El mundo llega a funcionar de formas muy misteriosas, un día estás viviendo tu vida normal sin ningún problema y al otro acabas justamente en otro mundo, eso le pasó a un joven que, por vueltas del destino, acabó enredado en un gran problema del cual no puede salir.

- ¿Cómo acabé así?

Antes de llegar a saber más al respecto, hay que ver al pasado, un par de días antes de lo ocurrido. En Tokio, Japón. Hay una academia privada, St. Francesca la cual acepta a quienes tengan algún talento o simplemente quieran superarse, así es como se ve en la superficie, pero la historia es otra.

- Huyan. – Un grupo de delincuentes estaba huyendo y es que fueron apalizados por alguien más, un joven de cabello azulado y ojos rojos estaba ahí. - ¡Es el perro loco de Francesca!

- ¡No corran, podemos acabar con él, Arrrgh! – No pudo decir nada más cuando un puño conectó en su rostro, aquel chico estaba sonriente.

- ¿Qué sucede? ¿Acaso no dijeron que iban a derrotarme? No creí que la preparatoria 3 sería tan débil. – Exclamó con seguridad, el que parecía ser el líder de esa pandilla gruñó por debajo.

- Sawamura Kai… - No pudo decir más cuando la bota del peliazul conectó en su rostro, noqueándolo.

- Que fácil… cuando sean más fuertes, vengan por mí nuevamente. Ese es Sawamura Kai, un delincuente muy famoso que atiende la academia de St. Francesca, siendo reconocido más que nada por su fuerza y ferocidad, es que le han dado el apodo del perro loco de St. Francesca, aunque no es algo que haya certificado, deja que hagan lo que sea.

Claro que ese tipo de comportamiento lo ponen en problemas y ha tenido demasiadas llamadas de atención, justamente ese día se enteraron de su pelea y fue llamada a la oficina de la directora, este chasqueó la lengua mientras iba a esta, abriendo la puerta.

- Puedes pasar. – Escuchó al otro lado, dentro estaba una mujer ya en su edad adulta pero que se mantenía. – Sawamura-san, parece que de nuevo cometiste unos cuantos problemas.

- Directora… - El peliazul entró a la oficina, sentándose en una silla al otro lado. – No es mi culpa, los de la preparatoria tres buscaron pelear conmigo y no me iban a dejar ir.

- Eso no excusa. – Respondió esta. – Escucha, a pesar de todos los problemas que has causado, sigo creyendo que podrás ser una persona de bien en el futuro, puedes tomar un buen camino pero ahora mismo estás pasando unos problemas, deseo ayudarte en todo lo posible, al menos en honor a tu madre.

- Eso lo sé… pero es difícil cambiar cuando ya llevas tiempo estando de esta forma.

- Sé que puede pasar mucho tiempo, pero todo inicia con pequeños pasos… y en este caso, por protocolo, tienes que llevarte un castigo, esta noche tienes que cuidar el almacén donde tenemos antigüedades muy importantes, ya que el guardia no podrá estar disponible.

- Bien, no es que pueda escaparme. – la directora sonrió.

- Me alegra que entiendas, ya espero que inicie tu cambio por el buen camino. – Así fue que pasó el castigo para Kai. Al caer la noche, Kai tuvo que estar en la entrada del almacén de la academia, no entiende porque es que mantienen antigüedades pero parece que las han traído de China, al menos eso es lo que les han explicado, como son objetos de alto valor, mantienen ese almacén bien vigilado y cerrado, pero que a él le toque estar de guardia no es algo que le gustara realmente.

- Aquí estoy… - Soltó un suspiro, estaba frente al almacén, al lado se encontraba una caseta donde es que se quedaba el guardia, como no tenía un traje como tal, estaba en su uniforme escolar, así tenía las llaves y una linterna. – Me dijo que tengo que vigilar pero ¿por qué? No creo que a nadie le intereses unas baratijas de otro país.

No tenía de otra, entró a la casa que solo tenía una silla y una pequeña mesita y se sentó, estuvo revisando su teléfono durante un rato, no había nada qué hacer realmente, así fue que pasó el tiempo y el sueño le fue ganando hasta que empezó a cerrar los ojos, cayendo en el mundo de los sueños…

- ¿Eh? – Se despertó rápidamente. - ¿Acaso me quedé dormido? – Rápidamente miró por la ventana y vio que la entrada del almacén estaba abierta. - ¡Mierda, alguien debió robar algo!

Se levantó rápidamente para ir a ver, solo podía maldecir su mala suerte y esperando que nada haya sucedido, por el momento entró a ver si es que realmente estaba alguien ahí, por ahora, si es que realmente se encontraba un ladrón, iba a detenerlo totalmente con su fuerza.

- ¡Sal de ahí, maldito! – Exclamó, por ahora revisó pero no había nadie. – Mierda, debió correr, debo atraparlo o sino me llevaré un castigo peor. – En ese momento empezó a correr, si es que lograba conseguir al ladrón, pero justo en ese momento chocó contra alguien que llevaba una capucha. - ¿Eh?

- tsk. – Este dejó caer algo, era un espejo, Kai se recuperó y entonces lo vio.

- Oye, tú, eso no te pertenece, devuélvelo. – El ladrón no dijo nada, este se levantó y agarró el espejo, Kai chasqueó la lengua. - ¿No me escuchaste? ¡Que me lo des! – Buscó golpearlo pero el ladrón soltó a un lado. - ¿Eh?

- … No sabes lo que esto significa. – Habló el ladrón.

- ¡Como voy a saberlo, es solo un espejo! – Kai buscó golpearlo una vez más, en ese momento el ladrón hizo algo que el espejo empezó a brillar. - ¿Qué?

- Eso no es bueno, pero no hay otra opción… habrá un cambio en nuestros planes. – Expresó el ladrón, Kai solo podía sentir que era enceguecido, todo se puso blanco para él. – Chico, prepárate para morir en un mundo desconocido. – Esas fueron las últimas palabras que llegó a escuchar…

Kai no sabía donde estaba, todo estaba totalmente blanco y sentía su cuerpo ligero, ese ladrón realmente se la hizo y esas palabras que dijo al final, no entendía a que se refería…

"Si que tienes mala suerte chico…"

- … ¿Qué es esa voz? – Él preguntó, de repente una voz empezó a resonar directamente en su mente.

"Verte atrapado en esa situación, no puedo creer que seas de mi sangre."

- ¿Quién eres?

"Je, no te apresures chico, solo puedo decir… parece que soy un antepasado tuyo, lo que sea que ese espejo haya hecho, despertó la sangre irlandesa en ti, aquella que pertenece a un guerrero que lo enfrentó todo, ese soy yo."

- ¿irlandesa? Recuerdo que mi abuelo me dijo que tengo familiares de Irlanda, pero eso no lo sabía.

