Y aun así los atacan? —pregunto Lynn con incredulidad.

—Es difícil de creer, pero pasa —dijo Jordan.

Cuando cruzaron el puente de madera y en cuanto entraron al pueblo, los dos hermanos se quedaron maravillados. Hacía mucho que no veían un lugar tan lleno de vida. La gente caminaba por calles cubiertas de grava llevando todo tipo de cosas, desde muebles de madera a pinturas de diversos tipos, también había carros tirados por caballos o mulas que llevaban sacos de trigo o maíz.

Las casas por su parte estaban hechas de madera y yeso, pintadas de varios colores, con dos pisos en su mayoría y una chimenea. Todas ellas poseían un jardín delantero lleno de flores y uno trasero en los que se podían encontrar huertos o terrazas. Además de las casas, también se encontraron con negocios de todo tipo, desde carpinterías, tiendas de costura que vendían prendas de todo tipo, herrerías en las que se fabricaban espadas, hachas y cuchillos, carnicerías, panaderías, florerías y tiendas que vendían cuadros pintados a mano que eran verdaderas obras de arte.

En varias partes del pueblo encontraban paneles solares y molinos de viento, los cuales servían para producir energía, a su vez que encontraron una estación de radio que por lo que les dijeron servía para conocer la situación de otros pueblos y asentamientos.

Al ver todo ello les fue imposible no derramar algunas lágrimas de alegría.

—Este lugar es hermoso —dijo Lincoln.

—Es verdad. Pero las cosas no son las mismas que antes y mejor tomar caminos separados antes de destruir todo esto —dijo Liam.

—Tenemos que construirlo, tenemos que hacer algo idéntico a esto en Royal Woods —dijo Lynn.

—Por suerte, tenemos a la gente indicada para lograrlo —dijo Liam.

Mientras avanzaban con rumbo al lugar al que tenían que ir unas voces llamaron la atención del grupo.

—¡Lynn Loud! —gritaron unas voces femeninas.

Lynn se giró hacia donde venían esas voces, se bajó de inmediato del caballo y corrió hacia quienes hacía mucho habían sido sus amigas.

—¡Margo! ¡Paula! – grito Lynn mientras corría a abrazar a sus antiguas amigas.

Las dos habían cambiado mucho desde la última vez que se vieron. Ambas estaban más altas y en un estado físico mucho mejor que el de Lynn. Margo tenía un par de centímetros más que Lynn, mientras que Paula ya la había rebasado bastante en ese sentido y en esta oportunidad ya estaba con ambas piernas en buen estado.

—¡Lo sabía! ¡Sabía que estabas viva! —dijo Paula, emocionada con lágrimas en los ojos.

—¡Te hemos extrañado mucho! —dijo Margo, quien se negaba a soltar a su amiga.

—Yo también chicas. Yo también las extrañé mucho, no pensé que las volvería a ver —dijo Lynn.

Una vez se soltaron, Lynn pudo ver que ambas llevaban puestas armaduras similares a las que habían usado Rusty y Stella cuando llegaron a Royal Woods, con la diferencia de que en vez de tener piezas de armaduras de cuero, estas eran de metal. Además de que tenían consigo escudos y espadas.

—Nos alegra verte sana y salva —dijo Paula.

—Vamos chicas, ¿En serio pensaban que sería tan fácil de vencer?

—Para nada. Era obvio que podrías soportarlo todo —dijo Margo— ¿pero en dónde estuviste todo este tiempo.

—En Royal Woods. Está un poco solitario, pero cuando tienes familia a tu lado la cosa se vuelve más llevadera.

—¿En serio has estado todo este tiempo ahí? Debes de tener un millón de historias que contar —dijo Paula.

—Las tengo y estoy segura de que ustedes también tienen mucho para contar.

—Las tenemos. Por cierto, ¿Cómo llegaste aquí? —pregunto Margo.

—Vine con mi hermano y dos de sus amigos. Vinimos para lo que es la construcción de un asentamiento ahí.

—¡Nosotras igual! —dijeron ambas.

—Nosotras también vamos a ir a Royal Woods, o bueno, al sitio donde se construirá el nuevo pueblo —dijo Paula.

—Eso significa que a partir de ahora pasaremos mucho tiempo juntas —dijo Lynn.

—Es verdad. Oye, tenemos que celebrar este encuentro. ¿Te parece bien si vamos a uno de los mejores lugares de aquí esta noche? —dijo Margo.

—¡Pero claro! Además, tienen que enseñarme este sitio después de la reunión, de seguro hay buenas ideas para copiar.

—Me alegra que se hayan encontrado —dijo Lincoln.

—Que bueno que estés sano y salvo —dijo Margo— se ve que el tiempo ha estado de tu lado.

—Igual ustedes, chicas —dijo sonriendo.

—Vayamos de una vez al punto de reunión —dijo Liam regresándolos a la realidad— necesitamos hablar con los interesados.

El lugar de reunión era la iglesia del pueblo. En cuanto entraron, la carga que sentían Lincoln y Lynn desapareció de forma definitiva. Se sentían cómodos en aquel sitio ante la mirada de las esculturas de diversos ángeles y santos. No habían pisado un sitio santo desde el inicio de la caída, debido a que una vez empezada esta, la iglesia de Royal Woods se llenó al triple de su capacidad y ya era imposible entrar en la misma. Se arrodillaron ante la cruz que estaba en el altar y pasaron a sentarse.

En el interior estaban sentados un grupo conocido como Los Catorce, estos eran junto con Liam y Jordan los principales impulsores de la idea de mudarse a un nuevo sitio. El grupo estaba esperando a escuchar lo que Liam y Jordan tenían para decir y de esa forma terminar por aprobar la idea de irse y comenzar una nueva vida.

—Gracias por venir —dijo Liam— sé que nuestra larga ausencia puede haber sido sinónimo de que algo malo nos hubiera pasado. Pero tanto mi esposa y yo estamos sanos y salvos y podemos dar fe de que nuestra empresa tiene futuro y puede realizarse. La mejor prueba de aquello es que vinimos con dos de nuestros amigos que han estado viviendo en Royal Woods desde que el resto de nosotros escapo de la misma luego de que cayera en manos del reverendo Ryker y sus Purificadores.

Aquella declaración dejó asombrados a todos. Ya habían escuchado rumores de que la gente con las que Liam y Jordan habían regresado eran habitantes de Royal Woods, pero nada estaba confirmado hasta ese momento.

—En ese caso. Podrían hacernos el favor de contarnos todo sobre lo que ellos han vivido —dijo una mujer con un largo vestido morado.

—Sí. Necesitamos que nos digan cómo están las cosas por ahí —dijo un hombre notablemente envejecido y con unos músculos prominentes.

Todos estuvieron de acuerdo con eso y ante su insistencia, Lincoln termino por subirse al púlpito.

