Capítulo 83: Memento
Tres Años y Medio Atrás, Bosque Viridian. Región de Kanto. 6:42 A.M
Un cielo perfectamente claro y resplandeciente a la vista del mundo entero, decorado en ese momento con vibrantes y hermosas tonalidades entre colores pastel y naranja al pintar sin temor las miles de nubes por todo lo alto, acompañado de un sol radiante al inicio de otra cálida y refrescante mañana más de primavera.
-¿En serio era necesario venir hasta aquí tan temprano por la mañana para qué me ayudaras con mi entrenamiento?- Cuestiono con suspicacia y rebeldía un joven y caucacico chico pelirrojo, mismo quien, luego de su propio imprudente comentario, termina por bostezar con exageración y evidente somnolencia en su rostro. -O sea, se qué te pedí voluntariamente qué me enseñaras un poco más de tus estrategias de combate y todo lo qué eso involucra. Pero nunca pensé qué aceptarías tan de buenas a primeras, ni tampoco qué tendríamos qué madrugar o venir hasta aquí en mitad de la nada, cuando bien podríamos entrenar cómodamente dentro de tu gimna-...
-Hmph… Hablas demasiado, Silver.- Vocifera autoritariamente y con frialdad el apático y alto sujeto quien lo acompañaba al adelantarle en su recorrido, interrumpiendo en el acto las palabras del pelirrojo cómo un repentino relámpago en medio de una violenta tormenta, hasta detener súbitamente su marcha en medio de un pequeño claro entre la infinidad de frondosos y verdes árboles por doquier alrededor de la dupla. -Por lo visto, todos estos largos meses qué has pasado en esos costosos internados en Sinnoh y Hoenn fueron en vano. Tu aún sigues siendo tan impaciente e indisciplinado cómo de costumbre.-
Silver titubeo claramente ofendido al tragar saliva por inercia, no solo reprimiendo internamente una protesta con todas sus energías hasta el punto de apretar y estremecer sus puños, sino qué luego esté opta por dirigir una cortante mirada en dirección a la ancha y bien definida espalda de su fornido acompañante, ahora a poco más de dos metros al frente de su posición, exhalando finalmente en silencio por su boca con el único fin de reprimir sus muchas emociones a flor de piel.
-Y-Yo… L-Lo siento, Papá. Uhh-… quiero decir Giovanni. S-Señor, uhhh-… No era mi intención el de-...
-Escucha esto muy bien Silver, porque espero qué te grabes lo qué te diré por el resto de tu vida. El talento sin siquiera una gota de disciplina o esfuerzo no valen absolutamente de nada.- Aseveró cínicamente el padre del pelirrojo en un tono firme y comedido al extremo, dándose luego media vuelta para así encarar de frente a su ansioso y confundido primogénito. -El talento, además, es una potente pero peligrosa arma de doble filo la cual solo será capaz de llevarte tan lejos cómo los demás te lo lleguen a permitir.-
-¿Qué el talento es un arma de doble filo?- El pelirrojo arqueo entonces una de sus cejas con suspicacia y rebeldía, observando muy extrañado y directo a los inexpresivos ojos de su padre cómo sí él fuese un completo desconocido para sí mismo. -No lo entiendo, Papá. ¿A qué te refieres con qué el talento solo me puede llevar tan lejos como los demás lo permitan?-
Pero Giovanni, por un corto periodo no mayor a una decena de insípidos segundos, se mantuvo en completo silencio ante la nueva interrogante de su hijo, teniendo su mirada fijamente puesta sobre un conjunto de exuberantes y firmes árboles con enormes nueces de color marron plantados a escasos diez metros de distancia, cerca del límite izquierdo del solitario y pacifico claro.
