Capítulo 49: El Festival de Invierno

Abrió sus ojos con pesadez nuevamente, sintiendo su garganta seca y su nariz escurrir. Buscó a tientas el vaso de agua que Tails le había dejado antes de quedar dormida. Amy se sentó sobre la cama sintiéndose peor que antes, entre más descansaba su maldito resfriado sólo parecía empeorar.

–No puedo enfermarme – murmuró quejumbrosa para ponerse en pie con pesadez y tomar aquel vaso, ahora vacío, y encaminarse a paso lento a la puerta con dirección a la cocina –Me pregunto si Sonic ya habrá…

La puerta se abrió de pronto para ver a Sonic cruzar el umbral y cerrar la puerta a sus espaldas soltando un pesado suspiro mientras un mohín pensativo se mantenía en su rostro o así fue cuando su mirada se encontró con la eriza que yacía en pie en medio del cuarto, frunciendo el ceño al acto, haciéndola estremecer.

–¿En qué momento del camino de regreso acá…– empezó Sonic con una tono de voz llena de molestia, tensando a la eriza –….en donde mi madre nos obligó estar en la parte trasera del auto porque nos dijo, de manera insistente cabo recalcar, que habláramos sobre nosotros y sobre qué nos molestaba, pensabas decirme que te sentías mal? – cuestionó para cruzar sus brazos sobre su pecho y verla con desaprobación.

–Mmm… No me sentía tan mal en ese momento – se excusó Amy con un puchero infantil, desviando su mirada fugazmente –¿Y cómo lo sabes? – devolvió al percatarse que ella no lo había mencionado en ningún momento y estaba segura que no se miraba enferma.

–Tails – respondió secamente para acercarse a ella y con una mano levantar su flequillo y tocar su frente –¡Amy estás ardiendo! – exclamó Sonic alarmado.

–Estoy…– Amy tosió un poco más sintiendo todo a su alrededor darle vueltas, tambaleándose. Llevaba mucho tiempo en pie.

Sonic la sujetó delicadamente para envolverla entre sus brazos ocasionando que la eriza cayera con delicadeza sobre su pecho subiendo así su mirada y verlo sonreírle de forma galante, haciéndola ruborizar ante el gesto inocente.

–¡Ah! ¡Lo lamento! Y-Yo…– silenció al ver que Sonic no tenía la más mínima intensión de liberarla, obligándola a permanecer entre sus brazos.

Un intenso sonroje se pintó en sus mejillas de ella ante aquella dulce acción, era la primera vez que era él quien propiciaba un contacto de ese tipo. Ese pensamiento provocó que el nerviosismo se apoderará de ella sin entender muy bien el por qué.

–Será mejor descansar – habló Sonic suavemente.

Sus palabras se sintieron como una dulce caricia haciéndola elevar su tímida mirada hacía el erizo, quien ahora la miraba con dulzura. Aquel rubor se pintó con un tono incandescente sobre sus ahora pálidas mejillas, haciéndola regresar su mirada al pecho de él de forma nerviosa.

–E-En serio, no es gran… ¡Espera, Sonic! – exclamó Amy al sentir cómo la alzaba en el aire llevándola de regreso a la cama.

Amy lo vio alarmada para sujetarse débilmente de su cuello, pues las fuerzas la habían abandonado y no exactamente por su resfriado.

–Siendo honestos siempre pensé que cuando hiciera esto sería por razones por diferentes– rio Sonic divertido.

Amy sintió su rostro cubrirse en un manto rojizo y una oleada de calor recorrerla. Era la primera vez que Sonic bromeaba con algo como eso desde que habían empezado a salir y aunque era algo que ella había buscado proactivamente, la hacía sentir nerviosa y a su vez… emocionada.

La dejó suavemente sobre la cama para arroparla entre las sábanas y sonreírle dulcemente.

–Iré por unas cosas y regresaré pronto, mientras tanto… – pausó para acercarse a ella con una sonrisa pícara y así quedar frente a frente, a unos centímetros de su rostro. Amy se ruborizó sutilmente para verlo atentamente, tragando pesado ante la deliciosa cercanía de él –Yo te traeré agua – tomó el vaso que aún tenía en su mano para así tomar distancia –Tú quédate aquí y descansa – dijo para empezar a caminar hacia la puerta.