—Hola a todos. Mi nombre es Lincoln Loud y ella es mi hermana Lynn. Sé que deben de estar ansiosos por oír de parte mi parte como es que mi familia ha logrado sobrevivir todo este tiempo. Seguro esperan escuchar una historia en la cual cuente alguna estrategia que mi familia invento para mantenernos a salvo del peligro. Pero les estaría mintiendo si lo hago. La única cosa que nos ha mantenido vivos, ha sido la unión y el amor que hay entre nosotros. Sin eso, no importa si se intenta fundar un nuevo hogar teniendo consigo un arma poderosa o alguna tecnología capaz de solucionar todos los problemas de infraestructura. Sé que aquello debe sonar cursi para muchos o que parece salido de un libro de autoayuda, pero es la verdad. Y si no hubiera sido por los fuertes lazos que hemos desarrollado, no hubiéramos podido sobrevivir los dinosaurios, a las muertes de nuestros padres y abuelos, e incluso a los ataques de diversos enemigos. Por eso les digo algo muy importante, no se preocupen en sí hay dinosaurios, enemigos o alguna otra cosa esperándolos, porque tarde o temprano van a llegar a ustedes. Tampoco se fijen en detalles como el terreno o los recursos, porque de nada sirven si en ustedes faltan cosas como la fe o el amor. Así que si sienten que realmente están dispuestos a dar todo de ustedes por sus familias desde el primer momento en que ponen un pie afuera de los muros, entonces están listos para construir lo que sea y en donde sea.

Todos los presentes le aplaudieron a Lincoln poniéndose de pie. El peliblanco no podía creerse aquella escena en la que parecía que se acababa de ganar un concurso como en los que ganaban sus hermanas en el pasado.

—Tus palabras son las mejores para este momento —dijo el sujeto musculoso— ¿de qué nos sirve tener las mejores casas y el mejor ejército, si no podemos vivir como hermanos?

—Yo pienso que esto elimina toda la burocracia —dijo un individuo con sombrero de vaquero.

—En ese caso, queda aprobada la decisión de partir en busca de un nuevo hogar. Corramos la noticia y demos un plazo para que los que piensen en irse con nosotros terminen por decidirse —dijo Liam.

Una vez terminada la reunión, todos empezaron a retirarse, incluidos Lincoln y Lynn quienes querían dar una vuelta por el pueblo. Pero no esperaban que aquel sujeto que había respaldado a Lincoln los detuviera en la puerta.

—Una disculpa si los interrumpo en algo importante —dijo este.

—Para nada. Le agradezco por su apoyo —dijo Lincoln agradecido.

—Gracias. Me gustaría presentarme ante ustedes. Me llamo Robert Umber y soy uno de los mejores herreros de este lugar.

—Imagino que su trabajo debe ser uno de los mejores —dijo Lynn.

—Lo es. Pero no pretendo lanzarme flores frente a ustedes. Lo que quisiera es que me den la oportunidad de darles las armas y equipos necesarios en caso de que sea necesario utilizarlos.

Lincoln y Lynn se quedaron en silencio. Nunca se hubieran esperado una oferta como esa en su vida y mucho menos de esa forma.

—Le agradecemos mucho, señor…

—Por favor, llámenme, Robert —dijo interrumpiendo a Lincoln.

—Le agradecemos la oferta, Robert. Pero no tenemos como pagarle por ello.

—No se preocupen. Ya me pagaron al darnos la oportunidad de empezar de nuevo.

Los hermanos — novios no tenían idea de que decir ante aquello. Pensaron en negarse a ello diciéndole que sus armas ya eran suficientes para ellos. Pero recordaron lo que fue la pelea con los lobos de Benny y el hecho de que tuvieron que improvisar para poder luchar contra él.

—Bien. Aceptamos —dijo Lynn.

—Yo quisiera una espada, si no es mucho pedir —dijo Lincoln.

—Yo creo que vere algunas opciones más —dijo Lynn.

—Eso es bueno. Además de las armas, les incluiré a cada uno un escudo y piezas de armadura para protegerse.

—Perfecto —dijo Lincoln— si me disculpan, tengo que entregar unas cosas.

Lincoln llegó hasta donde estaba una tienda de ropa, esta había sido la tienda en la cual Rusty había trabajado junto a su familia hasta antes de partir a Royal Woods. Al entrar la campana que estaba en la puerta sonó y eso llamo la atención de un chico de la edad de Lucy, el cual Lincoln recordaba de hacía mucho.

—Buenas tardes. ¿Puedo ayudarlo en algo? —dijo aquel joven.

—Rocky. Me alegra verte de nuevo —dijo Lincoln.

—¿Disculpas? No recuerdo haberlo visto antes

—Eso es normal. No nos vemos desde hace mucho tiempo. Mi nombre es Lincoln Loud, hace mucho viniste a mi casa cuando mi hermana Lucy intento acercarse a ti.

Eso hizo que los recuerdos de Rocky se acomodaran en su mente y recordara de quién se trataba.

—¡Lincoln! ¡Es cierto! Tú eras amigo de mi hermano Rusty. Te creímos perdido junto con el resto de tu familia. ¿En dónde has estado? —dijo mientras le daba un abrazo.

—En Royal Woods. Mi familia ha estado viviendo ahí todo este tiempo y ahora vine para lo del asentamiento.

—Cierto. Mi hermano se fue ahí junto con sus amigos. ¿Cómo está él?

Aquello hizo que a Lincoln se le rompiera algo en su interior.

—Rocky. Tu hermano Rusty murió luchando hace un mes y medio.

Rocky al escuchar esa noticia pareció a punto de llorar, pero aguanto estas mientras permanecía de pie.

—¿Cómo? ¿Cómo murió?

—Atacaron mi hogar mientras la mayoría de nosotros estábamos afuera. Solo se encontraba él y mis hermanas menores, Rusty se encargó de enfrentarse al enemigo y darles la oportunidad a mis hermanas de sobrevivir.

—Bueno… él siempre fue muy valiente y… muy tonto al mismo tiempo.

—No voy a negar aquello. Pero sus acciones nos permitieron conseguir la victoria. Es por eso, que te traigo su espada y su escudo —dijo Lincoln mientras se arrodillaba para entregárselos.

Rocky sujeto ambos objetos y luego se los devolvió.

—Gracias. Pero no puedo aceptarlas. Mi hermano usó esa espada para proteger a tus hermanas… y creo que lo mejor sería que tú la uses ahora para protegerlas.

—Rocky…

—En serio. Eso es lo que hubiera querido él. Quizás no era el más brillante de la ciudad, ni el mejor soldado, o el mejor cazador. Pero tenía una gran lista de cualidades que lo hacían querido por todos.

—¿Podrías contarme de ellas? —pregunto Lincoln.

—Claro. Estoy seguro de que te gustara escuchar esas historias.

Llegado el día de la partida, una gran caravana se organizó en las puertas del pueblo. Todos los que querían irse a comenzar una nueva vida libre de los problemas en los que los dirigentes actuales los estaban metiendo, prácticamente sacaron todas las cosas que eran transportables de sus casas y las metieron en grandes carretas tiradas por caballos, burros y hasta por los dinosaurios que se usaban para trabajar el campo. Además de los bienes muebles, también había varios carros con comida y muchos otros que llevaban animales, así como también había un buen grupo de cabezas de ganado que iban junto con ellos.

En total eran unas doscientas ochenta personas que querían irse. La mayoría eran personas que habían vivido antes en Royal Wood y que Lincoln y Lynn conocían bastante bien de esos días, pero también iban con ellos habitantes de Great Lake City, de Santa Lucía y de otros puntos en general.

Al frente de todo el grupo estaban Los Catorce junto con Lincoln y un poco más atrás estaba Lynn quien, al igual que su hermano, estaba vestida con las piezas de armadura que Robert les había hecho, además de llevar con ella un escudo de guerra pintado de rojo y una cimitarra recién salida de la forja. Lincoln, por su parte, si bien tenía la espada que había pertenecido a Rusty, había pedido que le dieran una revisión y se encargaran de darle mantenimiento, en cuanto al escudo, este estaba pintado de anaranjado.

Una vez puesto todo en orden, aquel grupo inicio su camino a su nuevo hogar.