-Para responder mejor a esa pregunta, te diré exactamente lo mismo qué alguna vez me comentó uno de mis antiguos instructores durante mi juventud.- Advirtió el tan afamado líder de gimnasio en un tono menos severo y qué, por alguna extraña razón qué huía del entendimiento de Silver, llegaban en su concepto inclusive a rozar entre la melancolía y la nostalgia. -El talentoso, por su propia naturaleza y corazón, puede darle a un objetivo el cual los demás no pueden ver. Pero el genio, gracias al esfuerzo de su alma indomable, puede darle a un objetivo qué los demás ni siquiera pueden llegar a percibir.-
El pelirrojo volvió a trastabillar figurativamente al no saber cómo responder o reaccionar ante la continua y visible inexpresividad de su padre tras sus anterior comentario, sintiendo a la par cómo la cálida pero húmeda brisa típica de los últimos días de la primavera, y qué son tan comunes dentro de esté tipo de bosques cargados con vegetación, le comenzaban a mover y acariciar ligeramente su rojiza cabellera amarrada en una sencilla cola de caballo. Todo esto, mientras qué dentro de su propio subconsciente miles de otras interrogantes iban tomando más forma, entre tanto sus brazos instintivamente se cruzaron sobre su pecho antes de responder.
-Pero es que no creo qué entiendo a lo qué te refieres, Papá. ¿Corazón y alma?- Expuso Silver con inquietud y al negar lentamente con su cabeza. -¿Talento y genios? ¿Qué tiene todo eso qué ver con-...?-
-Dime Silver, ¿ves esos árboles repletos de nueces qué están por allá directamente a tu izquierda, cerca del límite del claro?-
En principio, Silver asiente con timidez, dirigiendo su atención sobre el conjunto de vistosos árboles qué ahora señalaba su progenitor al apuntar este con el dedo índice de su mano derecha. Una vez sucedido esto, el pelirrojo vuelve a observar de pies a cabeza a Giovanni, estado el vestido con una poco llamativa combinacion de sueter manga larga de color gris, jeans y zapatos de color negro, sumado a un sombrero de ala ancha, también de color negro pero con una gruesa franja en medio de color blanco, puesto sobre su cabeza.
-Bien, entonces quiero qué me digas, sin moverte de aquí, cuántos y qué pokémon crees que están escondidos entre las ramas de aquellos árboles.- Ordenó Giovanni luego de posicionarse a la derecha de Silver, lo qué ocasionó qué el pelirrojo sintiera una serie de repentinos escalofríos recorrer cada rincón de su espalda ante lo grave e intimidante de la voz de su padre. -Pero, antes de darme una respuesta, quiero qué te concentres muy bien y utilices todos y cada uno de tus sentidos. Toma esto cómo tu primera prueba ante mí, antes de comenzar oficialmente con tu entrenamiento.-
Sin decir más o quejarse del todo ante la súbita petición de su padre, el joven pelirrojo exhalo más aire por su boca al luego encogerse momentáneamente de hombros, asintiendo por segunda vez frente a Giovanni quien comenzaba a palidecer ante el suave tinte escarlata que el sol, ayudado en gran medida por la refracción de luz entre las nubes, comenzaban a proyectar sobre todo alrededor del bosque.
-De acuerdo, Papá. Haré lo que me pides.- Inmediatamente después, Silver aprieta voluntariamente sus labios resecos al volver a enfocar su total y completa atención sobre el conjunto de árboles los cuales Giovanni, escasos momentos atrás, había llegado a señalar. -Hmmm… Ok, veamos… Uhhh-...
Silver respiro hondo varias veces al examinar con su mirada cada rincón del conjunto de árboles en busca de algún tipo de indicio o pista, ya sea visual o auditiva, sobre la identidad de los supuestos pokémon escondidos entre sus ramas, intentando al mismo tiempo permanecer lo más sereno y calmado qué pudiese para de esa manera mantener su concentración en la tarea encomendada. Pero su corazón, en quizás un muy retorcido giro del destino, era un punto y aparte al no darse abasto, latiendo una y otra y otra vez con exagerada rapidez dentro de su pecho ante la cercanía de su propio padre para consigo mismo.
