Capítulo 41: Miedos
Terminaba de batir lentamente la mezcla en sus manos, viéndola con su mente perdida en otro lugar… en un lugar peligroso. Sonic soltó un pesado suspiro. Generalmente la cocina lo distraía lo suficiente como para poder dejar sus pensamientos atrás, pero esta vez sus pensamientos eran demasiados pesados, ni siquiera esa ridícula mezcla de masa para hacer dumplings (N/A: empanadas chinas rellenas de carne y verduras) había podido distraerlo.
Sonic colocó el plato sobre el mostrador para así recargarse sobre el mismo soltando un pesado suspiro. Lo sucedido hace a penas un par de horas atrás no dejaba de atormentarlo, nunca imaginó que tener lidiar con su libido iba a ser un problema si ya estaba saliendo con alguien.
–…Pero tenía que ser con ella – masculló endureciendo su mirada.
Luego de aquel primer beso Sonic se había percatado de lo complicado que estaba haciendo que eso funcionara, en especial por las barreras que existían entre ellos y lo difícil que estaba haciendo para ambos dejar su amistad atrás, pues eran muy buenos amigos.
–… Los mejores– murmuró el erizo con pesar.
Sonic soltó un suspiro, endureciendo la mirada; era por esa razón que se había prometido a sí mismo que no cruzaría esa línea tan delicada, en especial luego de concordar que únicamente estarían saliendo para ver si entre ellos algo podría funcionar, de ser el caso contrario regresarían a ser amigos. Sonic sabía que, aunque seguramente sería difícil al principio, podrían superar aquellos actos normales de quienes salen, como los besos o las inocentes caricias, si no funcionaba sabía que podrían retomar su amistad dejando ese momento como una divertida anécdota que sólo compartirían entre ellos; sin embargo, eso cambiaría si ellos decidían ir un paso más lejos.
–No quiero perderte…– se dijo a sí mismo cerrando sus ojos con pesar.
Odiaba jugar seguro, pero sí con eso podía mantenerla en su vida, así no funcionara lo de ellos, lo haría; así tuviera que reprimir todo lo que su cuerpo le gritaba que quería hacerle.
–Así será – asintió Sonic decidido –Lo hice antes puedo hacerlo ahora – se dijo con convicción.
La puerta del apartamento se abrió de pronto, estremeciéndolo. Sonic dirigió su mirada a la entrada para ver a Silver atravesar el umbral, soltando un suspiro imperceptible lleno de alivio. No era ella.
–Tú… – masculló Silver para ver al erizo azul con una intensa mirada y una postura amenazadora.
Sonic se estremeció ante su mirada y su tono de voz molesto, una que denotaba su ira contenida. Era casi imposible hacer a Silver enojar, y lo peor era que se miraba enojado con él.
–Amm… ¿Pasa algo? – preguntó Sonic con una sonrisa nerviosa retrocediendo un paso ante la postura intimidante del erizo plateado.
–¡CLARO QUE PASÓ ALGO! – vociferó Silver para ver sus ojos iluminarse azotando la puerta a sus espaldas con sus poderes. Era peor de lo que pensaba. –¡Explícame por qué demonios le dijiste a Knuckles que me gustaba Blaze!
–Oh-Oh…– soltó sintiendo Sonic un sudor frío recorrerlo.
Sonic jamás pensó que realmente Knuckles fuera a volver a mencionar el tema, mucho menos con él. ¡Maldita sea! ¡Estaba en grandes problemas!
–¡Nada de "Oh-Oh"! – dijo Silver para caminar hacia él –¡Tienes alguna idea de lo que haz hecho!
Sonic retrocedió un par de pasos al ver al erizo plateado envolverse en un aura de un celeste, no estaba molesto ¡Estaba hecho un demonio!
–E-Escucha, Silver… eso fue…
–¡Ahora tengo una cita con Blaze!
–¡Yo no qui…– calló de golpe ante sus palabras. –Espera ¿qué? – soltó Sonic alzando una ceja –¿En serio te gusta Blaze?
