Furia de los emperadores

Capítulo 42: Oleaje sangriento

Con rapidez, las aves de arcilla acortaban la distancia a Nami no Kuni. La sospecha de una batalla en medio de esta era algo muy circunstancial, tomando en cuenta que todo se basaba en simples suposiciones, sin embargo, el hecho de que la heredera del clan Tsuchigumo fuese traicionada en ese preciso momento daba paso a muchas especulaciones. En especial si la Mizukage actual tenía que ver. Por lo que no dudaron en apurar el paso. Mientras cada Jinchūriki protegía el perímetro, los demás preparaban sus cosas en caso de estar en posible guerra.

Hotaru y Utakata informaban de lo que sabían acerca de los movimientos de Mei, era algo raro la situación, e incluso seguían abiertos a una posible traición, pero, arriesgándose, decidieron escuchar a la peculiar pareja, pues era lo único que podían hacer. La gente en Nami dependía totalmente de Yagura, sin contar a la familia Uchiha que descansaba en el sitio. A pesar de eso, había un poco de tiempo para que Utakata explicara lo que había pasado, después de todo, ese punto de vista podría brindarles algún tipo de perspectiva que ignorasen al momento, cualquier rastro de mentira sería detectado, y así podrían ahorrarse problemas a futuro.

"Antes de que todo esto empezara, trabajé al mando de Harusame, un Chūnin de Kirigakure. Él me enseño varias cosas para poder desempeñarme, la última misión que se me asignó bajo su mando fue respaldar a la heredera Tsuchigumo, pues, se nos había informado que el Mizukage Yagura había perdido la cordura, empezando así la purga de sangre. Según el informe, la líder de la resistencia, Terumī Mei, se habían infiltrado varios Jōnin a las filas de Yagura, provocando que se supieran de sus 'movimientos' Al confiar en mi maestro, accedí sin problema alguno. Como tal le debía todo, él me brindó todo para llegar a mi posición, y no quería defraudarlo"

Había muchas preguntas al aire, por lo que querían saber que era lo que ocultaba, sin embargo, iban a esperar a que estas mismas tuviesen respuestas.

"Durante ese corto tiempo empecé a convivir con Hotaru, al ser su guardaespaldas su seguridad era lo primordial, por lo que nunca pude separarme de su lado. Había de admitir que era odioso el convivir con ella, en especial cuando la primera semana no dejó de insistir que la entrenara. Le enseña un Jutsu algo complejo con el afán de que me dejara de joder, y eso esperaba, verla como caía agotada era algo que disfrutaba. Siendo sinceros, me había hartado de mi trabajo, pero debía de cumplir con ella. No fue después de un mes que se acercó a mí y me mostró algo que nunca creí ver. Había logrado replicar el ataque que le enseñe"

¿Por qué se sorprendía tanto?

"Nunca le mentí a Hotaru, por lo que no debo de hacerlo con ustedes. Créanme que la primera vez que la vi me pareció una chica superficial, arrogante, clasista, mimada. En fin, todo lo cliché de una chica de alta sociedad, por lo que, verla lograr el Jutsu me sorprendió, sin embargo, creí que solo había sido suerte de principiante o una artimaña hecha por el clan, así que le enseñé un Jutsu más sencillo, queriendo que lo lograra en una hora, en ese tiempo, a pesar del agotamiento logró su objetivo, por lo que, intrigado, decidí probar sus límites. Con el tiempo fuimos formando una extraña relación de estudiante-alumno, algo común debido a que, en parte, debía de velar por ella. Con el tiempo nos acercamos de manera más íntima, para finalmente, a los tres meses de haber sido seleccionado como su guardaespaldas, termináramos en la cama. Unas botellas de alcohol terminaron de reunirnos por completo"

¿Algo cliché? Podía ser, pero no se quejaban, después de todo tenían en el grupo múltiples historias de amor que empezaron por simples casualidades, entre ellas la misma de los Emperadores.

"Lo que hice fue un verdadero pecado, no podía haber hecho eso bajo las órdenes que me dieron, por lo que, nos vimos obligados a mantenerlo en secreto. Funcionó durante el tiempo en que estuvimos en Kirigakure, al menos hasta que pasaron poco más de dos meses. De un momento a otro fuimos atacados. El clan descubrió el embarazo de Hotaru, lo que había frustrado sus planes para ella a futuro. Nos ataron y amordazaron, listos para torturarnos, hacernos pagar por un amor que no debíamos de tener. Antes de que pudiesen torturar a Hotaru la Mizukage llegó y empezó a asesinar a los miembros del clan. Quería preguntar, replicar, hacer algo, pero tenía una nueva preocupación. Sin que me vieran, logré asesinar a los captores de Hotaru, huimos de todo, aunque en el proceso nos llevamos múltiples heridas. Sin nada de recursos, solo una balsa y un par de Kunais, fue con lo que hemos sobrevivido. Sé que se preguntarán algo, si pasaron tres meses, ¿Cómo es que se le nota demasiado el vientre? Es sencillo. En realidad, estamos esperando gemelos, no queremos revelar tanto el estado de nuestros pequeños, ya de por sí tuvimos que lidiar con mercenarios que querían a nuestros hijos para reclamar el puesto de heredero. No es mucho lo que tenemos, pero por favor, salven a nuestros hijos por favor... se los pido..."