Sin embargo, ante aquellas circunstancias presentes, algo hizo un "click" metafórico dentro del pelirrojo, pocos segundos después, cuando este fue capaz de notar algo qué su propio nerviosismo le había forzado a pasar por alto.
-Esas parecen ser marcas cómo de pequeñas garras cerca de las raíces y también por todo alrededor del tronco.- Comenta sorprendido Silver para sí mismo ante su hallazgo, entre tanto esté seguía buscando más pistas para terminar de formular su hipótesis inicial. -¿Huuuh?... ¡U-Un momento, ya lo tengo! Ese tipo de marcas solo pueden significar qué-...
-¿Y bien?- Exclamó Giovanni a modo de pregunta para con el pelirrojo, nuevamente en un tono frío e impersonal. -Asumo que, por la expresión qué tienes en todo tu rostro, ya debes de saber de qué pokémon se trata, ¿o me equivoco?-
-¡Pikachu!- Replicó Silver de manera instantánea y directa, marcando aún más sobre sus labios una triunfal sonrisa cargada de prepotencia. -Y, sí no me equivoco, creo qué deberían de estar al menos dos o tres escondidos entre las ramas de esos árboles.-
-¿Y puedo preguntar porque asumes qué son específicamente Pikachu?-
-¡Fácil!- Contestó rápidamente el pelirrojo con inmediatez, emoción y soberbia en el timbre de su voz. -Esto es debido a las varias marcas de garras cerca de las raíces y también por todo alrededor del tronco del árbol. Al principio esto me llevó a asumir qué se podría tratar de otro tipo de pokémon roedor como quizás algún Rattata, pero estos son pokémon nocturnos y quienes prefieren alejarse de los extraños en favor de esconderse dentro de sus madrigueras a estas horas por la mañana. Por lo qué la única opción lógica y sensata, de un pokémon oriundo de esté bosque, y con ese tipo de pequeñas garras para trepar por los árboles para comer de sus frutos, sería solamente Pikachu.-
Sin mediar alguna otra palabra, Giovanni procede a dar unos cuantos pasos al frente sobre el pasto para poner distancia entre su hijo y él, sacando luego desde el bolsillo izquierdo de sus jeans una pokebola. -¡Rhyperior, sal ahora!-
En poco menos de un cuarto de segundo, y ante la atenta pero atónita mirada de Silver, un imponente y corpulento pokémon bipedo y de color gris chocolatoso se llego a materializar frente a la dupla, poco despues al abrirse la pokebola de Giovanni en medio del claro. Dicho pokémon, inmediatamente al salir, emite un firme gruñido ante su entrenador en espera de sus eventuales órdenes, mientras qué Silver se limitó a observar con desasosiego y de reojo el robusto recubrimiento de roca sólida alrededor de todo el cuerpo de Rhyperior, además de también apreciar lo afilados qué eran los dos cuernos estilo taladro qué esté poseía a la altura de su rostro y frente.
-¿A-Acaso esto es otra parte de la prueba?- Cuestionó nerviosamente el pelirrojo al sentir más escalofríos recorrer todo su cuerpo, posterior a tragar más saliva y mirando nuevamente en dirección a su padre. -¿P-Papá…?-
Pero, de manera muy similar a lo sucedido hace ya más de un minuto atrás, Giovanni decidió ignorar voluntariamente la pregunta de su hijo en favor de cruzarse de brazos sin ningún tipo de remordimiento. -Rhyperior, ¿serías tan amable de darle un pequeño cabezazo a esos árboles de por allá?-
El pokémon de tipo roca asintió en el acto tras volver a gruñir en réplica, dirigiéndose sin titubear hasta llegar frente a dónde yacían plantados los árboles señalados por Giovanni para entonces, en un rápido y certero movimiento, propinar un par de cabezazos a cada uno de estos.
