Capítulo 32
Hey.
Como ya saben acá vienen las advertencias. En este capitulo se hace referencia al consumo de sustancias ilícitas, que no recomiendo. Busquen ayuda si la necesitan gentecita. Nos vemos más abajo.
Lo que había comenzado en el sofá termino horas después en la cama con Harry acariciando medio adormilado los brazos del rubio sintiendo su fino vello rubio con la yema de sus dedos, así como su piel suave y tersa.
— ¿No te cansas? — murmuró Draco a su costado, había estado dormitando después de todo el intenso ejercicio que su cuerpo había realizado con bastante esmero hasta que sintió las suaves caricias del pelinegro.
— No quería despertarte — murmuró Harry contra su hombro depositando un tierno beso contra la suave piel descubierta, Draco suspiro y giro entre sus brazos encarándolo.
Draco observó en silencio al pelinegro, su pecho bronceado, firme y cubierto por algo de vello oscuro, sus pectorales tan definidos que un surco se formaba en medio de ambos, su manzana de Adán prominente en su cuello, lo que le permitía tener una voz grave, las marcas rojizas y ovaladas con forma de dientes que se extendían a su alrededor y la barba negra incipiente en su cuello cerca al ángulo de su mandíbula, su barbilla fuerte y cuadrada, sus labios delgados y oscuros un poco brillantes por la saliva que los humedecía, su nariz recta, sus pómulos fuertes, sus ojos color esmeralda, tan profundos e hipnotizantes que solo lo miraban a él, tan brillantes, adornados por sus cejas tan oscuras y pobladas, su cicatriz en forma de rayo resaltando en la piel de su frente y su cabello negro ondulado en las puntas cubriendo parte de su frente, sus lentes mal acomodados de marco redondo. De repente el chico que tenía al frente parecía tan irreal que Draco parpadeó un par de veces para verificar que no era un sueño, un producto de alguna mala, o quizá muy buena, noche con alcohol y drogas.
— ¿Cómo puedes ser tan real? — murmuró Harry, Draco lo vio a los ojos notando que él también lo había estado recorriendo con la mirada — ¿Cómo? ¿Cómo tus ojos son tan grises? Tus pestañas tan largas y rubias, ¿Cómo tú piel puede ser tan suave y tú barbilla tan definida? — Harry suspiro con una sonrisa en el rostro sin apartar la mirada. Draco quería preguntarle lo mismo, pero enseguida el pánico ganó terreno causando que las palabras sean desplazadas por otras.
— Por qué tengo maravillosos genes — respondió forzando una sonrisa, lo alejo lo suficiente para sentarse y Harry continuo en la misma posición de costado solo dejando que su mirada se pierda en su espalda, Draco conjuro su cajetilla de cigarrillos y los mismos volaron hasta su mano, tomo su varita y a punto de prender uno giro para ver a Harry — ¿Te importa? — pregunto alzando el cigarrillo mientras enarcaba una rubia ceja.
— No, está bien — respondió el pelinegro recorriendo su espalda con uno de sus dedos en una caricia suave, Draco tuvo un escalofrío al sentir el toque y no pudo evitar gemir.
— ¿Sabes que el cigarrillo es malo para mi salud? — pregunto viéndolo y bajando su ceja, el pelinegro suspiro y también se sentó apoyando ambos codos en sus rodillas flexionadas, Draco agradeció que la sábana los cubra de la cadera para abajo sino de otro modo su emoción hubiese quedado al descubierto.
— Lo sé, también las drogas y el alcohol — respondió sereno — pero no puedo obligarte a dejarlo, no soy ningún tipo de persona impositiva para ti y tampoco un modelo a seguir — Draco recordó el relato donde el pelinegro admitía todo tipo de consumo de sustancias — si quieres hacerlo no te detendré, si quieres dejarlo te ayudaré — las ganas de fumar se esfumaron, Draco vio el cigarrillo en sus dedos sintiendo que ya no lo necesitaba y lo rompió en dos, giro de nuevo para ver al pelinegro con una sonrisa burlona.
