Kai se libró del trabajo y ahora finalmente podía darse un descanso, si anteriormente le hubieran dicho que su vida actual se trata de puro trabajo de oficina, no se lo hubiera creído pero ahora entiende lo aburrido que es administrar una ciudad.
- Buen trabajo Kai-san. – Shuri entró en aquel momento a la oficina.
- Ey Shuri ¿Qué tal las finanzas?
- Ya me encargué de todo. – Esta sonrió. – No tenemos más trabajo el día de hoy.
- Perfecto. – Estiró las manos. – Estar encerrado horas firmando papeles es aburrido, en serio que me hace recordar a mis tareas escolares.
- Jeje, no digo que pueda entenderlo, pero igual es importante el trabajo de oficina, una ciudad puede administrarse mejor si su gobernante entiende todo, desde el fondo que es la economía, seguridad y sistema del gobierno.
- Lo sé, pero no deja de ser aburrido… ¿no puedo dejárselos a ti y a Hinari?
- Eso no Kai-san, es parte de tu responsabilidad. – la pequeña rubia frunció el ceño.
- Lo siento, solo bromeaba…
- Entienda que, como una de sus estrategas, deseo que logre mantener una buena imagen frente al ojo público, si bien Aisha-san puede ser su general más cercana, puede verme como su mano derecha… aquella en quien puede confiar cuando deba tomar decisiones difíciles, no me gustaría que lo decida todo sin consultarme a mí o a Hinari-chan.
- Descuida, no soy alguien que haga eso, así que siempre que deba de decidir algo, al igual que idear estrategias, puedo contar con ambas. – Respondió, Shuri sonrió.
- Sí no tiene nada más que decir, debería regresar a mis estudios.
- ¿En serio estudias? A pesar de ya saber demasiado. – Comentó Kai.
- Nunca es tarde para dejar de estudiar y aún hay muchas cosas las cuales desconozco. – Ella ya se iba pero Kai entonces iba detrás. - ¿Kai-san?
- Sí hay cosas que desconoces, me pica la curiosidad saber que estudias, así que permite que te acompañe.
- ¿Eh? E-Eso no es necesario, yo me siento mejor estudiando sola. – De un momento para otro Shuri empezó a ponerse nerviosa, lo cual levantó algunas sospechas en el peliazul.
- Shuri… ¿Qué estás estudiando?
- N-Nada malo, lo juro, es simple información que usaré a futuro, lo juro. – Kai enarcó una ceja.
- Mentir no te llevará a nada bueno, será mejor que me digas.
- En serio, es solo información aburrida que…
- Shuri. – La voz de Kai era firme, lo cual trajo miedo a la rubia que no sabía cómo responder de regreso, ya en su mente buscaba idear la mejor estrategia para escapar de ese embrollo, lo malo es que ni siquiera una mente tan brillante como la suya le lograba encontrar una solución, alargar el asunto solo traería más problemas así que no le quedaba de otra.
- Bien… Kai-san, le diré que estoy estudiando. – Le dijo que se acercara, así entonces lo hizo y ella fue a su oído para susurrarle. – Estoy estudiando técnicas de cama…
- … ¿Qué? – Kai no sabía qué pensar. - ¿Por qué estudiarías técnicas de cama?
- N-No lo diga en voz alta. – Reclamó ella con el rostro sonrojado, cubriéndolo con sus manos. – Bueno… fue algo que surgió de repente, Hinari-chan y yo estábamos acomodando los libros de la biblioteca, entonces de repente cayó uno con una portada que nos llamó la atención, entonces lo vino y decía algo sobre técnicas de cama, entonces empezamos a leerlo y… - No pudo decir más, el peliazul soltó un suspiro.
- Shuri, no tengo derecho a decirte que puedes leer o no, pero creo que no es lo mejor que ambas puedan estudiar.
- N-No es nada malo, en realidad ha sido muy educativo, en serio… por ejemplo, hay un capítulo dice que para complacer mejor a un hombre hay que…
- Detente, no es algo que deba de saber. – Kai la interrumpió. – Solamente espero que… no lo uses de forma equivocada.
- Para nada Kai-san, Hinari-chan y yo no seremos descuidadas, solo usaremos esto con usted. – En ese momento ella se tapó la boca al darse cuenta de lo que dijo. - ¡Por favor, olvide eso!
- Shuri… en serio, ojalá no te vuelvas una gran pervertida.
- ¡Kai-san, no es lo que cree!
Durante el resto del día, Shuri intentó convencer a Kai de que no se volverá una pervertida, ella aún tiene un largo camino por delante con sus estudios.
Shion había citado a Kai para una reunión informal, nada de hablar sobre economía y esas cosas, simplemente por el placer de reunirse y más porque Riri quería verlo, de algún modo se encariñó su hija con él.