Dicha acción, a su vez, provocó de inmediato no sólo la obvia caída en principio de varias hojas algo resecas y nueces de diferentes tamaños por todo el lugar, sino qué también logró ocasionar que un trío de escurridizos Pikachu perdieran el equilibrio, estando estos anteriormente escondidos entre las ramas, al posteriormente caer en sus cuatro patas contra el pasto.
Silver, mirando en primera fila lo ocurrido, no pudo evitar volver a sonreír de manera triunfal ante su poco emotivo padre, entre tanto el trío de pokémon de tipo eléctrico comienzan a correr despavoridos hasta perderse entre los matorrales y la espesa maleza del bosque.
-¿Lo ves, Papá? ¡Sí tenía razón después de todo!-
-Hmph… No deberías de cantar victoria tan rápido, Silver.- Anticipo Giovanni con visible disgusto al fruncir el ceño, negando aquí con su cabeza al encogerse de hombros y exhalar aire. -De verdad qué tu arrogancia no conoce límites. Tu desde siempre has sido demasiado prepotente debido a tu talento innato para todo lo qué tiene qué ver con pokemon, ¿pero de qué te sirve todo eso sí ni siquiera puedes notar algo tan obvio y qué estuvo siempre frente a tu propia nariz todo esté tiempo?-
-¿P-Pero de qué estás hablando, Papá?- Silver se sorprendió de sobremanera al incrementar con frustración el tono de su voz ante el último comentario de su padre, fijando ahora involuntariamente su mirada sobre los aún inexpresivos ojos de este. -¡Yo acerté correctamente al decir qué se trataba de Pikachu! ¡Y-Yo cumpli con tu prueba!-
-Sí, acertaste. Pero sólo a medias. Y eso para mí igual simboliza fracaso.- Refuta el líder de gimnasio de manera insistente, inmisericorde y tosca. -Ahora, solo mira más detenidamente cerca de las patas de Rhyperior y veras a lo qué me refiero.-
Aquí, muy a pesar de tener aún muchos de sus sentimientos a flor de piel, Silver decide tragarse metafóricamente su orgullo al enfocar su atención hasta dónde aún permanencia colocado Rhyperior, observando a sus pies y notando cómo, de un momento a otro, varias de las nueces de mayor tamaño sobre el pasto se comienzan a mover y poseían ahora pequeños pies y ojos.
-¿P-P-Pero qué rayos...?- Exclamó Silver claramente sorprendido, intercambiando nerviosas miradas tanto con Rhyperior cómo también con su apático padre. -E-Espera un momento… ¿A-Acaso esos son-...?-
-Así es, se trata del pokémon de tipo hierba conocido como Seedot.- Indicó Giovanni con severidad e ímpetu, interrumpiendo a la vez a Silver en sus palabras, cuando luego dichos pokémon comienzan a moverse por sí solos tras empezar a correr en dirección a los matorrales colindantes con uno de los límites del claro. -Pero ahora asumo qué por fin debes de entender a lo qué me refería antes, ¿o no? Tu tienes muchísimo más talento del qué crees, eso es obvio, pero tu falta de disciplina y tacto, en conjunto con tu arrogancia y soberbia, solo han provocado qué no hayas podido desarrollar tu potencial cómo es debido. A esté paso, tu arrogancia solo te terminará arrastrando y, sí no haces algo al respecto aquí y ahora, te puedo asegurar qué nunca triunfarás cómo entrenador.-
Por enésima vez en lo qué iba de esta cálida mañana, Silver se mostró igual de dubitativo y frustrado qué antes, bajando inconscientemente su mirada sobre el pasto a sus pies antes de amasar internamente el suficiente coraje como para dar otro sarcástico comentario ante su padre. -Tch… Ok, dejame adivinar, ¿esto también te lo dijo uno de tus antiguos instructores cuando eras más joven?-
Más, para su propia sorpresa, Giovanni se limitó a sonreír antes de negar un par de veces con su cabeza. -No, en lo absoluto. Aunque debo reconocer que esté tema lo llegue a discutir un par de veces con aquel a quien considere cómo mi más grande rival por muchísimos años en el pasado, antes de ambos tomar caminos muy separados el uno del otro.-
Silver permaneció estupefacto y confuso por un momento, como sí tratase de organizar sus muchas ideas tras ver en vivo y a todo color como su padre, por primera vez desde qué él recuerda que tenía uso de razón, dibujó en sus labios una sonrisa aparentemente genuina y hasta sincera.