"Debo decir que no fue lo único que heredaste de mí, también mi mala suerte, vas a sufrir chico, pero descuida, te daré algo que te ayudaré en tu nueva vida al mundo en el qué irás, asegúrate de sobrevivir"

- Espera… antes… dime quien eres… - Sus ojos empezaron a cerrarse nuevamente, la voz no dijo nada hasta unos segundos después.

"Yo… me llamo Cu Chulainn…"


- No parece que vaya a despertar Aniki, deberíamos robarle lo que tiene.

- Sí, solo mira esa lanza que tiene, parece ser rara.

- Quizás nos den mucho dinero por ella.

Kai sintió su consciencia volver poco a poco, sentía que estaba en el suelo pero lo que más resaltaba eran las tres voces que empezaron a hablar.

- Aniki, hay que tomar la lana y su ropa, todo se ve realmente caro, podemos hacernos una fortuna.

- Tienes razón enano, hay que tomarlo.

- ¿Qué dicen? – El peliazul se levantó para sorpresa de los tres, ya Kai pudo observarlos bien, uno era un enano de nariz larga, el otro un gordo de ojos cerrados y el de en medio que parecía ser su jefe, tenía un bigote típico de villano.

- Oh, nada joven, solo estábamos cuidando que nadie le atacara, somos aventureros. – Habló el bigotudo, claro que Kai sabía que estaba mintiendo, escuchó lo que hablaban antes.

- ¿Qué acaso no íbamos a robarle? – Preguntó el gordo, lo que hizo que se llevara un golpe de su jefe.

- ignora lo que dice el gordo, está algo loco.

- … ¿Acaso me creen idiota? Los escuché hace poco. – Eso sorprendió a los tres, así que ya no tuvieron que fingir, sacaron cuchillos.

- Jeje, entréganos todo lo que tienes. – Expresó el enano con una sonrisa segura, Kai soltó un suspiro.

- Parecen unos pandilleros de tercera categoría, que cliché. – Estaba por enfrentarlos pero entonces vio a su lado en el suelo, una lanza de color rojo brillante estaba ahí. - ¿Qué es eso?

- ¿No es tu arma? La tenías a tu lado. – Preguntó el jefe de los pandilleros, él no tenía un arma y no la recuerda realmente de antes de que enfrentara a ese ladrón.

- Maldito ladrón… ¿Dónde está?

- ¿Qué le pasa? – Preguntó el gordo, su jefe se hundió de hombros.

- Parece que está confundido.

- Aniki, aprovechemos su confusión para atacarlo y tomar sus pertenencias. – Ideó el enano, en eso el bigotudo sonrió.

- Que pueda idea tuve, vamos a atacarlo mientras está confundido, entonces enano, gordo, vamos tras él. – Los tres ya estaban por atacarlo hasta que en ese momento…

- ¡Alto ahí, sucios bandidos! – Una voz adicional se hizo presente, en ese momento saltó alguien, una sombra la cual aterrizó al otro lado, si figura era femenina y su cabello negro atado en una coleta ondeaba con el viento. – No lo atacarán, no en mi guardia, soy Kanu Unchou, así que no se resistan.

- … ¿Esa Kanu Unchou? – Preguntó el jefe. – Escuché que es una belleza de cabello negro.

- Exacto, esa Kanu Unchou. – Respondió ella con una sonrisa orgullosa, los tres bandidos ladearon su cabeza.

- … No es realmente tan hermosa como dicen. – Respondió el enano, ahí ella hizo una mueca de asombro.

- Parece que exageraron los rumores.

- Eso duele… - Ella tuvo tres rayas de pesimismo en su frente. – C-Como sea, no van a hacerle daño a ese hombre, él vendrá conmigo.

- Jeje… no lo creas, puede que seas una guerrera, pero somos más, seguro podremos superarte. – El jefe guió a sus subordinados para rodearla, ella sacó su arma la cual era una lanza con una cuchilla al otro lado, los tres estaban dispuestos a atacar hasta que el enano salió volando, un puño lo impactó, Kanu volteó a ver con asombro, era el peliazul el responsable.

- ¿Qué hacen? Rodeando a una chica entre tres, eso no es justo. – Respondió este por debajo con un rostro serio, eso alertó a los otros dos.

- ¡G-Gordo, atácalo! – Ordenó el jefe, el bandido gordo tuvo que obedecer y fue corriendo tras él.

- ¡Toma esto! – Exclamó, Kai no se movió para nada lo cual alertó a Kanu, ya que parecía que iba a acuchillarlo, pero en ese momento el peliazul puso su pie por delante, deteniéndolo de una patada en la barriga, eso causó que se doblara, ahí entonces sujetó su rostro y lo golpeó con fuerza, el gordo cayó al suelo mientras sangraba de la nariz, el jefe chilló del miedo.

- ¡Eeeek! – Solo pudo ver como Kai se acercó peligrosamente a él.

- Vete de aquí… y no vuelvas nunca más. – Amenazó el bandido bigotudo asintió, tomando a sus dos subordinados y se fue corriendo de ahí, el peliazul soltó un suspiro. – Que débil… ¿estás bien? – Le preguntó a la pelinegra, esta seguía asombrada, ya hasta que le habló, salió de su asombro.

- S-Sí, es fuerte, realmente no puedo creerlo… pero me alegra estar en lo cierto, usted es el mensajero del cielo. – Eso dejó confundido a Kai.

- ¿Mensajero del cielo?

- Sí. – Asintió Kanu. – Vi totalmente como es que cayó como si de un rayo del cielo parecía, según unas escrituras antiguas, llegaría un enviado del cielo que ayudaría a unir a los tres reinos bajo uno solo, por su fuerza y además esa ropa tan noble que tiene, no hay duda de que es usted, yo estaré más que orgullosa de servirlo como su guerrera, mi señor.

- … Alto ahí. – Buscó detenerla. – Es demasiada información… antes que nada ¿Dónde estamos?

- E-Es cierto mi señor, lamento la descortesía. – Ella carraspeó su garganta. – Estamos en China de la era del emperador antiguo, yo me llamo Kanu Unchou, seré su fiel guerrera.

- Un momento… - Ese nombre le resonaba, sabía de un Kanu Unchou y que pertenecía a la historia de la antigua china, en la historia de romance de los tres reinos… haciendo unas cuantas maquinaciones pudo saberlo, llegó a la China antigua imperial, donde están estos guerreros, pero había algo raro ¿Qué no son hombres? Miró a ver a Kanu y ella era totalmente una chica, muy distinto del hombre barbudo que normalmente representan a estos.

- ¿Pasa algo mi señor?

- N-No es nada… esto es demasiado de digerir… pero creo entender… entonces Kanu.

