Época feudal
El anaranjado amanecer iluminaba el rostro de la joven mujer, quién seguía los pasos de su tío, mientras no paraba de pensar en el encuentro con su padre
- ¡Inuyasha dijo mi nombre! - gritó emocionado el zorrito - ¡Pudo reconocerme!
La morena mantenía la vista en el mismo lugar en el que había aparecido el hanyo, aún con la duda de si había sido real o no
- Tío Sesshomaru...
El demonio, quién había reanudado su caminata, se detuvo, mirándola por sobre su hombro
- Moroha - la cara del niño se contrajo un poco al ver las lágrimas en su rostro- ¿Estas bien?
- Eso... no fue una ilusión ¿verdad? - su voz se entrecortaba - Realmente... ¿era mi papá?
Sesshomaru volteó, siguiendo su camino
- Era real
La morena sonrió ampliamente ante aquella respuesta, mientras no dejaba de llorar
Su aroma... fue... fue tan nostálgico volver a sentirlo
Puso sus manos sobre sus ojos, ahogando el llanto, mientras giraba y reanudaba su caminar
- Moroha - la voz del niño la devolvió a la realidad - ¿Te encuentras bien?
- Si - sonrió, cerrando sus ojos - Sólo... no me esperaba esto - suspiró
- Lo sé, yo tampoco tenía pensado volver a ver a Inuyasha, pero... -hizo una pausa, mientras una inevitable sonrisa se formó en su rostro - Me alegró mucho hacerlo ¿sabes?
- A mi igual... no sabía... que lo necesitaba tanto
Continuaron caminando durante unos minutos más, hasta detenerse frente a la fortaleza
- ¿La aldea de los exterminadores? - preguntó, confundida - ¿Por qué vinimos hasta aquí?
Entonces... ¿realmente estamos aquí por eso?
Pensó el niño, observando la espalda del youkai
La puerta comenzó a bajar lentamente
- ¿Acaso ya sabían que veníamos? - se paró a su lado, sin obtener respuesta
La puerta cayó, levantando una nube de polvo que, al disiparse, dejo ver a la líder de los exterminadores, con una expresión absorta en su rostro
Es él... realmente es él
Pensó, sin modificar su cara. La joven se encontraba en el taller, junto con Gyo, cuando percibió el particular aroma de su padre. Incrédula, salió del lugar en dirección a la puerta para percatarse de que no venía sólo, su prima y Shippo estaban con él
- Padre - pronunció con su voz entrecortada
Los ojos de Sesshomaru poseían un brillo nostálgico, sin embargo, su rostro permaneció inmutable. Comenzó a caminar, ingresando a la fortaleza, seguido de Moroha y el niño
Se detuvo al frente de su hija y, contra todo pronóstico, colocó su mano en su mejilla, al mismo tiempo en que la morena cerraba sus ojos y una lágrima rodó por su mejilla
- ¿Desde cuando Sesshomaru es tan demostrativo? - murmuró, sobre el hombro de la mujer
- Shhh... Shippo, te puede oír
El youkai retomó su andar
- Setsuna - abrazó a su prima, quién correspondió de inmediato
- Vaya, parece que todos están sensibles
- Shippo - entrecerró sus ojos, golpeando levemente la cabecita del niño
Ambas se apartaron, redirigiendo sus orbes castaños y morados al demonio, quién se había apartado unos metros
- ¿Por qué vinieron hasta aquí? - preguntó la hanyo
- No lo sé... el tío no me dijo ni una sola palabra, como siempre
- Yo tengo una teoría - intervino el niño
- ¿Y lo dices hasta ahora? - se quejó
- Bueno, es que no estaba muy seguro que digamos
Continuaron caminando en dirección de la tumba de la sacerdotisa
- ¿Seguro que fue una buena idea venir? - preguntó la mujer, mientras ingresaban a la institución
- Bueno, el padre de Inuyasha dijo que debíamos pasar desapercibidos - respondió suspirando
- ¿Se encuentran bien? - preguntó Inu No Taisho cuando todo había terminado, regresando a su forma normal
- Eso creo - respondió el castaño, suspirando profundamente
- Muchas gracias Miroku y Kikyou - se aceró el hanyo - De no ser por ustedes, el infierno nos hubiera arrastrado a todos
- Sólo hice lo que tenía que hacer - le devolvió la sonrisa, la mujer no respondió
- No comprendo... - intervino Kagome - ¿Por qué ellos están con Naraku?
- ¿No lo recuerdas Kagome? - preguntó Sango
La morena meneo la cabeza, para sorpresa de casi todos
- Kagome... tú... ¿Tú de verdad no recuerdas nada?
La chica no respondió. Inuyasha desvió su mirada hacía su padre, quien parecía tener el mismo nivel de confusión, expresado en su rostro
- Algo está bloqueando los recuerdos de Kagome - se acercó la sacerdotisa - Percibí una energía maligna muy poderosa tratando de aferrarse a ella
Él youkai no dijo nada, pero su rostro hablaba por si solo, definitivamente no estaba en sus planes la posibilidad de que, uno de ellos, no fuese capaz de recordarlo todo
- ¿Qué haremos ahora? - preguntó el monje - Los siete guerreros se han unido a Naraku nuevamente y, supongo que no debo explicar lo que pasó en su momento
- ¿A que te refieres? - preguntó, confundida
- Te lo explicaré luego - respondió Inuyasha - Por el momento... debemos estar alerta o podemos salir lastimados, como mínimo
- Tienen que continuar con sus vidas normales - pronunció Inu No Taisho
Todos lo observaron, incrédulos y preocupados
- ¡¿De que hablas?! - el peliplata fue el primero en protestar - ¡Ya todos recordamos el pasado, era eso lo que querías, ¿no es cierto?! ¡¿Por qué arriesgar nuestras vidas de esa manera?!