-¿H-Huuh…? Espera, ¿tú en serio tuviste a alguien a quien consideraste como tu rival en el pasado?-
-Existen muchas cosas qué aún no sabes de mi, Silver. Ya sea eso para bien o para mal.- Adujo Giovanni tras dar otra serie de pasos más al frente, nuevamente al cambiar el semblante de su rostro por uno más acorde a lo monótono y grave de su voz. -En su momento te revelaré más cosas sobre mi pasado y cómo llegué hasta dónde estoy hoy en día, pero por ahora ya fue suficiente de tantas palabrerías. Ahora llegó el momento de tu siguiente prueba.-
-¿M-Mi siguiente prueba?-
Giovanni asintió a duras penas con su cabeza, sacando aquí otra pokebola de uno de los bolsillos de sus jeans, para posteriormente arrojar está a las manos de Silver, mismo quien reconoce esta como la pokebola del Ursaring de su padre.
Sin embargo, antes de qué Silver pudiese formular alguna otra palabra o pregunta en concreto, Giovanni se pone en marcha hasta llegar al otro extremo del claro junto a su Rhyperior. -Escucha, como tu segunda prueba del día, te enseñaré un par de estrategias muy específicas para que puedas lidiar con la presión y la desventaja de tipo en un combate real. Por lo que espero que estés preparado, ya que esto no será para nada fácil.-
Silver parpadeo por reflejo tras asentir con convicción, observando y apretando entre sus dedos la pokebola de Ursaring por breves momentos. -De acuerdo, no tengo problemas con eso.- Replicó el pelirrojo con decisión y seguridad. -En ese caso daré mi mejor esfuerzo y ya verá que, en estas dos semanas que tengo antes de que comience mi nuevo internado en la región de Unova, yo aprenderé todas y cada una de tus estrategias de combate. ¡Esto te lo garantizo!-
Torre de Radio, Cuarto Piso Dentro de la Cabina de Grabaciones, Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 3:06 P.M
Teniendo su corazón palpitando a más de mil por segundo dentro de su pecho, Crystal no pudo evitar titubear con terror y nerviosismo al observar con desasosiego lo que acababa de acontecer frente a sí misma. Ella, intercambiando después efímeras miradas de reojo con el pelirrojo y el Sneasel puesto aún sobre el hombro del profesor Oak, se limitó a tragar saliva mientras que su subconsciente intentaba con locura buscarle lógica a toda esta situación.
-¿S-Silver...?-
Los labios resecos de Crystal comenzaron por moverse por sí solos con miedo e incertidumbre, temblorosos y cómo gelatina, en un pobre intento por externalizar de alguna forma todos y cada uno de sus conmocionados sentimientos, tras observar incrédula de pies a cabeza a Silver junto al sombrío sujeto a su lado quien se había proclamado cómo el nuevo líder del Equipo Rocket.
Pero, a pesar de lo ocurrido, y tomando muy en cuenta sus muchas emociones combatiendo violentamente dentro de su ajetreado subconsciente, ningún tipo de sonido con algo de coherencia fue capaz de escapar o generarse de entre la garganta y boca de la futura profesora. O al menos nada más qué inteligibles y débiles alaridos frente a una macabra situación qué estaba por lejos demasiado apartada de su propio control.