–¡¿EH?! ¡N-No! – exclamó apaciguando su ira, sintiendo sus mejillas ruborizarse ocasionando que Sonic le diera una mirada incrédula. –Es decir… – balbuceó Silver desviándola la mirada, sintiendo como el nerviosismo se apoderaba de él –No lo sé… creo… ¡No lo sé, no lo sé! – habló entrando en pánico, uno que había logrado contener hasta ese momento.
Luego de su abrupta invitación a salir y la respuesta afirmativa por parte de ella, un silencio incómodo se había situado entre ellos dos. Blaze lo observó con sus mejillas pintadas de un intenso carmín, asintiendo con su cabeza e indicándole que esperaría el mensaje de cuándo sería y luego se había marchado, en silencio. Silver por su parte, se había quedado paralizado, incapaz de sacudirse el estado de shock; no estaba seguro cómo había pasado, pero se había conseguido una cita con una de sus más preciadas amigas, con la más preciada de todas.
Silver endureció su mirada para chasquear ansioso. Todo eso era demasiado por procesar, demasiado para él. Sintió la mirada intensa por parte de Sonic, era obvio que su vaga respuesta no había sido suficiente.
–¿Seguro que no lo sabes? – insistió Sonic con una media sonrisa.
–Bueno…– continuó Silver desviándole la mirada –Quiero decir, Blaze es una mujer excepcional, podría gustarle a cualquiera– se excusó sintiendo sus mejillas arder –Es hermosa, delicada, inteligente, cuida de otros y de alguna manera, aunque tiene una forma tosca de ser, siempre saber qué decir– murmuró el erizo plateado para que una suave sonrisa se pintara sobre sus labios y una expresión serena se dibujara en su rostro –Ella siempre está cuando más la necesitas y… – Silver silenció al percibir la sonrisa socarrona por parte de su amigo. –¿Qué?
–Creo que la pregunta correcta sería desde cuándo – habló Sonic sonriente.
Sintió como una ola de calor lo golpeaba fuertemente. Silver jamás se había atrevido a pensar en Blaze en algo diferente que no fuera su amiga, pues en realidad nunca pensó que ella sería capaz de verlo a él como algo diferente, es decir, él no era nadie especial.
–¡Maldita sea, maldita sea! – exclamó Silver para caminar en círculos en la sala –¿Por qué aceptaría a salir con alguien como yo? – se preguntó en voz alta, dejando que su vieja amiga la ansiedad hiciera casa en él. –Es decir, ella es tan…– paró su caminar incesante –Increíble – sonrió ante eso –Y yo soy tan… yo– dijo borrando aquella mueca de felicidad.
–Tú eres bastante asombroso por tu cuenta – dijo Sonic colocando una mano sobre su hombro en un intento de tranquilizarlo, alarmándolo al verlo a su lado.
–No, no, no – se soltó para caer en pánico nuevamente –¡Mírame! – exclamó –¡Si lo deseo podría levitar todo a mi alrededor! ¡Y no tienes una idea del esfuerzo que estoy haciendo para mantener mis poderes a raya o Tails me colgara vivo si vuelvo a destruir otro amueblado! – vociferó retrocediendo frenéticamente de su amigo –¡Yo… Yo no…
Silver calló al sentir un horrible palpitar en sus sienes mientras aquella presión en su cabeza se acrecentaba. No podía lidiar con eso. El aire empezaba a faltarle, mientras todo a su alrededor empezaba a darle vueltas. Sujetó su cabeza con ambas manos sintiendo de nuevo aquella energía abrumadora recorrerlo, de nuevo sentía que algo dentro de él explotaría, acrecentando la ansiedad que sentía. No podía controlarlo ¡No podía mantenerlo a raya!
Esto pasaba cada vez que sus emociones desbordadas se salían de control, lo que terminaba con inmobiliaria destruida o gente en el hospital gravemente herida. Estaba perdiendo el control ¡Lo estaba perdiendo todo!
