Hola gente, lo sé, otra vez de desaparezco por meses ¿Verdad? A decir verdad me entró la crisis y me costó mucho (bastante) escribir pero les dejo aqui el cápitulo. Espero actualizar pronto "Música" Por cierto, gracias a Dobromir por la última review. Muchas gracias.
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—¿Cuidar de Maki? — Mis dos neuronas que no habían dado pantallazo azul, estaban dando su mejor esfuerzo para intentar procesar esa información de la mejor manera: ¿Cómo es que, de un momento a otro, pasé de ser arrastrado por esta chica, para que luego me pidiera seguir algo así de importante?
—¿Eh? —Kotori volteó a verme — ¿Eh? —Luego miró a Tojo-san, solo para que me tomará de los hombros y comenzara a zarandearme, mientras su cara se había puesto bastante pálida—¿¡Pues que le hiciste a esa pobre chica!? ¡Se que lo que pasó con Sonoda-san te afectó mucho, pero no era para que llegaras a esos límites! ¿Qué va a decir tu madre cuando se enteré? ¡Ay no, no, no, no! — Kotori se alejó apresurada con dirección a la cocina, seguramente a buscar refugio con Nico.
—¿Ella esta…?
—No te preocupes, eso pasa cuando sobre piensa las cosas, solo deja que su marido la calme y se pondrá mucho mejor— Creo que mi tono de voz fue bastante despreocupado, demasiado pues la expresión en la cara de Tojo no era la de alguien convencida—Pero en fin ¿Es enserio que me estas pidiendo que cuide a tu amiga? ¿A mí? ¿Un sujeto que conociste hace no más de dos horas…?
—Ah… La verdad es que yo no fui la de la idea… Por lo menos no del todo…
—¿Uh?
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La noche, una lampara y las personas que caminaban por la calle eran toda la compañía que tenía en ese momento. Incluso lograba notar como es que algunas personas (principalmente chicos) me miraban con mucha atención, algo que me incomodaba mucho. Nunca he sido las que les gusta ser el centro de atención. Pero ahora tenía un asunto más importante del que preocuparme.
—Maki… ¡¿Es verdad lo que me estas pidiendo?!
—S-si…
—¡¿En qué momento pensaste que aceptaría dejarte a cargo de un tipo que no conozco?!
—Eh yo… Verás es que…
—¡No me digas que es tu novio!
—¡Papá! — El grito que di fue tan fuerte que asustó a las personas que pasaban, cosa que la avergonzó bastante y se puso a hablar más bajo—. N-no es por eso.
—¿Entonces? ¿Qué es lo que hace que quieras que ese chico cuide de ti?
—Ya te lo dije, me sentiría más segura si me acompaña mi amigo, tampoco te estoy diciendo que me voy a casar o algo parecido…—Le dije algo molesta, pero intentando sonar lo más segura posible.
—Bueno si, entiendo, pero es que me parece raro—Ya sabía que las cosas no serían tan fáciles, menos cuando se trata de mi padre, este hombre sabe oler mentiras a más de veinte kilómetros de distancia—¿Cómo es que tan de repente sientes tanta confianza por un chico que no conoces de hace más, que solo un par de días?
—Y-ya te dije, ese día en el parque ambos intercambiamos números de teléfono y hemos estado hablando…—Por dentro rezaba porque mi padre no se diera cuenta de las mentiras que estaba diciendo—D-de hecho, él se ofreció a acompañarme a la escuela…
—…—Muy dentro de mí, sabía que mi padre sospechaba de lo que estaba diciendo, por una simple pero importante razón: Soy la chica más solitaria del mundo, claro que sería muy tonto decir que no tengo amigas… Pero la verdad es que a mis amigas las puedo contar con los dedos de una mano y me sobran dedos—. Maki-chan, no es que no quiera creerte, pero… Ya sabes, como padre no puedo quedarme tranquilo así de fácil… Hagamos una cosa, dile a tu amigo que venga mañana a la casa para hablar un poco ¿Bien?