-¿Y bien?- Vocifera Archer a modo de pregunta al mantener en su voz una forzada mezcla entre cinismo y amabilidad, poco antes de separar su espalda de estar apoyado en contra del marco de la puerta de metal que conectaba con la antesala contigua de la cabina. -¿Debo asumir que su silencio implica que cooperaran con nosotros cómo tan amablemente les sugerí o es que-...?-
-¿Puedo preguntar por qué están aquí?- Cuestionó Oak con valentía y cautela al interrumpir de manera sutil lo expresado por Archer. -¿Qué gana el Equipo Rocket con hacer todo esto en un lugar lleno de civiles inocentes cómo nosotros?-
Archer aquí se tomó un par de exasperantes segundos para sí mismo antes de otorgar una respuesta en concreto, colocando antes una pícara sonrisa en sus labios tras dar una pequeña serie de pasos para acercarse al alargado escritorio en dónde Oak, Mary y Crystal no solo yacían sentados alrededor del mismo, sino qué también aquí eran en dónde reposaban los diversos equipos, micrófonos, consolas de sonido y demás instrumentos de grabación los cuales facilitaban y controlaban la transmisión de todos los programas radiales de la torre.
-Esa, mi estimado profesor, es una excelente y muy válida pregunta.- Reconoce Archer nuevamente con cinismo, mientras qué ahora observaba en dirección a la consola de sonido incrustada en el escritorio para cerciorarse de qué esta no estuviese transmitiendo sonido alguno sin su consentimiento previo. -Pero temo informarle qué aquí el qué hace las preguntas de ahora en adelante soy yo. ¿O es qué acaso está obviando el pequeñísimo detalle de qué, con tan solo un chasquido de mis dedos, el Sneasel de mi compañero podría acabar con la vida de todos ustedes al rebanar sus gargantas?-
Teniendo plasmado en su rostro una expresión igual de opaca y lúgubre que la de su propio entrenador, Sneasel procede a juntar aún más sus afiladas garras contra el cuello desnudo de Oak, provocando en paralelo qué el veterano académico frunciera casi qué por inercia su arrugado ceño con desdén, pero manteniendo en contraposición una mirada desafiante dirigida a la dupla de recién llegados.
Por consiguiente, Mary, permaneciendo aún sentada a pocos centímetros de Oak al presenciar con nerviosismo aquel repentino despliegue por parte de Sneasel y Archer, sólo pudo llegar a tapar su boca horrorizada con ambas manos para intentar inútilmente suprimir el latente miedo qué carcomía y hasta llegó a paralizar la gran mayoría de sus articulaciones
No obstante, Crystal, por su parte, estando aún extremadamente anonadada y sin encontrar el aparente porqué de todo esto, se limitó únicamente a continuar examinando de reojo en dirección a Archer y Silver, toda vez qué el pelirrojo se mostraba visiblemente muy fuera de sí al ignorar activamente la presencia de esta última cómo sí ambos fuesen completos desconocidos.
-E-Esto no puede ser normal, esto no debería de estar pasando. Tanto el comportamiento de Silver, cómo también todo lo qué está ocurriendo aquí, carecen de toda lógica o sentido.- Objeta internamente una más ajetreada Crystal entre dientes y apretando con rabia sus puños. -El Silver qué yo conozco jamás se volvería a aliar voluntariamente con el Equipo Rocket o seria participe de algo cómo esto, a no ser qué-...