–¡Hey, hey, hey! – la voz de Sonic acalló sus pensamientos –¡Mírame a los ojos! – pidió el erizo azul con urgencia colocando sus manos sobre sus hombros fuertemente. Silver abrió sus ojos los cuales de nuevo brillaban de forma incandescente para así ver al erizo azul que le sonría de forma tranquilizadora –¿Recuerdas? Concéntrate en algo, mírame a mí – le dijo para que la voz serena de él lograra bajar los altos niveles de energía que ahora manejaba –Y respira… como en la prepa, ¿recuerdas? Respiras por la nariz y exhalas por la boca – comandó serenamente para que Silver asintiera forzadamente. Cerró sus ojos para repetir esas respiraciones un par de veces sintiendo como la energía que lo carcomía empezaba a disminuir de intensidad –Eso es… ¿ves? No pasa nada – habló Sonic sonriente observando de reojo como los muebles a su lado dejaban de brillar y tambalearse, aliviado.
Sonic lo soltó para que Silver abriera los ojos lentamente, ahora con un mohín más relajado, ocasionando que el erizo azul expandiera su sonrisa, esa misma que le transmitía que nada malo pasaría.
–…Gracias – murmuró Silver desviándole la mirada, apenado –Llevábamos mucho tiempo sin hacer eso.
–Bueno, llevabas mucho tiempo sin una cita – le sonrió Sonic burlesco, tensando al erizo plateado otra vez –¡P-Pero está vez será diferente! – dijo apresurado en un intento de evitar que Silver volviera a enloquecer.
Silver se dejó caer en uno de los sillones, él no miraba ninguna diferencia. Los vividos recuerdos de cuando él mismo se encerraba en las bodegas de suministros del instituto en un intento de no perder el control, o en su caso de lastimar a nadie si lo hacía, aún lo acechaban; para finales de su primer mes en la preparatoria había logrado destruir 17 balones de basquetbol, 11 colchones de ejercicio, 7 pelotas de fútbol, 4 repisas de trofeos, 2 escobas y 1 puerta.
Silver soltó un pesado suspiro rememorando aquellos fatídicos días. La ansiedad era su peor enemigo y ser el chico nuevo de la escuela no había ayudado en nada, en especial luego de su primer episodio en donde había levitado a toda la clase de química y hecho explotar las ventanas al mezclarse las sustancias en el aire ganándose el miedo y rechazo de sus compañeros.
Para el primer mes en su nueva escuela ya se conocía todas las bodegas de suministros de todo el edificio… al igual que Sonic.
Silver recordaba tan vívidamente la primera vez que se había topado con Sonic.
Inicio del Flash Back
–Tú eres el chico nuevo ¿no es cierto? – escuchó decir para así levantar su cabeza que yacía oculta entre sus rodillas mientras yacía sentado en la esquina de la bodega, ahora hecha un desastre, del equipo de atletismo.
Silver vio a un erizo azul que se abría paso de forma cautelosa entre el equipo de atletismo que yacía disperso en el piso, para acercarse a él. Pegó su cuerpo aún más a la pared a sus espaldas, asustado; podría jurar que había perdido a los bravucones que lo habían seguido luego de la hora de salida.
Silver sintió su corazón latir a prisa, no sabía si esta vez podría mantener el control mientras le daban la paliza de su vida o lo perdería como en su última escuela, lo que ultimadamente había causado su expulsión. Su madre ya tenía suficientes problemas como para ver de buscarle una nueva escuela en otro distrito escolar.
Silver cerró sus ojos con fuerza listo para lo que se vendría recordándose una y otra vez que debía de controlarse, sin importar cuanto doliera.
–¡Amigo eso que haces es increíble! – felicitó el erizo azul de repente, ocasionando que Silver abriera sus ojos para así verlo con sorpresa por lo que ahora le decía ¿Estaba alucinando? –Aunque parece que necesitas perfeccionarlo un poco – dijo con una sonrisa nerviosa viendo el desastre a su alrededor –Mi nombre es Sonic – se presentó –Sonic the Hedgehog.