–¿Eh? – parpadeó perpleja mientras lo miraba alejarse, realmente esperaba algo más de su parte –Amm… sí – masculló Amy hundiéndose en los cojines con una mueca de molestia para así desviarle la mirada; inconforme.

–¡Oh, lo olvidaba! – exclamó Sonic de pronto, deteniendo su marcha.

Amy regresó su mirada al erizo para verlo frente a ella de pronto, a veces olvidaba lo rápido que era, y sin previo aviso sentir como él le robaba un suave beso en los labios. Sintió su rostro enrojecer ante la expresión de afecto para de forma inconsciente buscar distancia por la sorpresa, hundiéndose en las almohadas a sus espaldas.

Sonic sonrió divertido ante su adorable reacción para así tomar camino de regreso a la salida de la habitación.

–Quédate aquí– pidió abriendo la puerta de la recámara –Regresaré con tu agua y luego iré por los medicamentos– explicó para sonreírle con dulzura –Regresaré antes de que vuelvas a dormir – se despidió.

Amy se quedó a solas en la habitación, sintiendo su corazón palpitar a prisa y en su estómago brotar una sensación llena de emoción revuelta con calidez; una que la consumía por completo. Se dejó caer sobre la cama para abrazar uno de los almohadones mientras una expresión risueña se pintaba en su rostro esbozando una amplia sonrisa. Soltó un suave suspiro, maravillada. Sus mejillas ardían debido al intenso sonroje, su mente divagaba pensando en él y en su sonrisa galante, una que era dedicada para ella… ELLA. Se tapó la cara con la almohada para ahogar un grito de emoción mientras rodaba de un lado a otro de emoción sobre la cama.

Se sentía en un sueño, es decir, era Sonic cuidado de ella, Sonic robándole un beso, Sonic deseándola… era Sonic.

Amy fijó su vista al techo para sentir el cansancio abrazarla en su seno y a pesar de ello no podía quitar esa sonrisa de sus labios; realmente sentía que algo había cambiado entre ellos, algo que ahora se sentía maravilloso, realmente maravilloso.

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Algo frío sobre su cara la hizo abrir sus ojos con pesadez para ver a Sonic ajustando lo que asumió era un paño húmedo; sentía sus ojos pesados y un dolor en su cuerpo. La gripe estaba matándola. Amy había conciliado el sueño al poco tiempo de que él se había marchado, la verdad era que se sentía peor de lo que estaba dispuesta admitirle, incluso a sí misma.

–Buenos días bella durmiente – saludó Sonic divertido.

–Lo lamento, me quede dormida – murmuró Amy somnolienta para restregar sus ojos en un intento de quitar la pesadez.

–No quería despertarte, lo lamento – se disculpó el erizo azul con una sonrisa apenada.

Amy movió lentamente su cabeza a los lados y así sonreírle con dulzura. La verdad es que agradecía estar despierta, era la primera vez que Sonic cuidaba de ella y no quería perdérselo; después de todo era algo nuevo, era algo fantástico.

–Pero ya que estás despierta – dijo Sonic para sacar una pequeña bolsa de compras para así abrirla y ver el contenido de la misma –Traje medicamento para la fiebre, para la tos y algo para ayudarte con… – la mano de Amy sobre la suya lo hizo callar y fijar así su atención en ella.

–Gracias – le sonrió la eriza en dulce voz mientras sus hermosos y grandes ojos color esmeralda lo miraban como nunca antes nadie lo había hecho antes... con amor.

Abrió sus ojos con sorpresa ante lo que sus ojos apreciaban bajo la tenue luz de su recámara para que un suspiro le fuera robado ante la escena. Sonic le desvió la mirada al acto, sonrojándose intensamente por la dulzura de ella. Un indeseable nerviosismo lo invadió, sin entender muy bien el por qué. La vio de reojo una vez más para que ella le sonriera ampliamente, seguramente divertida por sus mejillas tenidas de un indeseable carmín.

–Pero nada de esto es de gratis – habló Sonic con un dejo de desinterés en su voz en un intento de borrar el obvio sonroje de su rostro –¡Hoy veremos una película de miedo! – comandó divertido para así lanzarse a la cama a su lado, haciéndola rebotar por el salto del erizo.

