Harry Potter: Una lectura distinta, vol. 8
Por edwinguerrave
Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008
El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.
Algunos capítulos incluyen extractos de los "fan fic" 'Harry Potter y la Orden del Fénix', © "Daniela Linx", y 'Harry Potter y el Círculo Secreto', © "jesterdead".
La Frontera Final (1)
Capítulo 2: Sinfonía Agridulce (2)
—Por lo que entiendo —comentó Maia—, fue un viaje de regreso muy distinto al que nosotros vivimos normalmente.
—Sí, por supuesto —confirmó Percy—. No es muy alegre viajar escoltando el cuerpo de tu hermano, o acompañado de tantos otros que perdieron familiares y amigos.
—Gracias a los Grandes Magos no hemos vuelto a vivir eso —agradeció Molly con un fuerte suspiro, mientras veía el atril delante del asiento de Arthur.
—Nombre interesante para un capítulo —comentó Arthur al leer el título del pergamino, algo más corto de lo usual—, "Sinfonía Agridulce".
—¡Que combinación tan rara! —comentó Samantha—, una sinfonía es una pieza musical muy hermosa, y algo agridulce pues, es eso, combinar un sabor dulce con algo agrio.
—La cocina hindú maneja mucho de esos sabores —comentó Dil, a lo que las hermanas Parvati se unieron asintiendo efusivamente.
—Comenzamos donde quedó el capítulo anterior —aclaró Arthur al momento de iniciar la lectura—, viajando en el Expreso de Hogwarts de regreso a Londres.
Esos pensamientos en los cuales Harry había invertido su viaje de retorno a Londres, abrazando a Ginny, no incluían dónde se residenciaría luego de regresar al mundo muggle, lo que notó cuando Ron le preguntó al detenerse el tren:
―¿Ya sabes dónde vas a vivir? ¿En casa de tus tíos o en la casa de Sirius?
—Creo que eso no debías preguntarlo, Ron —intervino Sirius—, lo lógico es que sea en la casa que le dejé en herencia.
—Y más sabiendo —intervino Rose— que los señores Dursley no estaban en Privet Drive.
—Bueno, eso no lo sabíamos en ese momento —reconoció Harry.
―Vaya, no había pensado en eso… Pensaba irme directamente a Grimmauld Place, pero algo me dice que me tengo que comunicar con mis tíos, ya veré…
―Pero si vas a decidir algo, que sea pronto —insistió Ron, con voz afectada—, porque nosotros vamos a Ottery Saint Catchpole a sepultar a Fred antes de regresar a La Madriguera.
―Bueno —concilió Harry—, déjame llamarlos por teléfono, porque dudo que sepan o les interese saber que estoy vivo… Y sobre todo que estoy regresando casi dos meses antes de lo previsto.
―Pero ―intervino Hermione, frunciendo el ceño―, ¿no se suponía que ya no regresarías más a casa de tus tíos cuando te rescatamos el año pasado?
―Claro, claro ―se apuró a reconocer Harry―, pero no puedo evitar pensar que aún son mi familia, con todo lo que ha conllevado. Los llamaré por lo menos para que sepan…
—Definitivamente, primo —dijo Dudley—, eres muchísima mejor persona de lo que yo pueda llegar a ser jamás. No pensaba que siguieras creyendo en esos momentos que somos familia…
—Eres una gran persona, Big D —interrumpió Harry—, no sólo en tamaño, sino en lo que te has convertido. Así que vamos a dejar esa idea, ¿está bien?
Dudley, auscultado por varios, entre ellos Samantha y sus hijas, asintió en silencio.
Al momento de cruzar la barrera entre los andenes 9 y 10, notaron que los únicos pasajeros que estaban en la estación eran los que venían en el Expreso de Hogwarts, por lo que se dieron cuenta que las diligencias realizadas por Kingsley Shacklebolt ante el Primer Ministro Muggle fueron efectivas, ya que toda la estación estaba cerrada y acordonada.
