Capítulo 58: Te Elijo a Ti
–Regresemos ¿sí? – le sonrió Fiona de forma seductora.
Abrió sus ojos con sorpresa ante su propuesta para verla acercarse a él nuevamente con la intención de besarlo otra vez. Sonic retrocedió enérgico, poniéndose de pie, alejándose tanto como le fue posible de ella.
–¡¿Q-Qué estás diciendo?! – apenas logró decir sintiendo sus mejillas arder bajo el sonroje que sabía que pintaba su cara gracias a la acción previa de la zorra.
–Te lo dije– insistió poniéndose en pie por igual. Fiona caminó hacia él para tomar con afecto sus manos y explayar una hermosa sonrisa –Quiero que regresemos, quiero que nosotros…
–Fiona – cortó Sonic para soltarse de su agarre con cierta brusquedad –No hay ningún nosotros – espetó seriamente retrocediendo nuevamente en un intento de tomar distancia–¿Para esto necesitabas que viniera con urgencia?
–Sonic– llamó en suave susurro –Sé que las cosas han sido difíciles, pero nosotros somos más fuertes que un problema, más fuertes que…
–No más que una infidelidad– negó el erizo sobando sus sienes ante lo que ella proponía. Una locura.
–Bien, sé que cometí un error, pero tú debes de comprender– exigió para fruncir el ceño –Yo me sentía tan sola y dejada a un lado; si tú no hubieras…
–Tienes que estar bromeando – interrumpió el erizo azul con una sonrisa irónica ante lo que sus oídos escuchaban –¿En serio crees que tu infidelidad fue mi culpa? – enfatizó con molestia.
–No tu culpa – murmuró Fiona desviándole la mirada –La de tus amigos.
–¿Cómo dices? – parpadeó un par de veces, confundido.
–Ellos te absorben todo el tiempo Sonic, no te dejan respirar, no te permiten alcanzar tu máximo potencial y…
–Esto es increíble – espetó Sonic, irónico –Ellos tenían razón… siempre tuvieron razón – murmuró cual realización.
–¿Quiénes tenían razón? – inquirió Fiona sin entender.
–¡Todos! – vociferó para verla iracundo –Sabes, siempre te defendí de todo lo que hacías, siempre encontré la manera de excusar tus tratos hacia mí o hacia otros, pues todo el tiempo quise ver únicamente el lado bueno que podías ofrecer, pero la verdad es que ellos tenían razón… todo el tiempo la tuviera– se dijo para sí en un pesado suspiro; por fin podía ver el porqué del desprecio de todos hacia ella, por fin podía ver lo que sus amigos miraban.
–¡¿Malos tratos?!– repitió Fiona indignada ante su acusación –¡Yo nunca…
–¿Qué hay de cuando cancelaste mi celebración de cumpleaños por irte a "estudiar" con aquel amigo? – reclamó con enfado –¡Oh todas las veces que me dejaste a mi suerte en cualquiera de las fiestas de tu facultad! – . Los recuerdos empezaron a brotar uno tras otros; aquellos momentos de dolor que había suprimido para poder seguir al lado de ella, aquellas cosas que había obviado por mantener esa fachada de relación perfecta –Por Chaos, eres la criatura más egoísta que he conocido jamás– soltó con una mueca irónica –Eres incapaz de ver tus propios errores, no se hable de aceptarlos, y de alguna manera fantástica y casi increíble, ¡Todo termina siendo mi culpa! ¡O mi deber arreglarlo!
–No, espera, hice todo eso porque me importas, porque…
–¿Importarte? – interrumpió Sonic ante el cinismo de sus palabras –A ti jamás te ha importado nada de lo que es importante para mí, mis amigos, mis gustos, mis problemas ¡O prácticamente cualquier cosa que no tuviera relación contigo! – sacó de su pecho de forma liberadora –Esa es la razón por la que estoy aquí ¿no es cierto? – inquirió el erizo viéndola con intensidad –Tu primera opción se fue, entonces buscas el premio de consolación ¿no es cierto?
–¡¿Qué?! ¡No! – insistió Fiona, ofendida ante su acusación –Tú jamás serás un premio de consolación, tú siempre serás mi primera opción – dijo con una dulzura tan falsa como la expresión de inocencia que intentaba mantener.
–No lo parecía cuando te encontré teniendo sexo con él el día de nuestro aniversario ¡Nuestro aniversario Fiona! – reclamó iracundo.
Los ojos de Fiona se llenaron de lágrimas ante sus palabras, dejando que la ventisca helada hablara por ella. Una máscara de dolor y desolación se colocó sobre su dulce rostro, y así, el sonido de un suave sollozo inundó el parque; apaciguando la pelea que sólo parecía escalar.
–¿Por qué me haces esto Sonic? – sollozó con su voz pendiendo en un hilo. –En el momento en donde más te necesito actúas como un completo patán – reclamó para secar sus lágrimas con brusquedad, ocasionando que la ira de él se congelara –… ¿Por qué simplemente no puedes dejarlo ir y reconstruir nuestra relación? – exigió con su voz ahogada en lágrimas que no dejaban de brotar.
Sonic soltó un suave suspiro ante una escena demasiado familiar. Cuando él iba ganando cualquier tipo de discusión ella se soltaba a llorar y hacerle ver cómo un ser cruel y tirano por sus verídicas acusaciones; y durante mucho tiempo esa técnica le había funcionado muy bien… pero no más.
–Eso no es posible – espetó el erizo fríamente.
Las lágrimas dejaron de correr, y la expresión de desolación y abatimiento se borró casi al instante de manera macabra; una dura mirada se aposentó en sus pupilas y un ceño fruncido le hizo saber que no estaba contenta con su respuesta.
