Disclaimer 1: Fanfic sin ánimos de lucro. The Loud House es creación de Chris Savino, propiedad material de Nickelodeon Intl, y está bajo licencia de Viacom International Media y Jam Filled Entertainment.

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Salva la familia

VI

Los frascos y el botellón vs Lori

Royal Woods, Michigan

17 de junio de 2033

7:42 am

La cocina de los Loud

Para ser franca, Rochelle no entendía por qué sus padres prepararon unos frascos con la leyenda Obscenidades escrita en sendas etiquetas. Solo hasta que un vez en la iglesia a su madre se le escapó una vulgaridad fue que entendió el por qué. Y haciendo un recuento de las más fuertes…

8 de abril, su padre sonó el claxon a una anciana y un chico que iba con ella la parrilla del auto. Eso provocó que en el taller de la tía Lana el prometido de esta, un chico de nombre Skipps, le dijera que la cuenta sería elevada, respondiendo con una patada a una caja de herramientas soltando un "Hijo de…" rematando con algo que, para su comprensión inicial, Rochelle no supo interpretar.

13 de abril, a su madre se le escapó un billete de cincuenta dólares, gritando a todo pulmón un ¡Puta madre! Cuando pasó la charola de las limosnas. Peor todavía, una mujer anciana que se parecía a la señora Dombrowski le increpó por soltar majaderías en español, a lo que su madre respondió con un "¡métase sus asuntos por el culo!", cosa que terminó por hacer que los echaran del lugar.

14 de abril, el anciano señor Phillipini se negó a darle cambio a su padre por un raspado. Toda su frustración aporreando un contenedor de basura totalmente oxidado y encima le apareció un mapache rabioso que le provocó heridas mientras soltaba todo su repertorio de insultos.

19 de mayo, de nuevo su padre tuvo un arranque de ira, se rompió varios dedos al atorarse con una banca en el parque durante el festejo de su cumpleaños.

Y finalmente la última semana del mes dicho. Un panal de avispas le cayó encima a sus padres, partiéndose en mitades que soltaron una marejada de los susodichos bichos. Mientras corrían en círculos, soltaban toda clase de improperios que hasta los vecinos se escandalizaron y no fueron a trabajar en casi dos semanas en lo que se bajaba la hinchazón de tantos aguijones en carne viva.

Invariablemente todas tenían algo en común. En cada oportunidad sus padres dejaban cierta cantidad de dinero en los frascos que, por alguna razón, cambiaron a un botellón de agua cuya tapa abrieron para dar cabida a una rendija por donde, a lo mucho, hay paso para monedas hasta de un dólar.

Agradece que no tengan visita del tío Carlino. De por sí se la pasaba ninguneando a su padre para hacer comentarios de un tal Laird por el simple hecho de que era millonario y una amiga de su madre le "echó los perros" como para tener que recibirlo siquiera con los brazos abiertos. De haber pasado un tiempo con ellos justo ahora, ese botellón estaría a menos de la mitad y ni locos se permitirían tenerlo cerca.

Por ello, cuando el calendario marcó ya un mes pasado el cumpleaños de Lincoln las cosas pudieron salir mejor, ya que el piso donde estaba el botellón simplemente se quebró en el desayuno por todo el peso.

-Que bueno que la mayoría eran cincos y dólares -suspiró irónica Ronnie Anne.

-¿Qué era esa botellota, mami? -preguntó Rochelle.

-¿Recuerdas esa charla que tuvimos de ciertas palabras que papi y yo nos decimos cuando… nos damos "cariñitos"? -preguntó Ronnie Anne, algo conciliadora, mientras que Lincoln se volteaba un tanto incómodo- Cuando mami y papi decimos esas palabras sin darnos esos "cariñitos" se convierten en palabras que no le gusta escuchar a la gente.

-Como los que nos sacaron de la iglesia o lo que soltamos cuando nos picaron las avispas en mi cumpleaños -añadió Lincoln-. Creo que debimos olvidar las que nos salen por instinto de supervivencia.

-Le pregunté a mamá y dijo que estaba bien -aclaró Ronnie Anne-, es lo que la tía Frida hacía con Carl con cada estafa, embuste o engaño que hizo por un año.

-¿Sirvió de algo? -preguntó Lincoln.

-No, pero me dio la idea.

-No sé que será peor. Recoger moneda a moneda por todo el sótano o arreglar el piso y el sótano -suspiró Lincoln.

-Si, lo sé. Ve a buscarme la escalera y algo de madera -instruye Ronnie Anne-. Levanta ese dinero cuando regreses.

