Segunda temporada de esta historia x3 y me disculpo por la demora, ya saben, la vida :"v


Un Impala 1967 estacionó en frente del restaurante de Don Vizioso y de ahí salieron los gemelos Fulci. Del auto salió un muchacho de unos dieciocho años, pelirrojo y de ojos grises azulados, acompañado de una mujer de unos años menos que los gemelos, pelinegra de ojos grises y casi rozando los cincuenta. Junto a ellos venía una niña de unos doce años, también pelinegra pero de ojos castaños.

(La siguiente conversación está toda en italiano)

-Vic, Vincenzo. -saludó la mujer, dándole un beso en cada mejilla a cada uno (típico saludo italiano)- Es bueno verlos después de veinte años.

-Valentina. -sonrió Vic- Veo que haz formado una bella familia. -miró al pelirrojo- Debes ser Dante. Tu madre nos contó mucho de ti y tu hermana Tara en sus cartas.

-Es bueno conocerte, tío Vic. -sonrió Dante, correspondiendo el abrazo de sus tíos.

-Y Tara, la princesa de nuestra familia. -ahora Vincenzo se acercó a Tara y la abrazó, ella correspondiendo con algo de duda.

-Quisiéramos presentar nuestras condolencias por Mássimo.

-Era un gran hombre.

Valentina miró al suelo con melancolía y suspiró.

-Estará por siempre en nuestros corazones. Pero ya. -movió su mano como su disipara humo- No es momento para melancolías. Vinimos aquí por negocios familiares, negocios en los que ahora Dante tomará parte.

-¿No es muy joven? -preguntó Vic, poco convencido.

-Ya tiene dieciocho, está listo para seguir con el legado.

Vic miró a Vincenzo y ambos sonrieron de manera cómplice.

-Pasen por favor, tenemos a los mejores chefs a nuestra disposición.


Azoteas, 08:16 PM

Nuestros ninjas favoritos corrían y saltaban por las azoteas, prácticamente haciendo parkour. Ahora el equipo era conformado por Jay, Tori, Kathy, Ryan, Red, Ayana, Bryton, KJ y Beverly, la nueva miembro. Esta era su primera noche patrullando y, como eran los primeros días de enero, había una ligera capa de nieve cubriendo la ciudad. Como hacía frío, tenían unos trajes con tecnología térmica que les hizo Donatello para mantenerlos protegidos del frío, en especial a Tori y Red, que eran de sangre fría. Ahora todos estaban usando sus máscaras y pelucas, y Beverly tenía una de cabello negro corto estilo bob.

Después de una buena cantidad de azoteas recorridas, se detuvieron a descansar.

-¡Esto es increíble! -sonrió Bev- ¡Al fin soy una kunoichi oficial!

-Te lo mereces, Bev, te esforzaste mucho y llegaste muy lejos. -felicitó Kathy, girando su bastón bo.

-Sí, pero aún te falta mucho para llegar a nuestro nivel. -se mofó Red, flexionando sus músculos.

-De ser el caso que Bev no fuera mi novia, no te haría esto. -y Tori empujó a su hermano a la nieve del techo, sacándole a los demás una carcajada cuando el chico saltó inmediatamente, sacudiéndose la nieve.

-¡Tori, eso es jugar sucio!

-No, esto es jugar sucio. -y le lanzó una bola de nieve.

Ryan siguió el juego y tomó una bola de nieve, lanzándosela a KJ, quien le devolvió el ataque. Uno a uno, los demás empezaron a lanzarse bolas de nueve y eso se convirtió en una guerra, todos contra todos. Claro, hubieran continuado de no haber sido por una voz que se empezó a reír burlescamente.

-¿Y se hacen llamar ninjas profesionales? Esto da risa.

-Oh, hola, Zack. -saludó Ryan inocentemente.

De una torre de agua bajó Zack junto a Jessica, Kim, Sarah, Feng, Andy y Curtis, todos luciendo sus uniformes de ninjas del Clan del Pie, trajes monos negros con detalles rojos y el logo del Pie en sus espaldas.

-Vaya que se toman su patrullaje en serio, chicos. -se mofó Zack.

-En nuestra defensa, Tori inició. -Red apuntó a su hermana y ella le dio un tortazo en la mano.

-Bueno, al menos mi equipo y yo nos tomamos en serio los patrullajes. -Zack se cruzó los brazos soberbiamente ante esa declaración, pero le cerraron la boca cuando vio a Curtis y Andy jugando en la nieve con Ryan, Sarah coqueteando con Jay (aunque éste no oponía mucha resistencia que digamos) y Feng con Beverly, mientras que KJ y Bryton retenían a Tori para que no la matara- Agh, ¡oigan, dejen de hacer tonterías!