Mientras en Santa Lucía se daba aquel evento en Royal Woods las cosas se movían de forma distinta. Lori quien acababa de cumplir un mes y medio de embarazo, estaba un poco mejor luego de que le comunicara a María de su estado. Ella, era la única, además de Lynn qué sabía de su estado y del mismo modo, la única que sabía quién era el padre de su futuro hijo o hija. Motivo por el cual, María se encargaba de hacerle una consulta cada tantos días y de indicarle que debía hacer. Esta se daba en secreto en el cuarto de Lori y Leni, diciendo que estás en realidad estaban hablando del tema de recursos.

—Por lo que mencionas todo va bien. Por suerte los síntomas han bajado y se puede decir que se han estabilizado.

—Sí. Pero literalmente desearía que se fueran del todo —dijo Lori.

—Todas queremos eso cuando nos pasa por primera vez. Pero te irás acostumbrando. Lo importante ahora es que no te esfuerces por nada del mundo ni te estreses por nada.

—Por suerte eso no es un problema ahora, ya que no somos los mismos de hace cinco años.

—También asegúrate de comer todos los alimentos que te he indicado. Eso asegurará que tu bebé se desarrolle bien durante los próximos meses. Sé que no tenemos lo mejor en vitaminas, pero ayudaran.

—Espero que habértelo dicho literalmente mucho después de que me entere no lo haya afectado en nada, es que…

—Lori. Soy una enfermera y mi trabajo es curar, no juzgar a la gente —dijo María mientras tomaba las manos de Lori— antes de que todo esto sucediera curaba a todo tipo de gente, desde gente común y corriente hasta criminales traídos por la policía. E incluso luego de que esto empezara, curaba a gente lastimada en saqueos, a soldados de Los Guardianes y La Orden Blanca, hasta incluso a gente que había cometido todo tipo de crímenes. Además, recuerda que mi nieta es hija de Bobby con su prima. Esto no va muy lejos de aquello.

—Tienes razón. Gracias por la ayuda y gracias por no decírselo a nadie aún.

—Solo cumplo con mi juramento. Pero dime. ¿Alguna vez te has imaginado en el papel de madre?

Lori cerro los ojos y pensó en aquellos sueños que tuvo cuando todavía pensaba en una vida con Bobby, recordó la cantidad enorme de hijos que quería tener y los nombres que pensó en ponerles. Solo que nunca se había imaginado trayéndolos al mundo o estando a su lado en los distintos momentos de su vida. Para ella, Bobby se encargaría de cuidarlos mientras ella estaba ganando campeonatos por el mundo.

—Sí. Pero no eran los sueños correctos —dijo Lori— nunca creí en mí siendo como mi madre. Me imaginaba a Bobby cuidándolos y a mí como golfista profesional.

—No te preocupes por ello. Eras muy joven en ese entonces y nadie a esa edad tiene los planes correctos o con todos los detalles.

—Eso tiene más sentido cuando literalmente no te imaginas el mundo viniéndose abajo.

Las dos se rieron con esa broma improvisada.

—Pero la verdad es que si bien tengo mucho miedo, una gran parte de mí tiene la ilusión de que ese momento llegue y pueda tenerla en mis brazos.

—¿Tenerla? —pregunto María con curiosidad.

—Creo que quizás puede ser una niña. Seguro lo imagina así por el hecho de que tengo muchas hermanas, pero una parte de mí así lo siente.

—¿Y tienes algún nombre?

—Pues de seguro, todas mis hermanas querrán ponerle su nombre, pero yo quiero llamarla Loan.

—Es un bonito nombre.

—Lo sé. Así se llamaba la maestra que tuve en primer grado, se retiró de la escuela al año siguiente y se mudó a Atlanta. Pero fue la mejor maestra que tuve y fue la mejor persona que he conocido. Así que, espero que ese nombre sea la forma correcta de empezar.

Mientras las cosas se mantenían en calma en la casa Loud. Las cosas para la caravana se volvían un tanto complejas. No era lo mismo que un par de jinetes hiciera el camino en dos semanas, días más, días menos. Aquel grupo se movía con mayor lentitud y, por lo tanto, había días en los que no se movía de su sitio. Por suerte, nadie se preocupó por ese hecho y a diferencia de lo que fueron las dos caminatas mortales anteriores, esta vez la gente se lo tomo como si se trataban de vacaciones. Además, confiaban en que su número se encargara de mantener alejados a los asaltantes.

En esa oportunidad, estaban en su décimo día de viaje y estaban disfrutando de una tarde soleada de primavera a la orilla de un río en el cual la gente pescaba en sus orillas, lavaba su ropa, tomaba el sol o se había metido a nadar al río en ropa interior. Entre ellos estaba Lincoln quien disfrutaba del agua mientras intentaba nadar de espaldas.

—No recuerdo cuando fue la última vez que viví algo así.

—El último verano antes de que todo empezara. Fue antes de que la playa del lago empezara a llenarse. ¿Recuerdas? —dijo Lynn quién nadaba a su lado.

—Sí. Después teníamos que buscar una piscina que nos aceptara a todos. Obviamente, nos terminaron por vetar de todas.

Mientras ambos hermanos nadaban en el río, Liam y Jordan los veían con un poco de preocupación. Los dos podían tolerar su relación de pareja pese a que les chocara al inicio, pero aquello era un escenario diferente, no solo iban con más gente, sino que iban con personas que tenían un punto de vista que seguía siendo el mismo de hacía muchos años. Por suerte, aquellos hermanos no habían dado muestra alguna de ser más que eso y estaban seguros de que seguirían así, por lo que quedara de viaje. Pero las cosas no siempre son tan sencillas.

El hecho de que el viaje transcurriera de forma lenta, hizo que el autocontrol por parte de Lincoln y Lynn se fuera borrando poco a poco y se fueran acercando. Al inicio estos acercamientos no fueron más allá de tomarse de la mano en ciertos momentos en los que creían que nadie veía, luego pasaron a irse juntos en los momentos en los que se iba a cazar algo para el almuerzo y la cena. Esto sí causo una cierta inquietud en varios de sus compañeros de viaje, pero ninguno fue a espiarlos porque el hecho de buscar comida era más importante. Sin embargo, la duda ya estaba puesta y eso hizo que muchos empezaran a notar que algo no estaba del todo bien con ellos dos.

Aquellas dudas solo estaban entre las personas comunes, no podían hacer más que sospechar de ellos, pero algunos de ellos tenían conexiones familiares con los otros miembros del grupo central y eso hizo que algunos de Los Catorce se lo tomaran como algo que debía ser investigado. En una de las salidas de cacería, dos de estos siguieron a Lincoln y a Lynn hasta un bosque cercano, en el cual ambos estaban besándose.

Esa noche el grupo se reunió en secreto para tratar el tema, siendo Liam y Jordan los que tenían una gran cantidad de cosas que decir.

—Bueno. Creo que ya todos sabemos el motivo por el cual estamos aquí —dijo uno de los lideres que sostenía una lanza.

—Y eso hace que dos de los nuestros nos den un par de explicaciones —dijo una mujer con un hacha.

—No tenemos nada que explicar. Es la vida de nuestros amigos y ellos toman sus decisiones —dijo Liam.

—Lo mismo digo yo —dijo Robert— ¿acaso uno de nuestros principales pilares es la libertad individual?

—Lo es —dijo un líder que llevaba una antorcha— pero el incesto ya esta un poco más lejos de la lista de cosas que podemos aceptar.

—Ustedes no saben por las cosas que han pasado. Han sido los únicos habitantes en Royal Woods y es por eso que se terminaron enamorando —dijo Jordan.

