Ya había salido el sol cuando Arashi y Mikoto llegaron finalmente al Hospital central, a pesar de que la operación para rescatar a Oriha y acabar con los terroristas había terminado hace ya bastante tiempo. Esto se debe, a que en su regreso, ninguno de los dos esperaba presenciar un secuestro a la distancia, los cuales escapaban en un aparentemente costoso vehículo negro.

Pensaban darles persecución y detenerlos rápidamente, como comúnmente hacían en estas situaciones, pero órdenes enviadas por sus auriculares, les instruían que siguieran a dichos vehículos, ya que sus cámaras en las calles habían registrado los mismos acontecimientos en otros lugares de la ciudad. De esa manera, siguiendo las órdenes, descubrieron una especie de búnker en las montañas, aunque aún no sabían a quién pertenecía. Allí eliminaron a tantos de estos tipos como pudieron, de los cuales, afortunadamente, no eran demasiados.

No encontraron un líder allí, lo que explicaría el porqué la seguridad era tan baja para un lugar que aparentaba costoso, pero encontraron más de lo que podrían haber imaginado. Primero, encontraron a varias adolescentes, atadas y drogadas, para que no escaparan, aunque eso no fue lo peor. Lo que fácilmente puede resaltarse como lo peor, fueron las víctimas tras un cristal reforzado. El dúo pudo ver a mujeres que, sin necesidad de un análisis médico, podrían saber que estaban fuera de sí. No se atrevieron a sacarlas de allí, dado su bastante aparente desconexión a la realidad, por lo que, después de discutirlo, decidieron llamar a su contacto en la policía.

Por supuesto, Black Label investigaría, pero nada mejor que usar a la policía y sus numerosos agentes, para descubrir a quien pertenecía esta propiedad, y devolver a cada una de las víctimas de manera segura a casa. También, las mujeres que están fuera de sí, serían llevadas de manera pública al hospital central, por lo que ellos podrían investigar el tipo de drogas usado en las víctimas, e intentar curarles.

De esta manera, luego de una noche increíblemente larga para la pareja de vigilantes, finalmente llegaron a uno de los túneles ocultos en la ciudad, túneles que los llevarían al hospital central, donde sus motocicletas podrían ser ocultadas, de la misma manera cubriendo el hecho de que, la sede de su organización era de hecho, el hospital central de la ciudad.

Luego de ingresar a los pasillos, donde solo los miembros de la organización tenían acceso, pudieron al fin tomar un respiro al quitarse los cascos.

Al avanzar un poco más de camino a la oficina del doctor Masamune, pudieron escuchar segmentos de una discusión. Mikoto se veía extrañada, ya que no había escuchado a sus superiores en la organización discutir tan fervientemente con anterioridad. Claro, ella, al igual que Arashi, reconocieron las voces, pero a diferencia de Mikoto, Arashi corrió hasta el lugar, solo para asegurarse de que todo estaba bien.

Al llegar, vio a Sayo y a Miki casi chocando sus cabezas, con expresiones furiosas. Mientras, a un costado, estaba la doctora Yuuko cubriendo sus ojos con su mano, aparentemente, intentando controlar un dolor de cabeza, mientras el doctor Masamune, estaba en el centro del salón, en su escritorio, descansando su barbilla entre sus manos, mientras tenía una expresión pensativa.

-¡Atrévete a repetir eso!—Gritó Sayo en la cara de Miki, apenas conteniéndose visiblemente de atacarla. Arashi no tenía idea de lo que pasaba, y fue en ese momento cuando Mikoto se detuvo a su lado, con la misma confusión escrita por toda la cara.

-¿Aún no lo entiendes? Muy bien, ¡Entonces, escucha bien gorila musculoso!—Gruñó Miki entrecerrando los ojos de mal humor. — Tú observaste claramente esa transmisión que nos envió Mikoto, ¿no? Escuchaste lo que nos dijo Oriha, sobre él, siendo Fusilado a quemarropa con escopetas, y salió ileso de eso ¿¡verdad!? Crees que fue valeroso al lanzarse de ese edificio para salvar a Oriha, ¿¡correcto!? ¡Pues eres una tonta!- Sayo gruñía y sus puños se apretaban tras esa última declaración.

Luego de la gran sorpresa tras esa declaración, fue cuando, Arashi y Mikoto notaron a Oriha en ese lugar, sintiéndose más tranquilos, ya que su amiga y compañera se encontraba bien.

-¡Sea lo que sea esa cosa, es simplemente un monstruo con piel humana!—continúo Miki, claramente alterada. –Debí eliminarlo cuando aún era un niño. Es seguro que si llega a la adultez, con el ritmo de fortalecimiento que muestra, será indetenible. — susurró.

Incluso sin escuchar ese susurro, lo primero fue ciertamente suficiente como para llevar a Sayo a levantar a Miki por el cuello de su camisa.

-¡No te atrevas a llamarlo así, ese es mi hermano pequeño del que hablas!—Este era un punto sensible para Sayo, ya que ella misma llegó a considerarse un monstruo en cierto punto de su vida, pero con su nueva familia, con su hermano pequeño, el cual le mostró que no era la única, ese pensamiento desaparecía casi por completo a lo largo de los años.

Justo cuando Yuuko estaba por interferir, fue cuando las manos de Arashi se colocaron sobre los antebrazos de Sayo, haciendo algo de fuerza, para que bajase a Miki al suelo. No era efectivo contra la fuerza de Sayo, pero ella al menos podría sentirlo.

-Detente, por favor, Hitsugi-san. — Pidió Arashi con una expresión algo preocupada, al no saber completamente lo que sucede, pero teniendo una idea por los comentarios de Miki.

- Hitsugi. —Fue lo único que exclamó Yuuko, con una mirada seria en su rostro. Sayo solo gruñó al final, pero dejó ir a Miki.- Y tú también Tsurugi, ya hemos hablado de esto antes.—

-Solo se discutió, en base en lo que creíamos saber de él. — Miki desvió su mirada hacia Mikoto la cual se sobresaltó. – Ya no más.- Dijo Miki retirándose apresurada del lugar.

- Tsurugi, no hagas nada estúpido.- susurró el doctor Masamune, mientras los demás la veían retirarse, sin ningún ánimo de detenerla.

-Kiba-san. —llamó Yuuko a Mikoto. –Grabaste lo ocurrido en la televisora, ¿verdad? Me refiero al momento que nos transmitiste.

Mikoto no preguntó de qué se trataba, ya que supuso lo descubriría pronto. Así que simplemente pasó su celular a la doctora Yuuko, la cual lo tomó y se dirigió al escritorio del doctor Masamune, conectando el celular de manera inalámbrica al sistema computarizado instalado allí.

Arashi estaba perdido con respecto a lo que sucedía, y no entendía absolutamente nada de lo que pasaba. Es decir, si Akihiko demostró que no podía ser asesinado por armas convencionales, ¿no debería ser una buena cosa? Incluso si no formaba parte directa de su organización, era su aliado en la labor de eliminar las enfermedades que plagaban la ciudad. Por lo tanto, era bastante evidente en la mente de Arashi, que es preferible tener aliados poderosos, para llevar a cabo su labor con mayor probabilidad de éxito, sin bajas.

Pasaron pocos segundos, cuando una pantalla de gran tamaño se materializó de manera holográfica frente a los presentes. Allí se mostraba lo sucedido la noche pasada, en el momento exacto, cuando Akihiko subía al escenario luego de eliminar a los secuaces del líder terrorista.

La resolución era bastante buena, casi imposiblemente nítida, dirían personas fuera de la organización. Pero gracias al lugar donde laboraban, todos los miembros de la organización contaban con dispositivos móviles que tenían cámaras incluso mejores de las que podrían encontrarse en el mercado actual. Esto no era tanto una forma de recompensar a los miembros más jóvenes, sino una forma de registrar cualquier evidencia con la mejor calidad posible, y no perder ninguna pista, y también, para mantener un registro de todas las hazañas que Akihiko realizara frente a los miembros de Black Label. Este último punto fue propuesto por Miki, el mismo que fue apoyado por Yuuko, para el descanso mental de la primera, ya que era su amiga, pero parece que al final, fue contraproducente, o por lo menos eso parece hasta el momento.

En lo que la mayoría de ellos se concentró al repetir la escena reproducida, ahora estando preparados, fue la velocidad que mostro Akihiko. Se movió tan rápido que era un borrón incluso para sus ojos entrenados, lo cual, era algo que no podían ignorar. La velocidad mostrada, era imposible para una persona normal, no, raya eso, incluso daría vueltas alrededor del atleta más rápido del planeta, lo cual, con un record de 100 metros en solo 9,58 segundos, era una locura simplemente de imaginar.

Al ver la grabación, todos quedaron sorprendidos, pero dos de ellos notaron algo inusual, bueno, aún más inusual que su exagerada velocidad. El momento fue, cuando el líder de los terroristas disparó a quemarropa contra el rehén. Viendo ahora claramente en el ángulo de grabación, Arashi pudo decir, que no, el líder terrorista no había fallado el disparo, él había acertado directamente al pecho del rehén, pero ella, de alguna manera, resultó ilesa. Este fue el punto que más lo sorprendió, ya que no se explicaba cómo podría ser posible.

La otra persona allí capaz de notar algo, fue Yuuko, gracias a su percepción más alta que el resto. Ella rebobinó el video algunos segundos, antes del disparo, y lo reprodujo en cámara lenta. Justo en el momento en que el proyectil salió del arma e impactó contra el rehén, ella pausó la reproducción del video, muchos notaron algo que pensaban inicialmente era una especie de error por el reflejo de la luz, hasta que Yuuko amplío el área en el video.

Una muy pequeña, casi imperceptible mancha de luz azul, se mostraba en el área de impacto. Por un lado, esto podría considerarse un error en el video, o por el otro, quizás el rehén, de manera muy poco probable, podría haber tenido algún material bastante duro, el cual desvió la bala, y creado ese destello. Pero curiosamente, esta no era la primera vez que Yuuko vio este ligero destello de luz azul, y lo había categorizado incorrectamente como error en las grabaciones de las cámaras del hospital.

-¿Qué es Eso?- Preguntó Mikoto, al notar el reflejo de luz en la zona de impacto, en el costado del pecho de la rehén.

-¿La rehén tenía un chaleco antibalas colocado bajo su ropa?—preguntó Arashi.

-No. —respondió Oriha, ya que sabía que debajo del traje de un ídolo, no había mucho espacio para algo como un chaleco, y que lograra mantenerse oculto, con tanto escote expuesto.

Mientras ellos debatían tratando de llegar a la respuesta más lógica, intentando encontrarle sentido a lo que veían, el misterio que había mostrado Akihiko continuó plantando cada vez más dudas tras cada respuesta fallida, mientras Yuuko tecleaba buscando algo más en los registros de video del hospital, y al encontrar lo que buscaba, lo colocó en la pantalla para que fuera visto por todos.

Mikoto levantó una ceja, mientras Arashi parecía confundido. Solo Sayo parecía tener un ligero ensanchamiento de los ojos y de manera poco esperada, también Oriha, las cuales parecían sorprendidas, entendiendo de inmediato porque Yuuko colocaría esta grabación.

Lo que se mostraba en la pantalla, era Akihiko en una de sus visitas al área de rehabilitación de los niños, en ese mismo hospital.

Una de las niñas caminaba hacia un Akihiko sin su máscara, el cual la alentaba a seguir acercándose.

-¿Que se supone debemos ver aquí?—replicó Mikoto levantando una ceja con los brazos cruzados, al no entender la relación de un video con el otro.

-Shhh.— esa fue Sayo, chistando abruptamente, para que Mikoto guarde silencio.

Cuando la niña en el video, avanzaba hacia los brazos de Akihiko en su ruta de caminata, sus piernas temblaron y se precipitó hacia el suelo, con las rodillas en dirección directa contra el concreto, por lo que, sin duda, ella se lastimaría la rodilla, la cual aún era sensible.

Este era un video que tanto ella como Sayo habían visto antes, y no entendieron lo que había sucedido la primera vez, ya que ellas conocían la condición de la chica, y sabían que este tipo de caída, en el área específica del impacto, podría causarle mucho dolor, y, sin embargo...

La niña calló con sus rodillas golpeando el suelo, y luego de unos segundos, en que se mostraba a la chica con los ojos cerrados, muy posiblemente esperando el latigazo de dolor, solo pudo verse parpadeando, sorprendida, y luego con una gran sonrisa se levantó y continuaba caminando hacia Akihiko.

Quien menos entendió lo que veía esto fue Arashi seguido por Mikoto, hasta que Yuuko rebobinó ligeramente el video, y lo reprodujo en cámara lenta, en el momento de la caída de la niña, y justo cuando golpea el suelo.

Allí todos fueron testigos de una ligera luz azul, en el área de impacto.

-Siempre pensé que esto era un error frecuente en las cámaras de seguridad, dijo Yuuko en voz baja, pero lo suficientemente alto para ser escuchada.

Un silencio se instaló en ese lugar, potenciado por la confusión de todos. Los presentes, a pesar de ver todo en video, aún no podrían comprender lo que sucedía, ya que, entendiblemente, todos allí buscaban una respuesta lógica y mundana.

Volvieron a reproducir el video, en esta ocasión, aumentando el volumen al máximo.

Esto fue en realidad un accidente, por el hecho de que Oriha se había apoyado en uno de los altavoces, el cual se había mantenido apagado. Anteriormente, lo había escuchado con el volumen, con la intensión de escuchar algo de lo que sucedía en esa grabación, pero Sayo, Yuuko y Oriha, las personas que más analizaron estos videos, cada una por sus propias razones, nunca encontraron nada, ya que el mal audio, solo dejaba escuchar algunas frases entrecortadas que no tenían sentido para ninguna de ellas.

(Estática) -Ansioso por ver- (estática) – rostro- (estática) -cantando hasta que- (estática)

-Yuuko. —Llamó Sayo, la cual asintió, y volvió al teclado de la poderosa computadora de esa habitación.

La más perdida en esta situación, resultó ser Oriha, la cual, a pesar de haber visto estas grabaciones una gran cantidad de veces, no pudo hacer la relación con las palabras, ya que en el momento en que Akihiko las había pronunciado, ella estaba en otra habitación, atada, junto con las demás ídolos en aquel lugar.

Esta vez, no fue un video que se presentó, sino un archivo de audio. El video fue rebobinado y silenciado, y unos segundos antes de que Akihiko comenzara a hablar con los niños, y se quitara su máscara, el archivo de audio fue reproducido.

— ¿Estás tan ansioso por ver mi verdadera apariencia? Muy bien. He aquí mi rostro maldito.

¡Seguiré cantando hasta que mi cuerpo se disperse en el viento! —

El movimiento de los labios, los tiempos en que hacía pausas y volvía a hablar. El sonido había encajado tan bien en la escena, que incluso si los presentes allí no sabían leer los labios, podrían jurar que estas palabras, en la voz del mismo Akihiko, eran las mismas dichas en la grabación con los niños.

El silencio y la confusión se combinaron y extendió por todo el salón, creando una atmosfera de total confusión de todo un minuto, mientras los presentes intentaban dar sentido a las locas ideas que pasaban por sus mentes, basadas en lo que habían presenciado. Lo que sacó a todos de su meditación, fue Sayo, la cual comenzaba a retirarse del lugar, con sus ojos proyectando una determinación enorme en ella.