Al acercarse a la puerta, unos funcionarios del Ministerio saludaron gravemente a los señores Weasley, y les sugirieron colocar a Fred en un ataúd, para poderlo sacar con mayor discreción de la estación; en ese momento Harry le preguntó a Charlie:
―¿Y dónde lo van a enterrar? ¿en La Madriguera?
—No —intervino Arthur, interrumpiéndose—, no somos tan elitescos como otras familias mágicas, que dentro de sus mansiones tienen mausoleos.
Draco asintió en silencio, al igual que Astoria.
―No, por supuesto ―respondió el segundo de los hermanos Weasley, con su ronca voz―. En el cementerio del pueblo, allí nuestra familia tiene un panteón… Nos vas a acompañar, por supuesto, creo que es el mejor homenaje que puedes hacerle a mi hermano… Mamá no te perdonará si no vienes.
―Emmm, sí, claro ―respondió Harry, poco convencido―. Déjame primero comunicarme con mis tíos, ya los alcanzo. Ginny, anda con tu hermano ―dijo al ver una cabina telefónica delante de ellos.
―Apúrate, amor –le respondió, mientras secaba una lágrima solitaria en su rostro y avanzaban.
—Imagino que es el momento que vivieron —comentó Seamus—, pero nunca habría visto a esta Ginny tan sensible.
—Sí —reconoció Ginny—, perder a Fred cambió mi vida, incluso más que mi experiencia en la Cámara de los Secretos.
Harry buscó en sus bolsillos una moneda muggle, la colocó en el teléfono y suspiró, pensando que era la primera vez en su vida que él llamaba a la casa de sus tíos.
―Hola, familia Dursley –contestó la conocida voz del tío Vernon.
―Hola, tío Vernon –respondió Harry.
―¿Cómo? ¿Quién es? –gruñó groseramente la voz al otro lado de la línea, lo que hizo que Harry exhalara otro largo suspiro, y respondiera:
―Soy Harry.
—¿No reconoció tu voz, papá? —preguntó Lilu, confundida.
—No creo que haya sido eso —terció JS, haciendo asentir levemente a Dudley.
―Ah, eres tú… ¿Y qué haces llamándonos?
Algunos elevaron los ojos al cielo en gesto de decepción.
―Bueno, estaba avisando que regresé, estoy en King's Cross.
―Ajá, ¿y qué quieres? ¿Pretendes venir a nuestra casa? –gruñó el tío Vernon con voz amenazadora, a lo que Harry respondió rápidamente:
―No, no, tío, no te preocupes, yo voy a quedarme a vivir en la casa de mi padrino… Sólo quería saber si puedo pasar algún día a buscar lo que quedó de mis cosas…
―Ah, bueno… –Tío Vernon se quedó mudo, para luego decir―: Avisa cuando vengas a buscar eso, para no estar, por si acaso vienes con tus amigotes extraños.
―"Como si los amigotes de Dudley no fueran extraños" ―pensó Harry (En la Sala estallaron algunas risas, rápidamente controladas al continuar la lectura), antes de responder―. No te preocupes, yo les llamo… Saluda a la tía Petunia y a Dudley de mi parte, por favor… Me tengo que ir…
―Está bien… ―contestó secamente el tío Vernon y colgó.
—Lo normal en el abuelo, ¿no? —preguntó Violet, decepcionada.
—¿Y eso por qué, prima? —intervino Al.
—Porque siempre que papá lo llama —respondió Daisy—, y quiere ponernos a hablar con el abuelo, llega y corta la llamada así sin más.
—Eso es malo —dijo Molly con algo de irritación en la voz.
—Es que tú eres otra cosa, abuela —replicó Dom—, tú estás hecha de otro material, como lo leyeron ayer.
Esto hizo sonreir a Molly, y permitió que Arthur siguiera leyendo.
Harry miró el auricular, lo colgó en el teléfono y se alejó de éste, abatido, y vio como Ginny agitaba sus manos llamando su atención. Estaba esperándolo en la puerta de una camioneta (tipo microbús) del Ministerio, donde casi todos los Weasleys, y Hermione, esperaban para salir hacia La Madriguera.
―¿Qué pasó? ¿Por qué te tardaste?