- ¡Onii-chan! – La pequeña corrió a abrazarlo apenas lo vio. – Volviste.
- Claro Riri, siempre vuelvo. – Le acaricio su cabello.
- Juju~ realmente mi pequeña te ha agarrado cariño. – Shion llegó detrás de ella.
- Por alguna razón le agrado a los niños, incluso así era en el pasado. – Solo recordaba cómo es que dentro de la pandilla en la que estaba, siempre llegaban niños que lo veían como una especie de figura a seguir, aunque en realidad no debía ser así.
- No cabe duda que podrías ser un buen padre. – La pelilila puso una expresión traviesa, alertando un poco a Kai.
- P-Para nada, aún soy demasiado joven para pensar en formar una familia y todo eso.
- Entiendo~ - Shion sentía algo de diversión en molestar al peliazul de ese modo. – Por ahora, pasemos, serviré el té. – Así entraron al jardín donde él se sentó, Riri aprovechó en sentarse justo sobre las piernas del joven y luego Shion llegó con el té y galletas.
- ¡Yay~ galletas! – Ella tomó una para empezar a comer, ya entonces Shion le pasó su taza a Kai y empezaron.
- ¿Cómo ha ido todo hasta ahora? – Preguntó Kai respecto al trato que hicieron.
- Perfecto, hemos estado recibiendo cosechas de los pueblos cercanos y mercaderes han entrado, me alegra que haya podido establecer una buena relación con usted.
- No es nada, incluso considero que es mejor tener aliados, más que nada porque actualmente solo ocupo la ciudad y no soy un gobernante reconocido ante el emperador. – Fue lo que Shuri le había explicado, en realidad entraron a la ciudad de forma extracurricular, debido al anterior gobernante la abandonó a su suerte y no había un decreto que dijera que Kai es legítimo.
- Descuide Kai-sama, sí intentan hacerle algo, puedo interceder por usted, creo que igual cuenta con el apoyo de Kousonsan en ese caso.
- Estaré contando con su ayuda entonces.
- Onii-chan, juguemos. – Riri estaba algo aburrida, el peliazul soltó una pequeña risa.
- Claro, vamos a jugar. – Eso alegró a la pequeña, en ese momento estaban por el jardín a lo cual Riri llevó una pelota, Kai sabía qué hacer, lo cual en ese momento él comenzó a patearla y que Riri fuera tras ella para devolverla, Shion veía con una sonrisa a los dos.
- (Kai-sama realmente es una buena persona, tal y como había escuchado acerca del enviado del cielo, es alguien justo y amable, sí Riri se encariñó con él, no tendría problemas en que pueda ser su nuevo padre… luego de la muerte de mi querido esposo, no deseo que ella se quede sin una figura paterna, quizás Kai-sama pueda…)
- ¡Mami! – La voz de su hija la sacó de sus pensamientos. – Mira.
Kai estaba maniobrando la pelota con sus piernas, haciendo algunos trucos, ya como igual jugaba futbol, sabía algo, ya entonces la pasó alrededor de su pierna y llevó a su cabeza.
- Sabe bastante Kai-sama.
- Es de un juego de dónde vengo, puede decirse que lo tengo todo manejado.
- ¡Asombroso! – Riri estaba muy emocionada. Ya luego de un rato de juego, la pequeña estaba cansada, actualmente estaba durmiendo en el regazo de Shion mientras esta la acariciaba.
- Gracias por venir a jugar con Riri.
- No es por nada, ella tiene mucha energía, aunque veo que no tiene a su padre.
- Sí… - La pelilila bajó la mirada. – Mi esposo murió hace tiempo, debido a que había una guerra, él fue un general reconocido, bastante valiente y fuerte, lo quería más que nada en el mundo pero acabó cayendo en batalla.
- Esto… lamento haber sacado algo así. – Se disculpó Kai, Shion negó con la cabeza, un rostro sereno lo adornaba.
- No es necesario que se disculpe, si bien sufrí su pérdida, ahora necesito avanzar, por mi hija y por el pueblo que estoy protegiendo, Kai-sama… quiero que me ayude a protegerlos igual, que sigan sonriendo libres de preocupaciones.
- Eso haré. – Respondió el peliazul con seriedad. – Sigo pensando que esto del mensajero del cielo no va conmigo, pero si puedo traer paz a las personas… haré lo que esté a mi alcance.
- Juju eso me deja más tranquila. – Ella acarició la mejilla del peliazul. – Nada me gusta más que un hombre valiente~
- ¿Eh? ¿Qué haces? – Se alejó rápidamente.
- Lo siento, es que siendo una mujer adulta y solitaria me impulsa a hacer ciertas cosas y es que eres realmente tierno, dime ¿no quisieras ser el nuevo papá de Riri?
