Noticiero The Shooting Star Press—

En el set se encuentra una reportera de traje amarillo, sentada en la tarima de polímero transparente y adornada con luces.

—Mi nombre es Katherine Mulligan y estamos al tanto de la actualidad desde Roma, Italia, con motivo de la semana de la moda. Recuerden que todo se debe a que el reconocido diseñador de moda y manager de la recientemente disuelta Hexagram, Jacobim Mugatu, está aprovechando la ocasión para dar a conocer una noticia que, según sus palabras, cambiará el mundo de la música para siempre. Soy Katherine Mulligan e iremos directo a la transmisión en vivo.

Reportaje

Varios periodistas se reunían sobre una elegante alfombra roja. Junto a ellos estaban diseñadores, modelos y gente de estrato social alto. Todos miraban a Mugatu llegar a una tarima con una foto suya que les dejaron sus modelos. El aludido usaba un fino traje de seda de color azul lapislázuli, una capa dorada que se arrastraba en el suelo y lentes de color rosado.

—Gracias por asistir. Sé que debo dar muchas explicaciones desde lo ocurrido entre Dethklok y mi banda Hexagram. Mis muchachos lo dieron todo y es una lástima como finalizó. Pero es tiempo de dar vuelta la página.

»Es tiempo de hacer 3 anuncios: el primero y el motivo por el cual están ustedes acá, me duele anunciar… y lo digo muy en serio… que, para respetar la apuesta que se realizó meses atrás, el día de hoy, Hexagram dejará de existir.

Eran audibles los comentarios entre los presentes.

»Habiendo dicho esto —el diseñador cambió su expresión a una radical felicidad—, es tiempo del segundo anuncio…

El hombre con peinado de cabra levantó su mano e hizo un gesto para llamar a alguien. A lo lejos, sonó una música de trap con un balbuceo inentendible de parte del vocalista, acto seguido, aparecieron 5 tipos con aspecto de reggaetoneros latinos Y 3 de origen coreano, quienes se ganaron a su lado y saludaron a las cámaras. Los presentes no entendían lo que pasaba.

»Tal vez sea el fin de Hexagram, pero no es el fin de mi trabajo en la música. Dethklok es el absoluto amo del metal, pero ellos no entienden que el metal está en decadencia y más temprano que tarde, se volverán un recuerdo a través del tiempo. Los nuevos géneros nacerán para tomar la popularidad que pronto perderán esos vejestorios.

Todos los presentes se miraban, no entendían las palabras de Mugatu.

»Por eso, el segundo anuncio que daré es que estoy apoyando a la difusión de los nuevos géneros de origen humilde, reggaetón, trap, K-pop, electrónica, todos agrupados en un movimiento llamado… ¡MUSICA URBANA!

Los latinos y coreanos posaban con total arrogancia ante las cámaras.

»¡La música urbana proliferará durante las próximas décadas! ¡La música urbana será la nueva religión y estos muchachos que ven acá serán sus profetas!

Los aplausos y los gritos de felicidad abundaron más que los gritos de desacuerdo.

»Y el tercer anuncio: La nueva colección de moda, tanto de Fundación Mugatu como de mis colegas, estará enfocada a los nuevos estilos de música urbana. Y aquel que decida no usarla… ¡considérese fuera de moda Y SE PUEDE ALEJAR DE MI VISTAAAAA!

La gran mayoría aplaudió el discurso y apoyó lo que traía para los próximos días, pocos se mostraban en desacuerdo.

ΜΛΦΛΜ—

Tribunal

—La noticia de Mugatu afectó la estabilidad mundial peor de lo que pensábamos.

Strapingston hablaba a los demás miembros mientras mostraba videos tanto de la reciente declaración como de los nuevos músicos que se presentaron. Minutos atrás, escucharon algunas de las canciones que aquella revolución ofrecía.

—Creía que el metal era un género que dañaba el cerebro —dijo el general Crozier—, pero ahora sé que hay algo mucho peor.

—Por un lado, el género no promueve la anarquía —dijo Oolang—, sino el conformismo, la reproducción descontrolada, el culto a la imagen y la reafirmación del capitalismo como sistema dominante…

—A costa de las letras insípidas, claro está.

—A eso iba a llegar, general. La música ofrecida no tiene verdadero sentido si se escucha con detenimiento. También la base musical es tan simple que parece que cualquier tipo sin talento con computadora puede hacer música. Esto traerá una eventual sobresaturación de canciones parecidas.