-Pero, Zack, llevamos patrullando desde hace dos horas y no encontramos nada. -protestó Andy, haciendo ángeles en la nieve con Ryan y Curtis.

-¡Eso no es excusa para que se pongan a jugar!

-Espera, Zack, ¿a quién están buscando? -preguntó Jay curioso.

-No es asunto tuyo, Jayson, nosotros nos encargamos. -Zack dijo esto último con ojos de víbora, advirtiéndole a su primo que mantuviera su nariz fuera de sus asuntos.

-Estamos buscando a Hun y Stockman. -explicó Jessica brevemente, despechando a Zack- No tiene lógica que lleven casi tres meses sin aparecer, por eso los buscamos.

-Nosotros nos ofrecimos a ser parte del equipo de Zack por venganza. -siguió Kim, chocando su puño en su palma. Jay los miró preocupados.

-¿No creen que Hun y Stockman se mantuvieron ocultos por alguna razón? Digo, creo que después de lo que pasó que un tercio de sus Dragones lo abandonaran, no solo se escondió por miedo a venganza.

-No me vengas con tu filosofía, Jay, buscaremos a Hun y Stockman y acabaremos con esto.

-Okay, tranquilo. -Jay dijo eso alzando las manos.


Restaurante sede de la mafia, 08:56 PM

(Nuevamente están hablando en italiano)

La familia Fulci-Falivenne (el apellido de casada de Valentina y por ende de sus dos hijos) habían terminado de cenar y ahora estaban tomando café (todos menos Tara, que la mandaron a dormir), discutiendo negocios.

-Muy bien, hermanitos. -habló Valentina- ¿Cuál fue la verdadera razón de mandarnos a llamar desde Italia?

-Seremos francos. -Vic entrelazó sus dedos frente a su cara de forma pensativa- La amenaza mutante está aumentando.

-Ah, sí, ya nos hablaron de los mutantes. -mencionó Valentina- ¿Qué con eso?

-El alcalde anterior casi se deshacía de ellos, sin embargo... se salvaron esta vez. -explicó Vincenzo.

-¿Y quienes son los principales problemáticos? -cuestionó Dante. Vic sacó las fotos de los recortes del periódico escolar del colegio Roosevelt, y las puso en la mesa, acercándolas a su hermana y sobrino.

-No sabemos quienes son los mutantes o humanos salvo por los que se convierten en lagartijas. Pero tenemos la delantera en la situación.

-¿Cómo así? -preguntó Valentina. Vincenzo hizo una seña a uno de sus guardaespaldas enmascarados y éste asintió, abriendo una puerta. Los gemelos se pusieron de pie seguidos por Valentina y Dante.

Los cuatro pasaron por la puerta y bajaron los escalones que llevaban a un sótano poco iluminado. Ahí había una luz intermitente de un soplete eléctrico. Vic encendió la luz del sótano y ahí se veía a Stockman junto con los Dragones Púrpuras que le quedaron a Hun, trabajando forzosamente en armas. Que por cierto, dicho hombre no estaba a la vista.

Dante y Valentina miraban el panorama con los ojos muy abiertos. Ciertamente no esperaban encontrar eso en el sótano donde se estaban hospedando.

-Resulta que Stockman es bueno diseñando armas. Tomamos prestados del líder de los Dragones Púrpura a sus mejores subordinados. Y logramos conseguir los primeros planos de las armas anti-mutantes. -explicó Vincenzo.

Dante se atrevió a preguntar.

-¿Cómo funcionan esas armas?

-Fácil, contienen balines de un material y químico que es como la kriptonita del gen mutante en la sangre de éstos. Si les disparan a los mutantes, sería como si a nosotros nos dieran con balas envenenadas.

-Propongo que también hagamos armas blancas. -dijo Dante- Si la kriptonita de los mutantes puede solidificarse, podemos crear armas como cuchillos o machetes.

-Me gusta cómo piensa este chico. -felicitó Vic.

-¿Y de dónde consiguen el químico? -preguntó ahora Valentina.

-Necesitamos organizar un grupo para que intercepten un camión que pasará por Nueva York dentro de dos días. -explicó nuevamente Vincenzo- Dante. -el pelirrojo lo miró- ¿Te gustaría encargarte de esta misión?

Dante sonrió sin mostrar los dientes y asintió con confianza. Esto sería muy fácil.


Golpe.

Golpe.

Otro golpe.

Tres golpes y un remate.

-¡Vamos, con ganas, gira la cintura al golpear!

