Shanks
One Piece pertenece a Eiichiro Oda
Día 9: Shanks conduciendo hacia el estreno
— ¿Estáis todos preparados? — preguntó Shanks a su tripulación.
— ¡Sí, jefe!
— Bien.
Shanks arrancó el motor del vehículo que les dieron unos amigos, lo habían conseguido en los bajos fondos.
— Jefe, que bien que podamos ver las aventuras de Luffy y de su banda. — exclamó Lucky Roux dándole una porción a su cacho de carne. — Y de tu niño. — comentó girándose hacia Yasopp.
— Ay… Que nervios. Y que ilusión a la vez… — respondió el francotirador, inquieto. — ¿Creéis que nos encontraremos con él? — preguntó abriendo los ojos como platos.
— Es lo más probable. — comentó Shanks sin dejar de mirar la carretera.
El capitán de la tripulación tenía su mano en el centro del volante. Otros podían pensar que le resultaría difícil conducir con una sola mano, pero el pelirrojo se había adaptado a la perfección a su nueva situación. Aunque a veces, daba un giro un poco brusco por la inestabilidad de conducir con una sola mano. Cosa que a Rockstar no le iba demasiado bien.
Shanks giró una curva muy cerrada y Rockstar vomitó en una bolsa de papel. Hongo, el médico de la tripulación, volvió a atenderle. Ya estaba sentado a su lado para eso.
— Perdón, Rockstar. — le sonrió el capitán mirando por el retrovisor.
— Mmmm… — gimió Rockstar moviendo la mano como si no tuviera importancia, aunque sus vómitos dijeran lo contrario.
Decidieron parar para el bienestar de Rockstar.
Mientras este seguía vomitando, con Hongo sobándole la espalda y pidiéndole a Lucky Roux que le preparara una bebida con azúcar para recuperar energía, Yasopp estaba deambulando de un sitio a otro, bajo la mirada sonriente de su capitán, quien estaba encantado de ver a su francotirador quien no le temblaba el pulso a la hora de luchar, pero estaba acojonado por la posibilidad de encontrarse con su hijo.
— ¿Sabes que hay muchas posibilidades de que te encuentres con él, verdad? — le preguntó Beckman a Yasopp.
El francotirador lo miró un momento, soltó un bufido y volvió a caminar.
— No sé qué voy a decirle si le veo… No sé si se alegrará de verme… ¿Y si me odia? Me lo merezco…
— Yasopp lo que tenga que ser, será. No le des más vueltas. Si todo sale mal, te apoyaremos. Pero si Usopp ha decidido seguir tus pasos, no creo que te odie tanto. — le comentó Shanks bastante serio, intentado evitar que su francotirador siguiera hundiéndose en vaso de agua.
El hombre se lo quedó mirando como si a su capitán le hubieran salido tres cabezas de golpe.
Quizás el jefe tuviera razón.
— También está Luffy. ¿Tienes ganas de verle, jefe? — preguntó Beckman después de dar otra calada a su cigarro.
— Por supuesto. — exclamó Shanks con una sonrisa. — Pero entonces, no cumpliríamos nuestra promesa.
Shanks sabía que no podía reencontrarse con Luffy todavía, pero eso no significaba que Usopp no pudiera ver a su padre. Yasopp y Usopp no tenían nada que ver con la promesa que se hicieron él y Luffy.
Me encanta la tripulación del Pelirrojo. Siempre pego un salto en la silla y un gritito cuando aparecen.
Hasta la próxima