Antes que nada, hay muchas preguntas que siguen en juego -confeso Kanna con algo de intriga y, hasta cierto punto, confusión-

Rectifícame un dato ¿Cómo es que se llamaba tu maestro? -pidió saber Yagura-

Harusame, ¿Por? -cuestionó Utakata con algo de desdén-

¿Acaso lo conocía? -pregunto con notorio interés Hotaru-

Durante mi mandato varios traidores e informantes extranjeros apuntaron a mis filas, pero me encargue del asunto personalmente. Si bien recuerdo el informe de Harusame era uno de los informantes de Mei en su tiempo en que empezó a hacer sus movimientos, descendía de una de las familias que antes tenían poder en Kiri, lo que me hace pensar que, en realidad, el cargo que te dio fue gracias a los pocos recursos que todavía tenía. Logré eliminarlo junto a una gran cantidad de infiltrados, pero para ese entonces ya había sido inútil y finalmente había sido derrocado de mi mandato. Lo que me hace pensar que, en realidad, la historia que nos contaste, al menos, lo de tu maestro, está abierta a interpretaciones gracias a él -informo el Mizukage, explicando brevemente por qué lo conocía-

Como si no quisiera dar información, ¿No es así? -añadió la Hyūga casi azabache-

Se podría decir. Créeme que hay mucha historia que queda sin explicación -confesó el Uzumaki rubio con algo de decepción-

Lo sé, aunque admito algo, me sorprende que todo haya pasado tan rápido -confesó Hinata con leve nostalgia-

¿Por qué lo dice? -cuestiono Mikoto con interés, mientras el resto de viajeros nuevos se acercaba a ellos-

Hace poco más de seis meses empezamos nuestra travesía por el Continente Elemental, ¿Quién diría que en ese tiempo los hilos empezarían a moverse? -recordó la ojiperla, perdiéndose momentáneamente en sus recuerdos-

Volviendo al tema, ¿Qué es lo que haremos? -pidió saber Obito, queriendo recuperar el rumbo de la conversación-

Lo primero y primordial. Hotaru -estremeciendo a la mencionada- cualquier cosa del Dohatsuten, por más mínima que sea, se la informaras a Kanna y a Karin.

¿Por qué, si se puede saber? -cuestionó con dudas Karin-

En caso de que la Mizukage haya logrado replicar el Kinjutsu, debemos de estar preparados para frenar el ataque, por lo que, quiero que planees algún tipo de Fūinjutsu que pueda detenerlo el mayor tiempo para que logremos actuar. Es poco tiempo el que te doy, pero es de vital importancia -sentenció Hinata con algo de severidad, debido a la situación-

Cuente con nosotras -añadió Kanna, acercándose a Hotaru-

El resto, prepárense en caso de pelear. Yagura, ¿la recarga de chakra Bijū en cuántas colas está? -preguntó una vez más el Uzumaki con algo de preocupación-

En dos, creo un poco más que eso -confesó el mencionado-

Nos bastará con eso, en caso de haber guerra tu misión será adentrarte en el mar que rodea a Nami para desestabilizar los barcos de guerra, necesitamos obligarlos a aislarse para eliminarlos con más facilidad. Sin contar que, gracias a Isobu-sensei, eres el único que puede mantenerse durante largos tiempos debajo del agua.

Entendido.

El resto, nos dividiremos para cubrir el mayor terreno posible, los usuarios de Suiton irán cerca de la costa, el resto se separará en grupos. Deidara, Fugaku, bríndenos apoyo aéreo para controlar la situación.

Oigan, ¿No es muy pronto para planear esto? Digo, ni siquiera sabemos si...

El olor de algo quemándose, acompañado de gritos de guerra, explosiones y leves destellos a lo lejos, captaron la atención del grupo de viajeros, a lo cual, debían de responder de la misma manera.

"¿Decías?"

A pesar del sarcasmo en la pregunta, el grupo se apresuró para llegar a tiempo a la zona de combate, algo que, a pesar de la lejanía, no era tan complicado de lograr gracias a la rapidez con la que iban. Solo les bastó cruzar una zona montañosa para dejar al descubierto el conflicto que se llevaba a cabo... una verdadera masacre bilateral...

Barcos detenidos cerca de la costa, de la cual cañones se encargaban de disparar a cualquier cosa que estuviese frente a ellos, jutsus Suiton tratando de ahogar a múltiples ninjas en el lugar, líneas defensivas tratando de mantener a raya a los enemigos, fuego y llamas consumiendo casas y parte del bosque. Lo que daba el toque aterrador era la pila de cadáveres que se podía ver en las costas, en especial, la sangre que teñía de rojo esta misma. Al frente de todo, una larga cabellera rojiza se postraba ante todos, siendo esta alguien que Yagura y los ninjas renegados de Kiri conocían bien...

Mei...

La actual Mizukage lideraba el asalto a Nami, un asalto del cual esperaba salir victoriosa. En su mando no tenía algún espadachín que estuviese disponible, sin embargo, lo compensaba con la insana cantidad de Jōnin que atacaban a diestra y siniestra. Sin esperar, Hinata le había dado el pase libre a Yagura, quien no dudó en lanzarse mientras realizaba poses de manos para un ataque fulminante.

"Suiton: Gran dragón de agua"

Potentes dragones creados con el objetivo de crear una abertura entre los Shinobis de Kiri y los refugiados, algo que se logró con un aceptable éxito, ninguno de los dos bandos esperaba que un ataque los separara, y, de hecho, ninguno de los dos bandos esperaba ver al Yondaime Mizukage cayendo del cielo, siendo seguido por Zabuza, Ameyuri y Haku, quienes aportaron su propio toque a la hora de atacar.

