Capítulo 7: Rojo

Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima, la historia es de mi propia invención

El sol brillaba y la gente paseaba por las calles de una brillante Magnolia que había amanecido un sábado más dando la bienvenida a otro día de rutina. En el centro de ésta, se levantaba un gran edificio de 7 plantas que albergaba la mayoría de las tiendas comerciales de la ciudad convirtiéndose en el punto de encuentro de una gran parte de los adolescentes y jóvenes adultos que vivían en el vecindario; sentado en uno de los bancos del interior del edificio, un pelirrosa jugueteaba con su móvil sin poder dejar de mirar la hora mientras de vez en cuando levantaba la cabeza y miraba los alrededores, en busca de una rubia sonriente.

-¡Natsu!

El chico giró la cabeza y sonrió aliviado a Lucy quien venía corriendo desde el otro lado de la estancia. Se mordió el interior de las mejillas para evitar soltar una carcajada cuando vio más de cerca a Lucy: las gotas de sudor adornaban su blanca piel mientras dejaban restos del maquillaje que borraban por donde pasaban, cerca de la comisura de los labios tenía una pequeña mancha de pasta de dientes y su pelo, ¡oh dios su pelo! Era simplemente otra historia.

- Yo... Lo siento joder... - Decía Lucy una vez llegó al frente de Natsu entre jadeos por el cansancio que le había provocado la pequeña carrera, irguió bien su espalda y cogió aire profundamente buscando estabilizar un poco su respiración- Perdona de verdad, me quedé dormida anoche en el sofá así que esta mañana no he podido escuchar el despertador, cuando quería darme cuenta ya...

Lucy no pudo terminar su explicación porque un irritante pelirrosa había estallado en risas finalmente, la rubia hizo un pequeño mohín mientras Natsu suavemente le pasaba una mano cerca de los labios para quitar los restos de pasta de dientes que descansaban en su comisura. La rubia pegó un pequeño respingo con su tacto pero seguidamente se unió a la risa del pelirrosa al ver la mancha blanca de pasta de dientes en el pulgar de su amigo.

- Mira, no importa, era algo que tenía muy claro que iba a pasar. ¿Por qué no te acomodas un poco ese nido de pájaros que tienes en la cabeza y después buscamos el regalo de Gray? Vamos, el centro comercial no va a cerrar por llegar 15 minutos tarde. - Decía aún entre pequeñas risas el chico intentando volver a su estado normal, a pesar de avisar a Lucy con dos semanas de antelación sobre su escapada para comprar el regalo de Gray, no dudaba ni por un segundo que su amiga, como siempre, conseguiría llegar tarde. Si se trataba del instituto o una cita con cualquier otra persona, Lucy era la persona más diligente del mundo y seguramente hubiese llegado 10 minutos antes de la hora acordada, ¿pero quedando con él? Nunca había conseguido llegar a la hora, y hoy lógicamente no iba a ser menos.

Lucy giró lo más rápido que pudo y se acercó al escaparate más cercano para mirar su reflejo, dejó caer su mandíbula al verse y sin dudarlo acomodó lo mejor que pudo su rubio cabello. Cuando estuvo satisfecha, se giró para encarar a su amigo e insultarlo por el comentario anterior pero se le secó la garganta en el momento en que Natsu la agarró por la cintura y emprendió camino con ella. La rubia no sabía como el aire podía llegar hasta sus pulmones cada vez que tenía al chico cerca, habían pasado alrededor de dos semanas desde que solucionaron todo y su relación con el tiempo había tomado un tono incluso mejor que el qué mantenía antes de su pelea; para desgracia de su pulso, su corazón y sus piernas, Natsu se había convertido en el chico más atento y cariñoso que Lucy había tenido cerca. Cada vez que el chico tenía la oportunidad no dudaba en acercarse a ella o decirle lo guapa que era, entrelazaba sus manos la mayoría del tiempo que pasaban juntos o la abrazaba más tiempo de lo que está establecido para los "mejores amigos"; ella no podía evitar estar en el cielo con todo aquello, juraba que sus costillas estaban hechas de titanio porque era imposible que pudieran soportar los bandazos de su corazón contra estas, ¡Natsu se comportaba como si fuera su novio por favor! Y ahora estaban en aquella situación nuevamente, él agarrando su cintura como si fueran una pareja normal mientras buscaban el regalo de Gray.