-¿Sayo, a donde vas?—preguntó Yuuko, al ver que la peli azul se retiraba a paso rápido.

-No sirve de nada quedarse aquí y preguntarnos qué pasó. Simplemente, tenemos que preguntarle y saber, porque nos ocultó esto.—

-¡Espera!— comenzó Yuuko, pero fue interrumpida.

-¡Espérame!— exclamó Oriha, dándole alcance a Sayo.—yo también tengo muchas preguntas para él.—dijo de manera animada.

Incluso cuando ellas dos dejaron el salón, había una sensación de incertidumbre en los que quedaron, que no se podía negar. Bueno, no en todos, ya que Arashi estaba aún confundido, pero ya no por lo mostrado.

Si Akihiko había mostrado que, incluso, tiene la habilidad de proteger a los inocentes, de manera sobrenatural, ¿Qué tenía de malo? Bien, esto pensado por el chico cuyo fantasma de su amigo de la infancia lo acompañaba desde que murió. Aunque, tampoco estaba seguro de todo lo que implicaba lo que acababan de presenciar, no había nada de malo en un aliado poderoso, ¿no?

/-/

La ciudad de Mochizuki era pequeña en comparación a las demás ciudades en Japón, Y aun así, no debía subestimarse. Calles intrincadas, miles de callejones, edificios y establecimientos, los cuales compartían muchas similitudes. En otras palabras, era el lugar donde los visitantes, sin un guía apropiado, se perderían con facilidad.

Y así es como Saya se vio en medio de esta ciudad, sin saber a dónde debía dirigirse ahora. Luego de caminar por unos 15 minutos, podría jurar que no reconocía su camino de vuelta. Afortunadamente, si ella quisiera volver a la escuela, podría usar el mapa de su celular, pero también perdería su objetivo, desperdiciando la mañana y fallando en su mision autoimpuesta, por lo que ella, incluso sin saber a dónde se dirigía, tercamente siguió adelante.

Ella sabía la dirección general que había seguido su príncipe, o eso ella esperaba. Miró la palma de su mano, donde observó un único lente de una gafa de sol. La forma era idéntica a las gafas que usaba su príncipe al salir de su casa, por lo que ella supuso que se desprendió uno en el momento donde aquel matón musculoso lo levantó por el cuello de la chaqueta.

El ruido de una muchedumbre furiosa, que estaba a unos pocos cientos de metros, llamó su atención, y pensando que ese sería un buen lugar para alguien que intentaría ocultarse de acosadoras, como las que vio antes, decidió acercarse y echar un vistazo.

Ella primero miró a sus alrededores, buscando a su príncipe por la vestimenta que él llevaba. Mientras recorría la muchedumbre, los gritos furiosos de la multitud aumentaron, y solo pudo verse a un par de jóvenes bastante lindas, siendo resguardadas por 4 personas de gran estatura y físico trabajado, siendo escoltadas desde un pequeño edificio, que tenía apariencia corporativa.

Algunas de las personas comenzaron a arrojar alimentos a las chicas, pero dichos elementos chocaban con sus guardias. Una parte de la multitud se arrojó contra la otra, y fue en ese momento en que Saya decidió retroceder, ya que la situación se estaba comenzando a tornar violenta. Ella por supuesto no sabía de lo que se trataba todo esto, pero honestamente no le importaba tanto como para quedarse y averiguarlo.

Ella dio media vuelta, y comenzó a alejarse, pasando al lado de una cafetería, la cual tenía cristales amplios como ventanas, que mostraban el interior con bastante claridad, y aunque ella normalmente no prestaría atención, el color blanco que percibió por el rabillo del ojo le hizo girar el rostro en dirección al interior de ese establecimiento.

Lo que ella vio dentro de aquel lugar, la dejó paralizada por un largo minuto. Allí, en el interior de esa cafetería, ella podría ver a su príncipe sentado a la mesa, y a su derecha una chica que le parecía familiar de algún lugar, pero que no pudo identificarla adecuadamente, así como tampoco admitiría la belleza de la chica. Estos dos puntos eran casi una señal que aseguraba que esta chica era famosa. Esta se aferraba a su príncipe, a su costado, envolviendo sus brazos entre el antebrazo derecho de su príncipe, en lugar de sentarse en otro asiento. No parecía que su príncipe le diera demasiada importancia, lo que podría ser algo bueno o malo, dependiendo de la perspectiva.

En el lado bueno, podría ser que ella, era un familiar, pero lo descartó por la expresión de la chica. Otro punto sería que, su príncipe, simplemente la ignoraba, y a sus avances. En el lado negativo, él podría no reaccionar, porque ya estaría acostumbrado a ella, y posiblemente estarían en una relación. Ella decidió poner sus apuestas en cualquiera de las primeras dos, ya que, de lo contrario, significaría que ella llegó tarde, para volver a encontrarse con su príncipe, si la tercera opción resultaba ser la verdadera respuesta.

No fue mucho tiempo después, cuando el príncipe le dijo algo, y esa chica, aparentemente renuente, le dejó salir. Inmediatamente, él estuvo de pie, ella se aprovechó de su buena voluntad y se atrevió a abrazarlo. En ese punto, Saya solo pudo fruncir el ceño. Por las expresiones en el rostro de su príncipe, sabía que no había nada romántico, es decir, de parte de él. Saya mordió su labio inferior. Ella era consciente de que todo era una suposición suya, basada en lo que ella deseaba, por lo que era una opinión sesgada. Sus ojos se comenzaron a abrir lentamente y sus latidos se aceleraron, por lo que sucedió luego, ya que se sintió como un puñetazo en su estómago que le dejó sin aire.

Es como si todo se reprodujera en cámara lenta. La chica levantó su rostro, aún abrazada a su príncipe, y Saya pudo notar ese brillo en su mirada, el mismo brillo que ella descubría frente a sí misma en el espejo en las mañanas cada vez que pensaba en él, o echaba un vistazo al mensaje que él había enviado a su celular. Ella pudo ver todos los detalles, vio como los ojos de esa suripanta se cerraban, y se impulsaba lentamente sobre la punta de sus pies, para alcanzar a su príncipe. Era terriblemente doloroso para ella ver como se acercaba a los labios de su príncipe, haciendo que sus pensamientos se volvieran oscuros. Cuando sus labios estaban solo a unos pocos centímetros, ella desvió la mirada, ella no podría soportar ver que eso suceda, pues ella sabía, esto sin duda se reproduciría en su mente sin cesar.

Con los puños cerrados temblando por la ira que prometía estallar en cualquier momento, ella logró recoger algo de fuerza de voluntad para levantar la cabeza y mirar en dirección al horrible suceso. Allí, ella no los vio besándose, lo que ella agradeció, a pesar de que su mente no la dejaría descansar tranquila por la incertidumbre de lo que pudo o no ocurrir. Ella pudo ver como su príncipe comenzaba a dirigirse en dirección a la salida del restaurante, y la tranquilidad de cómo él trataba el evento, hizo que el peor de los escenarios llegara a su mente.

Fue entonces cuando ella decidió retirarse en la dirección contraria a la salida de dicho local. Saya, obviamente, no quería que el príncipe piense que ella era una acosadora más, que lo espiaba mientras tenía una conversación con alguien más. Pero en este caso, era casi seguro que, esa chica tenía una relación con su príncipe, por lo que ella comenzó a alejarse a paso apresurado, sus puños cerrados y temblando ligeramente por una multitud de sentimientos que daban vueltas en su cabeza ahora mismo.

¿Molesta? Ella estaba furiosa, por supuesto, pero con esa peli-naranja de la cafetería por intentar aprovecharse de su príncipe… porque, ella lo estaba, ¿verdad? Ella aún trataba de convencerse de que lo que ella vio no era simplemente una cita, pero las señales vistas podrían interpretarse de muchas maneras. La tranquilidad que él mostraba podría significar, en el menor de los casos, que el contacto cercano con el sexo femenino no le causa ninguna incomodidad, lo cual podría tener factores como, ser un mujeriego, o que en su familia las representantes femeninas sean muchas. En el peor de los casos, significaba que la chica allí era su novia o pareja, y por eso la incomodidad no se reflejaba en él.

¿Qué debía hacer ella? Su ritmo se incrementó, con una caminata apresurada, y mordiendo una de sus uñas, mientras poseía una expresión de preocupación e irritación a partes iguales.

Sin embargo, ella, en los últimos días, vio señales del interés de su príncipe por ella, aunque podría ser un error de su parte, ella quería apostar, a no haber llegado demasiado tarde para volver a encontrarse con su príncipe.

Ella no debía seguir empujando su suerte, y debía comenzar a dar los primeros pasos para llevar al príncipe a su lado, o podría perderlo... si, no lo había hecho ya. Mientras seguía esta línea de pensamientos, ella giró rápidamente a la derecha, ingresando en uno de los cientos de miles de callejones que estaban repartidos por toda la ciudad. Para ella lo más importante era alejarse, por el simple hecho de no pintarse como una de esas acosadoras a los ojos de su príncipe. Quizás tomando un camino alternativo y al acelerar un poco, encontrarlo en otro lugar, sí, eso podría funcionar…

Ahora, ella debería saber en qué dirección él se dirigía, si quería encontrarse con él "por casualidad." Ella se detuvo en sus pasos, dudando un poco, y cuando iba a volver, notó la silueta de alguien en la entrada del callejón, viendo a un costado. Ella no había olvidado que esta ciudad hasta hace no mucho tiempo estaba llena de historias realmente aterradoras sobre la criminalidad, en especial si eras mujer, por lo que no pudo evitar alejarse a paso rápido, adentrándose aún más en ese callejón, buscando una salida alternativa.

El nerviosismo le hizo caminar un poco más rápido al tener una fuerte sensación de estar siendo seguida. Más adelante vio como el callejón se dividía, lo que le dio la esperanza de una salida rápida. Antes de llegar al cruce, pudo escuchar un ligero sonido metálico, lo que la hizo ser más precavida, y lanzando una mirada por la que, efectivamente, era una salida, pudo ver como alguien bastante alto se aproximaba y echaba un vistazo dentro, lo que la hizo acelerar, su corazón de la misma manera incrementaba su ritmo.

Luego de lo que parecía una eternidad, donde tuvo que desviarse de varias posibles salidas, llegó a una que parecía libre de peatones o personas sospechosas asomándose, como muchas otras anteriormente, y ella decidió trotar para salir de ese lugar. Por el momento ella había olvidado su objetivo por el miedo al estar sola en una situación que gritaba peligro para ella, la cual se sentía aún más nerviosa, dada que esta era una experiencia completamente nueva para ella, ya que, por lo general, tendría la protección de uno de los hombres de su padre.

Una sonrisa de alivio, pero aun con rasgos de su nerviosismo, brotó naturalmente de sus labios, al estar a unos pocos pasos de la salida. Su respiración era agitada, pero le dio poca importancia mientras se acercaba a la seguridad que las calles públicas podían brindar.

A pesar de estar en el exterior, para ella, esa salida es como si estuviera cubierta de luz.

/-/

Cuando vi que Saya ingresaba en un callejón, decidí seguirla desde las azoteas, ya que inicialmente ella parecía haberme notado en la entrada del mismo, y se vio asustada, por lo que ingresó más adentro en ese laberinto que los callejones de esta ciudad tienden a convertirse.

En varias ocasiones, tuve que lanzar pequeños objetos, sean rocas, canicas o lo que encontrara, a zafacones en salidas del callejón, que dirigían hacia personas un poco sospechosas. De hecho, algunas pocas de esas personas miraban dentro del callejón, para descubrir que hizo el ruido. Unos pocos lograron notar a Saya, y más pocos aún se adentraron en los callejones con ideas que, no serían muy nobles, cuando notas el cuchillo desenvainado.

A estos maleantes le propiné un golpe rápido que los dejara inconscientes y volvería a las azoteas para no perderle el rastro. Ella ciertamente mostraba que estaba comenzando a entrar en pánico, lo cual hizo que comenzara a sentirme mal por ella. Afortunadamente, se dirigía a una salida limpia, y pensé que podría bajar para cruzarme en su camino, para poder hablar con ella y aclarar lo que ella pudo haber visto.

Ella salió del lugar girando hacia atrás, con una prisa y nerviosismo sin ocultar. Al salir, me di cuenta, al igual que ella que miraba frenéticamente a sus alrededores, que estábamos en la calle de nuestra escuela, mostrándose está a unos pocos cientos de metros.

-¿¡Señorita, que hace allí!?—se escuchó a alguien gritar, lo que hizo que Saya diera un pequeño salto, y tanto ella como yo, en nuestras diferentes ubicaciones, dirigimos la mirada al lugar del grito, ella a sabiendas de o que vería, yo con curiosidad.

Allí, acercándose con bastante prisa, estuvo el que pude reconocer como el sujeto de negro que estaba resguardándola el día que la encontré en el hospital central.

Después de acercarse a Saya, notablemente alterado, parecía darle una reprimenda, a lo que Saya con los brazos cruzados y ceño fruncido desvió la mirada.

Luego de escuchar la mención del padre de Saya por parte de lo que supuse es su guardaespaldas, ella se estremeció, y su mirada parecía mostrar, que no le gustaría lo que vendría.

Fue así como ella ingresó al vehículo de la familia, y solo unos pocos segundos después, el guardaespaldas subió al asiento del conductor, y pude ver como comenzaban a alejarse del lugar, haciéndome sentir atado de manos ante la situación.

No sabía que debía hacer, ella sin duda había visto la escena entre Aya y yo, por lo que posiblemente había sacado ideas equivocadas de todo, pero, no sé si debería llamarla, mencionando que la vi, y, por lo tanto, teniendo que explicarle lo que realmente sucedió, lo cual es difícil, dado que todo gira en torno a mi identidad secreta. Quizás… solo quizás, sea mejor así, dándome tiempo para pensar en algo, rogaré para que así sea. Fruncí el ceño, pero mi día apenas comenzaba, un día que prometí a muchos problemas, y que no había comenzado de la mejor manera.

Di un último vistazo a la dirección por donde se retiró el vehículo de la familia Takagi, y por la misma ruta por la que había llegado, es decir, las azoteas, decidí dirigirme a la escuela donde Alice seguro esperaba.

/-/

Este no era solo otro día donde Alise era molestada por la mayoría de sus compañeros de clases, hoy también sería el día donde un familiar, más comúnmente los padres, asistían para ver a sus hijos mostrar su progreso en los estudios, y ver como se desenvolvían en clase.

Este último punto sería algo que Alice no quería mostrar a ningún miembro de su familia para no preocuparlos… también, porque a pesar de que ella callaba todo lo que sucedía allí, sus actuales compañeros no se detendrían, haciendo que ella se sienta humillada de que sus compañeros se burlaran de ella frente a sus padres.

Los padres se organizaban al final del salón, en orden de llegada, cubriendo esa parte del salón, mientras apoyaban, mayormente en un silencio educado, y sonrientes a sus respectivos hijos.

La clase del día, se trataba sobre escribir acerca de un miembro de la familia que ellos admiraran, por lo que, cada miembro presente, seguramente era la persona a la que cada alumno se referiría en su ensayo. Alise pensó que ella debería haber invitado a su hermano mayor, en lugar de su madre, ya que, el ensayo que ella escribió se trataba sobre él, pero si él hacía aparición, es muy posible que todos se rieran, no solo de ella, pero también de su querido hermano.