—En ese caso cuéntennos todo —dijo la mujer del vestido morado.

—Es lo mismo que ustedes ya saben. Los dos han vivido juntos por años en una ciudad donde no había nadie más. Tarde o temprano se vieron de forma distinta y se enamoraron —dijo Liam tratando de recordar lo que Lincoln les había contado.

—Para mí tiene sentido —dijo una mujer con un candil— suena raro, pero las cosas pasan si se aplican ciertas condiciones.

—Y para mí eso es una cosa personal que no tiene nada que ver con el resto. Miren, no niego que me sentí muy incómoda cuando me entere. Pero mientras Lincoln y Lynn no molesten a nadie, no hay problema para mí —dijo Jordan.

—Para mí tampoco —dijo Robert— déjenlos hacer su vida como quieran.

—Hay cosas que están bien aceptar y otras que no podemos dejar que ocurran. Entiendo el porqué de su relación, pero no por eso veo prudente dejar que esta sé dé dentro de nuestros muros —dijo el líder de la lanza.

—¿Por qué no? —dijo un joven que llevaba una maza con él.

—Porque los pondríamos en riesgo. Quizás aquella historia cuele en algunos, pero no en la mayoría de los nuestros. Tarde o temprano alguien puede atacarlos y eso causaría una crisis que no la tuvimos ni cuando cambiaron las cosas en Santa Lucía.

—¡¿Entonces le van a quitar a esa familia el derecho de vivir en el hogar que han ayudado a planificar?! —protesto Liam.

—No. El resto de su familia no tiene por qué cargar con las acciones de un par de sus miembros. No encarcelas a toda una familia solo porque el padre cometió un robo. Ellos pueden construir un hogar y vivir con nosotros, incluso podemos dejar que ellos dos vengan de visita, aunque quizás incluso tenga sus riesgos.

—Y yo coincido con ello —dijo la mujer de vestido morado— si los dejamos vivir en nuestro asentamiento, estaríamos dándoles derechos por sobre los demás.

—Yo creo que podemos votar entonces. Quienes estén a favor de limitarles el acceso, levanten la mano.

Si bien el ser catorce individuos podría generar el riesgo de un empate. La mitad más uno voto por dejarlos fuera de su asentamiento.

—La decisión ha sido tomada —dijo el líder de la lanza— mañana se les comunicará la decisión a ambos.

Al día siguiente el viaje continuo con su marcha, según el mapa ya solo faltaba un cuarto de camino para llegar, lo cual hacía que muchos se sintieran felices de pronto estar en lo que sería su nuevo hogar. Quienes no lo estaban tanto eran Liam y Jordan que lamentaban no poder hacer más por sus amigos. En cuanto a Lincoln y a Lynn, los dos seguían su camino sintiendo que la gente los estaba viendo de otra forma, no les decían nada, pero cuando interactuaban con alguien notaban que sus expresiones con ellos eran distintas que al inicio.

Esto hizo que durante el almuerzo, Lincoln y Lynn discutieran sobre el asunto.

—Creo que algo no está bien con nosotros —dijo Lincoln.

—Lo sé. Desde hace una semana he notado que me miran distinto cuando voy a recoger la comida.

—¿Piensas que sospechan de lo que hay entre nosotros?

—Puede ser. Pero queramos o no, tarde o temprano se darán cuenta de que las cosas no son normales entre nosotros —dijo Lynn sintiéndose frustrada— si tan solo hubiera una forma de que podamos estar juntos sin que nadie se preocupe por ello.

—Lo sé. Pero debes entender que esta gente ha vivido todo este tiempo con las mismas ideas del mundo anterior. Es verdad que como sociedad han mejorado en muchos aspectos, pero ninguno de ellos consiste en que dos hermanos sean novios y a eso súmale que dos hermanas estén con su hermano.

—Vaya dilema en el que nos metimos.

—Sí. Pero incluso si hubiera sabido que esto se iba a venir sobre nosotros, hubiera seguido estando contigo —dijo Lincoln tomando la mano de su hermana.

En ese momento aparecieron Los Catorce, el grupo caminaba en silencio y con un gesto en sus rostros que recordaban al de una persona que estaba yendo a una cita que querían evitar. Lincoln y Lynn al verlos, se acercaron a ellos al notar que querían verlos a ellos.

—¿Ocurre algo? —pregunto Lincoln.

—Sí. Necesitamos hablar un tema con ustedes que es un poco complicado.

—Claro. ¿Sobre qué? —pregunto Lynn.

—Sucede que…

En ese momento se escuchó un grito que hizo que todos voltearan a ver de donde era que esté venía, justo en ese momento la cantidad de gente que gritaba fue en aumento a la par que el sonido de disparos y cascos de caballos inundo todo el lugar y genero un gran descontrol. Fue entonces que notaron que un grupo de unos cincuenta jinetes se alejaba cabalgando de la zona, llevándose consigo parte del ganado, al mismo tiempo que algunos de los viajantes les disparaban y erraban los tiros. El caos pese a que a los responsables del ataque se habían ido todavía continuaba y eso hacía que la gente corriera en busca de sus armas, de su familia o de sus amigos. En total pasaron como diez minutos en regresar a la calma y darse cuenta de lo que había pasado.

El grupo había sido atacado por un grupo de bandidos mucho mayor que el que Lincoln y Lynn habían visto en el pasado, tal fue la velocidad y la fuerza del ataque que los centinelas que habían puesto a vigilar con las justas pudieron dar la voz de alarma antes de caer bajo el peso de estos, terminando con cuatro de estos muertos y otros seis de estos heridos. Además de las bajas sufridas, también sufrieron el robo de varias cabezas de ganado y de algunas cajas con provisiones.

Si bien el impacto había sido pequeño, el golpe anímico era uno mucho mayor. Nadie entendía como era posible que los hubieran atacado con impunidad y se hubieran llevado algo que era suyo. Tras ordenar y revisar a todos se llegó a la cantidad de cuatro muertos y dieciséis heridos, la mayoría de estos, productos del caos y del desorden. No hubo carretas dañadas ni caballos o dinosaurios que hubieran sido tomados por sus enemigos.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunto Robert.

—Pues lo primero es irnos de aquí —dijo uno de los líderes— debemos reagruparnos y luego planear bien que hacer.

El grupo levanto a sus muertos y heridos, agrupo todo el ganado que tenían y ordeno todas sus provisiones en los carros. Caminaron con una mezcla de miedo y rabia, muchos tenían ganas de que aquellos enemigos regresaran para enfrentarse cara a cara con ellos, otros por su parte querían avanzar lo más rápido posible y de ser posible estar en Royal Woods para el anochecer, cosa que obviamente era imposible.

Al anochecer se agruparon todos en un área, enterraron a sus muertos y pusieron fogatas alrededor de todo el grupo con la esperanza de que estas evitaran un ataque.

Nadie quería dormir esa noche y todos los que tenían un arma de fuego, un arco o una ballesta las tenían listas para ser usadas.

Lincoln y Lynn no estaban excepto de ese temor, una cosa eran las partidas de saqueadores durante el colapso, las bandas de forajidos que entraban a Royal Woods buscando un sitio donde esconderse y esperar a que pasara un grupo desafortunado, o incluso los remanentes del reverendo Ryker que ya ni sabían qué cosa estaban buscando. Esa era prácticamente una horda en toda regla y no tenían experiencia en estas, cosa que sus amigos sí, pero el hecho de no tener un muro entre ellos y los atacantes los volvía igual de inexpertos que ellos dos en la materia.