—Eh yo… S-sí, sin problema, le diré ahora mismo.
—Perfecto, entonces te dejo, hija. Tengo que terminar de arreglar unos asuntos aquí en el hospital, nos vemos mañana ¿Sí?
—Si, hasta mañana papá, te amo.
—Y yo a ti.
La llamada había terminado, y de verdad me sentía un poco mal por mentirle a mi padre, pero es que si no lo hacía: Mi papá tendría que cancelar "su viaje de negocios" y la verdad no me sentiría nada bien si le arruino la diversión. Digo, lleva más de dos años sin dejarme sola, creo que ya es momento de él pueda continuar con su camino. Solo esperó que mamá no se enfade con papá.
—Pero ahora, soy yo la que tiene que encargarse de otros asuntos—Suspiré cansada, mientras guardaba mi teléfono—Espero que Nozomi ya le haya explicado las cosas a Kousaka-san…—Decidí quedarme sentada en el mismo lugar un momento más, así le daría más tiempo a que la enriquecida labia de Nozomi hiciera su trabajo. Miraba atentamente a los dos, tanto a mi amiga como al chico de cabello color jengibre.
El sería mi única salvación, si el no aceptaba… Las cosas serían muy estresantes por el siguiente mes. Tanaka no me había dejado en paz si no todo lo contrario, luego de lo que pasó en el parque parece que al ver su frágil orgullo hecho añicos estaba haciendo todo lo posible para que me volviera su novia o, más bien, alguna clase de trofeo con el que poder presumir a sus amigos. Se que si le dijera a mi padre que él (aun después de la larga charla que mi padre y el suyo, tuvieron con Tanaka), intervendría de alguna manera mucho más afectiva pero como ya dije; no quiero ser una molestia para él. Ya lo fui durante mucho tiempo.
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—Déjame ver si entendí—Me crucé de brazos—. Me estás diciendo, que el padre de Nishikino-san, se irá de viaje de negocios por un mes, pero no solo él, si no que tú también te irás de viaje de intercambio a otra facultad, en otra prefectura. Y como ella no quiere darle problemas a ninguno de ustedes, la mejor opción que se le ocurrió para ahuyentar a su exnovio es… Usarme a mí.
—Así es—Nozomi suspiró—. Se que esto suena como sacado de algún manga, pero es la verdad, si te soy sincera yo no estoy del todo de acuerdo con lo esto, pero… Maki-chan, insistió en que es la única manera.
—¿Única manera? Creo que hay muchas maneras de lidiar con una cosa así.
—¿Verdad que es tonto? Sin embargo, creo que no es del todo descabellado, después de todo era muy buena persona Kousaka-san— Ella me sonrió con amabilidad—. No todos están dispuestos a ayudar a alguén que ven en problemas, muchos se harían de la vista gorda.
—¿No se supone que no estás de acuerdo con esto?
—No, no lo estoy, pero si tengo que dejar a mi Maki-chan en manos de alguien, sinceramente preferiría que seas tu; pero bueno esa es decisión es completamente tuya. Pero antes de que me contestes quiere que sepas una cosa: Maki-chan, es una chica mucho más débil de lo que aparenta, y créeme que no está en mis opciones el dejarla sola un mes. Menos cuando hay un imbécil acosándola—La expresión en la cara de Tojo-san era igual a la de mi madre cuando los padres de Umi quisieron hablar conmigo por lo de la infidelidad: El de una madre cuidando a toda costa a sus hijos. Estaba totalmente seguro de que, si yo decía un "no" como respuesta, Nozomi era capaz de renunciar a esa oportunidad de ir de intercambio solo para quedarse a cuidar a su amiga.
Y de verdad quería negarme, pero algo dentro de mí no me dejaba, no era la culpa por la situación con Nozomi, era más bien "¿Y si Yukiho, Día o Maru pasaran por algo como eso?" "¿Sería tan desalmado como para dejar a una pobre chica de preparatoria a su suerte?" Claro que no, pero tampoco me sentía cómodo al involucrarme así en la vida de alguien, bien hora de seguir el mejor consejo que Dia me dio cuando me surgiera alguna duda de cualquier tipo: Toca preguntar.