Jayson hizo caso a su tía Mona Lisa y en su siguiente golpe al saco de boxeo giró su cintura, facilitándole el golpe y haciéndolo más fuerte. Se hizo un poco para atrás aún con los puños en el aire y se limpió el sudor, jadeando de cansancio. Para los que no entienden qué hace Jay practicando boxeo, pues: desde hace tres meses que Jay se sentía con bastante presión, por lo que le pidió a su tía Mona que lo ayudara a entrenar en ese deporte, así no tendría que salir a golpear criminales cuando se sintiera presionado o estresado.

Jay estaba solo en unas bermudas azul marino, sin camisa (Jayfans: 7u7) y usaba unos guantes azul normal. Mona Lisa tenía un top rosado y shorts negros y su cabello peinado en una media cola de caballo, ya que ahora tenía el cabello corto al estilo channel.

Mona sonrió al ver que Jay estaba progresando, por lo cual se puso unos guantes especializados para recibir golpes (esos rectangulares que se usan para practicar sin lastimar al usuario).

-Probemos con esto, anda. Cuando estés listo.

El chico se posicionó y, siguiendo los consejos de su tía, empezó a golpear los guantes cuadrados.

-Vas muy bien, pero recuerda usar el codo cuando golpeas. -aconsejó la mujer.

-Sin ofender... tía Mona, pero... sé dar un golpe. -respondió pausadamente el joven, pues llevaban un buen par de horas entrenando, y estaba cansado.

-Sí, niño bonito, pero golpear en boxeo y en ninjutsu es diferente. -apartó los guantes y alzó los puños- Cuando golpeas como ninja, usas la fuerza de todo tu cuerpo, ¿no? -esperó a que Jay afirmara, y el chico asintió, a lo cual dio un golpe al aire y luego volvió su brazo a su posición anterior- Pues en boxeo también, pero especialmente usas la fuerza de los codos. Tus golpes deben ser certeros y rápidos, para que te dé el tiempo de apartarte de tu oponente y evitar que te devuelva el golpe. -Jay asintió e hizo caso, golpeando el aire como Mona Lisa le indicó, haciendo a su tía sonreír con complicidad- Creo que estás listo para el siguiente nivel.

Jay miró a Mona curioso pero la siguió fuera del dojo de la guarida, yendo hacia la máquina de boxeo. Jay se congeló. Jamás había usado la máquina. Tenía no solo un sistema para recibir golpes, si no también para devolverlos, y si bien sabía esquivar golpes de parte de humanos, la máquina de por sí estaba programada para ser impredecible.

-Am, no sé si de verdad estoy listo para la máquina, tía...

-Vamos, llevas tres meses entrenando, creo que lo harás bien. -lo tomó del hombro y lo acercó a la máquina, mientras que sus demás primos, que estaban viendo la televisión, la apagaron para ver a Jay ser humillado (según lo que Tori diría) y miraron a su líder. Jay gruñó, pero Mona le dio un empujón frente a la máquina- Te aseguro que si te llega a devolver el golpe, no volvemos a intentarlo hasta que estés listo.

Jay miró la máquina con la placa que tenía la cara de Bryton mal dibujada (Ryan la dibujó y parecía dibujo de niño de cinco años) y soltó aire que no notó que tenía guardado, por lo cual se puso en posición alzando sus puños enguantados.

-Acciónala.

Mona activó la palanca de la máquina y ésta se iluminó con un líquido verde en los conductos de poder. Jay lanzó el primer golpe a una de las placas mullidas para golpear y justo la máquina reaccionó, lanzando un guante con un brazo mecánico, pero Jay tuvo los reflejos suficientes para esquivar. Golpeó de nuevo, pero la máquina fue impredecible y le dio un gancho en la mandíbula, que lo hizo caer hacia atrás, aterrizando de trasero y de paso sacándoles a sus primos una carcajada. Tori estaba especialmente risueña con la situación.

-¿Qué pasa, Jay? ¿Te duele que una máquina te haya humillado?

-Oye, la he visto golpearte a ti otras veces, no puedes recriminarme nada. -se puso de pie.

-Tal vez, pero al menos Aya y yo, que somos las que más usamos la máquina, nunca nos caímos de trasero en nuestro primer intento con ella.

Jay de la impotencia le dio una patada a la parte de en medio de la máquina, donde tenía una placa mullida para golpear, pero la máquina le devolvió el golpe en la rodilla, haciéndolo tomársela como si fuera una caricatura, saltando en un pie mientras la sobaba. Ayana ahogó una risa.

-No seas tan cruel con Karen Kick-Butt.

-¿La máquina tiene nombre?