- ¡S-Shion, no es momento para bromas! – Kai estaba avergonzado, sacando una pequeña risa a Shion.
- Lo lamento… pero en realidad no estoy bromeando… o sí, quien sabe. – Sacó la lengua, Kai estaba agotándose de esos actos, pero era verdad lo que ella decía, haría lo que fuera por la felicidad de su familia y la suya propia… y quizás en Kai podía estar lo que ella buscaba.
- Gracias por acompañarme Kai-san.
- No es nada Hinari, encargarte de los asuntos mercantiles no debe ser sencillo. – Kai y Hinari se encontraban recorriendo las calles, ella tenía que visitar a los mercaderes para llevar un recuento de cuanto han vendido y decidir el impuesto a pagar.
- Awawawa… pensé que podría hacerlo sola, pero me da algo de miedo hablar con otros… - Ella bajó la mirada.
- La timidez es algo que se puede superar con tiempo y esfuerzo, así que por eso estoy contigo, para que puedas dar tus primeros pasos ¿entendido?
- S-Sí. – Llegaron al primer destino, Kai le señaló a la peliplateada para que hablara, esta se armó de valor.
- V-Vengo a discutir sobre el impuesto a pagar.
- ¿Sí? Ya voy. – En ese momento salió un hombre que tenía unas pintas extravagantes, no tenía cabello frontal, solo en los lados, un bigote fino y barba como de garfio, estaba vestido en unas prendas bastante llamativas. - ¿Y esta niña?
- Awawa… soy la encargada de finanzas de la ciudad, quisiera hablar con usted sobre los impuestos que tiene que pagar.
- ¿En serio tengo que hablar de esos asuntos con una niña? Deberías de estar jugando o algo así.
- (¿Qué le pasa a este sujeto?) – Kai solo pudo enarcar una ceja, además de verse como un payaso, estaba siendo grosero con Hinari, quería intervenir pero eso evitaría que ella aprenda a relacionarse con otros, y encontrar a gente grosera es parte de ese aprendizaje.
- Y-Yo soy una oficial y estratega del enviado del cielo, tengo los estudios que lo comprueban.
- Pues que estudios tan horribles debieron haber sido, para permitir que una enana como tú tenga un puesto en el gobierno.
- Voy a golpearlo… - Kai realmente deseaba decirle unas cosas, en aquel momento Hinari volteó a verle, tenía un rostro decidido, aquello sorprendió al peliazul ya que no la había visto con esa expresión, sabía que ella se encargaría así que se quedó en su sitio.
- Escuche señor, estudié bajo la tutela de Suikyou-sensei, la que es consideraba la erudita más sabia del reino, eso es más que valía suficiente para mostrar que estoy cualificada y sí sigue insultándome a mí y a mis estudios, es como si estuviera insultando los esfuerzos de mi maestra, y es algo que no puedo permitir ¿entendido? – Esta apuntó con su abanico al mercader el cual se puso nervioso.
- Y-Yo…
- Responda.
- ¡Sí, lo siento! – Este se disculpó, Kai no esperaba ver que Hinari se molestara, ya cuando el mercader se puso de rodillas para disculparse, ella recuperó su sonrisa.
- Aceptado, ahora discutamos finalmente sobre sus impuestos. – Así entraron a su establecimiento, no sin que antes Kai le levantara el pulgar en señal de aprobación. Un rato más tarde, ella salió y continuaron recorriendo la ciudad.
- Debo decirlo Hinari, me sorprendió ver que actuaras de esa manera.
- Awawawa… lamento que me viera de esa forma Kai-san, es que el haber escuchado que insultara a Suikyou-sensei, era inaceptable… - Ella estaba sonrojada, el peliazul acarició su cabeza.
- No es nada de lo cual avergonzarse, eso demuestra lo mucho que quieres y respetas a tu maestra.
- Sí… Shuri-chan y yo aprendimos mucho de ella y sin eso… quizás no estaríamos aquí, sirviéndole a usted como estrategas.
- No creas que solamente las tengo a mi lado por su utilidad o inteligencia, es porque ambas son bastante buenas y amables, justo el tipo de persona que respeto y admiro.
- Kai-san… ¿nos admira? – Ella estaba algo asombrada.
- De dónde vengo, esos valores ya no se ven muy a menudo, no quisiera decir cosas pesimistas, pero lo cierto es que la gente es una basura andante, el mundo se ha ido a la mierda y les encanta cambiar las cosas a su antojo, ya hasta conocimiento que debería ser de sentido común lo tachan como herejía y no hay respeto hacia a otros como individuos o familia, prácticamente te insultan dependiendo de tu orientación sexual, genero, raza o religión.
- Eso es horrible… - Comentó Hinari por debajo.