-¿Y yo que hago? -preguntó Rochelle mientras Lincoln salía.

-Ve por las monedas de papi -sugirió Ronnie Anne-. Le vamos a jugar una broma antes de que vayas a tu último día de escuela.

-¿Esas que me dijo que no tocara?

-Si.

No pasaron ni cinco minutos desde que Lincoln salió cuando un auto se frenó delante de la casa, soltando un bocinazo que recordaba a La Cucaracha.

De este, un Ford Fiesta del año en color azul marino, bajó una mujer rubia con peinado Bob a los hombros, pantalón de color hueso y una polera sin mangas celeste. La cara que tiene es de la honda frustración y, a como iban las cosas,

Para sus treinta y cuatro años, Lori se veía aparentemente bien, pero con lo mal que empezaron las cosas al casarse y lo peor que iban poniéndose día con día de a poquito en cada oportunidad,. Entre numerosos entrometimientos de la familia Casagrande, el constante acoso de Carl, los coqueteos descarados de una pareja en su trabajo y la agonizante esperanza de hacerse golfista profesional que una vieja amiga de la universidad masacró iban mellando el romance entre ella y Bobby.

-¡Ese maldito infeliz! -bramó Lori, pateando a cada paso el pasto, los pocos juguetes regados y un balón que regresó y lo pinchó con el tacón de aguja de su zapatilla derecha- ¡Ese grandísimo estúpido!

-¡Ya cierra la boca, Loud! -gritó Taylor desde la puerta, recibiendo una piedra que fue pareada antes de llegar a los escalones del porche y siendo noqueada en el acto.

-¡Tú ni te metas, vaga delincuente! -tronó Lori hacia Taylor tras golpearla y empujando la puerta al ser recibida- ¡Ese grandioso estúpido! ¿Por qué, de todos los seres humanos, tenía que ser tu hermano?

-¿Algún problema? -cuestionó Ronnie Anne, algo atribulada.

-¡Todo mi maldito matrimonio es el problema! -exclamó Lori- Roberto, ¡tu estúpido hermano!

-Yo no hablo pestes del tuyo y me casé con él -dijo Ronnie Anne-. ¿Qué hizo para que hables así?

-¡El muy rastrero se fue con la estilista de enfrente a cortar el cabello! ¡Y no es la primera vez!

-¿Solo por eso?

-Había señales desde hace años, Ronalda -afirmó Lori, dolida en su rabia-. Se dormía primero, apenas comía en casa, olía a otros perfumes… ¿Y sabes qué fue lo peor? En su teléfono tenía a una tal "Margarita". ¿Quién rayos se llama Margarita?

-La est…

-Y el colmo es ¡que lo hizo a días de nuestro aniversario de bodas! -lloró por fin cortando de tajo toda explicación racional que quisieran darle.

El proceder de Lori le parece de lo más estúpido. Aunque su relación nunca fue buena desde el principio, por lo menos Ronnie Anne trató de mostrarse cortés. Amable, por mucho, aunque la verdad Lori jamás lo hizo fácil. Antes de mudarse a Great Lakes City la antipatía era patente porque sentía que le estaba robando tiempo con él. Si bien fue mucho más tolerante desde el desastre que fue su cita doble, lo cierto es que ni la distancia ayudó mucho, dejando que en la primera oportunidad él se pusiera pesado con el Mercado y con su relación. Y aunque por Carl supo en una de esas poquísimas veces que le dio información de fiar de lo celoso que era, pronto descubrió que esos celos hacia un tal Ewan eran por un malentendido sin el más remoto sentido.

Después de eso, hubo otras cosas de las que se enteró, empezando por el que, al mes de casados, tuvieron una discusión que mandó a Lori de vuelta a casa un par de semanas al menos cada tres o cuatro meses entre la primera Acción de Gracias que pasaron como marido y mujer hasta que sus padres se mudaron a unas calles con las cinco menores y le dejaron la casa a Lincoln hace apenas dos años. Luego fueron largas sesiones al teléfono o por videochat que dejaron de hacerse porque los celos de ella ya eran demasiado para cualquiera en las dos familias.

Conteniendo cualquier impulso de cometer alguna estupidez, Ronnie Anne se limitó a tener en mente la idea de que los Loud son demasiado sentimentales cuando hay decepciones mientras su cuñada se descargaba en su pecho, enlistando los fiascos que el resto ha pasado.