–Ammm …Silver – murmuró desviándole la mirada, desconfiado.
El erizo se colocó de cuclillas a una distancia prudente de él para sonreírle de forma amigable.
–Bueno Silver, ¿piensas salir de ahí o esperas a alguien? – preguntó divertido.
–Déjame solo – pidió abrazando sus piernas nuevamente, endureciendo su expresión.
–¡¿Lo encontraron?! – la voz de aquellos que lo estaban persiguiendo se escuchó en las cercanías, tensándose. –¡Busquen en el gimnasio!
–Oh no… – soltó Silver con miedo en su voz para ponerse en pie, aterrado.
No tenía a donde huir y esta vez estaba en un lugar cerrado con cientos de objetos a su alrededor, si perdía el control esto podría tornarse mal para todos, en especial para sus bravucones. No quería lastimar a nadie… no otra vez.
Pasos veloces se escucharon para así ver tres musarañas de color verde aparecer en la entrada del gimnasio, quienes tenían una sonrisa afilada dibujada en su rostro, viéndolo victorioso.
–¡Lo encontramos! – se felicitaron entre sí con una sonrisa maliciosa. –¡Momento de hacer pagar al fenómeno por destruir nuestro trofeo de relevos!
Silver sabía que tenían razón de estar molestos, todo eso era su culpa, él se lo había buscado. Apretó sus labios fuertemente convirtiéndolos en una fina línea, sintiendo aquella nube de pesar que siempre lo había acompañado, si tan sólo fuera como todos los demás, sin tan sólo pudiera…
–Oh vamos Swifty, era un trofeo de tercer lugar – la voz del erizo azul distrajo sus pensamientos pesimistas –Si me lo preguntas, es mejor si se borra ser el tercer perdedor del campeonato del año pasado – rio Sonic divertido.
Silver lo vio posicionarse frente a él, casi de una forma protectora.
–No te metas en esto Hedgehog, no te incumbe – amenazó la musaraña con una mirada amenazante.
–Supongo que es cierto – asintió Sonic para darle un vistazo de reojo y una sonrisa confiada –Tampoco sería de mi incumbencia si Knuckles se llega a enterar quienes se robaron las esmeraldas que su familia donó para adornar los jardines del instituto.
Las musarañas se tensaron ante las palabras del erizo azul para verse en silencio, hablándose entre miradas ¿Qué acaba de pasar? ¿Acaso el erizo azul los había amenazado muy sutilmente?
–Lo dejaremos pasar esta vez… ¡Andando! – dijeron para correr velozmente fuera de la vista del erizo azul.
Silver los vio marcharse con la cola entre las patas. Su vista se fijó sobre el erizo azul un tanto anonadado, pues nunca nadie había hablado por su bien, mucho menos intervenido en una merecida paliza.
–¿Por qué hiciste eso? – inquirió Silver velozmente.
–¿Uh? – exclamó Sonic para voltearlo a ver –Porque somos amigos – le sonrió abiertamente.
Fin del Flash Back
Sonic había sido su primer amigo, uno que lo había defendido de varios incidentes similares a ese. Cada vez que sentía que sus poderes lo traicionaban y buscaba refugio en alguna de las bodegas de suministros, como era su costumbre en un intento de aislarse de todo y de todos, Sonic siempre encontraba la forma de ubicarlo y lograr evitar los peores episodios a través de una charla tonta o con algún un chiste sin gracia o, como fue más adelante, con instrucciones muy especificas que lo hacían respirar y tranquilizarse.
Sonic era el único que lograba tranquilizarlo cuando pasaban cosas como esas… de hecho, era el único que sabía cómo hacerlo, pues siempre se sintió muy avergonzado para contárselo a nadie más.