—Robert. ¿Qué fue lo que paso? ¿Quiénes nos atacaron? —pregunto Lincoln.

—Una tribu. Así les decimos a los grupos grandes que se mueven de un lado a otro. A veces son amistosos y solo comercian con nosotros, otras veces piensan que pueden venir a saquear y llevarse todo.

—Eso explica por qué no los vimos en el camino de ida a Santa Lucía —dijo Lynn.

—Correcto. A veces te los encuentras y otras veces no.

—¿Hay algún plan? —pregunto Lincoln.

—Vamos a reunirnos y pensar en algo. Pero la verdad es que yo no tengo muchas ideas.

—No te preocupes, estoy seguro de que saldrá alguna idea. Por cierto. ¿De que querían hablarnos ahora?

El herrero recordó la resolución a la que habían llegado la noche anterior, pero ante aquella situación esta no importaba nada.

—De nada importante. Queríamos hacer unas preguntas sobre Royal Woods.

Los Catorce se reunieron para pensar una estrategia a tomar, pero todas las ideas apuntaban a seguir moviéndose, sabían que aquello no era un ejército y si bien estaban armados no tenían idea de cuantos eran los enemigos o incluso si iban a volver a atacarlos. Por lo que lo único que se planeó, fue en moverse al amanecer y no volver a pasar más de un día en un solo lugar. La única estrategia, en caso de un segundo ataque o de vérselas con otra tribu, fue el que se formara un cuadro con los carros y usarlos como una barrera improvisada para poder defenderse. Una técnica que se había utilizado en el pasado durante la época del viejo oeste.

A la mañana siguiente el grupo continúo avanzando en total silencio, nadie tenía ganas de hablar siquiera y lo único que querían hacer era avanzar sin ningún estorbo en el camino. Solamente se detuvieron una hora para almorzar y luego de este regresaron al camino, a medida que pasaba el día y se acercaba la puesta del sol el sentir general se dividió en dos. Estaban aquellos que creían que aquel ataque había sido solamente un golpe rápido y nada más, y estaban los que creían que aquella tribu estaba cerca y solo esperaba el momento adecuado.

La noche llego y las fogatas volvieron a encenderse. Frente a una fogata más pequeña y usada solamente para calentarse, se encontraban sentados Lincoln y Lynn, el primero estaba apoyado junto a su hermana mientras esperaban a que la cena estuviera terminada.

—¿Tú crees que nos ataquen de nuevo? —pregunto Lynn.

—Espero que no. Pero si ocurre, espero que el plan funcione —dijo Lincoln.

—Yo igual. Quiero volver a ver a las chicas. Quiero empezar un nuevo hogar junto contigo y las demás sin importar que digan todos los demás.

—Yo igual. No sé si eso sea realmente posible, es decir, estas personas han vivido en un lugar donde las reglas del pasado se han mantenido.

—Lo sé. Pero si no nos dejan vivir de acuerdo a como queremos, siempre podemos seguir en casa.

—No suena tan mal. Podemos ser como los reyes de Royal Woods —dijo Lincoln mientras empezaba a hacerle cosquillas a Lynn.

—Ya basta, sabes que no me gustan. A ver si te gustan a ti.

La pareja empezó una guerra de cosquillas entre ellos, lo que hizo que algunas personas que estaban cerca a ellos sonrieran al ver que había algo de alegría. Algunos pensaron que era una pareja común y corriente, otros que si sabían que eran hermanos simplemente ignoraron ese hecho. No tenía sentido para ellos preocuparse por la forma en que dos hermanos se amaban cuando una horda podía estar siguiendo sus pasos.

—¿Les molesta si como con ustedes? —dijo Robert apareciendo con una canasta.

—Para nada. Puedes unirte a nosotros —dijo Lincoln.

—Gracias. ¿Gustan un poco de cecina de cerdo?

—Por supuesto —dijeron ambos mientras tomaban un poco.

Lincoln y Lynn le invitaron de su sopa al herrero una vez esta estuvo terminada y mientras comían estos quisieron saber sobre la vida de su nuevo amigo.

—Por cierto, Robert. ¿Cómo era tu vida antes de que todo esto pasara? —pregunto Lincoln.

—Pues antes de estos años oscuros solía vivir en Beaverton. Ahí era un herrero como ahora, solo que lo mío era fabricar rejas decorativas de esas que se ponían en las ventanas, a veces me pedían fabricar cuchillos y otras veces herraduras. No me gustaba hacer armas, no quería fabricar cosas que pudieran ser usadas para lastimar a los demás. Pero cuando las cosas empezaron a venirse abajo, la gente vino a mí pidiendo que les fabricara espadas y escudos para protegerse, y como tenía que mantener a mi familia, me vi obligado a ello. Al inicio todo iba bien, pero después la gente que venía a mí eran los seguidores de ese reverendo queriendo que les fabricara armas para luchar contra el mal.

—Por Dios. ¿Y qué hiciste? —pregunto Lincoln.

—Les dije que lo haría, pero que tomaría un poco de tiempo. Así que en una sola noche tomamos todo el equipo y nos escapamos a donde sea que hubiera lugar para nosotros. Por suerte Santa Lucía estaba en el camino.

—Tuviste suerte —dijo Lynn.

—Sí. Pero fue duro dejar nuestra vida atrás.

—¿Con quiénes viajas? —pregunto Lincoln.

—Mi esposa y dos hijos. Ellos son mis asistentes, tenía un grupo de aprendices también, pero se quedaron allá. ¿Y ustedes, cuál fue su historia?

Lincoln y Lynn le contaron todo lo que habían vivido desde el primer día en que todo empezó, hasta la guerra con Benny y sus lobos.

—No puedo creerlo. Lo que ustedes pasaron deja atrás a muchas de las cosas que varios de este grupo vivieron. Eso explica el porqué son tan unidos y se quieren de esa manera.

—Muchas gracias —dijeron los dos.

—¿Saben? Me alegra que pese a los golpes que les dio la vida, ustedes sean las personas que son. Muchos hubieran terminado rotos, pero el verlos así de unidos me da esperanzas de que algún día, este mundo de oscuridad será dejado atrás.

Al día siguiente se repitió la misma rutina. Despertaron, iniciaron la marcha y se detuvieron para almorzar una hora. Para ese momento ya se caminaba con más calma y ya la mayoría pensaba en que lo vivido con la tribu había pasado. Pero ese día las cosas cambiaron. Uno de los exploradores diviso a aquella tribu aproximándose con velocidad hacia donde ellos estaban. En total se trataban de unos trescientos veinte jinetes y hombres a pie, ante esa noticia se ordenó que se preparara la defensa.

Lincoln, al observar lo que se estaba haciendo, se dio cuenta de que la defensa no iba a ser realmente efectiva. Así que en un acto casi de locura se metió en medio de la reunión que los líderes estaban teniendo.

— Esto que están haciendo no está bien. No hay forma de que la defensa sea realmente efectiva —dijo Lincoln.

—¿Quién crees que eres para interrumpirnos? —dijo un líder.

—Alguien que tiene mucha más cabeza que ustedes para estas situaciones —dijo Robert.

—Lincoln, si tienes un plan para poder proteger a esta gente, entonces dínoslo —dijo Jordan.

—Enfrentémoslos en campo abierto. Tenemos grandes dinosaurios y tenemos buenos jinetes, podemos enfrentarlos en campo abierto y así derrotarlos.