Bueno, todos, excepto un niño, el cual dirigió una mirada inocente a su costado. El niño se mantenía indiferente y era el único que no había sido parte del acoso por un simple hecho. Cuando los demás chicos se burlaban de ella y su hermano, lo invitaron a unirse a la conversación y él solo dijo.

-Eso no es algo que Powered Akira haría. Ustedes se están comportando como villanos. — tras esto, el chico fue apartado de los demás, no era objeto de burlas, ya que, primero, nadie usaría al héroe local como base para burlas, y segundo, el chico tenía una actitud bastante ruda, y nadie quería saber cómo sería en una pelea.

Alice volvió su mirada al frente, y pudo observar como una de sus compañeras leía su dedicatoria a su hermano mayor. Ella era una de las principales acosadoras de Alise, ya que ella presumía con fotos de su hermano, el cual ella presentaba como increíblemente genial. Ella presumía que su hermano era un ídolo que tenía cierta popularidad, y cuando Alise lo vio por primera vez en una de esas revistas que su compañera llevó a clases, ella solo pudo pensar que, no veía porque era un ídolo, ya que no era tan lindo. Su madre le dijo una vez que su hermano posiblemente la haya arruinado para juzgar la apariencia de los chicos, y que ella debería solo basarse en las emociones en ese sentido, pero ella no lo entendió completamente en ese momento. Simplemente, era honesta con lo que veía.

Su expresión sin cambios parece haber puesto a la chica al borde, y se había convertido en la líder de los acosadores. Luego del poema de la compañera de clases, aplausos vinieron de la espalda de los estudiantes, los cuales fueron, por supuesto, provenientes de los padres.

Cuando su compañera terminó la lectura, iniciaron los aplausos generales, de manera educada, pero no mucho después, se escuchó uno más animado, y Alice no pudo evitar mirar hacia atrás, al igual que muchas de sus compañeras, y notaron que era el hermano mayor de su compañera. El ídolo profesional saludó a las niñas allí, y la profesora, mientras guiñaba un ojo, lo que hizo que las demás chicas comenzaran a hablar animadamente entre ellas, mientras otras dejaban escapar un pequeño grito de emoción.

Al final, la compañera que leía, corrió desde su asiento hacia su hermano y le dio un abrazo, mientras lanzaba una mirada a Alice y sonrió al verla mirar fijamente en su dirección general, viéndose un poco contrariada. A diferencia de lo que pensaba esta compañera, no era por la muestra de afecto o la de supuesta demostración de diferencias entre su hermano y el de ella, como lo había dejado saber en el pasado. El punto que dejo a Alice con su mirada perdida y sin saber si era bueno o malo, era que ella, al mirar hacia atrás, hacia el público, ella no vio a su madre, la cual se suponía vendría. Ella se sentía sola ahora, pero también, sintió cierto nivel de tranquilidad, porque ella no descubriría como eran sus días de escuela, y no la preocuparía.

Volvió su mirada al frente sin un segundo pensamiento, ligeramente deprimida, pero tratando, y fallando, en no mostrarlo en su rostro. Fue entonces cuando la profesora llamó su nombre y ella se levantó de su pupitre y comenzó la lectura.

Su dedicatoria fue dirigida hacia su hermano mayor. Su amable hermano mayor, el cual ayudaba a mamá y papá con las tareas de casa, como la limpieza, o cuidarla cuando salían, su hermano que era una de las estrellas del club de atletismo de su escuela, y que ella había visto correr, su hermano que la protegía de cualquier peligro de la calle. Al final, ella incluso añadió, que su hermano era tan lindo, que incluso Oriha le trataba de convencer para que fuera un ídolo.

Tras esa última oración, un bufido se escuchó.

-¡Eres una mentirosa, solo estás colocando eso porque tienes envidia de mí y mi hermano, y quieres copiarme!—Gritó la compañera de clases, que había hablado previamente.

-¿Q… Qué? ¡No, no es cierto! —la chica solo sonrió cuando vio el nerviosismo de Alise.

-Es suficiente, chicas.—dijo rápidamente la profesora, normalmente dejaría pasar esto, y seguir con lo suyo, pero en este caso, necesitaba evitar cualquier tipo de discusión, ya que los padres y tutores legales de los alumnos estaban presentes. –Por favor, termina tu lectura.— Alice mordió ligeramente su labio inferior y retuvo sus lágrimas, y solo prosiguió.

Pero al final, ella era una niña de 6 años, por lo que estaba teniendo algunos problemas, al adivinar lo que sucedería al final de su corta lectura.

Fueron los padres de cada niño el que comenzaba los aplausos, y los demás lo seguían de manera cordial. Nadie había respondido en el momento de que su compañera hizo… eso, lo que era la confirmación de que su sobre protectora madre no estaba allí.

Ella simplemente no quería preocupar a ningún miembro más de su familia, por lo que lo soportaba en casa, mostrando un frente fuerte, pero aquí, mientras decía las últimas palabras de su ensayo, las lágrimas se acumulaban en los bordes de sus ojos.

Plas plas plas.

Los ojos de Alice se abrieron por la sorpresa, y así mismo se giró rápidamente hacia la entrada en la parte trasera del aula, donde la gran mayoría había girado. La mayor parte del estudiantado, tenían en mente algo similar a Alice, y estaban seguros de que nadie aplaudiría, por lo que les tomó por sorpresa al igual que a ella.

Allí estaba su hermano mayor sonriendo cariñosamente, y era quien estaba aplaudiendo.

Normalmente, luego de los primeros aplausos, los demás lo seguirían, pero en esta ocasión, el silencio envolvió el salón, solo roto por los aplausos que seguían proviniendo de su hermano. Las madres, los estudiantes, la profesora, todos habían quedado anonadados, y si no fuera por el movimiento de quien aplaudía, jurarías que el tiempo se detuvo.

Las bocas se habrían, los sonrojos corrían por la cara de casi todos allí. Sin importar nada, su hermano, el cual había dejado de aplaudir, se acercó a su pupitre y se arrodilló delante de ella, extendiendo una mano delicadamente hacia su rostro y secando una lágrima.

-Vamos a Casa Alice. — dijo con una mirada llena de comprensión y cariño, mientras extendía la mano hacia ella. Mano que ella ignoró en pos de lanzarse sobre su hermano mayor con un fuerte abrazo, el cual él devolvió, colocando su mano suavemente en su espalda.

-¡Sí, Onii-chan!—tras ella decir eso, él simplemente colocó su brazo como base para levantarla mientras ella seguía abrazándolo, pudiendo cargarla con un brazo, sin parecer que le molestara.

Mientras Alice se aferraba al cuello de su hermano en un fuerte abrazo, él hizo una pregunta.

-¿Alguien de quien quieras despedirte?- dijo suavemente, a lo que ella sacudió la cabeza en negación. Incluso la expresión triste del chico era extraordinariamente hermosa, al punto de tocar las emociones de las madres allí, que sin saber lo que sucedía, sentían que podrían llorar solo por ver la tristeza reflejada allí. Muchas expresaron esto, no solo en su expresión, sino que también colocaban sus manos en su pecho, como si el dolor que le transmitía fuera físico. Entonces, su mirada se endureció y pasó desde un rincón del salón, por cada alumno, profesoras y por último las madres allí.

Al final, solo suspiró, dio la vuelta con su hermana en sus brazos y abandonó el salón.

En la entrada, el chico imposiblemente atractivo se giró para cerrar, dirigiéndoles una mirada increíblemente fría, llena de apatía, y tan rápidamente como todo inició, así terminó.

El silencio en el salón tomo algunos largos segundos para cuando la primera persona reaccionó.

-Ara~- dejo escapar una de las madres sonrojadas con una mano en su mejilla. Eso fue suficiente para sacar del trance a los demás en ese lugar. Los niños prácticamente gritaron de sorpresa, sin imaginar que ese era el chico que ocultaba su rostro, otros, notaron el color de su pelo, que antes habían ignorado. Los murmullos crecían entre los padres, preguntándose si era algún actor famoso, y lamentando no haber podido fotografiarlo.

De pie incrédulo, con la boca abierta y ojos que no parecían creer lo que pasó frente a ellos, estaba la principal responsable del acoso a Alice. Su cara se transformó a una molestia y pateo uno de los pupitres, tras ver esto como una simple burla de su compañera, para humillarla.

No esperaba que el pupitre sea tan duro, y terminó sujetando su pie por el dolor mientras lloraba, tanto por el dolor, como por la humillación percibida.

Solo uno, el chico que nunca la había acosado, había puesto más atención al color del pelo del hermano mayor de Alice que los demás. Dado el fanatismo por el héroe local al ver la decepción en su rostro, el rostro de su posible héroe, era demasiado para que él mantuviera el silencio por más tiempo.

Era tarde para reparar el error con Alice, pero en poco tiempo, los padres enterados de cómo las profesoras y sus hijos fueron cómplices de acoso escolar, se harían sentir en ese pequeño lugar.

Esto no importaba, en términos generales, el acoso sucedía en cualquier parte del mundo, pero esta ciudad ciertamente amaba a su héroe local, y desde las noticias matutinas, las escasas personas de pelo blanco que mostraran el mínimo sentido de justicia, habían ganado un estatus bastante arriba de las personas normales.

La población ya había desatado toda su furia la noche pasada, ¿qué sería una escuela en comparación?

/-/

No hubo ningún problema al salir de ese lugar, lo que me terminó sorprendiendo ligeramente. Alice aún se abrazaba a mí, colocando su cabeza entre mi cuello y hombro izquierdo mientras la veía con ligera preocupación en su rostro.

-Bueno, eso fue bastante desagradable. —dije girando ligeramente para ver la entrada de la escuela. -No te preocupes Alice, este será el último día en que tendrás que volver a este lugar. —esto ciertamente llamó la atención de mi pequeña hermana, la cual la sentí moverse por la sorpresa. Alejó lentamente se rostro de mi cuello para mirarme fija y tímidamente con sus grandes y brillantes ojos, tan rosados como los pétalos de Sakura.

-¿De verdad, Oni-chan?—preguntó, su voz ligeramente llorosa.

-De verdad. —aseguré con una sonrisa. Alice parecía querer decir algo, su boca abriendo y cerrando temblorosa, pero simplemente terminó volviendo a enterrar su cabeza entre mi cuello. –Gracias, Onii-chan. —dijo, su voz acuosa.

Dimos un pequeño paseo, y compré un helado para Alice, el cual realmente lo estaba disfrutando, cuando note una cabina telefónica, lo cual era perfecto, si no querías ser rastreado.

Era un buen momento para llamar al oficial Mido. Al llamar desde una cabina, no podría ser rastreado, por lo que era el punto principal, pero también, quería acabar con mi inquietud, saber si era muy tarde, y el canon cambió demasiado, o si ese evento tan importante aún sucedería.

La respuesta inicial de Mido fue de una persona realmente cansada, pero al escuchar mi voz ligeramente profunda como la use la noche pasada, su actitud cambio

a una más gruñona. Sin embargo, como el profesional que sé que era, compartió la información que había recopilado.

Para mi alivio, ciertamente un carguero llegaba. Un poco pronto porque era esta misma noche, pero no era algo fuera de mis predicciones. Fue momento de compartir mi plan de manera un poco apresurada. Dirigí mi mirada hacia Alice, la cual parecía disfrutar de su helado, y disfrutando de la vista, pareciendo ignorar mi actual llamada. Normalmente, no sería buena idea hacer esta llamada frente a nadie, pero Alice aún era muy joven y la mayoría de la conversación seguramente pasaría por encima de su cabeza sin darle la mayor importancia. Con eso en mente proseguí con la llamada.

El plan que transmití a Mido fue simple, y es más que nada, mi plan de contingencia en caso de que yo pierda de vista a los villanos en su escape. No soy perfecto, no puedo predecir el futuro, por lo que, un pequeño seguro no está de más. Claro, no significa que Mido estaría de acuerdo con mi plan, dejándolos como meras fichas de respaldo. Él dejó muy claro su desacuerdo con mi plan, pero no tenía el tiempo ni estaba en el lugar para discutir esto a fondo, así que me arriesgué un poco y colgué la llamada como si hubiese terminado. De esta manera volvería a dedicar mi atención a la actualmente sensible Alice, y dejaría a Mido con el único plan hablado, sin dejarle mucho espacio de maniobra, teniendo que ayudar de esta manera.

Fue así como proseguí con mi día libre con Alice, navegando por la ciudad, olvidando todo lo que pasó o pasaría más adelante, y concentrando este momento a mi pequeña hermana. Cuando pasábamos por un área sin peatones, pasos fuertes y apresurados se escucharon acercarse.

Alice giró primero, sobresaltada al sentir los pasos apresurados detrás de nosotros, pero se tranquilizó rápidamente, y fingí que no sabía nada y giré casualmente, para luego mostrarme algo sorprendido al ver a una agitada Sayo y una sudorosa y algo encubierta Oriha. Es decir, Oriha llevaba una gorra y mascarilla ahora, es posible que en medio de la persecución de la mañana, algo pasara y la reconocieron como la ídolo que es. Pero supongo que era momento de seguir con el papel del chico ignorante de la situación.

-Sayo-nee, Oriha-chan, ¿Qué hacen aquí?—pregunté, intentando inyectar curiosidad en mi voz, ya que era bastante obvio que ellas no deberían estar aquí. Quiero decir, Sayo debería estar en el hospital, y Oriha, Bueno, a pesar de que ella es un ídolo, ella es más parecida, una bala perdida, así que en ese sentido, no sería sospechoso.

Sin una respuesta, Sayo me dirigía una mirada intensa y comenzó a caminar hacia mí, su aliento un poco agitado, quizás por correr por todos lados buscándome desde esta mañana.

Al llegar frente a mí, extendió sus manos hacia adelante, y me tomó por los laterales del cuello de la chaqueta. No hizo ninguna fuerza para levantarme ni nada parecido, más bien, consideré que era una forma de mantenerme allí, sin posibilidades de escape, y vernos fijamente a los ojos.

-¿¡Por qué!?—jadeo tratando de recuperar su aliento, sin romper el contacto visual. Nunca la había visto tan seria como en este momento, por lo que, le devolví la mirada.

Yo supuse que ella se refería a ocultar mis verdaderas habilidades, o al menos ella creería que son mis verdaderas habilidades. Después de todo, ella viene acompañada de Oriha, la testigo de muchas de las cosas acontecidas ayer.

Mi mirada se deslizaba a una triste, pero de comprensión, al entender que ella posiblemente se sentía traicionada por alguien similar a ella. Pero por esa misma razón, ella no debería sentirse así, ya que, ella debería entenderme más que nadie.

-¿¡PORQUE!?—esta vez gritó, sacudiéndome un poco. Suspiré con los ojos cerrados, y luego al abrir mis ojos con calma, devolví la mirada hacia ella. Mientras notaba por la periferia de mi mirada a una confundida Alise y Oriha, las cuales miraban entre ambos, la más adulta con más nerviosismo visible que la menor.

-Nee-san. —comencé, intentando transmitir algo de mi desánimo por el tema, mientras ella me escuchaba con atención. —Tú, entre todas las personas del mundo, debería entender por qué lo hice. Porque eres igual que yo.— hice una pausa y mi mirada se desviaba ligeramente a un costado. —quizás no. Por eso estás aquí, ¿no?—

Sayo titubeó, reconocible ante el ligero estremecimiento de sus brazos.