-Es una ella y la tratas con respeto. -se mofó Bryton. Jay dejó de tomar su rodilla y miró a Mona Lisa con reproche, quien sonrió nerviosa.

-Creo que te quedas con el entrenamiento tradicional por ahora.

De repente los T-Phones de los chicos sonaron con una alarma. Todos revisaron sus dispositivos, viendo la señal. Las cámaras de seguridad de la ciudad captaron un convoy de un camión y cuatro motos siendo perseguidos por otro grupo de motocicletas.

-Están interceptando un convoy, hay que ir ya. -ordenó Jay.

-Necesitaremos volar si queremos alcanzarlos. -dijo Ryan preocupado.

-Tomen los vehículos de sus padres y todo lo que puedan usar. -dictaminó Mona- ¡Corran!

Con eso, todos fueron a cambiarse.


Ya todos vestidos y disfrazados, se subieron a los vehículos guardados en la guarida: Jay, Tori, Kathy y Ryan fueron al Tortu-Móvil, cada uno yendo a la estación de su respectivo progenitor, Red se subió a la Tortu-Moto, y KJ, Bryton, Beverly y Ayana fueron a los buggy-patrulla que Donatello construyó y con ayuda de Kathy mejoró.

-¡Vamos, equipo! -exclamó Ryan emocionado en su asiento.

Jay, ya con permiso de conducir desde hace casi dos años (faltaban un par de meses para que cumpliera los dieciocho), arrancó el vehículo más grande, siendo seguido por los otros cinco en la moto y los buggys.


Calle Bleaker, 08:27 PM

El camión de Químicos Auman no dejaba de conducir, queriendo escapar de los motociclistas que trataban de interceptarlo. Sus escoltas habían sido neutralizados y ahora el conductor tenía sólo dos opciones: o frenar y rendirse, o seguir conduciendo y escapar. Antes de poder tomar una decisión, Dante, en su motocicleta y con un pasamontañas, saltó hacia el camión, colgándose de la puerta. Aprovechando que la ventana estaba abierta, golpeó en la cara al conductor y lo noqueó, abrió ya puerta y lo empujó al asiento del copiloto, para luego sentarse y pisar el freno.

-¡Andiamo, signore e signori! ¡Andiamo! -exclamó Dante en italiano, aplaudiendo para llamar la atención de su equipo.

-Non parlo italiano. -se mofó uno de los Dragones Púrpura de unos catorce años. Cabe aclarar que todos eran humanos porque los Fulci repudian a los mutantes e híbridos.

-Tú no hablarás italiano, pero yo sí hablo inglés, y sigo estando a cargo de esta operación, así que cierra el pico y ve por los químicos que necesitamos. -bramó Dante. El Dragón no quiso tentar su suerte y fue al camión. Una Dragona chica de unos dieciséis sacó una palanca y forzó la puerta abierta. Dante se quitó la máscara, se acercó con una lista y se la dio a la chica que abrió la puerta- Tú y tres más busquen lo que necesitamos. Los demás harán guardia y nos alertarán si alguien viene. Yo me encargo del chofer.

¡Bip bip bip bip bip-biiiiip-bip bip bip bip!

Desde lo lejos, Dante vio un vehículo enorme acercarse, acompañado de cuatro go-karts y una motocicleta. Los que eran visibles tenían trajes monos negros con detales de líneas de colores. Ahí Dante supo quiénes eran.

-¡Son los híbridos! ¡Todos al camión, yo conduzco!

Los Dragones hicieron caso, los cuatro que buscaban los químicos se metieron con el cargamento del camión y cerraron la puerta mientras que Dante subió al asiento del conductor y arrancó. Los otros cuatro dragones (fueron en total ocho, dos en cada moto), siguieron a Dante en lo que conducía lejos.

Desde el Tortu-Móvil, Kathy usaba el monitor para ver lo que hacían los Dragones. Tecleó unos comandos y envió un dron a que viera más de cerca. Desde su visión, pudo ver que el camión era de Químicos Auman y que lo conducía un chico de unos dieciocho años. Kathy movió la cámara y vio que los que andaban en las motos eran Dragones Púrpuras. La pelirroja se puso unos auriculares con micrófono para poder informar a los demás.

-Chicos, el camión es de la empresa de Químicos Auman. -informó Kathy- Parece que los Dragones Púrpura quieren algo con ellos. ¡Jay, acelera!

Jay hizo caso y accionó la palanca de cambios, acelerando. Se puso un set de auriculares con micrófono para alertar a los que estuvieran fuera del Tortu-Móvil.

-Equipo Bravo, traten de interceptar a los motociclistas. Red, encárgate del conductor. El equipo Delta nos encargaremos de recuperar los químicos, ¡andando!