–¡Es que acaso ya no te importo! – bramó la zorra para caminar hacia él de manera amenazante –¡¿Te gusta verme sufrir?! ¡¿Es eso?!
–¡¿Qué?! ¡No, claro que no! – respondió Sonic dando un paso atrás ante la postura intimidante de la zorra. Lo último que necesitaba era algún tipo de espectáculo en medio del parque.
–¡¿Entonces por qué?! ¡¿Por qué no es posible?! – gritó iracunda.
–¡Porque tengo novia ¿Sí?! – se escapó de su boca antes de que pudiera procesar lo que decía.
La pelea acalló de golpe. Ambos abrieron sus ojos con sorpresa ante la revelación del erizo azul, quien se miraba tan impactado como ella.
–Estás mintiendo… ¿verdad? – soltó Fiona intentando procesar la información que él acaba de brindarle –Eso no es posible – devolvió frunciendo el ceño, incrédula –Yo lo sabría, sé que no has…
–No le hemos dicho a nadie – interrumpió Sonic sus palabras nuevamente, manteniendo su postura.
Sonic aún no podía creer lo que había dicho, pero sin lugar a duda, eso no le sabía a mentira o a un conveniente escape. Una sonrisa se pintó sobre sus labios ante ese último pensamiento; con delicadeza tocó la bufanda que rodeaba su cuello y con disimulo aspiró el aroma de rosas impregnado en aquel algodón rojizo, trayendo a su mente la dulce sonrisa de Amy.
–Realmente la quiero a ella – se dijo para sí, expandiendo su sonrisa –Quiero estar con ella.
–No…– la voz de Fiona lo trajo a la realidad, obligándolo a verla –No, no – corrió hacia él para así tomar sus manos de manera desesperada –¡Nosotros…
–Fiona– soltó un pesado suspiro –Realmente lamento mucho que por fin tengas que pagar las consecuencias de tus propias acciones egoístas, y que éstas consecuencias sean tener que mudarte fuera de tu fraternidad – dijo con un dejo de sarcasmo en su voz y una sonrisa llena de satisfacción –En serio lamento que pases por todo esto, pero sabes qué – pausó para soltarse de su agarre –Ese no es mi problema… ya no más – expandió su sonrisa sintiendo como una pesada carga caía de sus hombros de manera liberadora –Y lo lamento, pero ya debo de irme – se excusó para así iniciar su camino de regreso –¡Pero suerte en todo! – se despidió con un ademan y así fijar su mirada camino a casa, donde ella sabía lo esperaba.
–¡Pero Sonic! – la voz de ella se escuchó cual relámpago –¡Nosotros…
–No hay un nosotros ¿recuerdas? – le respondió para voltearse y caminar de espaldas, sin intención de detenerse –Tú misma lo dijiste: "Olvídate de eso de ser amigos, no pasará jamás" – le recordó aquellas palabras que ella misma le había dicho el día que lo había dejado luego de haberla encontrado con Scourge –Te recomiendo que sigas tu propio consejo– aconsejo hilarante –Hasta luego – dio media vuelta para correr lejos de ahí.
Escuchó a Fiona maldecirlo a la distancia, pero realmente no podía importarle menos. Por primera vez sentía que podía respirar, que por fin las cadenas que lo amarraban a ella se rompían. Por fin sabía el lugar donde quería estar.
0-0-0-0-0
Rouge caminó por la calle para así ver su teléfono una vez más, esperando un mensaje de Amy o algo por el estilo. Soltó un pesado suspiro, ella sabía lo duro que debía de ser eso para su amiga, después de todo, Sonic había sido su más grande amor, y a pesar de la distancia y las peleas, ese amor jamás se había extinguido.
Rouge frunció el ceño. No le perdonaría a Sonic lastimar a Amy, menos si era por retomar aquella tóxica relación con su ex.
–¡Juro que si lo veo voy a…! – Rouge silenció al divisar a la distancia al erizo azul salir de una de las tiendas sobre la calle, tomando dirección hacia donde ella se encontraba. –¿Sonic? – musitó con sorpresa, deteniendo su marcha.
El erizo caminó desinteresado cuando la mirada fija de ella sobre él lo hizo alertarse de su presencia.
–Rouge – soltó Sonic al reconocer a la murciélago yacer de pie en la acera –Pensé que ibas quedarte con Knuckles en el apartamento – dijo según como se acercaba a su encuentro. –¿Cambio de planes?
–Hmph, podría hacerte la misma pregunta – devolvió con obvio dejo de molestia en su voz para así cruzar sus brazos sobre su pecho –¿No tenías una cita esta noche? – espetó con una mirada despectiva – ¿Acaso vas para allá? ¡No me digas que…
–No, no tenía una cita – calmó la tormenta que la murciélago le traía en ese momento sin ninguna buena razón –Te dije que tenía algo que hacer, pero ya lo solvente – explicó alzando los hombros en señal de desinterés.
Rouge alzó una ceja ante la actitud desinteresada y relajada del erizo azul. No parecía que se hubiera visto con Fiona o en su defecto, que le importara en absoluto la reunión con ella. Lo inspeccionó de pies a cabeza, en busca de alguna prenda fuera de lugar que le dijera que hubiera hecho algo indecoroso, pero nada, lo único diferente era aquella pequeña bolsa que llevaba en su mano, una bolsa de su joyería favorita.
–¿A dónde vas exactamente? – interrogó Rouge desconfiada.
–De regreso al apartamento – señaló Sonic cual hecho obvio.