–¡¿Eh?! – exclamó Amy para verlo con cierto temor y abrazar un poco más las sábanas que la cubrían –¡¿Por qué tienes que elegir tú si yo soy la que está enferma?!

–Porque… – pausó Sonic para golpear su frente afectuosamente con su dedo índice –Alguien decidió quedarse en silencio en lugar de decírmelo – completó con una sonrisa victoriosa.

Amy infló sus mejillas para desviarle la mirada y resoplar con molestia, sin objetarle por primera vez. Realmente verla perder ante él era algo que disfrutaba mucho y lo había olvidado… tal vez por eso jamás la había dejado ganar ni siquiera en las competencias más tontas cuando eran tan sólo unos niños.

–Bien – accedió de mala gana –Pero yo elijo la siguiente – masculló Amy para entregarle el control remoto.

–Hablas de si logras mantenerte despierta en toda la película ¿cierto? – devolvió el erizo azul para tomar el control y encender la televisión.

–¡Veremos una película romántica a la próxima! – amenazó la eriza sulfurosa –¡Verás que puedo quedarme despierta!

–¿Quieres apostar? – inquirió Sonic con una sonrisa afilada y una mirada maliciosa.

–¡El perdedor será el encargado de conseguir el premio más grande en el festival de invierno! – retó Amy.

–Amy Rose, espero sepas que no me conformaré con un tonto pez dorado de feria – rio burlesco mientras buscaba la película.

–Sonic the Hedgehog espero que sepas que el oso de peluche gigante que ganarás para mí ocupara tu lado de la habitación – devolvió Amy petulante.

Ambos se vieron desafiantes por unos instantes, permaneciendo en silencio sin despegar la vista del otro, y luego de unos minutos de tensión, ambos rieron divertidos. Sonic reprodujo la película en Chaoflix entre risas ocasionando que Amy se acomodara a su lado riendo al igual que él. Sonic la vio de reojo para admirar en silencio aquella pequeña sonrisa sobre sus labios, sonriendo él por igual. Rodeó con su brazo alrededor de su pequeño cuerpo para así recostarla sobre su pecho, sin decirle nada, sólo sintiendo la calidez de ella junto a él; amaba eso, en serio empezaba amar esos pequeños momentos a su lado.

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El frío golpeó Station Square mientras los vientos helados hacían temblar a la ciudad. Yacía de pie en la entrada del instituto con una mirada impaciente mientras se mecía de atrás para adelante sobre las puntillas de sus pies. Cream movió delicadamente el flequillo de su rostro, ya un poco más largo de lo que le gustaría. Sopló suavemente éste para componerlo intranquila. Por fin era sábado y lo único que había podido hacer esa semana era pensar en todas las divertidas actividades que harían juntos. De nuevo buscó en los alrededores algún rastro de sus amigos, sin señales de ellos.

Cream entristeció su mirada para así sacar su teléfono nuevamente y ver los mensajes que había estado mandando la última semana, de los cuales sólo Amy se había tomado la molestia de responder. Soltó un pesado suspiro, a lo mejor no llegarían al festival de invierno, y ella tenía una buena idea del por qué.

–¡Cream! – escuchó decir a la distancia alzando la mirada al instante y ver a Amy correr hacia ella mientras Sonic caminaba unos cuantos metros de la eriza con una expresión desinteresada –¡Lamentamos la tardanza!

Los ojos de la coneja se iluminaron para así correr al encuentro de su amiga y así abrazarla con fuerza. Era la primera vez que se miraban en años.

–¡No puedo creer que por fin estés aquí Amy! – exclamó con sus ojos llenos de lágrimas hundiendo su rostro sobre el pecho de la eriza, quien afianzó su abrazo –¡Me has hecho tanta falta! – chilló sintiendo su voz entrecortarse.

–A mí también – le dijo la eriza rosa con suavidad para acariciar su cabeza dulcemente.

–Y qué ¿no hay abrazo para mí? – la voz de Sonic rompió el momento.