— Eso fue psicología inversa me parece — soltó burlón, Harry rio entre dientes e inclinó su cuerpo para depositar un beso en su hombro.
— Un poco si — admitió con un tono travieso, Draco lo sujeto del cuello y comenzó a besarlo comenzando a mover su cansada cadera encima de la del pelinegro — no — murmuró Harry sosteniendo con una mano la barbilla del rubio y la otra instalándose en su espalda baja — es tarde.
— ¿Cansado Potter? — lo reto el rubio con una sonrisa en los labios, Harry soltó una risa causando que su manzana de Adán se mueva e hipnotizando al rubio.
— ¿De ti? Ni un poco — aseguro, suspiro y frotó sus narices — pero no quiero que mañana sientas que te atropello un tren, por más insistente que seas.
— ¿Sabes que acá abajo te contradices? — pregunto Draco devolviendo la caricia con la punta de su nariz y empujando suavemente su cadera contra la del pelinegro.
— Estoy consciente — respondió Harry cerrando los ojos intentando concentrarse en no ceder — pero si, quizá estoy un poco cansado — admitió mientras dejaba la barbilla del rubio y llevaba su brazo a su espalda.
— Que débil — murmuró Draco sintiendo que también el sueño iba ganando terreno en su cuerpo.
— Ese soy yo — balbuceo Harry antes de caer dormido sintiendo una respiración relajada contra su cuello.
Cuando Harry despertó aún tenía al rubio en brazos, solo que ambos estaban de costado, se tomó demasiado tiempo para recorrer con la mirada sus cejas rubias y sus pestañas aún más rubias levemente curvadas en las puntas, suspiro sin poder controlarse y lo acerco más a su pecho como si no tuviese ni la más mínima intención de separarse de él.
Draco no despertó hasta dos horas después, aún rodeado por unos brazos fuertes alzó la mirada para encontrar al pelinegro pestañeando lentamente como si estuviera luchando por no caer dormido.
— Potter — llamo en un susurro, quizá demasiado bajo, por qué el pelinegro continuaba pestañeando como si no lo hubiese escuchado, Draco se movió un poco sintiendo como los brazos lo sujetaban con más fuerza y algo cálido lleno su pecho — Harry — lo llamo cerca de su rostro, de inmediato el pelinegro abrió los ojos enfocándolo con sorpresa, Draco enrojeció de inmediato — debo ir al baño — intento decir.
— ¿Que dijiste? — balbuceo atónito.
— Baño, Potter baño — intento librarse del abrazo, pero el pelinegro había girado para colocarse encima suyo sin dejar caer todo su peso encima.
— No, antes de eso, tu... — sus ojos verdes estaban brillantes, aún más brillantes que antes y sus labios brillaban por tanto que había pasado su lengua por ellos.
— ¿Yo que? — pregunto intentando lucir inocente, no fue efectivo al sentir el rostro del pelinegro cada vez más cerca del suyo.
— Dijiste mi nombre — murmuró sorprendido — dilo de nuevo.
— No — negó Draco usando toda su fuerza para apartarlo, Harry quedó aturdido a un lado de la cama mientras lo veía levantarse y caminar hacia la salida — Harry — murmuró Draco antes de abrir la puerta, su voz había sido lo suficientemente fuerte para que el pelinegro lo escuché claro, de inmediato abandono la habitación.
Harry salió con toda prisa persiguiéndolo hasta que lo pudo atrapar en la sala donde sus ropas aún estaban desparramadas piso, debido a la carrera y la fuerza ambos cayeron en el sofá viéndose fijamente.
— Dilo, por favor dilo de nuevo — rogó Harry con desesperación, Draco sonrió tan solo escuchar su tono de voz.
— Harry — repitió mientras acariciaba su barbilla, sintió el escalofrío que recorrió al pelinegro — ¿Qué tiene de especial tu nombre?