- Mi señor, puede llamarme por mi mana. – Expresó ella. – Ahora que seremos señor y vasallo, tiene el derecho de llamarme por mi mana, este solo se proporciona cuando se tiene una relación de confianza muy grande… mi nombre es Kanu Unchou, mi mana es Aisha.

- Entendido Aisha… yo soy Sawamura Kai.

- Kai… mi señor. – Ella se arrodilló. – Realmente prometo protegerlo como su guerrero y oscuro, estoy segura que, con su guía y fuerza, podrá poner fin a la era beligerante de esta tierra.

- Espera Aisha, creo que vas demasiado lejos. – Kai la detuvo. – Lamento si digo esto, pero soy un simple estudiante, no soy un mensajero del cielo o como sea que le llames, soy alguien común. – Eso pareció desanimarla.

- Eso… es que los tiempos venideros auguran guerras, estas tierras serán bañadas en sangre a menos que hagamos algo, y según las antiguas escrituras, el mensajero del cielo bajará a estas tierras y con su sabiduría y poder logrará acabar con la guerra de forma pacífica y sin muchas perdidas.

- Realmente tienen escrituras extrañas, pero no creo poder cubrir esos requisitos.

- No… yo estoy totalmente segura de que usted es el mensajero. – Aisha estaba convencida totalmente, Kai solo la veía tan ilusionada que decirle lo contrario le haría mal, tal parece que debe de jugar con ella.

- … Bueno, digamos que yo soy ese mensajero.

- Usted lo es mi señor. – Exclamó ella totalmente convencida. – Sé que junto a usted podremos entrar en un periodo de paz, además es fuerte, acabó con esos bandidos sin problema alguno y además tiene esa arma. – Apuntó a la lanza roja en el suelo. - ¿Es un arma del cielo? Se ve bien construida.

- El caso es que no sé de dónde salió… pero parece que es mía. – Fue a sujetarla, al momento de hacerla, la sintió ligera. – (Que raro… siento como que sé manejarla…)

- Entonces mi señor. – Aisha empezó a hablar en ese momento. – A partir de ahora vamos a emprender un viaje, necesita aprender más sobre nuestro mundo a la vez que buscar hospedaje, usted merece hasta un palacio, lamento no tener nada preparado.

- No es necesario, sería un inicio. – Kai llevó la lanza a su espalda y es que también vio que tenía un estuche para guardarla. - ¿Sabes a dónde ir?

- hay una ciudadela al oeste, podemos ir, ya luego podremos planificar nuestro siguiente movimiento mi señor, hay que anunciar su llegada a todos. – Exclamó Aisha, Kai soltó un suspiro.

- (Ella exagera realmente…) – Ya entonces los dos comenzaron su viaje, el conocer a Aisha, quien se supone es la versión femenina de un famoso general de los tres reinos, no sabía lo que iba a esperarle en ese mundo, pero descubriría más al respecto.


Kai nunca esperaba caminar kilómetros y eso fue lo que sucedió, no sabe cómo es que Aisha puede caminar y no cansarse, puede que haya trabajado como parte de su rutina de pandillero, pero eso era demasiado.

- Mi señor, no se quede atrás. – Expresó ella, el peliazul apenas y lograba aguantar un poco más.

- Espera Aisha… no soy tan resistente como tú… - Apenas y respiraba, la pelinegra pareció entenderlo.

- Esto… lo lamento mi señor, no tuve en cuenta que estaba cansado, quizás no hacía demasiado ejercicio en el cielo.

- Ese no es el caso… - Él se apoyó en un árbol, la pelinegra parecía buscar algo.

- Creo que debe haber algún granero cerca, siempre hay lugares donde viajeros pueden descansar. – En ese momento ella lo encontró. – Ahí está, vamos. – Solo tuvieron que caminar un poco más hasta llegar a una pequeña casa, aunque más bien era un almacén, Aisha abrió la puerta y dentro solo había una cama y una bañera afuera que se usaba con leña. – Podemos descansar aquí mi señor.

- Gracias… - El peliazul se dejó recostar en la cama. – Finalmente… algo de descanso…

- Parece que no hay otra cama… eso significa que… - Aisha tragó saliva, pasó por su mente el que podría dormir en la misma cama que Kai y aquel pensamiento la hizo sonrojarse.

- Yo dormiré en el suelo. – Anunció el peliazul, sorprendiendo a Aisha. – Puedes tener la cama.

- ¡E-Espere mi señor, usted es importante, debe tener la cama!

- Tu eres una chica, me haría sentir mal como hombre el que duermas en el suelo. – Anunció él, Aisha quedó asombrada, un leve color rojo apareció en sus mejillas.

- Mi señor… no es necesario que se preocupe. – Sonrió por debajo. – Tomaré su oferta entonces, por ahora vamos a calentar la bañera. – Ella fue a encargarse de calentar el agua mientras Kai siguió descansando. Aisha era una chica rara pero no es mala gente, eso lo entendió el peliazul, aunque todo ese acto de señor y vasallo seguía siendo algo incómodo para él. Entiende que ella tuvo su educación y que la etiqueta en ese mundo era distinta.

Ahora que pensaba más, si Kanu Unchou era una mujer, quizás otros famosos generales sería igual, si se encuentran a alguna más, le extrañaría bastante, ya que normalmente, según la historia en su mundo, todos son hombres pero esa versión son mujeres ¿era la historia real? Lo que sea que haya sucedido con el ladrón y el espejo que robó, era su culpa el que haya terminado de ese modo, si él llegó a ese mundo, entonces el ladrón y responsable debía estar en alguna parte, quizás el viajar con Aisha le ayudaría a descubrir más sobre la verdad de ese mundo y aquel ladrón, así como sus motivos.

- Mi señor, el agua ya está caliente. – Informó la pelinegra, él seguía agotado luego de toda esa caminata.

- Puedes bañarte primero. – Le dijo, ella tomó la oferta y entonces fue a bañarse, entonces él se dio cuenta, la bañera estaba afuera y solamente una pared los separaba, eso significa que al otro lado, Aisha estaba desnuda. – (No haré nada… voy a ser un hombre respetable…) – Pensó y entonces cerró los ojos. Afuera Aisha estaba ya en la bañera, se había quitado su ropa, dejándose hundir en el agua.

- Que relajante… - Sentía como el cansancio se iba de su cuerpo. – (Mi señor es una persona interesante, además de fuerte, se ve confiable… sé que con él podremos acabar con las guerras y un periodo de paz estará en el horizonte…) – Esa noche pasó sin muchos problemas, al salir de la bañera, Aisha volvió a la pequeña casa, solo para ver a Kai dormido, estaba muy tranquilo, ella solo sonrió e hizo a un lado, metiéndose en la cama. – (Buenas noches mi señor…)


Kai estaba nuevamente en ese sitio flotante dentro de su mente, era la segunda vez que se encontraba ahí, siendo la primera cuando recién llegó a ese mundo, se levantó en aquel momento.