-¡Hai!

Red giró el manubrio un par de veces y aceleró, mientras que el equipo Bravo, conformado por los que estaban en los buggy-patrulla, se acercaron a los motociclistas. Red se acercó a la puerta del chofer, puso piloto automático en la Tortu-Moto y se paró en el asiento con un pie en el manubrio. Ya un poco más estable, saltó a la puerta y tomó a Dante por el cabello.

-¡Aaaggghhh! ¡Lascia andare i miel capelli, pazzo! -se quejó Dante, sin querer dando una mala vuelta con el volante. El camión volteó a la izquierda violentamente, siendo seguido por los chicos en las motos y los equipos Bravo y Delta.

-¡Vamos a otro lado, niño bonito! -exclamó Red, riendo como si montara a un toro desbocado cual vaquero.

Ayana, en el buggy de la izquierda frontal (el de Raph), se acercó a uno de los motociclistas Dragones Púrpura y, al igual que Red, se paró con el pie izquierdo en el volante y, con una de sus tonfas, golpeó al Dragón en la cara, noqueándolo. Justo antes de que cayera a la calle, lo atrapó y lo puso con ella, mientras que la moto chocaba contra un poste de luz. La chica tomó al Dragón noqueado y lo lanzó a un basurero. KJ, por su parte, con unos shuriken que lanzó a las ruedas de la moto de uno de los dragones, reventó las ruedas y el Dragón se fue hacia atrás. Bryton usó la misma técnica con unos kunais y una Dragona se quedó atrás. Por su parte, Bev se paró en su buggy y le dio una patada en la quijada al cuarto Dragón Púrpura.

-¡Buen trabajo, Bravo! -felicitó Jay- ¡Red, haz que frene!

-¡Enterado! -dijo Red, y ahora le jaló a Dante el cabello hacia atrás- ¡Frena, Mussolini!

Dante hizo caso y frenó con tal de que lo soltaran. Los chicos que estaban dentro del camión casi se caían al piso, y la chica de dieciséis años se puso de pie, con los químicos en una mochila. Uno de los Dragones, de trece años, se puso de pie.

-¡Son los hijos de las Tortugas Ninja, ¿qué hacemos?! -preguntó preocupado.

-¿Podemos pelear? -sugirió una chica.

-Están armados hasta los dientes, nos harán comida de perro en segundos.

Antes de poder seguir debatiendo, la puerta del camión se abrió de par en par, siendo Bev la que abrió la puerta y apuntándoles con una pistola.

-Suelten la mochila y salgan con las manos en sus cabezas.

La Dragona mayor dejó la mochila en el suelo e hizo caso, siendo seguida por los demás. El Tortu-Móvil frenó junto al camión y de ahí salieron Jay, Kathy, Tori y Ryan. Ryan salió tarareando y bailando.

-Atrapando criminales, atrapando criminales, la, la, la, la, la, la.

-Ryan, cierra la boca antes de que te la cierre con una engrapadora. -amenazó Tori. Ryan sonrió nervioso e hizo la seña de cerrar una cremallera en sus labios. Jay se acercó a Red, quien tenía a Dante de rehén, aún tomando su cabello con fuerza.

-Red, suéltalo. -ordenó Jay. Red bufó de mala gana y soltó a Dante con violencia, quien cayó al suelo. Dante se sobó la cabeza y miró a Jay desde el suelo.

-Mutanti idioti.

-¿Alguien parla italiano aquí? -preguntó Ryan ilusamente.

-No me miren, soy disléxica, con suerte leo bien en inglés. -desechó Kathy alzando las manos, librándose de toda culpa.

-Hablo inglés también, tontos. -gruñó Dante.

-Genial, entonces entiendes esto. -se acercó Bev, para luego arrodillarse frente a él y luego le apuntó con la pistola en el cuello- Si mi líder rubio hace preguntas, tú las respondes, ¿capisci?

Dante vio los ojos cobrizos de Beverly, lo único que era visible por su máscara de tela negra que le cubría el rostro, y sonrió con altanería.

-Quando vuoi, amore. -y le guiñó un ojo, chasqueando la lengua con intenciones de sonar coqueto.

Bev se congeló al entender las insinuaciones del pelirrojo y se apartó completamente incómoda. Tori entendió y, completamente iracunda, se acercó a Dante y le dio un puñetazo en la cara, sacándole sangre por la nariz. Jay se sorprendió.

-¡Tori!

-¡Él le anda coqueteando a mi novia!

-¿Tienes novia? Diablos, me ganaron... -se quejó Dante, haciendo puchero.