Recostó su cabeza en el respaldo del sillón para colocar su brazo sobre sus ojos soltando un pesado quejido. Era un desastre, no podía entender cómo Blaze había aceptado salir con él y si lo había hecho era por qué ella no conocía realmente el peor lado de él, uno que intentaba todos los días mantener a raya para no lastimar a otros.
–Debes de darte más crédito – habló Sonic para sentarse en el sillón frente a él, retomando su atención y desviándola del evidente pánico que ahora se albergaba en su mente. –Si Blaze decidió salir contigo, es porque pudo ver lo increíble que eres – animó.
–No como ustedes – salió de su boca tan rápido que para cuando vio la expresión de asombro de Sonic, ya era muy tarde. Jamás le había mencionado eso a ninguno de sus amigos antes. –Es decir… amm… – se ahogó en su vergüenza. Genial, ahora seguramente se escuchaba patético.
–¿A qué te refieres? – curioseó Sonic, intrigado por el enunciado del erizo plateado.
–Es… quiero decir… – pausó Silver unos segundos, soltando un suspiro de frustración –Sonic, yo soy el amigo al que llaman cuando las citas no funcionan y necesitas una excusa para salir, no quien hace las llamadas – habló endureciendo su mirada, con un dejo de envidia en su voz –Quiero decir, tú, Knuckles ¡Incluso Tails! Todos ustedes tienen algo que llaman la atención de todas las chicas a su alrededor. Tú expeles confianza por todo tu alrededor, las chicas se derriten con tu sonrisa y por alguna razón con tus comentarios fuera de lugar – dijo más a modo de regaño que de cumplido –Y Knuckles es el atlético y serio del grupo, quien podrá no darse cuenta de qué día es, pero puede percibir los sentimientos de otros, aunque tenga la compresión de una nuez.
–Concuerdo – apoyó Sonic con cierto pesar.
–Y Tails ya no es el mismo niño que conocimos, desde… bueno… ya sabes – pausó para que Sonic endureciera su mirada –Cambió, y ahora es este hombre serio y frío que expele misterio y soberbia, pero cuando lo conoces realmente es más dulce de lo que quiere demostrar – habló con una sonrisa –Aunque puede que sea algo vengativo.
–Muy vengativo – enfatizó el erizo azul frunciendo el ceño cual reclamo.
–Y luego estoy yo… – murmuró desganado –El chico que no puede hablar en público sin levitar un pupitre o invitar a salir a una chica si no es porque cree que lo van a rechazar primero – admitió avergonzado para dejar su cabeza sobre sus manos.
–Y el único que aún es un caballero en este grupo – habló Sonic, ocasionando que él subiera la mirada – Eres leal, sin importar la situación. Siempre podemos contar con que tú estarás ahí, nunca pierdes el temple sin importar lo que pase y pareciera que siempre tienes las palabras apropiadas ¡sin importar qué! – dijo a modo de felicitación –Cuidas y proteges a los demás y buscas la equidad y la justicia ante todo – halagó –Es bastante increíble si me preguntas.
Silver lo vio con sorpresa, no tenía idea que Sonic o cualquiera lo viera así.
–Es decir, eres un dolor de cabeza que siempre busca que hagamos lo correcto y por eso no te invitamos a las fiestas de las fraternidades del campus, pero fuera de eso…
–¡¿EH?! – exclamó Silver para verlo con molestia por su última confesión.
–No es personal Silver, pero Knuckles y yo tenemos una reputación que mantener– se defendió el erizo azul con una sonrisa divertida.
–¡Pero… ¡¿Cuándo… Cómo…?! – pausó unos segundos para luego abrir sus ojos impactado –¡¿A eso iban cuando me decían que se iban a estudiar a la biblioteca del campus?! – habló Silver con un dejo de indignación.
–Amigo, no puedo creer que cayeras todas las veces – rio Sonic divertido –Es decir ¿en serio creías que Knuckles iba a poner un pie en la biblioteca a las siete de la noche? – se burló para que Silver le frunciera el ceño.