"Ey chico, parece que no pasas mal viaje"

La voz en su mente volvió a resonar, el peliazul solo pudo gruñir por debajo.

- No realmente… no entiendo nada de lo que sucede, según parece que viajé a la china de la época de los tres reinos pero al conocer a Kanu Unchou, resulta que es mujer cuando debería ser hombre ¿Qué diablos sucede?

"¿Y a mí me preguntas? Yo no sé nada realmente"

- Si despertaste en mi mente de alguna forma, deberías saber algo. – Reclamó Kai.

"Yo solo soy tu ancestro, no conozco todas las respuestas y de todos modos toda esa palabrería de conocimiento y demás no es mi fuerte, me gusta más las peleas"

Ante esa respuesta Kai solo pudo soltar un suspiro, Cu no iba a ser de ayuda en una situación así, como tal solo tenía una pregunta más.

- Entonces déjame preguntarte lo siguiente: esa lanza que tengo conmigo ¿Qué es?

"Hablas de Gae Bolg? Es mi arma más famosa y representativa, una lanza la cual nunca fallará su objetivo, debo admitir que fue una sorpresa que la tengas contigo, pero sabiendo que eres mi sucesor, puede que te haya reconocido como dueño, asegúrate de cuidarla chico, es un arma divina que perteneció a mi maestra"

Si esa arma le perteneció a Cu, debía ser que tiene algún tipo de fuerza, por esa corta explicación de arma divina, quizás podía ser más poderosa de lo que pensaba pero no era algo que manejaría de forma descuidada, por el momento él se planteó dejarla como último recurso, seguiría valiéndose de sus puños y fuerza hasta que logra conocer más de esta.

"Debo decir, reconozco tu fuerza y considero que somos iguales, los dos amamos una buena batalla, así que podrás sobrevivir en el mundo donde te encuentras, igual no estás solo, te acompaña aquella chica que igual es bastante hábil, si logras investigar más, podrías encontrar un modo de volver a tu mundo"

- Ese es mi plan… parece que pronto despertaré.

"Ok chico, buena suerte y quizás en un próximo sueño volvamos a platicar, es agradable"

De tal modo la visión del peliazul comenzó a nublarse en ese espacio.

Kai empezó a abrir los ojos lentamente, sentía la suavidad de la cama en ese momento, pero no era todo, una calidez también se situaba a su costado, ya que su vista se aclaró observó el rostro de Aisha frente a él.

- (¡Que diablos!) – No entendía como, pero la pelinegra estaba durmiendo en la misma cama con él, aún peor, estaba tan cerca su rostro, viendo su cara dormida y sonriente, su respiración calmada y regulada, ahora mismo parecía una chica totalmente indefensa, muy distinto de la guerrera que se mostró el día anterior. – (Le dije explícitamente que dormiría en el suelo… maldición, el sueño me ganó pero ella podría haber dormido en otro lado…) – Por ahora su plan era levantarse sin moverse demasiado, no quería sorprenderla de aquel modo y que surja algún malentendido, así fue que buscó moverse pero entonces tocó algo suave con su mano. - ¿Eh?

- Hmmm… - Aisha se agitó, empezó a despertar en aquel momento. – Buen día mi señor…

- A-Aisha… - el rostro de Kai palideció, apretó una vez más.

- Ah~ - Aquello causó que Aisha soltara un pequeño gemido, fue entonces que se dio cuenta, apartó la sabana y se dio cuenta de lo sucedido, por error estaba agarrándole un pecho a la pelinegra. - ¿Eh?

- Esto… Aisha, es un error, lo juro. – Buscó excusarse pero los colores se le subieron a la cabeza de Aisha mientras empezó a sudar a mares.

¡KYYYYYYYYYYYYYYYYAAAAAAAAAAAAAH!

Un tiempo después, ya estaban listos para seguir su viaje, Kai estaba afuera, la parte izquierda de su mejilla tenía la marca roja de una mano, cortesía de la pelinegra, no era algo que pudiera quejarse, después de todo se lo merecía.

- (¿Acaso esto es parte de la mala suerte de Cu? Me dijo que es alguien muy desafortunado…) – Soltó un suspiro, un tiempo después resurgió la pelinegra de la pequeña cabaña.

- Ya partiremos mi señor. – Informó ella, el peliazul asintió. – Esto… lo siento por la cachetada, fue puro reflejo. – Se disculpó con mucha pena, rascándose la mejilla.

- No es nada, yo debería disculparme por haber hecho algo indebido, aunque fuera sin querer, debí dormir en el suelo.

- ¡N-No tiene por qué disculparse, yo fui la que se metió en la cama con usted! – Se excusó la pelinegra. – La responsabilidad recae en mí, eso no es algo digno de una vasalla como yo.

- No importa… mejor sigamos y olvidemos todo este asunto, no quisiera que las cosas se pongan más raras entre nosotros.

- … Entendido mi señor. – Respondió ella, tampoco deseaba que su relación con su nuevo señor se sature tan pronto debido a un accidente desafortunado. Con todo olvidado, los dos continuaron su camino hacia la próxima ciudad, al menos no tardaron más que unas tres horas de caminata para llegar a una ciudadela tranquila.

- Esta es una ciudadela de la provincia Kei, seguro podremos reabastecernos en este sitio. – Informó Aisha, Kai asintió.

- Es un lugar tranquilo, no pareciera que estuviera en una época de guerra. – Comentó para sí mismo Kai.

- Actualmente, luego de la muerte del emperador Han, se ha entrado en un periodo bastante desconcertante, las regiones de Gi y Go han estando expandiendo sus fuerzas con tal de controlar toda China, además los problemas de bandidos no ayudan en nada… el futuro no pinta bien para nuestro país pero con su llegada, seguro podrá dar paso a una era de paz entre los reinos. – Aisha era muy positiva al respecto, Kai no creía que su sola presencia pudiera cambiar el destino de todo un país, era un simple joven que llegó por casualidad pero ella cree totalmente que eso del mensajero del cielo era él.

- (Ella está totalmente convencida de que soy este mensajero… no quisiera desilusionarla al respecto, solo soy un simple estudiante y pandillero, no tengo la fuerza que ella proclama que tengo…)

- ¡Hagan a un paso, el grupo de bandidos de Rinrin va a atravesar este sitio!

- ¿Bandidos? – Eso alertó a Aisha, estaba lista para pelear pero lo único que vio fue a un grupo de niños correr llevando verduras, quien los lideraba era una niña de cabello rojizo corto montada encima de un cerdo.

- ¡Vuelvan, mocosos! – El mercader de aquellas verduras persiguió a los niños pero estos fueron veloces.