"Mizu Bunshin"

El asalto por parte del grupo de viajeros había empezado, y mientras el cuarteto renegado de Kiri hacía su trabajo el resto tomaba las posiciones acordadas. El trío de arena tenía como objetivo desviar y apaciguar todo rastro de fuego que amenazara a los refugios, Kurotsuchi y Rōshi se encargarían de las defensas, creando barricadas tanto para resguardarse como para proteger las casas, Kanna y Karin seguían en el aire, dando todo de sí para crear algún tipo de contrasello. El quinteto de infantes había bajado a tierra, con el objetivo de resguardar a Hotaru y a Utakata, quien no planeaba dejar sola a su amada. Los únicos que seguirían en el aire era el matrimonio Uchiha, acompañado de Deidara y Fū, con el objetivo de brindar apoyo aéreo. El resto solo se dejó caer con el objetivo de brindar apoyo a los refugiados de Nami, dando paso a un sangriento combate...

Apoyo aéreo.

Moldeando con rapidez, Deidara se encargaba de brindar una ofensiva letal ante las hordas de enemigos que se acercaban, múltiples mariposas atacando a varios Jōnin de Kiri, a su vez que un conjunto de pequeñas aves rodeaba a la gran ave en la que iba montado, con el objetivo de tener una defensa ante ataques antiaéreos. Lo poco que tenía de respiro lo usaba para crear pequeños peces que se enfocaran en los navíos, debía de apoyar de una u otra manera a Yagura con su labor.

Fugaku no se quedaba atrás, aunque era más tardado su método. Llamar la atención usando pequeñas bolas incandescentes, una táctica que obligaba al oponente a mirar hacia arriba, para finalmente encerrarlos en Genjutsus, cortesía del Sharingan. Lentamente iba diezmando a sus enemigos, no obstante, era una manera más efectiva a la hora de asesinarlos. El fuego cruzado terminaría rápidamente con su labor, lo único de lo que se tenía que preocupar era que su esposa encontrase a sus hijos antes de que algo malo les pasase.

Apoyo terrestre.

Conformado por Mikoto, Kurotsuchi, Kankurō, Matsuri, Mabui, Samui y Karin, un equipo dedicado a la salvaguarda de los demás. La misión que se les había asignado era sencilla...

Rescatar y retrasar...

Dos sencillas acciones que debían hacer, rescatar a cualquier aliado herido y retrasar el avance de las tropas enemigas, el enfoque principal era el de rescate, antes de liberar la carga pesada debían de asegurar que nadie quedara en el fuego cruzado, algo complicado, pero no imposible para el experimentado grupo Shinobi.

El mismo grupo se había dividido para lograr su objetivo con mayor rapidez. Kurotsuchi se encargaba de ayudar a cualquier infante que haya perdido de vista a su madre, a su vez que cargaba con los más pequeños. Mabui hacía su parte al encargarse de los menos heridos, en especial de las embarazadas y de los mayores, pasar por encima de tantos cadáveres no favorecía la situación, por lo que debían de poner todo su empeño en no caerse y, en evitar que los civiles no terminasen tan traumados al ver la pila de cuerpos y viseras.

Por su parte, Samui y Karin se encargaban de cualquier herido en el camino, lidiando con los menos heridos, la rubia iba y venía asistiendo a cualquiera que la necesitase. No importaba mucho la lesión, lo importante era sacarlos del peligro inminente, y eso se podía ver en su agotado rostro. A la par, Karin se encargaba de tratar a los más heridos, aquellos a los cuales se les debía atender de urgencia. Sin importarle las marcas en sus brazos, la pequeña pelirroja socorría a quien de verdad la necesitara, el cansancio poco a poco la inundaba, pero debía seguir, era mucho lo que faltaba, y no pararía hasta recibir la orden de detenerse. En medio de todo el fuego cruzado, terminó topándose con un peculiar niño que llevaba a su espalda a una joven de corta edad, queriendo ser de utilidad, se acercó a ella con la intención de socorrerlos.

¿Puedo ayudarte en algo? -pidió saber Karin con notoria preocupación-

¿Quién eres? -cuestionó el pequeño con desdén-

Tranquila, solo quiero ayudar -añadió-

No te creo tomate -respondió con inseguridad y molestia de ser interrumpido en su misión-

¿Cómo me llamaste? -cuestionó la pelirroja con notorio enfado-

Tomate, ahora quítate que debo ayudar a Satsuki nee-san -respondió tajantemente, continuando con su caminata-

No lo haré, ahora me quedaré y ayudaré a esa Satsuki, tonto culo de pato -exclamó con molestia, cortándole el paso-

Retráctate ahora mismo tomate amargada -empezando a enojarse con más intensidad-

Sasuke... por favor no pelees y sal de aquí -pidió la ya conocida como Satsuki, con algo de cansancio-

No puedo, esa tomate me insulto, y me impide ayudarte, debo de hacer algo para que no te lastime -confesó el ya mencionado Sasuke, alistando un Kunai-

Solo trato de ayudar maldito culo pato, ahora déjame ayudar... ahora que te veo, te pareces mucho a la señorita Mikoto -siendo lo último lo que llamó la atención de ambos-

¿Conoces a Kaa-san? -cuestionaron ambos hermanos-

Espera... ¿Eres tú el pequeño Sasuke del que tanto habla? -preguntó Karin con notoria sorpresa-

¿Cómo sabes eso? -cuestionó ahora el mencionado-

Habla mucho de ti con mi Kaa-san, eso es lo de menos. Lo importante es salir de aquí -explicó brevemente-

Pero... -siendo interrumpido por su hermana-

Confía en ella, además, debemos de llegar con Shisui e Izumi -pidió con notorio cansancio-

Hmp... está bien, confiaré en la tomate andante -añadió con resignación, dejando a Satsuki con cuidado en el piso-

No te quieras pasar de listo tonto amargado -acercándose a ayudar-

Lo que tú digas.

Equipo de asalto ligero.