- Inuyasha tiene razón - acoto el castaño - Sería muy fácil para Naraku el atacarnos, puesto que, seguramente, ya conocen nuestras rutinas
- Y si los siete guerreros ahora son sus aliados, también conocen el funcionamiento de la escuela
- Los chicos tienen razón, señor Taisho - lo miró Kikyou - Continuar como si nada sólo empeoraría las cosas...
- De acuerdo... comprendo lo que dicen, sin embargo, el hecho de que todos abandonen sus clases, sumado a los guerreros, provocara la sospecha y el acoso por parte de las autoridades de la institución...
- ¿Qué es lo que quieres decir?
- Dado que las señoritas Kagome y Kikyou parecen ser el blanco principal de Naraku y Onigumo, lo mejor es que nosotros seamos quienes vengan aquí... además, si hay alguna actividad sospechosa, la descubriremos de inmediato
- Es verdad - suspiró - Sólo... espero que Kohaku esté alerta - miró el suelo - Yo... no me perdonaría jamás si vuelve a caer en las manos de Naraku
- Tranquila - la miró, sonriendo tiernamente - Yo me encargaré de protegerlos
- Muchas gracias excelencia - le devolvió la sonrisa
Caminaron unos segundos más, subiendo las escaleras del edificio
- Oh, con que ahí están - los intercepto el lobo - Necesito hablar con ustedes dos
Los jóvenes se miraron entre si, mientras el joven comenzaba a caminar en dirección de la biblioteca
- ¿Qué se supone que haremos aquí? - se quejó Jakotsu - Ya tenemos nuestras armas, podemos acabar con el hermoso de Inuyasha y los demás
- Parece que ustedes no aprendieron nada de la vida pasada - intervino Naraku - Esta vez no sólo nos enfrentamos a ellos
- ¿A que te refieres? - preguntó Kyokotsu, sentado en un rincón
- El padre de Inuyasha está con vida aquí... y es mucho más astuto y peligroso que él y Sesshomaru... por lo que, sus movimientos deben ser cuidadosos
- Esto es demasiado aburrido - se quejó Mukotsu - Pensé que iríamos a aniquilarlos de inmediato
- Y es por eso que tú fuiste el segundo en morir - respondió Bankotsu - Dejen de ser tan precipitados
- Oye... - Kyokotsu entrecerró sus ojos ante ese comentario - No fue gracioso...
- Tú fuiste demasiado altanero - se burló Renkotsu
- Es verdad - intervino Ginkotsu - Un simple lobo fue capaz de aniquilarte
- Mira quien habla...
- Mi caso fue diferente - se cruzó de brazos - Yo elegí morir
En ese momento, Onigumo ingresó al templo y, de manera inmediata, se dirigió hacia su compañero
- Naraku - pronunció nerviosamente
- ¿Qué es lo que ocurre? - preguntó sin observarlo
- La estrella - la tomó, abriendo la palma de su mano - Ha estado inquieta desde el ataque de anoche
El amuleto emitía un curioso y poderoso brillo morado, el cual parecía intensificarse conforme pasaban los segundos. De un momento a otro, comenzó a elevarse, ante la atónita mirada de todos los presentes y, sin previo aviso, se incrustó en el pecho del ser, quién emitió un sonoro grito de dolor
Naraku...
- ¿Souruītā? - se sorprendió, al ver a la deidad del inframundo aparecer frente a sus ojos
- Utilizaron el portal al inframundo, ¿no es así? - preguntó con aquella espantosa voz demoníaca
- Así es señor... nosotros...
- ¡¿Y POR QUÉ ESA SACERDOTISA NO ESTÁ AQUÍ, CONMIGO?! - gritó, ensordeciendo al ser
- Creímos que, tal vez funcionaria, sin embargo, no contábamos con que lograrían escapar
- Son unos inútiles...
- Señor...
- El tiempo se les acaba Naraku - hizo una pausa - No liberé sus almas de este putrefacto lugar, ni les entregué sus cuerpos por nada... tráiganme a esa sacerdotisa... o regresarán con la misma facilidad con la que salieron de aquí
El youkai regresó a la realidad, percatándose de que se encontraba en el suelo, rodeado por los guerreros y su compañero. Se sentó, al mismo tiempo en que la estrella se desprendía y caía al suelo
- ¿Te encuentras bien? - preguntó el bandido
Sin responder, se puso de pie, dándoles la espalda
- Ustedes... vayan en busca de Inuyasha y Kagome - los miró por sobre su hombro - Tráiganlos aquí... y tú Onigumo, ven conmigo... tenemos que hablar
- Ya lo oyeron chicos, en marcha - pronunció Bankotsu, tomando su Bankryu, mientras los demás también tomaron sus armas y comenzaron a seguirlo
Aprovecho este capítulo para anunciar que éste fic va a tener una segunda parte... El motivo principal es que, si continuo de la manera en la que deseo, la historia se extendería demasiado y terminaría perdiendo el hilo de la trama, por lo que, decidí dividirla en dos partes y, de paso, realizar la segunda de una manera un poco diferente, siempre tratando de no perder la calidad.
Estoy en condiciones de afirmar que nos adentramos en la recta final de esta primera parte :)
¡Muchas gracias a quienes dejan sus reviews y me dicen lo que piensan, siempre los leo!
¿Qué les parece este fanfic? Si alguien quiere responder, con gusto los leeré :)