-Es verdad.- respondió en lo que solo pude describir como un tono sombrío. -como podríamos siquiera ponerte en duda, después de todo, has mantenido tu promesa.- su voz era baja, pero eso no fue lo que llamó mi atención, sino la mueca que se había dibujado en la cara de Oriha tan solo por un segundo tras la declaración de Sayo.

Y gracias a esa expresión de Oriha, en esa oración en específico, fue en ese momento que comencé a pensar que, quizás, y solo quizás, no fueron los miembros de Black label los que mataron al grupo terrorista en la sala de transmisión. Si ese es el caso, podría estar en un problema serio.

Fue cuando una pequeña, pero desagradable sensación familiar volvió, y la reconstrucción de lo que sucedía, se hizo sombría en mi mente.

Con la comprensión desarrollándose en mi mente, gire mi rostro a nuestra derecha, allí, sorpresivamente no tan lejos como pensé, sobre un pequeño edificio de 5 pisos, estaba lo que pude reconocer como Miki tsurugi el francotirador de Black Label. Sentí su mirada en mí, y como si una señal invisible fuera activada, pude ver una bala aproximándose a mí, sin apenas un ruido.

Por lo que, rápidamente empujé a Sayo hacia atrás para separarme de su agarre, logrando retroceder ligeramente hacia atrás, lo suficiente para ver el proyectil pasar frente a mí, arrancando pelo del mechón en mi frente, no solo demostrando quien era el evidente blanco, sino que, noté el objetivo, mi ojo derecho. Ese disparo tenía toda la intensión de acabar con mi vida. Al impactar con el árbol a mi costado, el grueso tronco no pudo resistir el impacto, y luego comenzó a caer.

Mi cabeza giró hacia lo más importante para mí en ese momento, mi hermana pequeña. Esta se había agachado en cuclillas, sus manos cubriendo su cabeza y muy asustada.
Noté como Oriha parecía ver a mi aterrada hermana también, mientras Sayo estaba en estado de shock, para consecuentemente desviar su sorprendida mirada de mí, al edificio a nuestro costado, pareciendo identificar a la atacante, lo que cambió su expresión a la de una furia ardiente. Sin embargo, no es algo a lo que le puse mucho pensamiento, dado que había cosas más importantes. Esa loca en el techo de ese edificio no tardaría mucho en reanudar su ataque.

Me interpuse entre mi hermana y Oriha, extendiendo mis brazos, la cual se detuvo al verme.

- Aléjate de mi hermana.- gruñí, mi usual cortesía en ningún lugar.

Sin esperar una respuesta, cargué a Alice al estilo princesa, aun llorando por el susto y con la cabeza enterrada en mi pecho. Le dirigí una última mirada a una sorprendida Sayo y salte al segundo piso de un edificio cercano, buscando cubrirme del ataque del francotirador.

Fui un tonto. Pensé que, luego de todos estos años relacionándome con ellos, habría ganado la suficiente confianza como para mantenerme en su lado bueno, al menos neutral. Si no fueron ellos los que acabaron con los terroristas, pensé que me darían el beneficio de la duda, pero la realidad muestra algo muy diferente. Ahora entiendo que, solo me veían como una herramienta que acaba de demostrar estar defectuosa.

/-/

-¡espera!- Gritó Sayo extendiendo la mano en dirección a hacia Akihiko.

¿Cómo había terminado esto así?
Luego de su búsqueda toda la mañana intentando encontrar Akihiko y tener algunas respuestas, lo encontró con su hermana pequeña al lado de una cabina telefónica.

Ella no pudo contenerse y se lanzó hacia él, reteniendo por el cuello de la chaqueta y exigiendo respuestas, del porqué les ocultó sus verdaderas habilidades.

Ella fue una tonta. Concedido, ella no es la más aguda en Black laber en términos de análisis, pero cuando le vio bajar la mirada y hablar, se sintió avergonzada.

¿Cómo no lo sabía ella? Era lo mismo. Ella misma ocultaba sus habilidades al mundo para no ser tratada como un monstruo. Ella solo pudo imaginar cómo se sentía. En aquel momento solo pudo dar una corta respuesta, cuando vio que su actitud cambiaba y la empujaba hacia atrás, antes de que el árbol que estaba a su costado estallara.

Sus ojos estaban muy abiertos, pero ella ya estaba acostumbrada a este tipo de cosas gracias a sus actividades nocturnas. Fue por esto que ella se recuperó rápidamente y lo vio observar hacia su izquierda, a lo que ella intentó seguir su mirada. Allí Sayo la vio, era apenas visible, pero aún reconocible para cualquiera que la conozca. Alguien con quien había discutido fuertemente esa mañana, y sin duda Akihiko también la reconoció, a esa mujer que siempre veía en la oficina de Yuuko, demostrando su asociación. Sayo pensó que solo se podía lastimar genuinamente a alguien de manera física, pero la mirada que le envió Akihiko, una mirada herida y traicionada, fue tan impactante para Sayo que no pudo detenerlo, y era tarde cuando las personas comenzaron a salir de los establecimientos cercanos, para presenciar lo que sucedía.

Encima de un pequeño edificio cercano estaba Miki Tsurugi, con la espalda contra un muro respirando rápido y pesadamente, con pánico evidente en su expresión. Esa cosa lo había eludido. Ella había tenido la fortuna de estar en una estructura cercana, lo suficiente como para que el tiempo que el disparo necesitara llegar al blanco fuera escaso, mientras apuntaba a los ojos, la parte más fácil de penetrar en el cuerpo, seas humano o animal.

Ella disparó con un potente rifle antitanque con un eficiente silenciador, y de alguna manera, él había eludido, incluso con la desventaja añadida de que Sayo lo sujetaba. Luego de fallar, él la había mirado fijamente, y ella no tenía duda de que él la había identificado, ya que pudo notar el reconocimiento en su expresión.

¿Qué había hecho ella al fallar? ¿Cómo condenó ella a todos? ¿Cuándo vendría él por ella? Ella ya no pensaba claramente, así como tampoco notó como una familiar mujer de pelo azul, abría la puerta de la azotea donde estaba y le dejaría saber de la manera más violenta posible, lo que pensaba de su pequeño truco.

/-/

Al tiempo no le importan cosas tan superfluas como traiciones de toda una vida, es solo una de las incontables acciones que pueden encontrarse a lo largo de su flujo, y, por lo tanto, la noche llegó.

Así mismo, no importa cómo yo me sienta al respecto, esto era algo que no podía dejar de hacer, no importa cómo me sintiera, por el simple hecho, de que la vida de millones, incluyendo la de mi familia, dependía de lo que sucediera esta noche.

Por eso estaba allí, sobre la pila más grande de contenedores del lugar, para rastrear, no la llegada del barco carguero, que había arribado hace un par de horas, sino de los responsables de la liberación del virus.

No los vi llegar, por lo que me sorprendió ver a alguien vestido totalmente de negro, con su cabeza cubierta por algo parecido a una máscara negra ajustada, con un medio cráneo inverso en el, salir del carguero.

Y en ese momento, a la distancia, se veían unas luces acercándose en la solitaria noche. Fue entonces cuando el tipo de la máscara se detuvo y llamó por una radio. Solo unos segundos después, pude escuchar el resonar de unos pasos apresurados en el silencioso depósito. Fue cuando me di cuenta de que no había llegado tan temprano como lo pensé inicialmente, ya que ellos habían estado aquí, solo que, no los había notado, como ellos no me habían notado.

Miré nuevamente en dirección a las luces que se aproximaban, y noté que eran Yuuko y Sayo, ambas en motos personalizadas, pero me di cuenta de que faltaba alguien. En el capítulo del puerto, eran ellas las que actuaban, pero también Miki, y aunque su ausencia podría significar varias cosas... yo no podía detenerme a meditar sobre ello, no ahora, este evento era demasiado importante como para desconcentrarme. Fue así como vi a alguien de apariencia normal, posiblemente un minion de la organización antagónica manejando una grúa de carga, el cual dejaba caer algunos contenedores de gran tamaño sobre Yuuko y Sayo, las cuales había comenzado a analizar el área, logrando separarlas. Fue cuando los villanos decidieron presentarse frente a cada una. Yo, por otro lado, ignoré eso, y rastree al enmascarado de negro, el cual a diferencia de la serie, no fue detenido mientras se alejaba de las dos luchadoras, logró subir a un helicóptero que lo recogió... a él y sus dos maletines. Mientras saltaba entre edificios y me ocultaba, facilitado por la oscuridad de la noche y mi traje de héroe, vi como algunas patrullas de policía seguían la ruta del helicóptero sin encender sus sirenas. Cuando uno lo seguía por mucho tiempo, se desviaba y otro auto de apariencia civil tomaba su lugar.

Parece que Mido está cumpliendo con su parte, y no dejándolo fuera de la vista.

Fueron 18 minutos de persecución, y tomando en cuenta de que seguían un helicóptero, era algo remarcable. Los vehículos policiales tuvieron que dejar de seguirlos, cuando el helicóptero sobrevoló una propiedad amurallada. No parecía nada militarizado, solo una vieja propiedad, pero si mirabas de cerca, podrías notar las cámaras de vigilancia, cosa que los oficiales de turno parecían notar, fingiendo estar perdidos y luego volviendo. Fue un buen trabajo, en caso de que yo lo hubiese perdido, pero yo estaba aquí, así que sin problemas y con una velocidad que superaba la percepción humana, salté el muro y me moví, sin ninguna intensión de terminar la persecución.

No fue mucho tiempo después cuando el vehículo aéreo dejó al enmascarado, el cual se quedó de pie, viendo su reloj, frente a lo que parecía una construcción abandonada. Bueno, no esperaba que ellos fueran realmente originales con su base. No actué inmediatamente, y tenía mis razones. Primero que nada, la misma razón por la que él parecía esperar en lugar de ingresar inmediatamente, y eso era, la espera del resto de ellos en la serie al final del capítulo, donde toda la banda se reunía, y esa era la razón que yo esperaba, era la razón por la que no los ataque en el puerto, y simplemente los seguí. Yo atacaría, cuando todos los cabecillas estén reunidos.

Fueron alrededor de unos 15 minutos más, cuando un vehículo se acercó, desde la ruta por la que vine, y se detuvo frente al enmascarado. De allí salió el resto de la pandilla... aunque ciertamente pude notar algo diferente al canon desde donde me encontraba.

En esta organización había dos gemelas, las cuales poseían súper fuerza gracias al virus D99 al igual que Sayo, y además de la ventaja física que poseían sobre la mayor parte de la población, ellas disfrutaban de emboscar a las personas desde atrás. Fue por esta razón por la que, en mi entrenamiento con Sayo, le enseñé a contrarrestar ese tipo de ataques, y por lo que veo, fue efectivo, ya que una de las hermanas estaba bastante golpeada y siendo ayudada a caminar por su gemela con tal de no caer.

Así, luego de un intercambio de palabras rápido, se dirigieron a una de las estructuras allí, ingresando organizadamente.

Esperé un poco antes de seguirlos, eliminando cualquier cámara en mi camino antes de ser notado. Todo tenía que terminar esta noche, y yo ya estaba mentalizado para lo que pasaría.

Tomé una respiración profunda, y caminé al interior.

/-/

La noche no fue como esperaban. Eso no quiere decir que fue mal, sino todo demasiado fácil.

Ellos estaban listos para que Black Label apareciera, por lo que enviaron a sus miembros más poderosos.

Kaori y Kaoru Murasaki, las cuales tenían su fuerza incrementada gracias al virus D99, se enfrentarían a la chica peli azul, la cual se había confirmado, era también una persona potenciada de la misma manera que las gemelas. Del otro lado, Mr. Astro, el cual era no solo el más fuerte físicamente, sino que también estaba entrenado para la batalla, como uno de los guerreros antiguos narrados en historias, tan hábil, que sin duda podría acabar con la miembro de Black Label que le tocó como oponente, el espadachín de pelo rosa y grandes melones.

Ambos enfrentamientos comenzaron para cubrir el escape de D, el miembro de su organización que traería las muestras del virus que querían. En ese sentido, todo fue sobre ruedas, pero...

Mientras Mr. Astro parecía disfrutar del enfrentamiento, habiendo encontrado a una luchadora digna, las gemelas parecían no tenerlo tan fácil. Su estrategia era en la mayor parte del tiempo, la distracción y ataque sorpresa por la espalda. En esta ocasión, ese mismo ataque resultó desfavorable, cuando la chica de pelo azul, logró utilizar el suplex usado en ella, contra Kaori, lastimándola seriamente. Parecía no ser un buen día para la chica de pelo azul, ya que luchaba como un animal salvaje, gruñendo y gritando, mientras, curiosamente, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras golpeaba a ambas hermanas, una más que otra, sus ojos siquiera estaban realmente enfocados en ellas.

Fue esa falta de concentración que permitió que Mr. Astro lograra herirla. Lamentablemente, para ellos, la herida no logró golpear un punto vital, dada la interferencia de su compañera, pero fue suficiente como para que esta se colocara protectoramente frente a la peli azul, y su grupo lograra escapar, cuando algunos secuaces cubrieron su salida, lanzándose contra ella.

Fue así como un vehículo los tomó y llevo a la entrada de su base, donde D los esperaba. Incluso él, no esperaba que las gemelas, en especial la más agresiva de ellas, resultara tan maltratada del encuentro, pero poco importaba, ya que la meta se cumplió y tenían el virus. Con esto, ciertamente, los planes se adelantarían mucho.

Llegaron a una sala ligeramente oscura, iluminada en su mayoría por la gran cantidad de monitores plagando las paredes, y una chica de pelo verde frente a un teclado. Lo que hizo que D levantase una Ceja bajo su casco, no fue esta escena, lo cual era típico para él, sino la chica que tecleaba furiosa ignorando su ingreso.

-¿Pasa algo Makiishi?—Kaname Makiishi solo vio a un costado, con preocupación e irritación evidente en su cara, y volvió a enfocarse en un monitor que solo presentaba estática.

-Creo que, podríamos no estar solos. —ella era alguien que daba un constante mantenimiento a sus aparatos, por lo que las averías estaban fuera de la cuestión para ella, y no solo eso, Makiishi era consciente de que esa cámara dejo de funcionar justo cuando los demás ingresaron. Para ser una coincidencia, era demasiado.

La expresión de D se endureció, mientras las hermanas parecían no comprender lo que quería decir su camarada. Por otro lado, Mr. Astro miraba hacia la puerta por donde vinieron, como si pudiera sentir algo invisible para los demás. Lamentablemente, el hablar no era su punto fuerte, por lo que, en parte, él fue responsable de contribuir a la tensión que comenzaba a reunirse allí. Ellos no tenían miedo de enfrentar a ninguno de sus posibles enemigos, pero, su princesa se reuniría con ellos allí pronto, por lo que, cualquiera que pudiera ser peligroso para ella, debía ser eliminado.

La sospecha de Kaname Makiishi resultó ser cierta, cuando la perilla delante de ellos giró lentamente, y detrás de ella, se asomó un sujeto vestido en su totalidad de negro, y al igual que D, tenía un cráneo como vanguardia en su casco. No fue necesario hacer presentaciones, ya que ellos mismos habían estado realizando algunas tareas a lo largo del día, relacionadas con este tipo y la eliminación de su compañera, Siren.