-Dejen de hacer boberías. -interrumpió Jay. Tomó a Dante de la camisa y lo acercó a su rostro- Escucha, queremos respuestas, empieza por tu nombre.

-Dante Falivenne, a su servicio. -sonrió Dante soberbiamente- Y eso es todo lo que obtendrán de mí.

-¿Para qué quieren esos químicos los Dragones Púrpura? -intervino Kathy.

-No es de su incumbencia. -respondió Dante mofándose.

-Déjennoslo a nosotros. -dijo una voz. Todos, el equipo y los Dragones, vieron arriba. En el edificio de en frente estaban Zack y su equipo, quienes bajaron con rapidez, Zack haciendo una voltereta.

-Hola, Zack. -dijo KJ aburrido- ¿Vienes a robarnos la gloria?

-Venimos por respuestas. -intervino Kim, mirando mal a KJ. Habría que recordar que estos dos, por más que ahora estaban en el mismo bando, no se llevaban bien del todo. KJ especialmente no se llevaba con Kim por haber intentado asaltar a Demi, su crush.

-¿Kim? ¿Chicos? -preguntó uno de los Dragones con las manos en la cabeza. Kim, Curtis, Sarah, Feng y Andy voltearon las miradas de los Dragones cautivos, fingiendo que no los escucharon.

-Veo que se conocen. -dijo Ayana.

-Todos los Dragones nos conocíamos en la fábrica abandonada. -dijo Sarah, cruzando sus brazos. Zack no dudó y se acercó a Dante y Jay, empujó al segundo y luego tomó a Dante de la camisa.

-Respuestas, ahora. -amenazó, mostrando su mano y materializó una cabeza de serpiente en su mano. Dante dejó de sonreír y palideció.

-De acuerdo, como quieran. -dijo Dante con miedo- Mis tíos son los gemelos Fulci, y con Stockman y los Dragones formaron una alianza para crear armas anti-mutantes.

-Eso fue fácil. -comentó Bryton.

-Tendremos que devolver estos químicos e ir a buscar a los Fulci. -dedujo Jay- ¿Dónde están? -miró a Dante.

-Me reservo esa información para mí.

-¿Dónde están Stockman y Hun? -intervino Kim, tomando a Dante de la cara.

-Oigan, me sostienen de la camisa y la cara, podrían dejarme respirar, ¿no?

-Chistoso. -Jessica rodó los ojos.

Antes de que alguien pudiera decir otra cosa, llegaron unos disparos desde lejos. Los demás voltearon, viendo a los otros cuatro Dragones de los que se encargó el equipo Bravo, con pistolas. Los dos equipos de ninjas hicieron maniobras evasivas y los demás Dragones volvieron al camión, siendo Dante el que subiera al asiento del conductor, y al subirse también los tiradores, Dante arrancó y huyeron.

-¡Mierda! -se quejó Zack- ¡Estábamos a nada de obtener respuestas!

-Cálmate, Zack. -dijo Bryton.

-Sí, encontraremos a los Fulci. -calmó Ayana- ¿Sabemos dónde están?

Kathy sacó su T-Phone y revisó la información.

-El hotel abandonado donde se hospedaban fue remodelado y lo convirtieron en un edificio de departamentos. -informó la pelirroja.

-¡Significa que pueden estar en cualquier parte! ¡Aaaggghhh! -se quejó Zack, pateando nieve, para luego tomarse el cabello con molestia.


Secundaria Roosevelt, 12:45 PM

Después de las reparaciones en la escuela luego del ataque de la mascota de Stockman, las clases se resumieron recién hace un par de semanas. Y apenas estaba empezando enero. Ahora estaban Ryan, Tori, Kathy, Jay, KJ, Bryton, Red y Ayana almorzando en una de las mesas del comedor. Beverly, Cody y Shadow seguían en secundaria, Bev pasaría a preparatoria recién en septiembre.

-¿Alguna idea respecto a lo ocurrido anoche? -preguntó Jay.

-Yo tengo una: tomo mis shinken-do y castro a ese italiano pelirrojo. -dijo Tori con molestia.

-Tori, no seas impulsiva, ataques de celos pueden provocar imprudencia. -aconsejó KJ.

-Lo dice el que le guarda recelo a Kim por asaltar a su crush cuando sabe que ella nunca le hará caso. -reclamó Tori, lanzándole un tomate cherry de su ensalada acompañando su bistec.

-Oye, Tori, auch. -reclamó Ryan- KJ es de corazón blando. -abrazó a KJ junto a él, quien hizo un puchero.

-¿Quieren concentrarse? -preguntó Kathy- Discutir sobre esto no nos ayuda.