Mientras el apoyo aéreo y el apoyo terrestre realizaban su cometido, uno de los tantos equipos de combate se encargaba de abrumar al enemigo con ataques mortalmente letales, sin quedarse a combatir directamente. La única misión era realizar el mayor número de bajas posibles... prácticamente atacar y desaparecer...

Encargado de esto, Haku y Ameyuri combatían cerca del gran cuerpo de agua para crear neblina y atacar en medio de esta, cortes certeros con la precisión de un cirujano era lo que ambos lanzaban, encargándose con rapidez de cada Kiri Shinobi, Genma, en conjunto con Kanna, trabajaban a la par para mantener a raya a cualquier enemigo alejado del agua. A pesar de no ser tan efectivo, el Hiraishin lograba hacer uno que otro milagro para moverse con agilidad. Las cadenas de Kanna cumplían bien con su labor, y gracias a su propia habilidad de sanación, brindaba un constante apoyo para los aliados, sumado a que sus propias cadenas podían absorber una pequeña parte del chakra de sus enemigos, aumentando la duración en combate.

A tu derecha -exclamó Kanna, empalando a dos enemigos con sus cadenas-

Gracias -respondió, Genma, logrando desviar a tiempo dos flechas-

Balas de agua -logrando apagar múltiples esferas de fuego que iban a su dirección-

Toma esto -asestando un fulminante golpe a un enemigo-

Debemos de movernos, a 500 metros al norte parece haber problemas -exclamó la Uzumaki, observando a la dirección dicha-

¿Cómo lo sabes? -cuestionó-

Mira como Deidara y Fugaku concentran parte de su apoyo en un punto en específico, a diferencia de las anteriores veces en que atacaban a múltiples direcciones -señalando el lugar-

¿No es ahí donde se encuentra el poblado civil? -pidió saber-

Debemos de brindar apoyo si no queremos más bajas de nuestro lado -asesinando a múltiples objetivos-

Dejaríamos al descubierto esta zona, y sería mucho peso para el equipo de asalto ligero, tomando en cuenta que solo somos cuatro -mencionó las desventajas el castaño, lanzando proyectiles explosivos para diezmar un pequeño grupo-

Alerta a Haku entonces -ordenó Kanna, sacando un pergamino para realizar sellos y guardar el equipamiento enemigo-

Como digas Kanna -asintió Genma, preparando la señal-

A este paso no podremos mantenernos al margen con esto, y Yagura-sama no puede encargarse el solo de los barcos -informó Ameyuri, lanzándose contra un pequeño grupo de enemigos-

Deberíamos de ayudarlo -respondió Haku, bloqueando múltiples proyectiles con una pared de hielo-

No creo, solo estorbaríamos, tomando en cuenta que él solo se está encargando de los barcos de guerra, cualquier intromisión sería perjudicial para él -añadió, retrocediendo para darse un respiro-

Entonces... -notando algo en el cielo- ¿Qué es eso?

Una señal, tres explosiones en sucesión -respondió rápidamente Ameyuri, no perdiendo de vista a su objetivo-

Debe de ser Genma, hay problemas en la zona donde mandaron a resguardar a los civiles -recordando las posibles señales que se usarían-

Entonces es hora de que el equipo defensivo y la caballería pesada entren en juego -exclamó eufórica la espadachín, terminando de limpiar parte de la zona-

Adelante, manda la señal de una vez -ordenó Haku, lanzando sembons helados, abriendo distancia para recuperarse y dar paso al resto de equipos-

Entendido -realizando múltiples poses de manos- ¡Raiton: Destellos cegadores! -disparando al cielo-

Tenues esferas de luz alzándose por el cielo, dando paso a un cegador conjunto de destellos que, a la larga, no cegarían a nadie, ni siquiera a los que forzasen su vista para ver la distracción, y en sí era algo que Ameyuri esperaba, solo quería enviar una señal visible para cualquiera, incluso si estos estaban por encima de las nubes... y eso era algo que el grupo de viajeros en tierra tenía en cuenta...

Descendiendo lentamente de uno que otro pájaro de arcilla, el resto del equipo que se había mantenido al margen de la situación, cada uno dividiéndose para cubrir la mayor parte de la zona, lanzándose desde las alturas para lanzar un ataque que les brindase abertura, y, cumplir con sus respectivos papeles.

Equipo de defensa.

Elegidos por el gran aguante que tenían, sumado a múltiples ataques que permitían un control de masas a la precisión, el equipo de defensa descendía rápidamente para tratar de controlar la situación, siendo estos los que tendrían que recibir gran parte del daño del asalto con tal de brindar tiempo a que los civiles terminasen de refugiarse, los heridos terminen de sanar heridas el resto de equipos termine de organizarse para lanzar un contraataque. acompañados de una gran cascada de arena, cortesía de Shukaku, Gaara, Kirābī y Rōshi aterrizaban con éxito cerca de la zona enemiga. El apoyo que Yagura ofrecía al atacar directamente los navíos de guerra era un gran apoyo para no sobrecargarse de enemigos.

Al momento de tocar tierra, la cascada de arena fue dispersada, dando paso así a una tenue tormenta de arena. No molestaba para nada a los tres Jinchūrikis, pero era demasiado molesta para los enemigos, quienes veían afectado su campo de visión. Cosa que Kirābī y Rōshi aprovechaban para atacar con su Kenjutsu o directamente con globos de lava.