Varios admitieron que aquello no era algo tan descabellado y que, por el contrario, podía servir para derrotarlos con facilidad. Ningún jinete por bien armado que estuviera podía ganarle a un dinosaurio y menos a los que pertenecían a un grupo que había evolucionado para protegerse de grandes depredadores.

—Dime Lincoln Loud. ¿Acaso has peleado antes en un campo de batalla? —dijo uno de los líderes.

—No. Pero…

—En ese caso no necesitamos tus ideas. Sobre todo, las de una persona que ha desarrollado una fuerte fijación por su hermana.

Aquello no sentó nada bien en el grupo, tanto para los que habían apoyado la idea de que no formaran parte del asentamiento como para los que se opusieron a esta.

—¿Disculpe? —dijo Lynn.

—Lo que oíste. Todos aquí sabemos que ustedes dos han cruzado esa barrera y se aman de una forma que para muchos de los aquí presentes es inaceptable.

—¡No estamos aquí para discutir ese tema! —grito Liam.

—Tiene razón, al enemigo eso no le importa, lo que le importa es tomar nuestras cosas, tomar cuantos prisioneros puedan y matar a los que no les sirven —dijo una de las líderes.

—Lo que haya entre mi hermana y yo, no es asunto de nadie. Me uní a ustedes porque mis amigos me convencieron de unirme a su causa. Muchas de las personas que están aquí son conocidos míos de Royal Woods y otras muchas si bien llevo conociéndolos poco, son gente que he aprendido a apreciar. Por favor, no dejen que estas personas mueran en una trampa.

—Yo estoy con Lincoln —dijo Liam.

—Y yo —dijo Jordan.

Muchos otros estuvieron de acuerdo. Pero en total eran ocho contra seis. Los mismos líderes volvieron a estar en bandos separados nuevamente. Se pelearía en ese lugar con la estrategia planeada.

—Quédense aquí entonces. Yo sí protegeré a la gente —dijo Robert.

—Si te vas, entonces todo lo que planeamos se terminara. ¿Quieres separar al grupo en el momento que más necesita estar junto?

—Eso es lo que ustedes están ocasionando.

Robert tomó el mando de aquel grupo de líderes y pronto comunico a toda la población que eran libres de decidir entre quedarse a pelear ahí o escapar del sitio, con la problemática de que bien podrían tener que luchar de todas formas con el enemigo. La mayoría acepto el hecho de que quedarse no era la estrategia correcta, pero dentro de ese grupo, estaban personas que se iban a quedar para darle la oportunidad a sus familiares y amigos de poder llegar a Royal Woods.

Ante aquella resolución, todos los presentes tuvieron que despedirse de forma amarga de un ser querido, entre ellos estaba el padre de Rusty quien prefirió quedarse a luchar como lo había hecho su hijo en Royal Woods.

Llegado el momento y tras preparar sus carretas, a sus animales y a sus dinosaurios, casi todo el grupo se marchó de ahí, solo unos setenta y dos decidieron quedarse a luchar usando la estrategia que aquellos líderes habían ordenado seguir. Rodeados por las carretas que les dejaron en las que estaban las provisiones que no se pudieron llevar a tiempo y contando con buena parte de las armas y municiones que les dejaron, se prepararon para el choque inminente.

El terreno de aquel campo de batalla era una llanura con una pequeña elevación a un costado del cuadro formado. La defensa era simple, un cuadro formado de carretas, con un cañón en cada lado.

Pasaron solo treinta minutos desde que el grupo se fue, cuando el sonido de cascos se empezó a oír cada vez más cerca. Mientras el sonido aumentaba, también lo hacía una nube de polvo que indicaba la llegada de aquella tribu. En cuanto los tuvieron cerca, los remanentes pudieron notar que sus enemigos iban decorados con plumas, trapos de colores, pinturas faciales y que además llevaban banderas en los que estaban pintadas símbolos que no reconocían.

La horda cabalgó directo hacia el cuadro lanzando gritos e insultos en diversos idiomas, los defensores si bien sintieron miedo no se atrevieron a demostrarlo y en cuanto los tuvieron a tiro el grupo empezó a dispararles con todo lo que tenían, desde armas de fuego hasta flechas, incluyendo el cañón que tenían listo para disparar munición explosiva. La tribu entonces inicio un rodeo de aquel cuadro y disparo con arcos y rifles mientras se movían con rapidez, al mismo que esto sucedía desde la elevación un grupo de arqueros empezó a lanzar flechas incendiarias causando que varias de las carretas se quemaran y que algunos defensores murieran.

A las cargas de caballería se sumó los ataques de enemigos a pie, armados con hachas, espadas y machetes, los cuales pese a no tener escudos, avanzaban como si eso no importara. Algunos llegaron a pasar las carretas, pero fueron eliminados de inmediato. Lo que para aquel enemigo parecía que iba a ser fácil, se convirtió en algo mucho más complicado, pero no en algo imposible de vencer, como quedo claro para los líderes que decidieron quedarse. Al ver que no se iba a poder ganar esa pelea, terminaron simplemente por hacer que sus enemigos pagaran caro esa victoria y de esa forma darles una ventaja a sus familiares de huir cada vez más lejos.

Para cuando el sol se terminó de ocultar, la batalla había terminado. De los setenta y dos que se quedaron no quedo ni uno solo con vida, mientras que los enemigos sufrieron unas ochenta bajas en total.

Bastante lejos de ahí, el resto del grupo estaba devastado. Los ánimos estaban por los suelos y ni siquiera tenían ganas de siquiera comer algo, lo único que lograron hacer fue poner las fogatas alrededor del campamento como medida de protección, pero nada más, ni siquiera armaron carpas y solo se limitaron a dormir en el suelo. Aquella escena hizo que Lincoln y Lynn pensaran en lo que había sido la evacuación de Royal Woods hacía varios años y en como hubieran sido las cosas de haberse ido con ellos. Se preguntaban si el haber cambiado las cosas hubiera hecho que las cosas fueran distintas, si sus padres hubieran seguido con vida o si hubieran muerto de todas maneras, pero de una forma distinta.

Aquello hizo que sintieran lástima por esas personas. Todos ellos habían vivido una gran cantidad de pruebas para poder tener una vida como la que tenían ellos o una incluso mejor, pero ahora estaban volviendo a pasar por ello a causa de una horda de asaltantes que solo vivía de la muerte y el saqueo. Para empeorar las cosas, estaban seguros de que eso solo los había frenado, esa tribu estaba dispuesta a todo por el verdadero premio.

A la mañana siguiente los ánimos eran los mismos, las personas parecían autómatas que en total silencio preparaban todo para seguir avanzando. Pero tras una noche pensando en todo lo ocurrido, en lo que podría ocurrir y en lo que se podía hacer, Lincoln decidió que era momento de acabar con esa energía que estaba en el campamento. Tomo su silbato y empezó a sonarlo en medio del campamento, atrayendo así la atención de todo el mundo.

—¡Atención todos! Sé que han pasado por un momento muy difícil en sus vidas, pero no pueden quedarse, así como están. Tienen que ponerse de pie y hacer algo al respecto.

—¿Y quién eres tú para decir eso? —dijo uno de los presentes.

—Mi nombre es Lincoln Loud y muchos de ustedes me conocen de antes de que este mundo se viniera abajo. Se que no me han visto desde hace mucho y sé que no he vivido lo que ustedes vivieron luego de dejar Royal Woods. Pero sé lo que es perder a alguien muy importante a manos de un bastardo que no le importa nada.

—Sin ofender, amigo. Pero muchos de aquí te conocimos primero como el chico que llego junto a su novia, luego como el que llego con su hermana y ahora, pues estamos convencidos de que tu juicio en estos años no es uno dentro de los límites de lo normal.