Leni, cuya relación con Gavin se fue al caño gracias a Lana, Luan, quien sorprendió a Benny y a Luna en la cama y sacó todo de contexto, Luna y la borrachera que se pegó cuando una novia que tuvo se graduó antes que ella… Lynn y un segundo incidente relacionado a una botarga de ardilla por el que fue expulsada de la liga juvenil AA de Béisbol escolar de la ciudad… o más reciente, sus suegros enterándose de que Lola, con el dinero de la beca que a duras penas consiguió, compró una cámara y equipo de iluminación para empezar junto con Lana una sala de webcam erótica. ¿Lisa? Brilla por la falta de comunicación. Ni hablar de Lily, que anda igual, o Lucy, que va por su segundo matrimonio… de hecho, eso último le es gracioso.

Para cuando Lincoln volvió, fue puesto al tanto. Lori, ya más calmada pero todavía molesta, fue por mero reflejo a la habitación de la pareja a descansar del trajín de haber estado tres horas en carretera y una en el tráfico de Great Lakes City y se dedicaron a recoger el desastre del botellón antes de arreglar el piso de la cocina.

-Bonita forma de empezar las vacaciones de verano, ¿no? -ironizó Lincoln- Pasar el día recogiendo monedas, arreglando la casa y aguantando a Lori cuando hace nuestros sus problemas.

-¿De casualidad sabes si no la dejaron caer de cabeza? -preguntó Ronnie Anne al poner la escalera bajo el boquete.

-La verdad, no -respondió Lincoln, enfocado en recoger monedas.

-Actúa como si eso le hubiera pasado.

-¿Crees que se le pase pronto? -preguntó Lincoln.

-Se escuchaba muy alterada, pero ¿yo que sé? -dijo Ronnie Anne, como si el asunto no fuera de su incumbencia- Solo soy la cuñada.

-Vamos, Ronna. ¿Desde cuándo la conoces? -dijo Lincoln, algo persuasivo- Hay cosas de ella que ni sabía o que sepa como qué le gusta en la cama o por qué come una menta antes de…

-¡Lincoln! -chistó Ronnie Anne, exaltada, por semejante idea que se hizo en mente.

-Siempre come una menta antes de cada comida desde la universidad -aclaró Lincoln-. Dice que le ayuda con su peso… qué raro. ¿Qué hace aquí un zloty aquí? -preguntó sorprendido.

-Ni idea -dijo Ronnie Anne encogiendo los hombros.

-Ugh… ¡Luan! -gritó Lincoln, yendo a buscar su teléfono a la sala.

-Tú lo has dicho, Linc -sonrió burlona Ronnie Anne una vez que Lincoln salió de su vista-. Una bonita forma de empezar las vacaciones de Rochelle.

El primer fin de semana con Lori fue algo incómodo verla ir y venir mentando docenas de insultos hacia la tal Margarita. Pensando en que "ese cretino infiel" (nombre con el que llama a Bobby desde que llegó) ya se debe estar revolcando con su pregonada fuente de todos sus males, marido y mujer habían guardado distancias. Y lo peor es que lo que debía ser en parte sus vacaciones (ya que la segunda parte de ellas es pasar la semana del 4 de Julio en casa del lago de la por fin difunta tía Ruth), mandar a Rochelle con el abuelo Santiago a Perú un mes, no fue porque alguien tuvo la grandiosa idea de lanzar algunas de las cosas asociadas con cierta persona a la calle. Y para la mitad de la misma semana las cosas para Lincoln-no se pusieron mejor.

Producto de los celos de Lori, las ideas que esta tuvo se fueron sembrando de forma a veces nada sutil, sobre todo cuando Ronnie Anne estaba fuera. Que ella podría irse con el primer cretino a donde fuera mientras almorzaba en el restaurante, si dejaría que algún vecino que le ha seguido el rastro le chantajee por fotos e infidelidades inexistentes para dar pie a una real, si algún dentista que trabajó con su madre la lleva detrás de un callejón o a un motel prometiéndole una vida sin preocupaciones como esposa trofeo en la fila del baño por la noche o cosas por el estilo en dicha línea.

Así, llegó el segundo fin de semana. Para entonces, Lori estaba mucho más calmada, tomando el sol y bebiendo una margarita en un camastro que compró y puso en el patio trasero con toda la despreocupación del mundo.

-¿Quieres que le diga o se lo dices tú?

-¿Decirle qué? -preguntó Lincoln viendo por la ventana de la cocina, sabiendo de que hablaba ella.

-No te hagas el que no sabe -resopló la latina-. Te ha dicho mil y un cosas porque está muy resentida con Bobby.

-Es imposible que yo haga eso. Sobre todo cuando ella es la que mas se empeñó en que saliera contigo -meditó en voz alta Lincoln-. Es muy hipócrita de su parte, ¿no?