Un grupo a tu izquierda -señaló Rōshi, dirigiéndose a Kirābī-

Cubierto, cuida nuestra retaguardia Gaara -desenfundando sus ocho katanas-

Dos arriba -creando una muralla de arena para repeler al gran grupo de enemigos-

Necesitamos más cobertura, ¿Puedes hacer más arena? -solicitó el castaño mayor, mientras se encargaba de defender a dos civiles del fuego cruzado-

Déjamelo a mí, pero necesito que los junten para aprovechar un ataque -pidió Gaara, creando una abertura para poder mover a dos heridos-

No creo que se pueda, empiezan a usar agua para reducir la tormenta de arena -notando una suave lluvia que empezaba poco a poco-

Mierda, tendré que estar generando más -aumentando su chakra-

Creí que eso no era un problema para ti -exclamó Kirābī, lleno de sangre, junto a leves heridas-

El hecho es... de que quiero acabar lo más rápido posible, si logramos diezmar esta zona el resto de enemigos en tierra no tendrán de otra mas que retroceder -confesó, creando múltiples picos de arena que habían empalado a varios objetivos-

Aún así, estamos hablando de la Mizukage, de una u otra manera terminará por romper las defensas puestas y logrará pasar, lo único que podemos hacer es crear un espacio lo suficientemente grande para contenerla y evitar que el resto de civiles terminen en el fuego cruzado -analizó Rōshi, creando barricadas para proteger a su equipo-

Ni siquiera lo menciones, espero que Yagura pueda mantenerla a raya -confesó Gaara, logrando crear un poco más de arena-

Equipo de asalto pesado.

Visualizando el lugar donde la mayoría de enemigos se concentraba, Asuma soltaba grandes cantidades de ceniza volátil, la cual solo bastó con un chasquido provocado por sus dientes para producir múltiples explosiones en cadena

"Katon: Cenizas ardientes"

El Jutsu había dispersado el tumulto de enemigos en varias direcciones, dejando un pequeño espacio para que el resto del equipo aterrizara. Sin cruzar palabras ya habían fijado objetivos, con el hecho de acabar con el mayor número de enemigos posibles.

"Katon, Gran bola de fuego"

El ataque del Uchiha había creado una pequeña abertura, dando paso a que la Hyuga peliverde pudiese colarse y girar sobre sí misma en un mortal ataque.

"Kaiten"

Conocida como la máxima defensa Hyūga, un ataque que crea una cúpula de chakra que repele enemigos al más simple contacto con esta, un mortal ataque que abría distancia, dando tiempo a que Obito se colocase a espaldas de Natsu, ambos listos para enfrentar lo que viniese.

Dos a tu derecha, tres al frente y uno escondido detrás de la maleza -informó Natsu con Byakugan activo-

Crearé una apertura para atacar. Usa tu Kaiten una vez más mientras te lanzo fuego desde arriba, el giro y las ascuas empezarán a afectar a los demás -ordenó Obito, lanzando múltiples estacas de madera a su alrededor-

¿Seguro de esto? -pidió confirmación-

Sí, confía en mí -dando un salto para empezar su ataque-

Siempre lo haré -respondió la Hyūga, empezando a girar en sí misma-

En otra parte, una espesa niebla se hacía presente, tapando la visión en el rango abarcado. Ningún Kiri Shinobi sabía que hacer, pues, el jutsu a emplear no provenía de alguno de ellos, por lo cual no sabían que hacer, creyendo que, la Mizukage había cambiado los planes de batalla, bajaron la guardia para darse un momento de respiración y prepararse para un ataque en masa... un error que les saldría demasiado caro...

*corte*

*corte*

*corte*

¡¡¡AAAAAAHHHHH!!!

Tenues, pero aquel característico sonido de carne y huesos siendo cortados de un lado a otro se podía oír si es que se ignoraban los constantes gritos de agonía, lo único que se podía apreciar era un constante goteo de sangre, que dejaba un rastro irregular y complicado de seguir, la sensación de ser observados penetraba lentamente en su ser, la única señal que tenían del enemigo era una voz, reconocían esa maldita voz donde quiera que fuera.

"Ocho puntos vitales... faringe... yugular... espinazo... pulmones... hígado... riñones... aorta... corazón... dime... ¿Qué punto clave prefieres?..."

...

Acompañado de la Nanabi Jinchūriki, Asuma contribuía en la ayuda usando puramente su Katon y sus dagas, a pesar de la desventaja elemental que conllevaba la situación, el Fūton de Fū, junto a sus alas, permitían que las llamas del Sarutobi se avivaran, logrando igualar la situación. Por su parte, la agilidad de la peliverde, combinado con su rapidez, lograba evitar cualquier acto de escape, ayudando de una manera más a Asuma para eliminarlos.

Aviva mis llamas -ordenó Asuma a Fū, lidiando con dos grupos de enemigos-

Entendido -lanzando múltiples ráfagas de aire- detrás de ti -señalando un nuevo escuadrón enemigo-

Toma esto -atravesando el corazón de dos Kiri Jōnin- Fū, a tu derecha.

Quémalos por mí -pidió la Jinchūriki, lidiando con múltiples usuarios de Raiton-

Katon: Cenizas ardientes -exclamó Asuma después de trazar sellos de mano, logrando diezmar una parte de los enemigos-

Maldición -lanzando una fuerte ráfaga de viento- flechas venenosas, ten cuidado, no sabemos los efectos que pueden provocar -reagrupándose con su pareja de combate-

Vale, sigue adelante -sentenció Asuma, lanzándose con cuchillas listas-

Uno que otro escuadrón enemigo había alcanzado a reintegrarse, y aprovechando que los enemigos a diezmar no parecían darle importancia a su existencia, decidieron redistribuirse para atacar, antes de si quiera avanzar una esfera de fuego había interrumpido su marcha, levantando la cantidad de polvo suficiente para dar paso a que dos personas aterrizaran.