–Retiro lo dicho, no son nada increíbles – se cruzó de brazos para dejarse caer en el respaldo del asiento.
–En serio, dejando las bromas a un lado, mi punto es que todos tenemos fortalezas y debilidades– habló Sonic más sereno – Y a ti te gusta ella ¿no es cierto? – preguntó para que Silver asintiera forzadamente, aun resistente a admitírselo –La verdad es que ustedes dos… no sé, hacen sentido ¿sabes?
–Eso creo… – murmuró Silver abochornado.
Todo con Blaze se sentía correcto, nunca había tenido que pretender o cambiar algo de él, todo entre ellos parecía funcionar de manera natural. Ella lograba entenderlo y comprenderlo como nadie antes… y verlo como nadie antes lo había hecho.
Ese último pensamiento lo hizo ruborizar.
–¿Entonces cuál es el problema? – insistió Sonic – Ella ya dijo que sí, es decir, es porque gusta de ti de regreso ¿no?
–¡El problema es que lo arruinaré todo! – soltó Silver viéndolo con molestia, sintiendo de nuevo la ansiedad empezar a invadirlo. –¡¿Recuerdas la última vez que salí con alguien?!
–Oh… ¿Hablas de la vez que hiciste flotar todo en el restaurante?
–Y eso fue porque ella tocó mi mano… ¡TOCÓ MI MANO! – vociferó para ponerse de pie y de nuevo caminar en círculos –¡No, no, no! ¡Esto es un error, será mejor cance…
–¡Maldición Silver, tranquilízate! – regañó Sonic tirándole un cojín, callando su palabrería y haciéndolo parar su marcha –¡Este es el momento de crecer en la adversidad! Necesitas superar estos miedos e intentarlo nuevamente, no puedes dejarte vencer por tus emociones alborotadas – aconsejó para que una expresión de pesadez se pintara en su rostro, soltando un pesado suspiro –No importa lo mucho que lo anheles….
Silver alzó una ceja. De nuevo, había algo extraño.
–Hey, ¿Está todo…
–¡El cielo se está cayendo afuera! – la voz de Knuckles inundó el apartamento para abrir la puerta de éste, sacudiéndose el agua de sus púas. –Las calles se inundaron, creo que arruine mis mejores zapatos – se quejó mientras exprimía su sudadero en la entrada para ver a Sonic y a Silver en la sala en lo que parecía ser la mitad de una charla. –No me digas, sigues preguntándole sobre relaciones a este perdedor – dijo cual reproche para que Sonic le frunciera el ceño. –Nada bueno puede venir de alguien que asevera que Fiona fue el mejor sexo de su vida.
–¡Hey! – exclamó Sonic sonrojándose ante sus palabras.
–¿En serio? – dijo Silver para verlo con asombro –Mejor que… ¿cómo se llamaba? – calló pensativo –¿Perci?
–¿Hablas de la eriza purpura que le Tails le presentó? – rememoró Knuckles –Casi me había olvidado de ella– asintió con la cabeza –Recuerdo que no podías quitarle las manos de encima, realmente era una chica muy linda – sonrió el equidna pícaro.
–Si bueno, ser linda no basta – bufó Sonic cruzándose de brazos, irritado. –Necesita ser mucho más que linda para que yo quiera…
–¡Hey gigantón! – la voz de Jet silenció al erizo azul para que Knuckles volteara a ver a sus espaldas –¿Piensas moverte de la entrada en algún momento? Tienes fila.
–¡Oh! Lo siento – dijo Knuckles para dar unos pasos al frente y hacerse un lado dejando ver a Amy quien yacía detrás de él junto a Jet –Amy, no te había visto. Pudiste haber dicho algo ¿sabes?
–Lo lamento… no quería interrumpir – murmuró la eriza rosa con una sonrisa un tanto forzada.
Los ojos de Sonic se abrieron de golpe al verla detrás de Knuckles, tenía que ser una broma… ¡TENÍA QUE SER UNA MALDITA BROMA! La vio entrar seguida de Jet para que le diera una mirada fría y así siguiera su camino en silencio ¡No, no, no!