- ¡Jaja, no nos alcanzarás, esta es una victoria para los bandidos de Rinrin! – Aquella niña empezó a reír mientras se alejaban, el mercader acabó cansado.

- Esos niños…

- Esto ¿Qué sucede? – Aisha decidió saber más y preguntó a ese mercader.

- Ese grupo de mocosos… son niños que les encanta robar comida y hacer bromas a la ciudad, más que nada atacan al palacio del señor feudal pintándolo con cosas.

- Ya veo… - Kai entendía en cierto modo que solo eran niños que debían estar jugando, no son como los verdaderos bandidos que ha visto anteriormente.

- Esa niña que los lidera es la más escurridiza, si solo el señor feudal hiciera algo. – Al final el mercader se rindió y volvió a su puesto, Aisha miró a Kai.

- No parece ser algo grave mi señor, son solo juegos de niños.

- Ese parece ser el caso, pero están provocando al que gobierna esta ciudad ¿no?

- Podríamos ir a hablar con este, no deberán rechazar a una guerrera como yo. – Ya con eso en mente. Los dos fueron al palacio del señor feudal de la ciudadela, ahí hablaron con los soldados que resguardaban la entrada.

- ¿Quiénes son ustedes? – Preguntó uno de ellos, Aisha carraspeó su garganta.

- Me llamo Kanu Unchou, soy una guerrera viajera y soy la vasalla del mensajero del cielo, el enviado que cayó a nuestra tierra para calmar la época de guerra que se avecina. – Eso los dejó confundidos.

- ¿Kanu Unchou? Se dice que es una hermosa guerrera de cabello negro, pero ella no es tan hermosa como señalan los rumores. – Una nube de negatividad se sumió sobre Aisha. – Pero si dices que este hombre es el mensajero del cielo, quizás puedan hacer algo.

- Es cierto, tenemos problemas, abran la puerta. – Como tal funcionó cuando los dejaron pasar, el palacio era lo que se esperaba de la casa de un señor feudal con un gran jardín, avanzaron por el pasillo hasta llegar a la sala principal.

- Señor, traemos a un par que dicen ser Kanu Unchou y el mensajero del cielo.

- Hmmm… - Aquel señor feudal de baja estatura y bigote los observó. - ¿Son realmente los verdaderos?

- No estoy mintiendo, mi señor cayó del cielo, solo miré su ropaje, es algo que nunca antes se ha visto en este país, un ropaje divino. – Exclamó Aisha.

- (Es solo un uniforme escolar…) – Pensó Kai con un gotón en la frente.

- No parecen estar mintiendo… si realmente es el mensajero del cielo, déjeme decirle que es un gusto tenerlo en mi palacio, lamento no poder ofrecerle demasiado, pero estamos pasando por una crisis.

- ¿Qué tipo de crisis? – Preguntó Aisha, el señor feudal frunció el ceño.

- Se trata de esa pandilla de mocosos que se hacen llamar los bandidos de Rinrin, no han dejado de molestar a los ciudadanos de mi ciudad. – Reclamó con molestia. – Siempre pintan las paredes de mi palacio y roban comida, hay que hacer algo con ellos.

- Son solo niños, solo están jugando. – Señaló Kai, pero el señor feudal negó con la cabeza.

- Han estado atacando mi propiedad y eso es algo inaudito, debería ordenar apresarlos.

- Espere un momento. – Aisha lo detuvo. – Nosotros podemos encargarnos, seguro tienen sus razones, si logramos hablar con estos para que se detengan, ya no harían más travesuras. – Esa era una buena oferta, el señor feudal lo pensó unos segundos.

- Bien… seguro el gran mensajero del cielo podrá tratar con unos mocosos, lo dejaré en sus manos. – La pelinegra hizo una reverencia.

- Gracias por permitirnos hacernos cargo, no fallaremos. – Sin decir nada más, ambos salieron del palacio.

- Oye Aisha, son solo niños. – Kai no estaba muy convencido de detener a unos pequeños.

- Lo sé mi señor, pero si no intervenía, podrían haber enviado soldados tras ellos, no quisiera que los lastimen, por eso es mejor que nos hagamos cargo. – Ese razonamiento era más que suficiente y Kai tampoco deseaba que lastimaran a unos niños, si podían resolver la situación sin recurrir a la violencia sería lo mejor.

- Bien, iremos a ver a este grupo ¿dijeron donde viven?

- Parece que tienen una base afuera de la ciudadela, vamos a verlos. – Con eso en mente, salieron de la ciudad para reunirse con este grupo de niños, era una casa abandonada en las afueras así que no había pierde. – Escuche mi señor, como son solo niños, lo único que deberemos hacer es hablar, nada de usar la fuerza.

- Eso lo sé, yo nunca le haría daño a unos pequeños.

- Mientras entienda eso. – ya cuando ella dio un paso, de repente se cayó por un agujero soltando un grito, ni Kai se esperaba aquello.

- ¿Una trampa?

- ¡Jajajaja, caíste! – Detrás de unos arbustos salieron ese grupo de niños y ahí estaba la pelirroja que los comandaba. – Lo sabemos, ustedes son los malos que vienen a capturarnos, pues no lo harán, porque nosotros somos invencibles.

- Tch… esta trampa… - Aisha escaló para salir de ahí. - ¿Por qué hicieron esto?

- Los adultos son malos y apestan, así que nosotros nos defendemos entre todos. – Respondió esta, los demás niños le siguieron.

- ¡Así es, los adultos son malos!

- Piérdete, anciana.

- A-Anciana… - Un tic apareció en el ojo izquierdo de Aisha. – Esos mocosos…

- Cálmate Aisha. – Kai intervino, ya entonces encaró al grupo de pequeños. – Escuchen, no vinimos a atraparlos ni nada por el estilo, solo queremos hablar, somos amigos. – Buscó ser amigable y sonreír, aunque esta se vio amenazante, eso aterró a varios niños.

- Jefa… ese tipo es aterrador.

- ¡Da miedo! – Gritó una niña, eso causó que Kai bajara la mirada.

- ¿Doy miedo?

- Descuiden, yo los protegeré, porque soy fuerte. – En eso aquella niña pelirroja saltó. – Rinrin peleará contra los malos, por nuestra pandilla. – En ese momento ella agitó un bastón bastante grande, tanto que la superaba en estatura y lo hacía como si nada.

- ¡Mi señor! – Aisha se puso en medio para proteger a Kai, con su lanza bloqueó el ataque de la niña con trabajo. – Tsk… esta fuerza…

- ¡Eso Rinrin!

- Eres nuestra jefa, acábalos. – Los niños empezaron a animar a su jefa, Aisha logró desviar el ataque de la niña pelirroja la cual se apartó.