–¿Vas a pasar a algún lado antes? – insistió.
–Eh… no– negó Sonic alzando una ceja ante lo que se notaba era un interrogatorio –¿Por qué lo preguntas?
–Por nada, por nada– respondió Rouge fingiendo desinterés, y así fijar su vista en su perfecta manicura –Por cierto… ¿qué es eso que tienes ahí? – preguntó tan casual como pudo.
Sonic ocultó de forma instantánea aquella bolsa que llevaba en su mano, ruborizándose tenuemente ante la pregunta de ella, reacción que no pasó desapercibida por la murciélago.
–E-Es algo que Amy me pidió que le llevara – respondió nervioso.
–Así que es para Amy – indagó Rouge para verlo de reojo con una expresión suspicaz.
–Ammm… s-sí – asintió febril riendo con nerviosismo –Ya sabes como es, me mandó un mensaje de último momento y… – Sonic calló al sentir un fuerte abrazo por parte de la murciélago, sonrojándose intensamente por la muestra de afecto –¡¿Pero qué haces?! – vociferó obviamente incómodo.
–Oh, lo lamento – rio divertida para soltarlo al fin con una mirada llena de alivio notando el obvio sonroje por parte de él ante su muestra de afecto –Es sólo que…– pausó por un momento, suavizando su mirada –Por un momento pensé que realmente la olvidarías – murmuró aliviada.
–¿De qué…
–¡Sabes que! – interrumpió Rouge sacando su teléfono para escribir un mensaje velozmente –Knuckles justamente vendrá a dormir a la casa, así que el apartamento se quedará vacío seguramente por muchas horas.
–¿Vacío? – repitió Sonic –¿Dónde está Amy? – preguntó sin reparo.
–Oh, bueno, vacío sin los chicos, a eso me refería – aclaró con una mueca juguetona –Por cierto, por si tienes dudas hay una caja de condones en el mueble del baño comunal, que estoy seguro que nadie preguntara si se desaparecen unos cuantos– codeó divertida –Porque pues, espero sea más de uno.
–¡¿Qué?!– exclamó para tomar distancia de la murciélago –¿Por qué tú…? quiero decir, ¿Por qué diablos me estás diciendo todo esto? – preguntó Sonic ruborizado por la información no solicitada.
–Bueno, es por si tu cita y tú…
–Que no era una cita – recalcó Sonic con enfado –Créeme, fue de todo menos eso – resopló con molestia.
–¡Oh! Cierto, tonta yo – rio traviesa –Entonces olvida lo que dije, bueno no todo lo que dije – le guiñó el ojo, divertida.
–De acuerdo… – murmuró incómodo. –Nos vemos después – se despidió para empezar a caminar lejos de ella.
–¡Oh, espera! – pidió Rouge, ocasionando que el erizo detuviera su marcha volteándola a ver. –Toma – dijo para sacar de su bolsa de mano un preservativo, ocasionando que el erizo se ruborizara de golpe –Uno nunca sabe ¿no es cierto?
–¡¿Por qué demonios me estás dando eso?! – exclamó sin intenciones de aceptar el preservativo.
–Oh vamos, no seas tan dramático – regañó para tomarlo bruscamente del brazo y arrastrarlo hacia ella, colocando así el condón dentro del bolsillo de la chaqueta del erizo –Yo tengo otro, aunque con Knuckles no es suficiente– reveló lujuriosa –Ya sabes, él es el compra las caja – dijo por lo bajo para reír divertida, ocasionado que Sonic se soltara de su agarre alejándose de manera precipitada de ella –Así que toma ese, ya sabes, en caso de que quieras hacer algo divertido hoy – le sonrió inocente.
–¿Has perdido la razón? Voy a estar con Amy, probablemente comiendo pizza fría – dijo tan serio como pudo –¿Qué tipo de diversión estás hablando exactamente?
–Bien, bien, sólo guárdalo para cuando quieras divertirte ¿sí? – pidió Rouge para dar media vuelta, concluyendo su encuentro –Adiós Sonic.
Sonic la vio marchar sin darle una buena excusa de sus acciones. Eso había sido más raro e incómodo de lo usual. Sacudió su cabeza ligeramente, para así seguir su camino, olvidándose de ella; en ese momento tenía cosas más importantes en qué pensar.
0-0-0-0-0
Escuchó a Knuckles salir del apartamento. Estaba sola. Se dejó caer de espaldas en la cama pensando aún en la propuesta de Rouge, a lo mejor debería de aceptarla. Todo lo que estaba ahí le recordaba a Sonic, después de todo, era la habitación de él. Amy soltó un pesado suspiro para así ponerse en pie y con decisión buscar su pequeño maletín rosa y empezar a guardar diferentes prendas de manera errática. Empacaría para quedarse con Rouge un par de días, al menos en lo que pensaba qué haría ante la nueva situación o bien, que reuniera el valor para encararlo.
–Eres una cobarde… – se dijo a sí misma dejando de empacar.
De nuevo sentía que se estaba derrumbando ¿Acaso esa era la mejor manera de abordar eso? Amy soltó un pesado suspiro, viendo la mochila a medio empacar, eso no estaba bien, esa no era la forma. Había hecho lo mismo cuando se había enterado de la novia de Shadow, simplemente había cortado comunicación hasta que la vida la forzó a reunirse con él, de caso contrario posiblemente aún no hablaría con él.
–Pero…– silenció con pesar –No estoy lista para escucharlo – estrujó su abrigo con fuerza ante la emoción de devastación que la recorría –No hoy – aseveró con una dura expresión.