- Por esa razón es que admiro mucho a ti y a las demás, porque trabajan y tratan a los demás sin ningún tipo de prejuicio, lo cierto es que ese mercader me recordó a la gente que conozco y casi hace que le diera un puñetazo en todo su rostro.
- ¡Awawawa Kai-san, no haga algo así! – Reclamó Hinari con nervios, el peliazul soltó una risa.
- Descuida, supiste manejar la situación con calma, demostrando que puedes hacerle frente a la gente, espero que sigas así.
- … Claro, lo haré. – Hinari sonrió, le alegraba poder cumplir con las expectativas de Kai, eso la impulsaba a trabajar mejor.
- Por cierto, no deberías estar leyendo técnicas sexuales, no es bueno para ti. – Y entonces su sonrisa se borró, cambiando a un rostro totalmente rojo.
- ¡K-Kai-san, como sabe eso! – Al final continuaron su camino hasta terminar, al final Kai no le dijo a Hinari sobre cómo se enteró de sus estudios, no fue hasta que Shuri le contó, las dos vivirían con la vergüenza de haber sido descubiertas como pervertidas de closet.
Kai y Touka decidieron tomar un cambio de aire por lo que actualmente estaban visitando los pueblos vecinos para ver cómo se encuentra la situación en estos, aunque en un inicio Aisha se rehusó a que solo vayan ellos dos, el peliazul aseguró que nos les pasaría nada, de esa forma estaban yendo a caballo en ese momento.
- Ya debemos estar cerca. – Comentó el peliazul. De ese modo pudieron llegar al primer pueblo colindado con la ciudad, detuvieron sus monturas para bajarse.
- Es el enviado del cielo.
- Enviado-sama.
La gente comenzó a rodearlo como una especie de héroe, un trato del cual Kai seguía sin acostumbrarse pero que Touka disfrutaba de observar.
- Señor enviado y señorita Ryubi, un gusto verlos. – Se acercó un anciano el cual era el encargado del pueblo.
- Un gusto igualmente, el motivo de nuestra visita es el de ver como progresan las cosechas de su pueblo. – Informó ella, el anciano asintió.
- Pueden observar nuestros cultivos, prometemos pagar pronto el tributo que debemos a la ciudad.
- No es necesario, pero se agradece. – Exclamó Kai. – Entiendo que la gente de su pueblo igual debe de tener comida, no quisiera ser alguien que se quede con todo.
- Señor enviado, aprecio totalmente sus palabras de generosidad, a pesar de todo tengo un deber con usted y su gobierno, por eso seguiré pagando con una cierta cantidad de nuestros cultivos.
- Bien… - A Kai no le sabía bien el quitarles algo de lo que cultivaban los del pueblo, ya que ellos fácilmente necesitan más la comida que él. Ya un rato después, los dos estaban mirando hacia los campos en silencio.
- Es bueno ¿no? Ver a toda esa gente trabajando feliz. – Expresó Touka.
- Así es, trae una sensación de paz… - Nuevamente hubo un silencio, ya en aquel momento la pelirrosa miró a Kai.
- Kai-kun… entiendo que quizás te haga mal el que debas cobrarle tributo a los pueblos como este, pero es parte de cómo funciona el gobierno, con pagar una parte de los cultivos, se puede proveer al ejército.
- Eso lo entiendo… demonios, sé muy bien que la política no es mi fuerte pero es que es lo mismo, incluso de dónde vengo, los poderosos acaban quedándose con la mayor parte de las ganancias para enriquecerse sus bolsillos, no quiero ser ese tipo de gobernante.
- No lo eres Kai-kun. – Aseguró Touka con seguridad. – Todos en la ciudad e incluso en los pueblos lo saben, desde que estás gobernando ha aumentado bastante la seguridad y comercio en la región, la gente ha estado muy feliz y lo sé porque he escuchado lo que dicen mientras me paseo… todos ellos te están agradecidos. – Esas palabras dejaron sorprendido a Kai durante unos segundos, ya luego sonrió.
- Que cosas… simplemente hago lo que considero que es justo.
- Es esa misma razón por la cual la gente te sigue. – Respondió ella con una gran sonrisa. – ya que estamos aquí ¿quieres ayudar a recoger la cosecha? Durante el tiempo con mi madre, siempre ayudaba en el campo así que estoy totalmente confiada de mi habilidad.
- Muy bien, sí con eso podemos acelerar el proceso, hagámoslo. – Una vez se decidió, los dos estaban en el campo, para recoger verduras de la tierra había una forma específica de hacerlo a lo cual Touka le enseñó al peliazul.
- De este modo la agarras del tallo y entonces tienes que plantarte firme en el suelo, no uses demasiada fuerza o se romperá, así. – La pelirrosa le mostró como, así logrando sacar una zanahoria, Kai soltó un silbido. - ¿Lo tienes?