—Pero no lo comprendo: ¿qué tiene de especial este estilo musical y por qué debería preocuparnos?

—Esa pregunta —dijo Strapingston— nos la responderá la experta en géneros musicales para gente pobre y sin talento, la señorita Manuela Palmeira Melomachuca. Puede entrar, señorita Palmeira.

La experta era una mujer de piel trigueña, cabello oscuro en 2 coletas laterales, con traje blanco, un abrigo de color rosado y lentes con marco de oro y forma de corazón. En su boca tenía una paleta de dulce color rojo.

—La música urbana es una combinación de estilos americanos como el rap, la salsa, el reggae y otros, aunque la fusión entre estos no supera a ninguno de los estilos en los que se basa. Más bien, es una simplificación de la música, con letras sin sentido, pero con una base musical tan pegajosa que logra traer nuevos fans. Hay quienes no lo creen, pero la música urbana nació para ser humorística, aunque sus exponentes digan lo contrario.

—Eso confirma lo que pienso —dijo Crozier—: la música urbana es un chiste.

—Totalmente de acuerdo —dijo Oolang.

—Pero ese chiste está volviendo a Mugatu un aspirante a ser el dueño de la música si no se hace algo. Aprovecha su influencia en la industria de la moda para dar mayor reconocimiento a ese estilo musical.

Todo el tribunal quedó en silencio. Ese instante lo aprovechó Oolang para hablar por telepatía con el señor Salacia.

¿Cree que el proyecto Falconback esté en peligro, señor?

Como lo dije antes: cometió un error y más temprano que tarde lo pagará muy caro. Le haré una visita.

ΜΛΦΛΜ—

Mordhaus

Los miembros de Dethklok y Abigail observaban los resultados de la invasión. Veían como los Klokateers limpiaban la sangre de los fallecidos y levantaban los escombros. Pero peor se sintieron al ver su estudio de grabación todo destruido, con material no publicado en cenizas. Los futuros álbumes estaban ahí y no tenían forma de recuperarlo. En parte, Abigail se sintió culpable de aquello:

—Maldición, ¿por qué quité el presupuesto en respaldos?

Los músicos se miraban entre sí con preocupación.

—Por favor —dijo Pickles—, que alguien diga que tiene las letras de las canciones guardadas en otro lado.

—Todo estaba ahí —dijo Skwisgaar.

—No nos queda de otra —dijo Murderface—: debemos recordar lo que escribimos y hacer el álbum desde el principio… ¡Que paja!

—El problema es que se nos acaba el dinero —dijo Abigail.

—¿Pero qué tan malo podría ser? —dijo Nathan.

—Muy malo.

—¿Hasta qué punto? —dijo Toki.

—Entiendan, Si se nos acaba, ¡ya no tendremos para pagarle a los empleados!

Los klokateers cercanos observaron a la manager al decir esas palabras y esta, al darse cuenta, agregó:

»Eh… Eso diría… si estuviésemos en una hipotética situación de pérdida de fondos. Pero claro que no estamos en problemas, tenemos dinero para reponernos. ¡Ja ja ja ja ja!

Convencido de las palabras de Abigail, los klokateers continuaron su trabajo.

»Deben reescribir todo el material de nuevo, anotar las letras, las partituras y grabar todo de nuevo. Y sin contar el proceso de post producción y publicidad. Eso nos llevará un enorme tiempo que ya no disponemos.

—¿Y qué tienes pensado? —dijo Nathan.

Abigail suspiró.

—No esperaba decir esto alguna vez, pero… —emitió un sonoro suspiro—, debemos recortar personal… Aunque no es tan malo, al fin tendría una excusa de echar a Knubble.

Los músicos se pasmaron por la declaración. Desde que iniciaron sus carreras, nunca vieron la necesidad de despedir a alguien hasta ahora, por lo que al fin tomaron peso a la gravedad del asunto.

No obstante y de manera inesperada, Toki pensó una idea que venía concibiendo desde hace meses:

—Momento, Abigail, ¿Qué pasaría si estuviesen las letras y partituras listas ahora mismo?

Abigail no entendía el motivo de la pregunta.

—Pues, mucho, Toki. Con lo talentosos que son, pueden terminar las grabaciones con rapidez y con algo de suerte, publicar el material a tiempo.