Pasaron por delante de un par de tiendas y entraron en la última de estas, Lucy comenzó a tironear de la mano del pelirrosa mientras balbuceaba cosas que no entendía: unos chinos camel que combinaran con ¿qué? ¿y qué cojones era un pashmina? Suspiró, siguió el camino que la rubia marcaba y decidió que él no tenía ni puñetera idea de nada y que la rubia escogería un regalo maravilloso, como siempre. Soltó su mano y dejó que la chica rebuscara entre los montones de ropa bien apilada que se extendían en los diferentes muebles de la tienda; se quedó mirándola y no pudo dejar de apreciar cada movimiento que ésta hacía y es que desde que las cosas se habían arreglado entre ellos, no habían estado separados el uno del otro casi en ningún momento del día. Se rio mientras la veía jugar con una pequeña niña que correteaba entre las mesas de la tienda, es que incluso dormían juntos las noches que el padre de Lucy desaparecía -es decir, casi todas las noches- y ella no quería dormir sola; comenzó a dar vueltas por la tienda y casi chocó con un par de chicas que le sonreían descaradamente desde el momento en que habían entrado por la puerta, las miró de arriba a abajo mientras se disculpaba con ellas y continuó mirando la ropa mientras de reojo no perdía de vista a la rubia. Ya no recordaba ni si quiera la última vez que había mirado a una chica que no fuera Lucy e incluso había bloqueado el número de Sting del móvil para que no siguiera intentando que saliera el fin de semana con él, así que todo había vuelto a la normalidad ¿no? Pues no. Para nada.

Lucy había cambiado demasiado en los últimos tres años, o tal vez simplemente estaba tan absorto en sus problemas que no pudo notar esos cambios, pero tenía claro que las cosas habían cambiado; siempre fue Lucy "su mejor amiga" y ya está, no Lucy la que tenía la sonrisa más bonita que había visto en mucho tiempo o Lucy la que hacía que que se tambaleara cada vez que la veía mover sus caderas al andar, no era Lucy la que no dejaba de dar vueltas por su mente, no Lucy siendo tan...

La nombrada llegó corriendo desde la otra esquina de la tienda sonriéndole mientras decía su nombre, llevaba en las manos una camiseta blanca y unos pantalones cargo negros pero claro que Natsu no había notado todo eso, estaba tan metido en sus pensamientos y en la rubia que no fue capaz de procesar todo lo que Lucy balbuceaba. Una pregunta rondó la mente del pelirrosa, ¿le gustaba Lucy? Se mantuvo sumido en sus pensamientos mientras Lucy, al ver que Natsu le ignoraba olímpicamente, rodó sus ojos y empezó a mover la mano delante de la cara de su amigo.

- Natsu, ¿quieres hacerme caso, por favor? Quiero saber si te gusta el regalo que he escogido, podrá usarlo el día que Juvia también le dé su regalo- Natsu reaccionó y miró a Lucy quien estaba con el ceño fruncido y la boca ligeramente torcida, cansada de que su amigo no estuviera haciéndole caso.

- Sí, claro- El pelirrosa miró a la rubia de la misma forma en que miraba al profesor de matemáticas por lo que la rubia no pudo evitar reírse a carcajadas, el chico era un caso perdido. Lucy suspiró y se acercó a la caja para poder pagar el regalo, a ella le había gustado el conjunto y como no podía contar con Natsu para estar segura, pediría ticket regalo para que Gray pudiera cambiarlo sin problema. La rubia se froto la sien mientras caía en la cuenta de que a pesar de ser Natsu quién le había sugerido lo de comprar el regalo, como siempre ella había acabado encargándose de todo; agradeció a la dependienta que acababa de atenderla, se giró, agarró la mano de Natsu y se encaminó hasta la cafetería más cercana para "reponer fuerzas".

Natsu vio como Lucy se acercaba al mostrador embelesado, adoraba la risa de la rubia y la manera en la que se enfadaba con él constantemente. Rio mentalmente cuando vio como su amiga volvió con la bolsa y lo agarraba sin preguntar siquiera, definitivamente la pregunta que se había hecho no necesitaba respuesta; sabía que aún era muy pronto y que sin duda no había olvidado a la pelirroja, pero no podía negar que Lucy le gustaba.