–Mi punto es Silver– retomó Knuckles para caminar hacia la cocina –El tener sexo con alguien varias veces al día no hace una relación amorosa exitosa– continuó hablando para que Sonic se tensara ante sus palabras, volteándolo a ver con horror –Quiero decir, mira a Sonic, ni bien conoció a Fiona y ya tenía sus manos sobre ella– dijo para sacar una gaseosa del refrigerador –Espera un poco antes de atacar por amor a Chaos.
Sonic le dio una mirada asesina. Lo mataría, lo mataría mientras dormía, ¡LO MANDARÍA AL INFRAMUNDO EL MISMO!
–No veas así– se excusó Knuckles alzando los hombros en señal de desinterés –Sino me crees pregúntale a cualquiera ¿no lo crees Amy? – dijo para dirigir su atención a la eriza quien iba camino a su habitación, deteniéndose al acto.
Amy dirigió su mirada a él, una que no supo descifrar.
–Mhm… supongo que es cierto, es mejor tomar las cosas con calma – respondió Amy serena.
Amy no parecía estar molesta en lo absoluto. Una sensación de alivio llegó a él, era obvio que el incidente de aquella tarde sólo le había afectado a él.
–¿Eso crees? – soltó Sonic esbozando una pequeña sonrisa.
–Claro– asintió ella para sonreírle por igual –En especial si ella sólo es linda y no es suficiente para provocarte de otras maneras – apuñaló con sus palabras.
No estaba molesta, estaba furiosa.
–¡N-No es…! ¡Quiero decir! ¡E-Estás malinterpretando las cosas! – intentó Sonic excusarse nerviosamente.
–¿Pero no es acaso lo que acabas de decir? – insistió Knuckles viéndolo confuso.
–¡TÚ NO AYUDES! – vociferó Sonic iracundo.
–¿Pasa algo entre ustedes dos? – preguntó Silver al percatarse de la dura mirada de la eriza rosa hacia su amigo.
Sonic y Amy se tensaron al acto por sus palabras, volteándolo a ver.
–E-Es sólo que no soportó esos comentarios sexistas – mintió la eriza, bufando con molestia –, pero no los molestaré más, tomaré mis cosas y me iré.
–¿Eh? – exclamó Sonic para verla con asombro
–¿A dónde vas? – preguntó Silver –Es tarde y hay una gran tor…
–Con Blaze– espetó para que Silver se congelara al acto, acallando sus palabras, olvidando cualquier pensamiento previo –Parece que algo interesante pasó hoy – explicó ocasionando que el erizo plateado desviara su mirada al piso mientras un intenso sonroje se pintaba sobre sus mejillas –Hoy me quedaré allá – dijo sin más para retomar sus pasos a su habitación.
–¡Amm! – dijo Sonic poniéndose de pie al acto –S-Si necesitas ayuda para…
–No – cerró la puerta detrás de ella.
Sonic soltó un pesado suspiro para dejarse caer sobre el sofá. Ese día no podía haber salido peor de ninguna manera.
–Alguien está en problemas… – cantó Jet divertido para encender la cafetera.
Silver y Sonic lo voltearon a ver al acto, tensándose con sus palabras. Jet rio divertido para ver a ambos erizos, quienes se mantuvieron en un silencio sepulcral.
–¿De quién hablas? – preguntó Knuckles para ver a Jet sin entender.
–Del erizo que parece que no querer seguir sus propios consejos, ya sabes, "tomar la iniciativa"– citó burlesco.
–¡Eso no es cierto! – exclamaron Silver y Sonic al unísono, para ambos verse a los ojos.
Sonic palideció, podría engañar a Knuckles y esquivar las preguntas de Silver, pero no a Jet, y a diferencia de cualquiera de sus amigos, Jet no se tragaría una excusa barata, no sí sabía que ganaba más irritándolo, así fuese con una absurda suposición.