-¡¿Qué mierda!? ¿¡Cómo llegó este bastardo aquí!?—Grito Kaori Murasaki, la más agresiva de las gemelas, pareciendo olvidar parcialmente su dolor físico.

-¡Es Genial Kaori! Ahora podemos pelear con él, justo como querías.—expresaba la más animada de las hermanas.

Por otro lado, tanto D como Mr. Astro analizaban en silencio al intruso que tan casualmente ingresó a uno de sus escondites sin ser detectado. Entrecerraron los ojos, ya que no habían olvidado como esta persona frente a ellos, fue responsable de la captura, y muy posiblemente cómplice del asesinato de uno de sus miembros. Todo el audio se registró ese día, y saben que él estuvo solo contra varios mercenarios armados, pero, eso era algo que otra persona en esa habitación podría hacer. D miro de reojo a Mr. Astro, ya que fácilmente él podría hacer eso, y su confianza se mantuvo.

Por otro lado, Mr. Astro miraba la forma de caminar del intruso, analizando todo sobre él, su movimiento, equilibrio, y una especie de aura sin forma que desplegó una presión en el lugar. No lo había sentido nunca viniendo de ningún oponente, pero supuso que esto era la intensión de matar. Para poder proyectar algo así, esta persona debía ser un artista marcial de un nivel nunca antes visto por él, lo que hizo que su piel se crispara de emoción. Él simplemente sonrió bajo su máscara. Es posible, que su meta sea cumplida este día, la razón por la que se unió a esta organización, buscar a un guerrero digno, capaz de matarlo.

Mientras, el último miembro de la organización, Kaname Makiishi, una chica de un largo pelo verde hasta la cadera, y cadenas gruesas en el cuello y una especie de destapador de lata en la lengua, como si fuera un pircing, se mantenía cerca de las máquinas, y su mano se movía lentamente a un botón en su teclado.

Se escuchó el choque de metal, y ella giró por reflejo al área donde estaba el intruso. Justo en ese momento, un objeto a increíble velocidad se estrelló contra su monitor a su costado, destruyéndolo por completo y fallando por milímetros su cabeza, pero cortando un poco su mejilla.

Ella estaba en shock, ya que aún no comprendía lo que sucedió. Vio al vigilante con la mano extendida y Mr. Astro con su lanza desplegada a un costado, pero para sorpresa de esta, notó el temblor en el brazo de Mr. Astro. Cuando ella giró ligeramente a ver lo que quedaba de su computadora, observó que lo que se usó como proyectil, era una silla desplegable metálica.

El brazo de Mr. Astro se sentía entumecido. Había un protocolo en caso de intrusos, y sabía que Makiishi a sus espaldas lo activaría, pero parece que no fue lo suficientemente sutil, cuando notó que el intruso la miraba y tomó una pequeña silla plegable de metal en su paso. Siendo consciente de lo que podría pasar, Mr. Astro extendió su lanza rápida y protectoramente entre el intruso y su aliada, solo que, no podría haber pensado la velocidad con la que esa silla fue disparada. Fue solo la casualidad que le permitió desviar lo suficiente esa silla, como para que Makiishi no terminara con la cabeza aplastada en contra de esa pantalla.

Esto, esto lo sorprendió y no solo a él, por una simple razón. Era muy conocido que, este vigilante no mataba, o al menos así lo pintaban los medios, pero sin dudar fue tras la vida de uno de ellos. Lo que sorprendió sobre manera a Mr. Astro, fue su fuerza. Él imaginaba que este sería un ágil guerrero, similar a el espadachín de pelo rosa en el puerto, esa que era miembro de Black label, pero parecía que esto, no sería como lo imaginaba.

-¿Por qué?—fue lo primero que dijo el intruso, mientras miraba su mano mientras la flexionaba, su voz no tan profunda como la que se escuchó en las grabaciones.

-¡No se dé que mierda hablas, pero sé que no me importa!—Grito Kaori, la cual, gracias a un impulso de su hermana Kaoru, llegó como una bala contra él, su puño revestido con una gran manopla de acero, hecha para realzar su fuerza. Fue realmente un ataque rápido, que daría lugar a una dispersión de los miembros y comenzar un ataque, en caso de que algo quedara del oponente. Plan arruinado por un simple movimiento de la mano del intruso, el cual, de una manera rápida y fluida, atrapó el puño de la mujer sobre humana, como si fuera de una niña. Incluso el suelo bajo sus pies se hundió ligeramente y el polvo a sus alrededores se levantó. Cuando la fuerza de gravedad reclamó a la pelirroja que se mantenía en el aire gracias a la fuerza con la que fue lanzada, una patada impactó en su estómago, disparándola de vuelta de donde vino; sin embargo, en este caso, nada evitó que se incrustara en la pared, dejando grandes grietas a los alrededores. La pelirroja violenta solo pudo expulsar una gran cantidad de sangre por la boca, mientras sus ojos solo podrían mostrar sorpresa ante lo ocurrido.

La mirada de todos los miembros viajó desde su camarada incrustado profundamente en la pared, hasta el intruso que casualmente bajaba su pierna luego de tan devastador golpe.

-No se imaginan como los odio, a cada uno de ustedes, por obligarme a llegar a este extremo.— el intruso cerró los puños con tanta fuerza que el material del que están hechos los guantes, chirriaron. –¿Hacer que el mundo se vaya a la mierda solo por su capricho? ¿Diversión? ¿Por qué ustedes creen en serio que están por encima de los demás humanos?—él simplemente bufó- La respuesta ya no importa.—dijo mientras comenzaba a caminar en dirección al grupo.

Mr. Astro fue el primero en colocarse frente a D, cubriéndole.

-Mocosa, más vale que vengas aquí.—dijo D dirigiéndose a Kaoru, la hermana gemela que aún estaba intacta, la cual parecía tremendamente preocupada por su hermana, pero luego del llamado de D, miró llena de indecisión entre su hermana y el intruso, hasta que la furia llenó su expresión.

La tensión crecía cada vez más en el silencio opresivo de ese salón.

El silencio se rompió por la tos de la gemela incrustada en la pared, la cual tosía sangre, y abrió un ojo, mirando con furia, pero también con aparente agotamiento al intruso.

-¡Kaori!—gritó un poco más aliviada al ver viva a su hermana, porque no estaba segura de cómo Kaoru tomaría esa patada, ya que la fuerza fue superior, incluso de la nee-san de pelo azul del puerto.

La única razón por la que su grupo no había arremetido contra este vigilante, era la sensación de fatalidad que cargaba, y que ninguno de ellos nunca habían presenciado, atrapándolos como novatos por primera vez en años.

El tipo bufó de evidente irritación, y D, intentó probar algo, mientras veía como Kaname, la nerd de pelo verde, se había lanzado al suelo, fingiendo estar en pánico, luego del ataque previo contra su vida. La arquitectura irregular del lugar, por primera vez, resultó de ayuda, ya que, con solo agacharse, estaba fuera de la vista de este tipo. D, por supuesto, sabía qué había en una trampilla en el suelo, cerca de su ubicación, por lo que haría algo de tiempo. Él no se arriesgaría con un ataque frontal, puesto que desconocía las habilidades completas del intruso, pero únicamente por lo mostrado y las grabaciones de audio donde perdieron a un compañero, lo mantuvieron cuidadoso.

Mr. Astro estaba en su posición de lucha habitual, lo que, a ojos de los novatos, podría confundirse con una guardia baja. Entonces D levanto una mano, evitando que la otra gemela se lance al ataque y ganando el tiempo para comprobar algo que lo molestaba.

-Dices que nos detendrás antes de que llevemos a cabo nuestro objetivo. ¿Cómo podrías tu saberlo? Podríamos ser una organización benéfica, por lo que se sabe de nosotros.—dijo el tipo, con varias armas de fuego en su cintura, con un cráneo en su casco, su discurso desapasionado.

El intruso solo lo miró fijamente. Y cuando el silencio atentaba con delatar el movimiento de su camarada y D pensaba proseguir, el intruso habló.

-Un virus lo suficientemente poderoso y contagioso como para sumergir a la sociedad en el caos y la decadencia, eso es lo que ustedes intentan liberar. ¿No es por eso que buscaban esto en el puerto?

D solo parpadeó sorprendido. Él no sabía cómo o cuando, quizás en los cortos segundos donde todos miraron en dirección a la silla lanzada, o cuando una de las gemelas fue clavada en la pared, pero ahora, en las manos del intruso, estaba el maletín con el virus D99 y el suero que en cierta forma, podría denominarse, su cura.

Parece que este sujeto los había investigado de alguna manera, a pesar de que su organización se había asegurado de borrar sus huellas, tanto físicas como digitales, de cualquier operación donde se involucraron.

El tipo dejó caer el maletín al suelo, lo que hizo que D, quien conocía lo delicado que era el contenido en el interior, abriera los ojos, ante lo que supo sin dudas lo que seguiría, cuando el intruso comenzó a levantar su pie. Con la fuerza que había demostrado previamente, podría destruir el valioso interior.

Sin embargo, la espera había terminado. Mientras el intruso bajaba su mirada ligeramente hacia el maletín que pensaba pisotear, un objeto fue lanzado rápidamente desde la espalda de D, y siendo este objeto algo que D esperaba, actuó. Fue de una manera veloz, como si de un vaquero del viejo oeste se tratara, que D levantó su arma y apuntó a dicho objeto. Cuando el objeto estuvo lo suficientemente cerca para hacer daño al objetivo, pero no tanto al maletín, D disparó.

La granada fue impactada en una distancia ideal, demostrando las habilidades con un arma, que poseía el enmascarado de negro. La explosión, en lugar de lanzarlo lejos, solo lo desplazó a unos metros del maletín, derrapando sin despegar sus pies del suelo, pero en ese momento, Mr. Astro y Kaoru, ya se habían lanzado al ataque, viendo la apertura y no desperdiciando ese instante.

Mr. Astro lanzaba una lluvia de estocadas con su lanza, a una velocidad difícil de seguir con el ojo humano común, mientras la hermana gemela aun intacta, trataba de rodear, lanzando golpes cuando pensó que estaba en un punto ciego. Para sorpresa de estos, incluso con ambos atacando seriamente, el intruso eludía rápida, y ágilmente.

Si Mr. Astro podría añadir una descripción a ello, diría que de forma casual.

Mientras D se acercaba al maletín, colocó su contribución al ataque, disparando de manera certera. Ese disparo fue apuntado a la cabeza. Normalmente, cualquiera que haya escuchado sobre este vigilante, también estaría consciente de que su traje era aprueba de balas, justo como su casco. Esto era algo que D aprovecharía, la confianza del sujeto en su protección.

¡BANK!

El disparo fue expedido, rápido y certero, mostrando lo talentoso que era D. Justo como lo pensaba este, el sujeto no evadió, sea porque no pudo o no vio necesario, lo cual le ralentizo. La bala ingresó por la cien del casco, haciendo que el movimiento del sujeto se detuviera de inmediato, y Mr. Astro lanzara un poderoso golpe de lanza, el cual lo envió volando tan rápido como él había enviado a su camarada.

El polvo se levantó, e incluso algunos segmentos de concreto de la pared donde se estrelló, cayeron sobre este.

-¡Ja! ¡Toma esa imbécil! Se burló Kaoru, al ver como el intruso que había pegado a su hermana tomo una prueba de su propia medicina en una dosis mayor.

-Sabes que posiblemente él no puede oírte ahora, ¿verdad?—decía D, mientras enfundaba su arma y se agachaba para tomar el maletín.

-Pff, no me importa, quería decírselo al idiota, incluso si está muerto.—refuto Kaoru de manera infantil, cruzando los brazos.

Mr. Astro aún estaba de pie, mirando en dirección al lugar donde se estrelló el intruso. Un poco desilusionado, pero no había nada que hacer. Había pocas, si no, ninguna persona, que resistiera a una bala en la cabeza, eso lo incluía. Fue un final poco honorable para un guerrero que parecía haber pulido sus habilidades a un punto tan alto, realmente una pena.

Cuando el polvo se disipó, allí estaba el cuerpo, sentado sobre escombros, como si simplemente estuviera descansando, mientras veían que el agujero, y consecuente impacto contra las rocas, había destruido una parte del casco, más específicamente la parte izquierda superior.

Pudieron confirmar, que como las noticias y rumores, así como la película, no se habían equivocado, y él tenía el pelo blanco, junto con ojos azules. Era extraño, la sensación ominosa de peligro aún no había desaparecido por completo, o quizás ¿era solo la adrenalina?

Al inicio no lo entendieron completamente. Ellos pensaban que él había muerto con los ojos abiertos, y clavados en su dirección, pero entonces, luego de unos largos segundos, él parpadeó.

-Ahora, eso no lo esperaba. —dijo secamente, mientras se levantaba y se limpiaba el polvo del pantalón.

¿Qué mierda?

D entrecerró los ojos, mientras lentamente tomaba el maletín, para consecuentemente alejarse con cautela. Entonces era cierto. Justo como su camarada había deducido en aquel evento, este tipo es un Jet injector, pero a diferencia de los demás, este parecía haber recibido dos incrementos de habilidades en lugar de uno. Superfuerza y piel duradera, a prueba de balas. Esto se estaba complicando.

D miró a Mr. Astro, aunque una piel dura no significa que tus intestinos y órganos lo sean, por lo que una forma de matarlo, sería usar suficiente fuerza, lo que, parecía ser más de las que ellos poseían actualmente, ya que sobrevivió al ataque anterior.

Mientras Mr. Astro y Kaoru se lanzaban nuevamente contra el tipo, D se dio cuenta para su sorpresa, que los músculos de su organización no saldrían bien parados de esta pelea, por lo que decidió que tendría que haber sacrificios por el bien mayor.

D lanzó una mirada de reojo a Kaname, la cual no le devolvió la mirada a su pesar, sino que observaba en dirección a la batalla, estando está bastante sorprendida. Este jiró en la dirección donde ella se enfocaba y para su ligera sorpresa, vio como el intruso se quitaba el casco. Él debe decir, no fue nada de lo que esperaba. El tipo parecía un supermodelo frágil, pero su presencia hablaba de lo contrario. Hizo tronar su cuello luego de mover su cabeza de lado a lado, y con una mirada sin brillo en sus ojos avanzó hacia la vanguardia, es decir, Mr. Astro y Kaoru.

-Terminemos con esto. —su voz fue desapasionada, como si todo esto fuera un simple inconveniente menor. Esto parecía comprobarse, ya que cuando Mr. Astro se lanzó nuevamente al ataque, con una lluvia de estocadas que eran solo un borrón a los ojos de los presentes allí, este evadió mientras avanzaba hacia él, y tan rápido que casi podrías jurar ver imágenes residuales. Al acercarse lo suficiente, su mano se disparó a una velocidad loca, y se enterró hasta el antebrazo en el costado de Mr. Astro, el cual se dobló de dolor. Esto le dio una pausa a Kaoru, la cual miraba con inmensa sorpresa y pánico, ya que ella era consciente de la diferencia de habilidades entre ella y Mr. Astro, y para ser testigo de esto, ella solo pudo retroceder inconscientemente hacia atrás, chocando con su hermana herida, la cual se había acercado, y terminó igual de sorprendida.

D ya podría saber cómo iba a terminar esto, por lo que llevaría a cabo su plan, incluso si algunos sacrificios se llevaban a cabo.