El día había pasado bastante rápido para el par de amigos entre risas y paseos mientras entraban a alguna que otra tienda, ahora eran alrededor de las 19:30 y se dirigían camino a casa de la rubia para finalizar el día. Lucy iba al lado de Natsu escuchando sus historias y las tonterías que había hecho en los últimos años que estuvieron separados, mientras tanto el pelirrosa hablaba con los ojos iluminados por las lágrimas que se le escapaban provocadas por la risa; Lucy rio suavemente a un comentario sobre Gray que había dicho Natsu, en ese tiempo su amigo había crecido tanto que el pensamiento de que sobraba en su vida había aparecido demasiadas veces en la mente de la rubia. Ahora volvían a ser los "mejores amigos" y se habían contado todo lo que no habían vivido juntos, pero en realidad, ¿volvía a ser todo igual? ¿podían seguir siendo Lucy y Natsu contra el mundo? Ella quería creer que si pero la realidad chocaba de bruces contra la rubia, ahora cada uno tenía vidas completamente paralelas: Natsu había vivido tantas experiencias y conocido a tantas personas que lo habían convertido en un verdadero chico de 17 años, ¿pero ella? Ella no había salido de su círculo de amigos y ni que decir tiene que no tenía ninguna experiencia en nada más que en salir a alguna discoteca unas cuantas veces con sus amigos. Suspiró y miró al frente con la voz de Natsu de fondo, ya no conocía a su mejor amigo, ¿dónde le gustaba salir? ¿cuándo fue su primera borrachera? ¿seguía llorando en su habitación cuando echaba de menos a su padre? ¿seguía sufriendo por Erza...?

Natsu contaba entre risas el viaje que hizo con Elfman y Sting a una casa de campo con unas amigas de este último, se giró y pudo ver a Lucy con la mirada perdida y la cabeza quien sabe dónde; calló instantáneamente mientras seguía mirándola, se preguntaba si tal vez le estaba incomodando con tanta anécdota o si había dicho demasiadas tonterías a lo largo del día. Se abofeteó mentalmente y apartó la vista para dejar de mirar a su amiga, ¿desde cuándo él se paraba a pensar en si hacía o no tonterías con alguien? El pelirrosa continuó maldiciendo mentalmente unos cuantos minutos más, para cuando se quiso dar cuenta ya estaban frente a la puerta de la casa de Lucy. Natsu miró a Lucy y le sonrió mientras rozaba suavemente su hombro, la chica salió de su ensoñación y correspondió la sonrisa de su amigo con un suave beso en la mejilla seguido de un tímido gracias que se veía eclipsado por el tono carmín que había adoptado su cara; casi al momento en qué los labios de Lucy rozaron la mejilla del pelirrosa, Natsu sujetó contra si mismo por las caderas a la rubia alargando lo máximo que pudo la cercanía de ambos. La pareja se quedó ahí mirándose por unos segundos sin decir nada, olvidando por un momento todas las dudas y preocupaciones que rondaban por sus mentes para simplemente disfrutar de todo lo que habían perdido al estar separados; se escuchó un grito masculino desde la entrada de la casa y los dos volvieron de un salto a la realidad avergonzados. Se rieron tímidamente mientras Natsu soltaba la cintura de Lucy, el chico despeinó con la mano libre la cabeza de su amiga y sacó unos auriculares del bolsillo de su pantalón para prepararse a emprender el camino a casa; Natsu suspiró y no volvió la vista atrás, odiaba tener que "volver a la realidad" cuando se alejaba de Lucy, porque eso significaba tener que enfrentar una realidad en la que todavía tenían problemas que resolver y recuerdos que no dejaban de doler.