- Claro, con mi fuerza no habrá problemas. – Se arrimó las mangas de la camisa del uniforme y entonces sujetó el tallo. – Sin mucha fuerza… - Kai entonces empezó a jalar pero resultó que la zanahoria que había agarrado ya estaba floja por lo que salió con facilidad, pero igual hizo que perdiera el equilibrio. – ¡Woah!
- ¿Eh? ¡Kyah! – Sin querer cayó encima de Touka, ahora la tenía por debajo, quedando sus rostros a unos centímetros. - … Esto…
- … Lo siento, no fue mi intención, lo juro. – Se disculpó Kai, pensaba que eso no fue pura coincidencia. – (De nuevo debe de ser la mala suerte que igual heredé de Cu…)
- D-Descuida, no es nada, jeje… - Ella soltó una risa para esconder su vergüenza, tener el rostro tan cerca del peliazul, a tal punto de sentir su aliento la tenía roja. – Puedes levantarte…
- Ah, sí, claro. – Se levantó, ahora ambos tenían un cierto ambiente raro. – Creo… que deberíamos continuar recogiendo ¿no lo crees?
- S-Sí, continuemos. – De ese modo continuaron la labor, Touka no pudo olvidar durante el resto de ese día lo cerca que estuvo de Kai y lo cual la dejó confundida por ciertas razones que ella desconocía.
Así pasaron los días, el peliazul se estuvo encargando tanto de asuntos políticos respecto a la ciudad como entrenar, ya sea con Aisha y Rinrin o en sus sueños con Cu, su dominio de la lanza había progresado paulatinamente, puede señalar que durante aquellos días no sucedió nada de peso.
- Kai-san, acaba de llegar una carta. – Informó Hinari en aquel momento, el peliazul levantó la vista.
- ¿Qué dice?
- Es de parte del emperador. – Eso causó que detuviera su trabajo, rascándose la nuca.
- Parece que se acordó que existe esta región, dámela para que lea. – La peligris le dio la carta a lo cual Kai empezó a leer su contenido. – Entiendo… ¿puedes llamar a las demás? Es importante que conozcan esto.
- Claro. – Así ella se fue para llamar a las otras chicas, Kai solo pudo soltar un suspiro. – Un tiempo después, ya todos estaban reunidos en la sala principal, Kai estaba al frente de todas.
- Ya estamos aquí mi señor. – Respondió Aisha.
- No haré el asunto largo, en pocas palabras, ya van a lanzar una ofensiva contra el ejército de los turbantes amarillos y debemos participar junto a la región de Gi. – Informó Kai.
- Ya veo… lo más seguro que solo seamos un refuerzo menor, el ejército de Gi es mayor en cuanto a números. – Pensó la pelinegra.
- Supongo que debemos hacerlo o, mejor dicho, es una obligación. – Expresó Sei.
- Sí con esto podemos traer seguridad a la gente, es nuestra mejor opción. – Señaló Kai, las chicas sonrieron. – Habrá de reunirnos con los hombres de Gi en cierta sección cercana a nuestras fronteras, parece que ahí está instalado el ejército.
- ¡Vamos a pelear! – Exclamó Rinrin con emoción. Ya con todo dicho, empezaron las preparaciones para partir, llevarían un número favorable de soldados, en sí estaría conformado por los escuadrones de Aisha, Sei y Rinrin, del mismo modo se juntarían con Kousonsan y Shion para formar un solo grupo el cual iría.
Al día siguiente ya se encontraban listos para partir, salieron de la ciudad y el grupo avanzó hasta reunirse primero con Kousonsan.
- Ey enviado. – Saludó la pelirroja. – Reuní al menos a unos sesenta hombres, es todo lo que tengo.
- Descuida Kousonsan, entre nuestras fuerzas apenas llegamos a los cien. – Respondió, en ese momento llegó Shion. – Ya estamos todos.
- Hola Kai, Kousonsan. – Saludó la pelilila. – Espero no sea molestia que solo pudiera traer a unos cincuenta hombres.
- No es molestia alguna Kouchuu, es lo malo de ser señores feudales de ciudades pequeñas. – Kousonsan soltó un suspiro.
- Nuestro aliado nos está esperando, es mejor no dejarlos parados, avancemos. – Señaló Kai. El ahora ejército pequeño de la región empezó su avance, necesitaban reunirse con Gi antes del anochecer.
- Por cierto ¿con quién estaremos peleando juntos? – Preguntó Rinrin.
- Según escuché, se trata de Sousou Moutoku, es una señora feudal que ha estado ganando mucha fuerza en Gi últimamente. – Respondió Kousonsan, en aquel momento Kai entrecerró los ojos.