— Nada — sacudió la cabeza de inmediato negando — mi nombre no es nada especial, lo especial es que tú lo dijiste — respondió de inmediato como hipnotizado y Draco se preguntó si le había lanzado un confundus sin darse cuenta para dejarlo en ese estado.
— Todo mundo lo dice.
— Si, pero todo el mundo no eres tú, Draco — el rubio sintió la electricidad recorrer su espalda al escucharlo decir su nombre, el también reaccionaba así, por qué cuando Harry decía su nombre no había enojo en su tono, no había ira ni resentimiento, lo único que había era la más pura y grande adoración.
— Harry — repitió sintiéndose tan bien con solo ver el estrago que causaba en el pelinegro, como si dudara entre hacerlo suyo ahí de nuevo o alzar un altar para él, adoración, todo en la mirada de Harry era adoración — lo del baño no era mentira — murmuró divertido, Harry se incorporó de inmediato dejándole ver por completo todo su cuerpo, sus músculos definidos, como si el maldito hubiese sido esculpido de alguna forma por Miguel Ángel, no era tan fornido cómo cuando eran adolescentes pero de alguna manera era aún más atractivo a la vista.
— Iré a hacer el desayuno — aviso Harry sintiendo su mirada y un calor subir por sus orejas por qué él tampoco había podido evitar darle una buena mirada al cuerpo del rubio.
— Yo estaba pensando en que cuando escuches la ducha vengas a acompañarme, ya sabes — Draco se incorporó y con su mano recorrió un trayecto desde el cuello del pelinegro hasta el último de sus abdominales manteniendo las puntas de sus dedos en contacto con su piel morena — podría necesitar ayuda — pronunció viéndolo a los ojos, quiso reír de dicha al notar como un fuego se había encendido en los esmeraldas y sin esperar respuesta se alejó caminando hacia el baño.
Harry considero largamente el ir por el desayuno o ir a la ducha, después de una discusión consigo mismo concluyó que a) Draco necesitaría ayuda en la ducha y b) La comida a domicilio existía lo que hacía más sencilla su decisión.
Horas después, habiendo comido y ordenado todo su desastre Harry veía a Draco acomodarse el cabello hacia atrás con una mano.
— ¿Realmente debes irte? — pregunto Harry con una de sus manos jugueteando con los dedos del rubio, sin querer dejar de verlo o tocarlo.
— Si Potter tengo que ir a hacer cosas — el rubio pudo ver la pregunta en los ojos del pelinegro pero él no hablo, Draco rio entre dientes y acaricio su pecho para relajarlo — descuida, regresaré, me asegurare de recordar el camino a casa — Harry suspiro derrotado mientras soltaba su mano — no pongas esa cara de perro abandonado Harry solo me iré un par de horas, por la noche prometo ser todo tuyo — el pelinegro pestañeo repetidas veces.
— Bien — cedió inclinando su rostro para depositar un beso en los labios del rubio.
Media hora después de que Draco se marchó Harry aún sonreía como embobado, sentado en su sofá con su mente recordándole la preciosa piel del rubio o sus labios o sus gestos, cuando un click lo saco de su ensoñación.
— ¿Harry? — pregunto Hermione, el pelinegro se incorporó de inmediato con un pequeño rubor en las mejillas cambiando su sonrisa embobada por una nerviosa, su amiga alzó una ceja al notar nuevas marcas en su cuello y clavículas.
— Hermione — saludo nervioso — ¿Que te trae por aquí? — pregunto sintiendo unas inmensas ganas de usar una bufanda para cubrir su cuello, aun cuando hacía calor.
— Nada, solo vine a ver cómo estabas — respondió ella analizándolo con la mirada detenidamente — ¿Interrumpo algo?
— No, no — se apresuró a repetir.
— Por qué si quieres puedo volver en otro momento — Harry enrojeció de inmediato.