Metió las pocas cosas que encontró en sus cajones para así cerrar su maleta; lo encararía una vez pudiera no derrumbarse frente a él, una vez que hubiera podido aceptar que realmente todo había terminado; hasta entonces, tomaría distancia.
Amy tomó su mochila para así encaminarse fuera de la habitación, cuando la puerta de la misma se abrió antes que ella pudiera poner su mano sobre el pomo de la puerta, dejando ver al erizo azul del otro lado.
–¿Sonic? – exclamó la eriza con genuina sorpresa y por inercia esconder su maleta detrás de su espalda –¿Q-Qué estás… digo, ¿No ibas a regresar hasta muy tarde? – preguntó con cierto nerviosismo.
–Fue más breve de lo que pensé – respondió alzando los hombros en señal de desinterés –¿Vas a algún lado? – preguntó para ladear suavemente su cabeza y ver el maletín rosa que intentaba ocultarle.
–¡Ah! Pues… – dijo viendo de reojo su maletín –Rouge me dijo que llegará a su casa para ver películas románticas así que pensé…
–¿En serio? – alzó una ceja, confundido –Porque Knuckles se quedará a pasar la noche allá– explicó Sonic para darse entrada a la habitación –Dudo mucho que alguno de ellos vaya a ver una película.
–Oh…– soltó Amy para resoplar con molestia. Eso explicaba la salida abrupta del equidna.
Amy soltó su maleta para que ésta cayera pesadamente en el piso; sus planes de encontrar refugio en la casa de una amiga se habían ido por el caño. Buscó su teléfono en su bolsillo, a lo mejor podría dormir en la sala del apartamento de Blaze y Sally por esa noche en lo que Rouge…
–Me reuní con Fiona hoy – la voz de Sonic navegó por la habitación, trayendo su atención al erizo, quien yacía sentado en el borde de la cama.
Amy lo volteó a ver con sorpresa. No esperaba que fuera a hablar sobre ello o que fuera hacerlo de manera tan directa. Bajó sus orejas, cabizbaja, entendiendo hacia donde llevaría esa conversación. Todo acabaría esa noche.
–Oh… – murmuró Amy para así cerrar la puerta de la habitación lentamente en busca de privacidad. –¿Y qué quería? – se atrevió a preguntar sin poder encararlo.
–Quería que regresáramos – respondió natural.
Lo sabía, sabía que su cuento de hadas no podía durar más de esa noche. Suspiró pesadamente sintiendo de nuevo aquel dolor insufrible nacer de su pecho, así como la necesidad de llorar. Amy cerró sus ojos con fuerza, intentando tragar aquellas lágrimas que empezaban a acumularse en la cuenca de sus ojos.
–… ¿Y qué le dijiste? – preguntó con su voz pendiendo en un hilo.
–Que había perdido la razón.
Amy abrió sus ojos con sorpresa para así voltearlo a ver al acto, incrédula de lo que acaba de escuchar.
–Pero… – murmuró ella para caminar hacia él –Pensé que querías regresar con Fiona.
–¿Qué? – soltó alzando una ceja ante sus palabras, poniéndose de pie –¿Qué te hizo pensar eso?
–Pues…– detuvo su marcha para así jugar nerviosamente con sus dedos –Bueno… Es que cuando los chicos hablaban de ella tú te mirabas… no sé…– silenció pesadamente –Pensé que tal vez aún sentías… o la mirabas como…
–¿En serio creías que seguía enamorada de ella? – inquirió Sonic casi en forma de reclamo, ocasionando que la mirada de la eriza se dirigiera a sus manos inquietas –Por supuesto que no – aclaró el erizo para acercarse a ella, cortando la distancia entre ellos.
–Pensé…– murmuró Amy alzando lentamente la mirada, una mirada nublada gracias al mar de lágrimas que habitaba en sus ojos –Pensé que era el amor de tu vida – dijo con un labio tembloroso y un semblante que se quebraría en cualquier momento.
Sonic rio divertido para con su mano acariciar con suavidad el rostro de ella. Su tacó era tan cálido y gentil, tan dulce. Con su pulgar secó el nacimiento de una lágrima que deseaba buscar su libertad, para que los ojos de él se engancharan en los de ella, haciéndola ruborizar por el dulce gesto.
–No sé de dónde sacaste esa idea – habló al fin para sonreírle dulcemente, apartando su mano de ella.
–No lo sé – murmuró Amy desviando su mirada un tanto apenada por la apresurada conjetura –Siempre pensé que la veías como la mujer perfecta que…
–¿Quién? ¿Fiona? – interrumpió Sonic abruptamente su diálogo incoherente –Fiona debe ser lo más alejado a mi mujer perfecta– estableció severamente –Quiero decir, es una mujer extremadamente tóxica. Ahora entiendo porque todos siempre estaban tan molestos conmigo – rodó sus ojos ante algo que ahora se miraba obvio –Fiona jamás ha pensado en nadie más que no fuera ella, incluso hoy – explicó mientras la eriza lo escuchaba atenta –La única razón por la que pidió que volviéramos era porque necesitaba dinero para mantenerse en su facultad y ya que su último novio no fue un buen proveedor… y bueno… fue por la segunda mejor opción – dijo con un dejo de dolor en su voz.
No importaba si no sentía ya nada por ella, saber que lo consideraban como una segunda opción y nunca como una prioridad era algo que seguía doliendo.
–¿Y qué le dijiste cuando te pidió que regresaran? – preguntó Amy, sacándolo de sus pensamientos –No parece alguien que toma un no como respuesta.
–No, no lo es– concordó Sonic con un pesado suspiro –Así que le dije que tenía novia.