—Supongamos que acepto ¿Qué es lo que tendría que hacer?
—Simple, solo acompañarla de ida y vuelta de la escuela, tal vez quedarte una hora o dos con ella. Aun eso no es tan necesario, el complejo de apartamentos donde vivimos tiene buena seguridad. Además, la dueña cuida bastante a las inquilinas del lugar.
Entonces no era un trabajo tan grande, era más bien como ser una clase de perro escolta… Bueno, no tengo muchas clases entre semana y creo que mis horarios me permiten poder acompañar a Maki… Supongo que no se puede evitar.
—¿Y bien?
—Está bien, acepto cuidar de Maki-chan este mes… Pero solo este mes.
—Ah… Bien…—Suspiró Nozomi, aliviada y, aparentemente, contenta con la respuesta—De verdad, muchas gracias Kousaka-san.
—No hay de que.
—¡Ah! Pero déjame darte una última advertencia—El semblante de la chica cambio de uno serio, al juguetón de antes—. Solo, no te enamores de Maki.
—¿Eh?
—Lo digo por qué vas a pasar mucho tiempo con ella. Y debes admitirlo—Nozomi miró por la venta, yo solo miré al mismo punto que ella, y ahí estaba Maki jugando con su celular (supongo que haciendo tiempo). Ahora que la veía con más atención, podía verla con más detalle: Su hermoso cabello rojo, esos ojos rasgados que le daban un toque bastante serio, las facciones finas de su cara y esos ojos color violeta, en definitiva—. Ella es una chica…
—Hermosa…— ¡¿Uh?! Pero que cosas digo.
—¿Verdad que sí? Mi Maki, es la chica más hermosa de todo Tokio—. Yo no pude responder ante esa afirmación, claramente estaría mintiendo si digo que Nishikino-san no es una chica atractiva, pero creo que a veces tengo que pensar las cosas antes de que salgan de mi boca. Sin embargo, creo que… Hermosa se le puede quedar algo corta a esta chica—. Pero bueno, si me permites, tengo que pasar a retirarme. Tengo que terminar la tarea para mañana, yo le digo a Maki-chan que tú te encargaras de llevarla a casa.
—¿Uh? ¿Tan de repente?
—Si, creo que sería bueno para los dos, conocerse un poco. Van a pasar más de un mes juntos, es mejor que rompan el hielo de una vez—La chica se colocó su bolso en el hombro, me dio un golpecito en la espalada antes de salir. Por mera curiosidad miré por la ventana, justo en el momento en el que Nozomi y Maki se ponían a hablar, la pelirroja parecía estar aliviada; seguramente al saber que su plan salió a la perfección, pero antes de ver más algo considerablemente duro me pegó en la cabeza.
—¡Ho-no-ka-san! — Ese gruñido no podía ser otro que el de Dia, y seguramente lo que me había golpeado en la cabeza, era uno de esos largos y pesados libros de medicina que ella siempre cargaba—¿Nos puedes explicar qué diablos fue eso?
—¿Estabas escuchando? —Le dije, al mismo tiempo que me sobaba la cabeza—. Vaya, no sabía que te gustaban los chismes, Dia-chan.
—Muy gracioso—Se cruzó de brazos—. Ahora explícate, senpai.
—No es nada del otro mundo, solo cumplo con mi buena acción… Del mes—Dije con toda calma, sabía lo intimidante que podía llegar a ser Dia, pero sabes cuando corres peligro y cuando no. Este no era el caso, simplemente era una amiga preocupada—. Ya, ya, pero no me veas con esos ojos. Es solo que, no puedo dejar sola a una chica indefensa… Menos pensando que tiene la misma edad que mi hermana… Y antes de que digas cualquier cosa, sé qué harías lo mismo si estuvieras en mis zapatos.