-Aunque sabes Oak, tengo qué reconocer tus enormes cojones al preguntarme algo cómo eso en tu posición. Quizás sea porque en el pasado fuiste uno de los entrenadores más hábiles de todo el mundo al lograr incluso convertirte en campeón de liga, más temo decirte qué nada ni nadie, inclusive un veterano entrenador tan osado cómo tú, podrían interferir ahora en mis planes sin antes comprometer de muy mala manera la seguridad de todos en esté lugar.- Anticipa Archer con frenética efervescencia, dirigiendo a la vez una desafiante mirada a Silver para luego volver a enfocar su total atención sobre el investigador y las chicas quienes lo acompañaban. -Porque tenlo muy por seguro, Oak. Yo no soy de dejar cabos sueltos. Sí yo llegase a caer aquí sin antes cumplir con mi misión, y mis subordinados estacionados en todos los demás pisos de esta torre no tienen la más mínima noticia de mi paradero o de mi en los próximos diez o quince minutos, entonces ellos ya tienen órdenes muy explícitas de cómo proceder en ese remoto caso. Pero de todas formas te daré un pequeño adelanto cómo símbolo de buena voluntad.-
Archer, de manera espontánea, detuvo voluntariamente sus palabras tras exhalar una modesta bocanada de aire, acción qué no hizo más qué desbordar la palpable tensión entre todos los presentes dentro de la cabina. Acto seguido, el ahora líder del Equipo Rocket se desplaza al posicionarse entre Oak, Sneasel y Mary, inclinando luego su cuerpo a la altura de sus rostros. -Lo qué sucedería en ese caso sería sólo comparable al fuego y a la destrucción de todo lo qué ustedes conocen y aman en esté mundo.-
-¿F-F-Fuego y destrucción?- Repite Crystal para sí misma con temor, entrelazando posteriormente breves miradas cargadas de desesperación y angustia con Silver por segunda vez desde qué él hizo acto de presencia en la cabina. -¿H-Huuh…? Un momento, ¿acaso esas no fueron las palabras exactas qué Morty utilizó al profetizar ante Gold sobre el posible regreso de Ho-Oh y Lugia? ¡Maldición, esto es malo! ¡Realmente malo…!-
En respuesta, Oak apretó parcialmente sus labios en señal de enfado, poco después de haber intercambiado en silencio efímeras miradas con Crystal y Mary, explorando con extrema rapidez dentro de su psique algún tipo de solución a esté grave predicamento en el qué se encontraban. Pero, mientras más él lo intentaba analizar con el pasar de los segundos, más el veterano investigador se convencía de qué todo lo expresado por Archer era cierto y sus opciones de salir airosos eran prácticamente nulas.
Llegado a esté punto, Oak tenía qué reconocer qué no se podía dar el lujo de arriesgar la vida de todos los civiles dentro de la torre solo por su mancillado orgullo como entrenador, en especial teniendo ahora a escasos milímetros de su cuello las afiladas garras de un Sneasel. Por tal motivo, y, muy a regañadientes, él terminó por aceptar qué la única salida viable era la de cooperar con sus captores con tal de no poner en riesgo la seguridad de nadie más.
-De acuerdo, Archer.- Respondió insipidamente Oak, encogiéndose esta vez de hombros con aparente resignación. -Entonces, ¿qué es lo qué deseas exactamente de nosotros?-
Archer no pudo evitar el volver a plasmar una muy macabra sonrisa en regocijo ante la aparente pasividad de quien es considerado cómo el investigador pokémon más importante de la actualidad. -Ya lo había dicho antes, profesor. Solo deseo la cooperación de todos ustedes.- Expresa Archer, forzando nuevamente su voz al intentar suavizar la entonación de sus propias palabras. -O, para ser un poco más específico, deseo utilizar su programa para qué mi pupilo aquí presente de un muy importante mensaje a todos quienes los escuchan alrededor del mundo. Una vez eso suceda, le doy mi palabra de qué nos marcharemos de aquí sin hacerle daño a nadie.-
En menos de una pequeña fracción de segundo, no solo Mary tragó pesadamente saliva y Oak volvió a apretar sus labios con recelo, sino qué fue en ese preciso instante en el tiempo en donde todas las piezas mentales comenzaron a encajar dentro del subconsciente de Crystal, al estilo de un complejo rompecabezas, cuando luego la mirada de todos ellos se llegaron a clavar, cómo afiladas dagas envenenadas, en dirección al cabizbajo pelirrojo.