Los ojos de Amy se abrieron de par en par ante las palabras que el erizo azul acaba de pronunciar, mientras un intenso sonroje se pintaba sobre sus frías mejillas. De repente el frío que la estaba congelando hasta los huesos había desaparecido.
–¡¿EH?! – exclamó Amy sonoramente.
Sonic le sonrió divertido ante aquella expresión, una mezcla de vergüenza y nerviosismo que estaba pintada sobre su rostro. El erizo tomó de la cama una pequeña bolsa blanca, una que no se había percatado de su existencia hasta ese momento, para de ésta sacar una pequeña caja blanca con un logo, uno familiar; era de la joyería más exclusiva de Station Square y la favorita de Rouge. La Joyería Thorndyke.
–Por fin lo descifré– habló Sonic para abrir la pequeña caja frente a ella y mostrarle dentro de ésta un hermoso collar plateado, el cual tenía un dije de una pequeña rosa cubierta en diamantes blancos en su centro –¿Te gustaría ser mi novia?
Su mirada se dirigió al erizo, quien en su rostro mantenía una expresión de bochorno junto a un suave sonrose sobre sus mejillas. Estaba pasando, en serio estaba sucediendo. Amy tapó su boca con una mano sintiendo como las lágrimas que había estado conteniendo brotaban en completa libertad, pero esta vez por una razón diferente, por una muy buena razón.
–¿Hablas en serio? – inquirió la eriza, aún incrédula.
–Quiero intentarlo Ames, quiero darle una verdad oportunidad a esto – respondió Sonic sintiendo su rostro enrojecer con fuerza –Fiona fue una parte de mi vida, una de las más difíciles de superar, y por un momento realmente pensé que nunca podría seguir adelante – admitió amargamente –, pero luego, empezamos a salir y por primera vez en mucho tiempo me sentí… feliz– reveló para elevar la comisura de sus labios mientras un mohín dulce y cálido se plasmaba en su rostro –Por primera vez supe que era realmente sentirse valorado y escuchado en una relación, empecé a ver lo que realmente quería… a ti.
–Sonic… – murmuró Amy sintiendo como una calidez recorría su cuerpo y como miles de mariposa volaban en libertad dentro de ella.
–Prometo dejarte usar el baño de la habitación todos los días, no más peleas– le sonrió divertido. –¿Qué me dices?
Una gigante sonrisa se dibujó en su rostro, y sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre él para buscar sus labios, uniendo los propios en un beso que sintió que le devolvía la vida. Sintió como él la abraza por la cintura para acercarla aún más, y en aquel mágico beso, ambos pudieron expresar lo que sus torpes palabras jamás pudieron.
–No lo olvides – se separó la eriza lo suficiente para sonreírle –El baño es mío – dijo divertida.
–Sí, sí – dijo rodando sus ojos, con una falsa expresión de molestia, ocasionando que ella riera divertida –Es una promesa – asintió regalándole una amplia sonrisa.
Amy tomó distancia de él para sonreírle divertida, y así fijar su vista en aquella pieza de joyería que él mantenía en su mano. Le dio la espalda lentamente y con una mano levantó su corta cabella, dejando su cuello desnudo. Sonic entendió su petición, pues con delicadeza colocó aquel collar sobre su pecho para trabar el seguro del mismo. Amy tocó el delicado y bello dije con la yema de sus dedos, admirándolo por unos cuantos segundos, sintiéndose en un hermoso sueño.
–Es hermoso – habló la eriza para voltearse y así lucir el bello regalo de él.
–No más que su portadora – halagó con sinceridad, ruborizándola.
Sonic tomó su rostro con gentileza para así buscar sus tersos labios; ella rodeó sus brazos alrededor de su cuello para corresponder a aquel beso. Lo terso de sus labios la llamaron con hambre, sintiendo como la lengua de él se abría paso lentamente en su boca, y en un vals que pretendía algo más que dulzura, su lengua encontró la suya.
El beso empezó a tomar más velocidad, el deseo empezó a sobreponerse sobre la dulzura inicial mientras suspiros ahogados se escapaban de tanto en tanto. Amy sintió como él cada vez hacía más presión sobre su ella, hasta que su espalda chocó suavemente contra la pared de la recámara, obligándola a separarse de él. Sintió sus mejillas arder ante el rubor que las pintaba, mientras una respiración acelerada le hacía saber a él que aquel beso había ocasionado algo más que amor dentro de ella.
Sonic le sonrió de forma sugerente para así plasmar su mano derecha al lado de su cabeza, acorralándola. Amy sintió su rostro ruborizarse intensamente ante la confianza que expelía el erizo azul, sintiéndose ridículamente nerviosa de pronto. ¿Por qué se le miraba diferente? ¿Por qué eso se sentía diferente?
Observó como Sonic se acercaba a ella de forma imponente, y de forma instintiva, hundió su cuerpo contra el muro. Sonic acarició con la yema de sus dedos el rostro de ella, ocasionando que Amy se estremeciera ante el contacto, ampliando la sonrisa que había mantenido. En silencio, tomó el rostro de la eriza con una mano firme para buscar sus labios nuevamente, mordiendo con suavidad el labio inferior de ella, haciéndola ahogar un gemido en medio de aquel beso.
Sintió como Amy colocó sus manos sobre su tórax en un vago intento de buscar distancia, provocando que él tomara sus muñecas con fuerza para elevar sus manos sobre su cabeza, tomándola por sorpresa.
–No te mirabas tan tímida hoy en el acuario – provocó Sonic con una sonrisa sugerente.
–E-Eso…– se sonrojó Amy intensamente; sin poder responderle.