—Eso es verdad, pero, Honoka-senpai ¿No es demasiado repentino que aceptaras algo así de delicado de un momento a otro? No conoces de nada a esa chica
—Si, tal vez.
—Eso es lo que me gusta de ti.
—¿Dijiste algo?
—No, nada…
La campana de la puerta se volvió a escuchar, Maki había regresado de su "llamada", ahora notablemente más nerviosa. Solo se acercó hasta la mesa, me miró por un segundo (o menos), desvió la mirada y luego de eso intentó hablar, pero parecía que las palabras no querían salir de su boca ¿Y cómo hacerlo? Claramente, ella no precisamente alguien extrovertida, no por nada dejo que su amiga se hiciera cargo de todo el "tramite" sobre su seguridad.
—¿Eh, Maki-chan? — Eso la tomó por sorpresa, no sabía si el uso repentino de su nombre, el "chan" o que la saqué de su cabeza, que seguramente estaba pensando en todos los escenarios posibles de solo decir "hola"
—¿S-sí?
—¿Quieres que te lleve a casa? Ya es algo tarde.
—Eh… Yo… Eh… S-si— Estaba claro que esta chica solo contestaria con monosílabos, pero ya estaba más que acostumbrado a cosas así. Solo me puse de pie para ponerme junto a ella
—Bien, vamos… Eh, cierto lo olvidaba—Me volví a acercar a Dia—No seas muy dura con Yoshiko, es un buen chico, solo estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado.
—Eso lo sé, pero Maru…—Ella me señaló con los ojos, y en la barra se estaba llevando a cabo una escena sacada de telenovela mexicana: Por un lado, estaba Kotori, abrazando a Nico, quien intentaba calmarla acariciándole la cabeza y por el otro, una molesta Hanamaru que sonreía y asentía a todo lo que un desesperado Yoshiko, le decía.
—Ya mañana les explico todo, mientras tanto ¿Estarás bien con esto tu sola?
—Si, me las arreglaré, para eso se inventaron los libros y los audífonos
—Bien.
Con eso dicho y una pequeña reverencia de parte de Maki, los dos salimos del local sin que ninguno de mis amigos se diera cuenta; dando comienzo a una pequeña travesía muy silenciosa. Pero la verdad nada de esto me incomodaba o me tomaba desprevenido, como dije, ya estaba totalmente acostumbrado a algo como esto, pues, Umi era así. Cuando éramos niños, Umi parecía más un fantasma que aparecía de la nada, incluso muchos de nuestros compañeros de jardín o primaria no recordaban el nombre de Umi por lo poquísimo que hablaba o interactuaba con alguien que no fuera yo. Incluso conmigo a veces no decía palabra en todo el día, más allá de "bueno días" y "Hasta mañana". Así que ya tenía mis técnicas para soportar los silencios incomodos como estos: Recordar algo más, como alguna saga de los "caballeros del zodiaco" o los nombres de los primeros ciento cincuenta y un pokémones.
—Yo… Ko-Kousaka-san.
—¿Uh? — Me detuve en seco al escuchar a Maki, llamarme de la nada, eso no me lo esperaba.
—Eh yo… Gra-gracias por aceptar mi petición—Ella hizo una reverencia bastante exagerada.
—Eh… Si, no te preocupes, lo hago con gusto.
—Aun así, muchas gracias.
—De verdad no tienes de que…
—¡Es que, aun tengo un favor que pedirte!
—¿Otro?
—S-sí, verás, lo que pasa es que…
—¡Onii-chan! — Y como sacado de una caricatura, mi hermana aprecio de la nada para darme un abrazo por la espalda, que más que abrazo fue una tacleada bastante fuerte que de milagro no me mandó al suelo—¿Qué haces afuera tan noche? Mamá lleva llamándote desde hace rato para que vayas a cen-ar… ¡¿Eh?! ¿Nishikino-san?
—B-buenas noches.
—Yuki…
—¡Gracias Dios!
¡Ese tono…!
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