¿El causante del ataque? El dúo de Emperadores, quienes, sin dudarlo, ya se habían abalanzado sobre sus enemigos en perfecta sincronía. Hakke por parte de Hinata, que cubría las aberturas que Naruto dejaba al usar múltiples kunais con sellos explosivos. Lentamente progresaban, sin crear una gran abertura entre ellos y los enemigos, de hecho, el que estuviesen con poca distancia de por medio beneficiaba a ambos, la defensa perfecta que ambos formaban no se vería afectada al tratar de asestar golpes con el Hakke, o evitar las explosiones.

Dos, arriba -indicó Naruto, a la par que lanzaba sellos explosivos-

Cuatro, izquierda -señaló Hinata, encargándose de los enemigos que su amado le había indicado-

Frontal, potencia media -desenfundando un par de Kunais-

Adelante -preparándose para lanzar un Jutsu-

Extraño para los demás, pero era la mejor manera que tenían ambos para comunicarse, sin entablar palabras que sobrasen. Entre ellos dos se entendían a la perfección, y ese resultado se evidenciaba en las múltiples bajas que hacían juntos, siendo el equipo que mejor defensa tenía para sí mismo.

La batalla continuaba, y cada bando daba todo de sí con tal de ganar la contienda. Karin llevaba a cuestas a Satsuki, mientras que Sasuke la protegía lanzando múltiples proyectiles que, a duras penas hacían retroceder a los demás. Había estado peleando por bastante tiempo, al menos bastante tiempo para un niño, ahora, debían de llegar al pequeño campamento médico donde se refugiaba a la mayoría de civiles, tratarían de sanar a Satsuki primero, ya después buscarían a Mikoto para saber si podía ser de más ayuda, en el caso de Karin sanarla dentro de las carpas seleccionadas para primeros auxilios... sin saber que estaba más cerca de lo que pensaban...

¡MADRE! -exclamó un pelinegro al ver a la mujer siendo vendada de las manos-

Hola Itachi, ¿Cómo te encuentras? -respondió Mikoto con tranquilidad, notando como su hijo se arrodillaba para saludarla-

No te preocupes por mí, ¿Cómo es que te hiciste esta herida? -pidió saber con preocupación-

Despejamos la zona noroeste, pero usamos casi todo nuestro chakra en jutsus Katon, creo que nos excedimos -explicó brevemente-

¿Necesitas ayuda?

La ayuda debe venir en camino, ¿Dónde están los demás? -pidió saber la matriarca Uchiha-

Izumi está ayudando en primeros auxilios, Shisui debe de estar ayudando en las evacuaciones como escolta, quiere asegurarse de que nadie esté infiltrado -explicó brevemente-

¿Y tus hermanos? -con leve preocupación-

Satsuki salió al campo de batalla, Sasuke se encarga junto a otros niños de ir distribuyendo suministros médicos y armamento -informó, obviamente alterando a Mikoto-

¡¿QUÉ?! -exclamó alterada, parándose al instante a pesar de que no habían de acabado de vendarle las manos-

Él mismo se ofreció, tratamos de evitar que saliera, sin embargo, al momento de protestar ya había salido con mochila a espaldas -explicó rápidamente, no queriendo provocar algún tipo de pelea-

¿Por qué no lo acompañaste? -cuestionó con autoridad y algo de enojo, digno de una madre-

Kisame me ordenó quedarme para resistir los primeros asaltos, la prioridad era mandar a la mayoría de civiles y refugiados carentes de técnicas de combate a los refugios -se excusó rápidamente Itachi-

¿Kisame? -cuestionó-

Un Espadachín de Kiri, mi compañero de equipo -explicó rápidamente-

¿Qué hay de los demás? -pidió saber Mikoto, dejando que terminasen de vendarle las manos-

Shisui y Satsuki trabajan en conjunto, Izumi tiene heridas, producto de defender una caravana de refugiados. Aprovecha el tiempo para aprender primeros auxilios -informó rápidamente, dándose unos instantes para descansar-

¿Cómo va la defensa Itachi? -una nueva voz se dejó escuchar, mostrando un hombre de piel azul y con un gran parecido a un tiburón-

Zona noroeste despejada, podemos expandirnos hacia esa dirección, daríamos más espacio para los heridos -informó rápidamente el azabache, siendo secundado por Mikoto-

¿Quién es ella? -señalando a Mikoto-

Es mi madre -respondió Itachi-

Un gusto señora, Hoshigaki Kisame al servicio, si me disculpa me llevaré a su hijo, tiene todavía que estar en servicio -informó el ahora identificado como Kisame-

Adelante -viendo como Itachi empezaba a retirarse-

Itachi, avísale a Shisui y a mi escuadrón de que nos movemos -solicitó-

Entendido Kisame -retirándose-

Disculpe mi intromisión señora, pero debo preguntar de la manera más cordial, ¿Qué es lo que hace aquí? -pidió saber Kisame, acercándose con cautela a Mikoto en caso de hostilidad-

Hemos venido a ayudar, parte de nuestro viaje consistía en pasar por estos rumbos -respondió la azabache, de igual manera con cautela-

¿Quién los lidera? -cuestionó-

El Dúo de Emperadores.