―Estaba llamando a la casa de mis tíos, ¿recuerdas? ―La chica asintió, sonrojándose.
―No me digas que quieren que regreses con ellos –soltó Ron, asomándose por una de las ventanas del vehículo―. ¿O sí?
―No lo creo, por lo menos en la voz de tío Vernon noté que lo menos que quiere es que regrese con ellos… Es una sinfonía agridulce, todo lo que viví y a ellos ni les interesa… –terminó de decir esto último en un susurro apenas audible para Ginny.
—Por eso el título del capítulo —dijo Rose—, una sinfonía agridulce.
―Bueno, Harry, móntate y hablamos por el camino –le dijo la chica, subiendo ella primero a la camioneta, en la cual todos estaban cómodamente instalados, rodeando el ataúd de Fred.
—Cómodos dentro de la situación de ir acompañando a Fred —comentó Charlie.
—Imagino que hicieron así para ser lo más discretos posible —comentó Christina—, porque usualmente en España, en los cortejos fúnebres va adelante un vehículo llevando el ataud del difunto, luego unos vehículos con los familiares más cercanos y después los demás, como una procesión.
—Acá también —dijo Seamus—. Quizás en el caso de los Weasley, quisieron hacerlo en privado y por eso viajaron así.
—Esa fue la indicación que nos dio el ministerio —comento Arthur antes de seguir leyendo.
Cruzaron la campiña inglesa hasta llegar a las cercanías de Ottery Saint Catchpole; Hermione y Ron iban abrazados, Harry conversando quedamente con Ginny de lo vivido durante el año anterior, mientras veían el ataúd, sencillo, de madera rojiza, seleccionado por la señora Weasley, que contenía los restos de Fred, cuando, de repente, Ginny recordó algo:
―Harry, dijistes que algo era "agridulce"… No te entendí…
―Ginny –respondió, luego de levantar la mirada desde el ataúd de Fred-, este año viví muchas experiencias, y la única familia "de sangre" que tengo no se interesa, y nunca se ha interesado, por saber de mí o de lo que me pasa; es lo realmente agrio de ese "agridulce", lo dulce es haberlos conocido a ustedes, especialmente a ti, por eso digo que mi vida es como una sinfonía agridulce –cerró este comentario abrazándola y dándole un beso en la coronilla.
—¡Qué lindo! —exclamó Lilu, provocando algunas risas. Dil, sin embargo, comentó:
—Tiene lógica. Muchas veces he pensado que toda mi vida ha tenido ese sabor agridulce.
—Hay momentos en que esa sensación llega —intervino Dumbledore—, sólo hay que comprender esos momentos difíciles y evitar que se instalen en nuestras vidas. Y ese ejercicio de comprensión —dijo cuando vio a James tomar aire—, esa reflexión lleva su tiempo para hacerse, cada persona lo hace a su momento.
—Eso es verdad, profesor —reconoció James, tomando la mano de Lily.
―Gracias por pensar eso de nosotros, amor, sobre todo de mí –respondió Ginny mientras era cobijada en los brazos de Harry.
La señora Weasley comentó, intentando calmar las lágrimas:
―Vamos a pasar primero por La Madriguera, para cambiarnos de ropa y de allí ir al cementerio.
—Me parece buena idea —comentó Fred, provocando que varios lo miraran sorprendidos—. Claro, no creo que después de todo lo de la batalla, anduvieran impecables.
—Si nos habíamos adecentado un poco —comentó Bill—, pero sí, necesitábamos cambiarnos de ropa.
Hubo un murmullo aprobatorio por parte de todos los presentes, y Alex Guinness, el chofer del Ministerio, maniobró tomando una salida lateral de la autopista por la cual transitaban. Harry recordaba con especial cariño las múltiples vivencias que había tenido en esa casa: su llegada luego de ser rescatado, conocer a Ginny, compartir con Ron y Hermione risas y discusiones, los múltiples banquetes y regalos, el beso robado la mañana antes de comenzar la aventura de buscar el resto de los Horrocruxes…
—Buenos momentos, ¿no? —sonrió Lily, haciendo que Harry la imitara.
