Edificio Mugatu—
—Celebremos por nuestra futura consolidación —dijo Mugatu a sus músicos y matones. El mánager y diseñador de moda sostenía una copa de ramazzotti[1] en su mano derecha, mientras sus lacayos bebían cerveza en un abultado vaso de vidrio. Estaba confiado de su inminente consolidación como dueño de la música urbana y coreana, sobre todo por la recepción explosiva que tuvo el género y del daño causado a Dethklok, el cual le daría tiempo valioso para desplazar el metal de las primeras planas.
—Nuestras canciones son tendencia en internet —dijo uno de los latinos.
—Y ya se está vendiendo nuestla lopa —dijo un coreano, con su particular acento.
—Y tenemos decenas de canciones más para mostrar, mi patrón —dijo un tercer latino—, Es tan fácil hacer música.
—Por supuesto —dijo Mugatu—. Lo mejor de la música urbana es que no requieren talento para hacer música, solo necesitan aplicaciones de celular y las IAs para componer. A nadie le importa que todas las canciones se parezcan, además, las ganancias son exorbitantes.
Cuando se disponían a beber, un latino más llegó trotando hasta el grupo.
—¡Patrón, tiene que ver las noticias!
Mugatu miró con extrañeza, para luego emitir una sonrisa.
—¿Qué hay de urgente como para interrumpir nuestra celebración?
—¡Son Dethklok!
La sonrisa en Mugatu se esfumó tan rápido como apareció.
—Q… ¿Qué dices?
—¡Dethklok está dando un concierto sorpresa en Argentina! ¡Y anunciaron nuevo disco!
El rostro de Mugatu no había mostrado tal frustración desde hace años. Por unos segundos, analizó en su mente que no sería algo tan grave como para afectar sus planes. Pero las ideas negativas continuaban surgiendo. Así que no pudo controlar su estado de ánimo.
—¡¿Qué están mirando?! ¡Que alguien encienda un televisor!
Los músicos fueron tras una pantalla LED con tamaño suficiente para comprobar la realidad que caía encima. Vieron el reportaje en vivo de la cadena The Shooting Star Press:
—Soy Katherine Mulligan —dijo la conductora de traje amarillo en la pantalla— y aún estamos en shock por la noticia dada por Nathan Explosion durante el actual concierto que está dando en Argentina en estos momentos, junto a sus antiguos rivales Hexagram. Soy Katherine Mulligan y mostraremos una grabación sobre el anuncio.
La imagen del televisor mostró a Nathan mirando a la cámara.
—Antes de la siguiente canción, les anunciamos que la próxima semana estará a la venta nuestro nuevo y brutal disco, The Doomstar Requiem. Y lo celebraremos con una gira por toda Latinoamérica y África.
—Imposible —dijo Mugatu, con sus ojos bien abiertos.
—Soy Katherine Mulligan —volvió a la pantalla la conductora— y todos están expectantes del nuevo disco. Después de la batalla que tuvieron con Hexagram, se ausentaron por largo tiempo. Pero nos sorprendieron con esta presentación sorpresa, junto a sus antiguos rivales y cantando nuevas canciones que muchos fans afirman se volverá un clásico instantáneo.
Mugatu sentía su cuerpo tan tenso, que su mano apretaba la copa al punto de generar unas grietas.
»Soy Katherine Mulligan y hay rumores sobre la nueva gira de Dethklok. Se dice que tocarán todas las canciones del nuevo disco, con una puesta en escena nunca antes vista y con Hexagram interpretando roles, debido a que se trata de una ópera metal. Si bien, todo se confirmará en su programa de noticias oficial, el Minuto Dethklok, se dice que la gira dará comienzo en Ecuador. Soy Katherine Mulligan y los mantendremos al tanto.
El hombre con peinado de cabra no controló su ira y terminó por romper su copa y derramar el ramazzotti sobre sus zapatos. Al ver el resultado de su descontrol, lanzó el resto de la copa al suelo y usó su poder para levantar el televisor y arrojarlo lo más lejos que pudo. Al caer, el televisor emitió chispas mientras sus componentes se esparcían en el suelo, ante las miradas temerosas de sus lacayos.
Luego de aquello, el manager mostró una carcajada denigrante.
—Así que mis antiguos muchachos fueron con Dethklok para vengarse de mí… como si pudiesen hacer algo —Miró a sus músicos—. Dijeron que iniciarían su gira por Ecuador. Averigüen en donde será su presentación… ¡porque no habrá presentación en ninguna parte! ¡Acabaré con ellos yo mismo!
—ΜΛΦΛΜ—
Culto Church Of The Black Klok—
—Hicimos lo que nos pidió, señor Offdensen —dijo Abigail— y logramos ganar mucho dinero de paso.
Abigail fue con Offdensen para informar los resultados de sus actividades. El último le sugirió a la mánager sobre la presentación sorpresa de Dethklok y los anuncios presentados, todo con la intención de provocar a Mugatu y atraerlo a ellos.
—¿Ves, Abigail? —dijo Offdensen—. Aún no pierdo el toque como mánager.
—¿Y cree que haya funcionado?
—Con creces. Recibimos información que Mugatu intentará sabotear a Dethklok antes de la primera presentación de la gira, en Ecuador. Mordió el anzuelo a la primera oportunidad.
Los fieles de la iglesia, gente con túnicas carmesí y franjas amarillas que cubría todo el cuerpo, caminaron hacia ambos, esperando con fervor nuevas indicaciones.