¿El grupo que le causó estragos a Mei? -cuestionó una vez más, con algo de duda en sus palabras-

Exacto -confirmó con seriedad, para mayor peso de su declaración-

Kisame, noticias nuevas -informó uno de los tantos Chūnin renegados de Kiri-

Informe de la situación -pidió saber con severidad en su voz-

La zona costera está siendo despejada de una manera inusual, están obligando al enemigo a adentrarse por la maleza. Se nos ha informado que un extraño está causando estragos en los barcos enemigos -informó rápidamente, causando leve curiosidad en la azabache-

Debe ser Yagura, a lo mejor está buscando a la Mizukage entre los navíos -exclamó por lo bajo Mikoto, siendo escuchada por Kisame-

Disculpe, ¿Qué fue lo que dijo? -cuestionó el mencionado con leva sombro en sus palabras-

Mikoto-san, que bueno que la encuentro -una nueva voz se dejó escuchar, la cual ya había entrado dentro de la carpa-

¿Haku? -exclamaron con intriga los presentes, incluido el Chūnin-

Ha habido un cambio de planes. Fugaku y Ameyuri están ayudando a Zabuza en las zonas cercanas a la costa. Gaara, Rōshi y Kirābī se han dispersado a lo largo del lugar para cubrir más terreno. Obito y Natsu están peleando codo a codo con los Emperadores para cubrir más terreno -explicó rápidamente, sentándose a curar una que otra herida menor que tenía-

¿Cómo sabes de todo esto? -cuestionó-

Deidara nos mantiene en contacto, lo último que me dijo es que Yagura acaba de hundir dos navíos -informó, emocionando al Chūnin presente-

Señor, tres navíos ya han sido hundidos -informo un Jōnin renegado de Kiri con tenue emoción-

¡ESTO ES RERALMENTE BUENO!-exclamó lleno de sí mismo el Chūnin-

Infórmale a la resistencia que Yagura-sama está ayudando a contener a los barcos, nadie debe estorbarle -ordenó rápidamente Kisame, alegrando a los dos ninjas de Kiri al saber que su líder los ayudaba-

¡ENTENDIDO! -exclamaron ambos, saliendo de la carpa-

Si me disculpan, tengo que ir a ayudar -informó Haku, siendo detenido por Mikoto-

¿Sabes primeros auxilios? -cuestionó-

Sí, pero... -siendo interrumpido-

No importa eso, yo me encargo de pelear por ti -propuso la Uchiha, lista para salir una vez más a la batalla-

¿Está segura? -pidió una confirmación el usuario de hielo-

Sí, andando, no hay tiempo que perder -saliendo de la carpa médica-

...

...

...

Mientras los equipos en tierra se encargaban de ayudar a la resistencia, salvaguardar civiles y sobrevivir a los múltiples asaltos, Yagura hacía su trabajo causando estragos en los navíos invasores. Gracias a esto los enemigos no tenían otra alternativa que adentrarse en la maleza del lugar, el mismo sitio donde Zabuza los esperaba dentro de la espesa niebla que se había formado, y según el último informe de Deidara, Fugaku y Ameyuri le estaban brindando apoyo... bendita sea la comunicación...

Múltiples ataques se concentraban en el Mizukage, quien, usando su espejo de agua y un poco de chakra Bijū, lograba redireccionar los ataques y, en algunos casos, causar daños significativos a los navíos enemigos. Con ese mismo truco había hundido tres, y uno más se sumaba a la lista. Antes de quedar atrapado por el mástil, el castaño se lanzó al agua para refugiarse y, a la vez moverse sin ser tan notorio

"Hay que lanzar descargas para matarlo"

Sin darles oportunidad a que al menos supiesen que estaba pasando, Yagura había disparado múltiples balas de agua con el objetivo de distraer a los enemigos, aterrizando exitosamente en un navío algo vacío, apenas y se podía notar a tres Jōnin y un AMBU, a diferencia de otros barcos con escuadrones bastante grandes, algo raro, por lo cual solo le bastó con dos movimientos para eliminar a los objetivos.

Eso fue muy fácil -confesó Isobu levemente asombrado-

Tal parece que no eran realmente Jōnin o AMBU, fue realmente sencillo -admitió Yagura, inspeccionando el barco rápidamente-

Parece que fueron carne de cañón -añadió el Bijū-

Debe de haber alguna trampa por aquí, no es normal que este vacío -respondió el Mizukage, buscando un poco más a profundidad cualquier rastro de explosivos o sellos-

¿Crees que aquí este algo relacionado al sello de Hotaru? -cuestionó con leve intriga-

De ser así es tonto usarlo solamente con un objetivo, o en este caso que no avance. Calculando que es una explosión lo suficientemente grande para destruir un poblado, apenas y le haría un daño significativo a la maleza del lugar -teorizó, tratando de calcular el mayor daño posible en base a lo poco que recordaba-

A menos de que tenga planeado encallar, o eliminar a un objetivo en específico -propuso Isobu-

De ser así, ¿Qué objetivo es el que quiere priorizar Mei? -se cuestionó a sí mismo, saliendo al exterior en un intento de tomar aire fresco-

Obviamente a ti, cariño -exclamó con malicia una nueva voz-

Saltando desde lo más alto del mástil, la Mizukage hacía acto de presencia, sin dejar de lado su porte ni su aire de superioridad, en especial, esa mirada pícara que le lanzaba a Yagura.

Imaginaba que algo así pasaría, pero no esperaba encontrarte aquí -confesó Yagura, agarrando su bastón en caso de bloquear un ataque-

Lo que me impresiona es que cayeras en mi trampa -admitió Mei, activando una barrera tras chasquear los dedos-

¿Qué has hecho? -intentando buscar una posible salida-

Eres mi objetivo, así que te aíslo del resto de los demás, lo que me da la oportunidad de que mis barcos puedan atacar sin problemas. Una nueva ración de sellos de Konoha está lista para usarse. Puede que no tengan el mismo poder que el sello del clan Tsuchigomo, pero combínalos y tendrás un poder bastante alto -explicó brevemente, estirándose un poco para quitarse cualquier molestia física-

No si lo puedo evitar -desenfundando su bastón finalmente-

Deseo verte caer frente a tu gente, tu error les hará ver el error que fue creer en ti -sentenció la Mizukage, abalanzándose hacia su enemigo-

Cada batalla se desarrollaba a lo lejos, siendo apreciado por Utakata. Debido a la condición de Hotaru le habían negado la posibilidad de luchar, incluso de llevarla a las carpas médicas, debido a que Mei podría tener como objetivo el secuestrar a la chica apenas la viese, o en su defecto, algunos de sus soldados.