—Por lo pronto, los mejores que había vivido en esa casa.
Llegaron a La Madriguera alrededor de las cinco y media de la tarde.
—Tardaron algo, ¿no? —preguntó Louis.
—No íbamos a gran velocidad —reconoció Percy—, Alex era un buen chofer, especialmente porque cumplía con las normas como debía ser.
—¡Qué aburrido! —gruñó Dom—, eso le quita lo divertido a la vida.
Eso provocó risas en la Sala. Sin embargo, Arthur no había sonreído, porque se había adelantado en la lectura.
De pronto, vieron algo que hizo palidecer a todos…
―Arthur, creo que debe ver esto ―indicó el chofer del Ministerio al señor Weasley, al momento de frenar bruscamente.
―¡¿Qué le pasó a La Madriguera?! ―gritó el señor Weasley, dando un portazo al bajar.
—¡¿Quééé?! —exclamaron varios de los más jóvenes cuando vieron a Arthur soltar el pergamino.
—Abuelo —dijo Hugo, al ver a Arthur soltar el pergamino en el atril—, no nos vas a dejar con el suspenso de no saber qué pasó.
—No es mi culpa —se defendió Arthur, especialmente por la mirada que le daba Molly—, el relato se corta ahí.
—Bueno —intervino Rose—, la verdad es que el pergamino era bastante más pequeño que otros que han leído.
—Sí, pero si no se lee que pasó —protestó Freddie—, no voy a estar tranquilo.
—Yo no creo que haya pasado nada malo —dijo Louis—, porque si no, no existiera La Madriguera.
—Esperemos a ver que nos indica el señor Jordan —comentó Dumbledore, mientras Lee tomaba el pergamino del atril delante de su asiento.
Notas al pie:
(1) Iron Maiden: "The Final Frontier" (álbum editado en 2010) © Iron Maiden Holdings.
(2) The Verve (Richard Ashcroft; derechos cedidos a Mick Jagger y Keith Richards): "Bittersweet Symphony", editado en elálbum "Urban Hymns", de 1997 © Allen Klein y The Rolling Stones
Buenas tardes desde San Diego, Venezuela! Antes de comentar sobre el capítulo de hoy, bastante corto para los estándares usuales de unas 6.000 palabras, quiero felicitar a mis seguidores españoles por el triunfo incontestable en el Mundial de Fútbol femenino en Australia/Nueva Zelanda, ratificando los pergaminos que traía como campeonas mundiales sub-17 y sub-20, superando en la final a la campeona europea, la selección de Inglaterra (en una reedición moderna de la mítica guerra del Imperio británico contra la Armada invencible española), y permitiendo a la "Furia" unirse a Alemania como los únicos países que han levantado la copa con ambas categorías élite: masculino y femenino. Ahora sí (como diría Andrés Agulla), "A lo que vinimos!", un capítulo muy corto, que sirve como una transición (que me pude haber ahorrado, sinceramente, pero ya el daño está hecho y el trofeo entregado) a un momento crítico en la trama de este "año extra", que comienza bastante intenso (digo yo... jejejejeje). Como es usual, no puedo dejar de agradecerles el favor de su compañía, con sus vistas, sus alertas activadas, sus marcas de favoritos y sus comentarios, como los que dejaron esta semana HpGw6 (Me alegra que te guste, eso fue lo que intenté hacer, mantener y respetar el estilo JK para que no se sintiera "desconectado", sino como algo que ella hubiera escrito; y sí, como lo dije en su momento, el usar los nombres de las canciones como título e inspiración del capítulo es un toque personal, soy muy melómano y creo que le brinda una atmósfera particular a cada capítulo. de hecho, varios de mis relatos independientes también están inspirados en canciones y bandas) y KariPM (Me alegra que lo hayas disfrutado! Y sí, seguiré publicando uno a la semana, sin importar la extensión; recuerdo que algunos de los capítulos de la saga original también eran de poca extensión, así que está bien). Nuevamente, gracias por acompañarme en esta "aventura astral de tres generaciones y ocho libros"! Salud y enhorabuena a España, campeona del mundo!