Cream se soltó de la eriza para ver a Sonic sonreírle divertido y ella devolverle la sonrisa y así abrazarlo por igual. Era la primera vez que podía verlos más de unos cuantos minutos en los últimos dos años.

–¡No puedo creer que ambos están aquí! – habló Cream dando pequeños saltos con emoción –Pensé que no vendrían cuando nadie respondió mis mensajes.

–Claro que no– negó Sonic –Knuckles y Rouge vendrán más tarde, ya que Knuckles tiene que quedarse en el apartamento viendo que arreglen la estufa que arruinó, y Silver dijo que se uniría sólo termina de completar unos trámites.

–Mmm… ¿y Tails? – preguntó Cream con una mirada entristecida. Sonic y Amy se vieron por un instante de reojo para negar suavemente con la cabeza al mismo tiempo –Entiendo…– dijo con desánimo en su voz.

–¡P-Pero mira cuanto has crecido! – la voz animada de Amy terminó con aquel momento de obvio pesar –¡Y ahora tienes un flequillo, y estás tan alta!

Cream rio apenada ante sus palabras jugando nerviosamente con aquel flequillo que su madre insistía en que debía de cortar o quitarlo de su frente definitivamente como cuando era una niña.

–¡Tú también cambiaste tu peinado! – devolvió Cream –Y tu chaqueta, amo tu…

El sonido de las campanas del instituto sonando fuertemente interrumpiendo aquella reunión.

–Creo que es momento de entrar – intervino Sonic agradeciendo que la charla sobre peinados y vestimentas se viera interrumpida.

–¡Sí, sí! – asintió Cream para tomarlos a ambos por la muñeca obligándolos a entrar casi a rastras –¡Tienen que ver todo lo que tenemos preparado! – dijo mientras caminaba animada –¡Mi clase decidió hacer un proyecto de jardinería y…

–C-Cream – llamó Amy quien caminaba torpemente detrás de ella gracias a la fuerza y velocidad.

–¡Oh, lo siento! – los soltó al acto – Es sólo que estoy tan emocionada que…

–¡Cream! – interrumpieron para ver a una abeja familiar volar en dirección a la coneja –¡Tenemos que terminar el montar el stand antes que… ¿uh? – calló al distinguir dos rostros familiares –¡Sonic, Amy! – revoloteó a su alrededor al verlos –¡No puedo creer que estén aquí!

–Hola Charmy – saludó Amy con una cálida sonrisa.

–Tiempo sin vernos amiguito – dijo Sonic a modo de saludo.

–¡Es increíble verlos después de tanto tiempo! – dijo con aquella energía, la cual sin importar el tiempo, parecía no querer desaparecer –Espio y Vector prometieron que vendrían, pero aún no hay rastros de ellos.

–No los culpo, es muy temprano – soltó Sonic con un pesado bostezo. –¿No pudieron empezar a las 10 de la mañana al menos? – se quejó estirando sus músculos, aún intentado terminar de despertarse.

–Él es la razón por la cual vinimos tarde – aclaró Amy para ver al erizo azul con reproche ocasionando que él enseñara la lengua con una sonrisa divertida.

Tanto Cream y Charmy se quedaron un tanto asombrados por la interacción entre ambos.

–No me digan, ¿Acaso se desvelaron haciendo algo? – codeó Charmy divertido al erizo en son de broma.

–¡¿D-De qué rayos estás hablando?! – chilló Sonic sonrojándose intensamente ante la sugerencia de la abeja.

–¡Oh vamos Sonic, ya no soy un niño! – insistió la abeja, pícaro –¡No me digas que tú y ella por fin… –. Sonic lo tomó de la mejilla halándola con fuerza haciéndolo callar.

–Alguien debería de mantener la boca cerrada si no desea que se repita lo que pasó hace dos años en la graduación – amenazó Sonic con una sonrisa lúgubre soltándolo bruscamente.

La abeja voló lejos de él para protegerse detrás de Cream, quien rio divertida ante la amenaza y a su vez, un tanto curiosa; había estado tan emocionada por verlos que no se había percatado que ambos iban juntos. Lo último que ella había sabido de la relación entre ambos es que Sonic había dejado de hablar con Amy al momento en que ella se mudó fuera de la ciudad y durante los años posteriores a su partida; Sonic había hecho énfasis durante ese tiempo sobre lo irritante que era ella para él y que no deseaba reestablecer lazos.