Pilas de cadáveres de ambos bandos, siendo masacrados por el fuego cruzado. Rojizas olas de sangre que lentamente reemplazaban las cristalinas aguas de la costa. Fuego, explosiones, gritos de agonía, lloriqueos, suplicios, rezos, desesperación abundante la cual se veía levemente superada por los deseos de cada refugiado a proteger su hogar, aún si perdían su vida, valía la pena si su sacrificio aspiraba a una completa libertad, demostrado en el grito de guerra que alentaba a la resistencia a seguir adelante...

"Me siento demasiado inútil"

Las exclamaciones mentales del azabache no eran para menos, podía notar no solo las constantes bajas que la resistencia ejercía a los aliados de Mei, también cómo el grupo de viajeros causaba problemas a los atacantes enemigos, a su vez que tenía completa visión de los equipos de apoyo. Samui, Mabui y Karin auxiliando a cuanta persona vieran por el camino, en el caso de la pequeña peliroja con muchas marcas de mordiscos en sus brazos, cosa que no parecía importarle.

Ver a Gaara, Rōshi y Kirābī defendiendo a capa y espada los múltiples grupos de refugiados, brindando un control de masas impresionante para la cantidad que eran. Ver a Kurotsuchi auxiliar infantes, a Kankurō y Matsuri desactivar trampas enemigas para asegurar las vidas de los demás. Notar como Fugaku y Ameyuri despedazaban a sus enemigos codo a codo con Yagura, a la vez que Asuma y Fū calcinaban tantos objetivos como pudiesen. Incluso la maestría del dúo Uchiha-Hyūga, la cual parecía complementar las estrategias de los Emperadores.

Por Kami, incluso Deidara brindaba más apoyo que él, no solo con explosivos, también un apoyo táctico al mantener informado a cada miembro, y todo eso lo hacía sentir inútil. Peleaba por su pueblo, por la libertad, por un lugar en el cual se pudiese respirar paz. ¿Por qué no podía actuar? Era su deber luchar mano a mano con sus camaradas, la frustración palpada en cada parte de su ser, era demasiada, lo suficiente para llamar la atención de alguien quien pidió ser lanzado para auxiliar al azabache, una ayuda que había iniciado con un leve golpe a su cabeza-

"¿Seguro?"

"Sí, confía en mí, tienes un nuevo guerrero en tu juego"

Veo que quieres ayudar en la batalla, pero no sabes qué hacer, si dejar de lado a tu compañera o abalanzarte para protegerla -exclamó una voz alrededor de Utakata, alertándolo inmediatamente-

¿Quién anda ahí? -desenfundando un kunai e ignorando el objeto que lo golpeó-

Alguien que te puede ayudar, claro, si estás interesado -explicó brevemente-

¿Cómo sé que no es una mentira? Esto puede ser un Genjutsu, si, eso debe de ser -exclamó rápidamente Utakata, intentando liberarse sin éxito-

No, por increíble que parezca no lo es -admitió-

¿Qué demonios eres? Muéstrate -ordenó el azabache, sin perder de vista a su amada-

Por favor, no quiero ningún tipo de agresividad mi estimado, solo déjate llevar -pidió con amabilidad la voz-

¿Qué es lo que quieres? -con molestia-

Lo que deseo es algo simple, lo importante aquí es lo que necesites, lo que tú deseas lograr -sentenció-

¿Cómo sé que no me estás mintiendo?

Déjame mostrarte que no estoy mintiendo -pidió una última vez la voz, dejando ver que provenía de un extraño magatama, el cual había golpeado a Utakata-

Entonces muéstrate, solo así sabré quién eres -viendo el objeto por pura casualidad-

Si eso es lo que te hará confiar, permíteme demostrarte mi poder -empezando a mover bruscamente el magatama-

Habiendo surgido del collar del Uzumaki, un magatama empezó a brillar, formado a partir de lo que parecían ser burbujas de algún material ácido, creando así una gran cúpula verdosa hecha a partir de líquido, en el cual su interior poseía múltiples burbujas que se creaban y explotaban seguidamente, y en frente de Utakata, una pequeña esfera se formaba, hasta dejar ver la forma final de la esfera, una gran babosa de pálido color, y lo que parecía ser ácido pegajoso recorriendo el cuerpo de esta misma, lo peculiar de este no eran las seis colas redondeadas a su espalda, los grandes ojos saltones o los pequeños brazos que tenía, eran las múltiples burbujas gigantes las cuales se movían en armonía alrededor de la gran criatura. Frente a Utakata se erguía uno de los 9 Bijus existentes, el Rokubi... la gran babosa ácida Saiken...

"En medio de este oleaje sangriento me reúno contigo, escucho tus plegarias, y en nombre de los dos elegidos por padre, te concedo la oportunidad de crecer..."

Lo sé, lo primero, hola de nuevo.

No hay explicación, perdí el rumbo y un poco la noción del fic después de una que otra cosa escolar que ocupaba mi tiempo, y cuando me acordé ya había perdido la inspiración de la historia, de hecho, tuve que leerme de nuevo esta misma para saber cómo lo había dejado, así que sí, los próximos capítulos ya estarán con la extensión de palabras habitual, y con más sentido.

Así que no se preocupen, no abandonaré el fic todavía. Recuerden que en caso de que lo abandone lo daré en adopción para que alguien más continúe. Sin nada más que informar, gracias por mantenerse alerta y seguir apoyándome con las demás historias.

Nos vemos

-P1kachu el fragmentado-