-Pues yo quiero despellejarlo a él y a Feng por hacerles ojitos coquetos a Bev. -la castaña apretó su tenedor con tanta fuerza que lo dobló.

-Ya, amiga, relájate. -dijo Ayana, palmeando a Tori en el hombro.

Red estaba a punto de decir algo, cuando de repente alguien se sentó junto a él. Era Lory.

-Hola, chicos. -saludó Lory.

-Hola, Lory. -saludó Jay con renuencia. Si por algo era conocida Lory, era por saber el chisme de todos. Si los buscaba a ellos, era porque quería saber algún chisme o contar alguno que escuchó por ahí. Rodó los ojos y miró a la albina- ¿A qué debemos el honor?

-Tengo unas cosas que quiero corroborar con ustedes. -clarificó la chica- Es sobre los vigilantes de los que publicaron en el periódico escolar. -explicó ella. Con la mención de eso, los demás se quedaron callados- Hmm, de repente están muy callados.

-Es que... no sabemos mucho de ellos. -explicó KJ, tomando un sorbo de su jugo de manzana. Lory, inconforme con esa respuesta, sacó algo de la bolsa de su sudadero. Eran unas fotos de recortes del periódico escolar.

-Vamos al grano, los vigilantes se parecen mucho a ustedes. Es más, sé que son ustedes. -dijo Lory con aires de superioridad. Los chicos escupieron su comida del shock y miraron a Lory con sorpresa- A juzgar por sus reacciones, eso lo confirma.

-Naaah, solo que tu suposición nos tomó por sorpresa. -dijo Ryan nervioso.

-¿Y cómo explican que, el día del ataque, se defendieron con artes marciales antiguas y, para colmo, mencionaron conocer al monstruo del ataque?

Los demás se callaron. Lory los tenía en la palma de su mano, lo vieran como lo vieran. Todo mal.

-¿Cómo podemos comprar tu silencio? -preguntó Kathy.

-Esa es la cuestión, no pueden. -sonrió Lory.

-Escucha, Lory, si llegas a decir una palabra al respecto-

-No pueden porque no diré nada.

-¿Qué?

-No diré nada.

-Sí claro, ¿cuál es el truco? -preguntó Bryton con apatía.

-Ninguno. -sonrió Lory genuinamente- Solo quería asegurarles que guardaré el secreto. Y... ahora que lo pienso, sí tengo una condición. -sonrió con algo de maldad.

-Ya me lo veía venir... -se quejó KJ- ¿Cuánto dinero quieres?

-No, eso no. -Lory miró sus uñas- Quiero ser parte del equipo.

Inserte sonido de disco rayado. ¿Cómo?

-¿Cómo dijiste? -preguntó Red boquiabierto.

-Ya me oyeron. Si me dejan ser parte del equipo aunque sea como espía, no diré nada.

-Ajá, ¿qué nos dice que por un mínimo inconveniente no vas a delatarnos? -preguntó Tori desconfiada.

-Si quisiera delatarlos genuinamente, créanme que lo habría hecho desde hace rato. Pero me guardé el secreto por cuatro meses, me deben al menos el beneficio de la duda.

Todos se miraron entre sí, a ver si encontraban respuestas mutuamente, pero nada. Miraron luego a Jay y éste tomó la palabra.

-¿Qué tienes que ofrecer como garantía de que puedes sernos útil?

-Hello, soy Lory Spring, la reina de los chismes. -se pavoneó la albina teñida- Si alguien puede conseguirles la información que requieren, soy yo, chicos.

Todos miraron a Jay con expectativa y el líder suspiró.

-Okay, necesitamos que averigües algo.

-Soy toda oídos.

Jay miró alrededor para fijarse que ningún chismoso como Sarah o Kim los estuviera espiando y luego volteó de nuevo hacía Lory.

-Estamos buscando a dos hombres. Pero no solo nosotros, otro equipo de vigilantes también los busca. Aunque por motivos más sádicos que los nuestros. Necesitamos que espíes a este grupo y averigües lo que saben para nosotros usar la información a nuestro favor, antes de que alguien salga herido.

-¿Y quiénes son estos otros vigilantes?

Jay se acercó a Lory y susurró.

-Zack Chaplin, Jessica Moore, Kim Parsons, Sarah Blake, Sekai Imahara, Curtis Mueller y Andy de la Cruz.

-Tendré la información pronto. -y con eso se puso de pie y se fue por su lado.

-¿Podemos confiar en ella? -preguntó Ryan inseguro.

-Supongo que lo veremos con tiempo.