- (También conozco ese nombre, es prácticamente una persona importante dentro de la historia de los tres reinos, y quien gobierna Gi, según la historia original, debería de ser quien la unifique, pero no sé qué tanto cambia mi presencia esa parte.)
- ¿Y es fuerte? – Los ojos de la pequeña se iluminaron.
- Rinrin, no vamos a pelear contra ellos, sino a combatir en conjunto, es mejor que no hagas algo innecesario. – Expresó Aisha, la pequeña hizo un puchero.
- Bien~
- En cualquier caso, es mejor que mantengamos una buena imagen, no sería bueno tenerlos como enemigos a futuro. – Expresó Kai. El grupo continuó en un viaje de casi seis horas hasta que finalmente llegaron a las fronteras con Gi.
- Ahí se encuentra el campamento. – Señaló Kousonsan. Vio las carpas erigidas del ejército de Gi, ya cabalgaron hasta llegar a estas, bajándose primero Kai y sus allegadas.
- Hay que saludar a Sousou. – Comentó Kousonsan. En ese momento se vio a un grupo al frente, tratándose de unas cuatro mujeres, la que estaba al frente de cabellos rubios atados a dos coletas tenía la pinta de ser a quien debían dirigirse.
- (Esa enana debe de ser Sousou, puede parecer pequeña, pero mi estancia en este mundo me ha enseñado a no juzgar las apariencias.) – Avanzaron hasta quedar al frente de ellas.
- Así que ustedes deben de ser el refuerzo enviado de Shoku ¿eh? – Comentó la rubia con media sonrisa.
- Debe de ser Sousou Moutoku, un gusto conocerla, soy Kousonsan Hakukei. – Ella extendió la mano pero la rubia pasó de largo, ella ahora estaba frente a Kai.
- Si no creo estar mal, debes de ser el tan rumoreado enviado del cielo ¿no?
- … Es lo que dicen, aunque realmente no me considero como tal. – El peliazul sentía un cierto aire peligroso en Sousou, ya de por sí sus agallas le habían indicado en muchas ocasiones cuando trataba con pandillas rivales.
- Ya veo… según varios relatos, dicen que es un hombre fuerte y que podrá traer la paz a China, pero no veo nada más que un hombre simplón.
- ¿Qué dice? – Aisha se mostró molesta por las palabras hacia su señor, Kai volteó a verla para decirle con la mirada que no hiciera nada.
- Entiendo que piense así de mi persona, lo cierto es que igual me considero alguien promedio.
- Jeje que gracioso eres. – La rubia se dio la vuelta. – Espero que con tus acciones puedas respaldar todos esos rumores de los cuales se hablan de ti.
- Mis generales y yo vamos a hacer lo posible por detener a esos rufianes, eso podemos asegurarlo. – Expresó con seguridad, una gran sonrisa se formó en el rostro de Sousou.
- Eso espero, volvamos a nuestra casa de campaña. – Así ella y sus allegadas se fueron, en aquel momento el ambiente pesado desapareció.
- Ella… me ignoró… - Kousonsan tenía un tic en el ojo izquierdo.
- ¿Qué le pasa? Eso no fue bueno. – Rinrin estaba molesta por cómo se dirigieron a Kai.
- Pues ella tenía forma de respaldarlo, pude sentirlo y es fuerte. – Expresó Sei con seriedad.
- Mi señor, le aconsejo que tengamos cuidado con ella, no sabemos que pueda planear. – Expresó Aisha, Kai asintió.
- Eso mismo pensaba… pero luego nos ocuparemos de ello, primero vamos a instalarnos, hay mucho qué hacer. – Había que alzar sus toldos para descansar, Kai sabía que seguiría lidiando con Sousou, por ahora eran aliados para detener al ejército de los turbantes amarillos pero no sabía que podría ocurrir a futuro, necesitaba mantenerse en su lado bueno por ahora.
Se colocó el cuartel temporal del ejército de Kai y ahora podían descansar, él tenía su propio toldo para descansar de noche, ya para ese momento el sol se había ocultado y las fogatas iluminaban el páramo.
- Kai-san, lo más seguro es que mañana en la mañana tengamos la junta para decidir el ataque. – Comentó Shuri. – Así que nos reuniremos con Sousou y su estratega para la división de ataque.
- Ese debe ser la opción hasta ahora. – Comentó este. – Todos están agotados por el largo viaje así que esta noche de descanso no está nada mal.
- ¿Qué vamos a cenar? – Preguntó Touka, en aquel momento Kai sonrió.
- Oye Hinari ¿trajeron lo que pedí?
- Esto, claro, todo se encuentra en el carruaje externo. – El peliazul sonrió puesto que algo tenía en mente y por supuesto que llamó la atención de las chicas.
- ¿Qué tiene pensado hacer mi señor? – Preguntó Aisha.