- No es normal que una niña tenga tal fuerza… - Exclamó por debajo. – Mi señor, no creo que podamos ser suaves con ella.

- ¿Acaso ya tienen miedo? Huyan como los cobardes que son. – Ella buscó provocarlos, Kai se mantuvo pasivo mientras dio un paso al frente. - ¿Qué haces?

- Eres una niña bastante confiada ¿no? Solo por eso no creas que todo saldrá como quieres. – Kai tomó a Gae Bolg de su espalda y entonces apuntó. – Realmente no deseo hacerles daño, si comprueban mi fuerza, quizás se calmen. – En ese momento apuntó a una roca que estaba ahí, en ese momento el peliazul corrió con la lanza enfrente y la agitó. - ¡Gae Bolg!

Se movió tan velozmente que no pudieron verlo, antes de darse cuenta la punta de lanza golpeó un punto de la roca de forma fina, nada ocurrió durante unos segundos hasta que de repente la piedra acabó hecho polvo, eso sorprendió tanto a Rinrin y los niños como a Aisha, el peliazul sonrió confiadamente.

- ¿Qué tal? No busques una pelea que puedas perder.

- … Eso… fue…

- ¡Genial! – De repente los niños rodearon a Kai los cuales tenían miradas brillantes en su rostro.

- Onii-chan, eres fuerte.

- Eres asombroso. – De repente le decían todo tipo de halagos, dejando a la pelirroja sola.

- O-Oye, ellos son los miembros de mi banda, no te los robes. – Hizo un puchero, Aisha seguía asombrada por la demostración de fuerza de su señor.

- (Este es el poder del mensajero del cielo… lo sabía, estaba en lo correcto, él será quien ponga fin a este periodo bélico…) – Sonrió por debajo. Por ahora los niños seguían rodeando a Kai el cual le costaba apartarlos, no esperaba que las cosas terminaran de esa forma.


Los niños acabaron pidiendo más cosas de Kai mientras Aisha y Rinrin observaban a un lado, la pequeña no estaba realmente feliz.

- No es justo, me quitaron a mis compañeros bandidos… - Expresó con un puchero.

- Mi señor realmente es fuerte… a lo que venimos, tú. – Miró a la pelirroja, esta se puso tensa. – No venimos a hacerte daño, pero igual deseo saber la razón por la cual haces todas esas travesuras contra el señor feudal.

- Es que se lo merece. – Ella infló sus mejillas. – Los adultos son gente mala y nos menosprecian, por eso hice a los bandidos de Rinrin, somos un grupo que pelea contra la injusticia de los adultos.

- Ya… - Para Aisha, eso era más un juego de niños. – Pero no es algo que debas de hacer, nos pidió arrestarlos, pero tanto mi señor como yo entendemos que son niños, solo deseamos pedir que no lo hagan más.

- No. – Respondió ella con rapidez. – Nuestro grupo es inquebrantable.

- Ey jefa, ya debemos volver, mis padres me esperan.

- Adiós Rinrin.

- Nos vemos jefa. – Así los niños se fueron de vuelta a la ciudadela a sus casas, quedando ella sola.

- Ya es tarde… tengo que volver a mi casa.

- ¿No te irás igual? – Preguntó Aisha, ella negó con la cabeza.

- Rinrin vive aquí en las afueras, en la casa de mi abuelo, pueden ir a ver. – Así ella los llevó a su hogar, era una casa solitaria en las afueras, cerca del bosque. – Bienvenidos al hogar de Rinrin.

- … ¿Vives aquí? – Preguntó Kai, ella asintió.

- Si, es mi hogar, bueno, de mi abuelo pero Rinrin vive sola. – Respondió ella, tanto él como Aisha se vieron al rostro, ella vivía sola y era huérfana, que una niña tan pequeña viva de ese modo era triste.

- ¿No te sientes sola? – Preguntó la pelinegra, ella negó con la cabeza.

- No realmente, los miembros de mi pandilla vienen cada día a jugar conmigo, así que no me siento así realmente.

- Eso no es bueno. – Respondió Kai, poniéndose a la altura de la pelirroja. – Nadie puede vivir en soledad todo el tiempo, puede que durante el día juegues con tus amigos pero las noches son frías y dormir sola no es bueno, más que nada para una niña como tú.

- P-Pero eso… - Ella bajó la mirada. – No me siento sola… en serio…

- No está mal admitirlo, si te sientes sola, puedes decirlo. – Kai se esforzó por sonreír, eso hizo que ella finalmente bajara la guardia y saltó a abrazarlo.

- … Rinrin se siente sola… todas las noches duermo sin nadie a mi lado… no quiero sentirme así…

- Todo está bien. – Kai la abrazó, Aisha sonrió al verlos, sabía que su señor, aquel chico que llamaba mensajero del cielo no solo era fuerte, sino también amable, esas eran cualidades las cuales respetaba bastante. Pasó un rato cuando ella pudo calmarse, ahora estaba feliz y sentada en el regazo de Kai. – Esto… no puedo moverme demasiado.

- Jeje, onii-chan es muy suave. – Ella lo abrazaba, el peliazul se sentía incómodo, miró a Aisha por ayuda pero ella solo se hundió de hombros.

- Esto, mi señor no se ve muy cómodo, esto…

- Es cierto, olvidé presentarme, me llamo Chouhi Yokutoku, pero desde que ya somos conocidos, pueden llamarme por mi mana, Rinrin.

- … (Chouhi, es el nombre de otro famoso general y me estás diciendo que esta pequeña es ese…) – Kai no sabía qué pensar al respecto, ya por sí saber que Kanu Unchou es mujer ya era señal de que otros famosos generales y guerreros de los tres reinos sufrirían lo mismo, pero que sea una niña.

- ¿Pasa algo onii-chan? – Preguntó Rinrin, el peliazul agitó su cabeza.

- No es nada, soy Sawamura Kai, un gusto.

- Y yo Kanu Unchou, ya que nos ofreciste tu mana, yo haré lo mismo, es Aisha y puedes llamarme por este. – Sonrió la pelinegra, Rinrin se vio feliz.

- Yay, nuevos amigos. – Ella abrazó a Kai. – Rinrin es feliz, espero se queden a dormir. – La pequeña no quería dejarlos ir, Kai y Aisha se vieron y asintieron.

- Claro que nos quedaremos contigo Rinrin, pero tienes que prometer algo. – Comentó la pelinegra.

- ¿Sí? ¿Qué debe hacer?

- Tienes que disculparte por todas las travesuras que hiciste en la ciudad, así irás a presentarte con el señor feudal.

- ¿Eh? – Ella no parecía muy convencida al respecto. - ¿Tengo qué hacerlo? No quiero.