Sede de los gemelos Fulci, 07:24 PM

-Ya tenemos los químicos, es hora de que cumplas tu parte, Stockman. -dijo Vic.

El cerebro con ojo en el tanque rodó la vista y empezó a trabajar, revisando la fórmula escrita en los planos.

-¿Para cuántas municiones puedes hacer la droga? -preguntó Vincenzo.

-Suficiente para matar a todos los mutantes de la ciudad, usado con debido cuidado. -explicó Stockman.

-¿Habría algún efecto secundario con nosotros? -preguntó ahora Dante con una intranquilidad disimulada.

-Exposición en exceso puede causarle arritmia pulmonar a los humanos no mutantes.

-Jeje... tranquilizador.

Un rato después de terminar los químicos, Stockman usó una jeringa para poner dosis de unos cuantos mililitros en una cápsulas.

-Con una sola cápsula, le causará erupciones en la piel a los mutantes, junto con problemas respiratorios. Con una exposición de un par de minutos, causará muerte por envenenamiento.

-¿Como una cámara de gas venenoso?

-Podríamos decir que sí. -respondió Stockman a Dante.

El joven pelirrojo quiso tomar una de las cápsulas con la droga, pero Stockman la detuvo.

-Recomiendo que no las tomes, son muy delicadas.

-Bien, eh... dejemos al científico trabajar en paz.

Los gemelos y Dante iban a retirarse y dejar a Stockman trabajar, cuando algo hizo retumbar el suelo. Los cuatro miraron alrededor, no viendo nada. Dante escuchó gritos, se los jóvenes Dragones Púrpura, y quiso correr a ver cómo estaban, pero apenas abrió la puerta, algo lo empujó, lanzándolo contra sus tíos. Por la puerta entró el chico que llegó en barco a los muelles un par de semanas atrás, el brujo de cabello largo, rodeado por un aura oscura.

-¿Q-Quién eres? -preguntó Stockman ligeramente aterrado. El joven de cabello largo no parecía entender, así que movió su mano e hizo que algo del aura oscura entrara al cerebro de Stockman y tradujera sus palabras a su idioma. Ahí entendió lo que el robot dijo y respondió.

-Ore no namae wa Kuro Majo desu.

Gracias a la magia del chico, Stockman entendió lo que dijo: Mí nombre es Kuro Majo.

Y con eso, Kuro Majo hizo las cápsulas levitar con su magia, y les sacó el químico recién creado por Stockman. Lo guardó en un termo de metal que robó y lo puso en su desgastada mochila. Luego miró a los gemelos Fulci y a Dante y, usando el mismo conjuro que con Stockman, hizo que entendieran lo que decía.

-Ore no kōdō ni tsuite mōshi wa kearimasenga, ikutsu ka jikken shitai koto ga arimasu.

Lo siguiente dicho significaba "Me disculpo por mis acciones, pero tengo que hacer algunos experimentos."

Con su objetivo cumplido, Kuro Majo se alejó y se fue por donde vino. Dante alcanzó a ponerse de rodillas y arrastrarse a seguirlo no muy de lejos. Desde su escondite tras el marco de la puerta, vio al joven mago usar su magia para controlar a algunos de los Dragones adolescentes tal cuales zombis.

-Merda. -murmuró Dante.


Callejón oscuro, 07:51 PM

Lory caminaba con sigilo por la calle, hasta llegar al callejón donde les indicaron los chicos por celular. Al llegar, se metió al callejón con sigilo y esperó. Como unos minutos después, de las sombras salieron los chicos con sus trajes de vigilantes, máscaras y pelucas.

-Hola, chicos. -sonrió Lory- Les queda bien el negro.

-Ya, Lory, necesitamos lo que tengas. -gruñó Tori.

-Oh, sí, lo siento. -se excusó y luego se aclaró la garganta- No son los únicos con informantes. El equipo de Zack tiene a un informante en la pandilla de los Dragones Púrpura. Parece que alguien entró a la guarida de los Fulci y les robó algo que tiene que ver con los químicos robados de la productora Químicos Auman. Lo curioso es cómo los robó.

-¿Cómo lo hizo? -preguntó Ryan.

-Básicamente usó magia negra para convertir a los jóvenes Dragones en sirvientes zombis y se los llevó.

Los chicos se miraron mutuamente preocupados y luego a Lory.

-Gracias por la información, Lory. -agradeció Jay, dándole a Lory diez dólares.

-No iba a cobrarles la información, pero agradezco tu contribución. -sonrió la chica de pelo blanco, alejándose. Jay suspiró y miró a su equipo.

-Propongo que vayamos a buscar información de Shinigami, si hay un mago aquí, ella tal vez sepa con qué tratamos.