–Cream – la voz de Charmy a sus espaldas la regresó al presente.

–Cierto, cierto, el proyecto – retomó la coneja –Lo lamento, aún debo de terminar los preparativos – se disculpó un tanto desanimada. –Den una vuelta por las diferentes atracciones, aunque creo que no todas están abiertas aún, y nos reuniremos en el patio de la escuela en una hora ¿les parece bien?

–Genial, les escribiré a los otros – dijo Sonic sacando su celular y mandar un mensaje de texto.

–¡Nos vemos pronto! – se despidió Cream con una mano entusiasta para caminar junto a Charmy, alejándose de ellos.

Cream vio de reojo a ambos erizos según andaba para esbozar una sonrisa, realmente se sentía muy feliz que ambos hubieran podido limar asperezas, después de todo si no lo hubieran hecho tendría tres rostros ausentes en lugar de uno.

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Sonic se burlaba nuevamente de sus fallidos intentos por cumplir la apuesta que habían pactado previamente, lo cual a ella no le parecía divertido. Ella había cumplido. Amy infló sus mejillas para verlo con el ceño fruncido ocasionando que el erizo expandiera aquella sonrisa arrogante, haciéndola sulfurar aún más.

–Perdiste la apuesta – recalcó Sonic con una expresión petulante, viéndola rabiar cual mala perdedora –Y un silbato de feria no cuenta como el mejor premio – le recordó para mostrar aquel pequeño silbato con una expresión de desagrado ante el premio de consolación que Amy le había dado.

–No es culpa mía – se defendió Amy para cruzar sus brazos sobre su pecho sin poder encararlo –Son juegos muy difíciles – soltó con un pesado suspiro, sabiendo que sin importar que tanto lo intentara no lograría nada más que eso. No sólo había perdido, sino también no podría cumplir los términos de la apuesta pactada

Amy se había quedado dormida luego de los primeros 15 minutos de la película del erizo y había perdido miserablemente; ahora que lo pensaba apostar que ella ganaría algo tan grande como un oso de felpa había sido estúpido en especial con la gripe que la acechó durante tres días.

Ambos se habían pasado por las diferentes clases que tenían los pocos stands abiertos a las 8 de la mañana que ellos habían llegado, pero lo único que Amy había logrado conseguir luego de docenas de intentos había sido un tonto silbato amarillo y fue como premio de consolación por parte de uno de los estudiantes de último año al ver sus fallidos y patéticos intentos por conseguir uno de los chaos azules.

–Prometo compensártelo de otra forma – soltó Amy en un suspiro para verlo derrotada.

–¿Estás segura de lo que me estás diciendo? – una grave voz la hizo estremecer, borrando su pesadez.

Amy volteó a ver a Sonic al acto para notar su sonrisa sugerente; haciéndola estremecer ante ello.

–Amm…– soltó la eriza nerviosamente y de forma instintiva retroceder un paso, topándose con la pared a sus espaldas.

Amy agradeció que estuvieran en el área verde al final del parque de recreo, donde casi no había nadie. Tragó pesado para que sus ojos se prendieran de los de él casi de forma hipnótica.

Su relación había cambiado muchísimo desde ese fin de semana en la casa de Aleena, para bien… más que bien; a pesar de ello aún tenía trabajo en acostumbrarse a un Sonic más decidido, pues antes él era quien se ruborizaba por todo y evitaba cualquier tema sugerente. Desde ese fin de semana las cosas habían cambiado radicalmente entre ellos. Amy estaba acostumbrada a lidiar con ese tipo de comentarios cuando eran amigos y sabía que eran bromas tontas de parte de él, ahora no estaba segura que fuera el caso.

Amy desvió de forma instintiva su mirada a sus pies, sintiéndose ridículamente nerviosa. Era lo que quería, lo sabía, pero no sabía que una vez que lo obtuviera le iba a ser tan difícil procesar aquello, pues seguía siendo Sonic de quien hablaba, su primer amor Sonic… una primera vez con Sonic. Sus mejillas se ruborizaron intensamente ante ese pensamiento sintiendo una onda de calor recorrerla ante el simple pensamiento ahogado en un deseo que empezaba a nacer.