-Eres su hermano, la conoces mejor que yo -reprochó Ronnie Anne.

-Ya te dije que hay cosas que no le conozco.

-¿Entonces quieres que cumpla la parte de que me vaya de aquí? -amenazó la morena.

-Sé que nunca te irás -sonrió Lincoln-. Eres más del tipo de "¡te me largas con el perro al sofá?" sin bromas -agregó remedando la voz de ella, señalando al dicho mueble donde Rochelle está viendo dibujos animados en Paramount plus sentada al lado de un robusto bulldog inglés gris con una camiseta amarilla y roja con las iniciales de Royal Woods.

-¿Y quieres dormir en el patio con el perro?

-¿Y tú?

Atrapada, Ronnie Anne no tuvo de otra. Fácil, cualquiera de los dos iría a prisión en ambos casos. No tanto por ejercer "violencia de género " como por "maltrato animal", pues en los últimos años el gobierno estatal prohibió que los perros en el patio, volviendo obsoletas las casitas para dichos animales por considerarlas "maltrato animal". Sin más opciones, siguió el improvisado plan de Lincoln, que de no ser por un detalle es justo lo que ella buscaría.

-Se lo dije una y otra vez, Marisa -dijo Lori, completamente calmada, en dirección a su teléfono en un videochat-. "Roberto, ni se te ocurra ir a cortarte el cabello con nadie más, en la noche lo hacemos". Lo hace, ¿y sabes qué hizo? ¡Se va con una perfecta golfa que seguro se cree la gran cosa porque supuestamente vive de cortar el cabello! ¡A mi que es más joven que yo! ¡Podría ser su hermana menor o…!

-Lo siento, Lori -dijo Lincoln-, tomando su teléfono y lanzando el mismo hacia su cónyuge.

-¿Qué creen que hacen, par de locos? -gritó Lori, alzándose y tacleando a su hermano.

-Lo siento, pero Lori ya no va a estar disponible en mucho tiempo -secundó Ronnie Anne-. Está en familia y no queremos distracciones -cuelga en medio de protestas-. Se supone que eres mejor que esto.

-Entiendo que la pases mal y que Bobby quizá te haya sido infiel en una cosa tan simple -reprochó Lincoln-. Yo mejor que nadie lo sé en la familia porque estuve en todos lados.

-No tienen derecho de…

-Si lo tenemos, Louise -cortó Ronnie Anne usando el segundo nombre de Lori-. Intenté decirlo mientras sembrabas tu… tu red de mentiras.

-¿Tienes idea de cuántas personas la tienen en su lista negra? -cuestionó retórico Lincoln- ¡Muchas! La mayoría por creerla una oportunista.

-¿Irme con un amante? ¿en serio?

-Y considerando que muchos solo ven a las latinas como alguna diversión barata, con más razón.

-A lo que Lincoln quiere llegar es que estás descargando tus problemas sobre la primera persona que encuentras -razonó Ronnie Anne, un tanto molesta-, y si, tal vez te quieres tomar un tiempo libre, ¡sobre todo cuando sales de tu departamento sin nada más que un coraje mal digerido y una tarjeta de crédito que terminaste sobregirando con tantos chocolates!

-De hecho tus muslos hablan de eso -apuntó Lincoln, un tanto mordaz-. Si fueran los de tu cuñada, créeme que mandaríamos a Rochelle y a Chimichanga con Lucy por las noches el fin de semana.

-¿Chimichanga? -preguntó extrañada Lori.

-No nos cambies el tema -insistió Lincoln-. Si no es con la tal Marisa, es con amigos de la preparatoria que te habían olvidado. Si no es con ellos, es con alguna amiga de Leni, si no son amigas de Leni, es Carol… Pingrey… Tanner… ¡El que sea! ¿Cuántas veces se casó? No importa. ¿Y de qué te has quejado? ¡De una Margarita!

-Y esa Margarita es una estilista, la vecina de enfrente -recriminó Ronnie Anne-. ¡Tu vecina! ¡La misma estilista que te peinó el día de tu boda!

-Y para señas, ella es lesbiana -remató Lincoln-. O sea, Bobby no le atrae ni de chiste.