Cuando el intruso intentaba sacar el brazo del cuerpo herido de su gigante adversario, Mr. Astro tomó su brazo con ambas manos mientras respiraba pesadamente.

-Aahh, que maravilloso despliegue de habilidad y poder. —fue lo que dejó salir entre una tos llena de sangre.

Fue cuando al fin Kaname volvió en sí, y miró a D, el cual asintió muy seriamente. Kaname tragó en seco, pero no hizo ninguna queja, y simplemente tomó la última granada que ella había encontrado, y con un gran nerviosismo arrojó la granada a D, para que este hiciera un milagro con su precisión sobre humana.

Este atrapó fácilmente la granada y aprovechando que Mr. Astro cubría la visión del intruso gracias a su gran cuerpo. Fue cuando, D quito el gancho de seguridad y lanzo la granada con una precisión casi imposible a pesar del Ángulo de la misma.

La granada caía desde arriba, y cuando la granada literalmente chocó con el hombro del vigilante, un disparo rápido y preciso de D, también había golpeado. Este era un pequeño sacrificio que debía realizarse, la vida de Mr. Astro, por la de ese vigilante, que sin duda los exterminaría si sobrevivía.

Bank

Cuando el sonido del disparo llegó, ya la explosión prácticamente había iniciado. A quemarropa de ambos luchadores era seguro que terminaría con sus vidas, sin importar las habilidades que el virus les diera. No muy lejos, estaban Kaoru y su hermana, donde está última solo pudo ver en cámara lenta la muerte de su camarada.

La explosión pareció envolver el torso del vigilante, cuando algo fuera de cualquier posibilidad pensada por D ocurrió. La explosión no se detuvo. A pesar de que era una granada, simplemente siguió expandiéndose, tan rápido que los pensamientos de los presentes no se pusieron al día, y solo sus ojos sorprendidos pudieron ver su respectiva muerte lanzarse sobre ellos, como un gato sobre un pequeño lagarto. La fuerza de la actual explosión se expandió por la zona derrumbando no solo los muros, y techos, todo fue barrido. Y lo último que vieron, fue que el colorido mundo que conocían, fue bañado en una luz blanca cegadora, se volvía negra.

Y fue así, como una pelea que se hubiese extendido por las dudas internas de una persona, terminó inadvertidamente, gracias a un plan creado para matarlo en caso de ser necesario.

/-/

Un estruendo realmente ensordecedor recorrió la zona cercana al área abandonada, vigilada por la Policía, llegando hasta los oídos de estos, así como de algunos residentes en áreas cercanas. Se pudo escuchar el colapso de una estructura, lo que puso nerviosos a muchos, los cuales no pudieron identificar el ruido, y aún más nerviosos a los que sí pudieron. Luego, cuando parecía que todo había pasado, los oficiales de policía recibieron la orden de acercarse a la zona, y al llegar, vieron el desastre que allí había.

Dos patrullas de apariencia civil se detuvieron en el área, donde encontraron la estructura totalmente colapsada. Los oficiales se desmontaron de sus vehículos, y tras alejarse un poco de estos, encendieron sus linternas, y comenzaron a inspeccionar la zona de manera más cuidadosa.

El humo y la ligera iluminación que se incrementaba, le dijeron que esto podría complicarse si no se trataba, por lo que se prepararon para pedir la intervención de los bomberos. Mientras uno de ellos se encargaba de la llamada de refuerzos, otro encontró algo en su búsqueda, algo que le hizo detener por un momento en la incredulidad.

El oficial avanzó con un paso lento, intentando que su mente pudiera digerir lo que veía, pero no cambió al acercarse, así que no era una ilusión. Se agachó y recogió un objeto, que tras ser iluminado por el creciente fuego, demostró ser un segmento importante de un casco negro, con lo que juraría es el ojo del cráneo que lleva el vigilante local. Fragmento de casco, el cual, estaba empapado en sangre.

En este punto, lo único que hizo el oficial, fue quitarse el sombrero, ya que, incluso si el vigilante no era realmente apreciado en la jefatura, todos los que estaban en la misión de esta noche, sabían lo que estaban tratando de detener. Esta fue la única señal de respeto que pudo darle a la persona que se sacrificó por la ciudad y la humanidad, pero también, sabía, que cuando esto se supiera, el caos caería como una avalancha por la ciudad.

/-/

Todo se había vuelto de un blanco segador por unos largos segundos, junto con una fuerza que me presionaba desde mis hombros, logrando que caiga al suelo, mis manos apoyándose contra la tierra, apenas evitando que mi cara se estrelle contra mismo, no que fuera algo duradero.

El suelo se derrumbó bajo mis pies y mientras el brillo disminuía, logré abrir nuevamente los ojos y vi delante de mí, extremidades y grandes trozos de carne de los cuales, pude identificar como carme humana por la forma de dichas extremidades.

Mi percepción, incluso en el caos, me permitió ver como segmentos completos del techo caían sobre los miembros de la organización que estaban más alejados, fue brutal y bastante crudo.

Cuando toda la arquitectura cayó sobre nosotros, algunas toneladas de concreto me presionaban contra el suelo, pero afortunadamente, mi fuerza estaba en un alto nivel, por lo que pude, no tanto, levantar fácilmente todos los segmentos, pero levantar lo suficiente como para escurrirme sin tantos problemas, encontrando en mi camino, más muestra de que, muy posiblemente, yo sería el único sobreviviente de lo que sea que acababa de pasar.

Me tomó todo un minuto lograr llegar a la superficie, y suspiré de alivio. No importa quién sea ahora, nadie se sentiría cómodo de estar enterrado vivo. Vi mis alrededores, trozos de concreto y un fuego creciente, y por supuesto, no podía ignorar el hecho de que yo estaba completamente desnudo, y aun así, una suave risa comenzó a surgir de mí. Fue un tipo de risa inyectada de alivio, suave, pero liberándome de un peso aún mayor del que pensé tendría esta noche.

Hoy yo vine listo para matar. Es cierto, nunca lo había hecho, pero yo había visto mucha muerte. Lanling era un general, uno que participo en guerras sangrientas y, por lo tanto, el siclo de sueños era bastante gráfico, insensibilizándome, poco a poco, a escenas como esa, a lo largo de los años. Pero al final, no tuve que hacerlo, y fue casi gracioso como los estos tipos murieron, como los villanos de Disney lo hacen, por su propia mano, en un error.

Luego de exhalar y estando un poco más tranquilo, me revise, en búsqueda de un daño importante. Por primera vez desde que llegue a este mundo, yo había recibido algo de daño, bueno, tenía un poco chamuscado los hombros, pero a pesar de ser insignificante para mí, tenía una pequeña molestia, más específicamente en el área de los hombros. Allí, fue donde sentí como un peso de barias toneladas simplemente había explotado, literalmente.

Aún me encontraba desconcertado por el desarrollo. Yo conocía la fuerza de una granada, no tanto por mi propia investigación, sino por Kohta, pero esto sin duda la superaba con creces. Acaricié ligeramente mis hombros, mientras fruncía el ceño, pero el tiempo había acabado para las reflexiones. Pude notar un vehículo acercándose, y un yo desnudo no era algo que quisiera mostrar, así que con un rápido salto, Salí del lugar.

No vi hacia atrás, mientras era un borrón que cruzaba la ciudad.

Estaba ciertamente aliviado de que todo el asunto del apocalipsis se terminara, y eso debería ser todo, debería poder vivir mi vida en paz, sabiendo que este mundo no se irá por el retrete... pero.

¿Qué debería hacer con los miembros de Black label?

Ellos, intentaron eliminarme esta tarde. Después de todo este tiempo compartido, y los lazos que pensé que teníamos, ¿fue una farsa? Lo esperaba de Miki, ¿pero Sayo?

Ahora que el tema del fin del mundo había terminado, mi mente no dejaba de girar en torno a ellos. ¿Yuuko era parte de esto también? Muy probable.

Cuando estaba a unas cuadras de mi casa me detuve en la azotea de uno de los apartamentos cercanos y tomé la ropa con la que salí de casa, y la mochila ahora vacía donde estaba mi uniforme de Powered Akira, ahora completamente destruido.

Es probable que vengan por mí. Su brújula moral, al menos evitará que ataquen cuando esté con mi familia, o así debería ser, pero esta tarde me atacaron con Alice allí. Quizás lo mejor, sea alejarme por el momento. Actualmente, tengo 16 años, por lo que soy considerado un adulto en este país, así que, quizás, no sea mala idea mudarme solo.

Salté entre unos matorrales y salí asegurándome de que nadie me viera. Solo me tomó unos 4 minutos desde allí para llegar a casa caminando con normalidad, aun meditando en lo que debería hacer desde ahora en adelante.

Cuando llegué a casa eran las 10:30, a esta hora mis padres ya estaban dormidos y ni mencionar a Alice, pero cuando llegue a la entrada, me di cuenta de que las luces estaban encendidas, y me tensé. Esto no era común, por lo que algo podría haber pasado. ¿Era quizás Black label usando a mi familia como carnada? El solo pensamiento hizo que una pesadez bajara por mi estómago. Me tensé, pero si eran ellos debía seguir naturalmente, fingiendo que nada extraño pasa, al menos hasta que confirme lo que sucede.

Mientras abría la puerta, el sonido apenas perceptible de la misma, fue la señal para que unos pasos apresurados se precipitaran hacia mí. Estaba bastante rígido, pero trabajé mi expresión para que sea ligeramente sorprendida para quienquiera que se acercara.

Apenas pasaron un par de segundos, y fue el rostro preocupado de mi madre el que me recibió, para luego lanzarse hacia mí con un abrazo que sería asfixiante te si yo fuera alguien normal. Pude sentir su sollozo en mi hombro, lo que hizo que mi preocupación se disparara.

-M-mamá, ¿estás bien?- no necesitaba fingir mi preocupación porque era totalmente genuina.

Ella no había respondido mientras continuaba sollozando, lo que hacía que mi preocupación y aumentara. Afortunadamente, mi padre se asomó por la esquina del recibidor, y suspiró de alivio.

-Papá, ¿qué está pasando?- dije un tanto nervioso y preocupado.

Entonces él colocó una mano sobre la espalda de mamá, y me miró con una mezcla de consternación por lo que sea que pasara y luego el alivio al verme a los ojos.

-Algo horrible está sucediendo en la ciudad, solo nos alegra que estés a salvo.-

Ah, debe ser por lo de la explosión. Supongo que a estas horas, fue cubierto por algunos reporteros. Con este entendimiento, simplemente acaricié la espalda de mamá, y cuando se calmó lo suficiente ingresamos a la sala de la casa, aunque ella aún tenía sus brazos alrededor de mí. Ella era muy afectiva con nosotros, y la amaba por eso.

-Y volvemos con este boletín informativo.-

Vi hacia mi derecha, observando el noticiero, el cual fue, muy probablemente, la razón del estado actual de mis padres.

-Es en verdad una cadena de actos terribles.- mencionó el otro reportero, mientras el abrazo de mi madre, se intensificaba.

- A lo largo del día, se han descubierto múltiples homicidios por toda la ciudad, como hace tiempo no sucedía.

Mis ojos se ampliaron sin esperar eso. Es cierto que hoy estuve más ocupado de lo normal, pero este tipo de delincuentes pensé haberlos dejado casi extintos.

Se ha reportado una nueva víctima, el cual es un adolescente de solo 16 años. Mi boca calló por la incredulidad, al ver, sin lugar a dudas, el cuerpo de chico que ahora sabia se llamaba Hisashi Igo. El mismo que se supone moría en el primer capítulo de Highschool of the Dead, y, por lo tanto, haciendo de esta escena algo que no debía pasar.

Esta es la nueva víctima de la ola de asesinatos contra los habitantes de la ciudad que posean un pelo igual o similar al del héroe local, cuya apariencia fue expuesta, no solo por una película, sino también por los ídolos que fueron salvadas por este.

-Vaya forma de agradecer.- susurro el comentador al lado. Y mi cara de sorpresa solo de desvío, cuando mi padre tomó el control remoto y apago la televisión, lo que hizo que mi atención volviera a mis padres.

-Tienes que irte.- dijo mi padre seriamente y antes de cualquier respuesta, mi madre continúa.

-Sé que hablamos esta tarde de que nos mudaríamos en un par de meses, pero esto no puede esperar cariño.- Me dijo mirándome con lágrimas en los ojos.

- Tengo una amiga en la ciudad vecina con la que he estado en contacto y nos ayudara con el problema de la escuela, y te dará asilo en su casa hasta que puedas buscar un apartamento. Tu padre y yo te daremos dinero suficiente para mantenerte, hasta que nos traslademos allí.

Esto iba demasiado rápido, y apenas podía procesar la información, teniendo en cuenta que mi madre derramaba lágrimas frente a mí, cortando toda mi concentración.

Podría negarme, podría simplemente mentir y buscar a esos asesinos, pero, no creo que nadie que vea a su madre llorar así, pueda negarse a su petición. Porque mirándola a la cara, su expresión era de súplica, así que simplemente asentí y la abracé.

Pensé que eso era todo, dormiríamos y discutiríamos lo demás mañana, pero entonces mi madre me tomó de la mano y arrastró hacia el baño. Mi duda fue sin duda corta al ver los productos para teñir el pelo. Ciertamente, está cubriendo las bases.

Fue así como amaneció, mientras mi elección de lo que debería hacer, con la escuela, con Black label, fue básicamente arrojado a un lado como si no importara. Esta decisión fue tomada de mí, pero, quizás, no era tan malo. Quizás esta era la oportunidad de una vida normal fuera de la ciudad, comenzar de nuevo.

Baje de mi habitación y a la primera persona que encuentro es a Alice, la cual se queda mirando fijamente en mi dirección con la boca abierta.

-O-onii-chan, tu pelo.- dijo, sus ojos muy abiertos.

-Ah, sí.- dije mientras frotaba mi pelo con su nuevo color negro.- supongo que eh madurado y mi pelo también lo hizo.-

La pequeña Alice parpadeó un par de veces y luego hizo pucheros, inflando sus mejillas.

-¡No es así como funciona el pelo Onii-chan, no te burles de mí!- exclamó mientras pisotea al suelo con infantil indignación. Lo único que me quedo fue abrazarla por lo tierna que se veía.

Unas pocas bromas más a Alice, y nos dirigimos a la cocina, donde mamá esperaba, y papá

Parecía estar listo para partir al trabajo. Papá me dio un abrazo de un solo brazo, y susurró algo a mi oído cuando mamá no veía.

-Fue mi idea lo de quedarte un par de días con la amiga de tu madre.- hizo una pequeña pausa dramática. -de nada- dijo para finalizar, mientras daba una palmada en mi hombro y se iba al trabajo, y solo levanté una ceja divertida ante mí ocurrente y ligeramente pervertido padre.

El desayuno fue un momento agradable entre tanto caos, y la conversación entre mi madre y yo, la cual le reveló a Alice mi pronto traslado. Aunque la razón expuesta fue más la escuela que el motivo principal, para no preocuparla demasiado.

La pequeña, por supuesto, lloró ya que no quería ser separada de su hermano mayor, pero se dejó claro que era por poco tiempo, y pronto todos ellos me acompañarían. Eso parecía calmarla, pero de todos modos me abrazo sollozando y lo único que pude hacer fue acariciar su cabeza.