-¡Creo qué ya lo tengo! Archer, de alguna u otra forma, debe de estar forzando a Silver para ayudarle a atraer a Giovanni de regreso al Equipo Rocket con esté "mensaje" qué planean dar. Y, al menos hasta dónde pude notarlo, él no parece estar bajo el control mental de algún pokémon, por lo que la única forma en la qué Silver sería partícipe voluntario es solo sí ellos supiesen qué Lucia está aún con vida.- Destaca ansiosamente Crystal dentro de su subconsciente, pero sin despegar siquiera por una milésima de segundo su atención de todo lo qué sucedía alrededor suyo al momento en el qué Oak y Mary, de muy mala gana, empiezan a volver a calibrar tanto la consola de sonido del escritorio, cómo también los demás instrumentos necesarios para la transmisión de su programa. -Sí… Creo que eso es lo qué debe de suceder aquí. Aunque eso no explica del todo el porqué de la actitud de Silver, ¿o quizás sí lo hace? Hmmm… Lo único qué se me viene a la mente para explicarlo es qué Archer pueda desconocer qué Silver y yo nos conocemos de antes, ¿pero qué tan segura puedo estar de algo cómo esto dada la situación en la que nos encontramos? Sí yo diese un paso en falso, o sí digo algo de más cuando no debo hacerlo al revelar mi amistad con Silver en el caso de que Archer no esté anuente, entonces-... ¡No, no puedo dudar de mi misma en esté momento! La vida de cientos de personas en esté lugar dependen de que, aquí y ahora, yo tome cartas en el asunto, y creo saber exactamente lo qué tengo qué hacer por más peligroso qué eso resulte para mi. Sí yo tuviese que dar mi vida con tal de evitar una catástrofe, entonces con gusto lo haría, pero debo de evitar a toda costa qué ellos se salgan con la suya y de paso hacerles perder el mayor tiempo posible dentro de esté lugar. Quizás solo así yo pudiese redimirme ante los ojos de mi Gol-...
-En marcha, Silver. El escenario es todo tuyo.- Indicó Archer para con el pelirrojo con aires de superioridad en su voz, guiñando en primera instancia uno de sus ojos ante él, para entonces utilizar su mano izquierda para señalar qué este último se acercara al escritorio. -Ya sabes lo qué tienes qué hacer, así que no perdamos más tiempo. Tu mejor qué nadie sabes qué tenemos una agenda extremadamente apretada para el día de hoy. El tiempo es oro, muchacho.-
El pelirrojo titubeo con marcada indecisión en su rostro, cómo sí se debatiera con intensidad sobre lo qué tuviera qué hacer dentro de sí, no sólo reprimiendo muy en su interior un ahogado y desesperado grito de auxilio visible en sus ojos, sino qué luego él aprieta sus puños hasta el punto de estremecer todo su cuerpo.
-A-Aqui ti-tienes tu micrófono.- Señala Mary entre tanto, aún con muchísimo miedo y con voz entrecortada y al borde de las lágrimas, luego de mover sobre el escritorio un micrófono alargado y con la forma de un pequeño tubo de cañón de color negro en la dirección en dónde aún yacía colocado Silver. -T-Tu solo indícame cuando comenzaras a hablar y luego yo me encargaría del resto.-
Para todos los presentes, el pequeño lapso de tiempo en el qué Silver se desplazó desde su posición, al otro lado de la cabina, hasta cuando él se acercó de lleno al escritorio puesto en medio del lugar, colocándose de inmediato a la derecha de Crystal, pareció durar más una eternidad a simple vista, incluyendo aquí a un muy expectante Archer.
De la misma manera, Silver luego estira lentamente su mano derecha en busca del alargado micrófono qué anteriormente Mary había movido sobre el escritorio en su dirección, posicionando el mismo frente a él con delicadeza. -De acuerdo… Estoy lis-...
-Ustedes desean darle a conocer al mundo sobre el regreso del Equipo Rocket.- Expresó Crystal en voz alta y con seguridad, cosa qué atrajo de inmediato la completa atención de todos por igual dentro del lugar. -Pero no es solo eso, no señor. Es más qué obvio qué su verdadero objetivo con este tan patético teatrito de mala muerte es atraer de regreso a Giovanni, ¿o acaso me equivoco?-