Y el balde de hielo aguado le cayó encima. La expresión de "balde de agua helada " se queda corta, pues en las mañanas amanecían algunos detalles que, invariablemente, estaban dirigidos a Bobby, muy a pesar de un detalle en que jamás reparó. Rosas, chocolates, perfumes de gama media y ese teléfono que terminó siendo robado hace dos años… las tarjetas tenían una forma con muchas florituras de corte elegante, muy a su gusto y con luna fuente cursiva, pero el destinatario estaba cambiado con una letra que estaba garabateada, emborronando tal vez su nombre y poniendo, en una muy tosca versión de una letra cursiva, el nombre de Bobby. Algo así de infantil, patético y absurdo que solo conoce de dos personas. Lola, aunque su floritura es muchísimo más elegante que cualquier fuente de computadora, y

-¿A dónde vas? -preguntó Rochelle, recién llegada con el perro y sosteniendo un frasco en las manos.

-¡Voy a ponerle las cosas claras a ese grandísimo idiota de Carl! -respondió Lori, trocando al objeto de su furia e ignorando que está a medio bronceado y en un traje de baño muy revelador.

Empeñada en llegar a su auto, un leve tintineo le hizo detenerse. Al voltear, veía que su sobrina sujetaba un frasco con una etiqueta muy peculiar.

Groserías de

Tía Lori

Rugiendo, Lori decidió ignorarla, abriendo su auto y gritando insultos al por mayor antes de arrancar el motor.

-¿Se dará cuenta de que no tiene gasolina? -preguntó Lincoln.

¿Por qué lo dices? -preguntó a su vez Ronnie Anne.

-Tal vez olvidó recordarme que le llenara el tanque anoche porque hoy debía verse con un abogado a las tres -respondió Lincoln encogiendo los hombros y con una sonrisa burlona.

-Tía se fue sin dejar monedas en su frasco -reprochó Rochelle, dejando caer las muletas y haciendo lo propio, como si fuera un berrinche.

-Ábrele una cuenta -dijo Ronnie Anne, algo burlona-. Le diremos la próxima vez que vayamos con tu abuela.

Divertido, Lincoln ya se imagina en cosa de semanas yendo al otro lado del estado en familia, ayudando a que Rochelle disfrute de flotar en el lago Michigan y asolearse a caballo en el día y acampar bajo el cielo nocturno en la zona de campamentos del hotel Sauce Llorón. Claro está, sin que Ronnie Anne sienta la tentación de meterle arena a su traje de baño.

-Bueno, ¿quién quiere cruzar el estado para visitar el viejo Sauce Llorón? -preguntó Lincoln, poniendo una mejor cara.

-Solo si tú pagas -insinuó Ronnie Anne, yendo a la entrada trasera con un movimiento de caderas nada sutil.

-Hecho.

Si, esas vacaciones ya le son bastante necesarias. Y mientras más lejos esté ahora mismo de Lori, mejor.

~o~

7 de agosto de 2023

Aniversario de Salva la cita más dos días

Ronniecoln Week

Día 6

Vacaciones

Lamento mucho la demora. No tengo excusa, como siempre.

Seré rápido. Estuve desconectado varios días desde que terminé el día 5, no tuve tiempo y todo eso. Ahora que lo puedo hacer... *ve el aluvión de reviews recibidas y le cae encima*... ok, con una seré breve, que en días le daré respuesta completa por MD.

Ikakyru, gracias por el monzón, que de menos es más agradable que el de hace diez días que cayó donde vivo (doce horas sin energía desesperan a cualquiera luego de recibir la lluvia como de dos meses en seis horas). Decidí experimentar, al menos con la primera parte (días 1 a 3), con una narrativa de memorias tipo Padre Soltero (la película de Ben Affleck) o esa cosa de Timothy Green (el del niño con hojas en el pie). Ok, lo de Lincoln husmeando fue más por algo de "padre helicóptero", alguien que suele vigilar constantemente a sus hijos en la escuela como si fuera a anticiparse a algo en aras de su desarrollo académico. Mención especial a tu mención de Norbit, pero aquí Taylor (la primera) pesó más en el sentido de que era muy posesiva y no quería dejarlo ir.

Meryem Field, servido el primer plato, en la noche viene el postre XD

Regamers10, citando al buen Kurtwood Smith en El Show de los 90's, siento mucho tener que abrirte los ojos, pero todos improvisamos. Como dije líneas arriba, la tuya será la de respuesta completa. El respeto es mutuo, viejo, y lamento decepcionar, pero creí conveniente intentar salir de narrativas algo escabrosas (en lo social, ya sabrás por qué), pero a tus ojos hice un mal trabajo. Espero no arruinarlo en la siguiente... *le cae un papelito con el anuncio de un Mardoge con una Maggiecoln Week que empezó hoy*... Al carajo. Espero no cagarla.

Al rato ya termino con este pasquín y a lo que sigue... ¡de inmediato!

Sigan sintonizados

Sam the Stormbringer