—¡Uy, grandioso! ¡Espérenme un poco!

Toki fue corriendo al cuarto en donde él dormía, ante la vista de los demás. Buscó en el cajón de su velador y sacó el diario con el dibujo de unicornio donde anotaba sus memorias. Volvió hacia los demás y se los mostró.

—¿Y eso? —preguntó la mánager.

—Es su diario de maricas —dijo Murderface.

—¡Y siguen con eso! —contestó Toki, con enojo—. Quiero proponerles esto.

Toki abrió el diario y se lo mostró a Abigail, la cual vio algunas de las anotaciones del guitarrista rítmico. Quedó sorprendida y más al ver el título:

—¿The Doomstar Requiem? Toki, ¿Escribiste letras basadas en lo ocurrido con Magnus?

—Sí. Por todo lo que vivimos esa vez, quise escribir una ópera metal al respecto. Tenía el sueño de hacer algo así, pero no les dije antes por la vergüenza.

—¿Lo tienes terminado?

—En un 100 por ciento, Abigail. Si desean, les hacemos algunos cambios.

Los demás miraron con recelo al escuchar el nombre de Magnus, antiguo miembro de la banda y causante de un mal momento reciente para la banda. Por ello, sintieron curiosidad de leerlo.

—¿A qué te refieres con «Doomstar», Toki? — preguntó Murderface.

—Así lo llamó Charles, nuestro antiguo mánager, cuando le dijimos de los monstruos diabólicos en que nos convertimos.

—Cierto, casi lo olvidaba —dijo Nathan.

—Oigan, ¿en qué momento hablaron con Charles? No recuerdo nada de eso.

—Cuando fuimos a su iglesia —dijo Skwisgaar—. Tú no fuiste porque, según tú, solo irías a perder el tiempo. Esa noche te emborrachaste solo y te quejabas de tu mmano.

—Ah, cierto —respondió el bajista, mirando la cicatriz en su mano.

—¡Qué lindo, me incluiste en la historia también! —dijo Abigail, en completa felicidad—. ¡Toki, eres un maldito genio! ¡Con este material saldremos de esta!

—La verdad, no me convence —dijo Pickles—. ¿Qué es eso de una ópera metal? ¿Cuándo hemos hecho algo así?

—Me parece que es de maricas —agregó Murderface.

—Recuerda que hicimos la canción Detharmonic —contestó Nathan—. Invitamos una orquesta sinfónica esa vez. Creo que debería ser algo parecido.

—Si le hacemos ajustes a la parte musical —dijo Skwisgaar—, podemos hacerlo más brutal y a la gente le gustará.

Luego de leerlo con detenimiento y comentarlo un poco, los músicos estuvieron de acuerdo de usar las anotaciones de Toki para llevar a cabo.

—Entonces no perdamos tiempo —dijo Toki—. ¡Comencemos a grabar pronto!

—Tengo una duda —dijo Murderface—: ¿quién interpretará a otros personajes que salen en tu historia? Les digo desde ya que solo haré mis partes y de nadie más.

—¿Qué importa? —dijo Pickles—. Yo podría hacer más de un rol.

—¿Y si salimos en un concierto? Cuándo te toque salir y haya otro personaje que tu hagas, ¿cómo le harás?

—¿Por qué no vemos eso después? —dijo Skwisgaar—. Concentrémonos en grabar.

—Aunque —dijo Toki— me gustaría tener más ayuda para hacer mejor esta obra.

—Ni hablar —dijo Nathan—. Lo haremos con lo que tenemos, como siempre lo hicimos.

Mientras hablaban, un klokateer se les acercó.

—Señorita Abigail, tenemos intrusos en la entrada.

—Saben que deben deshacerse de ellos, ¿Por qué acuden a mí?

—No pusieron resistencia. Dicen que quieren hablar con Dethklok.

—Todos quieren hablar con Dethklok.

—Es que… son los miembros de Hexagram, señorita.

Esa frase llamó por completo la atención de los presentes. Luego de pensarlo y mirarse entre sí, fueron a la entrada, donde vieron a los 6 miembros de la banda disuelta, todos con sus brazos en la nuca y las armas de los klokateers apuntando hacia ellos. El líder de la banda intrusa, Criminal, los miró y les dijo:

—¿Tienen tiempo para conversar?