Aquellas palabras hicieron impacto en Lincoln. Por un momento hicieron que dudara de si realmente tenía sentido el que estuviera hablándole a toda esa gente. Pero solo lo dudo por unos segundos.

—Yo sé que muchos de ustedes saben de lo que pasa entre mi hermana y yo, y no los culpo por pensar eso que piensan. Sé que no todos vivimos las mismas cosas y, por lo tanto, no puedo pedirles que me comprendan. Pero si quiero pedirles que me escuchen en este momento de vida o muerte. El enemigo que causo la muerte de sus seres queridos, el mismo que intenta apoderarse de lo que tanto les costó trabajar y que ahora quiere quitarles sus sueños de empezar una nueva vida, no va a detenerse hasta que todos estemos muertos, da igual si llegamos a Royal Woods. Este, este es nuestro momento de pararlos y vengar a la gente que perdimos, de empezar una nueva historia escribiendo en sus páginas la historia de una victoria.

—¡Yo estoy contigo, Lincoln Loud! —grito Robert.

—¡Y yo! —grito Liam.

—¡Yo también! —grito Jordan.

—¡Yo igual! —grito Rocky.

—¡Nosotras también! —gritaron Paula y Margo.

Uno tras otro se fueron sumando a Lincoln y al final todo el campamento gritaba exigiendo guerra y justicia.

—Sí que sabes convencer a la gente, querido —dijo Lynn.

—Bueno Lincoln. Ya tienes a la gente contigo. ¿Cuál es el plan? —pregunto Liam.

—Atacarlos cuando y donde nosotros queramos —respondió Lincoln.

Lincoln dio la orden de que el grupo se moviera hasta que se encontraran con un lugar adecuado, uno donde según él se pudiera ejecutar un ataque de forma precisa, y fue así que luego de tres días de caminata, encontraron el terreno perfecto. El sitio era un campo abierto con un bosque cerca de este, lo suficientemente frondoso como para esconderse. Aquel era el terreno en el cual el peliblanco esperaba que su enemigo acampara, cosa que termino por hacer.

Al amanecer del siguiente día, mientras el enemigo todavía estaba durmiendo, las fuerzas de Lincoln se pusieron en posición. Eran únicamente una cantidad de noventa y ocho combatientes, algunos eran soldados de Santa Lucía y otros eran simple milicia que luchaba en momentos en que el pueblo era atacado. Pero en ese momento aquello no importaba, todos estaban ahí para luchar por sus familias y estaban dispuestos a luchar contra miles de enemigos si eso les daba la oportunidad de conseguir un futuro.

Con Lincoln se encontraba la caballería, pero también estaban esas grandes bestias con cuernos que iban siendo montadas por sus dueños. Además, estaban varios velociraptores como Paquito, junto a otros dinosaurios similares.

—Nunca me imagine estar en algo así —dijo Lincoln.

—Pues por eso no hay que decir nunca—dijo Liam.

—Confiamos en ti, Lincoln —dijo Jordan.

—Si tú estás con nosotros, entonces no hay razones para perder —dijo Lynn.

Lincoln miró a sus tropas y luego miro la espada que sostenía. Esperaba que el entrenamiento que había tenido durante el viaje funcionara realmente, pero la verdad era que nunca se esperaba luchar con ella. Tras un par de respiraciones, coloco su mente en ese momento e ignoro todas esas dudas.

—¡Amigos! ¡Sé que soy nuevo en esto, sé que es la primera vez que lucho en un campo de batalla, pero estoy feliz de que sea en compañía de gente a la que he aprendido a querer en tan poco tiempo! ¡Allá al frente está lo único que nos separa de nuestro futuro, allá al frente están los hombres que mataron sin razón alguna a gente que amaban! ¡Este día vamos a hacer justicia por ellos y por todas las personas que han lastimado! ¡Así que adelante, adelante, adelante!

Y con esos gritos dio inicio a la batalla. La caballería cargó a toda velocidad junto con los dinosaurios lanzando gritos de guerra y odio contra unos enemigos que apenas y se estaban despertando, algunos se dieron cuenta de aquella carga y corrieron a buscar sus armas y preparar sus caballos, pero otros se despertaron cuando sus carpas fueron aplastadas por aquellos dinosaurios pesados con ellos dentro. La caballería entró luego de aquel golpe inicial y empezaron a matar con total facilidad a todos los que corrían, descargando golpes de espadas, sables, hachas y mazas. Lanzándoles lanzas y flechas y disparando con rifles y pistolas de todo calibre. Lincoln atacó a los enemigos que se le cruzaban demostrando que había aprendido bien y que el trabajo de Robert estaba bien hecho, lo mismo pasaba con Lynn quien luchaba como si aquella hoja fuera parte de ella desde que nació. Por su parte, Liam y Jordan ejecutaban disparos uno tras otro como si se tratara de una película del viejo oeste, incluso Paquito, su dinosaurio que había sido tranquilo toda su vida, ahora se unía a sus compañeros y devoraban tanto a caballos como a enemigos.

Mientras que la caballería atacaba, quienes iban a pie se lanzaron contra el otro lado del campamento guiados por Robert, quien cargaba una enorme maza hecha por él. Este entro al campamento, acabando rápidamente con varios enemigos que todavía estaban descubriendo los que pasaba. Algunos intentaron defenderse hasta con sus manos, pero cayeron muertos de inmediato, otros intentaron huir del lugar cruzando un río, pero fueron rápidamente alcanzados por gente que estaba con ganas de vengar a sus amigos y familiares y comenzaron a masacrarlos, llegando incluso a ahogarlos en las aguas del río.

Al finalizar la batalla casi toda esa tribu estaba muerta, solo escaparon unos cuantos que tuvieron suerte de no ser alcanzados. El balance final fue de solo unos cuantos heridos, varios caballos capturados, una gran cantidad de armas conseguidas, incluyendo los cañones perdidos en la batalla anterior. Pero lo que más sorprendió fue el hecho de que se rescataran a unos treinta y cinco esclavos, entre los que había mujeres y niños, la cantidad hubiera sido más alta, pero algunos murieron en el ataque. Estos, una vez liberados, se unieron al grupo.

Tras celebrar la victoria, el grupo volvió a proseguir la marcha y tras otros tres días por fin llegaron a Royal Woods. Mientras el grupo se asentaba en lo que pensaban podría ser su nuevo hogar, Lincoln, Lynn, Liam y Jordan entraron en la ciudad para reencontrarse después de más de un mes con su familia y amigos.

Al llegar a la casa Loud la emoción que sintieron todos fue descomunal, la entrada de la casa se llenó de abrazos y lágrimas de alegría, no había ninguno que no celebrara aquel retorno que parecía el de una ausencia de más de un año, cosa que en parte parecía real al verlos llegar vestidos con armaduras y con un velociraptor que causo tanto asombro como miedo por parte de Inci, que se lanzó en brazos de Lana al verlo.

—Chicos, me alegra que literalmente volvieran sanos y salvos y que hayan cumplido con su misión —dijo Lori— sé que tienen muchas cosas que contarnos, pero… yo también tengo una cosa que comunicarles.

—¿Qué cosa?—pregunto Luan.

—Chicos, esto era algo que quería dejarlo para un poco más adelante. Pero dada la situación, creo que es mejor comunicárselos a todos. En especial a nuestro querido Lincoln.

—Lori…

—Lincoln. Estoy embarazada, vas a ser padre.