–Silver sabe exactamente lo que hace con Blaze – retomó Sonic con una sonrisa nerviosa para abrazar a Silver del cuello, provocando que el erizo plateado lo viera conmocionado mientras su rostro se enrojecía ante la vergüenza –Estará bien en su cita.
–¿Eh? – exclamaron Knuckles y Jet al mismo tiempo con sorpresa.
–¡¿Tienes una cita?!– soltó el halcón con obvia sorpresa, desviando su atención del erizo plateado –¡¿Después de lo que pasó la última vez?!
–¡P-Pero esta vez será diferente! – anticipó Sonic al ver de nuevo la expresión de horror de Silver, pálido ante el mal recuerdo –Porque… ammm… ¡Te tiene a ti! – se forzó a decir para que el halcón alzara una ceja –Knuckles tiene razón ¡No sé nada de salir con amigas!
–O con cualquier otro tipo de mujer de ser el caso – soltó Knuckles ocasionando que Sonic lo viera sulfuroso.
–Pero tú sí – retomó Sonic empujando a Silver hacia donde se encontraba el halcón casi a rastras, obligándolo a sentarse en las sillas de la isla de la cocina –Y aunque odie admitirlo, tú sabes mucho más de esa área, es decir, Wave y tú eran muy amigos antes de dar el siguiente paso, no como Knuckles que fue rechazado quince veces antes de convencer a Rouge.
–¡OYE! – vociferó el equidna.
–Eso no lo puedo debatir – concordó Jet –¡Ok, Silver, presta atención! – habló el halcón –¡Lección 1!
Sonic sonrió nervioso para retroceder lentamente, había logrado desviar la atención de Jet. Sabía que no mencionaría nada de Amy o de él mientras estuviera ocupado presumiendo sus habilidades de conquista y en ese momento le quedaba más que perfecto, necesitaba hablar con Amy a solas antes que…
–Nos vemos mañana – escuchó decir a sus espaldas para ver a la eriza caminar con su pequeña mochila rosa en las manos hacia la salida.
Sonic regresó su mirada a Jet y los otros, quienes parecían absortos en el palabrerío del halcón. Regresó su mirada a Amy, quien estaba lista para salir, y con sigilo la siguió hasta la puerta principal velozmente.
–Espera por favor, yo…
–Hablaremos mañana Sonic – se despidió la eriza fríamente.
–¡Pe…
–Hasta mañana – le cerró la puerta en la cara.
Sonic soltó un pesado suspiro, restregando sus ojos con cansancio. ¡¿Por qué demonios todo tenía que ser tan complicado entre ellos?!
Bueno mis lectores aquí les traigo un poco más sobre Silver y el por qué tiene tantas inseguridades sobre él y más que nada, por qué valora tanto a Sonic (es que admítanlo, Sonic es un amor 3 ). Realmente escribir la historia de Silver hizo que se me hiciera mi corazón pequeñito, pero realmente me gustó mucho, pensé en alargarla un poco más, pero me detuve XD! (Posiblemente escriba algún otro Flash Back más adelante).
Por si nuestro erizo no tuviera suficientes problemas esa conversación le costara un poco más caro de lo que él quisiera. Las cosas no se pintaban bien para nuestro erizo ni para su relación con Amy.
¡Gracias a todos por sus bellos comentarios en el capítulo anterior! Y hola a mis lectores fantasmas que salieron brevemente para hacerme saber que existen (XD! ) En fin mis lectores, su autora se despide. Kat fuera.
Las inseguridades se apoderan de ella, no puede creer que tenga su primera cita, situación que la ha sobrepasado. Amy se ha quedado al lado de su mejor amiga para ayudarla en esta transición, pero ella misma se ha dejado llevar por sus propias inseguridades, las cuales están a punto de hacer que tome una decisión en base al miedo y el trauma que vivió; todo está a punto de complicarse más, pues los malos entendidos los llevaran a lugares inesperados. Capítulo 42: Inseguridades.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