Me senté con ella mientras veía su programa favorito, así que aproveché para escribirle a Kohta sobre esto. Estoy seguro de que se sorprendería tanto como yo.

Envié el mensaje, para luego notar uno que no había leído. Era de Yuuko, y decía:

-Lo que sucedió, no es lo que parece, por favor veámonos para que lo hablemos.-

Me quedé observando el mensaje por un largo minuto, considerando si había la posibilidad de que en realidad fuera un malentendido, por lo que mi respuesta, desvelaría si eso era cierto.

Así que respondí:

Los explosivos en los hombros, ¿también son un malentendido?

Esperé por alrededor de 5 minutos y medio, luego de que confirmé que ella había leído el mensaje, en los cuales, ella escribía y borraba repetidamente lo que iba a escribir.

Al final, solo una palabra apareció en mi pantalla.

-Lo siento. Pero por favor hablemos, estoy segura de que lo entenderás-

Cerré mis ojos y tomé un profundo respiro. Por cuánto tiempo pasó esto y yo no lo había notado. ¿Por cuánto tiempo planearon deshacerse de mí? Me estuve engañando a mí mismo pensando que ellos no lo harían. Al inicio, cuando los comencé a conocer, era algo que tenía presente, pero a lo largo del tiempo, pensé haberme ganado su confianza, así como ellos habían ganado un lugar especial en mi corazón.

Abrí ligeramente los ojos, un rastro de tristeza en ellos, que traté de disfrazar de indiferencia.

Lo mejor era no reunirme con ellos, muy probablemente tendrían una emboscada, y me vería obligado a pelear hasta la muerte contra ellos, por lo que di mi respuesta.

-No- respondí, quizás de manera un poco precipitada.

Fruncí los labios.

-No será necesario, me iré de la ciudad, así que no tienen que preocuparse de que este monstruo las ataque. Seguiré su consejo y viviré una vida normal, por lo que, por favor, no me busquen. —

Supongo que es lo suficientemente bueno, aunque mi lado mezquino quisiera dirigir una última bofetada metafórica.

-A pesar de todo, te deseo una vida feliz, Sagiri-san.—

Y ese fue todo el mensaje. Al final, supongo que demostrar nuestra separación, llamándola por su apellido, en lugar de su nombre o hermana mayor, debería ser suficiente, al menos en este país.

Supongo que eso era todo.

Miré hacia la entrada, no importa si ellos decidían venir. Mi madre ciertamente hablaba en serio, cuando dijo que tan pronto como amaneciera saldría de la ciudad.

La escuché haciendo llamadas en la madrugada, por lo que ella no durmió adecuadamente, y aun así, aquí estaba preparando todo.

Ella ya me había dicho que empacarían todo y lo enviarían más tarde, cuando consiga un apartamento, pero que mientras viviera con su amiga, una maleta tendría que ser suficiente.

La persona con la que mi madre hablaba, solo le asintió, y volvió a un vehículo estacionado en el frente de la casa. Mi madre volteó en mi dirección y me dio una triste sonrisa. Yo solo intenté darle una sonrisa tranquilizadora, ya que no quería colocar más cargas sobre ella.

Fue así como di un largo abrazo a Alice, tranquilizándola y recordándole que nos veríamos pronto. Tome la maleta, seguido por Alice tomando mi mano hasta la salida, donde me reuní con mi madre. Luego de una despedida entre abrazos y lágrimas de parte de mi madre, me subí al taxi, camino a una nueva vida.

Solo pude ver mientras el vehículo se alejaba, como mi familia me despedía agitando las manos entre lágrimas y sonrisas frágiles. Sonreí, ya que, incluso con la traición de los miembros de Black Label, aún tenía un tesoro importante aquí.

/-/

En el hospital central, en la oficina de la doctora Yuuko Sagiri, solo había un profundo silencio, mientras ella, en la soledad del lugar, miraba con profunda tristeza el mensaje que recibió de Akihiko, dejando caer algunas lágrimas en la pantalla, mientras simplemente cerraba los ojos. Hacía años que no había derramado una sola lágrima.

Ella nunca pensó en este escenario, a pesar de que ella pensaba en el peor, donde la muerte de uno de los bandos, podría ser una posibilidad, si la realidad que Miki siempre parecía presagiar se presentaba.

Pasó todo tan rápido, que no hubo tiempo para poder moverse. No, si hubo, pero ella decidió esperar para ver el desarrollo, dejándole esto a Sayo, sin haber adivinado lo que Miki intentaría el día anterior.

Cuando Sayo volvió iracunda el día de ayer, trajo a rastras a una Miki que había visto mejores días. Aparte del hecho de que estaba inconsciente, su mano derecha así como su pierna izquierda estaban evidentemente rotas, por la posición antinatural en que apuntaban, su rosto estaba repleto de contusiones, una de ellas, morada e inflamada, cubriendo uno de sus ojos.

Yuuko estaba horrorizada con la escena. ¿Un miembro de la organización atacando a otro? Incluso la escena de esta mañana no debería ser suficiente para este nivel de violencia contra un camarada. La mirada de Yuuko se afiló, ya que Sayo era su responsabilidad, y era ella quien debía disciplinarla. En este caso parecía necesitar un castigo físico ejemplar. Pensó moviendo su mano hacia la katana recostada a un costado de su asiento.

Para la ligera sorpresa de Yuuko, la mirada de Sayo no había cambiado de su furia en lo más mínimo, y solo lanzó a Miki a los pies de Yuuko.

-La dejé viva solo por ti, pero no la dejaría escapar luego de…- ella apretó los dientes con una furia evidente.—luego de intentar matar a Akihiko.

Los dedos que se dirigían hacia la Katana se contrajeron, y Yuuko cerró los ojos, intentando aplacar la lluvia de emociones. Antes de nada, tomo el pulso de Miki, para consecuentemente tocar un botón para que enfermeras vinieran para darle atención a Miki.

-Explica.—fue lo que dijo, y eso fue lo que Sayo hizo entre gruñidos.

Al terminar, Yuuko se lamentó en ser parcialmente culpable, de permitir que la paranoia de Miki se mantuviera hasta la fecha, permitiendo los planes de contingencia contra este.

La despidió, informándole que saldrían esa noche, y que se retirara. Ella no podría disciplinarla ahora, por la reducción de su mano de obra para esa noche, pero también, porque internamente, estaba a favor de lo que hizo.

La noche ya estaba allí, y no podrían perder mucho tiempo, ya que su misión para obtener lo que sus contactos habían descrito como un arma química que no debe estar en manos equivocadas, llegaría. Por un momento, la escena mostrada, casi hace que Yuuko arruinara por completo esa operación. Antes de salir, al menos dejaría un mensaje para Akihiko, y un pedido para reunirse. Ella esperaba que su comprensión habitual siguiera firme, pero su pequeña hermana, en el lugar de los hechos, dificultaría las cosas. Ella solo podía cruzar los dedos, e ir preparándose para su misión, esperando una respuesta positiva al volver.

Lo cual, no fue así.

Solo pudo mantener los ojos cerrados. Esto también era su culpa por acceder al plan de Miki, y su tranquilidad mental. Según su forma de trabajar, ellos no atacarían a menos que el blanco mostrara merecerlo, lo cual, como Akihiko dejó muy claro en su mensaje, él nunca hizo.

Como esto era en gran parte su culpa, ella tomaría la responsabilidad. Tocó su larga katana a su lado, sabiendo que, luego de la falla de los explosivos, esta era la única arma que podría hacerle daño a Akihiko. Juuchi Yosamu, la espada que puede cortarlo todo. Una espada con un filo que ella había probado incontables veces. Una espada que en otro mundo sería llamada un noble phantasm.

Esta sería la última alternativa, si la paranoia de Miki se hacía realidad, y algo que ella tomaría en sus propias manos de ser necesario.

Los más jóvenes no aceptarían lo que pasó, creando más conflictos con una Miki que se recupera luego de la paliza de Sayo, por lo que ella simplemente presentaría la desaparición del alter ego de Akihiko, como su retiro, y que la criminalidad que quedaba, les tocaría limpiarla. Ella esperaba que todos comprendieran, que él simplemente decidió vivir su vida, y nadie vaya tras él.

Ella rogaba que ningún miembro de Black Label empeorara todo esto. Pero aún tenía que tratar con la paranoia de Miki, y asegurarse de que esto no vuelva a repetirse, sino, su miedo podría hacerse realidad.

/-/

Actualmente, me encontraba sentado en un asiento en un solitario vagón de tren. La ruta para viajar a la ciudad vecina, no tenía muchos movimientos a horas tan tempranas, por lo que me encontraba solo actualmente, mientras con mi rostro girado levemente, miraba al exterior, notando que estaba llegando a la última parada.

Mis padres se habían preocupado tanto, que habían planeado todo el viaje a la estación en taxi, para no tener que caminar ni un metro en las calles, que ahora se habían vuelto peligrosas para las personas con mi tono natural de pelo.

Suspiré.

Habían pasado tantas cosas negativas últimamente, cosas que arruinaron por completo una enorme parte de los bonos que yo había creado a lo largo del tiempo. Por lo menos me quedaba cualquier amistad creada fuera de Black label. Sacudí mi cabeza levemente, este era un nuevo inicio, en una nueva ciudad.

Escuché que ambas ciudades, a pesar de ser vecinas, eran completamente diferentes, como el sol y la luna. Debería vivir mi vida de manera diferente, nada de heroísmo… podría pensar, pero si pasa frente a mí, dudo poder quedarme sin hacer nada. Golpee mis mejillas, al llegar a la estación. Debía dejar de pensar en eso, y concentrarme en este día.

Debía reunirme con la amiga de mi madre, pero ella actualmente trabajaba en una escuela, por lo que estaría en horario laboral actualmente, por lo que deberé perder algo de tiempo antes de ir a su casa.

Salí del metro con mi capucha y mascarilla puesta, aún no acostumbrado a salir sin nada que cubra mi cara, pero aun poniendo de mi parte, al no cubrir directamente mi rostro.

Salí de la estación y le di un vistazo a la ciudad. Y me sorprendí pensando que, es hermosa. A pesar de la gran cantidad de edificios de pequeño tamaño, la mayoría no mayor a 4 plantas, Los árboles de Sakura se podrían encontrar en cualquier lugar donde mi mirada viajara, bañando los vientos con pétalos rosas que bailaban alegremente en sus corrientes.

Las personas caminaban de manera organizada, y se saludaban con una sonrisa, lo cual hacia una gran diferencia a la población normal de la ciudad de Mochizuki. Di mi primer paso fuera de la estación, y me encontré maravillado del ambiente de este lugar. No sabía cómo describirlo, pero, cálido, podría ser una buena forma de llamarlo. Crecí desde siempre en la ciudad de Mochizuki, y pensé que todo Japón debía ser así, y solo podría agradecer que me equivocara, oh, como me equivocaba.

Rayos, incluso vi a jóvenes ayudando a ancianas a cruzar la calle. Sonreí, casi de manera burlona, como si me riera de mí mismo al pensar que todos los lugares eran iguales, pero sorprendido que este lugar, era curiosamente la ciudad vecina.

Comencé a caminar, decidiendo dar un paseo por la zona comercial y gastar algo de tiempo, mientras la tarde llegaba. Note que algunas personas, en su mayoría ansíanos, darme una mirada llena de sospecha, quizás por el hecho de usar capucha y una mascarilla cubriendo la parte inferior de mi rostro, siendo posiblemente algo muy poco común en esta ciudad, a diferencia de Mochizuki, donde criminales e incluso las personas que caminaban nerviosas por lugares peligrosos ocultaban su identidad de esa manera. A mi mente vino que, quizás, por esa misma razón, no era buena idea usar capucha, pero primero conocería más el lugar, para obtener una respuesta más clara.

Luego de una hora de caminata, podía decir que me gustaría este lugar. Las personas en general eran educadas, sin importar que tipo de mirada te dirigieran. Curiosamente, llegue a una zona que podrías decir que era una zona de relajación, más parecida a Akihabara, la zona Otaku del país. Sonreí de lado, teniendo buenos recuerdos en mi vida pasada, y algunos pocos en la presente, con el medio de entretenimiento, aunque en mi vida actual, no tenía tanto tiempo libre como antes.

Sentí un pequeño vacío en el estómago, que me hizo colocar una mano sobre este, nada importante, pero fue un aviso mental que me confirmaba que la hora de comer estaba llegando.

Me detuve para ver mis alrededores, pero curiosamente una mano delicada tomó mi antebrazo y tiró. No sentí ninguna intensión maliciosa, lo que le permitió acercarse tanto a mí, y por la misma razón, me dejé arrastrar.

-Si tiene hambre goshujin-sama, por favor, permítanos servirle. —casi me tropiezo con esa oración. Cuando vi a la persona que me arrastraba del brazo, vi a una chica vestida como una Maid, y notando a donde me llevaba, este era un Maid café.

-Bienvenido goshujin-sama—Dijo la chica al llegar al interior del local y girar en mi dirección, para consecuentemente notar que había invitado a alguien que no solo usaba capucha, sino también una mascarilla, algo extremadamente chocante en esta ciudad, pero común en la violenta ciudad vecina.

También fui capaz de ver a la chica de frente, era una chica joven, alrededor de dos años menos que yo, cabello negro y dos pequeñas colas trenzadas y un flequillo que se inclinaba a la derecha de su rostro. Aparte de eso, su traje de Maid era bastante genérico, pero la falda podría ser un poco más corta de lo que se podría esperar de una maid sexi, y eso era decir algo.

-¿¡Un nuevo cliente!?—exclamó una animada voz en el interior que se asomó por una esquina. Esta chica era un poco más común que la anterior, cabello castaño corto, con dos flequillos a cada costado, y un moño detrás de su cabeza, la cual comenzó a analizar la escena, y su rostro cambió ligeramente, a algo que podría decir era miedo, pero muy bien oculto.

Sabía a dónde llevaría esto, podría ser expulsado de una manera llamativa, y la chica que me trajo sería despedida, con probabilidad, o…

Me quité la mascarilla.

Sí, buenos días. Terminé bajando mi capucha y simplemente di una sonrisa amigable.

No lo negaré, en ocasiones es divertido ver como las personas pueden cambiar completamente su estado, de pálido a sonrojado. Afortunadamente, el tiempo estando allí no fue largo. No tanto porque ellas reaccionaran, más bien, un trabajador masculino llegó.

-Chicas, ¿pasa algo?—el chico con lentes, con el aspecto de un típico presidente estudiantil, con su pelo negro recogido hacia atrás y lentes cuadrados, estos últimos colgando en sus bolsillos, vio a las chicas, y luego me vio parado en la puerta. Frunció el ceño hacia las chicas ligeramente, para luego sonreír en mi dirección. –Por favor, adelante, puede tomar la mesa que prefiera. -

-Gracias. —dije, sintiéndome cómodo con su reacción, sintiéndola la más natural que obtuve en años de un desconocido. Pase a su lado, y note que comenzó a abrir mucho los ojos, para luego tomar nerviosamente sus anteojos y verme. Para ese momento yo ya había dado la espalda, por lo que no pude ver su reacción, pero estoy suponiendo que él simplemente no vio mi apariencia, puesto que no puede ver sin lentes correctamente. Solo resoplé ligeramente y fui a mi asiento.