No podía evitarlo, en cada encuentro que habían tenido hasta ese momento, a excepción de aquella vez en los vestidores de la universidad, Sonic siempre se miraba dudoso sobre qué o no hacer o hasta donde permitirse, pero esta vez, esas dudas no parecían estar presente, en su lugar, tenía frente a ella un erizo que la miraba con hambre y deseo.
Sonic pasó su lengua por su cuello, sin ánimos de esperar una respuesta; un gemido salió de su boca, sonrojándose intensamente por ello. Amy mordió su labio inferior en un intento de obligarse a permanecer en silencio; avergonzada por lo que acaba de escuchar.
–No tienes por qué preocuparte – habló el erizo para besar suavemente la clavícula de ella, estremeciéndola en cada pequeño beso que dejaba sobre su piel –No hay nadie.
–¿Cómo sab… – un gemido pronunciado de sus labios interrumpió su enunciado al sentir la mano de él masajear uno de sus senos. –S-Sonic – clamó con su respiración acelerada, dejándose llevar por el deseo que ahora la recorría.
–Esta vez – pausó para soltar uno de los botones de aquel abrigo sobre ella –No pienso contenerme más… – prometió en grave voz.
Amy sintió como un intenso sonroje se pintó en su rostro ante sus palabras. Sus orejas se tornaron rojizas, sintiendo como una corriente eléctrica recorría toda su espina dorsal; la mirada intensa de él le robó el aliento, haciéndola tragar pesado, mientras podía escuchar a su corazón latir a mil por hora ante la expectativa de aquella promesa.
Sonic observó como aquella expresión tímida y desconcertada, que había tenido hasta hace poco la eriza, empezaba a borrarse para que una sonrisa se dibujara lentamente sobre sus carnosos labios; una expresión libidinosa se pintó sobre el rostro de ella, quien ahora lo miraba de forma provocativa. Amy se soltó de su agarre, y sin medir palabra, propiciarle un beso intenso, tomándolo por sorpresa.
Retrocedió torpemente por el impulso de la eriza para así caer sentando sobre el borde de la misma, separándose de forma involuntaria de ella. Sonic la vio con su respiración acelerada para que ella le sonriera de manera seductora.
–Si ese es el caso – murmuró Amy para empezar a desabotonar lentamente el abrigó que tenía encima –…Yo tampoco – completó, dejando que su abrigo resbalara de su cuerpo, dejando que éste cayera pesadamente al suelo.
–¡Espera, espera, espera! – detuvo Sonic apresurado, ocasionando que la eriza lo viera con confusión.
Sonic buscó con la mirada en su habitación un pequeño control negro para tomarlo apresurado una vez lo distinguió no lejos de él, y así, presionar un botón, ocasionando que música empezara a sonar de pronto. Amy vio a sus alrededores escuchando la melodía sensual reproducirse.
–Ahora, sí, continua – pidió el erizo azul con una amplia sonrisa, acomódense nuevamente.
–Eres un bobo – rio Amy divertida ante su acción, viéndolo con ternura.
–Soy tu bobo ahora, ¿recuerdas? – devolvió Sonic con una sonrisa socarrona.
Amy rio divertida para así acercarse a él y así robarle un beso, a lo cual el correspondió. La música suave y sensual daba un aire íntimo y provocativo. La lengua de él buscó la suya con avidez, la cual no tardó en encontrar. Un suspiro le fue arrebatado, e impaciente, las manos de ella se adentraron debajo de aquella chaqueta de la cual él se deshizo velozmente junto aquella bufanda roja que ella le había obsequiado.
La eriza se separó de él con sus mejillas pintadas de un exquisito carmín; le sonrió de forma provocativa para así buscar el cierre de su vestido blanco, bajándolo lentamente, ocasionando que éste se deslizara de su cuerpo delicadamente para caer a sus pies. Los ojos de Sonic se abrieron de par en par, atento.
Un intenso rubor pintó sus mejillas al sentirse descubierta; era la primera vez que él la mirada en ropa interior, sin apuestas de por medio. La música que sonaba la hizo armarse de valor para así dirigir sus manos tímidas hacia su espalda en busca del broche de su sostén, escuchando como éste se abría, cayendo suavemente de sus hombros y luego al suelo. Amy sintió el sonroje incrementarse y como acto instintivo buscar cubrirse, pero él no se lo permitió.
Sonic sujetó sus manos velozmente ante su obvia acción, para así halarla hacia él e imprimir un beso en sus tersos labios, tomándola desprevenida. La abrazó con fuerza para atraer su cuerpo hacia él, obligándola a sentarse sobre su regazo y así escucharla exclamar un gemido ante el contacto de sus cuerpos. Las manos de Amy se adentraron debajo su blanca playera haciéndolo estremecer por el contacto al sentir como ella recorría con avidez su ancha espalda, sintiendo cada músculo de la misma bajo sus pequeñas y delicadas manos.
Amy se deshizo de aquella playera blanca, la cual ahora estorbaba, para así admirar en silencio el tonificado cuerpo del erizo, tragando pesado ante esto. Sonic la alzó de su regazo en un suave movimiento, para así volcarla sobre la cama, quedando sobre ella. El erizo le esbozó una media sonrisa, relamiendo sus labios ante la imagen frente a él, haciéndola ruborizar con intensidad ante su mirada penetrante y curiosa. La boca de Sonic buscó su cuello, robándole un suspiro ante el contacto. Sus labios deslizaron sobre su piel bajando lentamente hacia su clavícula, y así, aproximarse a sus senos desnudos; Amy se arqueó de placer al sentir la húmeda lengua sobre su pezón, sintiendo como succionaba éste de forma efusiva.