- Rinrin. – Aisha se llevó las manos a la cintura. – Causaste problemas no solo al señor feudal, también a otras personas inocentes, familias y ancianos, eso no es bueno.

- … Eso… - Rinrin se dio cuenta y eso la puso triste. – Bien, me disculparé con todos. – Aisha y Kai sonrieron.

- Eres una buena niña. – Kai empezó a acariciar su cabello lo cual la hizo reír.

- Ey onii-chan, eso me hace cosquillas.

Luego de un rato, la bañera se preparó y Kai dejó que Rinrin y Aisha se bañaran primero, la pequeña sugirió que Kai entre con ellas pero los dos se negaron rápidamente debido a la vergüenza, ella tenía mucho que aprender.

Kai no esperaba ir tan pronto con dos figuras reconocidas en los tres reinos y los dos sean mujeres, pero si así es como resultó la situación ya tenía qué darse la idea que las demás figuras serían mujeres, tenía bastante por lo cual acostumbrarse a ese mundo.

Las chicas terminaron de bañarse, ya luego le tocó a él y al acabar llegó el momento de dormir, Rinrin tenía solo una cama y era pequeña así que iban a compartir, nuevamente Kai sugirió dormir en el suelo pero la pelirroja no iba a permitirlo y quiso que los tres duerman juntos, ya para vergüenza tanto de él como de Aisha, se metieron a la cama, los dos en los costados y Rinrin en medio, como si fueran una familia.

- (Realmente parecemos familia… como si Rinrin fuera nuestra hija… ¡Que estoy pensando!) – Aisha se sonrojó. – (No debo tener esos pensamientos con mi señor, soy una guerrera antes que una mujer.)

- (En serio esta niña…) – Sintió que lo abrazaba mientras se acomodaba, Kai sonrió por debajo. – (Nadie podría decir que es una guerrera fuerte… este mundo realmente es extraño, pero no hay malas personas… estas chicas son fuertes pero igual debo de protegerlas… eso haré…) – Empezó a cerrar sus ojos para ir al reino de los sueños, así pasó su segundo día en ese mundo.


Llegó la mañana, Kai no apareció en ese mundo y habló con Cu así que su sueño fue tranquilo, ya entonces despertó sintiendo ese calor a su lado, Rinrin dormía tranquilamente, el peliazul la acarició suavemente, ya vio en el otro lado que Aisha no estaba por lo que debió levantarse antes, apartó suavemente a la pelirroja para salirse de la cama, yendo afuera a la fuente para lavarse el rostro.

- Buen día mi señor. – Aisha le recibió con una sonrisa. - ¿Durmió bien?

- Sí… Rinrin no me soltó en ningún momento. – Ella igual soltó una risa.

- Ella es fuerte pero sigue siendo una niña, quizás deseaba el calor de alguien más… - Sonrió suavemente pero su sonrisa mostraba tristeza. – Ella debió vivir sola durante bastante tiempo, esa casa se ve abandonada de años… no sé por qué nadie ha hecho el esfuerzo por adoptarla.

- Parece que ella prefiere estar así, pero es cierto, no puede vivir sola… si pudiéramos hacer algo.

- … Mi señor ¿Qué dice de llevárnosla con nosotros? – Preguntó la pelinegra. – No me siente bien dejarla sola después de saber su situación, si se encariñó con nosotros, entonces hay que darle un hogar… de igual modo es fuerte, será una gran guerrera.

- No hay necesidad de que lo digas Aisha, pensé lo mismo. – Kai asintió. – Nos llevaremos a Rinrin con nosotros. – La pelinegra puso una gran sonrisa en su rostro.

- Mi señor…

- Uh… buen día… - Rinrin se levantó en aquel momento, su rostro estaba somnoliento, cuando ambos la vieron, compartieron una risa.

- Buen día Rinrin ¿dormiste bien? – Preguntó Kai.

- Sí… fue muy cálido. – Ella soltó un bostezo. - ¿Qué haremos hoy?

- Recuerda, vamos a que te disculpes a la ciudad. – Le recordó Aisha, eso hizo que ella desviara la mirada.

- Sí… es cierto jeje… - Rinrin esperaba que se olvidaran al respecto pero no hubo éxito. – Me prepararé…

Luego de un tiempo, los tres fueron a la ciudad, Rinrin tenía que disculparse con el señor feudal y todos en la ciudad, así todo estaría en paz, ya entonces fueron al palacio.

- ¡Somos Kanu Unchou y el mensajero del cielo, traemos a Chouhi Yokutoku para que se disculpe! – Anunció la pelinegra, ya entonces se abrió la puerta del palacio, Kai miró a la pelirroja.

- Recuerda, debes hacerlo con sinceridad.

- Sí… - Asintió ella, ya todo parecía ir bien pero entonces salieron varios guardias que los rodearon, apuntando sus armas.

- ¡Que sucede! – Exclamó Aisha, en ese momento salió el señor feudal.

- Jojojo~ finalmente vamos a deshacernos de esa molestia, maldita mocosa. – Este se sentía muy confiado. – Agradezco a ustedes por traer a esa criminal, ya me encargaré a partir de ahora.

- ¿Criminal? Es solo una niña. – Reclamó Kai. – No pueden usar la fuerza.

- ¡Claro que puedo, ella se atrevió a humillarme en múltiples ocasiones! Eso es algo que se paga con la muerte, soldados, tras ella. – Envió a sus hombres, eso no les gustaba para nada a Aisha y Kai.

- Usar la fuerza contra una pequeña… ¡Eso es inaceptable! – Kai fue hacia uno de los soldados y lo tomó del cráneo, entonces lo derribó al suelo con fuerza.

- Yo también ayudaré. – Aisha sacó su lanza y empezó a agitarla, golpeando a tres guardias con la parte posterior.

- Yo sabía que eras malo. – Rinrin le sacó la lengua, aquello solo encolerizó más al mandatario de esa ciudad.

- ¡Acaben con ellos, se los ordeno! – Gritó, todos los soldados fueron tras ellos, Kai sonrió.

- Así que un grupo contra tres… eso es una desventaja… para ellos.

- Vamos a acabar con ellos onii-chan. – Rinrin agitó su bastón grande, Aisha asintió.

- Esto no se quedará impune al buscar atacar a mi señor, yo pelearé para protegerlo.

- Vamos tras ellos. – Con esa orden de Kai, los tres comenzaron a batallar. Los soldados los tenían rodeados pero nada de eso evitaba para que pudieran defenderse, Aisha no pasaba por ningún problema en llegar a derribar a varios de los soldados.

- Intenten atraparme si pueden. – Rinrin buscó molestar a soldados para que la persiguieran, uno quiso atacarla pero ella se apoyó y con su arma le golpeó en el costado, ya luego con otro lo mandó a volar con facilidad.