Todo el mundo se quedó con la boca abierta al escuchar eso, sobre todo Lincoln, quien estaba temblando como si estuviera recién salido de un refrigerador.

—¿Esto es en serio? —pregunto Luna.

—Sí. Al cien por ciento —dijo Lynn.

—¡¿Tú ya sabias?! —pregunto Lola.

—Pero claro. Lo descubrí cuando nuestra hermana salvo mi vida —dijo Lynn.

—Yo también debo decir que sabía de ello —dijo María.

—¿Y por qué no me lo dijiste? —dijo pregunto Ronnie Anne.

—Todavía tengo mi ética de trabajadora de la salud.

Lincoln poco a poco regreso en sí y por fin pudo articular algunas palabras.

—Lori, eso… ¡Es la mejor noticia del mundo! —dijo mientras abrazaba y daba un beso a Lori en frente de todos— te prometo que seré el mejor padre de todos, no sé cómo se hace aquello, pero te prometo que tendré un plan para ello.

—Lo sé mi amor. Tú siempre tienes los mejores planes para todo.

Todos felicitaron a Lori y a Lincoln por la noticia. Sus amigos ya estaban acostumbrados a como eran las cosas con los Loud así que simplemente se unieron al festejo con total naturalidad. Estuvieron celebrando aquello hasta que recordaron que había una gran cantidad de personas en los campos y fueron todos a verlos. Al llegar, los Loud se reencontraron con viejos amigos a quienes habían extrañado por años.

Lori se reencontró con Carol y Dana, Leni con Becky, Fiona, Jackie y Mandee, Luna volvió a ver a Sam, Luan a su grupo de teatro y a varios de la escuela de payasos, y Lucy a Haiku y a Rocky. En cuanto a los demás, Zack se reencontró con Cookie, y Stella se reunió con sus padres. Incluso hubo varios conocidos de los Casagrande que los recordaban de cuando tenían la bodega.

Mientras se daban los saludos y los abrazos, un pequeño detalle hizo que todos se fijaran en una carreta y unos caballos que avanzaban hacia el grupo. Lynn, se subió de inmediato a un caballo y se lanzó a toda velocidad al encuentro de aquellos recién llegados y en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, se bajó de este para correr a los brazos de un viejo amigo.

—Sabía que volverías.

—Y yo sabía que serias la primera a la que vería al llegar aquí —dijo Ajani— aunque me sorprende verte un poco distinta.

—Tuve que ajustarme a las circunstancias —dijo Lynn quien sabía que se refería a su armadura y su cimitarra.

—Descuida. Lo importante es que estás aquí sana y salva.

—Lo mismo ustedes.

—Ajani Goldname. Me alegra verte —dijo Lori.

—Y a mí que ustedes vuelvan a ser una familia —dijo al ver llegar a los Loud.

Los Loud y los Goldname se saludaron entre ellos e intercambiaron saludos entre ellos. Todos disfrutaban de ese momento hasta que Liam llego ante ellos para pedirle a Lincoln que lo siga.

—¿Qué ocurre? —pregunto Lincoln.

Una de las líderes que había apoyado a Lincoln durante la votación y antes del ataque se puso al frente de sus compañeros y comenzó a hablar.

—Lincoln, en nombre de Los Seis. Quisiéramos pedirte que te unas a nuestro grupo, y… también queremos que seas quien funde el asentamiento.

—¡¿En serio?! Pero sí yo…

—Tú nos salvaste a todos. Nos diste la victoria y además le diste la libertad a mucha gente. Fuiste tú quien nos levantó los ánimos cuando nos sentíamos perdido y nos permitiste llegar aquí —dijo Liam.

—¿Entonces puedo ponerle el nombre?

—Pero claro. Solo elige uno nuevo o tendremos que votar por uno nuevo.

—Espero elegir bien.

Todos se pusieron en lo que era el área que habían tomado como lugar en donde se construiría el asentamiento y miraron a Lincoln con expectativa.

—Hace mucho, un grupo de gente llego escapando de una guerra que trajo el fin de su ciudad, esa gente paso por muchas cosas hasta que finalmente encontraron el sitio en el que posteriormente se construyó una gran ciudad. Una que creció hasta volverse un símbolo de grandeza y que sumo a personas de todo el mundo conocido para crecer. Por tales razones, declaro fundado en este momento el pueblo de Nueva Roma —dijo clavando su espada en señal de fundación.

El sitio se llenó de aplausos, de sueños y de esperanza. Aquello era solo un primer paso, pero todos esperaban que eso iniciara una larga carrera hacia algo que durara para siempre.

—Literalmente no puedo creer que esto esté pasando. Después de todos estos años me cuesta aceptar que tras todo lo que sufrimos estemos viviendo este momento —dijo Lori.

—Lo sé —dijo Jocelyn— ¿Pero sabes? Es verdad que Dios nos da dolor, son pruebas de tu fe, de tu carácter. Pero el dolor también es un regalo, porque cuando las nubes se aparten finalmente, la luz de Dios se sentirá mucho más cálida.

Y así, queridos lectores, termina este arco. Lamento que haya sido demasiado largo, pensé en cortarlo a la mitad y ponerlo en dos partes, pero al final decidí que no era algo que lo requiriera. Espero les haya gustado el que tomara esta decisión y que hayan disfrutado de este capítulo. En esta ocasión traje de vuelta a Robert Umber, un personaje que salió casi al final de Renacimiento, un fanfic que escribí allá por 2018.

Por otra parte, y como han podido ver, el asentamiento ha sido fundado por Lincoln y Nueva Roma ha nacido, los Loud se han reencontrado con sus viejos amigos y la familia está a punto de crecer, eso nos lleva a lo que quería comunicarles.

Debo decirles, queridos lectores, que esta historia ha llegado a la mitad, solo nos quedan otros tres arcos antes de llegar al final. No sé cuándo será, pero espero no tardar otros tres años. También debo decirles, que las cosas se van a poner más complicadas a partir de ahora, no voy a decir obviamente de que forma, pero de que habrá momentos difíciles y duros los habrá.

Sin más que decir, pasemos a los saludos.

Montana Hatsune: Es verdad que lo ocurrido con Lynn fue una locura, pero era necesario para que se arreglaran las cosas con Lori y a su vez con Lincoln. Sobre lo de sus padres, debo admitir que fue algo que surgió en el momento de la escritura, felizmente esa idea encajo bien y no se vio forzado, o al menos eso espero.

Espero que este capítulo te haya gustado, debo darte las gracias por la idea que me diste en la review anterior, eso hizo que pudiéramos ver esta batalla, espero te haya gustado.

Marati: Espero que te haya gustado el capítulo anterior, al igual que este capítulo.

J0nas Nagera: No quería arreglar las cosas entre los tres fuera de estas páginas, pero tampoco quería hacer una cosa aún más grande que involucrara a más gente.

Me alegra que te gustara la charla entre Lynn y Lucy, fue un tanto complicada de escribir, sobre todo porque quería escribir algo que no sonara repetitivo. Lo de Lynn y esos asaltantes fue algo que pensé en hacer al inicio de una manera distinta, pero que fue creciendo poco a poco a medida que lo escribía. Lo de Lynn y su madre es algo que salió mientras lo escribía, por suerte parece que encajo perfecto y sin sonar forzado.

Espero te haya gustado este capítulo, sé que es bastante largo, pero estoy seguro de que deben haber habido partes que te gustaron.

Sin más que decir, espero que les haya gustado este capítulo y les doy las gracias por haberlo leído. Espero no demorar mucho para traerles el siguiente.