Las caderas de ella se movieron en contra de su voluntad gracias al estimulo que él le propiciaba, sintiendo la erección bajo los pantalones del erizo, soltando otro sonoro gemido ante ésta, temblando de excitación.
La mano de él recorrió su abdomen desnudo para así descender hasta donde sus pantis yacían aún, sobresaltándose al sentir como él rozaba su intimidad con la punta de los dedos.
–So… Sonic… – jadeó Amy abrumada por el placer que la recorría, arqueando su espalda ante el contacto.
Sonic levantó su cabeza para así clavar sus ojos en los de ella, sonriéndole con cierta malicia y acto a continuación colar sus dedos debajo de la ropa interior dándose entrada a su feminidad. Amy alzó su cabeza hacia atrás, sin poder acallar el gemido cargado de placer; para ese punto tampoco le importaba poder acallarse. Sintió los dedos de él moverse dentro de ella mientras la humedad se acrecentaba según el jugaba con dentro de ella.
La boca de él ahogó los gemidos que no podía silenciar, sin detener sus dedos traviesos de ir y venir. Amy lo besó con fogosidad, entre sus suspiros y gemidos ocultos mientras estrujaba las sábanas bajo ella, temblando del placer y la excitación. Su boca se alejó de la de él, al sentir el incremento de la velocidad de sus hábiles manos aumentar. Su cuerpo se estremecía por el intenso placer, su mente nublada no podía pensar en otra cosa que no fuera él, y cuando pensó que no podría más, sintió como Sonic mordía con suavidad uno de sus pezones haciendo que el orgasmo estallara dentro de ella. Amy sintió como una explosión en su vientre se disparaba a cada fibra de su ser, arqueándose ante éste, poniendo sus ojos en blanco ante la corriente de placer que ahora la abrumaba.
Sonic se detuvo, y en silencio, admiró una nueva faceta de la eriza. La vio jadear de manera precipitada mientras intentaba recuperarse de lo sucedido previamente; su pelo yacía alborotado de una manera sensual, y sus ojos brillantes y labios carnosos, lo invitaban a lo prohibido. Por el amor a Chaos, se le miraba tan sexy en ese momento.
–Maldición Ames, te ves increíble luego de tener un orgasmo – halagó con su voz ahogada en deseo.
–Podría decir lo mismo sabes – dijo para reincorporarse y así buscar sus labios con frenesí.
Amy lo volcó a su lado para así quedar sobre él. Cualquier rastro de timidez había desaparecido en ella, en ese momento lo que la movía era el deseo desmedido y el amor que la recorría. Sonic le sonrió, complacido por sus acciones. Ella le devolvió la sonrisa. Colocó sus manos sobre su pecho para así recorrer con éstas los pectorales de él, admirándolos de cerca gracias a la tenue luz de la habitación. Amy llegó al filo de su pantalón. para así darle un vistazo rápido, notando aquella sonrisa que parecía expandirse en los labios del erizo.
Desabrochó el pantalón de él un tanto nerviosa, para así ver por primera vez el miembro viril de él, sonrojándose ante éste. Ella ya lo había probado antes, pero verlo de cerca era tan diferente, después de todo en el acuario ninguno de los dos pudo ver nada, no realmente.
Amy sonrió libidinosa mientras observaba al erizo remover el resto de sus ropas con prisa. Mordió su labio inferior de manera provocativa para así acercar su rostro ante el miembro pulsante del erizo.
–E-Espera – dijo Sonic en un jadeo para que ella se detuviera a centímetros de su objetivo. –¿No te parece que tú aún tienes demasiado ropa? – carraspeó su garganta, un tanto impaciente.
Amy se percató que ella aún tenía la parte inferior de su ropa interior puesta. Le regresó la mirada, notando el deseo y la impaciencia del erizo. Eso la hizo la sonreír.
–Supongo que tienes razón – asintió ella con sus mejillas ardiendo ante el sonroje sobre éstas.
Amy removió con cierta timidez la última prenda para así quedar totalmente expuesta ante la mirada curiosa de él. Los ojos verdes de él se quedaron prendidos en ella, provocando que su vista huyera de la de él. Era la primera vez que Sonic la miraba desnuda. Su corazón latió a mil por hora, en un silencio que se sintió eterno.
–¡N-No te quedes observando! – regañó Amy ante su mirada intensa y penetrante.
–Tienes razón… – concordó Sonic para que sus manos traviesas recorrieran sus muslos desnudos y así apretar su trasero con fuerza.
La cabeza de Amy se alzó para atrás al sentir sus manos sobre sus glúteos por primera vez, soltando un suspiro lleno de deseo ante la sensación. Amy buscó los labios de él de manera precipitada para así sentarse sobre su regazo sintiendo el miembro del erizo rozar la parte externa de su intimidad. El contacto provocó que ambos rompieran el beso, exclamando un gemido.
Amy lo vio deseosa, sólo quería sentirlo dentro de ella, lo deseaba con todo su ser.
–Este… – murmuró Amy impaciente –¿Tienes un… amm….? – intentó preguntar con un dejo de urgencia en su voz.
–S-Sí – respondió con su respiración acelerada, entendiendo a qué se refería.
Sonic buscó con desespere su chaqueta que yacía aún sobre la cama, y por primera vez, agradeció a Rouge por su imprudencia. La tomó de las caderas haciéndola caer a un lado para así buscar el preservativo en el bolsillo de su abrigo con impaciencia. Lo abrió velozmente para así colocarlo en su lugar y verla con genuina excitación.