—Ahora, ¿cuál es el siguiente plan?
—Deben prepararse para el ataque, Abigail. Esto es lo que harán…
—ΜΛΦΛΜ—
Quito, Ecuador—
Los gigantescos dethcopters se apreciaban en los límites del país. Cada uno llevaba un conteiner de color negro e iban con dirección hacia el estadio de Atahualpa, donde Dethklok llevaría a cabo el inicio de su gira Doomstar.
El viaje fue tranquilo hasta ese momento, sin ningún altercado por el cual preocuparse. Pasaban sobre una carretera en medio de una planicie cubierta de pasto, el sol se ocultaba en el horizonte y apenas habían nubes en la cual distraerse.
Sin embargo, frente a ellos aparecieron helicópteros pintados de colores pastel, los cuales se alinearon de tal forma que emulaban la apariencia de un arcoíris. Los pilotos de Dethklok se pusieron en alerta al ver el símbolo de una M en las puntas de las naves, señal inequívoca de la presencia de Mugatu.
—¿Pueden oírme? —dijo la voz amanerada del manager, a través de un megáfono en uno de los helicópteros—. Lamento tanto interrumpir su viaje, pero hasta acá van a llegar.
Los klokateers apenas pudieron preparar sus armas para el ataque, porque cada helicóptero adversario poseía una pistola gatling por debajo y la usaron para disparar sin siquiera dar advertencia. El plan de Mugatu era claro: acabar con Dethklok lo más rápido posible.
Afortunadamente, los dethcopters eran máquinas de guerra, preparadas para ráfagas de balas como las recibidas. Por desgracia, los cordeles metálicos que sujetaban los conteiners sufrían los estragos, tanto así que algunos se cortaron. Algunos de los conteiners quedaron en posición vertical, otros cayeron al piso desde bastante altura, lo que generó enormes grietas en la carretera.
Algunos helicópteros de Mugatu aterrizaron, entre ellos aquel en el que el aludido estaba. Este bajó sin importarle el eventual ataque que recibiría de los Dethcopters. Solo observaba las estructuras caídas con una sonrisa soberbia.
—¡Abran todo! ¡Destruyan a Dethklok y su equipo!
Sin embargo, los conteiners caídos abrieron por sí solos excepto uno. Al revelarse el contenido, Mugatu se frustró al ver que no estaba la banda o su equipo.
—¡Ataquen! —dijo el anterior mánager.
Sin embargo, Mugatu fue tras el conteiner aun cerrado. Usó su gran poder para abrir la puerta, sin embargo, la sorpresa invadió en un mal sentido.
—¡Le pego a la coca!
Era el Doctor Rockso, en solitario y sosteniendo un enorme saco de tela blanca.
Mugatu intentó matar al payaso del rock con sus poderes, pero una sensación de cansancio lo invadía de forma paulatina. Esa sensación no la reconocía, desde hace mucho tiempo que no se mostraba tan debilitado. Al observar, se dio cuenta que los responsables de su estado eran los monjes, comandados por Offdensen a la distancia. Los monjes iban separados por grupos de 5, a varios metros de distancia, formando un perímetro enorme. Cada grupo se formaba en círculo y realizaba un rito en el cual se manifestaba, en el suelo y en medio del grupo, una luz roja de una estrella de 5 puntas.
—¿Ya me puedo retirar? —dijo Rockso a Offdensen.
—Mejor espera cerca de los klokateers —respondió—, o si no, te llegará una bala si huyes.
Con un sentimiento de duda, Rockso decidió ir con los empleados de Dethklok para salvarse. Por desgracia, se encontró con 4 latinos y 4 coreanos, preparados para darle una paliza.
—¿Creen que me detendrán con sus truquitos? —dijo Mugatu, desafiante.
—Aquí termina tu plan, Jacobim Mugatu… —respondió Offdensen—, Si es que fueras en verdad Mugatu.
El aludido miró directo al de lentes, le llamaba la atención la manera en como insinuaba su identidad, como si supiese un gran secreto. No obstante, rio con total arrogancia.
—Vaya, creo que sabes algo que no deberías revelar a la luz, amigo. Por eso serás el primero en morir.
—ΜΛΦΛΜ—
Guayaquil, Ecuador—
Otro grupo de dethcopters iba a velocidad lenta, junto con un par de convoyes con enormes conteiners. En esta camada se encontraban Dethklok y Hexagram en un camión y Abigail en el otro. Junto a ellos, otros artistas y sus fieles klokateers, armados como un ejército hacia una guerra.
Se mantenían a la espera que el plan de Offdensen tuviese resultado. En caso contrario, los klokateers usarían su arsenal para un posible ataque. No obstante, Abigail y Dethklok conocían la eficiencia de Offdensen y estaban confiados de que resultaría al pie de la letra.
Hexagram iba junto a sus ahora colegas, en el conteiner de uno de los camiones.
—¿Creen que su plan funcione, Nathan? —Le preguntó Criminal.
—Por supuesto —respondió—. Los monjes detendrán la amenaza y llegaremos a tiempo al concierto.
A pesar de la seguridad de la respuesta, el líder de Hexagram permanecía intranquilo.
[1] El Ramazotti es un brebaje de cóctel caracterizado por su elaboración con flores de hibisco y azahar, junto a un toque de naranja. En su preparación clásica, se suele servir con agua mineral, hielo y trozos de fruta.