Sonic colocó una mano a su lado acorralándola contra la pared. Amy se estremeció ante ello para fijar su mirada en él, haciendo que su sonroje se intensificara. El rostro de él se acercó a él de ella, quedando a unos centímetros uno de él otro.

–¿Alguna idea de cómo piensas compensármelo?

–S-Sonic estamos en público – murmuró Amy alarmada, viendo nerviosamente a los lados.

Realmente no se miraba nadie a los alrededores todos estaban montando todavía arreglos del festival en una distancia considerable de ellos. Yacían bajo la sombra de uno de los robles de la escuela, uno bastante distante de todo, lugar que Sonic había elegido para descansar y hacerle algo de tiempo a Cream ¿lo había hecho con ese propósito?

Sonic soltó una suave y melodiosa risa haciendo que ella borrara la expresión de bochorno previa para verlo con sorpresa. El erizo se reincorporó para colocar sus manos en sus bolsillos y verla con diversión.

–Tú eres quien se cuela a los vestidores de los hombres – le recordó con una sonrisa socarrona sobre sus labios. El rostro de Amy se tornó rojizo ante la mención de aquel recuerdo haciéndolo suavizar su sonrisa burlesca ante la belleza su reacción y de forma indeseable, a su vez, pintar un tenue rubor sobre sus mejillas por el recuerdo de aquel día –En fin, si no puedes conseguir un premio, entonces habrá que…

Sonic calló abruptamente al sentir como Amy lo tomaba de la chaqueta para así halarlo hacia su nivel y robar de sus labios un beso, haciéndolo sonrojar intensamente por la osadía de la eriza. Sonic sintió el hambre de ella ante la firmeza y fuerza de aquel beso, uno mezclado con una pasión que empezaba a borrar el frío del invierno que los rodeaba, y por un momento olvidar todo a su alrededor.

Ella lo soltó para verlo con una mirada decidida y respiración acelerada. No se cansaba de ver a una Amy Rose decidida; Sonic mantuvo su mirada estupefacta sobre ella para que ella le sonriera ladeadamente.

–He de recordarte que eres tú él que quiere ir lento para variar – sonrió Amy victoriosa ante su comentario. Sonic se sonrojó intensamente por sus palabras frunciendo el ceño ante éstas –Si no quieres quemarte, aléjate de la cocina – espetó con malicia en su mirada.

–Eres realmente…

¡Knckles, Rouge! ¡Que bueno verlos! – la voz de Cream se escuchó para que ambos se estremecieran. Habían olvidado por un momento que no estaban solos.

Ambos tomaron distancia al acto para voltear a ver a Cream quien abrazaba de forma entusiasta a la feliz pareja y decía algo que no lograron escuchar.

–¿Has visto a Sonic y Amy? – preguntó Knuckles para sacar su teléfono del pantalón y revisar su pantalla con aquella expresión estoica –Deberían de estar por aquí cerca en algún…

–¡Hey! – llamó Sonic para alzar la mano en el aire, descubriendo donde se encontraban. –Tú y yo terminaremos esta conversación después – murmuró el erizo ocasionando que Amy se tensara ante lo que se escuchaba como una tentadora promesa –Estuvimos esperando una eternidad – dijo empezando a caminar hacia ellos.

Amy lo vio andar hacia ellos para saludar ameno como siempre a los demás, como si nada hubiera pasado entre ellos hace unos minutos.

Una boba sonrisa se pintó en su rostro, realmente estaba cayendo lentamente en las garras del amor, y le encantaba.

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Cream vio a sus amigos reunidos hablando y molestando para dar pequeños saltos de emoción en su lugar. Era la primera vez en años que podía a ver a la mayoría de sus amigos reunidos, pero en especial a su mejor amiga.

–Bueno Cream – habló Sonic captando la atención de la coneja –Dinos ¿por dónde empezamos?

–¡Necesitan probar las galletas con temática de súper héroes de la clase 1-A y las crepas hechas por la 2-B! – dijo con una clara emoción en su mirada –¡Uh y el té por…

–Comer suena bien – interrumpió Rouge la intensa energía de la coneja –¿Qué tal si nos separamos y vamos a comprar en los diferentes lugares? Ya se está haciendo fila en todos, así no perdemos demasiado tiempo – indicó para ver a la gente empezar a amontonarse.