- ¿Acaso no sienten curiosidad de saber como es la comida de donde vengo? Justamente preparé ingredientes para esta ocasión. – En aquel momento ya trajeron la caja con todo lo que pidió, dentro se encontraba masa de harina, tomate, queso, cebolla, hongos y carne. – Vamos a preparar una de las mayores exquisiteces de la era, la pizza.
- ¿Pisa? ¿Qué es eso? – Preguntó Sei, tan confundida como el resto.
- Solo vean y esperen. – Kai había hecho el trato de antemano con los pueblos para tener los ingredientes y pudo hablar con panaderos para tener la masa preparada, ya en aquel momento se encontraban afuera donde estaba una mesa instalada con los utensilios de cocina. – Primero vamos a darle forma a la masa. – Con un rodillo comenzó a aplanarla hasta dejarla totalmente plana, ya entonces la tomó y empezó a girar para darle forma circular, el resto observaba con algo de curiosidad lo que su señor estaba realizando. – Una vez listo esto, siguen los tomates, hagamos salsa.
Ya fue por los tomates y entonces empezó a cortarlos en trozos, de ese modo luego le sería más fácil hacerlo puré para la salsa, una vez terminó, tomó un martillo para aplastar los pedazos dentro de un cazón y de ese modo hacer la salsa, ya entonces tomó sal y pimienta para condimentarlo y lo puso a fuego lento.
El siguiente paso fue hacia los ingredientes a colocar encima, comenzó cortando la cebolla, luego los hongos, el queso y de último la carne hasta dejarlo en trozos pequeños y finos, tuvo que esperar un tiempo para asegurarse que la salsa estuviera lista, ya entonces tomó una cuchara y empezó a ponerla sobre la masa aplanada y cubrirla en su totalidad, después ya puso el queso encima y colocó los ingredientes cortados.
Ahora lo colocó dentro de un horno que habían llevado y solo quedaba esperar, para ello Kai había colocado un reloj de arena para que pase el tiempo, justamente el hecho de ver a tantos reunidos llamó la atención del ejército de Gi y con ello Sousou junto a sus generales.
- ¿Qué es esto? – Preguntó la rubia.
- Parece ser que es algo del enviado del cielo. – Respondió la mujer de cabello albino a su lado.
- Karin-sama, no es importante que pierda su tiempo con ese hombre, hay cosas importantes que hacer. – Expresó la otra chica de cabello castaño que iba con ella.
- Alto ahí Keifa ¿no notas ese olor? Algo me dice que están cocinando, vayamos a ver. – Llamada por la curiosidad, decidió acercarse, las otras tres con ella no tuvieron de otra que seguir a su señora. En ese momento la arena del reloj dejó de caer, señal de que estaba listo.
- Ya está terminado, ahora solo tomamos la tabla y afuera. – En aquel momento el olor invadió los alrededores, viendo el fruto del trabajo de Kai y el humo que expulsaba.
- Eso huele bien. – Expresó Shion.
- Dame lo sirvo. – Kai cortó un pedazo y lo dejó sobre un plato. - ¿Quién quiere el honor de tener el primer bocado?
- Yo quiero onii-chan. – Rinrin se adelantó, en ese momento tomó el pedazo y le dio una mordida, al hacerlo, sus ojos se abrieron totalmente. - … Esto… está… ¡Delicioso! – Exclamó como nunca antes había hecho.
- Ahora sigo yo. – Sei fue la siguiente en tomar un pedazo y comerlo. – Es verdad… la salsa tiene un sabor magnifico y esta combinación de verduras y carne sobre una capa de queso… es simplemente algo mágico. – Kai escondió una risa.
- ¿Qué le dije? Es solo una millonésima parte de la cocina que conozco, pueden comer.
- Vamos entonces. – Expresó Touka, ya todas empezaron a comer en ese momento.
- ¡Oigan, déjenme algo a mí! – Se quejó Kousonsan de que podría quedarse sin comerlo, por ahora Kai estaba satisfecho con su trabajo.
- Sí que llamas la atención bastante. – Escuchó a Sousou acercarse.
- ¿Qué me dice? ¿Quiere probarlo igual? – Sugirió.
- ¿Ah? ¿Por qué Karin-sama haría eso? No va a comer nada de su sucia comida. – Expresó la castaña.
- Eso no fue nada amable. – Rinrin hizo un puchero.
- Keifa. – La rubia miró a "Keifa" – No sería molestia.
- Claro. – Cortó un pedazo y se lo sirvió a la rubia. – Aquí tiene.
- Gracias. – Sousou tomó el pedazo y en aquel momento lo comió, sus ojos se abrieron totalmente. - … Jeje, en serio Sawamura, eres una caja de sorpresas.
- Que puedo decir, solo estoy usando lo que se.