— Está bien, estoy solo — su amiga asintió con la cabeza y tomo asiento en el sofá con algo de precaución, Harry agradeció que Draco haya lanzado un hechizo de limpieza antes de irse.
— ¿La misma persona misteriosa? —
— ¿Por qué siempre tienes que ser tan directa? No eras así, ese era Ron — soltó Harry sintiéndose acorralado.
— Entonces sí es la misma persona — le ignoro Hermione, Harry frotó su rostro con sus palmas cayendo en cuenta que siempre caía en la "trampa" de su amiga.
— Solo... No sé, aún no formalizamos nada y él... Bueno, no sé si quiera formalizarlo —
— ¿Y cómo te sientes tu? — pregunto con calma mientras flexionaba una rodilla encima de la otra.
— Magnífico de hecho — respondió Harry bajando las manos y esbozando una sonrisa tímida — me refiero a que yo quiero hacer lo que él quiera hacer, la decisión que él tome yo la voy a apoyar, no quiero poner ningún tipo de presión en él — el pelinegro giro para ver a su amiga que reflejaba la sorpresa en sus ojos cafés — ¿Suena muy loco? — pregunto.
— Harry suena muy lindo, realmente, tu... — dudo unos segundos en preguntar.
— Sí, si lo estoy — respondió Harry a su pregunta silenciosa.
— ¿Se lo dijiste? — pregunto casi con miedo, Harry negó con la cabeza.
— No quiero presionarlo Hermione estoy seguro que tienen bastantes cosas para asimilar — Hermione frunció el ceño.
— ¿Qué tendría que asimilar? ¿Es muggle acaso? —
— Oh no, es mago y uno poderoso si me dejas decirlo — Hermione pensó de inmediato en cuántos magos poderosos conocían que hayan mantenido siquiera una charla con Harry y no pudo saber a quién se refería — oh ví lo que hiciste — soltó Harry con una sonrisa de costado reconociendo la mirada astuta de su amiga — cómo sea, tiene muchas cosas para asimilar, cómo el hecho de que soy Harry Potter.
— ¿Y eso que tendría que ver? — pregunto su amiga confundida.
— Merlín Hermione realmente pasas mucho tiempo con Ron eso sonó a algo que él diría — su amiga le dio un puñetazo en el brazo arrancándole una risa — sé que tú no lo notaste por qué me conoces desde que no me crecía la barba pero al resto de la gente les sigo pareciendo una especie de Salvador divino — ironizó burlándose de sí mismo.
— ¿Y para él es lo mismo? — Harry soltó una risotada.
— oh no, para él soy un simple mortal común y corriente, es más, creo que soy más común ante sus ojos — Hermione volvió a pensar en las probabilidades — oh basta, no diré nada más — soltó Harry notando las mañas de su mejor amiga.
— Harry solo me preocupo por ti — expreso ella colocando una de sus manos en su rodilla.
— Y lo aprecio, pero estoy bien, estamos bien y si sucede algo te avisaré no lo dudes — aseguro palmeando su mano — ¿Quieres ir a almorzar algo? —
— ¿Tienes hambre? — pregunto Hermione sorprendida, Harry se incorporó dándose cuenta que sí, a pesar de haber desayunado con Draco, estaba hambriento.
— Si — respondió emocionado — llamemos a Ron y vamos a comer lo que quieran yo invito.
Harry regreso casi cuando había anochecido, Hermione volvió a intentar sacarle información, pero se rindió al notar que Ron comenzaba a sospechar y Harry agradeció que su amiga no le haya contado nada.
Mientras iba subiendo las últimas escaleras de su edificio que llevaban a su departamento pudo ver un chico rubio sentado en su puerta.
— Draco — lo saludo sorprendido — Esperaste mucho? — el rubio se incorporó sacudiendo el polvo que pudo quedarse en su ropa.