Este restaurante o cafetería, no estaba seguro como clasificarlo, no tenía grandes ventanales para el exterior, lo que me permitió relajarme más. Había un menú en frente mío, por lo que comencé la lectura, mientras los trabajadores en la entrada volvían en sí. Esas chicas me parecían bastante familiares, pero no podría recordar. Me encogí de hombros.

- M-¡Misuzu!—

-T-¡Toshimi!—

Bueno, al escuchar sus nombres, nada vino a mi mente, así que solo me encogí de hombros, ante el grito emocionado que lanzaron en conjunto.

No voy a mentir, la experiencia en un Maid café fue diferente a como pensé que funcionaba. Estaba vacío, por lo que pensé no sería molestado, y los trabajadores parecían amables, por lo que seguramente tendría un momento relajante y agradable.

. . .

Ok, me equivoqué, y eso fue terriblemente vergonzoso. Habían pasado un par de horas desde que Salí de ese lugar, y aún mantenía mi capucha, aún más abajo de lo normal, cubriendo mis ojos tanto como sea posible, sin obstruir mi vista, mientras volvía a colocar mi cubre boca.

Había pasado el suficiente tiempo, así que me dirigía hacia la casa de la amiga de mi madre, guiándome por la dirección anotada en el mapa del celular previamente.

Llegué al lugar, notando que la casa en sí no era muy grande, pero tanto el sector como la casa, parecían agradables. Tomé una respiración profunda y por supuesto me desenmascaré luego de un rápido vistazo a mis alrededores. Nadie le abriría la puerta de su casa a alguien que cubría su rostro completamente.

Fue así como toqué el timbre una vez, lo cual parecía ser suficiente, ya que casi de inmediato escuché un -Ya voyyyyy~~~- se escuchó una voz, que describiría como, ¿inocente? No estaba seguro, sonaba un poco somnolienta, y jugando con su voz como un niño lo haría, pero el timbre de su voz, la marca claramente como adulta.

Cuando la puerta se abrió delante de mí, una hermosa mujer rubia con un cuerpo que solo podría llamarse impresionantemente sensual, rostro de apariencia joven, pero con un toque pícaro e ingenuo en su mirar, una combinación que no vez comúnmente, junto a un pecho abundante, uno muy superior al de la mayoría de chicas, solo por debajo del busto de Yuuko, cubierto por una pequeña franela negra, la cual tenía un prominente escote, y dejaba expuesta la cintura, sin duda por el trabajo de los pechos en mantener esa parte descubierta. Caderas anchas cubiertas por un pequeño pantalón de pijama, el cual abrazaba su cadera, y sus largas piernas desnudas para ser vista, mostrando su piel blanca y cremosa. Esta impresionante mujer estaba delante de mí, la cual se detuvo, inmediatamente puso su mirada en mí. Sus grandes ojos me escanearon por un momento. -¡aaah, eres tú, te estaba esperando!-

Entonces, ella se lanzó sobre mí con un abrazo. Y cuando digo que se lanzó, es que incluso sus pies dejaron el suelo por el salto en mi dirección, y que de quitarme, ella se comería un buen segmento de concreto. Fue así como tuve que dar algunos pasos atrás en el proceso del abrazo, para tratar de mitigar un poco de su impulso y ella no sienta que chocó con una pared de ladrillos.

Vi a la mujer que me abrazaba con alegría, con ligera sorpresa, ya que normalmente este tipo de recibimientos tan cálidos, en este país, eran dados a personas muy cercanas, aunque esto también podría ser dado la personalidad de esta mujer.

Sí, logré reconocerla, aunque me sorprendió un poco que fuera amiga de mi madre. Shizuka Marikawa, la enfermera del grupo protagónico de la serie, lo que la hace en la serie un miembro indispensable, ya que, a pesar de su lado infantil, sus conocimientos en medicina, y el saber implementarlos adecuadamente, la hace alguien vital en un escenario del fin del mundo, como el de los zombies.

Mientras mi mente hacia un pequeño resumen de lo que recordaba de ella, ella se había colocado detrás de mí, y comenzado a empujarme al interior de la casa.

-Vamos, no tengas pena, esta es tu casa también. —¿era ella tan animada en la serie? Es como si fuera una Shizuka llena de cafeína. Tarareaba alegre mientras me dejé llevar hasta el recibidor sujetando mi pequeño bulto con mi mano izquierda que casi dejo caer por lo sucedido. Al ingresar, ella cerró la puerta detrás de mí, y pasó a mi lado y se abrazó de mi brazo izquierdo, lo cual significó que su suave pecho rodeo mi brazo por completo, siendo esta una de las más grandes pruebas que he tenido que pasar hasta el momento.

-Vamos, pasa, pasa. —Dijo de manera alegre.

-E- esperé por favor.—creo que era la primera vez que tartamudeaba en este mundo, pero honestamente, comienzo a dudar que sus pechos alrededor de mi brazo sea algo inocente con la manera en que ella se mueve... bien, me puso un poco nervioso. Supongo que, en algún nivel, algo del espíritu Japonés se me ha impregnado luego de estos 16 años de vida aquí.

Ella se detuvo y sin soltar mi brazo se acercó a pocos milímetros de mi rostro con un pequeño salto, aun con esa expresión inocente y desconcertada. O ella era genuinamente ignorante de lo que estaba haciendo actualmente, o era una excelente actriz que estaba intentando seducirme.

-Soy Maresato Akihiko, sé que es un poco tarde para la presentación, pero supongo que usted es la amiga de mi madre. Estoy seguro de que no nos conocíamos aún, ¿cómo me reconoció?-

-¡Ah!—ella parpadeó unas pocas veces, y soltó mi brazo, para luego cubrir su boca, como si estuviera sorprendida por algo.

A pesar de que no parecía realmente muy sorprendida. En este punto, tampoco podía leerla, ya que en la serie, ella parecía tener expresiones un poco… como decirlo, no muy explosivas, incluso al ser rodeada por un grupo de no muertos que estarían a punto de devorarla.

-Perdón, me emocioné mucho. —dijo dándose un ligero golpecito en la cabeza de manera tierna. – Soy Marikawa Shizuka, pero puedes llamarme Shizuka-Sensei. Y la forma en que te reconocí…- ella liberó su mano izquierda, aun manteniendo su mano derecha alrededor de mi brazo, y sacó su celular, donde estaba una foto mía reciente con el tinte de pelo, junto a mamá. –Yuri me envió esta foto donde sales con ella. —se acercó aún más a mi rostro. –ella me había dicho miles de veces, lo guapo que eras, aunque nunca me mostro fotos, por lo que pensé que solo era amor de madre, pero decía la verdad, jeje.—se rio un poco, pero se detuvo con extrañeza, para luego de ver mi rostro más de cerca, pareció enfocarse en mis ojos, y colocó su mano en su mentón. – ¿no nos hemos visto antes?

-Acabas de decir que mi madre te envió fotos. -dije girando mi rostro en otra dirección, notando que, sí, de hecho nos habíamos visto antes, pero yo era mi alter ego, y ella había visto mis ojos, color de pelo y piel. Sí, ella era la chica que salvé de aquel callejón en pleno día, el momento en que dispararon a mi casco y una abertura fue hecha.

Ella hizo algunas muecas pensativas, pero afortunadamente parece haberse rendido, y simplemente volvió a tomar mi brazo.

-Vamos pasa. Pediré algo para la cena. Tenemos mucho de qué hablar.—

Al final terminé siendo arrastrado a la pequeña mesa redonda próxima a la cocina, la cual contaba con dos sillas, una a cada extremo, donde cada uno se sentó. Una gota de sudor bajó por el costado de mi frente mientras ella colocaba sus codos sobre la mesa, y su cabeza sobre sus manos para verme fijamente mientras sonreía. Sin mencionar que su abundante pecho terminó sobre la mesa, y su escote solo gritaba el espectáculo que se mostraba allí. Fue muy difícil mantener mi mirada fijamente en sus ojos, por lo que inicie la conversación, para no caer en lo que ya estaba describiendo como su trampa.

-Entonces.- comencé intentando verme un poco incómodo, y desviando ligeramente la mirada. -dijo que tenía mucho que contarme. —

-Yuri me dijo que eras muy bonito, pero pensé que ella exageraba. —dijo, sin inmutarse por mi pregunta.

- Shizuka-sensei. — repliqué, con mis ojos cerrados y mis cejas temblando por una ligera irritación.

-Jejeje, Está bien. — respondió dejando salir una suave risa burlona. –Yuri me dijo que estaba trabajando para poder conseguir los papeles para tu traslado de escuela sin que manche tus antecedentes, y que puedes quedarte tanto como quieras aquí. —

Fue conmovedor lo duro que trabajaba mamá para ayudarme, aunque conociéndola, seguro esa última parte, no fue precisamente lo que ella dijo, ya que mi madre era realmente sobre protectora conmigo, eso incluía, mantenerme alejado de sus amigas con, libido elevado, no quiero recordar el porqué de eso.

-Mañana, iré a trabajar a la escuela, soy enfermera allí, así que, tienes dos opciones, permanece aquí esperando esos documentos, o ir conmigo y conocer la escuela. De esa manera, si no te gusta, podrías buscar otra... aunque eso me pondría muy triste.—dijo cerrando los ojos y levantando un dedo sus cejas expresando la mencionada tristeza.

Asentí. Pensaría en ello, pero quizás no sea mala idea ir y conocer el lugar. Cuando terminé mi reflexión, noté que ella había avanzado hasta una puerta, y la abrió.—y por último esta será tu habitación.—

Me levanté y me coloqué a su lado viendo el interior de la habitación. Estaba un poco desordenada, pero nada realmente importante. Desde un inicio, ella no estaba en la obligación de ayudarme a mí ni a mi familia, pero lo hizo, así que le di una reverencia.

-Muchas gracias por su ayuda. —fue allí cuando ella colocó una mano sobre mi cabeza y alborotó mi cabello.

-Ah, tan educado, realmente te pareces a Yuri en ese sentido. —Dijo con una sonrisa un poco demasiado inocente para una mujer de su edad, y que solo me hacía sospechar de algún plan oculto.—puedes sentirte como en casa.—dijo, y supuse que podría hacer la pregunta.

-Entonces, si no le molesta, en lugar de comprar la comida, ¿podría yo preparar algo?— cocinar era relajante, cualquiera que lo haga de manera frecuente, sabría de ese sentimiento relajante que traía.

Unas horas, una cena agradable y un baño después, me encontraba acostado mirando el techo de la habitación de invitados donde me alojaba actualmente. Ya había terminado, fueron 3 años como héroe, salvando a las personas, y creando lo que pensé inicialmente fueron lazos fuertes con el grupo de Black label, lo que ahora sé, fue inútil.

Este era un nuevo inicio, y yo había obtenido bastantes ganancias por el pago quincenal que Yuuko me enviaba a mi cuenta por ser Powered akira, suficiente para comprar una casa pequeña. Yo ya he cumplido los 16, por lo que en la fecha actual, era considerado un adulto, entonces comencé a pensar que, no sería mala idea independizarme de mi familia, para que no se vean afectados por mis actos, como Alice lo fue en la escuela.

Este era un nuevo inicio, una nueva vida, una en la que sería un poco egoísta. Podía experimentar todo, ya que el mundo no llegaría a su fin, podría relajarme, puesto que me lo había ganado.

Sin embargo, no pude dormir por una simple razón. Había pasado un día completo, y el malentendido con Saya se mantenía

Me senté en la cama, y tomé el celular y noté la hora, 10:48 pm. No tenía idea si Saya estaba despierta, por lo me arme de valor y envié un simple mensaje de texto.

-Buenas noches… ¿Sigues despierta?—

Para mi sorpresa, se mostró que, el mensaje fue enviado pero no recibido. ¿Ella no me había bloqueado verdad?

Muchas podrían ser las razones, casi todas casuales, por la que no tendría internet, así que simplemente decidí dejar un mensaje que pudiera llamar su atención. O al menos, pensé que podría hacerlo.

-Me eh mudado de la ciudad, y me encuentro en la ciudad de Tokonosu en este momento. Muchas cosas pasaron, por lo que, incluso, cambiaré de instituto, asistiendo al principal de la zona. –

Hice una pequeña pausa, pensando la próxima palabra.

-Realmente deseaba hablar contigo en este momento, Takagi-Ohime (princesa.) Pero supongo que será en otro momento. Espero podamos hablar pronto.-

Una cosa de la que estoy seguro no es una buena idea con Saya, es ir por las ramas, así que, simplemente envié el mensaje, para no darme tiempo a cambiar de opinión.

Con ese hecho, solo me quedo echarme sobre la cama y esperar que mañana fuera un buen día.

/-/

Los noticieros habían enviado a su equipo hacia la última primicia. Un complejo de apartamentos abandonado que, misteriosamente, había volado en llamas la noche pasada.

Todos los periodistas en el área sabían que había algo grande aquí, en especial porque la policía había acordonado el área y alejaba a todos, notablemente ocultando algo.

Los bomberos y ambulancias en el área, parecían nerviosos mientras movían escombros, y amontonaban una gran cantidad de cuerpos, en su gran mayoría mutilados.

Era el morbo lo que mantenía a la gran cantidad de civiles observando desde detrás de la línea policial, aunque si te fijabas en las personas allí, podrías encontrar a alguien poco común, para ese tipo de ambiente y lugar.

A pesar del irregular camino en ese lugar rocoso, había una joven de largos pelos de color rosa en sillas de ruedas, con una apariencia tan refinada y delicada, que solo podrías ver familia adinerada. Dicha persona tenía una mirada apática mientras observaba trabajar a todas estas personas. Si mirabas de cerca, solo sus labios fruncidos delatarían sus verdaderos sentimientos.

Fue con un simple chasquido de sus dedos, que una joven tras ella tomó la silla de ruedas y comenzó a alejarse del lugar, mientras unas palabras susurradas eran dichas con una certeza, que haría que nadie le ponga en duda.

-Hay cosas que no pueden detenerse, solo se pueden retrasar. – y con ese dicho, dejó el lugar sin que nadie le pusiera real importancia.

Nota del autor:

Y ese fue el capitulo, ya salimos de lo que sería la serie de Triage-X comenzando con HSOD.

Lamento la larga espera, y espero lo hayan disfrutado.

AstolfoBrHue: Bueno, Triage X a quedado detrás, y nos hemos adentrado en la ciudad donde sucede HSOD, no puedo asegurar que los zombies ataquen en el próximo cap, pero podría ser una posibilidad.

Velvet Owl: Ah, jaja, entiendo lo que quieres decir, aunque ciertamente en la serie ellos no eran muy eficientes, al menos lo aparentaban. Y sí, imagínate tener a tu propio Spider-man en tu ciudad y que lo apresen, el caos, jaja.

Y si, ya los personajes de Triage X quedan detrás, eso y uno de la serie de HSOD que no volverá para el primer capítulo de su serie, pero eh, el efecto mariposa es real. Ahora que nos adentramos en la serie, habrá más Saya.

SonicVinilf: je, no quiero dar spoilers, pero el próximo podría ser importante para ese equipo.

Akutzu: contento de volver a verte allí, y me alegra que te esté gustando. Al menos el lado Joven de Black label no sabe nada, aunque este fue un momento donde lazos viejos se debilitaron mucho. Por suerte, para ellos, los villanos principales fueron vencidos… Quizás.

Nildred : ¡Gracias! Espero hayas disfrutado.