Lucy entró en su casa y subió a paso rápido hasta su habitación bajo los gritos de su padre que, extrañamente había llegado más temprano a su casa; antes de cerrar la puerta de su cuarto escuchó a su padre maldecir y llamarla mucho más fuerte, pero aún así Lucy pegó un portazo y se apoyó en la pared más cercana ¿quién se creía su padre para reprocharle nada? Jamás se preocupaba por ella, ahora estaba cogiendo una rabieta solo por su reputación y por el "qué dirán". Desde que la rubia tenía memoria sabía que su padre intentaba que ella tuviera una relación "cercana" con el hijo de alguna empresa influyente del país, así él conseguía las dos cosas que siempre había querido: tener asegurado un acuerdo de grandes cantidades de dinero con algún rico caprichoso y quitarse a Lucy de encima. Él nunca se había parado a pensar en lo que Lucy realmente quería o necesitaba en su vida, siempre había sido muy receloso con sus amigos porque no eran el estándar de una "chica de su clase" ¡a la mierda! Ella adoraba a sus amigos y su padre no podría cambiar eso, mucho menos cuando se trataba de Natsu; Lucy bufó al techo y tiró la chaqueta en una esquina de su habitación mientras se abalanzaba sobre su cama y ahogaba un grito en su almohada, había llegado tan feliz después de haber pasado todo el sábado con Natsu y su padre tenía que estropearlo. Soltó la almohada, se colocó bocarriba en su cama y se mordió el labio mientras intentaba calmar su pulso que se había acelerado sólo con pensar en lo que había sucedido momentos antes ¿qué había pasado en la entrada de su casa? ¿de verdad los amigos se metían en esas situaciones? ¿un amigo podía mirarla con esos ojos? Se le curvaron los labios en una sonrisa estúpida y ahogó un grito entre sus manos mientras sus esperanzas aumentaban, al menos sus esfuerzos hasta ahora servían para algo, tal vez Natsu si podía verla de otra manera.

Natsu llegó hasta su casa, cerró la puerta de la entrada y dejó caer su cabeza sobre esta, ¿a qué estaba jugando? Se sentía muy bien estando así con Lucy, no podía evitar esa necesidad de estar más cerca de ella tanto emocional como físicamente, ¿de verdad seguían siendo "mejores amigos"? ¿ella también se sentía así cuando estaban juntos? Se apartó de la puerta y caminó lentamente hasta la cocina, agarró el pomo de la puerta y antes de abrir se paró a pensar en lo anterior, ¿sentir qué, exactamente? Si, Lucy le gustaba pero nada más. Empezar una historia que ni siquiera estaba seguro de que fuera a funcionar ahora que había recuperado a la chica...No estaba dispuesto a perder todo por algo así, ¿no? Abrió la puerta de la cocina y se desplomó sobre la barra de la cocina, necesitaba ayuda para aclarar sus ideas y sin duda su hermana era la mejor de las opciones a pesar de su corta edad.

-¿Wendy? ¿Estás en casa?- gritó el pelirrosa sin conseguir respuesta por parte de su pequeña hermana.

Volvió a gritar al aire y esta vez le pareció escuchar un suave golpe en el techo que provenía de la habitación de su hermana en la primera planta, decidió prepararla un zumo de naranja y un sándwich cortado en dos mitades; le subió la comida a Wendy hasta su habitación pero cuando entró, la vio concentrada en terminar sus deberes por lo que descartó el momento "charla de hermanos"; segunda opción: Gray.

Tal vez no era la mejor opción pero era el único de sus amigos que tenía una relación estable con su novia, Natsu también había tenido pareja lógicamente no era la primera vez que le gustaba alguien pero con Erza la cosas fueron siempre una excepción. Erza era exactamente igual que Natsu: impulsiva, descarada y la chica más fuerte que había conocido -tanto física como mentalmente-; Lucy era todo lo contrario: era tímida, dulce como la que más pero cuando se enfadaba tenía la misma fuerza que Erza, pero sobre todas las cosas...Lucy era su mejor amiga, ¿cómo podría cambiar esa visión a convertirla en su novia? O peor aún, ¿cómo Lucy podría verlo de otra forma que no fuera como su mejor amigo? Nunca había visto a Lucy tener novio pero claro que había miles de chicos detrás de ella, Natsu se había encargado de espantar a los máximos posibles pero era inevitable que esa chica tan bonita se fijara en alguien, y ese alguien tenía claro que no había sido él ¿no? Dejó la comida en el cuarto de su hermana, le besó la frente y mientras cerraba la puerta miró la hora en la pantalla del móvil: 19:30 de la tarde; estaba oscuro porque era invierno pero no era tan tarde como para que su amigo estuviera cenando, podía llamarlo. Bajó rápidamente las escaleras y se lanzó al sofá del comedor, sacó el teléfono y marcó el número de su amigo.