— No, no realmente — respondió calmado, alzó una bolsa negra que tenía a lado y Harry no pregunto que era, solo abrió la puerta y ambos entraron al departamento, Harry saco su varita y apunto la llave lanzando un hechizo creando así una copia idéntica que apareció en su mano.
— Toma — le entrego la llave original y Draco alzó una ceja en su dirección.
— ¿Me la entregaras, así como así?
— ¿Por qué no? — Draco bufo y tomo la llave.
— No te sorprendas si un día despiertas y no tienes... Lo que sea que tengas por aquí — bromeó y Harry le devolvió la sonrisa inclinando su cuerpo para robarle un beso de los labios.
— Supongo que tendré que buscarte para recuperar lo que sea que tenga aquí — le siguió el juego, Draco paso una mano por su cuello hasta dejar que sus dedos se enreden en su cabello negro.
— Oh sí, tendrás que hacerlo — volvió a besarlo, el beso se hacía cada vez más demandante hasta que Draco lo empujó suavemente.
— ¿Qué sucede? — pregunto el pelinegro viéndolo embobado.
— Primero, tengo que mostrarte algo — Draco lo soltó y giro mientras caminaba hacia la mesita de la sala, de inmediato vacío toda la bolsa encima de la mesa dejando caer sobres con polvo blanco, cajetillas de cigarrillos, sobres con hierba, porros armados y frascos de plástico — voy a desintoxicarme — informo Draco sin verlo, Harry se acercó lentamente y después de dudar unos segundos acaricio sus brazos sintiendo que el rubio se relajaba con su toque.
— ¿Estás seguro? — pregunto cerca de su cuello, Draco asintió con la cabeza.
— Ya fue suficiente — giro de inmediato para verlo de frente.
— Será horrible — aviso Harry recordando cuando él tuvo que dejar las sustancias.
— Entonces tendrás que ayudarme, estás obligado — Draco intento sonar demandante pero realmente se veía desprotegido como si rogara por ayuda, Harry asintió con la cabeza — y deberás ser fuerte.
— Lo seré — intento besarlo y Draco coloco uno de sus dedos en sus labios deteniéndolo.
— No Potter — su voz fue sería — de verdad debes ser fuerte, no puedes ceder por más que te lo pida.
— Te lo prometo — susurro Harry depositando un beso en su dedo y luego en su palma — seré fuerte y tú... Solo no me hechices ¿Vale? — el rubio soltó una risita por las cosquillas que ocasionaba la barba contra la piel de su mano.
— No puedo prometer eso, ya sabes, por los viejos tiempos — Harry rio entre los besos y luego llevo sus labios hacia los del rubio como había estado deseando hacerlo desde que lo vio.
— ¿Qué quieres hacer con todo eso? — pregunto Harry después del beso viendo todo el "botín" del rubio, Draco giro de nuevo dejando que su espalda se recueste contra el pecho del pelinegro, sintiendo su olor tan cercano y la calidez de su cuerpo a través de la ropa.
— No lo sé — suspiro — nunca me rehabilite — Harry acaricio sus brazos de nuevo para relajarlo.
— Podríamos quemarlas, así nadie se hace con el botín —
— Me parece justo — Draco se sorprendió al dejar de sentir el cuerpo cálido del pelinegro y lo vio caminar hacia su habitación regresando segundos después con dos chamarras colgadas en su antebrazo.
— Póntela — ordenó tendiéndole una de las chamarras, Draco sonrió de costado.
— Yes daddy — bromeó mientras pasaba los brazos por la chamarra notando cómo había hecho tragar saliva al pelinegro — eres realmente fácil de tentar — soltó divertido.
— Y tú realmente bueno lográndolo — respondió Harry con las orejas rojas mientras se colocaba la chamarra, con un movimiento de varita metió todo el "botín" de nuevo en la bolsa y la tomo de inmediato con una mano — ¿Vamos? — pregunto extendiendo su mano libre, Draco no dudo en tomarla y entrelazar sus dedos sintiendo el tirón de la desaparición.