- ¿En serio estos son soldados? Son débiles. – Kai vio a uno ir hacia él con una espada, el peliazul se agachó y entonces con un golpe en su abdomen lo derribó, otro quiso acorralarlo por detrás pero de una patada lo derribó, se fue haciendo su camino hacia el señor feudal que empezó a temer por su vida.

- ¡Eeeek, guardias, protéjanme! – Le exigió a su guardia que cortara el paso del peliazul, estos se pusieron de frente con sus lanzas, eso daba una distancia entre ambos. – Jeje ¿Qué harás? Esto es lo que pasa cuando desafías al gobernante. – Se sintió seguro, Aisha y Rinrin vieron a Kai en ese momento.

- ¡Mi señor!

- ¡Onii-chan!

- Y bien enviado del cielo ¿Qué harás? – Preguntó el señor feudal, Kai solo cerró los ojos y tomó un respiro hondo.

"Utilízalo chico, es tu arma ahora… podrás manejarla…"

La voz de Cu resonó en su cabeza en ese momento, Kai asintió y es que esa era una situación en la cual no podría usar los puños, así llevó su mano izquierda a la lanza en su espalda y la sacó.

- Si crees que era peligroso únicamente usando mis puños… no tienes idea de lo que pasará ahora. – Expresó Kai, en ese momento se movió velozmente, casi como si desapareciera, eso confundió a los guardias.

- ¡Que pasó! ¡A donde se fue! – Exigió saber el señor feudal, en ese momento uno de los guardias salió volando debido a un impacto. - ¡Que!

- Te lo dije. – Kai apareció y en ese momento golpeó en el rostro con parte de la lanza al otro guardia, los derribó sin problema alguno, ya entonces estaba a centímetros del señor feudal, apuntándole con la punta en su rostro, eso lo puso nervioso. - ¿Ya no tan confiado?

- Mi señor… - Aisha pudo sentirse relajado en aquel momento, el joven al cual decidió servir era fuerte.

- ¡Ese es mi onii-chan! – Celebró Rinrin. Kai seguía teniendo a su merced al señor feudal.

- ¡P-Por favor, perdóname la vida, te daré lo que quieras, riquezas, mujeres, te daré hasta la ciudad!

- Regalarías esta ciudad solo para proteger tu vida… en serio eres lo peor. – El rostro de Kai estaba totalmente serio. – Una basura como tú no merece la posición que tienes… corre lejos de aquí y nunca vuelvas.

- ¡S-Sí! – El señor feudal se fue corriendo de ahí en ese momento, Kai soltó un suspiro.

- Cobarde… - En ese momento lo abrazaron por detrás.

- ¡Onii-chan, eres el mejor! – Rinrin se sujetaba de él sin soltarlo.

- Mi señor… eso fue asombroso. – Expresó Aisha. – La fuerza y habilidad del cielo es grandiosa.

- B-Bueno… eso es solo… - Kai no sabía cómo explicarlo.

- Mandaste a volar a esos soldados como si nada, fueron así como fuash. – Rinrin imitó las onomatopeyas. – Y lograste que ese tonto huyera, eres realmente el mejor.

- … Jeje, es cierto. – Kai acarició el cabello de Rinrin.

- Mi señor, estoy totalmente segura ahora, usted es quien podrá poner fin a esta era de guerras y traerá la paz, yo realmente prometo seguirlo hasta el fin de los tiempos. – Se agachó en ese momento.

- ¡Rinrin también quiere estar junto a onii-chan! – Exclamó la pelirroja. – Todo será más divertido con ustedes, así que ella desea viajar con ustedes.

- Aisha, Rinrin… - Eso era una gran responsabilidad y Kai no sabía si podría llenar unos zapatos tan grandes, pero el hecho de llegar a ese mundo y bajo las circunstancias en las que se encuentra no parece una casualidad, necesitaba viajar para saber más de como llegó, y quien es el responsable, si está con ellas, puede que sea posible. – Está bien, vamos a hacer este viaje, para traer una era de paz.

- Mi señor… - Aisha sonrió. – Gracias.

- Ya que Rinrin estará con ustedes, serán mi nueva familia… finalmente no estaré sola. – Ella sonrió, Aisha la abrazó.

- Estaremos juntos a partir de ahora Rinrin, como familia… como hermanas.

- Aisha… mi hermana… - Ella levantó su arma, en ese momento Aisha igual.

- Mi señor, usted igual. – La pelinegra le señaló que hiciera lo mismo, Kai asintió con una sonrisa y entonces levantó Gae Bolg, juntándolo con las armas de las dos chicas. – A partir de este momento haremos un juramento de hermandad, aunque no estemos relacionados por la sangre, seremos una familia que se apoyará por siempre.

- ¡Por mi onii-chan y ahora Onee-chan! – Exclamó Rinrin, Kai estaba presenciando algo que recordaba de sus clases de historia, Kanu y Chouhi juraron ser hermanos y este era ese momento, solo que ahora su presencia era determinante, lo que le esperaba en ese mundo estaría lleno de sorpresas, pero lo afrontaría…


Rinrin tuvo que despedirse de todos los niños de la ciudadela, de igual modo hubo gente agradecida porque el señor feudal era alguien que se aprovechaba para cobrar impuestos altos, sugirieron que Kai se quedara como nuevo gobernante pero lo rechazó, iba a viajar con Aisha y Rinrin, quería conocer más de ese mundo y hallar pistas del ladrón que quiso robar aquel espejo.

- Vamos Aisha, onii-chan. – Rinrin tenía energías, la pelinegra soltó una pequeña risa.

- Ella tiene mucha energía… - Exclamó ella por debajo. – Mi señor, estaré contando con usted de ahora en adelante.

- Lo mismo digo Aisha…

- ¡Vamos! – Rinrin les pidió que se apresuraran. El viaje de ellos tres iba a comenzar, lo que vendría de ahora en adelante le esperaban muchas cosas y tendría muchos encuentros, el inicio de su leyenda…


Ey, hola a todos mi segundo fic de esta nueva camada de fics irregulares, ahora vengo con una historia de Koihime Musou, hace años jugué la primera novela, debo decir que fue una experiencia interesante lo que ofreció y tener tantas chicas que hay de donde escoger, combinarlo con el nasuverso, aunque en este caso solo sería la mitología celta con el hecho de que su antepasado es Cu y tiene Gae Bolg, , la idea me llegó hace un tiempo y deseo ver que tan lejos puedo llegar. Con este primer cap tan extenso damos inicio y abarqué el primer cap del anime, en sí mis planes es combinar un poco de todo, el plot del primer Koihime pero con todos los personajes vistos en Shin, igual algo del anime para varias, tengo muchos planes con esta historia que deseo puedan ver, espero disfruten de lo nuevo que traeré, por ahora eso es todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.