Un silencio ensordecer inundó la recámara junto a los suspiros de la expectativa que ambos expelían en cada jadeó. Sonic tragó pesado para así sujetar con firmeza sus caderas, y con un último vistazo hacia la eriza quien lo miraba expectante sabiendo qué haría a continuación, se introdujo lentamente dentro de ella.
Ambos soltaron un sonoro gemido al unísono. Amy arqueó su espalda según como lo sentía abrirse camino dentro de ella de manera lenta y continua. Su mente se nubló ante la ola de placer que la recorría, sintiendo como él la llenaba por completo, robándole el aliento.
Se colocó sobre ella, sintiendo como la calidez de la eriza lo envolvía en su totalidad ¡La sensación era indescriptible! Sonic se adentró por completo para escucharla soltar un gemido una vez la hubiera llenado por completo. Ambos se vieron a los ojos expectantes, en silencio, y luego de una corta pausa, Sonic empezó a mover sus caderas con libertad. Una mezcla entre placer y liberación lo recorrió. La liberación de por fin poder dejar salir sus más profundos deseos sin duda o remordimiento, de por fin poder sentir su cuerpo, de por fin hacerla suya luego de tanto anhelarlo.
Sonic la escuchó gemir de manera sonora según como se movía dentro de ella, admirando en silencio y corto suspiros la expresión de placer que ahora se pintaba en el rostro de Amy, excitándolo aún más. Llevó una las piernas de la eriza sobre su hombro para así lamerla con lujuria, moviéndose aún más rápido, aumentando ya el creciente deseo.
–Maldición Ames…– soltó entre suspiros –¡Eres tan sensual! – exclamó embistiéndola con más fuerza.
Amy sintió la intensidad de él para arquearse por completo. Sonic se posicionó sobre ella, sin detenerse o darle un momento para respirar, y con urgencia buscar nuevamente sus senos para introducirlos en su boca, haciéndola temblar ante el contacto y la succión. Amy lo abrazó con sus piernas, sintiendo aún más profundas las penetraciones, moviendo sus caderas al ritmo de él, sintiendo como pronto llegaría al orgasmo. Jadeaba de forma frenética, y con desespere, buscó los labios de él, fundiéndose en un beso apasionado, mientras él aumentaba el ritmo de las embestidas.
–A-Ames… – se separó jadeante, con una voz ahogada en placer –Voy a…
–¡Hazlo! ¡Hazme terminar Sonic! – rogó incrementando el movimiento de sus caderas.
El erizo soltó un gemido al sentir como el orgasmo llegaba ocasionando que ella se contorsionara ante la presión en su vientre exclamando un sonoro gemido por igual, echando sus ojos para atrás ante el pedazo de cielo que en ese momento podía tocar.
La habitación se quedó en completo silencio, únicamente los jadeos de ambos inundaron el ambiente. Sonic se salió de ella para así encargarse del preservativo, y acto seguido recostarse sobre su pecho, intentando recuperar el aliento junto a ella. Sus ojos se toparon con los de ella, para sonreírle con diversión, y ella imitar esa sonrisa.
–Eso fue… – intento decir el erizo, sin poder encontrar las palabras.
–Fue maravilloso – completó Amy acariciar su cabeza con afecto.
–¿Fue? – repitió él para levantarse de su pecho y verla con malicia, haciéndola sonrojar de golpe ante lo que su sonrisa maliciosa y ojos lujurioso parecían proponerle. –Los chicos aún no regresan, y tengo pensado recuperar el tiempo perdido.
–¡¿H-Hablas en serio?! – soltó alarmada.
–Claro – asintió para así escudriñar sin escrúpulo el cuerpo desnudo bajo el suyo –No puedes verte así y esperar que no haga nada – se excusó con un mohín de inocencia.
Sonic rio divertido para sentir como ella lo empujaba a un lado, cayendo suavemente sobre el colchón y así se posicionara sobre él; eso había sido una agradable sorpresa. Amy le sonrió de forma provocativa para así relamer sus labios de manera libidinosa; por Chaos, esa eriza realmente era de lo más sexy en la cama.
–Pero esta vez, yo tomaré el mando – indicó Amy para así besarlo con avidez y verlo sugerente.
–La siguiente será mi turno entonces – retó Sonic con una sonrisa provocativa.
–Trato.
¡Nos tomó 58 capítulos, pero el lemon llegó! No se imaginan mi emoción por ello (realmente la idea era hacerlo mucho, MUCHO antes, pero habían muchos pasos que tenían que recorrer antes de esto)
¡Este capítulo es ridículamente largo, pero ha valido la pena! Hoy fue semana de doble actualización! Este capítulo no podía esperar para subirlo OwO, pues es uno de mis capítulos favoritos. Sonic necesitaba poder tener un cierre correcto con Fiona y por fin lo tuvo (Desde el capítulo de su traición, este ya estaba planeado, aunque siendo justos, no pensé que me llevaría un año poder subirlo). En fin, para quienes odiaron el capítulo anterior ¡Aquí la recompensa! A veces nos hace falta un pequeño empujón antes de poder ver las cosas con claridad, pero Sonic por fin sabe lo que quiere y es a nuestra preciada Amy; así que bajen las antorchas.
Ok mis lectores, aún nos queda un último tramo para que esta historia llegue a su fin, pero ya vamos encaminados (sí, luego de dos años, El Reencuentro ya se encuentra en su recta final!), pero no se preocupen, aún tenemos bastante fic por delante XD! En serio, gracias a todos por sus mensajes; me hace muy feliz saber que esta historia ha tenido tanta aceptación.
Bien sin más que decir, su autora se despide. Kat fuera.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