Uno, dos, tres tonos y no contestaba; volvió a intentarlo: cuatro, cinco tonos y tampoco. ¿Qué estaba haciendo ese cabeza de hielo? Natsu estaba entrando en pánico, necesitaba hablar con alguien antes de hacer algo que pudiera hacer daño a Lucy ¿qué clase de amigo era ese hijo de la grandísima...? Calló antes de terminar aquella frase cuando vio la pantalla de su teléfono iluminarse mostrando la llamada entrante de Gray.

-¿Se puede saber qué es tan sumamente importante para no cogerme el teléfono en un momento tan serio como este, cabrón?- Le gritaba Natsu a un todavía adormecido Gray

-Deja de chillar loco, me había quedado dormido viendo una película, ¿cómo quieres que escuche el teléfono? Dios, ¡eres peor que Juvia!- Natsu bufó y le pareció escuchar un reproche al otro lado de la línea pero creyó que eran imaginaciones suyas.

- No te soporto, te lo prometo. En fin, me da absolutamente igual lo que estuvieras haciendo: te necesito, colega.

- Ahora que me has despertado, me tocará escucharte, claro. ¿Qué ha pasado ahora? ¿Alguna otra chica tenía novio y no lo sabías antes de acostarte con ella?¿O tal vez es que...- No pudo terminar la frase porque se vio interrumpido por Natsu.

- Me gusta Lucy, puede que más de lo que creo o puede que menos no lo sé pero necesito que me ayudes antes de cagarla.

Al otro lado de la línea, se hizo el silencio durante un par de minutos; Natsu mordió su pulgar para intentar controlar la ansiedad que amenazaba con aparecer, ¿era algo tan impactante, de verdad? De pronto, la estruendosa risa de Gray interrumpió sus pensamientos.

-¿Se puede saber de qué te ríes ahora?- preguntó al punto del colapso el pelirrosa, de verdad que no entendía la mente de su amigo.

- Dios tío, eres un lento- decía el pelinegro entrecortadamente por la falta de aire a causa de la risa

- ¿Lento? ¿Qué dices?

-Uf... Déjalo, entonces ¿cuál es el problema?

-¡¿Cómo que cuál es el problema?! Lucy es mi mejor amiga, no puedo decirle que me gusta sin más, perderíamos la amistad y...

-Natsu.

-Y ella no querrá saber nada más de mi...

-Nat-su.

-Además, yo todavía pienso en Erza y eso no es un buen comienzo para una relación y...

-¡NATSU!

-¿Quieres dejar de interrumpirme?

- A Lucy le gustas, es más, está enamorada de ti.

-¿Pero qué dices ahora, idiota?

- Lleva años enamorada de ti, ¿de verdad no habías notado nada? ¿cómo si no alguien perdonaría todas las idioteces que has hecho? Lucy se moría cada vez que te veía con esas chicas.

Dejó de llegarle el aire a los pulmones y sin poder evitarlo, una sonrisa estúpidamente grande le cruzó la cara, a Lucy también le gustaba. El pelirrosa no pudo parar de reír mientras escuchaba las idioteces de su amigo y los planes de futuro que tenía para ellos desde hacía años; en esas, tocaron a la puerta. Mientras Natsu seguía pendiente del teléfono, abrió la puerta y juraba por dios que si no hubiera estado Gray al otro lado de la línea, habría tirado el teléfono al suelo.

-Hola, Natsu- Si había pensado en algún momento por pequeño que fuese en que su corazón pertenecía por completo a su amiga rubia, lo retiraba y enterraba bajo tierra; el corazón se le desbocaba del pecho, la respiración se le cortó por completo y las manos le temblaban. Gray seguía diciéndole desvaríos por el otro lado del teléfono pero el pelirrosa era incapaz de salir del shock; la chica que estaba en la puerta le sonrió dulcemente y para Natsu sin duda fue el final de su cordura.

- Erza...


Este capítulo ha sido reeditado para podáis comprender mer la historia y que la disfrutéis tanto como yo lo hago 3

Bueno por fin surgía el amor, SURGÍA si, pasado, la historia de estos dos no va a ser tan fácil, aún tienen muchas cosas que superar. Espero que os esté gustando la historia, miles, MILLONES de gracias a los que le dedicáis un poquito de tiempo a esta historia, gracias de verdad. Me encantaría que me dijerais que os parece la historia en los comentarios y que tal os está pareciendo la trama y si alguno había adivinado esta giro de los hechos!

Un besito, se despide Noah