- No solo eres buen cocinero, también ya he escuchado sobre tus hazañas y no pareces ser un mal guerrero… déjame hacerte una oferta, únete a mi ejército en Gi una vez acabemos con esta guerra. – Esa sugerencia no pasó desapercibida por todas en aquel momento, aún más por las chicas que estaban con él.
- ¡Karin-sama, que está haciendo! – Reclamó Keifa. – No me diga que quiere que este sucio hombre…
- Keifa, si quiero cumplir mi ambición, debo de reunir a los guerreros más fuertes que haya en toda China y no cabe duda que el enviado del cielo sería una adición que me impulsaría bastante.
- Lamento si estoy interviniendo Karin-sama, pero estoy de acuerdo con ella, no podemos dejar que simplemente lo reclute aún sin haber visto su fuerza en combate. – Expresó la pelinegra del vestido rojo.
- De todos modos mi señor no irá con usted. – Aisha se puso de frente. – Él ya tiene un deber como enviado del cielo, aquel que unificará a toda China.
- ¿Oh? ¿Eso es verdad? Y además… - Sousou puso una sonrisa traviesa viendo a la pelinegra. – No estás nada mal, eres realmente hermosa, dime ¿no quieres pasar una noche conmigo?
- ¿Eh? – Aquella sugerencia dejó descolocada a Aisha. - ¿Q-Que está diciendo? ¿Una noche para qué?
- Deseo explorar ese hermoso cuerpo que tienes~ - Aisha no pudo evitar sentir escalofríos, en ese momento Kai colocó su mano de frente.
- Lo siento, pero Aisha no está para cumplir tus deseos y de todos modos no pensaba en aceptar tu oferta. – Respondió el peliazul. – Tanto ella como las demás parecen tener depositadas las esperanzas en que logre algo y no deseo defraudarlas por nada del mundo.
- Mi señor… - Aisha sonrió al escuchar las palabras de Kai, Sousou simplemente se mantuvo neutra.
- A pesar de todo, no pienso ceder, sí quiero ser la mayor gobernante que se haya visto, requiero de toda la fuerza disponible y veo que tanto tú como ella serían grandes adiciones, así que, quieras o no, vendrás conmigo.
- Y yo digo que no. – Kai se puso firme con su decisión pero Sousou tampoco cedería, era demasiado terca pero fiel a sus ambiciones, en ese momento las chispas volaban de los ojos de ambos.
- Podemos resolver esto de un modo. – Sugirió en ese momento la pelialbina. – Un combate entre yo y nee-sama contra ustedes dos, así quien gane deberá aceptar la petición del vencedor ¿Qué dicen?
- (Viendo como Sousou es bastante terca al respecto, supongo que una apuesta de ese tipo será suficiente para calmarla.) Bien, aceptamos. – Respondió Kai, ella sonrió.
- Perfecto, yo, Kakouen Myousai, pacto este duelo por aceptado.
- Y yo, Kakouton Genjou también estoy de acuerdo… voy a dejarte en mal estado. – Ella miró fijamente a Kai, este entonces pudo saber que ellas igual eran generales famosas, las más fuertes del ejército de Sousou.
- Bien, lo haremos dentro de una hora, pueden prepararse en ese tiempo. – Expresó Sousou. – Ya deseo ver que tan grande es la fuerza de mis futuros guerreros. – Sin decir nada más, se retiraron en ese momento.
- Mi señor… ¿Cómo pudo aceptar esa propuesta? – Preguntó Aisha.
- Es cierto, no creo que simplemente con un duelo les dejen en paz. – Comentó Sei, Kai negó con la cabeza.
- Si Sousou es tan honorable como creo que es, aceptará el resultado del duelo, independientemente de cuál sea.
- Podrán ganarles a esas dos, Onii-chan y Aisha son muy fuertes. – Exclamó Rinrin con seguridad, Kai asintió.
- Aisha, debemos hacer esto, seguro que tampoco deseas que Sousou te lleve a la cama.
- E-Eso… es verdad. – Expresó ella con algo de vergüenza. – Lo daré todo en este duelo contra generales tan fuertes como ellas dos.
- Eso haremos Aisha. – Kai y Aisha podrían recalcar en las filas del ejército de Sousou, todo pende de un hilo con el resultado del duelo de ellos dos contra Kakouton y kakouen, lo que fuera a pasar es algo que se vería más adelante…
Ya con esto tenemos otro cap, ya puse un poco más de interacción con las chicas restantes y viene ya la batalla final contra los turbantes, ya ahí igual conocimos a Sousou y compañía y como agarró interés en Kai y Aisha, tanto para pelear contra ellos, es algo que veremos en el siguiente cap pero igual ya vendrá otro pj, nos vemos. Saludos.