Harry los había aparecido en un muelle vacío, a lo lejos podía escuchar el sonido de las olas chocando con la costa y podía sentir el olor salino que desprendía el mar, Harry soltó su mano y transfiguro un tonel oscuro a partir de una lata que encontró en el suelo, Draco se preguntó desde cuándo el pelinegro era tan bueno con los hechizos, pero no quiso hacer la pregunta. Lo vio colocar la bolsa dentro del tonel y apuntarlo con la varita, dónde dudo un par de segundos antes de girar a verlo.
— ¿Quieres hacerlo tu? — pregunto, Draco vio el tonel en silencio un par de segundos mientras sentía el viento desordenar su cabello.
— Si — respondió acercándose con la varita en mano, vio la bolsa negra al final del tonel y tomo aire — Incendio — pronunció señalando la bolsa con su varita, una chispa broto de su varita y la bolsa comenzó a incendiarse desprendiendo un olor a plástico quemado, el rubio retrocedió de inmediato viendo cómo se alzaban las llamas anaranjadas, Harry lo sujeto por la cintura apegándolo a su cuerpo y Draco solo se dejó hacer, sintiéndose demasiado cómodo entre sus brazos, por un par de minutos el olor a plástico quemado, hierba y coca lleno el aire, hasta que todo se redujo a cenizas y el resto del olor fue desplazado por el olor salino.
— Lo hiciste bien — murmuró Harry contra su oído antes de depositar un beso suave en su cien.
— Eso espero — suspiro Draco frotando sus manos para conservar algo de calor.
— Vámonos, acá está helado — aviso Harry notando el movimiento del rubio, Draco asintió con la cabeza y volvió a sentir el tirón de la desaparición viendo de nuevo del departamento del pelinegro, Draco se alejó para verlo de frente, su cabello negro estaba aún más desordenado que de costumbre y no pudo evitar reír — ¿Qué? — pregunto Harry contagiado por su sonrisa, Draco se acercó de inmediato enredando sus manos en su cabello.
— ¿Por qué tienes el cabello tan rebelde? Dios, un poco de viento y termina como un nido — Harry rio y apartó un par de mechones del cabello de Draco de sus mejillas — en cuarto año, tenía tantas ganas de tomar unas tijeras y cortarte el cabello.
— ¿Por qué? — pregunto Harry divertido deslizando sus manos por la cintura del rubio hasta instalarlas a ambos lados de su cadera.
— Por qué tu cabello era más rebelde que de costumbre, Merlin, ¿Como nadie puede hacer nada con esta cosa? — intento peinarlo hacia atrás arrepintiéndose de inmediato por lo bien que se veía el pelinegro con la frente descubierta y alborotando de nuevo su cabello.
— Estoy seguro que tú podrás hacer algo — susurro Harry uniendo sus pechos, Draco noto el tono coqueto del pelinegro y amplio su sonrisa.
— ¿Sí? ¿Qué ideas tienes? —
— Oh ya sabes, unas que involucren una cama o un sofá o donde tú quieras realmente — Draco rio antes de sentir sus labios en los suyos.
— Suena bastante tentador — soltó después del beso colocando sus brazos alrededor del cuello del pelinegro y con un salto entrelazó sus piernas alrededor de la cadera del pelinegro desestabilizándolo por un momento sin embargo Harry con sus reflejos de buscador logro sujetarlo con firmeza, con sus manos sujetando las posaderas del rubio — llévame — ordenó cerca de sus labios, Harry sonrió y con algo de dificultad al caminar lo llevo hasta su habitación.
Hola de nuevo.
Pensé que tardaría más en corregir este capítulo, pero sinceramente me derretía de amor imaginando a estos dos en su fase toda tierna y coqueta, así que todo fue más llevadero. Quizá el siguiente capitulo si tome mas tiempo de lo esperado, pero intentare hacer mi mejor esfuerzo.
Dicho eso.
Hasta la siguiente ^^