–Suena bien– asintió Knuckles.

–Amy y yo iremos por las crepas – habló Cream con una sonrisa –Así nos dará tiempo de ponernos al día – le sonrió dulcemente para que la eriza asintiera.

–Genial, Knuckles y Sonic pueden ir por algo de tomar – dijo Rouge cual mandato.

–¿Eh? ¿Y tú qué harás? – inquirió Sonic un tanto inconforme por verse obligado a seguir ordenes de ella; malos recuerdos llegaban a él.

–Yo buscaré un lugar adecuado para descansar y apartar lugar – respondió Rouge empezando a caminar lejos de ellos.

Sonic frunció el ceño para verla alejarse ellos ¿por qué él debía de actuar de su perro faldero? Knuckles era el novio, no él.

–Andado Sonic – ordenó Knuckles para empezar a caminar.

–¡Por qué ella siempre…

–Deja de pelear y andando – dijo el equidna para tomarlo del brazo y obligarlo a caminar.

–¡Vamos! – habló Cream con emoción para tomar a Amy de la mano y hacerla caminar por igual.

La eriza la siguió con una sonrisa para así recorrer los pasillos que cada vez se llenaban más de gente haciéndoles difícil el paso. Llegaron a la clase encargada de la comida asignada para ver la fila de al menos 10 comensales antes que ellas.

–Habrá que esperar – dijo Amy intentando recuperar el aliento por la carrera –Te metiste al equipo de atletismo ¿cierto? – jadeó sin aire en sus pulmones ocasionando que la coneja ampliara la sonrisa –Te va bien – felicitó acalorada, quitándose la bufanda roja que llevaba puesta.

–A ti también te va bien – habló Cream con una pequeña sonrisa, posicionándose a su lado de forma desinteresada.

–¿Uh? – exclamó Amy con una expresión de confusión –¿En qué cosa?

–En el amor – soltó la coneja con suavidad para verla con una mirada dulce y sonrisa amable.

–¡¿Eh?! – exclamó Amy sonrojándose intensamente por las palabras de su amiga –¡¿D-De qué estás hablando?! – negó nerviosa.

–De ti y de Sonic – respondió Cream ampliando su sonrisa y dar un par de pasos según la fila se movía –Los vi en el jardín hace poco, se ven muy lindos juntos – habló con una expresión soñadora –Pero es un secreto ¿cierto? – se volteó para guiñarle un ojo y dedicarle una sonrisa cómplice.


En el siguiente capítulo se sabrá que pasó con Sonic y Tails y la conversación en el techo, pero por ahora ¡Ya tenemos a la primera (oficial) que sabe! Nuestra hermosa Cream, quien tendrá mucho más protagonismo en el siguiente capítulo!

¡No puedo creer que estoy a punto de llegar a los 50 capítulos! (Esto en cantidad representa generalmente dos fanfictions mías!) Sigo sin saber cuánto más falta XD (ya dejé de contar y ahora sólo dejo que este monstruo crezca solo), pero me hace muy feliz el saber que ha estado esta historia en los primeros lugares de Wattpad y eso es por todo el apoyo de ustedes (¡y la paciencia con las inconsistencias!) Gracias por todo el amor que le han dado a El Reencuentro, significa mucho para mí pues ha sido un proyecto bastante ambicioso y sin lugar a duda en donde más desarrollo de personaje me ha tocado que realizar (lo que pensé serían solo 4, terminaron siendo 8 y sigue en aumento al parecer). En fin mis lectores, sólo quiero agradecerles a todos por sus comentarios, votos, teorías y por siempre estar al pendiente. Sin más que agregar su autora se despide.

Una conversación incómoda sobre aquella relación que intentó mantener en secreto se ha descubierto y junto con ésta confesiones que se han cargado por mucho tiempo. A veces lo que se necesita es una mano ayuda y un poco de valor… pues cuando se carece de ambas una pesada cruz se lleva en la espalda. Capítulo 50: Estoy Aquí Para Ti.

¡GrAcIaS pOr LeEr!